No Querías Lastimarme... Capítulo 2

Conforme pasaron las semanas, las visitas de Kyuhyun los fines de semana se hicieron constantes, ya que HyunMin pidió que se le dejara pasar un momento justo después de cada show. Y aunque Kyuhyun pagaba una cuota, no era nada parecido a lo que pedían realmente por encontrarse con la bailarina.

A pesar que Sungmin se escondía tras HyunMin, este aún desidia por los dos, facilitando las cosas para que el castaño lo visitara. Se estaba arriesgando y Sungmin lo sabía, dejar que Kyuhyun fuera entrando a su vida de esa forma, descubriéndose ante él poco a poco.

En cambio Kyuhyun con el pasar de los días, estaba cada vez más seguro que HyunMin le interesaba mucho más que como conquista, comenzaba a tener sentimientos por la chica.

En una de las charlas HyunMin le confesó a Kyuhyun que nunca había probado un buen vino, ya que el de cabellos castaños le dijo que una de sus aficiones era probar y beber buenos vinos, jactándose que tenía una pequeña colección. Sorprendiendo a HyunMin con una botella en una de sus visitas.

No bebieron mucho, pues Sungmin realmente no estaba acostumbrado a beber, a pesar que trabajaba en un bar, no le parecía buena idea hacerlo. Mucho más teniendo que ocultarse bajo un vestido y una peluca, le parecía riesgoso perder la conciencia a causa del alcohol.

Por eso solo bebió una copa o dos a lo ofrecido por Kyuhyun mientras charlaban de sus vidas. Kyuhyun le contaba como su familia lo había apoyado en estudiar música y ahora se encontraba solo en la ciudad, esforzándose por terminar sus estudios.

Sungmin no supo si fue el vino lo que le hizo hablar y terminar contándole al castaño el pasado con su ex.

Después de todo Changmin lo había sido todo, creyó en sus promesas dejando sus sueños de lado, siguiéndolo hasta esta vida que ahora no le dejaba escapar. ¿Podría volver algún día? Con seguridad no lo haría, qué cara pondría al presentarse de nuevo con su familia, si se avergonzaba por lo que había tenido que hacer.

Kyuhyun escuchó cada palabra salida de su boca sin interrumpirlo, asintiendo de vez en cuando y mirándolo mientras el soltaba todo. Sungmin no supo describir si la mirada de Kyuhyun al final de su relato era de lastima o infinita comprensión, algo que le hizo cerrar la boca y arrepentirse por haber soltado tales confesiones.

Se levantó del sillón envuelto en su bata tan rápido que tambaleo un poco, sin embargo unos brazos le impidieron caer, pues Kyuhyun se había apresurado a llegar a su lado y sostenerlo. Sus manos envueltas en su cintura irradiando calor a todo su cuerpo, Sungmin se hizo consiente de lo delgada que era la tela de su bata.



- Siento mucho que hayas tenido que vivir eso. – susurró Kyuhyun en su oído, sintiendo la calidez de su aliento sobre su piel -. Es un patán, no te quiso, si lo hubiera hecho no te habría hecho daño… Al menos yo no lo haría nunca… - esto último fue casi un murmullo.
- No te preocupes, - dijo Sungmin soltándose de su agarre y arreglando su bata, de pronto comenzaba a sentir la necesidad de traer más ropa encima -. Sé que es un patán, por eso es que ya no siento nada por él.
- Entonces, ¿Por qué sigues aquí?
- Por ahora no tengo opción. – respondió Sungmin alejándose.
- Pero…
- Ya hemos hablado sobre eso Kyuhyun, no quiero volver hacerlo ahora, el show me ha agotado.
- Lo siento, te dejo entonces, también tengo que irme temprano, mañana presento un examen, esta semana será pesada.
- ¿No te veré el fin de semana? – de pronto se escuchó preguntándole a Kyuhyun, no es que le importara, solo tenía curiosidad.
- Estaré aquí el sábado, te lo prometo HyunMin.

