Lost Heart... Capítulo 35

- No quiero lo que estás pensando… solo quiero silencio. – La habitación estaba silenciosa, y el polvo terminaba de asentarse.

- ¿Por qué? – Ryeowook estaba intentando hacer tiempo para que sus hombres barrieran afuera.

- Desde que lo conozco, me ha encantado Siwon… creo que lo sabes, y tengo muchos planes a futuro, pero tú, mi querido niño, podrías ser el único impedimento para que lo logre… tú y tu fidelidad hacia ese bastardo.

Yesung a su lado se humedeció los labios, intentando hacer cálculos mentales acerca de los hombres afuera. Sungmin se removió un poco para tener un mejor agarre de su arma y Kyuhyun intentaba respirar, supuso que para mantener los nervios a raya.

La siguiente situación, fue completamente inesperada.

Los tronidos de las armas afuera indicaban que la lucha estaba muy cerca, así que Ryeowook aprovecho para quitarse de la trayectoria de Kwon y correr hacia donde estaba este, con el afán de quitar de sus manos el arma. Yesung disparo a los hombres que estaban al lado del pelirrojo, pero esto no fue suficiente.

Hombres armados, que Ryeo sabia no eran de su bando, comenzaron a entrar por el agujero en la pared. Maldiciendo golpeo a Kwon con la culata del rifle en la cara haciendo que saliera un poco de sangre por su boca.

Se encontró peleando cuerpo a cuerpo con el ruso e intentando desarmarlo, pero Kwon lo arrojo lejos de un solo empujón.

Ryeowook casi pudo ver en cámara lenta como paso lo demás.

Después que Kwon lo empujara dejándolo en el piso, este se volteó, quedándole a tiro Kyuhyun, y poco más lejos Yesung, ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando lo vio jalar el gatillo. El ruido del disparo pareció ahogar todo lo demás, la pelea que se estaba desarrollando entre sus hombres y los rusos.

Sungmin estaba de espaldas a él, con la bala incrustada entre los omoplatos y con el cuerpo recargado en Kyuhyun. Podía ver el rostro de Kyuhyun, quien ni siquiera había notado que estaba siendo apuntado un momento antes, Tenia la mirada vidriosa y desesperada, oía con atención lo que sea que le hubiera estado diciendo el mayor.

“Cuídalo por mi… si algo me pasa… cuídalo” Las palabras de Sungmin retumbaron en su cabeza y antes de darse cuenta, disparo contra Kwon dándole en el hombro de la mano que sostenía el arma, haciendo que esta cayera.

Corrió sin pensar en nada más que en salvar a Kyuhyun y a Yesung, pues los hombres que tenía eran muy pocos, y eran rápidamente mermados por los de Kwon.

“Lamento haber sido cruel contigo Minnie… yo lo pondré a salvo” Susurro justo antes de que se desplomara en el suelo de rodillas y le dirigiera una mirada de agradecimiento.

Pudo sentir la mano de Kyuhyun fría, quizá por el susto o la adrenalina. Yesung tampoco estaba reaccionando a su agarre. Jalo de ellos hasta el agujero en la pared cuando oyó a Kwon ir tras ellos.

Jalo con más fuerza al par de chicos a su lado mientras intentaba sortear a los pocos hombres que había afuera del edificio y que pelaban.

¿Podría el salir de aquí? No sabía exactamente, pero por lo pronto tenía que mantener la seguridad de Yesung y Kyuhyun. Sabia donde exactamente estaba la moto del primero y jalo con ellos hasta ese lugar.

- Sunnie, llévate a Kyu, ve al aeropuerto y busca el avión 212, es un jet privado, tengo que terminar aquí… luego los buscare. Toma esto también, por si las cosas no salen bien. –  Desde hacía algunos meses, había puesto en su cuello la llave, como recordatorio de porque no se debía de acercar a  Yesung de nuevo, pero ahora no la necesitaba, si salía de esta, volvería con el sin importarle nada -. Te amo, te amo tanto que ya no puedo vivir sin ti. Corre de aquí…

Habían llegado al lugar donde estaba la motocicleta y apuro a Yesung para que se subiera y huyera. Hacia unos días, le había comentado del encargo de Sungmin, acerca de proteger al pastelero de cualquier cosa, y Yesung entendió que esa era su encomienda en ese momento.

