Adaptación: Waiting For You... Capítulo 7

El hombre dijo algunas palabras anti sonantes y lo soltó. Heechul comenzó a sobarse con sus manos el área adolorida, mientras lo miraba desconcertado.

- No te voy a hacer nada. - le dijo -. Solo quiero que me digas que haces aquí.

- Y tú, ¿por que diablos me observas desde lejos y por que también me persigues? ¡Contesta! – Heechul grito esto último, sabiendo que al verlo histérico se preocuparía por él y comenzaría a ceder.

- Bueno, yo… - bufo el hombre -. Te diré la verdad.

Había sido descubierto, ¿Ahora que le iba a decir? Heechul no estaba muy seguro de creerle, pues cualquiera que fuera su explicación; no creía necesario haber llegado a asustarlo tanto con esos anónimos y llamadas.- Yo…

- No tengo todo el tiempo, lo dices ahora o te vas a arrepentir. – sabia que Siwon pronto estaría a su lado.

- Desde el primer día que te vi en la agencia me gustaste Heechul. Se que suena obsesivo, pero en realidad me gustaste. Pero al parecer yo a ti no, pues siempre estabas junto a Siwon…

- Estás loco.

Heechul harto de escuchar sus estupideces, hizo gesto de irse de ahí con pasos decididos paso de largo. Pero el hombre al ver que intentaba irse de su lado, lo halo hacia atrás y rápidamente volvió a voltearlo. Le agarro las manos, aprisionándoselas en su espalda.

Heechul sollozo de dolor. ¿Acaso iba a golpearlo?

- Suéltame por favor, por favor… - le pedía lastimosamente.

- Te juro que solo lo hice porque te amo y tenia mucho tiempo que no conocía a alguien como tu. Te lo juro. Déjame ser yo el que este a tu lado. Como cuando Siwon no estaba, por favor… por favor…

- ¿Por qué me haces esto? - le murmuro Heechul.

- Porque tu me provocaste, porque me hiciste a un lado en cuanto el regresó. Yo estuve a tu lado todo este tiempo, pero no te importó…

- Tú arruinaste mi paz…

- No es cierto, yo solo te perseguí porque me gustas…

- Si te gustara no me habrías hecho sufrir con esos anónimos, con esas llamadas que me llenaron de miedo…

Heechul comprendió que su amigo estaba en un error, pero que en parte había sido su culpa por haberlo involucrado tanto en su vida. El haberle dado una idea equivocada, que lo llenó de esperanzas.

* * *

Siwon salió del bungalow aun con el móvil pegado a la oreja, pues la llamada se había cortado; solo para ver a Heechul acorralado por un hombre en la camioneta a lo lejos. Aterrado por lo que pudiera hacerle, corrió hacia ellos y jalo al hombre por los hombros tumbándolo al suelo alejándolo de Heechul.

Con el hombre forcejeando entre sus piernas y con la mirada centrada en Heechul, Siwon buscaba que su pareja estuviera bien. Solo salió de su trance cuando Heechul lanzó un grito cuando el hombre logró zafarse y lanzar el puño hacia su cara.

Pero con la velocidad del rayo, Siwon lo sujetó apoyando un antebrazo en su garganta mientras le daba un puñetazo en el estómago. Después se detuvo de golpe.

- ¿Jay?

Por fin había visto su rostro, Siwon soltó el agarre de su antebrazo. ¿Qué hacía allí su amigo? Había intentado hacerle daño a Heechul y llevaba un papel en la mano…

Entonces lo entendió todo. Aunque le resultaba incomprensible.

- ¿Eres tú quien le escribía esas cartas? ¿El que le llamaba por teléfono?

Una vena comenzaba a latir en la frente de Siwon.

- Eso es lo que parece.

Jay jadeó, sus ojos de cachorro perdido que siempre le parecían tan sinceros y divertidos... y de algo más que no podía entender.

