10 de
Julio es una fecha importante para mí, es el cumpleaños de mi gatito sexy, Kim Heechul, la persona que conquisto mi corazón e hizo que me interesara en escribir. No es que sea la gran escritora, pero antes de esto, no sabía que el escribir me liberaría y abriría mi mente a muchas cosas. Y no solo por eso lo amo.... es difícil no amar la gran persona que es. Siempre lo he dicho, soy
más Petal que otra cosa, mi corazón siempre pertenecerá a él, porque es difícil
encontrar a alguien tan autentico y sin pelos en la lengua, y a la vez considerado,
con los pies bien plantados y gran corazón.
Diga lo
que diga o haga lo que haga, mi corazón siempre será de Hee. Aunque ya llevo
años amándolo, cada día parece que lo amo más.
¡Feliz
cumpleaños Gatito Sexy!
Este
especial es por ti, siempre será por ti en esta fecha.
Siwon (POV)
Fui hecho para mantener tu cuerpo
caliente, pero yo estoy frío mientras sopla el viento.
Así que abrázame en tus brazos.
Es la
cuarta vez que veo al encargado de enfermería, rondar alrededor en mi clase,
con sus lentes negros y su bata blanca, la misma que se ciñe a su alrededor
mostrando su cuerpo. Es esbelto, con curvas donde no debería haber, por eso en
un principio pensé que se trataba de una enfermera en lugar de un “él”, lo cual termina gustándome más.
La
realidad es que su cuerpo aunado a su bello rostro, hacen caer a cualquiera.
Quizás por eso no he podido dejar de mirarlo cada que pasa por acá. Es como si
con su mirada me llamara, pues todas las veces su mirada casi gatuna y una
sonrisa de lado, han dado la bienvenida a mi curiosidad de mirarlo.
Estoy intrigado.
Estoy intrigado.
— Bien joven Jian, es su turno,
muéstreme su swing. —le digo a mi siguiente alumno sin ponerle atención
realmente.
— ¿Eh?
— ¡Vamos, vamos, tú puedes! —comienzo
animar a mi alumno, cuando por fin pierdo de vista al nuevo enfermero.
— ¡Cuidado profesor! —un poco tarde me
llega la advertencia.
La pelota
de tenis pega en mi cabeza, el impulso me hace tirarme hacia y al intentar
detenerme, término lastimándome un tobillo, que finalmente me lleva al
piso en una fea caída.
— ¡Ayúdenle chicos! —Jian, el chico que
me golpeo con su pelota, le dice a los tres que me vienen ayudando a entrar a
la enfermería.
— Cuidado con su pie, profesor Choi.
— Gracias… eh… —me he quedado en blanco,
creo que el golpe en mi cabeza afectó mi memoria.
— ¡Oh por dios! —escucho a Jian gritar—.
¡Perdió la memoria por mi culpa!
— Es broma Jian. —recuerdo su nombre y trato de
tranquilizarlo en cuanto los chicos me dejan muy bien acomodado en una de las
camas, con mi tobillo malo encima de una almohada y muy cómodamente recargado
en la cabecera de la cama.
— ¿Está bien si lo dejamos aquí? —Jeup,
a él también lo recuerdo, parece preguntarle a los demás.
— No se preocupen chicos, yo cuidaré de
su profesor de ahora en adelante. —el enfermero recién llegado, les dice—.
Regresen a clases chicos.
— La clase del profesor Choi era la
última. —uno de ellos, Dongjun, parece muy triste por la perdida, se cuanto le gustan las actividades físicas.
— Oh vamos, el profesor no está en
condiciones de terminar con su clase. Vayan a casa o a tontear por ahí. —eso parece
animar a todos, pues los hace salir rápidamente del lugar.
— No debiste haberles dicho eso
enfermero. —le reclamo.
— Dr. Kim Heechul. —me corrige mientras
busca en la vitrina donde tiene medicamentos.
— ¿Doctor? —¿Qué hace aquí un doctor?
— Sí que te pegaste duro en la cabeza.
—me dice en cuanto pone una pastilla en mi boca y un pequeño vaso de papel con
agua en mi mano—. Toma eso.
— No me pegue, me pegaron. —le corrijo
en cuanto termino de tomarme la pastilla—. Para que era eso.
— Apenas se te ocurre preguntar. —parece
reírse de mí—. Pude haberte dado un somnífero o algo así.
— ¿Voy a dormir? —le pregunto algo
asustado.
— No, es para el dolor de tu cabeza. —me
aclara mi estado confuso—. Ahora, déjame revisar ese tobillo.
Con mucho
cuidado quita mi zapato tenis y después la calceta, afortunadamente mis pies
nunca huelen mal. El secreto de unos buenos y carísimos zapatos tenis, es que
no te huelen los pies. Comienza a revisarme mientras mira mi rostro de vez en
cuando para observar mis reacciones.
— Entonces, me has visto en tu clase.
—no es una pregunta, así que soy sincero.
— Varias veces.
— ¿Me observaste todas esas veces? —y
ahora me pregunta coqueto.
— Como no hacerlo, es difícil no mirarte
cuando te paseas por ahí. Creo que por eso me distrajeeee… aaaah. —termine
gritando cuando hace girar mi pie.