El castaño le sonrió antes de cerrar la puerta tras de sí. Sungmin llevo una de sus manos a su pecho, el corazón no le miente y sabe que podría enamorarse del castaño. Algo imposible. Porque él piensa que esta con una chica cuando realmente lo está haciendo con un chico y Sungmin no está seguro que esto vaya a terminar muy bien cuando sepa la verdad, lo que termina alejando esas ideas de su cabeza y calmando su corazón alocado.

Ese fin de semana Sungmin lo esperó en vano, Kyuhyun nunca llegó y aunque no deseaba aceptarlo, lamentó que el castaño no apareciera. Se estaba acostumbrando a sus visitas, a su presencia y sus charlas. Cosa que no debía suceder, no a él. Pero se lo estaba permitiendo, aun cuando estaba seguro que lo lamentaría después.

Las siguientes noches fueron iguales a todas, gracias a que se veía con Kyuhyun los fines de semana, los días parecían más fáciles de llevar. Pero no esta semana, los días pasaron lentos y aunque intento, nada era igual sin él.

La noche del sábado del siguiente fin de semana, le pidieron cantar. HyunMin se alistó con su mejor vestido, ese que era su favorito y no dejaba ver más piel que la de su estómago. Deseaba que se concentraran en su voz, lo que cantaba y aunque estaba consiente que eso era imposible, al menos con esto trataría que fuera de esta forma.

Esa noche llovía mucho, los truenos del cielo podían escucharse por sobre el murmullo de la gente hablando antes de que la música comenzara, HyunMin se hizo consiente que debía llover a mares afuera para que se escuchara hasta dentro del bar.

Trató de concentrarse en la música que comenzaba a sonar, callando los sonidos del agua de afuera. Cerró sus ojos imaginando su lugar especial y enseguida los abrió, como si algo le hubiera pedido hacerlo. Y ahí, a un lado de la puerta todavía, se encontraba Kyuhyun observándolo con sus ropas empapadas.

Algo que no había sentido hace mucho llamada felicidad, comenzó a invadirlo al verlo parado ahí. No pudo evitar mirarlo y sonreírle, tanto que estaba seguro que debía parecer bobo, pero no le importo. Verlo le hizo sentir más tranquilo y se concentró en la canción.

Esa noche HyunMin cantó con todo su corazón, quizás fueron esos sentimientos que comenzaba a sentir, que a Kyuhyun le pareció que le llegaba al alma su voz. Y sobre todo su mirada, esa que se posaba en él mientras HyunMin cantaba, más que las palabras, le hicieron sentir que era algo especial.

Sin despegar la mirada del escenario, Kyuhyun se sentó en una de las mesas y se dispuso a terminar de escuchar a HyunMin que esa noche le regalaba su cantó, de eso estaba más que seguro.

Cuando su actuación hubo terminado, vio como HyunMin se retiraba del escenario, entonces Kyuhyun aprovecho para pedir algo y quitarse el frio que comenzaba a calarlo por sus ropas empapadas. Y es que por más que trató de cubrirse, el agua se colaba por los lados de su paraguas, traspasando su abrigo. Buen día se le ocurrió llover.

Estaba terminando su copa, cuando alguien se le acercó con un mensaje de HyunMin, donde le decía que lo estaba esperando.

Sungmin sabía que hacia mal pero no quería dejar de hacerlo. Al menos por esta vez permitírselo, darle a su vida un poco más de sentido, dejando que el castaño estuviera a su lado. Porque ya se había dado cuenta su necesidad de él. Tan ensimismado estaba en sus pensamientos, que no se dio cuenta cuando Kyuhyun entró en su camerino.

Por eso cuando se giró y lo vio, ahí parado frente a la puerta cerrada, se sorprendió un poco. Kyuhyun traía sus cabellos mojados, se encontraba mirándolo fijamente con sus ojos oscuros y algo nublados por algo que no pudo describir en ese momento, pero que le provoco calor en su cuerpo. Esa mirada rodeada de pequeñas pestañas, ojos tan perfectos que se creía capaz de perderse fascinado en las profundidades de ellos.

