Lo Dejas En Buenas Manos, Le Decían… Capítulo 2 Final



Esta vez frente a frente dentro de la tina, Heechul llevo sus manos lentamente a donde había dejado de enjabonar. La entrepierna de Sungmin requería el mismo trato, pues al menor su amiguito se estaba despertando. Para ese momento Sungmin ya no ponía resistencia, sus ojos cerrados y sus dientes mordiendo el labio inferior le decían a Heechul que lo estaba disfrutando.

Después de estar largo rato estimulando el miembro de Sungmin, el bóxer que restaba del cuerpo de Heechul desapareció también. El menor seguía con sus ojos entrecerrados, lo que dio oportunidad a Heechul de seguir jugando un poco más con él.

Como pudo se acercó, tomo su miembro y el de Sungmin con una sola mano comenzando a estimularlos juntos.
- Hyung… no… - con los ojos muy abiertos, Sungmin detuvo la muñeca de Heechul.

- Vamos Sungmin, no te dejare así. – dijo Heechul refiriéndose a su duro miembro -. Dolerá mucho y estarás muy incómodo.

Muy a su pesar, Sungmin supo que tenía razón. Sintió como los colores subieron a su rostro, que dejo caer para ocultarse y soltó la mano del mayor para que siguiera con su trabajo. Heechul saboreo con su boca un poco de las tetillas de Sungmin, hasta dejarlas erguidas.

- Definitivamente si es un lunar… - soltó de pronto el mayor, al darse cuenta que la pequeña manchita de la tetilla de Sungmin, no se quitaba. Dándose cuenta que también está solo aparecía cuando el menor se encontraba excitado.

Nuevamente con suaves pero certeros movimientos, Heechul comenzó a masajear y rozar sus miembros con cierto ritmo. Sungmin se encontraba sentado dentro de la tina y Heechul ahorcajadas de este. Sus miembros rozándose, sus cuerpos muy juntos. Sungmin tenía una excelente vista del pecho del mayor.

Cerró sus ojos y sus manos comenzaron a subir por el cuerpo de Heechul. Comenzando por su abdomen, siguieron viajando hasta su pecho delineando la clavícula del mayor, para finalmente tomar su cuello con ambas manos.

Aun con la tarea de darse mutuo placer. Heechul dejó caer su cabeza hacia atrás, mordiendo su labio para no dejar escapar algún gemido, al sentir las caricias del otro. Las manos de Sungmin sobre su cuerpo, se paseaban curiosas y suaves.

Poco después ya no solo eran las manos de Sungmin, pues su boca se le había unido. Estaba degustando cada una de sus tetillas y de vez en cuando la lengua del menor se paseaba por su cuello. Sosteniéndose con su mano libre de los hombros de Sungmin, Heechul enredo los dedos en su cabello, masajeándolo levemente atrayéndolo hacia sí.

Se separaron un poco, solo para mirarse. Sungmin lucia tan inocente con sus cachetitos sonrojados, Heechul aún no terminaba de entender cómo es que se juntaba con Kyuhyun. De pronto los ojos curiosos de Sungmin también se le quedaron mirando fijamente con un brillo especial que Heechul no supo describir en ese momento, pero lo sintió.

La mano lastimada y embolsada de Sungmin se hizo de la nuca del mayor, acercándolo toscamente dejando a su merced su boca, mientras la mano libre del menor se unía a la de Heechul sosteniendo también ambos miembros. Los movimientos de sus manos se hicieron más repetitivos y salvajes, el beso se hizo más profundo y exigente.

Pasaron unos minutos más entre besos y caricias, entre suspiros y gemidos ahogados por los mismos besos. Heechul no aguanto más pues era quien estaba sosteniendo su peso en las piernas, se abrazó a Sungmin enredando sus brazos por encima de sus hombros. Por lo que la mano del menor los hizo terminar a ambos en un placentero orgasmo bajo el agua.

Sungmin dejó caer su cabeza en la orilla de la tina cerrando sus ojos, dejándose llevar por las últimas oleadas de su orgasmo y perdiéndose en un descansado sueño…

- Sungmin… Sungmin ah… - comenzaba a escuchar entre sueños -. despierta o vas a quedar como pasa.

- ¿Qué… que pasó? – pregunto Sungmin no más despertarse.

- Te quedaste dormido. – entro un Heechul en pijamas, con los cabellos alborotados y… ¿secos?

- Fue un sueño… - murmuró Sungmin confundido y tallando sus ojos.

