Por encima de las
lágrimas que he derramado
O mi corazón que se ha
destrozado
He logrado crecer.
… Bye Bye Sea
Unos minutos después estaban de regreso en su hotel. Subieron al elevador, donde nada más cerrar las puertas, Heechul se abalanzó sobre los labios de su esposo; necesitado de Siwon. Éste le correspondía entre jadeos y sobresaltos, pues las manos de Heechul no se estaban quietas; el abrigo de Siwon yacía en el suelo del elevador.
Al llegar
a su piso, las puertas del elevador se abrieron. El primero en salir fue
Heechul quien llevaba a Siwon tomado de la mano sacándolo casi a rastras,
logrando tomar con mucha suerte el abrigo del suelo.
Al entrar
en su suite, los besos no se dejaron esperar, caminando por en medio de la sala
dejaron botados sus abrigos. Entre besos pasaron por el comedor, Siwon golpeó
una que otra silla ante la insistente boca de Heechul que no lo dejaba ver y
más ropa quedó en el camino.
Ya en la
habitación, Heechul lanzó a Siwon sobre la cama y comenzó a devorar sus labios
nuevamente, mientras terminaban de desvestirse mutuamente. Ver de nuevo a
Heechul sobre él era hermoso, pero ésta vez era diferente. Mucho más ardiente,
tempestuoso, impaciente y salvaje, toda una fantasía que jamás imaginó; pues
pensó que el triste pasado de éste aún no estaba del todo borrado.
Pero se
equivocaba, Heechul estaba con la persona que amaba, a la cual había entregado
su corazón y con el único que podía sentir al hacer el amor. Las caricias de
Siwon hacían que cada fibra de su ser vibrara de muchas emociones, con él nada
de ese pasado le impedía ser el mismo; dejarse llevar por el placer que le
causaba y la necesidad que le invadía.
— Siwon… — susurró a su oído. – Hazme el
amor.
La mirada
intensa que se posó sobre Heechul le contuvo el aliento. Sólo Siwon era capaz
de hacerle sentir como nunca. Y antes que pudiera seguir pensando, Siwon cambió
de posiciones deslizándolo debajo de él. Mirándolo con unos ojos llenos de
deseo, pasó su mano sobre su pecho acariciando una de sus tetillas hasta
dejarla dura.
Heechul
gimió ante su toque, pero Siwon no le dejó pues cubrió su boca con la suya,
obligándole a corresponderle con la misma insistencia de su lengua recorriendo
el interior de su boca. Sus respiraciones se hacían entrecortadas, Heechul
sintiéndose perderse lo llevó a aferrarse a sus hombros mientras Siwon lo tomaba en sus brazos, le
acariciaba la espalda desde su nacimiento hasta llegar a su fin, perdiéndose en
sus glúteos.
Ante la
impaciencia mostrada por Heechul, ahora Siwon se lo estaba tomando con calma,
decidido a hacerle pasar un buen rato a su amado y también buscando no
lastimarlo, pues no estaba al cien por cien. Siwon se colocó sobre Heechul en
toda la extensión de su cuerpo, y con su boca buscó la suya con pasión,
demostrándole a Heechul que también lo deseaba.
Ambos
gimieron en medio del beso al sentirse piel con piel, que los hizo retirarse
pues el oxígeno comenzaba a faltarles. Era hermoso, pensó Siwon al contemplar a
Heechul. Para después lanzarse a besar su cuello, su boca viajó a través de su
pecho, sus tetillas las cuales lamió y mordisqueó sin dañarle; Heechul comenzó
a sentir cómo electricidad recorría su cuerpo con cada caricia.
Siwon fue
bajando por su cuerpo con sus besos, más y más abajo, hasta que su boca alcanzó
el miembro de Heechul, lamiéndolo, acariciándolo, provocándole placer; que lo
hizo arquearse y gritar su nombre. Hasta recreándose en esa sensación, sintiendo
cómo una ardiente oleada subía por todo su cuerpo; enredó sus dedos en el
cabello de Siwon imponiéndole su ritmo.
