Adaptación: Waiting For You... Capítulo 3

Podría besarlo en ese mismo instante y Heechul no lo detendría.

En la puerta de uno de los mejores restaurantes de Sapphire Blue, Siwon pasó un dedo por sus labios. Podía ver el brillo de consentimiento en los grandes ojos serios de Heechul, pero…

- Tengo tantas ganas de besarte Rella que no puedo respirar. – murmuró Siwon, apartando la mano –. Pero te hice una promesa y no quiero arriesgarme a perder las otras cinco citas por faltar a mi palabra.

Heechul lo miró, sin parpadear, concentrado aún en ese dedo.- ¿Qué promesa?

- La promesa de que no habría sexo entre nosotros.

- ¡Ah! – Heechul se mordió el labio inferior, la luz de las farolas le sacaban reflejos a sus cabellos mientras otras parejas pasaban a su lado, tan solo ese gesto a Siwon se le hizo tan sexy –. En realidad, un beso no puede considerarse como sexo.

Sí, eso era verdad, pensó Siwon. Pero enseguida puso los pies en la tierra.

- Nosotros nunca hemos podido parar después de un beso, Rella.

¡Oh! Eso era cierto… tanto que Heechul tuvo que sonreír.

- Sí, es cierto. Lo nuestro era asombroso.

“Era”, en pasado. Siwon maldijo mentalmente. Después miro a Heechul a los ojos, recordando las noches apasionadas con su cuerpo bajo el suyo… noches asombrosas.

Algo golpeó a Siwon en la espalda entonces y se dio la vuelta a la velocidad del rayo… para encontrarse con un grupo de universitarios saliendo alegremente de una discoteca. Fue un alivio, pero le recordó que no debía separarse de Heechul ni un centímetro.

- “Debes aguantar hasta que llegue el primer premio, amigo”, se dijo Siwon.

La noche estaba yendo bien, mejor de lo que había esperado. Pero recordó lo que Heechul había dicho antes de mirarlo con sus grandes ojos que parecían rogarle un beso.

- ¿Te importa si voy contigo a la consulta del ginecólogo?

Heechul parpadeó, sorprendido por el repentino cambio de tema. Y Siwon se alegró de poder desconcertarlo un poco porque cuando estaba con Heechul sentía como si estuviera lanzándose de un avión sin paracaídas de reserva. Si pensara menos y sintiera más… Sus sentidos se nublarían por completo.

Por fin, Heechul asintió con la cabeza.

- Claro que puedes ir conmigo. No es que no hayas visto mi vientre antes. – dijo Heechul haciendo una mueca que pronto se convirtió en una sonrisa, pasó una mano por su abultado abdomen –. Aunque nunca lo has visto así.

- Pero me gustaría. – la frase se le escapó a Siwon de sus labios sin que pudiera evitarlo. Porque era cierto, le gustaría tocarlo, tocar a su hijo –. Siempre has conseguido hacerme perder la cabeza pero ahora… lo que dicen sobre el embarazo es verdad. No puedo apartar los ojos de ti.

Heechul levantó la barbilla con ese gesto orgulloso suyo y Siwon intuyó que aquello iba a ser una emboscada.

- Si siempre te he hecho perder la cabeza, ¿por qué rompiste conmigo sin darme una explicación?

Heechul quería desesperadamente tragarse la pregunta y seguir disfrutando de una cita libre de problemas y rencores.

¿De verdad había dicho eso en voz alta en lugar de seguir paseando tranquilamente por las calles de Sapphire Blue? Pero ahora que lo había dicho, dar marcha atrás sólo haría a Heechul parecer más vulnerable.

Siwon metió las manos en los bolsillos de sus pantalones.

- ¿De verdad quieres estropear esta cita hablando de por qué rompimos?

- No rompimos, tú rompiste conmigo. – lo corrigió Heechul, clavando un dedo en su torso. Como no podía dar marcha atrás, lo mejor sería aclarar las cosas de una vez –. Y puedes seguir jugando con esto de las citas todo lo que quieras, pero eso no cambia nada. Tú me botaste, pedazo de canalla.

- Rella…

Heechul volvió a clavar el dedo en el torso de Siwon, duro como una piedra.

- Tal vez lo lamentaste después y decidiste retomar la relación donde la habías dejado cuando volvieras a casa… - continuo Heechul.

- ¿Me dejas hablar?

Las inseguridades y los miedos que Heechul llevaba en su corazón, salieron a la superficie entonces.

- Seguramente imaginaste que el serio y bonito fotógrafo Kim Heechul se sentiría agradecido, claro.

- ¡Lo dirás de broma! – Siwon tiró de Heechul hacia uno de los callejones y lo tomó entre sus brazos.

Un simple roce de sus labios provocó una ola de fuego líquido que pareció recorrer a Heechul de los pies a la cabeza y el fuego se quedó justo donde desearía tenerlo a Siwon.

- “OMG”. – gimió Heechul en el beso.

* * *

- “Shissus”. – suspiro Siwon.

