Volviendo A Ti... Capítulo Dos





Minki POV

Baekho agarra mi cintura para sostenerme mejor. Pasa uno de sus brazos alrededor de mi cintura y luego levanta uno de los míos enredándolo en su cuello para agarrarme y en seguida comienza a llevarme lejos de mis nuevos amigos. Son muy divertidos.

Según Baek, en el estado que se encuentran cualquier cosa podría pasar y que por eso es importante llevarme a un lugar seguro. Y yo me siento de lo más seguro en sus brazos.

Suspiro mientras cierro mis ojos.

   Minki… Minki… - lo siento sacudirme un poco cuando ya hemos caminado un poco más.
   ¿A dónde vamos? – no sé dónde estamos, de noche me es difícil ubicarme, aunque más bien es porque solo puedo reconocer los lugares en donde puedo encontrar a Baekho.
   Eso mismo iba a preguntarte, ¿en dónde vives?

¡Estamos en una parada de taxis!


   Voy a parar un taxi para que te lleve a tu casa. Irás a tomar un buen baño y después a dormir, ¿ok?
   ¿Y tú qué harás?
   Voy a regresar con Jong Hyun. – frunzo el ceño al escuchar el nombre de su mejor amigo. Jong Hyun, Bugi, siempre es él. — Está con Min Hyun pero no confío mucho en él.

Abro grande mis ojos, por poco y se me pasa la borrachera. Min Hyun está haciendo su parte, no puedo dejar que Baekho regrese a buscarlo, de nada servirá esto si lo hace.

   Tú habitación está bien para mí. – le digo acomodándome en su pecho.
   No bromees Minki, esto es serio, además ni de broma te llevaría a mi habitación. – eso sí me molestó un poco — ¿Dame tu dirección?
   No sé, no sé. – hice gestos con mis manos y casi me caigo, mis pies se habían cruzado.

Baekho alcanza agarrarme para no caer, me sostiene de diferente forma y entonces mi cabeza queda recargada en su hombro.

   Estate quieto pues, dame tú identificación.
   No tra-i-go na-da, ni di-nero, ni car-tera. Na-da. – canturreo.
   ¿Cómo llegaste aquí? – difícilmente iba a contestarle esa pregunta, así que me hago el dormido. — Esto no me puede estar pasando.

No tuvo de otra que llevarme a su habitación en la universidad.






Min Hyun POV

   Siempre me has gustado Minhyun.

Resulta que Jrie es novio de Aron, un hyung unos grados mayor que nosotros, los he visto juntos desde que conocí a Jrie en la universidad. Debo decir también que, Jrie es el jovencito que ha cautivado mi corazón desde que lo conocí y que ellos se hicieron novios justo después que me di cuenta de mi enamoramiento.

Desde entonces no he podido hacer nada, solo estar ahí para Jrie y ser uno de sus mejores amigos, aunque no el único. En este aspecto hasta otro chico mayor me lleva ventaja, pues Jrie tiene una larga y cercana amistad con Baekho, otro hyung del área de ingeniería.

Digamos que me tomó un tiempo darme cuenta que me gustaba, tenía otros intereses en ese entonces, hasta que comencé a fijarme en Jrie.

   Siempre me has gustado pero nunca me hiciste caso. – me declaro Jrie.

¿Cómo es que llegamos a esto?… El ambiente festivo, el alcohol, aunque no habíamos bebido demasiado… En un momento hablábamos de la vida, de su relación, sobre lo que me gustaba; entonces Jrie comenzó a llorar y después…

Una cosa llevó a otra y terminamos en mi cama.

Respire hondo y cerré los ojos al sentirme por fin dentro de su cuerpo, Jrie contrajo sus piernas involuntariamente pero no podía parar. Quizás le estaba causando un poco de dolor, y es que por culpa del placer y el estado en el que ambos nos encontramos, no esperé a que se sintiera cómodo conmigo en su interior.

Creo que todo fue muy rápido.

Necesitaba estar en su interior, por mucho que deseara que nuestra primera vez juntos fuera perfecta, tierna y dedicada, el deseo era más apremiante en esos momentos.

Jrie se tensaba por momentos, cerrando sus ojos o sintiéndose muy apretado alrededor de mi erección. Tuve que distraerlo, besarlo suavemente y lamiendo sus labios, cosa que funcionó. Cuando deje de besar su boca, me fui a besar su cuello, dejando pequeños besos tan delicadamente como podía mientras me movía en su interior.

