Incluso no quiero ni
verte
Ya estoy olvidando que
nos amamos
Tranquilamente.
…Rain and You
Un mes que
no supieron nada de Heechul. Con algo de paciencia y algunos contactos, Siwon
localizo varios puntos donde podía encontrarse con él. Solo esperaba que no
pusiera mucha resistencia, si era necesario tendría que amenazarlo y traerlo a
la fuerza.
Por eso
ahora se encontraba manejando ya cerca de 12 horas a toda velocidad hacia ese
rumbo cruzando la ciudad. En un momento sonó su celular y contesto sin dejar de
pisar el acelerador a fondo.
— Dime Hongki.
— Lo encontré Siwon.
— ¿Lo tienes a la vista? —pregunto
despreocupado.
— Si, si lo estoy viendo ahora mismo,
pero…
— Pero ¿qué? Hongki contesta —se
impaciento con la pausa que hizo su contacto.
— Tienes que venir pronto o no lo
encontraras vivo —dijo preocupado el muchacho.
— ¿Aun estas en el punto que me dijiste?
— Ese mismo.
— Estoy cerca, no tardare. Escóndete y
en cuanto me veas llegar te largas.
— Claro…
Ahora sí
que la había hecho ese Kim, mira que estar al borde de la muerte y tener que ir
a rescatarlo; ¿cómo es que de atraparlo el papel había cambiado a salvarlo?
¡Ah! No
estaba muy seguro pero con Heechul nunca se sabía lo que pasaría.
Como dijo
Siwon, llego en 10 minutos al lugar que le había referido HongKi, aparco algo
lejos y camino hasta donde se encontró con el chico. Este con señas le mostro
el lugar donde se encontraba supuestamente el Kim. Un tiradero de autos que se
encontraba tras un gran taller mecánico.
Siwon se
percató que no era cualquier taller, este pertenecía a la familia Han; Siwon miro
al chico con reproche y enojo.
— ¿Por qué no me habías dicho que estaba
en una de las bodegas de los Han? —estaba muy molesto pues no le gustaban las
sorpresas.
Además con
los Han rondando seguro que tendría que usar algunas balas y eso no le gustaba nada.
— Yo… yo no sabía.
— Puede que ahora este muerto… —no sabía
si eso sería un alivio o una maldición— ¡Aah! Esto solo puede estar pasándome
gracias a Kim Heechul.
La familia
Han era traficante de autos: piezas y autos completos de colección. Esta
información seguramente no la conocía el muchacho, por eso Siwon no podía
enojarse con él pues apenas y era eso, un crio jugando a ser malo, pero al fin
de cuenta estando a su servicio debía ser más cuidadoso con la información que
le daba; seguramente con el tiempo aprendería.
— Vete… —fue lo único que le dijo para
que el muchacho desapareciera de su vista, no quería terminar de sacar su
frustración con él.
Para
entrar al tiradero decidió hacerlo por el callejón, sin salida como todos. Se
adentró en el mientras iba sacando su pistola, tenía que ser muy cuidadoso pues
estaba en terrenos desconocidos y controlados por otra familia; tal vez ese día
tuviera que matar a unos cuantos cosa que no le agradaba mucho.
Siwon
nunca tuvo necesidad de matar a nadie, pues para eso tenían gente que se
encargaba del trabajo sucio; a decir verdad no le gustaba para nada quitarle la
vida a otro ser, más era muy bueno con las armas.
— Buena la has hecho Kim, pero esta me
la pagaras —se repetía mientras caminaba.
Sorteo
varios obstáculos como partes de auto, charcos de aceite, autos a medio
desmantelar y a lo lejos podían escucharse varios murmullos, termino
escondiéndose tras un auto cuidando de no ser visto. Pero continuo caminando al
ver que aún estaban algo lejos de su alcance, por lo que continúo avanzando
hasta donde provenían las voces.
Siwon se
encontró con una escena bastante conocida por él, cinco sujetos rodeando a un
muchacho que vestía muy mono, ya que llevaba puesto unos pantalones rojos que
se ajustaban a sus piernas, una playera negra debajo de un suéter abierto de
color rosa con unos converse rojos. Este se encontraba atado con cinta plateada
en manos, brazos, piernas, pies y con la cabeza cubierta con alguna funda negra.
No podía
ver bien al chico que estaba en el suelo pues sus agresores le impedían ver,
además que era imposible verle el rostro. Entre los cinco se encontraba
Hangeng, era al único que Siwon conocía entre todos los que estaba ahí; este
último hablo.