Recorrió con la mirada su rostro, los pómulos altos del castaño, su redondeada mandíbula, lo perfecta que era su nariz y lo bien que enmarcaba sus labios. HyunMin se permitió verlo a pesar del momento.

El agua seguía escurriendo tanto de sus cabellos como su ropa, pero al más alto no parecía importarle y a HyunMin poco le importaba que mojara el pequeño tapete a sus pies. HyunMin era incapaz de hacer otra cosa que mirar al castaño, que bajo su mirada, sus facciones adquirían un matiz dulce al mirarlo.

- ¿Me extrañaste? – fue lo que salió de la boca del más alto. Sus labios abriéndose perezosamente en una dulce sonrisa dedicada solo para HyunMin.

Entonces Sungmin se sintió derrotado, bajando sus barreras y dejando la guardia baja. Que bien lo conocía, pues todos esos días estuvo solo pensando en él, no pudo apartarlo de su mente, ni despierto ni dormido. Esa pequeña parte de su mente que le decía que era peligroso, termino por callarse cuando los labios del castaño tomaron los suyos por sorpresa.

Los labios de Kyuhyun lo besaban tiernamente, mucho más de lo que cualquiera lo pudo haber besado en toda su vida. El beso fue lento, pausado; el tiempo pareció detenerse un instante, donde no se oía nada más que los latidos de sus corazones, y HyunMin le permitió a Sungmin disfrutar ese momento.

La falta de oxígeno hizo que sus labios por fin se separaran, más Kyuhyun no dejó que HyunMin se separara del todo de él, pues con sus manos atrapó su cintura y lo atrajo de nuevo hacia él. Se inclinó un poco hacia delante y volvió a besarlo, aunque esta vez su lengua invadió gentilmente su boca, lo que eso hizo que de alguna forma el hechizo se rompiera.

Sungmin sobresaltado, se separó bruscamente de Kyuhyun y de ese beso que se le antojaba hacer eterno, lamentándose amargamente el final de su ensoñación. Se giró dándole la espalda al castaño, tratando de recomponerse un poco y poner sus ideas en orden después de ese beso que le había descolocado del mundo.

Pero volvió a girarse cuando escucho a Kyuhyun quejarse, este ya estaba sentado en uno de los sillones tocando su cabeza y con una expresión no muy placentera a la que debía tener después de ese beso. Eso le hizo preocuparse.

- ¿Qué sucede?
- Discúlpame HyunMin, no me siento bien, creo que debería de irme. – como Kyuhyun hiciera un gesto por levantarse, lo detuvo con sus manos.
- Espera. – gentilmente, puso la mano sobre su frente, sintiendo el calor que emanaba. El castaño se encontraba con fiebre -. Dios, pero si tienes fiebre. Irte a tú casa con esta lluvia solo te hará empeorar.
- No quiero darte molestias, tú también debes irte. – dijo Kyuhyun tomando su mano.
- Yo no me voy.
- Entonces, si tú te quedas, yo me quedo.
- Si, si, como digas, si tú saltas, yo salto. ¿Está bien? – Sungmin pensaba que por la fiebre el castaño ya comenzaba a delirar -. Solo quédate tranquilo mientras consigo algo de medicina para ti. Te hará sentir mejor.
- Tu sola presencia me hace sentir mejor. – el castaño sonreía bobamente.
- Vamos mejor quítate la chamarra y la camisa de encima, estas comenzando a delirar, esa ropa húmeda no te hace bien y toma envuélvete con esto.

HyunMin le tendía al castaño una cobija, no era muy grande, pero le permitiría cubrir su pecho desnudo y proporcionarle calor. Antes que se desnudara vio salir a HyunMin. No se sentía muy bien, pero ese beso, que ella le permitiera este acercamiento, era algo que a Kyuhyun lo tenía muy exaltado y dichoso. No le importaba para nada que en este momento estuviera ardiendo de fiebre.

