– ¡Deja eso, perro malo! ¡En la
almohada no! – ¡Oh por Dios! Mi almohada tendrá que ser reemplazada, así como varios
cojines de la sala y mis zapatos, por no hablar de los pantalones sobre mis
piernas que han sido profanados.
Al
principio pensé que era buena idea. Un poco harto de mi pareja, con el pretexto
de estar haciendo su servicio militar, me dejara tanto tiempo solo. Cansado de
sus salidas con amigos, de cosas más importantes que hacer y al final yo.
Está
bien que como Super Junior, grabaciones de programas y presentaciones agendadas
me encontraba ocupado, siempre me daba tiempo para él. Con Yesung no
funcionaba, siempre con cosas que hacer y solo basta dar una vista a sus redes
sociales para darse cuenta, lo bien que se lo pasa sin mí.
Por
eso es que viendo lo bien que le fue a Kyuhyun y como tuvo bajo control a Min,
fue que decidí hacerlo. Pensando que quizás con eso Yesung pasaría más tiempo a
mi lado, con solo un poco de su atención habría sido suficiente, pero los
resultados rebasaron mis expectativas y me volví codicioso.
Dejarle el collar puesto no fue tan acertado.
Unos días después del caos desatado con los gatos y “Rufus”, justo después del desayuno invitado por Siwon, fui testigo de cómo Kyuhyun intentaba deshacerse de un collar.
Kyuhyun
se excusó conmigo diciendo que era de Min, el perro que según era de Max y que
ya no iba a ser necesario. Pero extrañamente, ese collar no lucía como uno de
perro, más bien, parecía uno que le había visto puesto a Sungmin hyung varias
veces.
Así
que curioso y atando cabos, supuse que ese collar debía haber hecho toda esa
magia sobre Sungmin hyung, pues se encontraba tan sumiso y cariñoso con
Kyuhyun, como nunca antes lo había visto.
Fue
entonces que recogí aquel collar de donde Kyuhyun lo había tirado.
Puedo
excusarme diciendo que Yeye me dejaba solo mucho tiempo y con pavor miraba el
pasado, como cuando no le gustaba ser emparejado con un chico. Aunque nos
hayamos hecho pareja, no garantiza nada y como él no pusiera atención
últimamente de lo que me pasaba… Solo quería un poco más de él.
Después
del collar, el sexo se volvió… Wow, no tengo palabras para describirlo, Yesung
no me daba descanso y eso lo llegue a disfrutar. También se volvió sumiso, al
grado de preguntar si podía salir con sus amigos, obviamente no lo deje. Estos
días iban a ser solo míos.
Entonces,
unos días después de tanto encanto, una noche después de habernos corrido tres
veces seguidas, Yesung amaneció en mi cama convertido en perro.
¡Un
perro! Y uno muy inquieto, por cierto.
Y
aquí estoy con el problema. Lo peor es que después del fin de semana, tiene que
volver a su empleo en el servicio militar, y convertido en perro, no creo que
suceda. El collar no tiene instructivo, no sé cómo revertirlo, la única
solución plausible es preguntarle a Kyuhyun y no quiero.
Lloriqueo
sobre la cama haciendo un poco de berrinche, al pensar lo mucho que Kyuhyun va
a disfrutar esto antes de darme una solución.
– ¡No quiero! ¡No quiero! –y
antes que pueda hacer algo, abren la puerta de mi cuarto y el perro sale
huyendo por ahí– ¡No! ¿Qué hiciste?
– ¿Qué fue eso? –Donghae me
pregunta riendo por lo que acaba de escabullirse entre sus piernas.
No
le hago caso. Antes de que haga un estropicio más, salgo corriendo detrás del
perro.
– ¡Ye Yo!
– ¿Ye Yo? Que gracioso.
– Si, si, búrlate lo que
quieras, pero ayúdame.
Entre
los dos comenzamos a buscarlo en el departamento. Donghae fue hacia los cuartos
de atrás y el cuarto de lavado, yo fui hacia la sala y el armario de la
entrada. Con eso que le gusta morder zapatos.
Camino
hacia la entrada cuando veo a Heechul hyung llegar con un perro enorme color chocolate
y de lo más feliz hablándole.
– Vamos caballo, seguramente
tienes sed. –¿Caballo? Acaso es…
– ¡Hyung! –mi grito sorprende no
solo a hyung, también al perro que salta frente a él ladrando hacia mí.
