La llamada... Capítulo Dos

 

 

—    ¿Por qué me dejaste solo en la fiesta? ¡Te fuiste muy temprano!

Su amigo y socio, Ryeowook, le reclamó. Ellos habían planeado asistir juntos a la fiesta de apertura de la nueva sucursal de su negocio, pero Heechul le había abandonado a mitad de la fiesta.

—    No estaba de humor. – se excusaba Heechul.

—    Oye, no es que me esté quejando, - Heechul casi pudo reírse de esto, porque en la cara de su amigo podía ver que se divirtió mucho aún sin él —, se trataba de nuestro evento, un nuevo logro en otra ciudad, y tú estabas ahí todo callado como si el león se hubiera comido tu lengua.

Heechul negaba mientras se reía, había entendido la referencia.

—    Lo siento, mi humor no me ayuda mucho. – se disculpó Heechul, aunque riendo.

—    Ese hombre tuyo, al menos vale la pena estar sufriendo por él, si está de diez.

—    No lo creas mucho… - un sonrojo comenzaba a invadir el rostro de Heechul —, y no estoy sufriendo por él.

—    Sí, sí, como digas. – Ryeowook se escuchaba divertido mientras palmeaba su hombro.

—    Por cierto, llegaron los accesorios que nos hacían falta, ¿cierto? – Heechul intentó cambiar de tema.

Heechul había tenido que quedarse unos días más de los que había planeado, no podía irse sin dejar la nueva sucursal andando como relojito. Por otro lado, esto le pareció de lo mejor, porque de esta forma no tenía que volver a Seúl y enfrentarse a Siwon cuando tuviera que ir a sacar sus cosas del departamento.

Tarde o temprano tenía que hacerlo de todos modos… Más valía tarde que ahora.

—    Sobre eso… - el teléfono de Heechul comenzó a sonar interrumpiendo la charla. — ¿Qué no vas a contestar? – preguntó Ryeowook al ver como Heechul rechazaba la llamada en su celular.

—    No lo haré. Estamos trabajando. – respondió Heechul con seriedad.

—    Ok. Los accesorios llegaron, pero creo que tendríamos que cambiar al proveedor, no nos va a funcionar igual que en la sucursal de Seúl. Podríamos escoger uno local.

—    Ya había pensado en eso también. – afirmaba Heechul mordiendo su lapicero mientras miraba los papeles que tenía sobre la mesa, cuando su celular volvió a sonar y rechazó la llamada nuevamente.

—    Deberías contestar, ese teléfono no va a dejar de sonar, tú hombre es difícil de evadir, ya lo deberías saber.

—    Tú qué sabes.

—    Porque ahora me está marcando a mi seguramente.

Heechul vio como Ryeowook saco el celular del pantalón mostrándole la pantalla, el nombre de Siwon llamando resplandecía en ella.

—    Lo ves. – dijo Ryeowook rodando los ojos, y guardando el celular, obviamente no iba a contestar.

Entonces, el celular de Heechul volvió a sonar.

—    Bueno, me voy, tienes tiempo hasta después de la comida, y vendré para terminar esto, necesito regresar lo antes posible a Seúl. – Ryeowook se despidió rápidamente de Heechul. — Y contéstale a tu hombre o le diré que el camión de la entrega pasó por encima tuyo. Lo tendrías aquí antes de que pudieras escapar.

—    ¡Tú! ¡No te atrevas!

Tampoco podría ser tan cruel, Heechul jamás jugaría con eso porque sabía lo mucho que le afectaría a Siwon, a pesar de todo.

—    Voy a contestar. – dijo después de suspirar.

—    Ese es mi amigo. Bueno… adiós. - se despidió Ryeowook lanzándole un beso.

Heechul tomó una respiración profunda antes de contestar la llamada.

—    Siwon… 

Disculpa, no quería molestarte

Sólo quería escuchar tu voz y nada más

Había prometido no llamarte

Pero me está quemando el frío en esta soledad… 

—    ¿Por qué contestaste?

Heechul escucho la pregunta antes de separarse de su celular y mirarlo como si fuera la cosa más extraña, porque no entendía esa pregunta, si era él quien había insistido en sus llamadas para que contestara.

Se pegó de nuevo el celular a la oreja.

—    Siwon, me estas marcando, no es la primera llamada, ¿no es lo que esperabas?

—    Sí, pero pensé que no ibas a contestar nunca.

—    Pues ya ves que no. – si no lo hacía, su celular iba a seguir sonando todo el día.

No es como si el gran CEO Choi Siwon no tuviera nada mejor que hacer que mantener sus dedos pegados en el celular intentando llamarle. ¿Cómo si eso fuera posible? Suspiró Heechul.

Una de las cosas que había odiado de estas últimas semanas era lo mucho que se había metido en su trabajo. Heechul también estaba lleno de trabajo, sin embargo, siembre se daba tiempo para ellos.

—    ¿Cómo estas, gatito?

—    Siwon… Pensé que ya habíamos dejado claras las cosas.

—   Solo quiero saber cómo te encuentras después de la inauguración. – eso podía responderlo, pensó Heechul.

—    Bien, pero, hay un pequeño cambio de planes.

—    ¿Cuál?

—    En la fiesta, me encontré con un conocido de la universidad. Nos la pasamos tan bien que quedamos de vernos hoy. – Heechul mintió.

—    ¿En serio? ¿Quién es?