¿Cómo podía haber olvidado la potencia de los besos de Heechul? Era como echar combustible en el motor de un avión, haciendo que todo desapareciera: los coches, la gente, la calle.

Lejos de la gente, Siwon lo besó hasta que su cerebro pareció quedar aletargado. Otras partes del cuerpo de Heechul, sin embargo, no estaban aletargadas en absoluto.
Al contrario, la cremallera de sus pantalones prácticamente estaba aprisionándolo dolorosamente.

Y aunque no podía acercarse tanto como le gustaría debido a su abultado abdomen, Siwon se apretó contra él.

- “Tranquilo, amigo”. – se tranquilizaba Siwon mentalmente, en consideración a Heechul porque lo amaba, a ese ser en su abultado vientre al cual no deseaba hacerle daño y a que se encontraban en un lugar sumamente público.

Siwon aflojó la presión, sin dejar de buscar el húmedo interior de su boca con la lengua, mientras deslizaba las manos por su espalda, acariciándolo, saboreándolo. Tenía que controlarse, pensaba. Por el amor de Dios, ya no era un adolescente.

Suspirando, Siwon apoyó la frente en su cabeza, incapaz de hablar y menos de caminar. Tal vez deberían quedarse allí durante los próximos meses, hasta que su corazón volviese al ritmo normal.

Heechul se dejó caer sobre él con uno de esos suspiros suyos, tan sensuales.

- Por esto es por lo que terminamos siempre en la cama.

- ¿Eh?

Siwon no articulaba bien las palabras. Necesitaba palabras.

- No sabemos cómo hablar el uno con el otro. – insistió Heechul.

¿Hablar? Siwon no quería decirle por qué había roto con él hasta que pudiera pensar con claridad. Pero cuando lo miró a los ojos se dio cuenta de que ya no le quedaban excusas. Heechul era demasiado listo… y merecía saber la verdad.

- Yo sabía cuánto sufriste cuando tu ex prometido te dejo plantado. – empezó a decir Siwon. Y, de repente, sintió una punzada de celos, al recordar que Heechul no hablaba mucho de eso, y temía pensar que no lo hubiera olvidado del todo –. No quería hacerte pasar por eso otra vez… comenzamos tan rápido.

Los grandes ojos de Heechul se clavaron en él con la precisión de un rayo láser.

- A ver si lo entiendo. ¿Me rompiste el corazón para no romperme el corazón, de nuevo?

- Pues… – Siwon se rascó la cabeza, la alerta de emboscada más clara que nunca –. Más o menos.

Heechul soltó un bufido.

- O eres el hombre más tonto que he conocido o te mientes a ti mismo.

La expresión de Siwon se volvió tan poco comunicativa que Heechul tuvo que contenerse para no abofetearlo y hacerle reaccionar. Pero estaba seguro que no soportaría una escena en medio de una calle llena de gente.

Como había esperado, Siwon lo tomó por la cintura y siguió caminando como si no hubiera pasado nada.

- Vamos a llegar tarde al restaurante. He reservado mesa a las nueve.

- ¿No deberíamos ir a algún otro sitio donde podamos hablar? – preguntó Heechul. Un sitio donde no hubiera besos que lo dejaran deseando más –. O podríamos llevarnos la cena y…

- ¿Te da miedo ir a un restaurante romántico conmigo?

Evidentemente. Aun así, Heechul se daba cuenta de que estaba evitando contestar a sus preguntas sobre la ruptura y no pensaba darse por vencida. Pero tampoco se le escapaba esa fría expresión que le decía todo lo que necesitaba saber.

Siwon no iba a hacerle confidencias esa noche.

* * *

A la mañana siguiente, Heechul entró en su oficina en la SM. Pero no para trabajar. Siwon había insistido en que cumpliera su promesa de pedir unos días libres y, francamente, empezaba a pensar que Siwon necesitaba esas vacaciones más que él.

Pero como no quería retrasar el trabajo necesitaría su ordenador portátil y unos cuantos archivos sobre esa nueva campaña en la que emplearía todo su talento antes de que le dieran su licencia de embarazo. Aunque no sabía cómo iba a trabajar teniendo a Siwon a su lado veinticuatro horas al día, despertándole la fantasía de tenerlo a su lado en la cama…

Heechul se abanicó con una carpeta de archivero, mirando hacia el pasillo donde el mismo Siwon charlaba con un grupo de sus compañeros sobre las próximas festividades navideñas que a todos les daría descanso; al menos esa noche.

Siwon había estado hablando con la policía de la agencia e incluso con la oficina de investigaciones especiales para pedirles que intentaran averiguar la identidad de su acosador… ¡Sí! Un investigador privado para su caso.

¿Cómo podía no haber pensado que si la carta apareció dentro de su coche estando en la agencia, eso podía significar que el pervertido trabajaba allí?

Heechul salió a la puerta y miró sobre los cubículos, luces y adornados con algunas esferas colgadas en las paredes. ¿Podría uno de sus compañeros ser el pervertido que estaba molestándolo? Debía haberlo pensado incluso sin ser consciente de ello porque no le había hablado del asunto a nadie.

