Eres Mi Valentín... Parte 3 Final

La charla se estaba poniendo interesante y no porque estuvieran contando sus intimidades, sino que al contarlo para cada uno adquiría un significado diferente mirando los pequeños detalles, que los enamoraba más de sus parejas. Cosa que en algún momento de su relación habían dejado de hacer. Así llevaran años o días junto a sus parejas, esos detalles no deberían olvidarse nunca.

Para ese momento, la mayoría ya tenía bien claro lo que iban hacer para sorprender a sus parejas y a días de San Valentín, solo les restaba ponerse las pilas para hacerlo. Las botellas de cerveza siguieron pasando, el vino se fue vaciando y pronto, tuvieron que pedir taxis para llegar a sus casas.

Siwon llegó al departamento que compartía con Heechul, sin poderle atinar a la cerradura del mismo, no le quedo de otra que llamar a la puerta. Un poco más tarde, un Heechul algo adormilado le abría la puerta. Siwon no pudo detener que sus ojos recorrieran el cuerpo de su pareja. La piel de su torso que se asomaba bajo a camisa del pijama, sus desnudos brazos y sobre todo esos ojos curiosos que ahora se posaban en él.

¡Dios, amaba a ese hombre!



- Estas borracho. – Obviamente no era una pregunta -. ¿Arreglaron sus problemas con alcohol? Tus amigos y tú sí que la saben hacer. – y también él que no pudiera ocultarle nada a su princesa. Sí, era culpable de todo y hasta de querer hacerle el amor esa noche.
- No lo estoy tanto. – Siwon alcanzo a Heechul por la espalda cuando caminaba hacia la recamara -. Y eso puedo demostrártelo princesa. – al decir esto, dejaba besos mariposas sobre su nuca mientras batallaba con los botones de la camisa del pijama de Heechul.
- Siwon…
- Te amo tanto princesa, que cuando no estoy dentro de ti solo estoy pensando en estarlo. Y cuando estoy dentro de ti solo pienso que no hay mejor lugar en el que quisiera estar. – Heechul gimió al sentir las manos de Siwon tomar sus pezones.
- No sé si sentirme halagado con tal confesión. – ya se encontraban dentro de su recamara, Heechul sentado sobre la cama mientras Siwon lo despojaba de los molestos pantalones del pijama. Afortunadamente no traía puesta ropa interior -. Eso sin contar que estas borracho y hueles alcohol, debería sentirme mal por hacerlo días antes de San Valentín.
- No, no, claro que no. – Siwon se encontraba gateando sobre su cuerpo -. Hay algo que me embriaga más.
- Mmmggg… - Heechul gimió al sentir como Siwon metía uno de sus pezones a la boca.
- Tú olor, tus besos, tu cuerpo, tu voz… tu sabor.

Siwon bajo por el cuerpo de Heechul, tomo sus caderas y lo elevo, dejando a la vista su apretada entrada. Su lengua y saliva hicieron el trabajo de lubricarlo, estirarlo para lo que deseaba en ese momento. Heechul solo se deshacía en gemidos y jadeos, sus nudillos blancos de tanto apretar la sabana.

Cuando sintió que Heechul estaba listo, se arrodillo entre sus piernas y se abrió paso dentro de él. Heechul soltó un largo jadeo mientras su entrada se adaptaba al tamaño largo y grueso de Siwon, tan perfecto como lo llenaba. Sabía que nunca se acostumbraría, porque era tan perfecto, que siempre tocaba un lugar diferente en su interior.

- ¡Siwon! – jadeaba su nombre cuando comenzó a moverse dentro y fuera, en estocadas profundas -. Se siente tan bien… por favor… te amo.
- Siempre te voy a necesitar, nunca tengo suficiente de ti… Eres mi Valentín…

Mientras tanto la llegada de Kangin a su casa no había tenido un fin muy diferente. Solo que había encontrado a Sungmin tendido en su cama y dormido, cosa que no fue impedimento para levantarle el rosado camisón, dejando sus nalgas expuestas a y despertando a Sungmin en la faena.

Sungmin miraba hacia abajo entre sus piernas, como el reluciente pene de Kangin entraba y salía de su cuerpo. Aquel grandioso miembro rodeado de algunas venas. Adoraba la masculinidad que exudaba el cuerpo de Kangin sobre el suyo. Las venas de sus brazos saltando al apoyar su peso sobre su cuerpo para no lastimarlo y sin embargo también adoraba esos momentos en que cubría por completo su cuerpo cuando extasiado se dejaba caer encima suyo.

