Escuchando Su Voz.... Capítulo 05


Las luces del bar bajaron, Chay que apenas había llegado a su mesa se giró en el momento en que Kim subía al escenario solamente con su guitarra y se sentaba en un banco en el centro de este.

Suaves notas comenzaron a sonar en la guitarra de Kim, dando paso a su bella voz...

Todos los días miro la hora

Esperando hasta el amanecer

Esperando que regreses.

Con cada día que pasa me voy dando cuenta

Que extrañarte duele cada vez más

Sigo atrapado en los recuerdos de nuestro ayer...

Y en la distancia, sus ojos se encontraron y fue como si Kim estuviera cantando solamente para Chay.

Chay torpemente se vistió con su chaquetilla, pues seguía con la mirada fija en Kim, anonadado por su belleza, como la primera vez que lo tuvo de frente en ese mismo bar. Para Chay tampoco había sido fácil lidiar con los recuerdos de ese día, sus sentimientos y su primera vez.

Kim se removió en su lugar sin dejar de mirar a Chay, mantuvo su miraba en esos preciosos ojos que tanto amaba. Nunca había mirado unos ojos como los de Chay, tenía una mirada inocente y a su vez curiosa. Su corazón no dejaba de latir acelerado incluso al ritmo de su canción.

Los dos siguieron mirándose mutuamente, no separaban sus miradas el uno al otro, sus almas y corazones reconociéndose.

Rezo para no soñarte

Para no recordarte en cada canción de amor

Puedo salir adelante,

Pero al final te extraño...

Aún te extraño de la misma manera...

Las últimas letras hicieron que Chay apartara sus ojos y los cerrará. Recordaba haber pedido a Kim que no lo buscara, que hiciera como si nunca se hubieran conocido y también le advirtió que no deseaba escuchar de nuevo su "voz" en ninguna de sus canciones... Como si nunca se hubieran conocido... ¿y por qué estaba ahí de nuevo?

Chay continuó con sus ojos cerrados, disfrutando de las notas de la canción. Kim al observarlo, se levantó de su asiento y bajó del escenario sin dejar de tocar, acercándose poco a poco a donde estaba Chay.

Al llegar a su lado, Kim tomó la mano de Chay y se acercó a él, cantando las últimas notas de su canción sin música. Chay suspiró al sentir su toque, seguía con los ojos cerrados disfrutando la cercanía de Kim, haciéndole sentir en ese instante que su cuerpo también comenzaba a reaccionar y los recuerdos de esa noche invadieron su mente.

A nadie le pareció raro esta acción de Kim de acercarse hasta donde Chay, pues en el pasado lo hizo con el amante en turno, sin embargo, esta vez se sentía diferente el ambiente, pues parecía un momento muy íntimo entre los dos.

Oh cariño,

Pero recuerdo lo feliz que fui al conocerte...

Tan metido estaba Chay en sus pensamientos que, no se dio cuenta que una lágrima rodaba por su mejilla, hasta que la voz de Kim lo sacó de ellos.

— Chay... - la voz de Kim era amable y miraba a Chay con preocupación — ¿Chay? ¿Estás bien? ¿Por qué lloras? – en ese momento fue que Chay notó que algunas lágrimas escaparon de sus ojos.

— Estoy bien. – dijo Chay limpiando su rostro descuidadamente, aunque su maquillaje seguía intacto.

— ¿Estás seguro?

— No es nada, solo que me hace muy feliz haber vuelto hoy – dijo Chay regalándole su mejor sonrisa a Kim.

Ellos seguían en su mundo, la música ya había terminado y estaban tan cerca, que Kim no dudó ni un momento en tomar a Chay de la cintura observando sus ojos. Chay no se alejó, lo cual era algo bueno, porque para Kim significaba que quizás tenía una pequeña esperanza.

Ese pensamiento llenó el corazón de Kim y terminó por abrazar a Chay con necesidad, con miedo, con toda la fuerza que tenía. Luego de unos minutos se separaron lentamente y fue el turno de Kim de regalarle una sonrisa a Chay, de esas que enamoran locamente a cualquiera. Ambos sonrieron, bobamente, locamente, como dos enamorados.

La realidad los golpeó cuando el DJ hizo anuncio de nueva música para bailar. Kim tuvo la necesidad de estar a solas con Chay para hablar, pues aún deseaba saber hacía Chay en ese lugar, si había vuelto por él. Obviamente no iban a poder hablar entre toda esa gente y el ruido, por lo que, en un acto impulsivo, encargó su guitarra a uno de los chicos que acompañaban a Chay y tomando a este de la mano, lo alejó con rumbo a las escaleras en el fondo del bar.