Y cuando
sintió que no podía más, Siwon se detuvo por un momento haciéndolo insoportable
para Heechul; que le pedía con la mirada que continuara.
Entonces
Siwon deslizó una de sus manos sobre su abdomen para continuar con su tarea
mientras le acariciaba ésta zona, llevándolo al éxtasis como una ola de calor
tan intensa que hizo gritar a Heechul arqueando su espalda, liberando su esencia,
para después dejarse caer sobre las sabanas sudoroso y débil.
— Te extrañé hermoso. – susurró Siwon
contemplándolo recuperar el aliento.
— Esto es maravilloso Siwon. – susurró Heechul
algo aturdido todavía. — Pensé que algo sucedía entre nosotros, pero esto… Oh,
Siwon, yo también te extrañaba y mucho.
— Nunca te había sentido así, tan
ansioso. – murmuró Siwon con un dejo de orgullo en su voz.
— ¿No? – preguntó Heechul sacudiendo su
cabeza. — Creo que ni yo sabía que podía ser así, ni que podía reaccionar así. En
parte, tú me provocas todo lo que siento Simba. – añadió, sonrojándose
ligeramente, al recordar cómo su vida sexual antes de Siwon había sido
inexistente. Lo sucedido con Minho no contaba.
— Este es sólo el comienzo de la vida
que tendremos juntos amor. – sonriendo, Siwon le dijo, observándolo con tanto
amor.
— Lo sé. – susurró Heechul, y una
sonrisa se dibujó en sus labios.
Lentamente
Siwon hizo que sus dedos se deslizaran por la entrada de Heechul, y sonrió al
verlo estremecerse una vez más ante sus caricias. Cuando lo sintió preparado,
se colocó sobre él adentrando la punta de su miembro esperando unos instantes
para que Heechul se acostumbrara.
Siwon
miraba el rostro de Heechul, pensaba que a cualquier gesto de molestia o dolor
de éste, se detendría; no deseaba hacerle daño, todo tenía que ser con calma
para no lastimarlo. Pero al ver las pupilas de Heechul dilatarse y la mirada de
deseo contenida, Siwon no dudó en sumergirse completamente en su interior.
Estaba
necesitado de sentir su calidez, de sentirse abrazado por su suave interior. Y
Heechul había extrañado sentirse abrazado al cuerpo desnudo de Siwon, de probar
su piel con sus besos y el placer de sentirlo tan dentro al enredar sus piernas
alrededor de su cintura. Juntos encontraron ese ritmo lento y cadencioso, de
dar y recibir placer, fundiéndolos en un mismo ser.
Momentos
después un grito ahogado salió de la boca de Heechul, estaba a punto de
alcanzar el clímax por segunda vez y se sintió penetrado más profundamente, una
y otra vez, alcanzando aquel punto en su interior que llenaba su cuerpo de
pequeñas corrientes eléctricas.
Juntos,
alcanzaron el clímax, Heechul arqueando su cuerpo y Siwon echando su cabeza
hacia atrás en una explosión de placer. Se dejaron caer sobre las sabanas
entrelazados, incapaces de nada más que deleitarse en los efectos del orgasmo
después de hacer el amor.
— ¿Estás bien amor? – susurró Siwon
minutos después cuando recuperó el aliento.
Heechul sabía
a qué se refería su pregunta, sintió una punzada de tristeza al ver la
preocupación por su salud. Aunque él ya se sentía bien, sabía que esta
costumbre se repetiría en Siwon por algún tiempo más.
— Sí. – contestó Heechul, para después
acomodar su cabeza en el hombro y acurrucarse contra el cuerpo de Siwon.
