Mascarada... Parte 2 Final




Mil locos en un show.

Unos tigres. Unos linces.
Unos reyes del sufrimiento.
Oh y yo me muevo por debajo…

Obviamente no se relajó. Al sentir el frio gel y algo que trataba de abrirse paso en su interior, se dio cuenta que no se trataba del pene de Heechul cuando sintió lo frío y redondo que era. ¿Con qué cosa lo estaba penetrando? Mentalmente se regañó, pues si no ponía resistencia, aquello seguramente sería más fácil de pasar. Sin embargo no podía negar que estaba nervioso.

– ¡Oh! ¡Ya entró! –dijo Heechul casi eufórico–. Bien hecho Simba. –y palmeo su trasero.

Muy en su interior se encontraba alojado un algo que no tenía ni idea de que se trataba. Un pequeño cable salía de su entrada y Siwon podía sentirlo colgar entre sus piernas, mas no sabía a ciencia cierta de que se trataba.

Sin embargo Siwon pronto podría dar cuenta. La cosa terminaba en una pequeña caja, la cual era la receptora, pues Heechul contaba con un mando inalámbrico en sus manos.

– Ahora, debes ser un buen chico, y cuenta hasta diez.
– ¿Contar?

Y antes que pudiera recibir respuesta, un golpe de la fusta de pala plana termino en su culo muy diferente a la anterior y otro justo en medio de sus piernas, dejando un lindo color rojo en su piel.

– Te dije que ibas a ser castigado. –dijo Heechul muy cerca de su rostro, pues se había inclinado sobre la cama–. Te portaste mal.

Sin poder responder, otro azote aterrizó sobre su nalga derecha y después otro sobre su nalga izquierda, otro y otro más, aumentando el escozor y la sensación de calor en la ya muy sensible piel.

¡Rayos! Siwon ya no estaba muy seguro de nada de lo que sucedía. Ni siquiera sabía que responder, pues seguramente cualquier respuesta que diera, no lo iba a librar de lo que Heechul preparo para castigarlo.

Heechul no podía dejar de mirar las marcas rojas de la fusta dejadas sobre la piel de Siwon. Los delgados bordes podían sentirse al pasar de sus dedos. Estaba siendo algo rudo, pero después de todo su castigo… Siwon merecía eso.

Había estado preocupado que Siwon se topara con la “innombrable” en su viaje a Nueva York. Ya que Heechul se había enterado mucho antes de que el menor realizara ese viaje, que ella se había visto con una de las shosis y hospedado en el hotel Ace. Mismo que hace años Siwon y ella visitaron juntos algunas veces, siendo el lugar de sus encuentros amorosos.

Temiendo que se la encontrara, Heechul como todos los demás habían sido testigos del cruel desengaño sufrido por el menor de su primer amor, así que a través del manager, hicieron todo lo posible porque Siwon se alojara en un buen lugar donde “esa” no pudiera encontrarle. Verla solo habría traído malos recuerdos a Siwon, uno donde el amor si pudo ser comprado por el dinero.

No le importo mucho a Heechul que Siwon hubiera ido a la gala acompañado. Era trabajo se suponía. Y después de la discusión que habían tenido, Heechul al decirle que aceptaba el trabajo para hacer WGM, le concedía eso como revancha. Pero el que hubiera publicado una foto de la entrada del maldito hotel, del mismo que habían tratado por todos los medios de alejarlo, le había hecho arder la sangre.

¿Cómo se había atrevido a exponerse de esa manera?

Aunque Heechul estaba seguro que esa chica, no era más que parte de un doloroso pasado de Siwon y que en su presente no había más lugar, que para él. Las acciones de Siwon se lo decían, así como sus celos. Temía porque se reencontrará con aquella.

Exponerse de esa forma, merecía castigo. Por la preocupación causada, merecía castigo. Que Heechul se hubiera sentido algo desplazado, merecía castigo. El haberlo hecho querer correr a su lado solo para golpearlo estando tan lejos, sin duda merecía castigo. Y ahora que lo tenía cerca podía golpearlo, le daría un castigo. Uno que nunca había probado antes.

Unos días anteriores a su viaje, Siwon y él había estado bromeando sobre los disfraces de súper héroes que ocuparían en el super show, muy divertidos. Tanto, que Siwon le había sugerido que se vistiera de Gatúbela y eso, le había dado esta idea. Pues a pesar de ser castigo, incursionar en el dolor debía tener la misma parte de placer o al menos eso decían las miles de páginas que se había leído.