—    No creo que lo conozcas. Nos dejamos de ver hace mucho y nos reencontramos apenas.

—    ¿Si? – Siwon parecía no estar muy interesado en lo que Heechul decía, así que lo pico un poco más.

—    Quedamos de encontrarnos en lugar de moda.

—    ¿Qué lugar de moda?

—    Pareces no creer lo que te digo.

—    Porque tú odias los lugares de moda, son demasiado escandalosos y llenos de gente, donde tienes que bailar, eres más de lugares tranquilos, como un bar, por ejemplo. Se ve que tú amigo no te conoce. – Heechul pudo escuchar el énfasis en la palabra “tú amigo” que hizo Siwon, tenía que ser más convincente porque no le estaba creyendo nada.

—    Es porque nos dejamos de ver por mucho tiempo, ya te lo dije. 

No quiero mal entiendas mi llamada

Ya sé que se acabó lo nuestro

Y que no hay marcha atrás

Pero me está costando mucho llanto olvidarte

Y quiero saber qué estás haciendo para olvidarme… 

—    Seguro, bueno gatito, espero que no lo hagas esperar, comienza a ponerte bonito desde temprano. Quiero que tú amigo vea el hermoso hombre que tengo a mi lado. – Heechul se sonrojó por las palabras, Siwon siempre le hacía sonrojarse con cualquier piropo, solo que esta vez estaba siendo sarcástico, bien se daba cuenta.

—    No te preocupes, a él no le voy hacer esperar, estaré listo a tiempo.

—    Ya veo. Podrías invitarlo a Seúl cuando regreses. Sabes, creo que me está cayendo bien tu amigo. – Siwon dijo riendo.

—    Ya te dije que tendré que quedarme un poco más. – dijo Heechul un poco molesto.

—    Sí, tengo entendido por qué. ¿Llegaron a tiempo los accesorios?

—    ¿Cómo sabes? – de pronto Heechul entendió todo — ¡¿Me mandaste a seguir?!

Siwon recordó la pequeña instrucción que dio el día que Heechul abandono su oficina, furioso. Solo tuvo que levantar la bocina de su teléfono, llamar a su jefe de seguridad y dar la orden:

“Sí, mi prometido Heechul acaba de salir de mi oficina, síganlo discretamente, que no sepa que están ahí. Quiero que me informen cada cosa que haga cuando les llame. Cuiden su seguridad, ya que ira a otra ciudad, no quiero que nadie se meta con él, ¿entendido? Los hago responsables.

Si, CEO Choi. – había recibido por respuesta.”

Y por eso Siwon sabía, que Heechul se había inventado todo lo del amigo y la cita que tendría. Según sus informes, su gatito se había retirado temprano de la fiesta, aunque eso le decía a Siwon que no lo estaba pasando bien, y tampoco le gustaba.

Por ningún motivo deseaba que Heechul estuviera contrariado o triste, ni siquiera por su causa. Podría soportar que estuviera enojado y molesto con él, Siwon podía lidiar con ello, pero causarle alguna tristeza en una noche que debió ser grandiosa para Heechul, no le sentaba bien.

—    Tenía que asegurarme que no hicieras nada malo mientras no estoy contigo. – la voz de Siwon bajo de tono al decirle esto, Heechul podía imaginar su rostro en estos momentos y sus ojos llenos de posesividad — ¿Sabes? He estado pensando todo el día en ti gatito, estuve en una reunión y no pude concentrarme, porque no estás aquí, por como terminaron las cosas la última vez. – Siwon terminó de decir con tristeza.

—    ¿Me mandaste a seguir?

—    Sí. – Siwon respondió sin mentir.

—    También metiste tus manos con los proveedores de los accesorios, ¿verdad?

—    Digamos qué, indirectamente también es mi negocio y tu mi jefe, por eso tenía que hacerlo. – eso hizo reír a Heechul.

—    Pero si tú eres el CEO de una gran compañía, como vas a ser mi subordinado.

—    Tú mandas, yo obedezco, así será siempre.

—    Tengo que irme, necesito terminar mi trabajo.

—    Mentiroso. Mejor respóndeme algo, ¿por qué regresaste temprano de la fiesta? – Siwon le preguntó de una forma que se notaba preocupado por Heechul.

—    Porque me preguntas si ya lo sabes, ¿no me mandaste a seguir?

—    Sabes que no fue así. Necesito saber que vas a estar seguro cuando no estoy contigo, no saber de ti me mata, así que… dime Heechul, ¿por qué regresaste temprano de la fiesta?

—    ¿Podemos hablar en casa? Por teléfono, hablar es mucho más fácil. – respondió Heechul intentando evitar la pregunta otra vez.

—    Eso no es cierto, si fuera así ya me habrías respondido.

—    Si ya lo sabes. – Siwon escucho suspirar a Heechul — Estaba inquieto, puedo estar enojado y molesto, pero te extraño. Y luego todas las cosas que dijimos, no podía disfrutar de nada, eso fue todo.

—    Regresaste temprano, y es mentira también lo del amigo ese que te encontraste en la fiesta, ¿verdad?

—    No me puedes obligar a responder eso.

—    Por favor, necesito saber.

—    Es mentira, sabes que eres el único en mi vida en estos momentos, porque estúpidamente estoy enamorado de ti a pesar de todo.

Sí, estúpidos sentimientos que gobernaban su corazón.

 

Continuará…