Autor(a): Lunis HeeChan
Pareja: SiChul
Tipo: Yaoi, OTP
Género: Slash, Drama, Lemon
Clasificación: +16
Advertencias: Shot inspirado en el
tema de Raúl Ornelas “Las cartas sobre la mesa”.
Comentario de la autora: Tenia que escribir algo por mi cumpleaños, no podía pasar en blanco, así que comencé a escribir este coso. Los años anteriores trate de incluir a Yesung en mis festejos ya que ambos cumplimos el mismo día kekeke pero este año no fue así. El SiChul me gano. Y es que cuando
escuche la canción por primera vez, imagine a un Heechul huyendo de sus
sentimientos haciendo sufrir a Siwis. Pero después de mucho imaginarlo y
pensar, no encajaba en mi idea principal, así que lo hice al revés. Les
presento a un Siwon un poco idiota y a un Heechul algo sufrido, que espero les
guste.
Porque Ya Sabía
— No creo en amores eternos. – fue la
advertencia de Heechul —. Quizás no deberías confiar en mí.
De esa
forma fue que Heechul puso sus cartas sobre la mesa desde el primer momento. Kim
Heechul siempre ha sido un alma libre, alguien que disfruta de la vida y del sexo
sin amarrarse a otra persona, al menos siempre había aparentado ser de esa
manera.
Un beso
que desato todo.
— Para ti puede que sea solo un
experimento, Siwon. – mirándome a los ojos, Heechul me dijo después de la
primera vez que tuvimos relaciones —. Pero para mí es más como un desahogo con
buen sexo que no me causará problemas. O eso espero. – termino de decir con sin
quitarme su mirada inquisitiva.
Dentro del
grupo y en este medio, la curiosidad, el morbo, la falta de tiempo para salir o
hacer vida social pronto comenzó a invadirme, una cosa me llevo a otra y de
pronto me vi observando al más bello de mis hyungs.
La misma
libertar de Heechul me llevo a acercarme, preguntarle y terminamos en algo como
esto.
Acostarme
con Heechul resultó conveniente para él, ya que al ser del mismo grupo y pasar tanto
tiempo juntos, todo se haría en el más perfecto silencio, oculto a los ojos de
todos.
— Solo una cosa más… No te enamores de
mí.
Eso fue lo
que dijo al salir de la habitación, después que habíamos tenido aquel
maravilloso sexo por primera vez y es verdad que no dude en aceptar todas sus
condiciones. En parte porque me convenía y porque de este hyung, sabía que no
podía esperar nada serio. Solo lo que libremente iba a darme. Así como yo no
pensaba en nada más que saciar mi curiosidad.
No teníamos
nada que perder.
Con lo que
yo no contaba, es que terminaría descubriendo a aquella maravillosa persona,
como aquellos ojos que invitaban a dejar pasar todas las advertencias y
presentimientos que comenzaba a sentir. Como de querer a mi hyung, pase a
querer más y más, todo de él.
¡Claro que
temía ir al infierno! Pero viendo aquellos grandes y brillantes ojos, supe que
Heechul estaba tan dispuesto a pecar conmigo sin importar que. Y pese a mis
instintos y todo lo aprendido por mis padres, me lance a tener una aventura con
él.
Mi orgullo
cobarde se puso valiente y quise entrarle así, lejos de mi camino o lo que se
esperaba de mí.
Y al verme
de pronto deseando y ansiando su cuerpo, pensé en retirarme un buen día.
Demasiado
tarde.
Pasamos meses
conociéndonos… años, teniendo buen sexo y acompañándonos el uno al otro,
reforzando incluso la amistad que teníamos. Por sobre las relaciones que
llegamos a tener.
Al
comienzo era fácil porque vivíamos en el mismo piso, después, cualquier lugar
era apropiado, y últimamente, cada uno iba al departamento del otro. Las
visitas escaseaban por las múltiples actividades que teníamos, más cuando no
estábamos en promoción como grupo, pero que se alargaban lo más que podíamos.
Ya no solo
era por sexo, nos agradaba la compañía del otro, además que era fácil charlar
sobre nada y todo.
Muchas
veces las cámaras de algunos fans nos tomaron juntos fuera de nuestros
departamentos, ya sea comiendo o comprando comida, nada inapropiado. Lejos de
las cámaras, terminábamos en alguno de nuestros departamentos, esa era otra
cosa.
