— ¡Señor, no puede entrar! ¡Es un área
reservada! – afuera se escuchaban los gritos de una de las señoritas que los
estaba atendiendo.
En seguida
vieron aparecer a Henry que corrió al lado de Zhou Mi junto al jacuzzi y tomó
sus manos. Henry se notaba bastante desesperado.
— No pude esperar más. Tenía que venir
para hablar contigo y arreglar las cosas de una vez, Mimi. Te amo y no quiero
que estemos enojados. – dijo Henry mientras un “Aaaw” se escapaba de la boca de
la encargada.
— Henry, yo también iba a verte saliendo
de aquí. Entiendo porque estás tan molesto por lo de mi desfile en San Valentín
y lo siento, debí decirte antes. Yo debí…
— No, no, nada de eso. – Henry beso
ambas manos de Zhou Mi —. Nos amamos, vivimos juntos y para mí eso es como
estar en mi eterno San Valentín. Ese día es solo una fecha.
— Aaaaaw. – ahora fueron los amigos que
suspiraron por la cursi escena.
— Dios, necesito más alcohol para pasarme
el empalague. – soltó Heechul divertido y algo celoso de que no fuera su Siwon
el que estuviera haciendo eso.
— Ha sido muy lindo lo que dijiste Henry
y tienes razón, pero… - Zhou Mi se tomó un respiro mientras con las miradas sus
amigos lo alentaban —. Henry, tú podrías alguna vez considerar mi opinión
cuando hagas planes, ya sabes, esta relación es de dos.
— ¿Cómo?
— No digo que siempre me moleste, - Zhou
Mi comenzaba a titubear —. Ya que a veces termina sorprendiéndome, pero de vez
en cuando estaría bien para mí que preguntaras. También tengo planes, cosas que
quiero hacer contigo o a solas. A veces siento como si…
— Como si quisiera controlarte, te
entiendo muy bien. – Hyukjae terminó por completar la frase de Zhou Mi.
— Espera tu turno, mono.
— ¡Heechul!
— Ya, ya, dejen que Zhou Mi termine de decirle
a Henry cómo se siente, respecto a que no lo considera capaz de tomar sus
propias decisiones. – Yesung los mandó a callar de forma muy acertada, sin
embargo no era a sus amigos a quien miraba, si no a Henry.
— Eso… ¿eso hago? – Henry se miraba
realmente avergonzado —. Lo… lo siento, no era mi intención. Solo sé que me
gusta sorprenderte, no pensé…
— No tienes que decirlo, está más
clarísimo que no piensas, Hámster.
— Debiste decirme, todas esas veces que
me he comportado como idiota. Podemos arreglar esto en casa, sobre como de
ahora en más lo hablaremos, juntos. – aunque no era la respuesta que esperaban
los demás, vieron a Zhou Mi asintiendo complacido.
— Podemos hacer eso. Y qué tal si me
secuestras después del desfile y nos tomamos algunos días para festejar San
Valentín. – le sugirió Zhou Mi mientras se ponía de pie en el jacuzzi.
— Me parece perfecto. – dijo Henry
parando la trompita para recibir un beso de Zhou Mi —. ¿Entonces?
— Me voy contigo. ¡Mi bata! – la
señorita encargada enseguida se movió, pues no había perdido detalle de nada.
Henry recibió la bata y ayudó a Zhou Mi a ponérsela —. Amigos, siento mucho
tener que irme antes, pero tengo que reconciliarme bien.
— Hahaha entonces no lo sientas
demasiado.
— Es bueno tener amigos como ustedes
para despejar mis dudas. – Zhou Mi estaba sinceramente agradecido —. Teniendo
sus ejemplos.
— Oh por favor, no nos tomes como
ejemplo tan literal ni cometas los mismos errores. – le dijo Hyukjae haciéndolo
reír de nuevo. Después vieron como Zhou Mi se iba con Henry, ambos felices.
— Es bueno que se hayan arreglado. –
dijo Sungmin.
— Sí, muy bueno. – Hyukjae estaba
bastante pensativo.
— Supongo que con el tiempo, Zhou Mi
aprenderá a negociar mejor.
— Creo que ese modelo piernas largas, ha
adivinado cual es la mejor forma de negociar con Henry y por eso se ha ido,
Heechul. Así que yo también me voy. – ahora fue el turno de Yesung de ponerse
de pie dentro del jacuzzi —. No puedo esperar para hablar con Kyuhyun.
— Rayos, yo tampoco puedo hacerlo, necesito
hablar con Donghae.