- No lo mereces. – empezó a decir Jay, repitiendo lo que había escrito en los emails que envió a Siwon –. Nunca lo has merecido. Yo sólo quiero estar con él. Como cuando tú no estabas.

- Pues me has dado un susto de muerte. – replicó Heechul, a punto de darle un golpe en la cabeza.

- Pero yo nunca te he hecho daño. Yo jamás te haría daño. – Jay trató de levantarse del suelo, aprovechando que Siwon estaba distraído escuchando, pero este no lo dejo –. Sólo quería que me pidieras ayuda, que te fijaras en mí. He estado junto a ti todo este tiempo, pero tú no me lo agradeciste. No, volviste a salir con este cavernícola.

Siwon lanzó un bufido.

- Pues hasta este cavernícola sabe que no es buena idea insultar al hombre que te tiene sujeto por el cuello.

Jay pasó por alto la amenaza y siguió mirando a Heechul.

- Hay que ser idiota para dejarlo, para irse al otro lado del mundo y no llamarle siquiera.

Siwon frunció el ceño, aflojando un poco la presión en el cuello de Jay… pero él aprovechó para intentar atacarlo. Heechul gritó para advertirle y Siwon lo empujó contra el suelo, sujetando sus manos arriba de su cabeza. Una posición incomoda para Siwon que lo tenía muy cerca.

Jay intentaba soltarse, pateando como loco. En su desesperación, ahora se dirigió a Heechul.

- Fui yo quien te consoló cuando llorabas porque Siwon te había dejado. – hablaba mostrando su obsesión con alarmante claridad mientras escuchaban una sirena a lo lejos –. Era yo quien te consolaba cada vez que escuchabas como otro modelo salía con tal o cual mujer haciendo escándalo por dejar a su pareja; pensando cuando escucharías de Siwon lo mismo. Sólo necesitabas un empujoncito para apoyarte en mí. Yo te habría dado lo que necesitas, Heechul, una vida tranquila.

Jay siguió con su letanía de “adoración” y “conmiseración” por su sufrimiento durante el tiempo que Siwon había estado en Londres. Era evidente para cualquiera que el hombre estaba enajenado porque, aunque estuviera diciendo la verdad, todo estaba sacado de contexto.

Aun así, Heechul podía ver que Siwon escuchaba atentamente sus palabras sobre lo mal que lo había pasado mientras él estaba en Londres, confirmando sus miedos del sufrimiento que había vivido mientras estuvo lejos de él.

Y, poco a poco, la luz empezó a desaparecer de los ojos del hombre asombroso y vibrante con el que Heechul había empezado a soñar que podría casarse después de todo.

* * *

Al día siguiente, Siwon estaba en la agencia para realizar unas fotos de una nueva campaña publicitaria donde lo habían requerido

Las vacaciones habían terminado. El día de Navidad había pasado y Heechul aún no había dicho que se casaría con él. Aunque no había vuelto a pedírselo después del encuentro con Jay.

El día de Navidad había sido un desastre en todos los sentidos. La policía se había llevado a Jay para hacerle una valoración psiquiátrica, pero Siwon no podía encontrar simpatía por el canalla que había hecho sufrir tanto a Heechul.

Aun sabiendo que era un loco, no podía dejar de pensar en lo que había dicho: Heechul estaba destrozado por haber roto con él y haberse ido al extranjero. Y como es que podría volver a confiar en él, si ya le había fallado.

Cuando firmaron la declaración en la comisaría, todo había terminado. ¿El gran festín de Navidad? Otra hamburguesa de McDonald’s. Habían hecho un círculo completo desde la primera cita. Salvo que esta vez hicieron el amor sin decir una palabra antes de colocarse cada uno en un lado de la cama. Y Siwon no sabía qué hacer.

Afortunadamente, otros dos modelos se reunieron con él en la sesión fotográfica. Los otros dos modelos pertenecían a un grupo reducido de la agencia que trabajaban en Japón y aquellos dos eran amigos. Cho Kyuhyun, había llegado de Japón una semana ante justo cuando Siwon había llegado de Londres y Lee Sungmin, un modelo compañero de sus tiempos de entrenamiento en la SM que ahora trabajaba junto a Kyuhyun también en Japón, había llegado para navidad.