La vena pulsante de su cuello por el esfuerzo que hacía por contener su propio orgasmo. Sungmin le encantaba pasar su lengua por ella y sentir el latir desenfrenado, sabiendo que eso llevaba al límite a su pareja.

- Sungmin, por favor. – jadeaba Kangin moviéndose erráticamente por lo que le provocaban las caricias.
- Te amo Kangin.
- ¡Rayos Sungmin! – por un momento Kangin interrumpió sus movimientos -. Siento haber dejado por sentado que ya sabes lo que siento. Eres tan perfecto, hermoso y tienes un trasero sexy como el infierno… No tengo idea de que haces con un tipo como yo, pero doy gracias por eso todos los malditos días de mi vida…  - oh si, amaba tanto a Sungmin, aun después de casi ocho años juntos. Ser como un viejo matrimonio no era tan malo.
- Kangin… - Sungmin le acuno el rostro entre sus manos para que lo mirara a los ojos -. Me enamore de ti desde el primer momento en que te vi y me prometí que no escaparías de mí nunca, fui yo quien te atrapó. Debería habértelo dicho… - Kangin sonrió al saberse atrapado por su amor.
- Eres mi Valentín Sungmin.

La sonrisa que se formó en el rostro de Kangin, esa hermosa sonrisa que ponía sus ojos en media luna, le dijo a Sungmin que había dicho las palabras correctas. Y no era mentira. Kangin se sentirá el hombre afortunado del mundo, pero Sungmin a su lado, se sentía el dueño del universo.

Donghae estaba borracho pero sabía muy bien lo que quería esa noche. Tenía planeado su día de San Valentín mentalmente, pero en ese momento, su preocupación era otra.

Estaban haciendo el amor. Cuando llego a su departamento, Hyukjae salía del baño pues recién se había bañado, alegando que se había quedado en la sala viendo una película muy buena. Cosa que Donghae no puso atención porque su mirada se centraba en como el húmedo cabello se pegaba a la nuca de su amor, como las pequeñas gotas bajaban por su cuello y se perdían en su pecho. ¿Cómo es que esa pequeña toalla podía cubrir todo y ahora solo era un estorbo?

Todo pasó tan rápido y en tan poco tiempo, cuando ya tenía a Hyukjae sometido bajo su cuerpo. Moviéndose intensamente en su estirada y lubricada entrada, porque su amorcito se había atrevido a juguetear con él mismo sin estar él presente. Así que los movimientos de Donghae eran duros, rápidos e intensos, sosteniendo a Hyukjae en su lugar por las muñecas sobre su cabeza. A su merced.

- Necesito todo de ti, Hyukjae. – las palabras salieron entrecortadas por el placer pero entendibles. Sus palabras captaron la atención de su pareja.
- Lo se Donghae, porque yo también necesito todo de ti. – sus caderas se movían al mismo tiempo que Donghae lo penetraba -. Quiero que me necesites siempre. – a sus palabras, Donghae negó con su cabeza.
- No… - y se movió en su interior tan profundo que le saco un largo gemido -. Sé cuánto me amas, lo mucho que deseas compartir tú vida conmigo y lo que disfrutas cuando tomo tu cuerpo o tú tomas el mío.
- Entonces, ¿Qué necesitas de mi Donghae? – preguntó Hyukjae con algo de temor al pensar que algo iba mal con su relación.
- Necesito que me digas con anticipación sobre tus viajes, sobre todo si tendrás libre el fin de semana después de San Valentín. – una sonrisa comenzó a dibujarse en el rostro de Donghae y eso lo tranquilizó -. Y si me actualizas una vez por mes, yo podría planear mis horarios y quizás poder acompañarte en alguno de tus viajes.
- ¿Lo harías? – Hyukjae preguntó emocionado.
- Qué no haría por ti. Lee Hyukjae eres mi Valentín. – un beso y renovadas estocadas en su interior, hicieron feliz a Hyukjae por la suerte de tener a su lado a Donghae.