Estudió a los que estaban cerca: su compañero de profesión, había sido modelo pero en cuanto Heechul entro a la SM le tomo amor a su profesión y decidió dejar la pasarela por estar tras la cámara, ese era Jay a su izquierda. El soltero Kangin a su derecha, un muchacho fortachón, algo bruto pero todo amabilidad y alguien a quien podía acudir cuando estaba en problemas.

Los dos muy buenos amigos. Y los dos solían ofrecerse a acompañarlo al coche cuando trabajaban hasta muy tarde, un gesto de consideración que Heechul jamás se había molestado en cuestionar.

- ¡Bú! – escuchó Heechul, a su espalda.

- Qué susto me has dado, pato babo.

- Perdona, Heenim. – dijo Leeteuk –. Pero no quería que te escaparas sin contarme… – su amigo señaló a Siwon –. Detalles, quiero detalles.

Leeteuk, un chico guapísimo, era un encanto, pero tenía la mala costumbre de meterse en la vida de la gente. Por eso la mayoría de la agencia, lo conocían como la ajumma metiche.

Tal vez debería darle a Jay o Kangin un empujoncito en su dirección para mantenerlo ocupado, pensaba Heechul. Mientras ninguno de los dos fuera el psicópata que le enviaba las cartas, claro.

Heechul se apoyó en su escritorio, apartando una cámara antigua que Siwon le había llevado de Londres. Un gesto que amo, pues sabía lo mucho que le gustaban; la historia de la herramienta que utilizaba para hacer lo que más le apasionaba… la fotografía.

- Imagino que te llamó por teléfono para que me llevaras ese día a la pasarela para verlo, ¿verdad?

- Sí, me temo que sí. – asintió Leeteuk, apartando su rubio flequillo con un soplido por demás gracioso –. ¿A que fue muy romántico? Kangin y Jay me decían que ibas a enfadarte, pero yo sabía que merecía la pena intentarlo.

Kangin que pasaba por la puerta de la oficina escucho y se atrevió a intervenir.

- Bueno, pero según nos dijiste, salió corriendo en cuanto Siwon bajo de la pasarela a verlo.

Jay también se había colado a su oficina y se acercó, con unos papeles en la mano e intervenía en la charla.

- Espero que no sigas enfadado. No te ofendas, pero estabas cada día más encerrado en ti mismo y decidimos tomar medidas desesperadas. Y si has decidido tomarte unos días de vacaciones, parece que la cosa ha funcionado.

Heechul levantó una mano y la llevo a su rostro, sin duda sus compañeros eran una bola de metidos y su mejor amigo, Leeteuk próximamente ex amigo, era un chismoso de primera.

- Siwon y yo vamos a utilizar esta semana para solucionar temas legales con respecto al bebe. Siento mucho dejarlos con todo el trabajo que tenemos ahora, pero…

- Tómate el tiempo que necesites – le interrumpió su compañero Kangin –. Mientras vuelvas a tiempo para supervisar y dar el visto bueno a la campaña, el resto podemos hacerlo nosotros.

- A mí no me importa tener que trabajar más horas. – Jay dijo amablemente.

Leeteuk abrió uno de los cajones donde Heechul guardaba sus dulces para sacar uno.

- Oye… esos no son míos. – Heechul cerró el cajón rápidamente.

- Espero que Siwon te trate bien.

Entonces Heechul pensó que tal vez el contar algunos detalles de cómo Siwon estaba intentando retomar la relación desanimaría a su acosador, cualquiera que de ellos dos bien podría ser.

- Me compra flores, bombones, me invita a cenar en restaurantes de cinco tenedores…

Leeteuk suspiró, chupando una paleta de caramelo.

- Qué encanto. – suspiró Leeteuk.

- Pobre tonto, está muy verde todavía. – murmuró despectivamente Kangin, pues sabía muy bien las malas experiencias por las que había pasado Heechul al lado de Siwon. Sin duda todos sabían que era un desastre para las citas y el romanticismo.

- Yo necesito estar seguro y todo esto me da un poco de miedo. – la admisión había escapado de los labios de Heechul sin que se diera cuenta. Pero, maldita fuera, aquellas personas eran sus amigos y confiaba en ellos.

Sintió como tras él, Leeteuk pasaba sus brazos sobre sus hombros y lo abrazaba consoladoramente.

- Pues claro que debes tener cuidado, cariño. ¿Pero se te ha ocurrido pensar que tal vez Siwon esté tan asustado como tú?

¿Asustado? ¡¿Siwon?! A Heechul le resultaba difícil imaginarlo, pero eso le hizo pensar. Tal vez Leeteuk tenía razón, pero Siwon no aceptaba ninguna oferta de consuelo o ayuda de ningún tipo.

Y eso significaba que para la siguiente cita tendría que maniobrar al maestro de las maniobras. Debía pasar una noche a solas con Siwon para poder tirar algunas de las barreras tras las que se protegía.

C o n t i n u a r á . . .