Kyuhyun estaba en estado de letargo, como si nada importara en este mundo, al final Joung Woon tuvo que subirlo a la motocicleta y pedirle que le agarrara fuertemente.

Ryeowook oyó el ruido del motor al alejarse mientras disparaba contra Jo Kwon y este hacia lo mismo.

Los hombres de Kwon lo rodearon rápidamente, desarmándolo.

- Vayan tras esos dos… le avisaran a Siwon, estoy seguro. – Los hombres vestidos de cuero al lado del hombrecillo delgado asintieron y salieron en pos de los chicos que el protegía.

- Veamos, no te matare hasta que estén aquí esos dos que dejaste escapar… creo que son importantes para ti ¿verdad? Esperemos a ver como reaccionas a sus muertes, y luego no te dejare sufriendo ¿está bien? ¿Ves cómo soy benevolente?

- Eres un hijo de puta. Siwon nunca dejara que te salgas con la tuya… ¿lo sabes verdad? – Wook esperaba que pudieran salir del país rápidamente, al menos llegando al aeropuerto tenían muchas más posibilidades.

Había puesto ese vuelo directo para Alemania donde tenía unos amigos que prometieron hacerse cargo en algún caso de esos, pero nunca creyó poder necesitarlo. Además, las personas en migración tenían órdenes de dejar pasar a sus hombres y retener a sus persecutores en algún momento dado.

Los minutos le parecían eternos mientras estaba allí. Los hombres de Kwon lo habían amarrado de las manos y puesto de rodillas en medio de la privada en la parte de atrás de la pastelería. Esperaba que pudieran haber salido ya.






Ryeowook estaba satisfecho con su destino, sabía que su vida podría acabar en cualquier momento, como este instante. Encargarse del trabajo sucio de otro era fácil para él, lo difícil era mantenerse a salvo. Desde pequeño fue entrenado para ello cuando lo recogieron de la calle y se convirtió en el mejor.

Siempre pendiente de su alrededor y desconfiar de todos, era el precio que debía pagar. ¿Cómo es que había llegado hasta este punto? Deberle lealtad a dos personas, no era algo que hubiera estado en sus planes. Pero sucedió gracias a una debilidad de su parte.

Ya había aceptado trabajar para Siwon cuando este se volvió importante en Londres. No fue una sorpresa verlo llegar tan alto y tan pronto, Siwon tenía contactos, una enorme fortuna gracias a lo heredado por su familia y un protector que muchos envidiarían.

Rain, el jefe de la policía y maestro de Siwon. Es por eso que el Choi había sido policía mucho antes de dedicarse a la mafia. Historia que Ryeowook se sabía ya de memoria, para ser el mejor debía saber todo de todos. Incluso lo que sus jefes debían ignorar.

Enamorarse no era para él, muchas veces se lo había repetido, pues lo consideraba a una debilidad. Sin embargo el amor es un sentimiento incontrolable, un sentimiento que no se puede detener ni negarle su entrada al corazón. Y como un colegial, Ryeowook se enamoró. Lo cual lamentó después ya que la persona a quien amaba, terminó por inmiscuirse en la mafia.

¿Por qué? Porque lo amaba, porque quería seguir sus pasos donde quiera que estaba y por permanecer a su lado. Cosa que solo debilito un poco a Ryeowook. Llego el punto en que no solo debía estar pendiente por su vida, sino también por la de su amor. Jong Woon  era la persona que más amaba y también por la que más veces en peligro había estado.

Rain salvó a Jong Woon  de ser muerto la primera vez, Ryeowook aspiro tranquilo al verlo regresar vivo y esposado, en las manos del jefe de policía. ¿Qué es lo que hacía Rain negociando con él? Fácil, necesitaba de sus servicios para conectarse con Choi Siwon para realizar sus planes.

Ryeowook tenía su fama, conocía solo por los que se encontraban en el negocio de la mafia. Por eso se le hizo raro que el jefe de la policía supiera de él y los servicios que prestara. Sobre todo, que no fuera para detenerlo, sino para utilizarlo. Eso le daba la idea de que el jefe Rain no andaba en buenos pasos.