— Si a esas vamos, me voy a esperar a mi
Siwon, seguramente va a llegar cansado. – Heechul y Sungmin fueron los últimos
en abandonar el jacuzzi, con mucho cuidado, ya que los coctelitos que se habían
tomado estaban haciendo estragos en ellos.
Todas las
parejas tienen problemas pero muy pocos amigos te hacen ver donde están tus
errores y lo que estás haciendo mal para arreglarlo, esos amigos son los que
valen oro. Ellos se sentían agradecidos de poder contar con tan buenas
amistades pero por lo pronto, tenían unas parejas que atender y reconciliar.
*****
Sungmin
fue el primero en llegar a su casa. Al entrar olía delicioso, seguro de que
Kangin cocinaba algo para la cena, pues había aprendido hacerlo desde que lo
sorprendió hace dos años con un desayuno en la cama por San Valentín.
Había
aprendido a cocinar por él, se inscribió en unas clases con un chef profesional
y todo por darle gusto. Que más pruebas necesitaba Sungmin, más que nunca
estaba seguro de estar siendo egoísta con su pareja.
— ¡Sungmin, llegaste! – su pareja se
notaba más feliz y excitado de lo normal.
— Sí, Kangin necesito decirte algo.
— Yo también. – Kangin se acercó a su
lado y le tomo la mano.
— Entonces lo diré primero. – Sungmin
tomo aire mientras miraba a los ojos de la persona que más amaba —. Lo siento.
Estos meses que no he tenido una actitud muy buena contigo y en lugar de
hablarlo, me he enfrascado en más trabajo para olvidar. No debí molestarme
contigo…
— Sungmin, Sungmin… - y como Sungmin
seguía hablando, Kangin le dio un beso rápido en los labios —. Sssshhh,
silencio calabacita, o no voy a poder decirte mi sorpresa.
— ¿Sorpresa?
— Sí… Adivina... No mejor yo te digo. ¡Vamos
a ser papas! – y aunque Kangin lo dijo bastante fuerte, Sungmin parecía no
entender, pues no reaccionó hasta que tuvo los papeles en sus manos. Eran las
pruebas de sangre que confirmaban el embarazo.
— Está… ¡está embarazada!
— ¡Sí! Es una buena noticia. El doctor
dijo que Soon Hye estaba algo estresada y que por eso las cosas tardaron un
poco más, ahora el único problema es que no sabemos quién es el padre, pero con
algunas pruebas de líquido amniótico el doctor nos podrá decir… - ahora fue el
turno de Sungmin de silenciarlo poniendo sus manos alrededor del cuello de
Kangin mientras lo besaba sin ese sentimiento horrible que enturbiaba su relación.
La traición es un feo sentimiento, aunque en este caso no existió nunca.
— No es necesario amor, es nuestro hijo
y es todo lo que debemos saber.
— ¿En verdad piensas así?
— Ay, Kangin, te amo. Me doy cuenta que
he sido demasiado egoísta como para que reacciones así, lo siento amor. –
Sungmin estaba tan feliz por todo lo que tenía en su vida que comenzó a llorar.
Kangin inmediatamente lo atrajo a su pecho.
— No llores. Pensé que esto te haría feliz.
— Lloro de felicidad, tonto. – dijo
Sungmin mientras intentaba secar sus lágrimas.
— Te amo futuro papá. – y Kangin lo
besó, enjugando las ultimas lagrimas que Sungmin no había podido secar.
— Yo también te amo Kangin, futuro padre
de mi hijo.
Y así,
entre besos y abrazos, Sungmin se olvidó de todo lo que había estado sintiendo
en el pasado para darle paso al amor, un amor incondicional que Kangin le
proveía. Ambos tenían mucho amor que dar, por eso estaba seguro que su hijo
sería feliz a su lado, con la seguridad que Kangin siempre cuidaría de su bella
familia.
*****
Hyukjae
con seguridad de lo que iba a hacer, entro en su casa en los suburbios, la
misma que compartía con Donghae desde hace unos años cuando decidieron vivir
juntos. Esperaba que Donghae estuviera de humor ya que su auto estaba afuera,
se encontraba en casa, y poder hablar con él.
Dejo sus
llaves sobre la mesa y fue en su búsqueda. Paso primero por la cocina, pero no
estaba, así que enseguida subió los escalones de dos en dos a la planta alta,
tenía prisa por verlo.
Sin
embargo en cuanto llego a la puerta de su dormitorio que se encontraba abierta,
lo que vio hizo que su corazón se detuviera. Hyukjae esperaba que no estuviera
sucediendo lo que sus ojos estaban viendo.