Al ver el rumbo que estaban tomando los pasos de Kim, subir aquellas escaleras de nuevo no eran una opción para Chay, así que, tomando todas sus fuerzas y determinación, se soltó de la mano de Kim.

— ¡No pienso subir a ese lugar! – grito Chay por sobre la música, cruzando sus brazos sobre su pecho.

Por fin, Kim pudo verlo en todo su esplendor, su pequeño chico estaba hermoso. Quizás el no verlo todo este tiempo y haberlo extrañado, le hacía verlo diferente. O quizás no, porque su pequeño realmente había crecido en estos meses. Y sí, la ropa que vestía en ese momento, dejaba ver lo mucho que había embarnecido su cuerpo y ese pedazo de piel de su estómago.

"Gracias a Dios que se puso esa chaquetilla encima", pensaba Kim.

— Acaso, ¿sigues subiendo tus conquistas a tú oficina? – dijo Chay, que continuaba con los brazos cruzados en su pecho, pero ahora también golpeaba el suelo con su pie. — No pienso ser una de ellas. – "Al menos no otra vez", pensaba Chay.

— ¡No, claro que no! – Kim puso sus manos a los costados de Chay, intentando convencerlo, aunque le parecía adorable el berrinche que le estaba haciendo — Solamente quiero que hablemos en un lugar tranquilo my star.

— Pues no voy a ir a tu oficina. – recalcó Chay.

Viendo que Chay no iba a moverse de su lugar, Kim miró hacia todos lados, para él era mejor sacarlo del bar después de todo, antes de que se metieran en problemas.

— Vamos. – la mano de Kim empujó suavemente la espalda de Chay, guiándolo fuera del bar hasta el estacionamiento. — Sube my star.

Chay se subió al auto sin poner resistencia y Kim se apresuró a subir también, necesitaban hablar todavía, aunque no sabía si su coche sería el lugar correcto. Al menos con los seguros puestos, podría contener a su chico si quería irse.

— Puedes decirme entonces, ¿Por qué volviste? – su pequeño empezó a remover las manos sobre su regazo nervioso, por lo que intentó ser más suave — Solo quiero saber la verdad, my star.

— Es solo que, te extrañaba... ya fue suficiente el castigo.

— Mi castigo por supuesto. – aceptó Kim, pues en verdad sentía merecerlo, tuvo a este hermoso chico entre sus brazos.

— ¡Nooo! ¡El mío! Me castigué a no volver, a no verte, - comenzó Chay a confesarle — por eso tuve que alejarme, más que nada porque si te volvía a ver, estoy seguro que te hubiera saltado encima y habríamos terminado de nuevo en la cama o el sofá.

— ¿Cómo? – Kim no podía creer lo que escuchaba, no todavía.

— ¡Siiiiii! Sí, después de volver a verte ya quiero saltarte encima. Habríamos tenido sexo caliente otra vez. – y tras esas palabras, el rostro de Chay se coloreo de un hermoso tono rosa. — Pero no podía hacerlo, apenas hace unas semanas fue mi cumpleaños, ya soy mayor de edad oficialmente, así que aquí estoy.

Kim no sabía qué decir. Analizó las palabras dichas por su pequeño y fue entonces que entendió, su chico se había alejado para no verlo porque también lo deseaba, lo extrañaba y quizás lo amaba. Chay era muy joven aún, quizás no podía distinguir el amor, pero Kim se lo daría a conocer.

Amaba ese chico. Si tan solo supiera todo lo que le hizo sentir su ausencia estos meses. Kim sabía que apenas se conocían, pero le bastó una noche para saber que estaban hechos el uno para el otro.

— Ven acá. – dijo Kim abriendo sus brazos, invitación que Chay no rechazo, pues enseguida fue a refugiarse en el suave abrazo. — Dios, como te extrañé. - enseguida Kim puso sus manos en su espalda y lo atrajo hacia él.

— También yo. – Chay dijo levantando su rostro, fue acercando sus rostros hasta que posó sus labios en los de Kim, comenzó a darle pequeños roces hasta que tomó sus labios lentamente y lo besó.

Kim al sentir esos labios tan deliciosos y carnosos de Chay, respondió al beso que había comenzado tierno y él lo volvió algo más real, desbordando toda la pasión que sentían ambos.