Y no se pudo negar, la vida de Jong Woon  estaba en sus manos, por lo que terminó por aceptar el trato. Pronto se vio aceptando trabajar para Rain y continuar con Choi Siwon. A este último, le debía todas las comodidades y protección que tenía en el presente, pues gracias a él es que pudo alejar a Jong Woon  de los peligros de Londres, exiliándolo en otro país con una responsabilidad menor.

Choi Siwon, el mismo que alejo a Jong Woon ha pedido suyo, no, no es que lo haya dejado de amar.

Pero el dolor de saber que por su culpa pudiera morir de un momento a otro. El que Jong Woon dependiera de él, que fuera tan amoroso, no lo resistía. Debía poner distancia para concentrarse en mantenerse vivo y su mente fría para los trabajos que debía realizar. Obviamente no podía hacer las dos cosas con Jong Woon  cerca.

Llego el momento en que tuvo que tomar la decisión más difícil de su vida, mucho más que la que tomó al dedicarse a lo que ahora hacia, separarse de Jong Woon . Ryeowook destrozo su propio corazón, se volvió un ser frio y sin emociones, una persona que tenía lo que necesitaba de cualquiera. Un hombre que podía tener a cualquiera que deseaba, excepto al que amaba. Decidió que amar estaba prohibido para él.

No le importo tener que destrozar también los de Jong Woon, era un pequeño precio que tenía que pagar por mantenerlo a salvo. Pero justo ahora ya no lo resistía, esa lejanía que se impuso, el tenerlo tan cerca; terminaron por debilitar la decisión de Ryeowook.

- Señor, los hombres salieron del país en un avión. No podemos conseguir el número de vuelo ni el destino.

Vio como los ojos del pelirrojo de oscurecían de pura rabia, y sintió una patada en la mejilla derecha.

- Es tu culpa bastardo… tú los dejaste ir… ahora los buscare y les daré caza como perros… serán mi nuevo entretenimiento mientras los busco como las ratas que son. – su voz era chillante y llena de odio, pero Wook estaba tranquilo.

No se arrepentía de nada, había amado a Yesung con toda su alma y había cumplido su promesa con Sungmin. Además, estaba seguro que Kwon nunca le ganaría a su jefe y por tanto, su amor y el pastelero estaba a salvo.

Cerró los ojos y oyó como cortaban cartucho, sintió el frio del cañón contra la frente y olio la pólvora quemada de los disparos anteriores. El latido de su corazón se aceleró, pero no sintió nada cuando todo se volvió negro.

* * *

Las personas en la reunión que se suscitaba en la bodega, pronto estuvieron sumergidos en los negocios, con un gran mapa tendido sobre la mesa, Siwon le explico a detalle cómo se había realizado la entrega, porque ruta se dirigía y en que puerto de China sería entregado. Asegurándole que esta llegaría sin ningún problema. El barco señuelo serviría de mucho para que esta vez pasara desapercibido. Hangeng quedo satisfecho, pues el cargamento era demasiado grande e importante como para perderlo, dispuso a realizar la transferencia de todo ese dinero que se había ganado Siwon con la entrega.

- Bien, como siempre es un placer hacer negocios contigo. – Hangeng levanto su copa para chocarla con la de Siwon.

- Lo mismo digo… - cuando Siwon se disponía a brindar con Hangeng, su celular comenzó a timbrar.

Rápidamente atendió la llamada, pues pensó que podría tratarse de Ryeowook y alguna noticia de Min Cake, pero se desconcertó al ver que se trataba de Heechul.

- Heechul… - atendió Siwon su celular.

- ¿Siwon? ¿Estás bien? – esa pregunta se le hizo extraña, la voz de Heechul sonaba algo ansiosa -. Lamento llamarte, sé que no debía hacerlo, que estarías ocupado pero… necesitaba saber que tú estás bien. Porque aún tengo cosas que decirte, yo… yo…

- ¿Sucede algo Heechul? – Siwon caminó nervioso alejándose del grupo. Ruidos extraños salían de la bocina, por largo tiempo no escucho la voz de Heechul.

- No, estoy bien. – dijo tranquilamente Heechul -. Solo que han sido muchos días sin verte. Ojala… Ojala que pueda verte pronto, Siwon. – un suspiro del otro lado de la bocina, le dijo a Siwon que realmente lo estaba extrañando.