- Claro que soñaste, si hasta el pasillo se escuchaban tus ronquidos. – Heechul le acerco la toalla al menor -. Debes salir de la tina o encogerás más. – bromeó -. ¿Quieres que te ayude?

- No gracias… - dijo Sungmin sin vacilar, pues así había comenzado todo en su sueño -. yo puedo hyung.

- Nada más camina con cuidado para que no caigas… - le sugirió Heechul -. está un poco mojado por aquí. – y se fue dejándolo solo.

- ¿Por qué hay un camino de agua hasta la puerta? – se preguntaba Sungmin -. El no recordaba haber mojado tan lejos.

Sea como sea… estaba seguro que era algo que no quería saber. Fue un sueño se repetía… fue un sueño. Y un pucherito se formaba en su boca…

- Kyuhyun… - suspiró


* * * * *

En qué momento había comenzado a correr por todo el departamento… ¡Oh sí! Sungmin lo sabía. En el momento en que Heechul hyung le dijo que era hora de cambiar sus vendajes y limpiar su herida, los recuerdos de esa primera vez que lo hizo Kyuhyun vino a su mente.

Junto con los recuerdos el dolor. Kyuhyun había sido muy cuidadoso en cambiar sus vendajes y limpiar su herida y aun de esa manera a Sungmin le dolió muchísimo. El antiséptico le ardió, cuando pasó el cotonete por sobre la herida dolió y después de tanta tortura… el suave aliento de Kyuhyun soplando para que dejara de llorar y los pequeños besitos alrededor de su bracito, después sus ojitos y sus mejillas borrando las lágrimas que escaparon de sus ojos.

A pesar del dolor a Sungmin le pareció un encantador momento por todas las atenciones que Kyuhyun tuvo con él.

Pero ahora estaba en una situación muy diferente. Sungmin estaba seguro que el mayor no sería tan considerado con él, además que no era para nada sutil y cuando se trataba de heridas, sangre; Heechul resultaba muy asqueroso y terminaba haciendo todo demasiado rápido para no vomitar.

Sungmin no quería, se rehusaba a ser torturado y a no ser recompensado por su bebe. Por eso, aunque su pierna dolía solo un poco, corría a todo lo que le daba para escapar del mayor.

Con esa escena en el departamento, Kangin se encontró, tan solo entrar.

- ¿Qué rayos sucede aquí?

- ¡Ah! qué bueno que llegaste. – dijo aliviado y un poco cansado Heechul al ver llegar a Kangin.

Camino hasta él, se apoyó en su hombro y jalo aire por unos segundos más antes de poder hablar.

- Es todo tuyo, toma.

Sin darle tiempo a Kangin para que reaccionara de su sorpresa, Heechul le entrego el antiséptico, las vendas, gasas, cotonetes y el medicamento que Sungmin debía tomar al serle cambiados sus vendajes.

- Hyung, ¿Qué es todo esto? – alcanzó a preguntar Kangin antes que Heechul se perdiera en su recamara, aun jadeando.

- Tengo entendido que primero debes darle el medicamento y después le cambias el vendaje. No debe ser muy difícil, puedes usar la fuerza si es necesario… - el mayor regreso unos pocos pasos para asomarse por el pasillo -. a mí ya se me agoto. No me molesten, debo dormir.

- Pero… - Kangin no pudo decir más, porque Heechul ya había desaparecido -. ¿Dónde está Sungmin?... Min ah, hyung ya se fue. Estamos tú y yo, no voy a lastimarte.

Hizo falta que Kangin repitiera esto dos veces para hacer que el conejito saliera de su madriguera. Sungmin se acercó a Kangin, cojeando un poco. Pero al ver mucho más de cerca que este traía todo para limpiar su herida, de nuevo se preparó para huir.

- Ni lo sueñes. – Kangin ya lo sostenía de la cintura y se lo echaba al hombro como costal de papas -. podemos hacerlo por las buenas o por las malas, bola rosada ¿tú dices?

- No hyung… me va a doler, me va a doler. – Sungmin gritaba mientras pataleaba.

- ¡PUEDEN CALLARSE POR FAVOR! Intento dormir. – se escuchó el fuerte grito de Heechul desde su recamara.

- Si no lo hago yo, lo hará él y ya sabes cómo se pone cuando no lo dejan dormir. – se explicó Kangin.

No muy convencido y aun poniendo resistencia, Sungmin fue echado con cuidado en su cama. No podía huir de nuevo, porque Kangin se encargó de cerrar la puerta y correr la pesada cómoda para que él no la pudiera mover y salir huyendo.