Sungmin tomó una manzana de una de las mesas llenas de fruta que utilizarían para las fotos.

- Te veo con mala cara Siwon. Eso debe significar que sigues teniendo problemas con ese novio tuyo.

Genial. Hasta se le notaba en la cara.

Sungmin, el más cercano a Siwon, sabia de la existencia de Heechul desde que comenzó a salir con él, meses atrás.

- ¡¿Tanto tiempo sigues con él?! - se asombro Kyuhyun, que ya se les unía.

- Y tú… ¿no sigues conmigo? – reclamo Sungmin, al sentir como el otro sostenía su cintura con sus manos.

- Mi conejito, tu eres especial. – dicho esto, Kyuhyun beso su mejilla, para después quedarse perdido en los ojos del otro.

- Mejor concentrémonos en Siwon, o terminaremos haciendo algo en público.

- ¿Tú qué crees? – una sonrisa traviesa se asomo en los labios de Kyuhyun.

Después de un intercambio más de miradas, se concentraron en Siwon, que por estar ensimismado en sus pensamientos, no noto el intercambio de palabras entre sus amigos.

- La verdad es que ya no sé qué hacer.

- Pues yo tengo algunas ideas. – dijo Sungmin, sonriendo. Las personas adoraban a Lee Sungmin, hombre y mujeres de todas las edades, y por eso era una especie de gurú que siempre daba buenos consejos –. No tiene que ver con el dinero o con ser extravagante, se trata de hacer cosas estúpidamente cursis. ¿Cuál es su sitio favorito?

McDonald’s, los restaurantes de comida exótica, los partidos de fútbol, los paseos por la playa. Heechul se adaptaba a todo, le gustaba todo y no era nada exigente.

- Ya lo he llevado a todos los sitios que le gustan.

Sungmin mordió la manzana que Kyuhyun le ofrecía.

- ¿Colecciona algo? A veces eso puede dar una pista de lo que le gusta de verdad. – continuo Kyuhyun con el interrogatorio.

- Si lo supiera no tendría esta cara de tonto. – se acusó Siwon.

- Hay libros que dan ideas sobre esas cosas. – sugirió Kyuhyun –. Yo he copiado algunas en mi agenda electrónica, junto con unos chistes… así siempre lo tengo todo a mano.

Los ojos de Sungmin se iluminaron con el brillo que le había dado su reputación de “Aegyo Min”.

- Pensé que ese tipo de libros cursis no te pegaban Kyuhyun.

Siwon se aclaró la garganta. Estos dos se estaban burlando en sus narices de su situación.

- Me parece interesante que mi vida amorosa sea más divertida para ustedes que para mí.

Poniéndose serio, Kyuhyun le dio una palmadita en el hombro.

- ¿Has probado a ser su amigo? Los amigos también pueden enamorarse.

Él había pensado que Heechul era su amigo además de su amante. Desde luego, no se lo había dicho y… como echaba de menos hablar con él tanto como había echado de menos hacer el amor… y eso lo echaba mucho de menos.

- Son tan listos, ¿cómo es posible que sigan solteros?

Kyuhyun dejo caer sus hombros.

- Merece la pena esperar a la persona de tu vida, pero cuando esta llega no debemos dejar que se aleje de nuestro lado.

- Además quien ha dicho que estemos solos. – remato Sungmin echando una mirada cómplice a Kyuhyun.

- ¡Oh! Ustedes dos… ¿están? – Siwon estaba tan metido en sus asuntos, que no había notado el trato diferente que se tenían sus amigos.

- Nos vemos luego, amigo.

Mientras observaba a los dos modelos alejarse hacia las luces de los reflectores, Siwon pensó en lo que habían dicho. ¿Merecía la pena esperar a la persona de tu vida?

Esperar no era su estilo.