- A mí también se me han hecho eternos los días, pronto nos encontraremos.

No hubo tiempo de despedirse, pues la llamada fue cortada. ¿Algo no andaba bien?

- No es un simple amante ¿verdad, Siwon? – Hangeng le pregunto, pues no había perdido detalle de la llamada.

- No lo es, es un detective. – soltó Siwon sin pensarlo, pues estaba sopesando la llamada de Heechul.

- ¿Quién lo diría, un policía? ¿Y qué paso con Casey, Siwon? – Hangeng, igual que Kibum, sabía acerca de su pasado.

- Casey murió. - Siwon llamó a Kangin con una seña. Hangeng a su lado soltó un suspiro.

La llamada había sido extraña, el comportamiento de Heechul también, por lo que decidió que debía enviar a alguien para que se cerciorara que la escolta de Heechul estuviera haciendo bien su trabajo. Al estar ausente Ryeowook, Siwon no confiaba en nadie más que en Kangin para ir en busca de Heechul, él no podía abandonar la reunión todavía. Y así fue, a la orden de Siwon, Kangin salió deprisa en su búsqueda.

- Y ¿por qué sales con un Detective? – Hangeng aun sentía esa curiosidad.

- Simplemente me apeteció conquistarlo, y así lo hice. – Siwon sentía que esas palabras podrían ser duras, pero en este momento sus pensamientos los ocupaba Heechul y aun así tuvo cuidado, de que Hangeng no supiera detalles de su relación.

- Siwon, para que lo hayas metido a muchas de nuestras reuniones, no es porque sea un simple amante... te conozco mejor de lo que piensas. – El chino dejo el asunto en paz, muy bien sabia Siwon que Hangeng había entendido más de lo que él quiso decir.

Minutos después, el celular de Siwon volvió a sonar contestándolo al instante, a como estaban las cosas, debía ser cuidadoso. Le extraño que fuera Kangin quien le llamaba, pues tenía poco de haberse ido, como para que le tuviera noticias de Heechul.

- Me han detenido, el detective de Scotland Yard me ha pedido que baje del auto Siwon, están muy cerca del punto de reunión y estoy seguro que ya me habían seguido antes. Les fue muy fácil localizarme aun cuando cambie de auto. Es mejor que mandes de regreso a Hangeng y salgan de ahí. – dijo Kangin con resignación -. Voy hacer lo que el detective me diga, no tengo nada que perder pero, ustedes sí. Nos veremos en unos días.

Y antes que otra cosa sucediera, Siwon alerto a los presentes. La escolta de Hangeng se encargó de reforzar la guardia y darles armas a todos para su defensa. Hangeng tomo una de las armas largas que había en la habitación mientras que Siwon desenfundo dos armas cortas y resguardo unos cartuchos en su saco. Zhou Mi tenía una pistola en sus manos resguardando a Henry en aquella sala.

Cuando estaban por salir, Tao y Kris aparecieron con armas más poderosas en la sala, al parecer tenían algo que decir.

- El jefe de la mafia Rusa está afuera y solicita que lo dejen pasar. – dijo Tao algo nervioso.

- ¿Qué? ¡¿Por qué no le han disparado?! – preguntó Hangeng enfurecido.

- Señor Choi. – uno de los guardias de Siwon se acercó también -. Tiene a Heechul.

Fue suficiente para que sintiera que el alma se le escapaba, Heechul estaba en manos de Kibum, Siwon haría lo que fuera para que lo liberara, que no le hiciera daño. Los demás en la sala comprendieron también, esto era algo más que personal y aunque estaban acorralados, en número le ganaban a Kibum. No temieron dejarlo entrar. El mafioso ruso iba a ese lugar a morir, después de enfrentarse a Siwon, de eso estaba seguro Hangeng. Pues Siwon no lo dejaría vivo si algo malo le pasara a Heechul.

La puerta se abrió dejando pasar la luz del pasillo, Kibum hacia su aparición en la sala rodeado de una pequeña escolta con un Heechul amagado y sus manos enlazadas a su espalda. Las ropas desgarradas de Heechul, la piel expuesta y los moretones en esta, daban cuenta que Kibum había puesto sus manos sobre él. Además de los golpes que lucía en su rostro, la mirada de Heechul llena de rabia contra quien lo sostenía y no lo liberaba.