Sobre la
cama, Donghae había atisbado varias cajas con cosas y sus maletas, incluso se
encontraba rebuscando en su closet seguramente en busca de más de sus
pertenencias.
Heechul
tenía razón, sus miedos, su reticencia a aceptar los cambios había terminado
por alejar a Donghae de él. Por fin llegando a su límite, seguramente cansado
de seguirlo y por no darle solución a aquella situación al quedarse callado.
Donghae lo
estaba dejando.
Su primer
impulso fue lanzarse hacia adelante y abrazar a Donghae, en silencio. Se abrazó
a su espalda rodeando su cuerpo con los brazos, asegurándolo, como si con eso
pudiera impedir que se vaya.
Hyukjae ni
siquiera podía abrir sus ojos, aspirando el tranquilizante aroma de Donghae, su
esencia única, deseaba que el tiempo se detuviera y se lamentó no haber sido
más valiente.
— Hyukjae, llegaste. – escuchar su voz
por última vez.
— No te vayas. – susurró.
— ¿Qué?
— No me dejes Donghae. Perdona mis
miedos, por hacerte esto a ti, que te amo tanto. – Donghae intentaba girarse
pero Hyukjae no lo dejaba —. Lo siento, no es que quisieras controlarme, es que
yo… tengo miedo.
— Hyukjae, ¡Hyukjae! ¿De qué me hablas?
– Donghae por fin pudo soltar los brazos y girarse para verlo de frente.
— Discutimos. – fue lo único que Hyukjae
pudo decir con la cabeza gacha, en estos momentos no podía verlo a la cara.
— Amor, mírame. – tomándolo del mentón
con una mano, Donghae hizo que levantara la cabeza —. Esa tonta discusión, ya ni me acordaba.
— Y entonces eso, ¿Qué es eso, Donghae?
– Hyukjae le preguntó todavía afligido señalando las cajas y maletas sobre la
cama.
— Ah, esto. – Donghae rascaba su cabeza
mientras veía su tiradero —. Me di cuenta que tengo muchas cosas y a donde
vamos a mudarnos, no vamos a caber.
— ¿Mudarnos?
— Ven acá. – como Hyukjae se veía muy
confundido, Donghae lo jaló a su regazo, sentándolo sobre sus piernas. Se
sentaron en un espacio libre de la cama —. Recuerdas que te dije que pronto
recibiría un dinero extra. – Hyukjae asintió con la cabeza —. Pues bien,
después de la discusión que tuvimos y recordé ese deseo tuyo de abrir una
escuela de profesional de baile, supuse que si tu hicieras realidad ese deseo,
estarías menos estresado.
— ¿Tú piensas que discutimos porque
estoy estresado?
— ¿No? – Hyukjae no pudo más que
sonreír, pues su pareja a menudo era algo despistado pero en ocasiones como
esta, adoraba esa parte de él. ¿Qué parte de Donghae no amaba? Sin pensarlo
mucho, la respuesta, amaba todo de él —. Eso de viajar, vivir en hoteles, y estar lejos de mí. ¿Ves? Lo hago por ti y
por mí.
— ¿Qué hiciste Donghae? – pregunto algo
asustado. Solo un poco.
— Compre un departamento en el centro de
la ciudad, que no lo hemos pagado por completo, porque hay que vender esta casa
pero... No es muy grande y tiene una fachada bonita, es en una planta alta, lo
mejor es que está cerca de mi trabajo y está a solo dos cuadras de una salida
del metro. Eso va a servir mucho.
— Donghae, no me digas que vendiste el
coche y ahora vas andar en metro – aunque acababa de ver su coche aparcado
afuera.
— Será bueno para tus alumnos amor. –
Donghae hizo que Hyukjae se levantara de sus piernas y se alejó hacia su mesita
de noche, de donde saco un papel del cajón —. Nuestro nuevo departamento tiene
un gran salón en la planta baja, el cual será un buen salón para clases de
baile y eso nos deja un gran balcón en nuestro pequeño departamento.
— Donghae, tú… hiciste esto por mí. –
Hyukjae se echó de nuevo en sus brazos.
— Por quien más lo haría, monito.
— Soy un tonto.
— No es cierto, me elegiste a mí,
¿recuerdas? – la sonrisa de Donghae era matadora, tierna, sexy, difícil elegir
que lo representaba mejor y difícil de resistirse a esa sonrisa.
— Sí, te elegí para mí. – Hyukjae enredo
sus brazos alrededor del cuello de Donghae y lo besó.
Hyukjae no
se sorprendió que Donghae se adelantara a sus pensamientos pues no era la
primera vez que pasaba. Lo que si le
sorprendió fue que se acordara de algo que se dijo mientras hacían el amor, al
calor del momento.