— Esto es para que entiendas que a los
Han nadie se le niega y mucho menos una preciosidad como tú.
Hangeng se
agacho levantando la camisa del chico e introdujo su mano en el pantalón de
este apretando su virilidad. Del chico salió un sonoro grito y después que lo
soltara, una maldición.
Por fin
Siwon pudo reconocerlo, era Kim Heechul el que se encontraba atado, podía
reconocer su voz entre cualquiera. Pero no lo había reconocido por las ropas
lindas que vestía haciéndolo ver un chico delicado y diferente al que había
visto los últimos años. Vestía muy bonito para ser Kim Heechul se dijo Siwon y
con el rostro cubierto difícilmente se hubiera imaginado que fuera él.
El rostro
de Siwon cambio pues estaba bastante enojado con ese Hangeng que lo tomaba de
esa manera, ya que adivinaba sus negras intenciones para con el chico. Aunque
ese chico fuera Kim Heechul, no merecía ese trato.
— Pero si eres muy hermoso, es una
lástima que tuviera que llegar a esto, me habría gustado que tú fueras más
complaciente por voluntad propia —seguía hablando Hangeng— Pero me has hecho
tener que obligarte, así que tendrás un escarmiento hasta que me supliques que
te deje a mi lado.
— Tks… que te crees —se escuchó un leve
reproche de Heechul y después una sonora risa
Definitivamente
ese era Kim Heechul. A Siwon le pareció que lo estaba tratando como una
conquista, ese Hangeng debía desear a Heechul eso lo tenía muy claro. Pero el
Kim no se lo ponía fácil pues se resistía y se burlaba, como pudo se removió en
el suelo sacando la mano de Hangeng de sus ropas. Cosa que hizo que el otro se enojara
y ordenara golpearlo. Si había venido por él, era hora en la que Siwon debía
actuar.
— En el rostro no le den, quiero ese
bello rostro intacto —ordeno Hangeng.
Y los
mastodontes que tenía a su cargo comenzaron a patear a Heechul en el cuerpo,
fue cuando se escuchó el primer disparo y uno de esos hombres cayó al suelo
herido en una de sus piernas que le impedía moverse.
En esos
momentos Siwon no pensó en matarlos por lo que sus disparos no serían mortales.
Salió de su escondite detrás del coche y los amenazo con su arma, pero como los
hombres que aún estaban de pie dieran muestra de desenfundar para dispararle;
tuvo que disparar de nuevo.
— Cúbranse —alcanzo a gritar Hangeng,
pero ya había caído otro de sus hombres.
Siwon era
certero con la pistola, en un abrir y cerrar de ojos había herido a tres de
ellos disparando a través de los objetos que se le cruzaban en su camino
haciendo que se fueran alejando de Heechul.
Viendo su
guardia baja a Hangeng no le quedó otra más que correr por refuerzos taller
adentro ya que no sabía cuántos hombres más le estaban ayudando al que
disparaba.
Habiéndolos
alejado, Siwon tomo el bulto del suelo cargándolo sobre su hombro; Heechul no
se lo ponía fácil pues se movía demasiado pensando que era uno de sus
agresores.
Como pudo,
Siwon salió de ahí con su pesada carga, lo más rápido posible antes de que
Hangeng regresara con más hombres. Corrió sin mirar atrás hasta llegar a su
coche, la gente en la calle solo miraba sin hacer nada ni meterse siquiera, ya
que eran escenas que veían a menudo en esa parte de la ciudad.
Abrió la
puerta trasera y echo el bulto sin consideración en el asiento trasero... «Oh, sí,
dulce venganza que llegas lenta» pensó Siwon cuando al aventarlo adentro del
auto, Heechul pegara un grito de agudo de dolor al haberse golpeado con el
suelo de este; cosa que le hizo reír bastante a Siwon para después subirse a su
auto y arrancarlo alejándose del lugar lo más rápido posible.
Se alejó
lo bastante de la ciudad tomando la ruta más solitaria de regreso a Seúl, sería
un viaje más largo pero estaba seguro que la primer ruta que tomarían los Han
para buscarlos seria la autopista tratando de darles alcance en su huida. Pues
seguramente Hangeng lo habría reconocido a él. Siwon esperaba que ignorara
quien era Heechul.