Siwon tuvo que hacer acoplo de toda su fuerza para no hacer algo estúpido que lo pusiera en más peligro. Al menos el alma de Heechul no estaba rota.

- Kim Kibum, es bueno volver a verte. Aunque debo decir que solo en circunstancias como estas es que podría, porque para los negocios eres terrible. – se burlaba Hangeng -. Es por eso que tuve que hacerme socio del inglés. Este mercado es mucho mejor.

- Hangeng, ¿queriéndome hacer menos con el trabajo de Siwon? – Siwon pudo ver que Kibum apretaba con más fuerza el agarre sobre Heechul, haciendo que este emitiera una muda protesta, pues la mordaza no le dejaba gritar o quejarse. Lo estaba lastimando -. En ese caso, tú no eres mejor que yo. Por si solo el mercado Chino no existe.

Fueron palabras suficientes para callar a Hangeng, Kibum había herido su orgullo y sin tener más que decir, se dispuso a salir con vida de aquel enfrentamiento e irse.

- Es por eso que mis asuntos son con Andrew, personales o no, siempre es con Andrew. O debo decir Siwon.

- Me da igual. – refutó Siwon -. Si tu asunto es conmigo, suelta a Heechul, lo estas lastimando.

- ¡Ah! Pides clemencia para tu amante, ¡Un policía! – la mano de Kibum sobre el rostro de Heechul, desfiguro su boca por el apretón que este le dio a sus mejillas mientras con la otra mano enfundaba un puñal que amenazaba con cruzar su rostro -. Seria lindo que este bello rostro no pudiera ser visto de nuevo.

- Déjalo, tú asunto es conmigo.

- Recuerdas lo que le hiciste a Jo Kwon ¿lo trataste así de bien? – Kibum fulminada con su mirada a Siwon, recordando los golpes en el cuerpo de su amante -. Suplicar es lo mínimo que mereces después de lo que le hiciste. Suelten sus armas o él lo pagará. – la furia contenida de Siwon comenzaba a deformar su rostro.

- No pensaste bien lo que tenías que hacer, ¿verdad Kibum? – definitivamente la paciencia de Siwon estaba agotada -. Porque de aquí no sales vivo.

Kibum podía ver la determinación en la mirada de Siwon como en sus palabras, era un momento decisivo para ambos, pues este enfrentamiento se había postergado por años. Kibum sabía que arriesgaba mucho, incluso su vida, pero por el honor de su hermano, por el amor de ese amante, sería capaz de todo al igual que Siwon.

De un momento a otro las luces se apagaron.

* * *

Esa noche el muelle se encontraba totalmente iluminado por los resplandecientes reflectores del faro a lo lejos, las luces de un crucero descansando en medio del agua, los focos de algunas bodegas y grúas del lugar, pero sobre todo de aquellas estrellas en el cielo.

Jo Kwon se encontraba en lo alto de un edificio en remodelación en medio del muelle, desde el cual tenía la vista sin obstáculos de su objetivo. Miraba aquella bodega en la cual se encontraba el hombre de su pasado que aun hacia latir su corazón a mil por hora.

Una vez, mucho tiempo atrás, Jo Kwon se había sentido abandonado por su padre, pues al morir su madre, este se dedicó a los negocios. Con tan solo seis años, ¿Qué podía Jo Kwon entender? El ansiaba que su padre lo amara, le dedicara tiempo, pero eso nunca paso. Todo cambio de repente cuando su padre se volvió a casar. Su nueva madre como le obligo su padre a decirle, traía consigo a otro niño un poco mayor que él. Y con asombro vio que Kibum hizo sonreír a su padre de nuevo e hizo que lo amara y pasara tiempo con ambos.

En un principio eso hizo muy feliz a Jo Kwon, pues pasar tiempo con su padre es lo que quería, tanto como lo desea un niño de seis años sin compañía.

