¿Qué debo hacer?
Sin miedo, sin
vacilación…
Yo lo amo…
Confession
Cinco
semanas después…
Heechul
había intentado no una ni dos veces el escapar. Si el señor Choi había mostrado
prisa por casarlo con el menor de sus hijos, seguro se le habían quitado las
ganas al conocerlo porque no tenía noticias del evento hasta el momento.
Lo
intentaría todo, las veces que fuera necesario para escapar de aquel lugar que
lo tenían como preso. Había olvidado las veces que lo castigaron, encerraron y
golpearon. Su familia no se había dignado a ir a verlo, supuso que su padre aún
estaba enojado con él por haberse escapado como lo hizo con toda esa información
de sus negocios y lo estaba castigando con su ausencia.
En todo
ese tiempo y todos los castigos no habían disminuido sus ganas de seguir intentando
escapar, por lo que Yunho al ver que Heechul sufría mucho cada vez que era
descubierto escapándose, se puso de su lado. No solo era uno de la familia Kim,
su jefe, Heechul conocía la parte más sensible de él.
Yunho estaba
seguro que si seguía así pronto terminaría muy mal herido, ya que el Sr Choi no
se atrevería a matarlo, afortunadamente. Y por órdenes del señor Kim, Yunho no
podía intervenir en estos correctivos que le imponían a Heechul. Decidió entonces
hablar seriamente con él.
— Te voy ayudar Heechul —Yunho se
encontraba caminando de un lado al otro en la recamara que se había vuelto la
cárcel de Heechul, muy cómoda por cierto.
— ¿Cómo? —estaba recostado en uno de los
sillones de su habitación recuperándose de uno de sus intentos de escape.
— Que
te voy ayudar, te lo debo —le sonrió— Estoy a tus ordenes Heechul
después de todo, este trato que te dan no es justo, eres un Kim no cualquier
pelagatos vende drogas —se rio— Aunque golpeado así si me lo pareces —tocándole
el brazo donde sabía que había un gran moretón.
— ¡Au au aah! Deja Yunho, estás seguro
de lo que estás diciendo, mira que si mi padre se entera eres hombre muerto.
— Todos los días estoy esperando serlo,
sabes, estos tiempos se están volviendo bastante difíciles.
— Lo sé —Heechul sabia eso mejor que
nadie por lo que guardo silencio un momento meditando lo que le acababa de
decir y después hablo— Quiero que investigues primero donde esta Siwon, que
hables con él, quiero saber si está bien, por favor Yunho.
— Lo hare, no te preocupes y mientras,
quiero que no trates de escapar por favor.
— No te prometo nada —se rio Heechul— Así
que no tardes en volver con noticias.
Yunho era
el jefe de escolta de Heechul, además de eso, nunca le había mostrado apego y
mucho menos una amistad; estar metidos en este negocio no es como para crear
lazos muy cercanos. Pero eso sí, más de una vez le mostro a Heechul que podía
confiar en él, por eso ahora no dudaba en que Yunho haría lo que le pedía.
Y entonces
Yunho salió para cumplir con lo prometido.
*****
Yunho
estaba consiente que hacer lo que le había prometido a Heechul, si alguien se
llegara a enterar, seria su perdición y muy seguramente hombre muerto, pues
estaba interviniendo en un trato entre dos familias de la mafia muy poderosas.
Pero se lo debía a Heechul, muchas veces sus errores fueron cubiertos por el
menor de los Kim dejando limpia su imagen ante el Sr Kim como el mejor.
Muchas
veces también dio cuenta de que el menor de los Kim no le gustaba nada lo que hacía,
por eso es que quedar mal frente a los ojos de su propio padre referente a los
negocios de este poco le importaba. Pero, ¿por qué se arriesgaría por él?
Sin
embargo no solo era por eso, dos años atrás perdió a la persona que más le
importaba y aunque le había jurado seguir vivo ya nada tenía sentido para Yunho.
Al menos con él a su lado su vida tenia ilusiones y un porque seguir; pero sin
él todos los días eran iguales.
«Como sea algún día tendría que morir,
¿no?» Porque no
adelantar ese paso, si así volvería a ver ese amor perdido.