Aunque tenía las agallas y fuerza de voluntad, su cuerpo no lo hacía, porque al parecer la fiebre estaba haciendo estragos. Sus ojos pronto se le hicieron pesados, tan pesados que comenzaba a quedarse dormido, minutos después no pudo hacer nada pues finalmente se quedó dormido en aquel sillón esperando por HyunMin.

Cuando Sungmin llegó, vio a Kyuhyun dormido sentado en el sofá, en una posición algo incomoda y su cara para nada lucía bien. Además de que el castaño comenzaba a quejarse dormido, lo que decía que su fiebre iba en aumento.

Trató de moverlo para acomodarlo, afortunadamente siendo hombre, eso no se le dificultó y dejó a Kyuhyun recostado en el sofá cómodamente. Como pudo metió la pastilla en su boca e hizo que bebiera un poco de agua, no hayo termómetro alguno en el bar, pero tan solo con tocarle la frente, Sungmin se daba cuenta lo mal que estaba.

Sungmin fue por un paño y una vasija con agua para poner sobre la frente de Kyuhyun paños fríos, arrastro una silla para sentarse a su lado y así estuvo por varias horas hasta que la fiebre cedió un poco.

La ropa de HyunMin era incomoda, pero no podía usar otra cosa, si Kyuhyun despertaba sería muy extraño para él. Por lo que estar en esa posición en la silla, le estaba cansando. Sungmin iba alejarse y sentarse en otro de los sillones, pero una mano se lo impidió.

- No te vayas… no me dejes…
- Solo… Kyuhyun, ¿te sientes mejor?
- Me duele la garganta al hablar, siento que la cabeza se me parte y todo me da vueltas, por favor.
- Es por la fiebre. – Sungmin volvía a poner el paño frio sobre su frente y la mano de Kyuhyun no le permitió quitarla de ahí -. Fuiste muy bobo al venir con esta lluvia.
- Quería verte HyunMin.
- No digas tonterías y ponte bien de una vez. – lo reprendió Sungmin.
- ¿Cuánto he dormido?
- Un par de horas solamente.
- Lo siento. Debió ser molesto estar aquí cuidándome.
- No podía dejarte ir así, no te veías bien.
- HyunMin… te preocupaste por mí. – Kyuhyun abrió sus ojos y sonriente miraba a la chica que le había robado el corazón
- Yo… ¿Qué más podía hacer?
- Gracias HyunMin.
- No ha sido nada. – dijo mientras ayudaba a sentarse a Kyuhyun.
- ¡Ah! Todavía todo me da vueltas. – cerro los ojos para ver si de esta forma se le pasaba.
- Deberías esperar un poco más, de esta forma solo vas hacerte más daño, si terminas cayendo por ahí.
- Lo hare, solo si te sientas aquí conmigo. – el castaño con su mano, señalaba el espacio libre del sillón -. No hare nada lo prometo, solo quiero sentirte a mi lado. Creo que me hará sentir mucho mejor. – a pesar de la picardía en su voz, había seriedad en sus ojos, por lo que Sungmin le creyó.

No tuvo más remedio que sentarse a su lado, poco a poco el castaño fue acercándose hasta recostar su cabeza en su hombro. En ese momento la cara de Sungmin se sonrojó aún más al tiempo que miraba el rostro del castaño muy cerca del suyo, Kyuhyun solamente suspiro y de nuevo sus ojos se volvieron a cerrar.

Despertar abrazado en su pecho no fue opción de Sungmin, quedarse dormido tampoco, pero la mañana le llego con unos brazos rodeando su cuerpo y el recostado sobre el castaño. Kyuhyun ya se encontraba despierto, llevaba minutos observando el bello rostro de HyunMin y su mano había comenzado acariciar la suave piel de su brazo, la paso también por sus cabellos y la aferro más a su cuerpo.