Pero después cuando el creció, entendió que él no fue suficiente, que Kibum y su madre hizo la magia para que su padre cambiara. Todo empeoró cuando su padre eligió a Kibum para ser su sucesor, pues a él lo quería alejado del peligro, diciéndole con esto a Jo Kwon que no le tenía la suficiente confianza.

Su madrastra pagó ese atrevimiento de Kibum y entonces, cuando Kibum se quedó solo sin su madre, Jo Kwon se dio cuenta de lo dócil que podía ser en sus manos.

¿Quién podría sospechar del hijastro?

Kibum agradecía su compañía llevándolo a todos lados, pronto se encontró también sumergido en los negocios gracias a Kibum y poco tiempo después tuvieron relaciones por primera vez. Obteniendo de Kibum algo más que ser solo observador, para Kibum, la palabra de Jo Kwon valía mucho.

Poco tiempo después llegaba Andrew a sus vidas y de nuevo se vio compitiendo con su hermano por algo de atención y amor, Kibum había sucumbido a Andrew tanto como él. Andrew le rompió el corazón, como si fuera un papel inservible al que pudiera tirar a la basura. Jo Kwon había creído que con el tiempo y su entrega total, haría que Andrew se enamorara de él, había puesto su confianza y su empeño, pero no sucedió.

Andrew desapareció de sus vidas solo para reaparecer como una plaga con el nombre de Choi Siwon.

Aunque Jo Kwon ya no era aquel chico que se le ofrecía con tal de tener un poco de su amor, lo seguía deseando y es que con el paso del tiempo Siwon se volvió más tentador, malditamente atractivo para él y más que inalcanzable. Quizás esto último es lo que más le atraía a Jo Kwon, cualquier cosa que se le negara seria para el algo que desearía siempre.

Pero, había llegado el momento, no necesitaba de nadie para hacerse cargo de lo que le pertenecía por derecho, después de deshacerse de Kibum y, por supuesto que de Siwon. No le era difícil pensar que tal vez Xi, el nuevo amante de Siwon se encontrara también en aquel lugar. Un bonus para lo que tenía pensado hacer.

Y sin embargo seguía pensando que si Siwon lo aceptara harían una excelente pareja. Tanto para los negocios como para la cama. Lanzo un suspiro al viento con tan solo pensar esa idea.

- Siwon…

Las luces del muelle creaban reflejos en sus cabellos rojizos, su mirada seria y solemne, se oscurecieron mientras miraba aquel lugar con expresión grave, única evidencia de sus turbios pensamientos.

- El arma de largo alcance esta lista señor, esperamos sus órdenes. – fue lo único que logro sacarlo de sus oscuros pensamientos.

- Esperen, mi hermanito debe de entrar con ellos también. – sus perfectas uñas parecían llamar más su atención que las palabras que salían de su boca y a quien se dirigía. Jo Kwon vestido impecablemente, esperaba el momento de liberarse de muchos obstáculos. Entre ellos Kibum.

Era el turno de aquella bodega en el muelle, contrario al trabajo realizado en Min Cake, esperaba que este le dejara totalmente satisfecho.


* * *


Las luces se apagaron y los disparos se dejaron escuchar, Siwon estaba seguro que alguno de sus hombres lo hizo para sorprender al enemigo, hacer más fácil su huida. Aunque en ese momento lo único que tenía en mente era salvar a Heechul, se ayudó de la oscuridad y corrió hacia donde había visto por última vez a Kibum con Heechul.

No se equivocó, Kibum no estaba familiarizado con la bodega y gritaba a los cuatro vientos a los hombres que habían entrado con él. Quizás pidiendo ayuda para salir o ubicarse dentro de la oscuridad.

Aprovechando esto, Siwon comenzó a luchar contra el fuerte agarre que cernían los brazos de Kibum sobre el cuerpo de Heechul, poniendo especial cuidado en el cuchillo que amenazaba con destruir el rostro de su amante. En el forcejeo, Heechul salió casi volando del agarre de Kibum, no así Siwon que continuaba luchando por mantenerlo controlado, pero este también era fuerte y le presentaba lucha.

- Siwon… - grito Heechul en medio de la oscuridad, pues al ser liberado fue lanzado muy lejos de ellos.

El grito de Heechul, pensando lo peor y que algo malo le habría pasado, distrajo a Siwon. Grave error. Bien dicen que en los negocios de la mafia el corazón no debe estar involucrado porque llegas a perder el enfoque.