La persona que amaba más que a sí mismo, la que más extrañaba en eso viajes forzados por su profesión y que deseaba más que nada hacerlo volver cuando estaba lejos. Y por eso muchas veces se había planteado renunciar, pero con esta solución que su pareja le había dado, esa necesidad de estar juntos estaba cubierta. Donghae era la persona que lo conocía mejor que nadie.

Kyuhyun, como era de esperarse, Yesung lo había esperado despierto. Le ayudó a quitarse la ropa, a meterse en su cama y cuando Yesung pensó que debía dejarlo dormir, unos brazos rodeando su cuello no lo dejaron alejarse.

Después de eso Kyuhyun tomó el mando y Yesung fue incapaz de detenerlo, pues se encontraba extasiado con la actitud del menor que ahora rebotaba sobre su pene. Los movimientos de Kyuhyun eran rítmicos, desquiciantes, Yesung estaba tieso y a punto, necesitaba liberarse pero al parecer el menor gozaba con hacerlo sufrir por esto.

Su pene estaba empalmado, duro de deseo por Yesung. Abrazado a su cuerpo, sentados sobre la cama, con su culo rebotando arriba y abajo sobre ese inmenso pene, oler su piel, sentir esa carne en su interior, todo era perfecto.

- Kyuhyun… Kyuhyun… - cada que Yesung repetía su nombre, cuando no tenía la boca ocupada con alguno de sus pezones o saboreando su piel, Kyuhyun sentía su aliento sobre su pecho.
- Sé que me ocultaste algo sobre el ofrecimiento de tu ascenso. – los movimientos pararon por completo. Abrazados como estaban, bien podían mirarse a los ojos.
- Yo… - Kyuhyun negó y callo sus labios con un pequeño beso.
- Sabes que puedo hacer música donde sea. – vio cómo su pareja sentía -. Y también que puedo enseñar Chino en cualquier escuela. – de nuevo lo vio asentir -. Por eso si tu trabajo nos lleva a otra ciudad iré contigo. Porque somos uno, no podría estar sin ti, te amo. – esto último fue casi un susurro en labios de Kyuhyun. Una bella sonrisa se extendió en el rostro de Yesung.
- Me hace feliz escuchar eso pero, tenemos una vida aquí, tienes sueños sembrados y amistades que seguramente extrañarías. – Kyuhyun iba objetar pero Yesung no lo dejo -. Agradezco que pienses en mí, que me ames a tal grado de dejarlo todo pero no es necesario. Me ofrecieron algo mejor sin tener que moverme.
- ¿Y porque no me lo dijiste antes? Me habría evitado este ridículo.
- Para mí, tú nunca haces el ridículo, eres mi Valentín ¿recuerdas? – suspiro Yesung con el rostro oculto en su cuello -. Aunque puedo compensarte por eso.
- ¡Hazlo! Jódeme más fuerte. – suficiente de querer dar placer. Tan acostumbrado lo tenía Yesung. Sintió aquellas manos tan queridas por él tomar su culo y levantarlo, para después dejarlo caer sobre su pene. A la vez que movía sus caderas para alcanzarle -. Sí, así, dame más fuerte. – y Yesung le dio lo que quería, las embestidas se hicieron más salvajes y rápidas, golpeando su culo tal y como a Kyuhyun le gustaba.

Porque amar para ellos era darse el uno al otro por completo, con exigencias y cesiones. Ellos se complementaban, era un todo único y aunque no lo dijera abiertamente, a Kyuhyun le gustaba ser mimado por Yesung.

La situación de Henry era diferente, ya que irrumpió en casa de Zhou Mi sin avisarle, para su fortuna, se encontraba en casa pues no había tenido ningún llamado. Su visita se le hizo rara a Zhou Mi pero no le negó la entrada y tampoco se negó cuando tomado de la mano lo llevó hasta su recamara, mucho menos que estuviera un poco borracho y que le dijera muchas veces lo perfecto que era.

- Estas borracho… - le dijo Zhou Mi ya cuando lo tenía debajo de su cuerpo -. Y sonrojado, - dijo acariciando su rostro -. Debiste haber bebido mucho. ¿Qué festejaron?

La ternura y curiosidad de Zhou Mi, solo provocaron más deseo en Henry. ¿Cómo podía ser tan perfecto? Le provocaba comérselo a puros besos. Nadie nunca lo había tratado como Zhou Mi lo hacía ahora.