Pasaron el
resto del día encerrados en aquella suite, como cualquier pareja normal de
recién casados haría. No supieron cuántas veces sus cuerpos se volvieron a
unir, pero debido al cansancio y a que durmieron toda la noche, Siwon supo que
habían sido muchas veces.
No estaba
preocupado por dejarlo embarazado, uno de los medicamentos tomados por Heechul
impedían que ésto sucediera. Pero a Siwon le preocupaba que para ser la primera
vez después de su accidente, habían sido algo impetuosos.
Esa
mañana, Heechul se despertó de un delicioso sueño con la sensación de que algo
acariciaba suavemente sus rubios cabellos. En la somnolencia, disfrutó de la
sensación. Y cuando abrió los ojos, se encontró con el hermoso rostro de su
esposo frente a él. Sus ojos oscuros tenían una nueva luz.
— Buenos días amor. – murmuró Siwon, sin
dejar de propinarle caricias. — He traído el desayuno a la cama.
— Gracias. – respondió Heechul, para
después levantarse y sentir una pequeña punzada de dolor en su parte baja. — Antes
creo que necesito darme una ducha.
— No, quédate así.
Rogó Siwon
al verlo levantarse de la cama. Con su cuerpo desnudo, Heechul estaba
increíblemente sexy, con su pálida piel alumbrada por los leves rayos de sol
que entraban a través de las cortinas de la ventana, su cabello alborotado y su
rostro más feliz de lo que Siwon nunca le había visto.
Con su
intensa mirada, Heechul era una invitación al deseo.
— De acuerdo. – dijo Siwon levantándose.
— Vayamos a bañarnos, seguramente necesitaras alguien que enjabone tu espalda y
cuide de ti, después de anoche. – se escucharon las risas de Heechul al ser
levantado en brazos por su esposo, llevándolo hasta el baño.
Ese día
sólo dejaron la habitación para bajar a comer algo y antes de regresar,
pidieron un poco más de vino y algunos postres para su habitación.
Lo único
que deseaban en estos momentos, era sentir el cuerpo del otro junto al suyo,
con sus brazos rodeándose y saber que estaban ahí, en el pequeño nuevo mundo
que estaban formando sólo para ellos. Donde por fin ellos serían felices, al
menos durante el tiempo que durase.
*****
Un
año después…
Heechul
despertó con el sol de la mañana, pero permaneció en la cama preguntándose si
lo que había ocurrido por la noche había sido sólo una pesadilla. En realidad
toda la discusión carecía de sentido para él.
Después de
la luna de miel, se alojaron en su nueva casa, adquirida con la ayuda de los
Lee. Hyukjae y Donghae fueron de mucha ayuda los primeros días de su estancia
en aquel nuevo país, mostrándoles donde se ubicaba cada tienda, estación,
centro médico y por supuesto, el centro de la ciudad donde comenzarían a buscar
empleo.
Como lo
prometió, Yesung consiguió empleo a Siwon en el área administrativa de una
empresa trasnacional. Y para Heechul, fue mucho más fácil. Pues con ayuda de
Donghae, ingreso en la high school nacional como profesor en la materia de
informática; algo que le venía como anillo al dedo y no requería demasiado
esfuerzo de su parte.
O eso es
lo que él creía. Al comienzo fue algo complicado adaptarse a sus estudiantes,
todos ellos en plena adolescencia con las hormonas alborotadas, no hacían más
que querer enamorar a su nuevo profesor. Pero después de un tiempo de mostrar
el talento oculto de Heechul en lo que a la materia se refería, pronto fue
respetado y querido por sus alumnos.
Tanto se llegó
a encariñar Heechul con aquellos chicos, que comenzó a desear los suyos
propios. No perdió oportunidad por hacerle saber sus deseos a Siwon, pero este
no reaccionó de buena forma.
— Pero
tú me has dicho muchas veces que te gustan los niños. – más que preguntar,
Heechul afirmaba.