¿Pero por qué arriesgarlo todo sólo porque quería aclarar las cosas con Heechul en un plazo determinado?

Demonios, la respuesta había estado ahí todo el tiempo. No en el libro sino en una tarde en unos grandes almacenes y en un paseo por la playa. Había sido un idiota al ponerse un plazo. El amor no tenía tiempo ni espacio y no dependía del decorado.
Y el inteligente Heechul tenía razón: el amor verdadero consistía en ser generoso con uno mismo y con el otro.

Heechul había sido muy generoso al insistir en que no dejara su trabajo en el extranjero y era hora de hacer lo mismo por él. Tendría que abrirle su corazón, aunque le daba pánico después de ver cómo el intenso amor había destrozado la vida de su madre.

Aparentemente, la muerte de su padre era una carga más pesada de lo que él había creído, algo que tendría que superar con la ayuda de Heechul.

Y también tenía razón al insistir en que vivieran sus vidas a tope. Cada día era un regalo y empezaba a darse cuenta de que su madre no habría cambiado los años que tuvo con su padre por nada del mundo.

Siwon sacó el móvil del bolsillo y marcó un número que tenía grabado, rezando para que contestara. Era hora de comenzar hacer cosas estúpidamente cursis.

- ¿Leeteuk? Soy Siwon. ¿Podrías hacerme un favor? Necesito que Heechul esté en el aparcamiento de la SM dentro de tres horas… sí, ya sé que es después de su horario de trabajo, pero es muy importante.

* * *

Heechul se apoyó en su coche, en el aparcamiento de la agencia, e intentó no tener celos de la felicidad de Leeteuk y Kangin.

¿Qué importaba tener que trabajar un par de horas más si de ese modo sus compañeros podían salir juntos?

Alguien tenía que esperar allí para recoger el paquete que esperaba Leeteuk y podía ser él ya que Siwon tenía que trabajar hasta muy tarde. Su semana de vacaciones y romance había terminado oficialmente.

De modo que esperó. Y esperó. Pero el camión de reparto no llegaba. No oía nada más que los coches en la carretera que rodeaba la agencia y el ruido de las plataformas colgadas del techo hacia los ventanales con algunos trabajadores en ellos. El silencio le hizo pensar en aquel testarudo, en aquel hombre fuerte y noble.

Cuánto amaba a Siwon.

Pero después del incidente con Jay, Siwon no había querido hablar, sólo abrazarlo sin decir nada. Hicieron el amor y después se quedaron mirando al techo durante horas. Siwon en silencio, él sintiendo que lo dejaba fuera.

Heechul intentó imaginar la vida sin él… y no podía hacerlo.

El corazón le decía que Siwon lo había alejado de su vida antes de irse a Londres porque sus sentimientos le daban tanto miedo como a él. Y, evidentemente, lamentaba haber roto su relación ya que había organizado su regreso antes de saber que estaba esperando un hijo suyo.

Heechul suspiró. Confiaba en su instinto en todo lo referente al trabajo, pero aquel era un riesgo mucho mayor.

Y el resultado mucho más importante.

¿Cómo podía haber sido tan cobarde?, se preguntó. Era hora de confiar en su corazón y luchar por el hombre del que estaba enamorado.

Las personas que estaban haciendo maniobras en las plataformas sobre su cabeza parecían aplaudir su decisión con el “chop, chop, chop” de las poleas. Que sonaban cada vez más fuerte, por cierto. “Atrévete, atrévete, atrévete”, parecían decir.

Y lo haría. En cuanto llegara el camión del reparto con… ¿qué le había dicho Leeteuk que esperaba? Debía estar en la nota de pedido que tenía que mostrarle al proveedor cuando llegara. Tal vez allí habría un número de teléfono…

Heechul sacó el papel del bolso e intentó leerlo a la luz de la farola que iluminaba el aparcamiento. No parecía una factura ni una de las notas de pedido de material de oficina a las que estaba acostumbrado.