Cuando el aire comenzó a escasear, se separaron lentamente con los rostros sonrojados, como si se hubieran dado su primer beso de amor y quizás, no estaba tan lejos de serlo. Kim tuvo que detenerse, pues comenzó a sentir un ardiente deseo de estar juntos.

— Lo siento Chay, no quiero pasarme la línea, pero es que tú me haces sentir cosas que jamás había sentido. – se disculpó Kim.

— No te disculpes, me siento igual. – dijo Chay, poniendo su mano sobre la de Kim.

— Creo que debemos irnos de aquí, me está siendo difícil controlarme y soy capaz de...

— Pero yo no quiero que te detengas. – soltó Chay de corrido, "estoy listo para lo que venga, no, estoy deseándolo", pensó Chay.

— ¿Estás completamente seguro de lo que dices?

— Nunca he estado más seguro en mi vida como en este momento. ¿Por qué crees que estoy aquí?

Fue todo lo que Kim necesitaba escuchar para arrancar el auto y salir del estacionamiento del bar, necesitaba un mejor lugar para terminar la conversación o lo que sea que habían comenzado. Así que se dirigió a su departamento.

Cuando llegaron al edificio donde vivía Kim, este se bajó enseguida del auto para abrir la puerta del auto y ayudar a bajar a Chay, quien le dio la mano para bajar. En el fondo, Kim temía que su chico escapara de nuevo, se fuera de su lado y lo dejará vacío otra vez.

Subieron al tercer piso, donde se encontraba el departamento de Kim en aquel exclusivo y privado lugar. Kim introdujo la contraseña en el mecanismo que abría la puerta, equivocándose en el primer intento, se encontraba algo nervioso, Chay sería el primer chico que entrara a su departamento.

Chay no se lo había pensando dos veces en aceptar venir, aunque eso no dejaba de poner nervioso a Kim, estaba algo aliviado que su chico fuera ya mayor de edad.

Cuando por fin entraron al departamento, Chay pudo notar que era bastante amplio, digno del hijo de los Theerapanyakul. Este consistía en una sala con un sofá enorme, una mesa de centro con un hermoso candelero, un mueble grande donde se encontraba un televisor enorme y tenía un pequeño bar. Al fondo se encontraba el comedor de color negro muy minimalista, y la cocina estaba separada del comedor, bastante moderna y de acero inoxidable, tenía todo lo electrodoméstico, se notaba que Kim casi ni la usaba.

El departamento tenía dos recamaras una más grande que la otra y ambas con baños completos, a decir de Kim porque en esa parte ya no entraron, al menos no todavía.

— Bienvenido, espero te guste. – dijo Kim mientras acompañaba a Chay de regreso a la sala — A decir verdad, eres el primer chico que invito a mi departamento.

— ¿En serio? – Chay parecía incrédulo.

— La familia no cuenta.

— Y las chicas, ¿a cuantas chicas metiste acá? – preguntó Chay mirándolo todo, como si no quisiera perderse ningún detalle.

— ¿Cuáles chicas, my star? – la pregunta sorprendió a Kim.

— Sí, es mejor que me digas Kim, ¿con quién anduviste todos estos meses en que tuvimos nuestra separación/castigo? ¿Cuántas? ¡Eh! Dime. – Chay le reclamó y parecía molesto.

— Con nadie, no anduve con nadie. – Kim se apresuró abrazar por la espalda a Chay — Estás preguntando por gente que no existió.

— ¡No estoy alucinando Kim! – Chay se dio la vuelta y no dudó en golpear a Kim en su hombro.

— Auch, eso dolió. ¿De dónde sacaste eso o quien te dijo tal chisme? – preguntó Kim todo sacado de onda.

— Porque... ¡los músicos hacen eso! – "Si lo hiciste conmigo", pensó Chay.

— Espera, ¿qué?



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La canción que canta Kim, sigue siendo la de Fade de Jeff Satur, solo que se trata de la versión Thai. Les cuento que se nos viene el último capítulo de este minific, pero habrá más, por lo pronto ya tengo otro JeffCode escrito que comenzaré a publicar al finalizar este.

Después de tan dulce encuentro, cómo ven a mi Chay todo alusin por culpa de Kim jajajaja, a mi me encanta que se traiga así al Kim, espero que a ustedes también les guste.

Aguanten, el capítulo final será +18

希 HeeChan


Comentarios

  1. GRACIAS GRACIAS GRAAACIAS POR ACTUALIZAAAAR amode masiado la historia y espero la proxima con ansias muchas graciaas 💝💝💝💝💝💝💝💝💝💝💝💝💝💝💝💝💝💝💝

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