Fue la
discusión de la noche anterior, venían de una cena en casa del cónsul, pues aún
tenían amistad con Yesung. Y es que Heechul había visto a la pequeña hija del
matrimonio, toda la velada se lo había pasado cargando a la pequeña hasta que
ésta quedo dormida en sus brazos y Kida tuvo que llevársela a su cuna.
— Sí
me encantan los niños. – asintió Siwon. — Podría aceptar una docena de ellos,
pero aún no es tiempo Rella.
— ¿Una
docena? Pero ni siquiera, deseas uno conmigo.
Heechul observó el rostro de Siwon,
que miraba con ojos inexpresivos hacia la carretera, pues iba manejando de
regreso a su hogar. Siwon parecía estar muy incómodo con el tema.
— ¿Cuándo
será el momento entonces?
— No
lo sé. – dijo Siwon, al notar su mirada retadora.
— Lo
digo en serio Simba. Si los desearas, no estaríamos discutiendo sobre esto de
nuevo.
— Es
que no lo sé. Sólo sé que aún es muy pronto para pensar en hijos. Llevamos un
año de casados, un año desde que te recuperaste de aquel accidente.
— Entonces
es eso, de nuevo es por mi salud. Vamos Siwon, que no quedé mal y hace mucho
que me he sentido bien, hasta he dejado de tomar las medicinas y… - Siwon
detuvo el auto bruscamente al escuchar aquello.
— ¿Qué
has dicho? ¡¿Por qué dejaste de tomarlas?! Aún no te han dado de alta para que
las dejes, sabes que puede ser contraproducente para tu salud. ¡Quieres tener
hijos, y ni siquiera con esto eres responsable! ¿Por qué me das éste tipo de
preocupaciones? – Siwon golpeó el volante del auto.
Heechul lo miró a los ojos y
retrocedió en su lugar intentando alejarse lo más que pudiera de Siwon, luego
se giró hacia la ventana y trató de esconder sus lágrimas. Pero su dolor era
demasiado grande, a veces se sentía culpable de que Siwon tuviera que cargar con los recuerdos de aquel
accidente que tuvo por culpa de MinHo, mismo que ahora impedía que su felicidad
fuera completa.
De aquellos momentos, Heechul no
recordaba nada, los recuerdos recaían en Siwon. Pero también estaba la duda de
que hubiera algo más, hasta ahora Heechul no había podido descubrir que era,
pero tenía la certeza que cuando lo descubriera no sería tan bueno; por eso se
conformaba con lo que sabía. Le daba pavor a su vez enterarse de eso que le
ocultaban.
A Siwon le nublaba la preocupación y
la frustración que la confesión de Heechul le causaba. Si todo lo que pasaba lo
hacía pensando en Heechul, sobre todo su salud, pues el tiempo de recuperación
aún no había pasado del todo.
— ¿Cómo
te atreviste Rella?
— Por
favor, no te enfades Siwon, me asustas. Y lo que dije no es verdad, puedes
preguntar en el centro de salud, te dirán que aún voy por mi medicamento. –
Heechul tuvo que mentir en éste punto, pues se asustó al ver a Siwon tan
alterado.
Siwon al observar las lágrimas que
Heechul derramaba, quiso reaccionar diferente pero era demasiado tarde para
ello. Entonces sus lágrimas le calaron y comprendió la repercusión de sus
palabras. Se asustó demasiado al pensar que sin las medicinas Heechul pudiera
mal lograr su recuperación.
Y la verdad, que Heechul no pudiera
cumplir su sueño de tener un hijo propio por adelantarse a los tiempos, frente
a la verdad de haber perdido un bebé antes, a Siwon le asustaba más la primera.
— Lo
siento. – respondió Siwon algo más calmado. — No quería hacerte daño.
Continuaron el trayecto a casa en mutuo
silencio y cuando llegaron, Heechul ya no lloraba y Siwon ahora, se sentía
culpable y arrepentido por haber reaccionado tan mal frente a él.