Se supone que previamente se tiene que ser cuidadoso y atento, para que la experiencia sea de lo más placentera para ellos. Yo deseaba que Jrie disfrutara de nuestro encuentro, así que aunque fuera un poco tarde, porque quizás lo estuviera pasando mal, me estaba haciendo responsable de tocar sus puntos sensibles y hacerlo gozar, tanto como él lo estaba haciendo conmigo al dejarme entrar en su cuerpo.

Fue entonces cuando lo escuche gemir por primera vez. Dios, lo hizo tan hermosamente, escuchar su voz gemir tímidamente e intentando no ser escandaloso, me llegó profundamente. Es algo que jamás olvidaré.

Continué las embestidas a su cuerpo, besando sus labios, su pecho, su cuello, atento a sus reacciones ahora, no deseaba volver a incomodarlo. Pero parecía que Jrie lo estaba disfrutando en esos momentos también, gimiendo y abrazándose a mi cuerpo.

Llegaríamos pronto, nuestra primera vez juntos no podía alargarse más, pues los dos estábamos llenos de deseo el uno por el otro. Embestí a Jrie un par de veces más y me corrí dentro de él, Jrie lo hizo entre nuestros cuerpos.

Unos segundos me quedé inmóvil sobre su cuerpo, dentro de su cuerpo, disfrutando la manera en que nos volvíamos uno solo, cerrando los ojos por un instante. El tiempo suficiente para memorizar este momento para siempre y jamás olvidarlo, esperaba que para Jrie fuera igual. Aunque no podía negar estar un poco celoso del que seguía siendo su novio. Ellos seguramente habrán tenido momentos como este.

No, no quería pensar en estos momentos.

Jrie todavía se encontraba con la respiración entrecortada y completamente sonrojado debajo de mi cuerpo, por lo que besé su frente y salí de su interior sin dejar de mirarlo. Agarré una sábana y cubrí nuestros cuerpos recostándome a su lado, para después abrazarlo.

Lo sentí suspirar en mis brazos, hasta que finalmente su respiración se hizo acompasada y a pesar que me resistí por mucho tiempo a dormir, queriendo alargar el momento de estar consciente de tenerlo en mis brazos, no pasó mucho para que también me quedara dormido.

Al despertar Jrie ya no se encontraba a mi lado. No dejó tampoco ni una nota, tampoco responde a mis llamadas y van dos días que no lo veo. Y aunque estoy feliz de saber que Jrie me ama, porque para haber pasado esa noche entregándose a mí, debe ser porque me ama, aun cuando ha dicho que le gusto.

Necesitamos hablar. Aclarar todo entre nosotros. Necesito decirle que también me gusta, que desde hace tiempo lo amo y sabiendo lo que siente por mí, no pienso dejarlo ir. Ya mucho tiempo fui su amigo, haciéndome a un lado por su felicidad, pensando que su novio lo era.

Dejar ir a quien es el amor de tu vida para que sea feliz no es muy bonito y tampoco es un sentimiento que te haga sentir más grande o bien. Por mucho tiempo lo viví y jamás llegó ese sentimiento.

Dejar ir el amor duele, y duele mucho más ver que otro lo hace feliz. Aunque en mi caso Jrie nunca dejó de pensar en mí. Debería ser un consuelo pero tampoco lo es.

No sé por qué algunos libros dicen que este sacrificio de amor es bueno. ¿Bueno para quién? Ciertamente para mí no lo ha sido.

Por eso Jrie y yo debemos hablar, aclarar todo y por eso hoy me he decidido a buscarlo hasta encontrarlo. No puedo dejar pasar otro día. Tampoco es como si pudiera ocultarse para siempre, pero el que no me deje verlo me pone nervioso, como si algo malo hubiera pasado.

Voy buscando por el campus, por los lugares a los que Jrie acostumbra a pasar, pero no lo encuentro. Es hasta que uno de sus compañeros me dice que lo ha visto por la cafetería de atrás, es como llego hasta ahí, solo para encontrarme con una escena. Bastante romántica por cierto.

Jrie siendo abrazado y rodeado por su novio, Aron. Los dos abrazados como si no existiera nadie más en el lugar. Aron consolando a Jrie, no sé porque él llora, quisiera saber. Sin embargo termino retirándome cuando comienzan a besarse, incapaz de mirar esa escena, en la que Jrie es besado nuevamente por otro que no soy yo.

Cómo es que días después de una noche como la que pasamos juntos, las cosas terminen de esta manera, llenándome de desconcierto.