– ¿Cuántos llevamos Simba? –pregunto mientras su lengua se paseaba por las marcas rojizas en la piel de sus nalgas.
– Seis… –siseo Siwon estremeciéndose al sentir aquel húmedo apéndice rosado.
– Muy bien, ya falta menos. –Heechul continúo acariciando su culo–. En cuanto termines tu castigo…

Esperaba que Heechul le dijera algo más y en su lugar recibió otro azote, pero ahora en su espalda, arrancándole un quejido. ¿Qué si le había dolido? Claro que sí, un dolor soportable. El escozor y el calor que dejaba en su piel era lo que más sentía.

Siwon respiro profundamente al sentir a Heechul moverse a su alrededor, la tensión y la incertidumbre aumentaban conforme más esperaba para recibir el siguiente azote, crispando sus nervios.

– Ocho, nueve… –conto Siwon al sentir dos azotes más en su espalda.
– Muy bien, esto va acabar pronto. Resiste amor. –no había ironía en la voz de Heechul, en verdad estaba amándolo con cada golpe y eso tranquilizo un poco a Siwon. Esperaba que después de esto, todo entre ellos se arreglara.

Lo sintió moverse de nuevo trepar a la cama, agarrándose de sus muslos hasta acomodarse bien entre sus piernas. La fusta azoto justo en medio de sus nalgas.

– Diez. –dijo Siwon jadeando, cansado de tanta tensión.
– Lo has soportado muy bien, Simba. –y al instante sintió la húmeda lengua de Heechul lamer sobre la piel caliente de una de sus nalgas de nuevo–. Es hora de disfrutar.

Se había olvidado del juguete en su interior, Siwon dio cuenta cuando Heechul lo encendió en su velocidad más baja y comenzó a vibrar. Su culo se apretó contra eso.

– Te gusta, ¿verdad? –Heechul deposito un beso en su otra nalga–. Disfrútalo, solo es un vibrador en forma de huevo.

Heechul aumento la velocidad un poco más cuando sus manos se cernieron sobre la dolorosa e irritada piel de su culo, amasando, apretando y sobando ambas nalgas. Su culo se contraía alrededor del juguete. Siwon apenas podía respirar, el dolor y el placer unidos lo estaban llevando a la locura ahora mismo. Las manos de Heechul apretando dolorosamente la irritada piel y la deliciosa vibración en su interior. Ni que decir del anillo en su pene que lo mantenía duro, sin poder recibir alivio. Estaba siendo una tortura.

Siwon ya no sabía qué hacer. Se removía bajo las manos de Heechul, restregaba sus caderas en la cama para liberar de un poco de dolor su pene, mordía sus labios tratando de acallar sus gemidos de placer mientras sus manos se aferraban a las esposas hasta dejar sus nudillos blancos por el esfuerzo.

Sin embargo todos sus sentidos volvieron en sí, cuando el sonido de un zipper siendo abierto, irrumpió a través de sus propios gemidos.

Para Heechul no fue problema liberar su tieso pene de las ajustadas prendas que vestía. El traje contaba con una abertura especial ahí abajo cerrada con zipper, que se abría desde ese específico lugar hasta su culo.

– ¡Oh, maldición! Estoy tan malditamente duro. –el pene de Heechul se había alojado entre las mejillas de su culo y eso tensó a Siwon.
– ¿Princesa? –¡Zas! Una nalgada.
– ¿Cómo te había pedido que me llamaras?
– Gatito… –respondió Siwon en un jadeo, pues cuanto más se movía, más el pene de Heechul se restregaba entre sus nalgas.

Siwon gimió, de excitación, de temor, él sabía que no estaba bien dilatado, el pequeño juguete no se iba a comparar con aquella tiesa carne que tenía entre sus nalgas.

– Necesito… Siwon… –poco a poco la locura por liberarse se apoderaba de Heechul, pues no encontraba descanso con aquello y sus piernas cansadas tampoco le ayudaban mucho en aquella posición.

Realmente Siwon no sabía si reír o llorar. Su gatito le estaba pidiendo que lo ayudara a liberarse, desde que lo había dejado de llamar Simba.