Con los
años la verdadera naturaleza de Heechul fue quedando al descubierto. Él amaba,
quería y a menudo se comportaba cariñoso, lo sorprendente fue que este también
comenzó a mostrarme un lado diferente, ese lado que se parecía mucho al de una
pareja. Heechul… Kim Heechul actuando de esa forma a mí alrededor, me gustaba.
Si hubo
peleas y distanciamientos en todo este tiempo, que extrañamente supimos
solucionarlas. Quizás más pronto que cualquier conflicto diferente que
trajéramos ambos. Lo nuestro siempre se arreglaba primero.
Contarle a
Heechul sobre mis sueños era tan fácil ahora, pues él escuchaba y opinaba. Se
convirtió en la primera persona que pensaba cuando mi mente volaba a futuro.
Comencé a hacer planes también y algunos nos incluían a ambos.
En esos
momentos cuando le platicaba y lo incluía, Heechul no decía nada y solo me
miraba con esos ojos suspicaces que me analizaban.
Igual que
él, me sorprendía al involucrarlo tanto en mi vida.
Cuando
salió del grupo por dos años para realizar su servicio militar, lo superamos, y
a su regreso, no me di cuenta de cómo o cuanto, la rutina y convivencia diaria
nos hicieron parecer cada vez más como pareja. Hasta que una mañana al
despertar juntos, Heechul dijo recostado sobre mi pecho “Parece como si
fuéramos un viejo matrimonio” y aquello lo sentí como una carga pesada, para
Heechul, para mí.
No fue
hasta que me despedí de él aquella mañana, que todo aquello se estaba tornando
muy real, demasiado y quizás para ambos.
— No me mires con esos ojos. Tampoco te
imagines cosas. – me dijo antes de irse, tocando mi mejilla con una de sus
manos —. Te advertí que no te enamoraras de mí y aquí el que se enamoró fui yo,
pasando por encima de mis propias advertencias. Aquí el asustado debo ser yo.
De pronto
el ambiente entre los dos se puso extraño. Heechul estaba declarándome su amor,
que se había enamorado de mí y yo no supe que contestar, a pesar que ya sabía.
Mi orgullo
valiente se puso cobarde, y no quise seguir así. Y al verme asustado y tan
enamorado, lo aceptaba, me había enamorado de Kim Heechul. Podía ponerle nombre
a lo que sentía, aunque me asustaba, no podía llamarle de otra forma.
A pesar de
mis temores, no quería que nada cambiara entre nosotros. La única esperanza que
me quedaba, es que Heechul simplemente se asustara y terminara por romper con todo.
Pero de igual forma él se había saltado todas sus advertencias al involucrarse
tanto conmigo.
Tal vez
por eso me puso todo fácil a partir de ese momento. Él había visto mi
indecisión, miedo, ¿Cómo enfrentarse a eso? Por eso Heechul se fue apartando de
mi vida, saliendo más con amigos, metiéndose de lleno en su trabajo. En el
grupo era más fácil mantenernos alejados, pues realmente no teníamos muchas
actividades juntos, todo por separado.
Y esto en
lugar de ayudarme, me molestaba más y más. Que Heechul no haya querido
quedarse, no haya luchado ni un poco, igual yo no le había dado motivo para
hacerlo.
Una
indecisión tras otra.
Estaba
realmente asustado. Porque sabía, perfectamente que lo perdería, alejándonos
cada vez más y más, hasta nuestra amistad. Pero lo más importante, sabía que
iba a perder toda mi cordura si me quedaba otro día más a su lado, porque
seguramente no iba a querer largarme jamás.
Hice lo
que mejor me salía, decidí partir, huir era lo mismo en este caso. Mi servicio
militar me daba una gran excusa. Poner distancia era lo mejor. Comenzaría a
hacer mi vida a como más me convenía y como todos esperaban de mí.
Fui alejándome
poco a poco de él, dejando a un lado todo ese afecto y me limitaba a ser solo
un buen compañero antes de entrar al servicio. Tan recto como pude comportarme.
Como si nunca hubiéramos tenido nada. Hacer esto suponía que todo lo haría más
fácil, más no fue así.
Ver llorar
a Heechul en aquel super show por nuestra partida, Donghae, Hyukjae y yo, fue
lo más difícil que me vi hacer, contenerme frente a todos.
Quería ser
yo quien lo consolara. Termine acercándome a él, aún tenía lágrimas en sus ojos
y lo abrace. Esa cercanía que no habíamos tenido en días como algo más que solo
compañeros, con los sentimientos a flor de piel, no podía contra lo que me
hacía sentir.