– Calma, calma. Buen chico. –hyung
logra calmarlo–. Y tú Wookie, ¡No vuelvas hacer eso!
– Hyung, ¿tú… tú también? ¿Y
Siwon? –intento hacerme entender, pero en realidad estoy muy sorprendido.
Nunca
pensé que hyung tuviera que recurrir a esto también. Siwon se ve realmente
dedicado a hyung y muy enamorado. Pobre. Además, el perro es realmente grande,
con porte y hermoso. No como Min, el perro peludo y gordo que trajo Kyuhyun o
como Ye Yo, que de los tres resulta ser el más pequeño.
Frunzo
el ceño ante la mirada interrogante de Hyung.
– No te entiendo enano, mejor
hazte a un lado y déjanos pasar, tenemos sed. –me hago a un lado ante su orden,
y lo sigo dentro del departamento.
– Hace un momento lo llamaste
caballo y, ¿dónde está Siwon? –me cruzo de brazos esperando su respuesta.
– ¡Lo encontré! –los gritos de
Donghae interrumpen la charla.
– ¿Pero qué es eso? –Heechul
hyung pregunta al ver llegar y pegarse a su pierna como una lapa, a un pequeño
perro chihuahua negro y café–. Quiere follar mi pierna, mira. –hyung no puede
contener su risa.
– Eso, es Ye Yo. –le explica
Donghae- Y estaba intentando hacer lo mismo con Heebum, que no se dejó por
cierto. –termina de decir, separando al pequeño perro de la pierna de hyung,
algo renuente hasta que logra levantarlo.
– ¡Mi pequeño bebé iba a ser
profanado por eso!
– Dios, lo que me faltaba. –llevo
una de mis manos a la cabeza sin saber que hacer o por donde comenzar.
– Eres muy lindo. –Donghae
comienza a tontear con él y cuando menos se lo espera, el pequeño perro
comienza a lamer su philtrum todo cariñoso–. A que es lindo, ¿verdad?
Donghae
lo pone frente a mi cara inesperadamente y el perrito comienza a lamer mi boca
todo emocionado, lo que me hace retroceder y toser asqueado.
“Mugre
animal”.
Dios,
yo no le hago a eso de la zoofilia y Yesung lo debe saber. ¿Por qué me hace
esto? No puedo lidiar con él siendo un perro. Siento celos que este besuqueando
a Donghae y ahora a hyung, o a cualquiera aun siendo perro. Y por otro lado,
resulta ser un perrito muy caliente y problemático.
– Creo que aquí está el
problema. –escucho decir a Donghae que tiene al perrito arriba revisando entre
sus piernas. “Dios, si Yesung llega a recordar esto, se va a morir de la
vergüenza”.
– Déjalo, su cosita siempre ha
estado asomada. –le digo.
– Esta caliente. –continua
Donghae.
– O lo tiene muy grande y por
eso no se lo puede guardar. – Heechul hyung agrega de lo más divertido–. Creo
que le hubiera quedado mejor el nombre de Ye-Sex, como su dueño. –ambos se
sueltan a reír.
– No le veo lo gracioso. –me
cruzo de brazos algo molesto.
– Deberías ver tu cara Wookie. –Heechul
hyung se burla. Ya enojado, recuerdo al perro que está muy quieto sentado a su
lado. Ni siquiera se ha movido desde que hyung lo dejo ahí. Otra característica
que me recuerda a Siwon.
– Mejor dime, hyung. ¿Qué con
ese perro? Y ¿Dónde está Siwon?
– Oh, es cierto. –veo como hyung
se agacha hacia el perro color chocolate y comienza a hacerle cariñitos–.
Tienes sed, verdad. Que guapo eres. No como ese perrito tonto.
– ¡Hyung!
– Guau guau. –Ye Yo y yo al
mismo tiempo protestamos, cosa que de nuevo hace reír a los dos.
– No contestaste mi pregunta
hyung, ¿dónde está Siwon?
– ¿Qué sucede? Aquí estoy. –Siwon
aparece al lado de hyung en ropa informal.
– Te estabas tardando, hay que
regresar a Ssaem. No puede pasar la noche aquí.
– Lo siento, me tarde más de lo
esperado. Vamos a dejarlo.