Heechul estaba acostumbrado a que le dieran alivio, mimos, cuidados, dejarlo cansado sin hacer mucho. Y con todo lo que se había montado para castigarlo, seguro que estaba llegando a su límite de esfuerzo, mucho más cuando necesitaba venirse.

– Ven acá, Gatito.

Y Heechul obediente, camino en sus rodillas sobre la cama, hasta llegar a la cabecera, donde Siwon lo esperaba con una mirada comprensiva, a pesar de lo agotado que se veía. Su pene pulsó al observar como Siwon abría su boca sin dejar de mirarlo a los ojos. La húmeda lengua salió al encuentro de su pene, lamiendo la cabeza en suaves círculos, hasta que estuvo completamente mojada por su saliva.

Algo tan erótico de ver y difícil de aguantar, Heechul comenzaba a sentir que de un momento a otro se correría.

– ¡Aaaah! ¡Si-won! ¡Ah, aaah! –el cuerpo de Heechul se estremeció completamente.

Siwon le succionaba como si su vida dependiera de ello, presionaba su pene con los labios y la lengua jugueteaba alrededor de la sensible piel. Lo sacaba de su boca, lo lamia como paleta y después lo metía de nuevo a su boca hasta llegar al fondo de su garganta. La cabeza de Siwon no paraba de moverse para darle placer.

Las caderas de Heechul comenzaron a moverse, estaba al límite y la poca movilidad de Siwon no ayudaba mucho. No supo en que momento lanzó el control del vibrador alojado en el interior de Siwon, que al terminar en el piso se encendió casi en su máxima potencia, haciendo gemir por la sorpresa al Siwon alrededor de su pene.

– Se siente… tan malditamente… bien…

Las manos de Heechul tomaron la cabeza de Siwon, los movimientos desesperados de sus caderas arremetían contra la boca del más alto, obligándolo a seguir sus deseos, cada vez más profundo, más intenso y más rápido.

Siwon no opuso resistencia, entre el vibrador y la dura carne entre sus piernas que no encontraba liberación, se encontraba en un punto donde todos sus sentidos estaban colapsados. Lo que fue aprovechado por Heechul, al liberar las manos de Siwon. Lo extraño es que ambas manos continuaron aferradas a la cabecera de la cama, pues Siwon no se dio cuenta que había sido librado de ambas esposas.

Cuando Heechul logró alcanzar su clímax, con su cara enrojecida, su respiración agitada, el cuerpo tenso y la espalda arqueada, liberó su esencia. Un poco termino en la boca de Siwon antes de que pudiera apartarse y otro poco termino en su barbilla y cuello.


Ardiendo, estoy ardiendo,
¿No lo puedes ver en mis ojos?
Quiero jugar en este juego de disfraces.

Sus entrañas ardían con el maldito vibrador que no paraba de tocar su punto dulce, con el ajetreo había terminado pegado ahí, justo en su próstata. Su pene en un estado de excitación intensa, duro como la roca por el orgasmo negado gracias al anillo para pene. Y Heechul, yacía a su lado agotado, con los cabellos húmedos, su boca entre abierta buscando normalizar su respiración y no muy dispuesto a ayudarle.

En un arrebato, Siwon quiso alejar la máscara que cubría parte del rostro de Heechul, ver sus ojos y fue cuando se dio cuenta que ya no estaba esposado a la cama.

Al ver sus manos liberadas, rápidamente quito los amarres de sus pies y se hinco sobre la cama, llevo una mano hacia su culo y sujetando el cable retiro cuidadosamente el vibrador de su interior. Apagarlo habría sido una causa perdida, pues el control estaba en alguna parte del suelo. Sosteniéndolo en sus manos cuando se hubo librado de eso, Siwon tuvo una idea de buen uso para el vibrador que aun funcionaba sobre su mano.

No hizo nada por liberar su pene atrapado aun en el anillo que lo sujetaba, Siwon estaba tan al borde, que con solo tocarlo seguramente terminaría en su mano y la verdad es que él quería darle mejor uso a su dolorosa erección.

Jalando de las piernas a Heechul, lo hizo recostarse en medio de la cama, aprovechando que todavía no se recuperaba de su orgasmo. Quito por fin la máscara de su rostro y se encontró con los velados ojos de Heechul, necesitaba que se recuperara para lo que tenía pensado hacerle.