— ¿Desde cuándo es que te amo? – cuando
nos alejamos un poco volví a acercarme y le pregunte, lo sentí tensarse en mis
brazos. Era la única manera para mí, que me explicaba el haber ignorado tantas
alarmas. Ignoraba que pudiera sentir algo como esto por él, un hombre.
— Si tan solo no tuviéramos estos
sentimientos. Sin ataduras… - Heechul sacudió la cabeza negando, quizás tratando
de alejar esos pensamientos sobre cosas que no podíamos cambiar—. No es el
momento.
Y era
cierto, no era el momento para hablar, frente a un super show. O quizás quiso
decir que no era nuestro momento, pero quiero creer más en lo primero.
El día de
mi entrada al servicio militar, note que algo había cambiado, aunque todo
parecía ir muy bien a mí alrededor, dentro de mí había un caos. Era hasta
irónico, que una persona se alejara por amar y ser amado, huir asustado de ese
amor.
Porque ya sabía
que lo quería y por eso marchaba de su vida, por eso no me podía quedar. Aunque en el fondo de mi corazón sabía que no
sería el fin.
Y tenía
razón.
Del tiempo
que estuve en servicio militar mejor ni hablar. Puedo decir que la vida ahí
dentro no era tan dura como la batalla que llevaba en mi interior. Más al ver a
Heechul seguir con su vida sin mí y que no mostraba ni un interés, solo el
necesario cuando se traba del grupo y trabajo. Heechul parecía tan vibrante a
mi alrededor esas pocas veces que nos veíamos, tratándome como su pequeño
donsaeng, como antes, como tal vez hubiera sido si no nos hubiéramos
involucrado.
Lo odiaba.
Eso era peor que una tortura.
Peor fue
al enterarme por Donghae que no solo estaba tonteando Heechul por ahí con otras
personas. Chicas, hombres, si no que al parecer tenía algún pretendiente que
iba en serio por él.
— Qué caso tiene. – una vez que estuve
frente a Heechul, no soportando más, en pedirle una explicación—. Algunos
seguimos en busca del amor, Siwon.
— Si pero…
— ¿No es así contigo? – me interrumpe—.
Así sea tú familia quien aprueba con que chicas te entrevistas, eres tú quien
al final de entre todas ellas, elegirás a una. O seguramente ya tienes a la
elegida.
— No es así, yo no…
— No me interesa saber Siwon. Como que
por eso he evitado verte, no quiero saber y deberías hacer lo mismo tú. – sus
palabras rasgaron muy dentro de mí. Realmente dolieron.
— Pero, ¿Por qué con un compañero de
trabajo, Heechul? Acaso es como una fijación que tienes. – sí, estaba siendo
cruel, en esos momentos no me importaba, quería saber.
— Kyung Hoon solo es bueno conmigo. –
respondió casi en un susurro.
Y a pesar
de lo abatido que se veía por mis palabras, saco fuerza golpeando mi mandíbula,
antes de huir de su propio departamento, de mí.
— Es verdad, Heechul hyung y ese Kyung
Hoon se ven realmente bien en ese MV. – eran los comentarios de Donghae al
estar en descanso dentro de las instalaciones donde prestábamos el servicio
militar y ver un poco de televisión —. La canción es buen, y mira, al final
estaban enamorados. ¿Pero quién no se enamoraría de hyung?
— Ya cállate Donghae. Él es muy aburrido
para hyung. – la verdad es que no quería saber lo que pensaba.
— Entonces es por eso que hyung rechazo
sus avances. – me dice asombrado como si lo acabara de descubrir, pero a mi sus
palabras me habían sorprendido de otra forma—. Al menos eso fue lo que me dijo
hyung. Prefirió conservar su amistad.
— Cállate Donghae, deja de andar
esparciendo chismes. – Changmin fue quien lo callo esta vez.
— ¿Qué? Heechul hyung es quien me dijo.
No dudaba
ni un poco, que Heechul contara parte de lo que vivía a Donghae, por algo era
su consentido y mejor amigo. Habían vivido juntos por mucho tiempo. Si alguien
sabía algún secreto de Heechul, ese debía de ser él.
— Pues yo sé de muy buena fuente, – y
con eso sé que se refería a Yunho—. Que él amigo de un amigo es quien está
detrás de Heechul hyung, y que este ha aceptado sus atenciones. Se les ve
juntos casi todo el tiempo.
— ¿En serio? – no supe porque pregunte.
— Heechul hyung es bonito, y en nuestro
medio, no se ignoran sus preferencias. Muchos las aceptan, y otros más osados,
intentan algo con él.
— Raro, hyung no saldría con un
desconocido. – Donghae es quien dice.