Vio moverse al mayor en busca de un vaso con agua para él y después lo vio regresar, ofreciéndole el agua con la pastilla que debía tomar antes de serle cambiados sus vendajes. Trago el medicamento sin problema, pues sabía que lo iba a necesitar, esa pastilla desaparecía el dolor y le relajaba. Sungmin entrego el vaso a Kangin.

- Bien, vas hacer esto por las buenas o…

- Oblígame hyung… - lo retó Sungmin entrecerrando sus ojitos.

- Ash bola rosada, no hagas más difícil esto. – Kangin se botó encima de Sungmin, quien no pudo reaccionar debido a que ya le había exigido mucho a su pie.

- ¿Cómo a ti no te va a doler? – lloriqueaba el menor.

Sungmin no podía moverse porque Kangin ya se había acomodado a horcajadas sobre su cuerpo. Lo retenía debajo de él con sus piernas a los costados, definitivamente ni Sungmin con todos sus conocimientos de karate iba a poder librarse del mayor; mucho menos con su brazo y pie lastimado.

Como pudo, Kangin sujeto el brazo no lastimado del menor con su pierna, para poder inmovilizarlo completamente. En el servicio le enseñaron a atender este tipo de heridas lo más rápido posible, pero en este momento también deseaba ser delicado para no lastimar a la bola rosada.

Era divertido para él, ver como el menor hacia pucheritos y lloriqueaba viéndolo quitarle los vendajes, preparando el antiséptico en las gasas, cuando aún no le hacía nada. La herida se veía sana, pero los vendajes ya requerían cambio, pues se encontraban un poco mojadas y eso no era bueno para su sanación.

- Bien Min ah, sí cooperas, esto pasara rápido. Seré gentil contigo, lo prometo.

- No… no quiero, me va a doler. – y de nuevo comenzó a moverse como lombriz debajo del cuerpo de Kangin -. ¡NO QUIERO! ¡NO QUIERO!… - y a gritar también.

Estuvo a punto de tirarle todo el antiséptico encima, Kangin debía hacer algo, pues si bien no recuerdan; Heechul dormía en una de las habitaciones del piso. Kangin se preguntaba qué hacer para que el menor se quedara quieto y dejara de gritar. Después vino a su mente una táctica de guerra que aprendió en la mili… tomar por sorpresa al enemigo para crearle una distracción. Y así lo hizo…

Alejando del todo las gasas y el antiséptico del cuerpo de Sungmin, Kangin bajo rápidamente su torso hasta quedar rostro con rostro, muy pegado al menor. No le dejo reaccionar, simplemente tomo sus labios con los suyos y le planto un beso… un beso que podría describirse como un choque húmedo de labios, pero que hacían presión sobre los labios de Sungmin.

La distracción fue tan buena, que pronto Sungmin dejó de gritar y de moverse. Lo que Kangin aprovecho para separar sus labios.

- Realmente funciona. – dijo Kangin como si hubiera hecho lo más normal del mundo, hablaba más consigo mismo ya que Sungmin había quedado un poco perdido -. y ahora quédate muy quieto, no tardare.

Con la distracción del beso, la manito no lastimada de Sungmin quedó liberada. Misma manito que se llevó a sus labios. Miro de nuevo al mayor, que concentrado limpiaba la herida de su brazo. Mientras Sungmin pensaba…

“¿Qué es lo que acaba de pasar? Me besó, me estaba besando y estuve a punto de corresponderle, dios mío. Deseaba que sus labios no se separaran de mí, se sintió tan bien aunque fue solo un roce de sus labios. No puedo explicar que es lo que me está pasando, nunca hubiera pensado corresponder los besos de otro que no fuera Kyuhyun y ahora me siento un infiel… ¿por qué me pasa esto a mí? Primero con Heechul hyung y esos sueños húmedos, ahora deseando los besos de Kangin… esto está mal, muy mal…“

Sungmin comenzó a llorar quedito nuevamente.

Kangin ignorante de los pensamientos del menor, se concentraba en dejar la herida limpia y envuelta en los vendajes después de la broma hecha al menor. Realmente hacía mucho tiempo que no besaba a Sungmin de esa forma. Claro, desde que el menor se enredó con el celoso maknae y él se fuera a la militar.

Además la relación era tan estrecha entre ellos, que entre broma y broma, uno que otro beso resultaba. Sungmin era para el cómo su hermanito menor.

- Listo. – dijo dejando las cosas a un lado de la cama -. Ves, te dije que esto sería más rápido si cooperabas.

Pero cuando volteó a ver al menor, se sorprendió al ver lágrimas en sus ojos.