Para
Heechul su principal preocupación en ese momento, era la incómoda posición en
la que se encontraba dentro del auto, no podía ver y no podía mover su cuerpo
con facilidad por culpa de los amarres; además de no reconocer al babo que lo
cargo y que lo había tratado tan salvajemente.
Como pudo
se levantó del suelo del auto subiendo al asiento, se removió un poco
intentando desatarse pero fue inútil, y entonces al no lograr nada, Heechul
soltó una maldición.
— ¿Qué acaso estás luchando con alguien
ahí detrás? —le preguntó Siwon burlándose.
— Solo estoy tratando de quitarme esto… ¡aaaah!
y acabo de romperme una uña seguramente.
Siwon no
podía creer que en tal situación se preocupara por esas cosas, sí que estaba
resultando divertido salvar a su ex amigo
Sin
embargo le ayudaría a Heechul un poco para que se sintiera más cómodo, estaba
seguro que era molesto traer eso en la cabeza sin poder ver nada. Entonces
Siwon se detuvo un momento a un lado de la carretera y se dispuso a quitarle la
funda de su cabeza, después de todo, quería ver la reacción del Kim cuando
viera quien era su salvador.
Reía
internamente mientras le soltaba el amarre y le sacaba la funda, volteo un
momento hacia el frente abrió la ventanilla y echo la funda fuera del auto.
El sorprendido
fue Siwon cuando lo vio…
Cuando
Heechul se colocó justo en el espejo retrovisor quedando a la vista del Choi,
este se embeleso ante lo que sus ojos veían. Pero que visión… «Por dios que era hermoso Heechul» se
decía Siwon, dejándolo con la boca abierta.
Definitivamente
había cambiado o se había equivocado de chico, no es que en su adolescencia
fuera feo pero este Kim Heechul era muy diferente al que recordaba en los
últimos años, que se ocultaba por completo en sus capuchas o gorros.
Tenía unos
labios gruesos y una boquita colorada, unos hermosos ojos negros enormes y muy
vivos, su fino rostro y sus facciones eran complementados con el largo cabello
pelirrojo que tenía ahora. No, si era el mismo Heechul que recordaba en su
infancia pero, porque ahora lo veía tan diferente… tan hermoso.
A su vez
Heechul también había descubierto que su captor no era nadie más que Choi
Siwon, su ex amigo y enemigo… Bueno, eso para él ya había quedado en el pasado.
Pero sabía que si lo había salvado solo podía significar una cosa, su familia
lo había mandado a buscarlo para devolverlo y hacerle cumplir la boda.
Heechul
detuvo un poco sus pensamientos ante la mirada que le lanzaba Siwon, su amigo
no había cambiado mucho de rostro, seguía siendo igual de apuesto a como lo
conoció; con la diferencia que se le veía más masculino y su cuerpo, lo había
cargado con una sola mano era suponerse que tenía un cuerpo bien trabajado.
Heechul
sintió venir a él todos esos recuerdos del pasado que compartió con Siwon,
bellos momentos en donde ambos se protegían y se querían como buenos amigos.
Entonces supo que todo eso lo hacía sentir cómodo con su ex amigo aun estando
en esa situación de captor y presa.
— ¡Aish! Porque tenías que ser tu Choi,
pudieron mandar a cualquiera por mí —se quejó Heechul haciéndolo reaccionar.
— Si tú no hubieras escapado, no habría
necesidad de esto —le recrimino Siwon.
— Tienes razón, pero mi lucha tenía que
hacerla para escapar de esa locura —término por decir Heechul recargándose en
el asiento intentando nuevamente desatarse.
No podía
dejar de verlo, Siwon sintió revivir todo su pasado con Heechul con la última
frase de este. Así era como lo recordaba, siempre intentaba las cosas aunque
supiera de antemano que podría fracasar; cosa que no pasaba mucho cuando eran
niños pues todo lo que se proponía lo lograba. Viéndolo de esa manera le
pareció tan diferente, una persona a la que había que proteger y no atrapar
como lo había hecho él.
Siwon sacudió
la cabeza, pero que cosas estaba pensando, mejor le haría platica, le daba
curiosidad saber cómo se había metido en territorio de los Han, si Heechul
tenía conocimiento de todos ellos. En la mafia todas las zonas repartidas eran
conocidas entre ellos para no desatar pleitos.
— ¿Cómo fue que terminaste así? —pregunto
Siwon mirando el espejo retrovisor captando la atención de Heechul.