Baekho POV

   Entonces, ¿dormiste con él?
   No, claro que no. - respondo casi de inmediato.
   Te recuerdo que es un jovencito Baekho, menor que nosotros. – y eso lo sé muy bien.
   Tuve que llevarlo a mi habitación porque ya se estaba quedando dormido.
   No es posible que no sepas donde vive. – veo a Jong Hyun reírse, burlándose de mí.
   Minki es quien viene a buscarme aquí cuando ni siquiera estudia en esta universidad.

Jong Hyun sorbe su malteada de una sola vez hasta terminarla, antes de hablar. Los dos estamos en una de las tantas cafeterías del campus charlando. Hemos venido a comer y a ponernos al día.

   Hiciste bien no dejarlo ir en el estado en el que se encontraba. Treparlo a un taxi habría sido peligroso para él.

Poniéndolo de otro modo, Minki se salió con la suya o al menos eso es lo que él pensó.

Esa noche lo subí casi a rastras los dos pisos del edificio para poder llegar a mi habitación. Para nada iba a cargarlo como princesa, tal vez como saco de papas, pero la verdad es que estaba también un poco mareado como para hacerlo.

Minki estuvo quejándose todo el tiempo, tuvimos que parar varias veces porque se negaba a caminar y otras tantas estuvimos a punto de caer rodando por las escaleras. ¿Cómo es posible que un jovencito sea tan problemático?

Cuando llegamos a la habitación lo deje caer sobre la cama. Minki rebotó en ella riendo como loco. Estaba muy cansado de estar batallando con él como para acomodarlo en otro lugar, cosa que Minki aprovecho para acomodarse sobre mi cama, abrazando las almohadas como si fueran a escapar de sus manos.

   Necesito… oh, qué cómodo es esto… - lo escuche hablar y decir incoherencias.

Suficiente de ese chiquillo para mí.

Me tome un respiro antes de meterme en la ducha, para nada iba a lidiar con él de nuevo y esperaba que al salir ya se hubiera dormido.

   ¡Un jovencito durmió en tu cama por fin!
   No te burles Bugi. Tuve que dejarlo ahí. Cuando terminé de bañarme Minki estaba dormitando, así que baje a la sala de entretenimiento del edificio y dormí en uno de los sofás.
   ¡Auch! Que incómodo pasar la noche ahí.
   No tanto. Alguien vino y puso unos cojines en mi cabeza, además de cubrirme con una manta, por eso mi noche no fue tan mala. – y sé muy bien a quien agradecerle ese favor.

 ¿Cómo es que el acosador también se vuelve mi salvador?

   Entonces por fin Minki se salió con la suya al dormir en tu cama.
   Tal vez, pero no creo que le queden ganas de volver.
   Sí, debió ser bastante decepcionante para él.
   No es eso, estoy muy seguro que esta vez, no volverá acosarme de nuevo. – le digo a Jong Hyun al recordar como lo besé mientras me hacía el dormido y como salió corriendo después de eso.

Apenas podía entre abrir mis ojos para que Minki no se diera cuenta que en realidad estaba despierto pero pude verlo, como ese chiquillo rubio acosador, muy diligentemente cuido de mí creyéndome dormido. Con esmero, Minki acomodó las almohadas debajo de mi cabeza, sus cabellos rubios caían desordenadamente en su frente y por la posición en la que se encontraba, encima de mí, su camiseta dejaba ver algo de piel de su pecho.

Tuve que removerme un poco para tratar de aliviar la dureza entre mis piernas, suficiente para que Minki se diera cuenta así que lo bese. Siempre supe que los labios de Minki serían dulces, no podía ser de otra manera con su especial belleza, y la verdad es que no estaba equivocado. También pensé al conocerlo, que una sola probada de ese chiquillo sería suficiente para perder la cabeza, realmente esperaba equivocarme en esto último.

La presión de las manos de Minki sobre mi pecho hizo que nos separáramos del beso. Mis pulmones se encontraban haciendo un esfuerzo por respirar, no sé en qué momento se hizo tan profundo el beso entre los dos, que Minki se encontraba de igual forma. Tan adorablemente desconcertado y con sus labios hinchados.

Minki volvió a empujarme para después salir corriendo del lugar.

La verdad es que ni siquiera sé porque besé a Minki que, ahora no puedo sacarme de la cabeza ese beso, ¿en qué demonios estaba pensando? Ese chiquillo siempre seria sinónimo de problemas para mí. Y en mi vida eso era lo último que quería.

Continuará…




Comentarios