- Te amo HyunMin.

Sentía la cabeza pesada pero no le importaba, el observar aquella belleza en sus brazos, le hacía olvidar cualquier cosa.

- Dios, ¿Cuánto dormí? – dijo Sungmin levantándose rápidamente y soltándose del agarre del castaño -. Tengo muchas cosas que hacer y no he llegado a casa. – Sungmin comenzaba a divagar, aquella situación le sobre pasaba sus límites.

Aunque no hubiera querido, escucho la confesión de Kyuhyun, ese sincero te amo y su corazón reaccionó. Habría querido decirle que él también lo hacía pero sería una mentira, porque Kyuhyun amaba a HyunMin y ella no existía, sin embargo Sungmin estaba enamorado del castaño. Era como un triángulo amoroso sin serlo.

- Ya entendí, debo irme. – Kyuhyun se apresuró a levantarse y vestirse con su ropa que ya se encontraba seca -. Pero esta noche volveré para verte, entendido. – ante sus directas palabras, asentía mientras que Kyuhyun con su mano tomo la barbilla de HyunMin y le dio un beso.
- Debes irte ahora. – Sungmin cortó el beso apurándolo.
- Claro, hasta la noche.

No quiso que fuera de esa manera como el castaño se fuera, pero era más seguro si no estaba en esos momentos por ahí, pues en el día era más probable que su ex apareciera y Sungmin no deseaba que viera a Kyuhyun metiéndolo en un problema.

Sungmin ya había cambiado sus ropas, solo le restaba quitar la molesta peluca de sus cabellos, pues esta se encontraba muy bien amarrada a los suyos con prendedores para que no se cayera. Cuando su puerta fue azotada y abierta de golpe, dejándole ver a ese despreciable ser que no deseaba volver a ver, pero que insistía con recordarle lo estúpido que fue.

- ¿Qué quieres Changmin? No te dije que ya no quería saber de ti. – Sungmin estaba furioso, siempre que su ex se presentaba, era para sacarle dinero.
- Necesito que me ayudes. – fue la cínica respuesta del otro.
- Sabes que no tengo mucho dinero y que he tenido que mandarle un poco a mi familia, no puedo ayudarte. Será mejor que te vayas.
- Eres un maldito mentiroso. - dijo de repente su ex en un tono gélido mientras endurecía también su mirada, en sus ojos se reflejaban una ira contenida -. Seguramente se lo estás dando a tú nuevo amante, ese chico que viene a verte.
- ¿De qué hablas Changmin? - dijo con los ojos muy abiertos por la sorpresa.
- Creíste que no me iba a enterar, ¿verdad? No hay nada que yo no sepa de ti, eres mío y siempre lo serás. - cada palabra la escupía con rabia, ira y un deseo insano.

No se dio cuenta o quizás era porque las palabras de su ex, el estado de locura en el que se encontraba le dio pavor. Ya una vez había sucedido de esta forma, podía verlo en sus ojos, no estaba en sí y Sungmin no sabía que cosa se había metido esta vez.

Cuando quiso reaccionar, ya Changmin lo tenía sujeto de la peluca, esta se jalaba llevándose sus cabellos y dolía porque no terminaba de arrancarla. Solo tiraba muy fuerte de su cabeza. Sungmin se quejó y llevo sus manos sosteniendo las de su ex, para que no lo jalara más.

- Acaso le gusta llenarte el culo como yo lo hacía, ¿eh? – un nuevo jalón en la peluca le hizo doler la cabeza.
- Changmin por favor cálmate, no sé de qué me estás hablando.
- ¿Acaso no lo han hecho? No espera. – Changmin volteo el rostro de Sungmin con la ayuda de su otra mano para mirarlo fijamente a los ojos -. Tienes miedo, eso solo puede significar que no le has dicho la verdad, ¿sabe que eres un chico?