Heechul fue el primero en meterse a la
cama, no iba a llorar, ya lo había hecho en el auto y también muchas veces
antes. Al meterse a la cama, Siwon vio cómo Heechul le daba la espalda,
comprendía por qué lo hacía; pero él no estaba dispuesto a dejarlo de esa
manera. Se abrazó a su espalda rodeando su cintura y lo atrajo hacia él a mitad
de la cama.
Sin decir ni una palabra, sólo
dejándole ver a Heechul lo mucho que lo sentía.
Y de un tiempo acá, cuando se tocaba el tema de los hijos entre ellos, todo terminaba en discusión. Para después, ver a un Siwon arrepentido pidiendo disculpas por reaccionar de la forma en que lo hacía. Pero que dejaba el tema de los hijos olvidado.
Heechul
volteó hacia su mesita de luz, vio sobre ésta una rosa blanca que seguramente
Siwon se la había dejado ahí. Heechul se sentó recargado sobre la cabecera y
tomó la rosa, ése detalle le aceleró el corazón, porque a pesar de todo, amaba
a Siwon.
El abrirse
de la puerta interrumpió sus pensamientos. Parado en la puerta entreabierta,
Siwon pedía permiso de entrar con su mirada.
— Pasa. – le pidió Heechul.
— Buenos días amor. – dijo Siwon
entrando a la habitación con un desayuno para dos, se encontraba aún en pijamas.
— No sé si son buenos o no.
Heechul
sabía que era el momento de las disculpas, las cuales siempre venían de parte
de Siwon, que le hacía olvidar todo lo malo pero que le dejaba un vacío e
incertidumbre al no hablar de lo que en verdad le importaba.
— Fue una noche algo larga, de eso no
hay duda. – respondió Siwon, haciendo gala de sus propias ojeras.
— Y yo estaba preguntándome si había
sido todo una pesadilla.
— Lo siento si te hice daño.
— No te preocupes, voy a estar bien.
Siwon lo
miró con gesto pensativo.
— Rella, sabes que te amo y que por eso
haré siempre lo mejor.
— ¿Lo mejor para quién?
— Para ti por supuesto. – Siwon depositó
un beso en la sien de Heechul. — Perdóname por favor, sé que mi reacción fue
exagerada, entenderé perfectamente si después de esto quieres dejarme.
— ¡Pero es que no pienso dejarte! –
susurró Heechul seguro de lo que decía. — Aunque no quisiera discutir de nuevo
por esto. – Siwon acarició su rostro.
— Gracias, yo tampoco quisiera. Pero en
esto tenemos puntos de vista diferentes.
Y sí que
los tenían. Después de tanto pensar, Siwon aceptó que era tiempo de ceder al
deseo de Heechul por tener una familia; no era justo que por sus temores y el
ser descubierto su secreto que con tanto celo guardaba, no diera una
explicación lógica al por qué no deseaba hijos en ese momento.
Así que,
había llegado el momento. Pero para hacerlo, se aseguraría que Heechul
estuviera en condiciones y buena salud, alargando el momento lo más que
pudiera.
— Este fin de semana ocupémonos de
nosotros dos, pasemos unos días juntos sin pensar en nada, más que nosotros.
— ¿Y después?
— Después haremos una cita con tu médico,
y preguntaremos todo lo que debemos hacer, que estés bien y si el medico dice
que podemos tener un bebé en estos momentos, lo tendremos.
— ¡En verdad!
— Sí, pero todo será como el médico diga
y respetando sus tiempos, ¿lo prometes?
En este
punto, Heechul no podía prometer mucho. Ahora, él es el que se sentía culpable
por mentirle a su esposo, había logrado que Siwon aceptara su deseo de ser
padres; pues era verdad que Heechul aún seguía asistiendo a sus citas médicas,
pero también era verdad que hace mucho que no se tomaba los medicamentos.
Por eso,
hacer esa promesa le estaba costando trabajo.