Años
atrás, Yunho conoció la felicidad y con solo mirarlo a él, una suave sonrisa se
dibujaba en su rostro. Le gustaba mirarlo y al observar a su prometido Jaejoong
aún dormido, buscando su calor tocando la cama con su brazo el espacio vacío
algo desesperado, se acercó a Jaejong para tranquilizarlo dándole un beso en la
frente y entonces su prometido sonrió entre sueños, volviendo a dormir
tranquilo.
Sonreía
siempre que recordaba cómo fue que lo conoció en esa galería de arte, donde
Yunho había tenido que entrar para esconderse y como fue reprendido por Jaejong
al darse cuenta que no sabía nada de arte y que a sus explicaciones Yunho
esbozaba un gran bostezo. No pudo evitar reír ante esos recuerdos. Desde ese
entonces le gusto la forma en que Jaejong lo enfrentaba haciéndole saber
siempre lo que pensaba.
Ese
fatídico día Yunho debía partir hacia China para arreglar un negocio
especialmente encargado por su jefe el Sr Kim, pues era el país donde había
comenzado sus negocios. Tantas veces que ha tenido que hacer ese tipo de viajes
que no parecía gran cosa, ya no recordaba cuantas veces lo había hecho que ya
no importaba llevar la cuenta.
Sin
embargo esta vez, separarse de Jaejoong y despedirse era algo difícil de hacer.
Pues ese día era un día especial, la noche anterior se había prometido con Jaejong
para pasar toda la vida juntos llenos de felicidad. Por eso la despedida y el
largo periodo de tiempo separados en estos momentos era algo difícil de
sobrellevar.
Aunque no
era la primera noche que compartían juntos en la misma cama, si era la primera
noche de muchas que pasarían juntos como prometidos y futuros esposos, la noche
que pasaron juntos bajo la promesa de unirse para siempre.
Le había
encantado la cara de su prometido al ver el anillo y todo lo que preparo para
él, todo había resultado como lo planeo.
Yunho
suspiro, tenía que irse o se le haría tarde, se inclinó y volvió a besar la
frente de su prometido que seguía dormido. En la despedida algo lo inquietaba
pero se convenció a si mismo que aquello sería un hasta luego y volvería pronto
a su lado, o al menos eso era lo que él pensaba.
— Ahora Jaejoong forma parte de mi vida
para siempre, y no solo porque él me ama, sino también porque yo lo amo, y
ahora siento que verdaderamente vivo —sacudió su cabeza para eliminar sus
pensamientos.
Después
tomo su maleta y salió de la habitación buscando hacer el menor ruido posible,
no quería despertar a su amado bello durmiente que descansaba plácidamente
sobre la cama.
Con una
última mirada salió de la habitación y siguiendo sus pasos salió del
departamento de su prometido. Tomo un taxi y llego al aeropuerto, no sabía porque
pero ese viaje a China lo llenaba de una sensación extraña.
Esos
viajes siempre le hacían pensar que en cualquier momento algo podría salirle
mal y no tener oportunidad para contarlo. Pero desde que conoció a Jaejoong se
obligaba a salir airoso de todas esas misiones, pues su prometido era el mejor
motivo para querer vivir, además su Jaejoong le había hecho jurar que cuidaría
de sobrevivir a todo por siempre hasta que pudieran vivir en parís, donde Yunho
dejaría de hacer lo que hacía para vivir; y así lo haría.
Afortunadamente
en China todo pareció ir bien, incluso tomo un día menos y pudo volver antes a
Seúl; donde seguramente al llegar le esperaría su prometido en el aeropuerto.
Pues antes de presentarse con el Sr Kim, lo haría primero con su prometido que
lo extrañaba a más no poder.
Ya
acomodado en su asiento de primera clase, cerró sus ojos intentando dormir lo
que durara el viaje de regreso Seúl. Durmió al menos dos horas después de que
el avión despegara pero una inesperada bolsa de aire lo hizo despertar, volvió
a intentar conciliar el sueño y no lo consiguió, inevitablemente de nuevo los
malos pensamientos invadieron su mente, esta vez acompañado con algo que
oprimía su corazón.
Al bajar
del avión noto el frio de su ciudad que le calo hasta los huesos, la sensación
extraña que lo había acompañado durante el viaje no lo abandono al entrar al
aeropuerto. Y entonces como una pesadilla lo primero que vio fue a Heechul con
parte de su escolta esperándolo, ¿acaso había hecho algo mal en su viaje?