Si, su ex sabía que en aquel bar, nadie sabía lo que realmente era. Que los clientes todos se quedaban con la idea que era una chica, HyunMin y que no se permitía decirle a nadie la verdad. Sungmin ni siquiera se lo permitió con Kyuhyun. Odiaba que Changmin lo conociera tanto.

- ¿Piensas ocultárselo por siempre? ¡eh!
- No es lo que tú piensas. - se apresuró a decir Sungmin -. Es solo un cliente más.
- ¡HyunMin!

Esa voz… tan solo por escuchar esa voz, sus piernas se doblaron. ¿Cómo le estaba ocurriendo esto? Ni siquiera la locura de su ex le daba tanto temor como aquella voz en esa situación. Kyuhyun no debería ver esto, no merecía enterarse de la verdad de esta forma y mucho menos, que Changmin tomara las cosas contra de él.

Con toda su fuerza, Sungmin logro separarse del agarre de Changmin, alejándose un poco acomodándose la peluca. Mientras que Changmin con su sonrisa burlona, volvía acercare a Sungmin enredando las manos en su cintura pegándolo a su pecho y sin quitarle la mirada de encima al castaño.

- Kyu… - Sungmin cruzo los brazos sobre su pecho, ocultando su falta de rellenos.
- ¿Estás bien?
- Anda preciosura, dile que tú y yo estamos bien. – Changmin apresuró a Sungmin a responder.
- Kyuhyun, ¿olvidaste algo? – pregunto cortante Sungmin.
- Mi chaqueta.
- Tómala y vete por favor.
- ¿Él es tu ex? – preguntó Kyuhyun tomando la chamarra del sofá -. HyunMin por favor, si tú quisieras, toma mi mano y te sacare de esto. – Kyuhyun extendió su mano, pero Sungmin nunca la alcanzó.
- Ahora no Kyuhyun.
- Anda vete, que nosotros tenemos que arreglar nuestros asuntos. – de nuevo fue Changmin quien habló y esta vez abrazaba a Sungmin sin nada de delicadeza estrechándolo en su pecho.
- Por favor vete y cierra la puerta.
- Ya me voy. – las palabras de Kyuhyun estaban llenas de dolor y desconcierto.

Al ver a HyunMin en manos de ese hombre quiso írsele a golpes, si tan solo HyunMin hubiera tomado su mano y dicho que estaba molestándola, el habría hecho algo. Pero HyunMin no lo hizo. Kyuhyun los había dejado atrás, quien sabe que cosas harían, mientras él se iba a casa solo.

Sungmin se apresuró a soltarse de ese agarre indeseable, se dirigió a donde guardaba su mochila y saco un fajo con dinero, suficiente para mantener alejado a Changmin por un tiempo y lo más que podía darle para no tener que tomar de sus ahorros para sobrevivir.

- Toma el dinero y lárgate, ¡no quiero ver tu maldito rostro otra vez por aquí! ¡Bastardo! – grito Sungmin dominado por la ira.
- Y todo por ese. – dijo Changmin burlándose de lo que acababa de suceder.
- ¡Que te largues! - repitió Sungmin agresivamente.
- Como sea, gracias por esta vez, dulzura.

Sungmin escucho los pasos de su ex alejándose y después como la puerta era cerrada, para sentir como todo el peso de lo sucedido le caía encima. Nunca creyó poder ser más estúpido. Tener que ceder de esta forma a Changmin, alguien que lo sabía todo de él, hasta en la forma en como lastimarlo mejor y como esa estupidez podía hacerle perder a la persona que ahora amaba.

Porque estaba seguro que ya amaba a Kyuhyun, tanto como el castaño y hubiera querido decírselo en el mismo momento en que le dijo te amo, porque quizás no podría tener otra oportunidad para hacerlo. El dolor estaba en cada uno de sus poros, sus lágrimas comenzaron a fluir y sus pensamientos volaron hacia el castaño.

Continuara...