— No es un extraño, es amigo de un
amigo, habían coincidido en más de una fiesta y hasta ahora se acercaron. Y
pues lo han visto muy feliz con él.
— No sé por qué no te creo Changmin. –
dice Donghae antes de irse.
— Piensa lo que quieras, yo solo dije lo
que escuche. – y cuando Changmin se gira a verme, no puedo ocultar la molestia
de mi rostro—. Tú si me crees, ¿verdad? Muchos estamos contentos de ver sonreír
de nuevo a hyung, se le había visto muy abatido meses antes.
Ese día
entrene más duro que antes, desatando sentimientos y tratando de librar la
batalla en mi interior. Me estaba dejando llevar por lo que me hizo sentir el
saber que Heechul estaba intentando muy duro dejarme atrás. No pude soportarlo.
En ese
momento supe, que había caído rendido por Heechul, lo quería en mi vida aunque
tal vez no tuviéramos futuro. Lo quería tanto como deseaba que no fuera así.
Sabía que esto traería problemas para ambos. Que más daba si sentía que no
podría seguir sin él.
Fue duro
todo este tiempo alejado, sin embargo es lo que confirmo mis sentimientos por
ese amor, que no se fueron ni aun con el tiempo ni estando lejos.
Iba
cambiar el hecho que mi orgullo valiente había se había acobardado ante su
confesión de amor. Y tenía pensado hacer hasta lo imposible por recuperar a
Heechul, demostrándole mi amor y que seguramente a pesar de lo que sucediera,
íbamos a estar juntos de nuevo. Iba a ser yo quien diera el primer paso, al
haberlo alejado y huido. Heechul ya me había declarado su amor y lo había
rechazado.
Mis planes
de sorprenderlo, de luchar por él se vinieron abajo muy pronto y ya nada pude
hacer.
Un día
después de mi salida del servicio militar, alguien toco a la puerta de mi
departamento ya entrada la noche. Se me hizo extraño que alguien tocara la
puerta a esas horas de la noche.
Vestido en
pantalones de pijamas y playera blanca fui abrir, esperando que no fuera algún
vecino con problemas o algo por el estilo.
Grande fue su sorpresa al notar de pie en la puerta a un Heechul igual
de hermoso, pero con rasgos cansados en su rostro y preocupación en sus ojos a
punto del llanto.
No me lo
esperaba. No podía creerlo. Quizás estaba soñando. Aunque no podía dejar de
verlo.
— Yo… yo tuve miedo. – Heechul dijo con
voz cortada —. Estaba tan asustado porque te amaba y no quise luchar contra ti,
sin saber qué hacer con esos sentimientos.
— También te asustaste, porque te
enamoraste. – repetí y aun sin poderlo creer, vi como Heechul abrió sus ojos
ante la afirmación que también lo amaba.
Es como
cuando llevas deseando alguna cosa tanto tiempo que cuando sucede, no puedes
salir de tu estupor y no lo puedes creer. Sobre todo porque ya sabía que
Heechul me amaba, el que no lo había dicho en voz alta, era yo.
Más que
decirlo, quería hacérselo sentir.
— Me sentí tan perdido sin ti todo este
tiempo. – continúo explicándome Heechul con lágrimas en los ojos. Jale su mano y lo
metí al departamento cerrando la puerta tras él. Nadie tenía que ser testigo de
lo que pensaba hacer.
Lo
acorrale contra la pared y me apodere de su boca, en un beso que llevaba tiempo
anhelando. Habían pasado dos años que se me hicieron eternos, casi me estaba
volviendo loco, no había duda que lo amaba.
Y es que
la espera había sido un suplicio, lo había echado mucho de menos, que de no
haber sido por todas esas entrevistas a mi salida, seguramente habría sido el
primero en ir a buscarlo.
— Iba ir a buscarte. – le dije
terminando el beso y sosteniendo su rostro entre mis manos —. Eres muy valiente
Kim Heechul, al venirme a buscar aun cuando no tenías nada seguro. – lo vi
negar con la cabeza.
— No creas que soy tan bueno. Lo hice
por mí, si no conseguía tu amor esta noche, al menos estaría en tu cama una vez
más. – lo mire a los ojos sorprendido —. No iba a ser suficiente, créeme. – y
de nuevo, vi su hermosa sonrisa coronada con sus vidriosos ojos.
Heechul
estaba diferente. Más embarnecido, su carita redonda, sus cabellos cortos,
incluso más bello. Podía decir que su perfecta piel lechosa se veía hermosa con
el sonrojo que portaba y sus labios hinchados por el reciente beso, lo hacían
ver tan sexy. Era todo y más a como lo recordaba.