— ¿Qué sucede? Esperaba poder verlos
después de llegar a mi casa —dijo Yunho mientras se acercaba al grupo— Jaejoong
me espera ya lo sabes.
— Yunho… —Heechul quito las gafas que
vestía en ese momento y la capucha que cubría su cabeza— Siento tener que darte
esta mala noticia, Jaejoong…
— No, no —Yunho podía ver a través de
los ojos de Heechul la tristeza, confusión, dolor, compasión por él.
— El sufrió un accidente mientras venía
a buscarte al aeropuerto —Heechul se acercó a Yunho que parecía que no entendía
sus palabras— El no sufrió, todo fue muy rápido…
— No, eso no es verdad. —esto no era
verdad, estaba siendo una pesadilla.
— Yunho tenemos que ir a recoger su
cuerpo —Heechul abrazo a Yunho— Lo siento mucho en verdad, nada se puede hacer.
— NO, ¡NOOOOOOOOOOOOOO!
El grito
de Yunho a pesar de haber sido fuerte y desgarrador, no atrajo a personas que
apuradas querían llegar a su destino. En esos dolorosos momentos, el único que
estuvo a su lado fue Heechul, lo sostuvo todo ese tiempo que lloro, grito y se
desahogó en el aeropuerto. Y eso también se lo debía a Heechul, haberlo
acompañado en aquellos momentos siendo él mismo quien le dio la noticia,
cualquier otro hubiera mandado a cualquiera a decírselo de la manera menos
importante y fría, lo que hubiera hecho su dolor más insoportable.
Por eso
entendía a Heechul, por lo que él mismo vivió al lado de esa persona, entendía
lo que debía estar pasando el menor de los Kim al verse obligado a casarse con
alguien que no ama ni conoce. Lo había visto besarse con Siwon y vio la determinación
en los dos, eso era suficiente para querer ayudar a ambos… así se le fuera la
vida en ello.
No tardó
mucho en dar con Siwon, gracias a que estaba como escolta de Heechul en casa de
los Choi no le era negada ninguna información, al menos de este tipo. Se enteró
que Siwon estaba viviendo en uno de los departamentos en el centro de Seúl y
que era custodiado para mantenerlo alejado de donde se encontraba Heechul.
Yunho
logro hablar con Siwon y desafortunadamente esta vez no le tenía buenas noticias
a Heechul, tal como hubiera querido hacerlo. Entro a la recamara donde se
encontraba enclaustrado el menor de los Kim, este se encontraba sentado en la
cama con una almohada en los brazos mirando hacia la ventana. De esa forma,
Heechul dejaba ver mejor su propia naturaleza, alguien a quien debía protegerse
y ser preciado.
— Hola Heechul. —saludo acercándose.
— ¡Eh!... Hola Yunho —le respondió saliendo
de su aturdimiento— ¿Lo encontraste?
— Sí.
— ¿Y? —Heechul estaba ansioso— ¿Cómo está?
Pudiste hablar con Siwon.
— Sí, si pude hablar con él. Siwon se
encuentra bien y ha vuelto a su vida normal, de nuevo se está encargando de los
asuntos de su padre.
A Heechul
le dio algo de tristeza enterarse que Siwon no haya hecho más por ayudarlo, como
si se hubiera dado por vencido. Aunque ¿no era lo que él deseaba? ¿Qué el Choi
no se metiera en más líos por él?
— Mañana conoceré al menor de los Choi —dijo
Heechul.
— Eso me dijo Siwon que sucedería —Heechul
se sorprendió por esto.
— ¡Ah! ¿sí?
— Me dijo que desistieras en tus
intentos por escapar, que no te dejarían hacerlo y solo te pondrías en peligro.
Que mejor hicieras lo que te pedían, que su hermano era un buen ser humano y
seguramente ambos terminaran entendiéndose que por tu pasado esto era más que
aceptable. —cada palabra hería a Heechul—. Y que si esto finalmente no sucedía
podrías separarte de él después
Heechul no
podía creer todo lo que escuchaba, pensaba en si se habría atrevido a contarle
su secreto a Yunho o peor aún, que Siwon en verdad haya considerado su pasado
para desestimarlo. Afortunadamente Yunho no dio muestras de saber más.