Una
persona que ama de verdad siempre es capaz de todo por la persona amada. Y ese,
era su Donghae.
Esta vez
no tendría miedo, los cambios con Donghae a su lado siempre resultaban buenos,
y éste cambio pintaba un buen futuro para ambos.
*****
Cuando
Yesung llegó a su casa no tuvo que buscar a Kyuhyun, en seguida lo encontró en
el sofá frente al gran televisor de la sala jugando videojuegos. Uno muy
sangriento por cierto, se escuchaban los gritos y balazos por todo el lugar.
Conociéndolo
como lo conocía, Yesung supo que su novio estaba algo nervioso y que
seguramente se estaba preparando para afrontar algo. Tal vez alguna
presentación. No sería la primera, ya había hecho algunas y se le daba muy
bien. Aunque Yesung todavía recordaba la noche anterior de su primera
presentación en vivo, Kyuhyun era todo nervios y quiso hacer lo mismo,
obviamente Yesung no lo había dejado, necesitaba estar descansado.
Al final
todo había resultado bien.
— Hyunie, no hagas eso. – Yesung se
acercó hasta donde estaba su pareja quitándole el control remoto de las manos.
— Espera, estaba por ganar. – sin
levantarse del sofá, Kyuhyun intentaba quitarle de las manos el control remoto
a Yesung, que lo tenía en lo alto de sus manos.
— Yo no sé cómo puedes hacer esto para
relajarte. El sonido me pone de nervios. – Yesung se deshizo del control y se
sentó a su lado.
— No me deja pensar, ese es el secreto
de la relajación. – dijo Kyuhyun y enseguida se recostó en las piernas de su
pareja.
Yesung por
su parte adoraba estos momentos con Kyuhyun, tenerlo de esta forma y charlando
de sus cosas. A Kyuhyun le gustaba hablar y a él escuchar, por eso eran la
pareja perfecta, y por eso también es que su novio fuera quien cantaba.
— ¿Qué sucede, una presentación
inesperada? – pregunto mientras sus manos acariciaban los cabellos de su amor,
— Algo así. – Kyuhyun se removió, seguro
que Yesung no iba a quedarse tranquilo con esa explicación —. Se trata de una
conferencia de prensa.
— Ya has hecho algunas, ¿no? – Yesung
sintió asentir a Kyuhyun —. Ahora que recuerdo, no habías terminado de
hacerlas. Tenía entendido que tus compromisos restantes eran solo
presentaciones en programas junto con una firma de autógrafos. – como buen
novio, Yesung estaba bien informado de su agenda.
Una cosa
es que no le gustará esa restricción sobre su compromiso y otra la de dejar de
apoyar a su amor, cosa que no haría nunca. Recordaba muy bien las veces que
Kyuhyun buscó esa oportunidad y teniendo su talento se le negó, más nunca dejo
de perseguir su sueño.
— Ésta la solicite yo. – y dicho esto,
Kyuhyun se levantó de su regazo y fue directo a la cocina, dejando a Yesung
algo desconcertado.
¿Algo malo
había sucedido? Al preguntarse esto, Yesung se puso de pie enseguida y fue en
su busca, encontrando a Kyuhyun buscando en el refrigerador. Ya había sacado un
poco de carne, algo de germinado, un aderezo, al ver que no tenía ni idea de
que hacer, Yesung se sonrió y fue en ayuda de su novio.
— ¿Tienes hambre?
— No he comido nada. – Kyuhyun hablo con
la cabeza dentro del refrigerador todavía.
— Deja, yo lo hago. – Yesung tomo de la
cintura y lo atrajo a su pecho, le dio un beso en la nuca y después dejo ir, no
sin antes darle una leve nalgada —.Ve y siéntate por ahí. – lo mando a la
barra.
— Quiero ayudar.
— Está bien, unta mayonesa en los panes,
voy hacer unos emparedados rápidos. Aún tenemos esa deliciosa carne marinada
que asamos la otra vez.
— Puedo hacer eso. – Kyuhyun le dijo con
una sonrisa que no llego a sus ojos.
Definitivamente,
algo había pasado y su Hyunie lo necesitaba.
Continuará…
Las cosas funcionan hablando y dándose mucho apoyo y amor... Los nuevos retos serán buenos para cada uno..
ResponderEliminarQue bueno que se reconciliaron la clave de todo es hablar de lo que les molesta así evitan sacar conclusiones erróneas, tres pare jitas están en plena reconciliación veremos que esconde Kyuhyun, gracias por el cap bye.
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