“Cabeza fría, corazón caliente, puño firme, pies en el suelo…
Es igual a negocios exitosos”

Fue una de las primeras enseñanzas que este mundo le había dado, pero desde que Heechul se instaló en su corazón poco a poco, iba perdiendo más y más el sentido.

Un grito de dolor se escuchó de los labios de Siwon. De pronto sintió el ardor al lado derecho de su rostro, líquido caliente recorría esa parte, su ojo dolía y no podía abrirlo. Con un solo ojo en la oscuridad, seria blanco fácil. Libre de Kibum fue en busca de Heechul, este gritaba su nombre a todo pulmón en medio de la oscuridad, de los estallidos de balas y gritos de sus hombres.

Por las instrucciones en chino que podía escuchar a lo lejos, sabía que Hangeng continuaba atrapado junto con él. Siwon llego al final de la bodega, donde se encontró en brazos de Heechul, su rostro siendo acunado por sus manos y agachados lo más cerca posible del suelo.

- ¿Estás bien? ¿Te hizo daño Kibum?

- Esto bien Siwon, pero tú estás sangrando. ¿Qué te sucedió? – preguntaba un Heechul preocupado, pues sus manos se empaparon con la sangre que brotaba de la herida.

- Estoy bien, solo ha sido un rasguño. – Siwon mantenía con fuerza el agarre en la cintura de Heechul, por nada del mundo dejaría que se lo volvieran arrebatar -. Debo sacarte de aquí.

- No tengo arma. – dijo de pronto Heechul.

- Saldremos a toda costa de aquí.

A tientas, caminaron a lo largo de la pared, pues solamente de esa forma podrían evitar los lujosos muebles que había transformado la bodega gracias a Henry. Siwon se lamentaba que Ryeowook no hubiera estado en este momento con ellos.

Los gritos de Hangeng se escuchaban cada vez más cerca, Siwon no dudo en acercarse, pues la única manera de salir vivo de esto era uniendo fuerzas contra Kibum. Donde quiera que estuviera este, Siwon estaba seguro que los esperaba con alguna sorpresa.

- Hangeng… - grito a lo lejos Siwon, esperando que le reconociera al acercarse y no intentara hacerles daño.

- Estoy aquí. – respondió el chino. -.  Zhou Mi y Henry están conmigo, debemos salir de aquí.

- Lo sé, cuando salgas toma la lancha, es más rápida que el bote. Además seguramente el bote lo deben tener ubicado. – explicaba Siwon.

- ¿Sabías que esto podría pasar? – la pregunta sonó más a reclamo por parte del chino.

Pero antes que siquiera Siwon tuviera tiempo de responder, una luz cegadora lleno el espacio e ilumino la oscuridad, un bramido que retumbo el cielo junto a un calor abrazador.

Un gran estallido, que afortunadamente no había dado de lleno en la bodega, aunque si demasiado cerca como para hacerles daño. Parte del techo de la bodega se vino abajo, escombros caían sobre los que se encontraban adentro y el fuego comenzaba alcanzar algunos de los muebles y cajas de vino que parecían estallar de un momento a otro.

Cuando el fuego comenzó a iluminar el lugar, fue que se dieron cuenta de los destrozos. Henry y Heechul yacían tirados en el suelo, uno más herido que el otro, pero ninguno de los dos parecía querer reaccionar. Heechul presentaba un golpe en su frente mientras Henry sangraba profusamente de su cabeza, Zhou Mi gritaba desesperado el nombre de Henry y Siwon intentaba despertar a Heechul.

El policía comenzó a reaccionar, no así Henry.

- Henry… ¡Henry!... – gritaba Zhou Mi.

- Déjalo Mimi. – la voz de Hangeng temblaba un poco. Todos estaban cubiertos de polvo por los escombros y sangre, unos más heridos que otros -. Debemos irnos, ¡déjalo!

- ¡No! Debemos llevarlo, lo prometiste. – la mirada herida de Zhou Mi le dijo a Hangeng que este no se movería sin el otro.

- Llévalos, anda Hangeng. Atiende y cuida de Henry por favor, yo necesito hacer reaccionar a Heechul.


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