Sin quitarle ni una prenda, Siwon lo extendió sobre la cama, abriendo de par en par sus piernas y se acomodó entre ellas. El velcro que mantenía cerrado el diminuto bóxer ya se había abierto completamente, exponiendo desde su pene hasta el comienzo de sus nalgas.

Poner a Heechul a tono como él lo estaba seguramente sería una hazaña por lo agotado que se veía y su pene flácido lo decía todo, de ahí a que Siwon hubiera guardado el vibrador.

Con mucho cuidado, coloco el vibrador de huevo en la base del pene y comenzó a enredar el delgado cable a su alrededor, procurando que este no se moviera sin lastimar a Heechul, de tal manera que cuando su pene despertara a la vida de nuevo, el cable se zafara sin crearle ninguna molestia.

Siwon no pudo dejar de admirar el trabajo realizado en el pene de Heechul, mucho menos la imagen tan lasciva que el mayor le daba, abierto ante él y gimiendo ya por la vibración en su pene.

– Siwon… –Heechul ya contoneaba sus caderas.
– Voy a prepararte Gatito.
– No… no es necesario… –Heechul gemía las palabras.
– Sabes que no voy a lastimarte. –y Heechul lo sabía, a pesar de que él si había infringido algunas marcas a Siwon, aunque se tratara de un juego de dolor previo al sexo.
– No… yo estoy… listo.

Y con la poca fuerza recuperada, Heechul coloco las manos debajo de sus rodillas y llevo sus piernas hacia atrás, dándole una mejor vista a Siwon de su sexo y su entrada. Con asombro, Siwon se dio cuenta que la cola del disfraz estaba unido a un tapón anal, mismo que todo este tiempo había estado en el interior de Heechul. Así que su Gatito estaba listo para ser suyo.

– Dios… esta cola de gato es tan sexy. –gruño Siwon mientras removía el tapón anal, jugando un poco con el mientras lo hacía
– Deja… de jugar... –lo reprendió Heechul.

Siwon lo retiro completamente, se inclinó sobre su cuerpo y tomo los labios de Heechul, besándolo profundamente, explorando con su lengua todos los rincones de su boca como sabía que a él le gustaba. Heechul respondió al beso con la misma intensidad, sus lenguas se acariciaron una a la otra con pasión, hasta que la falta de oxígeno los hizo separarse dejando un hilo de saliva entre ellos.

– Gracias por perdonarme, princesa. –dijo Siwon atrayendo la atención de Heechul, solo para después penetrarlo rápidamente.

En cuanto había liberado su pene del restringido anillo, Siwon supo que no aguantaría mucho estar en la calidez de Heechul, de por si estar dentro del mayor ya era su perdición. A sí que opto por el mejor ángulo que conocía y hacia a su princesa delirar, para llevarlo al borde, justo donde él se encontraba. Esperaba también que el vibrador no se hubiera movido de su lugar y estuviera haciendo bien su trabajo todavía.

Siwon llevo las piernas de Heechul enfundadas en esas largas botas hacia sus hombros, alzando sus caderas y comenzó a penetrarlo intensamente, dentro de Heechul, sumergiéndose cada vez más y con más fuerza, llevando al mayor de éxtasis.

Heechul ya estaba ahí, justo donde Siwon lo quería, enloquecido y gimiendo por más, quería que lo tomara más duro, cuando monto las olas de placer que lo llevaban poco a poco a un nuevo orgasmo, gritó, mismo que fue ahogado por la boca de Siwon.

Siwon pudo sentir el orgasmo de Heechul, al sentir como su pene era apresado dolorosamente en su interior provocando el suyo también. Unas embestidas más y derramo su esencia dentro de Heechul, dejándose llevar por el abrumador orgasmo.

Agotado y tembloroso, se dejó caer en los brazos de Heechul, mismo que lo recibió con los brazos abiertos, escondiendo su cabeza en el hueco que formaba su cuello y hombro.

Todavía tenían algo que aclarar, pero antes que eso sucediera, se entregó completamente al beso que demandaba Heechul a su boca. Estaban entregados completamente al beso y a sus brazos, gimiendo y suspirando como si no hubieran explotado tan solo unos momentos atrás. Sus bocas hambrientas se entregaban a besos profundos sin descanso.