- ¿Te hice daño? Dios, si te lastime… - dijo alarmado Kangin, pues Sungmin no paraba de llorar -. Min ah porque no me dijiste, hubiera parado.

Sin embargo Sungmin no lloraba por eso. Extrañaba a Kyuhyun, se daba cuenta que todo lo que su loca imaginación le estaba jugando, era resultado de extrañar al menor. Y el que se jactaba que lo pasaría bien este día, sin que Kyuhyun estuviera torturándolo con sus cuidados. Al menos si no le hacia el amor, lo tenía a su lado para abrazarlo, mimarlo, besarlo.

Si le había dolido un poco, pero la intensidad de sus lágrimas se debía mayormente a Kyuhyun.

- Lo siento, lo siento Min ah, no llores.

Kangin ya había bajado del cuerpo del menor, se encontraba recostado a su lado limpiando con sus dedos las lágrimas que salían del rostro del menor. Comenzó acariciarlo para que calmara su llanto, lo pegó más a su cuerpo donde Sungmin se acurruco.

Mientras frotaba su espalda, Kangin repartía pequeños besos a Sungmin, posó sus cálidos labios en la frente del menor, le decía dulces palabras para que dejara de llorar. Beso sus ojitos y con sus dedos limpió los últimos rastros de lágrimas que quedaban.

- Kyuhyun es muy afortunado. – le dijo al menor.

- ¿Tú crees? – preguntó Sungmin, con su naricita roja y sus ojitos hinchados.

- Sí, eres muy lindo y debe cuidarte bien, sino yo me encargare que lo haga.

- Oh no, el me cuida muy bien. Por eso es que lo extraño ahora. – y de nuevo sus lágrimas amenazaban con salir.

Kangin abrazó el cuerpo de Sungmin y lo arrastro con el hasta la cabecera de la cama, donde se sentó. Sungmin apoyo su cabeza en el pecho del mayor y se abrazó a él, mientras Kangin volvió a tomarlo entre sus brazos, acariciando su espalda hasta que este se quedó dormido.

La medicina dada antes por él había hecho efecto, besó la frente del menor. Verlo dormido era realmente adorable, lo que Kangin no pudo evitar pasar los dedos por esos labios acorazonados que hace mucho dejo de besar. Y aunque fue en broma, solo por hoy se permitió hacerlo de nuevo.


* * * * *

La mañana luminosa y los insistentes rayos de sol en su cara, terminaron por despertar a Sungmin de su sueño. Boca abajo como estaba sobre la cama, no podía moverse, mucho menos porque se encontraba abrazado a un gran conejo rosado que Kyuhyun le había regalado en su pasado cumpleaños. El gran conejo rosado era casi tan grande como la mitad de su cuerpo.

Como pudo se rodó sobre la cama y sintió su cabeza dar vueltas. Así se sentía con esa medicina que le daban al cambiar su vendaje, al darse cuenta de esto, se sentó muy rápido sobre la cama. Tanto que tuvo que llevar su mano a la cabeza, pues se mareó.

- ¿Qué fue todo lo de ayer?

Esto venía a lo que había soñado en la tina y seguramente después se culparía por desear más besos de Kangin. No estaba seguro si había sido un sueño realmente o producto de la medicina, junto a la abstinencia de Kyuhyun.

- Kyuhyun… - susurró.

En la carita de Sungmin se volvió a formar un puchero al recordar la forma en que lo había extrañado ayer y los pensamientos que arremolinaron su mente, cuando Kangin cambiaba su vendaje.

Volvió a recostarse sobre la cama, no deseaba levantarse, no tenía ganas. Deseaba que Kyuhyun regresara y le acosara con todos esos cuidados, hasta que estuviera sano y no tuviera que tomar ninguno de esos medicamentos que le hacían alucinar.


* * * * *

Ese mismo día llegaron los chicos ausentes. Algunos rendidos, otros ansiosos por encontrarse con las personas que habían dejado atrás. Como el caso de Siwon que no más llegar, abrazó a la princesa del grupo. Y otro caso era el del maknae, que enseguida se informó de la salud de Sungmin.

- ¿Todo bien Heechul hyung? – pregunto Kyuhyun a un Heechul que descansaba sobre el sofá abrazado a Siwon.

- No fue problema Kyuhyun. – el mayor le sonrió al responder -. Sungmin está descansando completito en su cama, con sus dos brazos, piernas, ojos, orejas e incluso sus lunares están completos.

- ¿Lunares? – por supuesto que Kyuhyun no sabía de lo que hablaba.

- Incluso ese lunarcito que tiene a la derecha de su pecho. – murmuro Heechul, parecía hablar consigo mismo con sus ojos perdidos.