De hecho, parecía una carta escrita a mano…

“No seas tonto esta vez. Agarra el estupendo trasero de ese hombre tuyo con las dos manos y no lo sueltes nunca.”

- ¿Heechul? – una voz familiar, y tan querida, sonó entonces por un altavoz.

Sobresaltado, Heechul soltó el bolso… su barra de labios, las llaves, todo rodando por el suelo del aparcamiento. Pero cuando miró alrededor no vio a nadie.

- Aquí arriba. – dijo la voz, un segundo antes de que un foco la iluminara desde el cielo.

Siwon, era Siwon. No había ningún camión de reparto. Leeteuk había vuelto a engañarlo.

Y Heechul no podría alegrarse más.

Heechul apretó la carta contra su corazón mientras lo saludaba con la otra mano, sus ojos llenos de lágrimas que no tenían nada que ver con las hormonas o con el viento que levantaba las hojas.

Vio con alegría como una enorme manta con sus nombres entrelazados y la pregunta que hace poco después de hacer el amor había escuchado de labios de Siwon, caía a todo lo largo del edificio.

- Kim Heechul. – la voz de Siwon resonaba por el altavoz desde una de las plataformas colgadas en el edificio –. Te quiero más que a las pasarelas del mundo, más que a los amaneceres y más que a mi propia vida. ¿Me harías el honor de convertirte en el esposo del modelo Choi Siwon?

Pasarelas, modelo del a SM. Heechul supo entonces que Siwon había abrazado su destino. Y había llegado el momento de que él abrazara el suyo.

Levantando los brazos, gritó con todas sus fuerzas:

- ¡Sí, sí, sí!

- No te oigo aquí arriba. – escuchó la respuesta de Siwon –. Pero supongo que esa sonrisa es un sí. Y si me esperas bajaré para que me lo digas en persona.

Mientras Heechul esperaba, la plataforma descendió fácilmente de donde se encontraba suspendida. Heechul admiraba la manta aun con los ojos llorosos. De verdad había hecho aquello en uno de los edificios de la agencia, donde todos lo verían al otro día. Por él.

Siwon saltó de la plataforma, dejando atrás los hombres que le habían ayudado a colocar la manta y sonriendo de oreja a oreja. Pero la sonrisa de Siwon era aún más amplia.

Heechul corrió para abrazarlo… lo que debería haber hecho durante toda la semana.

- Cásate conmigo.

- Oye, espera, deja que te lo pida yo. – Siwon rió mientras la apretaba contra su pecho.

- Muy bien, de acuerdo, me casaré contigo. ¿Tú quieres casarte conmigo?

- Sí, claro, futuro esposo mío. – Siwon enterró la cara en su cabello, temblando –. Dios, Rella, te quiero tanto. Estos últimos meses sin ti han sido un infierno. Siento mucho haberte hecho eso… habérnoslo hecho a los dos. Lo último que quería era hacerte daño, pero te juro que esta vez no seré tan tonto.

Heechul lo besó antes de decir las palabras que Siwon quería escuchar:

- Te perdono.

Y después lo besó de nuevo, apasionadamente, saboreando el beso tanto como se atrevía a hacerlo en un aparcamiento público.

Siwon apartó el pelo de su cara con un gesto tierno.

- No merezco que me lo pongas tan fácil.

- ¿Quién dice que vaya a ponértelo fácil, Choi Siwon? – Heechul sonrió, disfrutando de estar juntos de nuevo –. Siwan y yo esperamos mucho de ti. Incluso he marcado algunas páginas en ese libro que escondes en el cajón de los calcetines.

- Encantado, amor mío, absolutamente encantado.

Siwon buscó sus labios con ese gesto atrevido pero sorprendentemente tierno que siempre lo hacía temblar por dentro. Y, como le había aconsejado Leeteuk, Heechul agarró su trasero con la intención de no soltarlo nunca.

Siwon rió sobre sus labios.

- No me sueltes hasta que lleguemos a casa. Y allí pienso esforzarme por crear una vida entera de noches memorables, cariño.

F i n . . .