— Me dijo también que te dijera que
intentaras olvidar tú pasado e intentaras vivir este presente como mejor
pudieras, que si bien no ha sido el que deseabas al final el destino te hará
entender cuál es tu verdadero camino.
— ¿Eso te dijo Siwon? —estaba muy dolido
por haber vuelto a confiar y ver el resultado obtenido, su corazón no lo resistía.
— Que como amigo eso te aconsejaba —agrego
Yunho hundiendo el dedo en la herida de Heechul— Él ha hablado con su hermano y
parece entusiasmado contigo, quizás por eso se ha atrevido a conocerte antes de
la boda.
— ¿Siwon estará en la boda?
— Si, el asistirá a la boda porque será
padrino de su hermano.
Con esto
no tuvo duda Heechul, que poco le había importado a Siwon, todo lo que paso esa
noche y lo que le confió; incluso le confeso sus sentimientos por él y Siwon le
había correspondido. No entendía porque se rendía, pero entonces recordó que para
Siwon su familia siempre pesaba más en su vida. Poco importaba eso ahora.
El dilema
residía en si Heechul también se rendiría. ¿Lo haría? ¿Haría lo que Siwon le
pedía?
— No puedo hacer lo que Siwon me pide —susurro
Heechul volteando su mirada a la ventana, lejos del escrutinio de Yunho, pues
algunas lágrimas amenazaban con salir.
— Me dijo también… —Yunho sonrió irónico
al decir lo siguiente— Que no le hicieras de nuevo ir por ti, porque si escapas
él tendría que atraparte de nuevo y traerte de regreso.
— Tsk… idiota —Heechul se levantó de la
cama, limpiando discretamente las lágrimas que habían logrado salir— Es muy
idiota si piensa que me dejare atrapar de nuevo por él si me escapo —Heechul
coloco sus manos en los hombros de Yunho— Gracias por hacer lo que te pedí y
por decirme todo esto, fue lo mejor.
— ¿Estarás bien?
— Claro, lo he hecho antes y soy un Kim
después de todo ¿no? —y como antes se haría fuerte en su soledad.
— Si —ahora si estaba preocupado Yunho
por esa reacción.
— Creo que ya se lo que tengo que hacer…
—en ese momento Heechul ya no puso atención a Yunho, pensando y planeando su
próxima salida.
Yunho se
retiró algo intranquilo del cuarto, si pensaba que después de cómo lo había
visto esto lo deprimiría, estaba muy equivocado. Escuchar que la persona que
amas te lanza a los brazos de otro debería haberlo deprimido, pero ahora
parecía que eso le había dado un nuevo aire al menor de los Kim. Solo esperaba
que dentro de todo lo que pensara Heechul, no fuera hacer alguna tontería que
expusiera su vida y arruinara los planes.
Tres días después de la charla…
Heechul no
había podido dormir, aún le afectaba todo lo que escucho de Siwon, lo más que
había podido hacer estos tres días, era dar vueltas en la cama… no podía
llorar, algo se lo impedía pero no sabía que era. Aunque si tuvo ganas de
llorar al escuchar todo aquello pero después nada. Es como si todo lo que
escucho fuera irreal.
Parecía
que lo único real y tangible, era que su forma de vestir se había vuelto en
negro y gris, casi igual que su estado de ánimo; volvió a ocultarse bajo su
ropa; eso y las cuatro paredes que lo retenían dentro. Ni siquiera daba cuenta
ya de los días que llevaba encerrado.
Se levantó
sin mucho ánimo y fue a ducharse, cuando salió fue directo al closet a buscar
algo limpio que ponerse. No pudo evitar el verse en el espejo, solo sus ojos daban
cuenta del desvelo de esos días.
Estaba
cansado de no poder salir de esas cuatro paredes y también estaba harto que
nadie de su familia se hubiera presentado. Ni siquiera podía descargar su enojo
con alguno de ellos del trato que le daban. Se preguntaba si los vería antes de
la dichosa boda.
Después no
supo cómo paso de pensar en su familia a pensar en Siwon, Heechul se encontraba
sumergido en los recuerdos de esa noche, pensando, preguntándose que estaría
haciendo Siwon.
Fue hasta
que escucho que se abría la puerta del cuarto, que se puso alerta, pues las
personas que entraban no eran conocidas. Ninguno de los presentes los había
visto antes, algo dentro de él tembló al recordar el parecido con la terrible
noche.