- Mejor voy a ver como esta, gracias hyung. – al ver el extraño comportamiento de su hyung, Kyuhyun asustado decidió ver por sí mismo que su conejo estuviera bien.

Kyuhyun se encuentra a un Sungmin recostado boca abajo, con la tv y luces encendidas. El mayor ya no duerme pues tararea una canción, mueve de vez en cuando sus piecitos lo que hace que su trasero se mueva. Después de tantos días, Kyuhyun también estaba resintiendo no estar con Sungmin.

Aprovechando que Sungmin no se dio cuenta de su llegada, dejo sus cosas aun lado de la cama, quito su chamarra y despacio fue trepando sobre la cama hasta quedar encima del mayor. Quien rápidamente reacciono volteando hacia arriba, tan solo para sorprenderse con un beso en sus labios.

Sungmin se giró sobre la cama quedando de frente al menor, quien seguía encima de él.

- Hyung, ¿Cómo te sientes?

La pregunta extrañó a Sungmin, ya que la mirada que Kyuhyun le echaba la conocía muy bien, ese deseo en sus ojos siempre los llevaba a lo mismo y Sungmin lo ansiaba, después de todas las cosas raras que estuvo imaginando el día anterior. El menor también estaba conteniendo sus ganas.

- No me encuentro bien. – Sungmin dijo con un hermoso puchero.

- ¿Qué te duele hyung? – Kyuhyun comenzó a pasar una de sus manos sobre el cuerpo del mayor.

- Mis heridas están bien.

- ¿Entonces? – el menor se detuvo.

- Kyuhyun yo… yo te necesito. – soltó por fin Sungmin -. todo el día de ayer estuve imaginando cosas, que si tú te enteraras no te gustaría. Primero con Heechul hyung en la tina… el jabón, yo… - Kyuhyun no comprendía lo que el mayor decía, pero el solo ver su carita, ya deseaba besar el pucherito de su boca -. Kangin… hasta con Kangin hyung me paso.

- ¿Qué pasó con Kangin? – preguntó Kyuhyun muy serio al escuchar el nombre del mayor.

- Creo que me estoy volviendo loco de abstinencia Kyu... por favor, por favor tócame.

Y ese fue el punto de quiebre de Kyuhyun. Ver a su hermoso conejo pidiendo que lo tocara, que lo hiciera suyo, no se lo iba a negar. Además el mayor parecía muy angustiado, con todas esas pesadillas que había imaginado.

Primero busco los labios de Sungmin, esos labios acorazonados que saboreaba con gusto. El cuerpo del mayor se estremeció al sentir poco a poco el peso de Kyuhyun, que se dejaba caer sobre su cuerpo. Sus manos se cruzaron en el cuello del menor, acercándolo más a su cuerpo y profundizando el beso.

Eso es lo que había querido hace mucho, no era mucho pedir y sin embargo había esperado tanto por sus tontas heridas.

Las manos de Kyuhyun comenzaron a desnudar su pecho, presuroso y ansioso, hizo volar los botones de la pijama de Sungmin para dejar por completo al descubierto su pecho. La boca de Kyuhyun no tardo en viajar por su cuello, succionando, lamiendo y de vez en cuando mordiendo. Dejando en su camino una sensación de miles de mariposillas sobre la piel de Sungmin.

Su boca se aventuró ir más abajo y su lengua se degusto con la piel del pecho de Sungmin. Primero saboreo su tetilla izquierda hasta endurecerla, después viajo a la derecha. Kyuhyun pensaba hacer lo mismo con su lengua, pero por alguna extraña razón recordó las palabras dichas por Heechul.


“Incluso ese lunarcito que tiene a la derecha de su pecho.”

Abrió sus ojos, la claridad de la luz y del día no le dificultaron ver el pequeño lunar que se erguía sobre la tetilla derecha de Sungmin. Lo raro de este era que solo era visible cuando su tetilla se endurecía, algo que pudo comprobar Kyuhyun en ese momento.

Para él que se jactaba de conocer a su conejo por completo, ese pequeño lunar había permanecido oculto a sus ojos, pues se encontraba en una parte oscura de la piel del mayor.

Sus ojos se abrieron, sus rápidos pies lo llevaron hasta la puerta de la recamara y un grito perturbador se escuchó todo por el departamento. El sonido de unos pies y el azote de la puerta principal se dejaron escuchar antes de que el grito terminara…

- ¡¡KIM HEECHUL!!

Quien como gatito, ya se había escabullido junto con un caballito.


Fin(?)

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