Siwon salió de su cuerpo y se acomodó a su lado, atrayendo el cuerpo de Heechul sobre el suyo y comenzó a besarlo de nuevo, pero esta vez con calma, saboreando su boca dulcemente y sin exigencias, demostrando en ese beso, todo lo que sentía por el mayor. Hasta que finalmente se hubieron saciado el uno del otro, por el momento.

– Tenemos que hablar. –Siwon gimió como un niño al escuchar esas tres palabras.
– También tengo que decirte algo.
– Pero primero ayúdame a quitarme estas botas…
– ¡El traje no! –se apresuró a pedir Siwon–. Con ese traje, eres como sexo andante… me quedo sin palabras… wow.
– Muy bien, te otorgo eso, solo porque sabes cómo pedirlo. –una linda sonrisa se dibujó en la boca del mayor. Le encantaba que lo adularan, especialmente viniendo de Siwon–. Las botas, ya no las aguanto.

Gracias a que las botas tenían un cierre a los costados, quitárselas fue muy fácil y rápido. Después volvieron a la cama, Heechul se acomodó de lado, Siwon lo imitó haciendo lo mismo cubriendo su desnudez. De esa forma ambos quedaron de frente, viendo sus rostros con seriedad.

– Siento mucho haberte preocupado. –dijo Siwon después de respirar profundamente–. Lo que hice en Nueva York no lo justifico, tampoco es como si hubiera hecho algo como para engañarte.
– Me provocaste Siwon. –la voz de Heechul sonaba dolida–. Y lo más triste es que sabias lo que estabas haciendo, ella… ese lugar significo mucho para ustedes, sabes que solo de esa forma podrías ponernos mal, no era yo nada más, hasta los chicos se preocuparon.
– Por favor, no es verdad. Yo… Heechul, te quiero tanto, como para hacerte daño. –Siwon atrajo el cuerpo del mayor a su pecho, sus rostros quedaron muy juntos, tanto que podían sentir sus respiraciones–. Es solo un lugar. Actué imprudentemente porque me deje llevar por los celos y todos esos bajos sentimientos que me provoca todo esto del programa, ¡Vas a estar casado! Y yo, ¿Dónde quedo?
– Siwon… Siwon, para. –al ver que el menor no paraba, tomo su rostro con ambas manos–. Es solo un programa, Siwon y yo… yo también te quiero.

Heechul nunca había sido de palabras, decirlas costaba más de lo que esperaba y decírselas a alguien que realmente le importaba, Siwon, con quien incluso compartía cama haciendo el amor, era algo que le causaba un poco de aprensión. Decir esas palabras era entregarse por completo a una relación de puertas para adentro y eso no era muy seguro, incluso para su corazón.

Se dio la vuelta dándole la espalda a Siwon.

– Heechul… Oh Heechul… –al ver que el mayor no se giraba ni respondía, Siwon lo abrazo por detrás–. Por favor, discúlpame, por favor. Soy un tonto. Si tu no quieres disculparme… sé que tienes tus razones, pero créeme, lo que hice fue pensando en ti. Hare lo que sea para que me perdones…
– ¿Lo que sea? –palabras mágicas para el oído de Heechul.
– Si, lo que sea.

Ardiendo, estoy ardiendo,
¿No lo puedes ver en mis ojos?
Quiero jugar en este juego de disfraces.

Siwon podía prometerle la luna y las estrellas en aquel momento. Con su pecho pegado a la espalda del mayor, no podía apartar la vista del esbelto cuerpo de este. Como el color negro del traje resaltaba su lechosa piel y algunas gotitas de sudor aun viajaban por ella, haciéndola resplandecer. Ni que decir de sus piernas. Heechul de lado como estaba, las tenía rectas una sobre otra. Sin las botas, las pantorrillas se le veían regordetas, dándole una apariencia curvilínea a sus piernas. El diminuto bóxer ya dejaba ver media nalga de su trasero y su cuerpo, ¿acaso los hombres tenían curvas? Pues la cintura del mayor parecía no apegarse a lo que un cuerpo masculino debía ser. Tenía unas finas y no muy pronunciadas, deliciosas curvas. Lo mejor de su vista fue ver su esencia saliendo del interior del mayor, había sido suyo y lo sería por mucho tiempo más, Siwon se aseguraría de eso.