— ¿Así, cómo? Amarrado en el asiento
trasero de tu auto o que mi situación cómica te cause gracia —le respondió
Heechul sarcásticamente
— Es en serio, hablo de Hangeng —hizo un
gesto Siwon— Heechul tu sabes bien que esa zona es de su familia, ¿Qué hacías
ahí?
— No estaba por voluntad propia, eso te
lo puedo asegurar.
— ¿Entonces?
— Entonces… —Heechul titubeo un poco— Te
puedo decir que ese Geng es un pervertido de lo peor que cree poder obtener todo
lo que desea.
— ¿Cómo está eso? —pregunto curioso el
Choi.
— Creo que ya llevaba días vigilándome,
por lo que hoy camino a mi trabajo me interceptaron con una de sus camionetas y
me treparon en pleno centro de la ciudad, cuando esa ni siquiera es su zona —se
quejó Heechul.
— ¡¿Trabajando?! ¿Vigilado? — «En que estaba trabajando el Kim», se
preguntaba Siwon.
— ¡Sí! vigilado y quita esa cara Choi.
¿Qué no puedo tener un trabajo como cualquier otra persona? Así me he ganado la
vida estos últimos meses.
Heechul se
acomodaba en la mejor posición que podía en el asiento trasero para estar
cómodo. Se había rendido pues no podía quitarse los amarres y continúo mirando
al retrovisor directo a Siwon.
— Creo que le guste a ese Han —y por un
momento Siwon pudo asegurar que lo vio sonrojarse— Me quería para él, incluso
ya me lo había propuesto pero me negué, entonces fue que decidió hacerlo a la
fuerza.
— ¡Oh! —fue lo único que pudo exclamar
Siwon, «Entonces Hangeng tenía la
intención de hacer suyo a la fuerza a Heechul y cómo no, si está muy bello»,
se decía— ¿Te reconoció?
— No —dijo Heechul suspirando— Al
parecer el disfraz que usaba como Kim ha funcionado, nadie de las familias
podría reconocerme y siendo la Han una de las más fuertes, que no me
reconocieran quiere decir que hice bien mi trabajo.
— ¿Te disfrazabas?
— Era necesario, tú crees que alguien me
temería y respetaría con este bello rostro y perfecto cuerpo —Heechul mostro su
sonrisa de medio lado que bien recordaba el Choi.
En parte,
ahora Siwon sabía por qué las fachas de Heechul, hasta es posible que de
haberlo visto antes vestido de la manera como estaba vestido en estos momentos,
él mismo hubiera intentado secuestrarlo y hacerlo suyo olvidando su enemistad.
Por primera vez en diez años le daba la razón al Kim.
Volvió mirar el espejo retrovisor, se le veía
bastante incomodo ahí atrás a Heechul.
— Cerca de aquí hay un área de descanso.
Si quieres, puedo parar y ayudarte un poco con esos amarres.
— ¡Eso sería genial! —se alegró Heechul—
Y tampoco me importaría ir al lavabo, antes mi rostro fue tocado por los labios
de ese Geng… ¡iuck!
— Tan feo no estaba, y se le veía
realmente enamorado de ti —comenzaba a bromear Siwon con él. A lo que Heechul
también respondió con una sonrisa sincera y sonora.
La risa le
sentó bien, y Siwon comprobó que se podía ver más bello. Aunque no entendía
porque de nuevo sentía tanta familiaridad con el Kim, después de todo habían
pasado diez años odiándose mutuamente.
Salieron
de la carretera y aparcaron en el área de descanso que había mencionado Siwon,
coloco el freno de mano y rodeó el coche para entrar en la parte de atrás.
En cuanto
entró en la parte trasera del auto con Heechul, supo que había cometido un
grave error. Pues un deseo estaba despertando en él y aunque creía poder poner
bajo control… no estaba controlado del todo.
— De acuerdo, date la vuelta para
comenzar con tus manos —dijo Siwon con la voz más calmada que podía.
Realmente
estaba todo enredado en cinta en la parte de arriba, sus brazos pegados a los
costados encintados a la altura del pecho y sus manos. Pero también pudo notar
moretones en su blanca piel, producto de los golpes que había recibido, se
notaban demasiado grandes y seguramente debían dolerle.
Se
recriminaba a sí mismo el estarse preocupando por Heechul a estas alturas, si
así era el comienzo, Siwon no quería pensar como terminaría.
CONTINUARÁ...
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