– Espera, voy a darle un poco de
agua. Ssaem tiene sed, ¿verdad guapo? A que si tienes sed. –y todos observamos
como hyung lleva al perro chocolate a la cocina.
– ¿Y qué es esto? –pregunta
Siwon.
– Es Ye Yo, el nuevo hijo de
Ryeowook y Yesung. –veo como Siwon lo carga y también, como es lamido en su philtrum
por él.
– Y por cierto, ¿dónde está
Yesung? Necesito hablar con él.
– Él… él salió, sí. Dijo que iba
a visitar a su familia. A lo mejor llega hasta mañana. –digo apresuradamente
tomando a Ye Yo de las manos de Siwon e intento escapar–. Bueno, tengo cosas
que hacer, nos vemos luego.
– ¡Ya llegue! –Kyuhyun como
siempre se anuncia cuando llega a casa.
“Gracias,
Dios, gracias.” Suspiro aliviado al saber que está aquí y que podrá ayudarme.
Horas más tarde…
– Creo que me apresure al
sentirme aliviado y agradecido.
Cuando
Kyuhyun dijo la primera vez que tenía que tener sexo con él para poder quitar
el hechizo y el collar, me desmaye. No puedo imaginarme haciendo algo con eso.
Después me explico que debo hallar una manera de hacerlo volver, en su caso,
fue mimar mucho a Min.
Observo
a Ye Yo olisqueando la alfombra de nuestro cuarto, después de haber correteado
su cola y haber lamido su cosita por milésima vez.
– Tengo que hacerlo, es la única
solución.
Mi
resolución termina cuando desnudo sobre la cama y atrincherado con las
almohadas en la cabecera de la misma, veo como la cosita de Ye Yo que nunca se
mete, crece un poco más. A buena hora se me ocurrió subirlo a la cama.
– ¡No! ¡Yo no puedo hacer esto!
Si quieres hacer algo conmigo, en este mismo momento Yesung, vuelve en ti. No
vas hacer de mí un zoofilico, ¡no señor! –le ordeno al punto del llanto.
Lloriqueo
un poco más con una almohada cubriendo mi rostro. Es tan frustrante todo esto.
Y pensar que todo es por mi culpa y ese maldito collar. Maldito Cho que no me
advirtió. ¿Qué voy hacer?
Estoy
en mis lamentaciones, cuando siento como una mano jala de mi desnudo tobillo
hacia abajo. Cuando me doy cuenta, estoy debajo de un muy desnudo y conocido
cuerpo.
– ¡Yesung! ¡Volviste!
– Siempre volveré a ti, porque
definitivamente es contigo con quien quiero estar.
– ¿De verdad? –en este punto,
algunas lágrimas salen rodando por mis mejillas–. Tonto, me asusté mucho.
– Te quiero.
Hicimos
el amor. Al contrario de lo que me había dicho Kyuhyun, no fue solo sexo para
nosotros, pues justo antes de comenzar, pude quitar el collar del cuello de
Yesung y deshacerme de eso al terminar.
Espero
que nadie, nunca, tenga necesidad de usar eso alguna vez.
Después
de ducharnos y colocarnos ropa limpia, volvimos a la cama, aun teníamos muchas
cosas que charlar. Aunque Yesung no recordaba sus momentos como perro, si logro
recordar algunos cuando estuvo con el collar. Entre ellos, como me quejaba
antes de pasar maravillosos días estando juntos.
– Yesung, ¿Podrías dejar de
tocar el philtrum de las personas? –lo escucho suspirar a mi lado.
– Lo intentaré. –me dice, y eso
me hace sonreír.
– Tienes que dejar de salir con
tus amigos. Al menos dejar de hacerlo todos los días.
– Entiendo…
– No te puedo prohibir que los
veas, pero al menos intenta poner todo en balance, yo también te necesito. –termino
subiendo a sus caderas enfrentándolo, como debí de haberlo hecho hace mucho–.
Si puedes prometerme eso, podrás ser muy bien recompensado. –comienzo a moverme
sobre su pene.
– ¡Ok! Definitivamente lo haré.
FIN
Waaaa esto es un continuara?? Espero que si.
ResponderEliminarGracias por esta historia. En verdad que la disfrute mucho. Un abrazo.
bueno eso si estuvo gracioso y wookie mira si que eres pervertido
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