Todos los
presentes le daban impresión de ser empleados porque miraban a todos lados
menos a él, excepto uno que lo miraba fijamente de manera curiosa mientras lo
examinaba. La forma de vestir, el porte y la edad del chico le hizo saber que
debía tratarse del menor de los Choi el que tenía presente. Además el parecido
con Siwon lo delato, solo que este Choi tenía una mirada más despierta y menos
franca, no podía leerlo exactamente.
— Hola, soy Kyuhyun, tu prometido.
Y ahí
estaba su prometido frente a él, en una mano sostenía un ramo de rosas mientras
que Kyuhyun le extendía su otra mano, a
lo que Heechul no acepto.
— ¿Cómo has estado lindo? —habló Kyuhyun—
Espero que te hayan tratado bien, este lugar es bonito, pero el edificio del
centro de Seúl es mucho mejor que esto.
Kyuhyun se
acercó con paso firme hasta él y le susurró al oído sosteniéndolo del brazo
para que Heechul no se alejara.
— Por eso desde hoy y hasta la boda
viviremos ahí, debemos conocernos mejor; ¿no crees?
Heechul
sintió la presión en su brazo, el Choi estaba intentando hacerlo caminar fuera
de la habitación, pero se resistió.
Que lo
tocara de esa forma tan familiar hizo que los nervios de Heechul se crisparan,
sabía que su cuerpo y su mente rechazarían todo contacto con este extraño; con
cualquiera que no fuera Siwon.
¿Cómo es
que todos disponían de él? Y ahora venía este a llevárselo quien sabe a dónde.
No confiaba en el menor de los Choi. No confiaba en nadie en esa casa.
— ¿Por qué habríamos de conocernos
mejor? Tu y yo no tendremos nada que ver en el futuro, créeme todo esto que
estas tratando de hacer sale sobrando —dijo fríamente Heechul intentando
soltarse del agarre.
— Resultaste caprichoso, pero eso no me
desalienta; ya me había dicho Siwon que además de hermoso podrías darme dolores
de cabeza. —dijo sorprendiendo a Heechul. Kyuhyun lo supo al sentirlo tensarse
bajo su mano—. Y para eso me dio unos consejos para que no me des dolores de
cabeza. Anda, te lo advierto, te cargare si no comienzas a caminar.
Miedo…
miedo que le recorrió todo el cuerpo, por tan solo pensar lo que sucedería con
él al salir de esa puerta en manos del menor de los Choi.
— Siwon… —alcanzo a decir Heechul.
Su rostro
no reflejaba nada es como si se hubiera perdido, entrando en un trance que
mandaba muy lejos su yo racional, porque al momento de que Kyuhyun intentara
tomarlo de nuevo para cargarlo, Heechul comenzó a patalear golpeándolo con
todas sus fuerzas fuera de sí.
— ¡Aaaish! —Kyuhyun que no era muy
paciente, lo arrojo sobre la cama sin cuidado— Lo quieres hacer difícil,
¿verdad princesa? Está bien, tú te lo buscaste.
Kyuhyun se
trepo a la cama subiéndose encima de Heechul, sostenía sus brazos y había
inmovilizado sus piernas. Sus rostros estaban muy juntos, Heechul noto la
sonrisa de triunfo que se posaba en el rostro del menor de los Choi, pero lo
que dijo a continuación lo asusto y aterro de miedo.
— Jung Yoon, ven ayúdame.
Heechul se
levantó y trato de correr, llego hasta la puerta pero, alguien lo detuvo
fuertemente.
«Sí que era fuerte ese Kim» Pensaba Kyuhyun, se había escapado de
su agarre pero afortunadamente él era muy ágil; lo siguió, lo tomo de la
cintura y lo arrojo de nueva cuenta a la cama boca abajo.
Heechul sintió
como Kyuhyun se abalanzaba sobre él y con una sola mano lo inmovilizo, su
agarre era fuerte ahora y le sostenía las manos sobre su cabeza. La persona que
había llamado la primera vez Kyuhyun, se acercó le bajo los pantalones dejando
su trasero descubierto y su polo subió por su espalda dejando descubierta su pálida
piel.
El frío
sobre su piel solo le trajo malos recuerdos a Heechul.
CONTINUARÁ…
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