Estaba siendo toda una visión cada detalle de su cuerpo que lo distrajo un momento de lo que Heechul decía.

– Prométeme que cuando tengas que salir del país, cuando vayas y estés rodeado de muchas modelos piernas largas y flacuchas, no te olvidaras de mí. –eso ultimo atrajo de nuevo su atención.
– ¿Olvidar? Ni siquiera voy por las mujeres ahora. –al ver fruncir su ceño a Heechul, Siwon se dio cuenta que había insinuado que iría a por hombres–. Heechul… ¿Cómo podría cambiar todo esto? –aunque Heechul no lo podía ver, Siwon no dejaba de ver todo lo que tenía en sus manos, el cuerpo del mayor seria la envidia de muchos–. ¿Cómo olvidarlo siquiera? Ni aunque lo intentara, que nunca lo haría.
– Tonto. –Heechul rio al sentirse envuelto por los brazos y piernas de Siwon.
– Si tonto, pero por ti. Tonto de celos, de locura.
– Los celos son una perra.
– ¿También los sentiste?
– Un poco. –era algo que Heechul nunca aceptaría completamente.
– ¿Puedo pedirte yo también algo? –pregunto Siwon.
– Dime.
– Cuando tenga que volver a viajar, ¿podrías recordarme a quien pertenezco? Algo como esto. –y la mano de Siwon se dejó caer con la palma abierta sobre el trasero de Heechul, sonando una buena nalgada.
– ¡Maldición, claro que lo haré! –gimió Heechul girando su cuerpo para quedar frente a Siwon nuevamente–. Y cuando sea tu turno de hacer WGM, te hare todo el numerito pero, quizás ya no sea Gatúbela y me vuelva la maldita bruja cruel. Solo para castigarte corazón. –Heechul se rio al ver como Siwon se estremecía, con la voz de perra maldita con que había hecho esa declaración.
– Puedo abogar por menos golpes la siguiente vez. –pidió Siwon haciendo pucheros.
– Está bien, serán nueve. –soltó Heechul dando un pequeño beso a sus labios.
– Cinco. –reviro Siwon con otro beso.
– Siete y es mi última oferta. –deposito otro beso.
– Que sean seis y una mamada. –Siwon esperaba que esta oferta fuera aceptada, pues su trasero que en verdad ardía.
– Muy bien. –Heechul se reía de hasta donde había llegado la negociación.
– Mi trasero y yo esteremos eternamente agradecidos por esto.
– Sabes cómo negociar, por eso no puedo decir no.
– Aprendí del mejor. –dijo Siwon, haciéndolos reír.
– Podrías haberme obligado de una forma más satisfactoria. –Heechul ronroneaba mientras se deslizaba por encima del cuerpo de Siwon–. Pero perdiste tu oportunidad. Ahora lo haré yo. Pedirás ser azotado bebé.
– Oh no, no lo creo.

Siwon hizo girarlos de nuevo en un jugueteo sobre la cama, donde el Gatito hizo de las suyas de nuevo y Simba, hizo valer su postura muy en el interior de Heechul. Amándose a su manera y soportando los celos de la única y especial manera que conocían. Al menos de esa forma era más entretenido y excitante, siempre podrían usar más disfraces sin mascaras.

FIN

Comentarios

  1. Cuenta hasta 10 Siwon
    Los impulsos de Siwon lo han lleva a las fuases del gatito...pequeño pero peligroso,y más si lo que es suyo se ve amenazado.
    Eso le pasa a Siwon por andar de rebelde volcando sus celos en acciones que solo trajo preocupación a Hee y a los demás...aunque eso al menos sirvió para saber que posiblemente Siwon ya lo supero...eso es lo bueno.
    Eso y el castigo...que no se diga que Hee no sabe dar buenos castigos...si hubo de todo...esposas, anillo, tableta, vibrador,disfraz incitador y unos pares del golpes placenteros...y lo ha disfrutado.
    Aunque el pobre de Hee se haya cansado,pero al igual que Siwon fue recompensado...y con posibilidades que se repita.
    Ya hasta planearon el siguiente motivo para otra sesión de castigos...este par no tiene remedio.
    Lo mejor de todo...es que con palabras,Hee le ha confirmado a Siwon que lo quiere,y que con programas/trabajos o sin ellos...se pertenecen.
    Un shot muy hot
    Gracias...^^

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