Henry lo embestía sujetándolo por la cintura, con profundas y rápidas estocadas. Habían pasado tiempo explorando su cuerpo, más bien Henry se tomó todo ese tiempo provocándole infinidad de cosas con sus caricias y sus besos mientras le repetía lo perfecto que era para él. Y aunque estaba borracho, Zhou Mi podía ver la verdad en sus ojos.

Los rápidos movimientos los llevaron pronto al orgasmo.

- Henry, voy a… - gimió cuando comenzó a penetrarlo con más fuerza. Los ruiditos que emitía eran un incentivo más para Henry, que lo llenaba de placer al saber que era el causante.
- Yo también voy… - un gruñido junto con su liberación, los llevo a un prolongado orgasmo, pues ambos terminaron al mismo tiempo -. Te quiero Zhou Mi. – dijo Henry corriéndose en su interior.

Zhou Mi no podía apartar la mirada de quien se encontraba en su interior, no podía creer que en tan poco tiempo sintiera tanto por él. Con Henry todo había sucedido tan rápido y diferente, porque sentía que podía pasar el resto de su vida a su lado.

- Te creo Henry, porque yo también te quiero. – confesó Zhou Mi -. Cuando te conocí pensaba que serías un acostón de una noche, que seguramente a la mañana siguiente desaparecerías. Pero no fue así…
- Ahí estaba, no pude irme, eras algo tan increíble de ver. – el ferviente deseo con el que Henry hablaba hizo reír a Zhou Mi.
- Si me di cuenta.
- No habría dejado que te fueras de mis manos. – dijo Henry mientras lo besaba -. Eres mi Valentín Mimi. Quiero que lo seas por siempre.
- Cada vez se me hace más difícil dejarte ir a casa.
- Tengo la solución para eso. – y Zhou Mi le creía, porque desde el comienzo Henry siempre cumplía con lo que le decía.

Zhou Mi estaba seguro que estaría con Henry por mucho más tiempo del que pensaba, lo tendría a su alrededor por tanto tiempo que lo llegaría amar. Si en tan poco ya le quería. Pronto iba a perder completamente su corazón por él.
 
Siwon y Heechul yacían acurrucados sobre la cama, sudorosos y temblorosos aun por el orgasmo que habían acabado de tener. Sus piernas entrelazadas, Siwon tenía abrazado a Heechul y este tenía recargada la cabeza sobre su hombro, sintiendo su aliento en el hueco de su cuello.

- Heechul, siento mucho si fui brusco, lleve muy rápido las cosas. – Siwon realmente sonaba avergonzado.

Algo que hizo que Heechul levantara su cabeza y se recostara de lado sosteniéndose de su hombro. Realmente lucía impresionante con su cabello pegado al rostro por el sudor, sus mejillas sonrojadas por el calor del ejercicio, sus labios hinchados por los besos y sus ojos brillantes por el reciente orgasmo.

- Estuvo bien… siempre estoy bien mientras este a tu lado, después de todo soy un hombre, no soy delicado aunque lo parezca. Aunque agradezco que me trates como si fuera algo muy valioso.
- Eres muy valioso y delicado para mí. – Siwon lo alcanzo y besó su frente -. Te amo y eso me hace querer rodearte de algodones para que nada te pase.
- ¿Cuándo has visto chalecos antibalas de algodón? – eso los hizo reír a ambos.
- Lo que quiero decir… - Heechul lo callo poniendo un dedo sobre sus labios.
- Nos amamos aunque llegues muy noche apestando a alcohol o yo llegue con ese feo carácter que me cargo cuando algo no sale como quiero.
- Soy tuyo tanto como tú eres mío.
- Soy afortunado sabes… - dijo Heechul volviéndose a recostar a su lado pero esta vez, rodeo la cintura de Siwon y se apretó junto a él, sintiendo después como brazo de este lo rodeaba por la espalda -. Me amas con todos mis defectos.
- Con todo… - susurró Siwon antes de tomar sus labios en un largo beso.

Los suspiros, jadeos y palabras de amor que se escuchaban en cada habitación, hacían notar lo afortunados que eran cada uno por tener la dicha de compartirlo todo con su Valentín. Pero lo más importante, es que también en cada habitación, se podían escuchar latir al unísono un par de corazones locos de amor.

Fin.



Gracias por leer y haber llegado hasta aquí. Hay una secuela de este minific, si quieren leerla se llama Propuesta Para San Valentín ---> Clic

^^ Bsos