— Lo tienes dislocado, tendré que
ponerlo en su lugar. —me dice algo serio—. Estaba tratando de distraerte, pero
no funcionó. —“Así que todo era por distracción”, algo de eso no me gustó, pensé que coqueteábamos.
— Al parecer no fue suficiente
distracción. —lo reto.
— Ya veo. —me dice enderezándose
mientras se acomoda la bata—. Debemos encontrar otra solución.
— Lo que usted diga, es el doctor.
— ¿Eso te gusta? Ya veo. —se sube con
cuidado de rodillas a la cama junto a mi pie y aun lado mío—. Esto puede que
duela por un momento pero, es el mejor procedimiento si lo queremos poner en su
lugar y que con una semana de descanso sea suficiente.
— Está bien. —creo poder soportarlo.
— Y por favor, no grite. Odio los gritos
y llantos, me ponen de nervios. —lo dice con tal convencimiento, que me doy una
idea de porque como doctor, no trabaja en un gran hospital.
Estoy por
decirle lo que pienso, cuando mi pie es tocado por sus manos y girado, de una
forma brusca y rápida que me provoca dolor, haciendo que un gran grito escape
por mi boca. Es imposible contenerme, demasiado dolor de improviso y sin aviso,
que el grito sale natural de mi garganta, aunque este queda atrapado en mi
boca, cuando otra la cubre en un demandante y apasionado beso.
El doctor
Kim Heechul está besándome, no lo puedo creer. Aun con dolor, me limito a
corresponderle con otro apasionante beso que hace que mi cuerpo se estremezca por
completo. Hacía mucho que no besaba de esta forma, que mi cuerpo pronto
comienza a reaccionar, calentándose rápidamente.
Heechul
comienza a morder mi labio haciéndome gemir y causándome dolor, tan leve y
placentero, que hasta el dolor de mi tobillo se me ha olvidado con tal
distracción. Poco a poco abro más mi boca para él, lo cual aprovecha para
introducir su lengua en mi cavidad y
explorarme con su lengua.
“Dios, ya
está encima mío”. De alguna manera, Heechul se las ha arreglado para sacar mi
playera y quedar sobre mis piernas, librando mi tobillo malo. Necesito con
urgencia un poco más de él, así que lo tomo de la cintura haciendo que caiga
sentado sobre mi regazo, dando un poco de descanso a lo que comenzaba a crecer
entre mis piernas.
Su manera
de besar me está volviendo loco, casi tanto como los gemidos que salen de su
boca. Pronto Heechul rodea mi cuello con sus brazos, acercándose más, dejándose
llevar por la pasión del beso, casi tanto como yo.
— Doctor Kim. —una voz detrás de la
puerta nos detiene de repente—. Necesito su ayuda un momento.
— ¡Deja ya! No necesito permiso para
entrar. —al escuchar esa voz, Heechul se baja rápidamente de mi regazo,
lastimando de paso mi tobillo.
— ¡Aah! ¡Aaah! Duele.
— Lo siento, no quise lastimarte, solo
que, es Minki. —Heechul luce realmente preocupado.
— ¡¿Qué sucede aquí?! —un chico muy
parecido a Heechul, nos pregunta mientras trato de cubrir con mis manos mi
pecho desnudo.
— ¡Tú, niño, no vengas aquí a gritar!
Que te he dicho de tu forma de hablarme en la escuela.
— ¿Por qué esta desnudo el profesor Choi? ¡Y mira tus
cabellos! —Heechul y el chico comienzan a discutir, y no puedo dejar de mirar
sorprendido sus similitudes.
— Dios, no me digas que es tu hijo.
—ambos se giran sorprendidos hacia mí dejando su pelea. ¡Lo dije en voz alta!
— ¡Oh por Dios, no! —grita horrorizado
el chico.
— Minki, es mi hermanito. —termina por
explicarme Heechul, y de verdad que es un alivio. Porque comenzar de esta forma
una relación con el padre de alguien y que ese alguien sea mi alumno, es más que bochornoso.
— ¿Qué se traen ustedes dos? —Minki
continúa mirándonos sospechosamente.
— Estábamos… lo estaba auscultando. —se
corrige Heechul rápidamente —. Deja eso Minki y mejor dime, ¿Qué te trajo aquí?
— Este… yo puedo explicarle. —la voz de
otro chico sosteniendo su mano, me dice que ya no vamos a estar solos, así que
termino vistiéndome con la playera de nuevo y colocando un cojín entre mis piernas con un quejido incomodo. Realmente ahora no me duele el tobillo sino otra cosa, ¡vaya remedio!
CONTINUARÁ...
Todas y todos debemos festejar a este maravilloso hombre.
ResponderEliminarA nuestrasaneras pero festejarlo y debo decir que amo la manera en que tu lo haces.
Gracias por compartirlo con nosotras.
Gatito provocador.....
ResponderEliminarHeechul es increíble espero que como médico no use ese método con otros pacientes y sólo Siwon disfrute de tanta atención..
Buena historia, que bien que Heechul te provoca escribir, así yo disfruto de las historias....
ResponderEliminarXd! Heechul y su forma de distraer a un paciente
La reaccion de mi Hee no me sorprende la verdad, pero me dio pena al final san Siwi, lo dejaron con las ganas...
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