— Claro Simba.
— Bien, desayunemos que se nos está
haciendo tarde para ir a trabajar.
Después de
ésa charla, el desayuno transcurrió sin problemas entre ellos. Planearon el fin
de semana y escogieron el lugar al que visitarían, en medio de risas también
planeaban cómo se quitarían de encima a sus familia postiza; esos Lee en verdad
se les habían hecho muy cercanos. Tanto que, era raro el fin de semana que no
pudieran escapar de sus planes y terminaran saliendo con ellos.
El sonar
del teléfono, interrumpió aquellas risas. Siwon fue a contestar mientras se
limpiaba la boca con una servilleta.
— Diga. – Siwon contestó al teléfono.
Al
instante, Heechul vio cómo su cara cambio. Siwon estaba impresionado,
nerviosamente pasaba sus manos por su rostro y sus palabras eran cortas, casi
monosílabos que a Heechul no le decían nada y no hacía más que acrecentar su
ansiedad.
Heechul bajó
de la cama acercándose a Siwon, cuando lo vio colgar el teléfono.
— Y bien, ¿Quién era? – preguntó con
ansiedad.
— Era Leeteuk el que llamó. – contestó,
pero no fue capaz de continuar.
— ¿Qué te dijo? Por dios Siwon dime.
— Me temo que no son buenas noticias.
Siwon tomó
las manos de Heechul entre las suyas, lo arrastró con él hasta la cama, donde
se sentó y a Heechul lo colocó sobre sus piernas abrazándolo.
— A tu padre ha estado atormentándolo
una enfermedad estos últimos tiempos, no saben qué es lo que tiene. Se
encuentra hospitalizado en estos momentos. – le explicó Siwon.
— Mi padre, ¿está siendo bien atendido?
Mis hermanos están con él, supongo.
— Sí. Pero Leeteuk me ha confesado que los
médicos no tienen muchas esperanzas, y en sus delirios pide por ti. Dice que la
culpabilidad no lo deja irse.
— Oh, pero ¿cómo es que aún sigue
pensando en mí? – Heechul estaba horrorizado con el sufrimiento de su padre a
pesar de todo. — Está agonizando, debemos ir, por favor volvamos.
— Eso mismo pensé yo que debíamos hacer,
debes estar con tu familia y sobre todo, ver a tu padre antes que… - Siwon no
continuó.
— Pero cómo lo tomarán mis hermanos y mi
madre.
— Leeteuk se ha ofrecido a darles la
noticia antes de que lleguemos, así nos ahorraría un tiempo valioso de
explicaciones. Debemos aceptar su ayuda, sé que será duro para tu familia por
el momento en que viven, pero sé que también será un alivio.
— Volver, no pensé que sería tan pronto.
– Heechul estaba asustado a la vez que preocupado.
— Ha pasado un año ya, todo habrá
quedado en el olvido. – le animó Siwon. — Recuerda que tú y yo somos otras
personas, ya nada puede separarnos. Siwon y Heechul desaparecieron en aquel
accidente.
— No pensé que nuestro regreso sería de
esta manera, con mi padre al borde de la muerte. — Heechul se abrazó a su
esposo y éste lo rodeó con sus brazos.
— Tranquilo, estaremos juntos y
pasaremos esto.
Y así, una
mala noticia los volvía a Corea, el mismo país del que habían salido huyendo,
el mismo que los daba por muertos.
Continuará...
va siendo hora de que Siwon le diga a Heechul lo del embarazo.. sino se le avecina un gran problema. . y no creo que sea bueno que vuelvan a despedirse del papá de Heechul
ResponderEliminarVaya espero no pase nada malo cuando esten ahi
ResponderEliminarOh miedos, inseguridades, desconfianza es lo que pone a estos dos a ni decir la verdad y ocultar las cosas mas acertados. Y ahora ya regresa a corea. Que seran de sus miedos??
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