Nunca era
suficiente, siempre ansiando más y más, de ambos.
Lo
acorrale de nuevo contra la pared y pronto mis manos se dirigieron a la molesta
camisa que me separaba de su piel, terminando por quitársela arrojándola por
ahí en medio del recibidor. No podía dejar de mirarlo. Había subió unos kilos,
sin embargo se veía adorable con aquel sonrojo por haberse visto descubierto,
removiéndose bajo mi mirada.
— ¡Deja de mirarme así! Las personas
normales no pensamos en ejercicio cuando estamos deprimidos. – aquellas
palabras hicieron doler mi corazón. Heechul había cerrado sus ojos.
— Mírame Heechul. – levante su barbilla
y lo inste a abrir sus ojos, por lo que él me miro. Y puse todo mi deseo por él
en esa mirada.
Heechul
ahogo un suspiro. Parecía no creer lo que veía.
— Te deseo más que antes. – le dije,
poniendo palabras a lo que sentía —. A mis ojos, eres perfecto.
— Mejor dejemos de hablar. – me dijo
volteando su cara. Y como siempre, sus deseos, eran órdenes.
Acerque mi
cuerpo aprisionándolo contra la pared, al punto de poder sentir su respiración.
Nuestros cuerpos encajaban, tocando y rozando los puntos estratégicos que solo
aumentaban nuestra excitación.
Me perdí
en el olor de su cuello unos momentos, antes de morder su oreja suavemente
mientras mis manos bajaban tocando las durezas entre nuestros cuerpos. Los
cierres se vinieron abajo y juntando nuestros penes, comenzamos a frotarnos
haciéndonos gemir.
Estaba feliz
por lo que estaba pasando. Aunque la idea de ser yo quien fuera a por Heechul y
no él que viniera por mí, seguramente lo habría hecho más feliz. Hubiera
querido hacer todo perfecto, pero no estábamos para eso. Ni siquiera estaba
seguro de poder llegar a la cama.
Sin dejar
de besarnos, fui guiando a Heechul hasta uno de los sofás, donde seguramente
estaríamos más cómodos. Lo deje caer hacia atrás sobre uno de ellos, embobado
por lo bien que se veía en aquella situación.
— Fuera pantalones. – le dije.
Vi como
Heechul levanto sus caderas para que se los quitara por completo. No llevaba
ropa interior. Los míos corrieron la misma suerte quedando ambos desnudos.
Tomando
sus tobillos abrí sus piernas colocándome entre ellas.
— Creo que vas a tener que relajarte
gatito. No creo poder esperar hasta prepararte. – la mirada profunda de Heechul
ardía en deseos tanto como la mía seguramente.
— Hazlo.
No le di
tiempo para arrepentirse. Escupí sobre mi mano para lubricar un poco mi pene y
después lo dirigí hacia su entrada, me empuje un poco dejando solo entrar la
punta sin perder de vista su rostro. Heechul había cerrado sus ojos pero no
emitió queja alguna.
Seguí
empujándome en su interior, hasta estar completamente dentro de él. Para ese
momento, ambos jadeábamos fuertemente, conteniendo el placer que sentimos.
Había pasado mucho tiempo que nos conectamos de esta forma.
Y a pesar
que lo queríamos recordar, las ganas que nos teníamos eran más fuertes, que sin
esperar mucho a que nuestros cuerpos se acostumbraran, comencé a moverme dentro
y fuera de Heechul, que comenzó a gemir con cada estocada.
El mueble
no era muy grande, una de sus piernas descansaba en el respaldo mientras la
otra la era sostenida por mí, quedando completamente abierto a mi placer.
Comencé a
moverme cada vez más y más rápido, sintiendo como su estrecha entrada
aprisionaba mi miembro. Heechul también movía su cuerpo, encontrándome con cada
estocada, para poder entrar aún más profundo dentro de él.
Ambos
estábamos conectados no solo nuestros cuerpos, pues nuestros ojos no dejaban de
mirar al otro, no podía dejar de mirarlo aun si poder creer que pudiera tenerlo
de nuevo entre mis brazos. Y por el latir de nuestros corazones, supe que
también estábamos conectados de esa forma.
Heechul se
aferró a mi cuello con ambas manos, buscando mi boca entre jadeos y gemidos de
placer, haciendo que su entrada se contraiga sobre mi pene.
Estábamos
a punto de terminar cuando note que no me había puesto condón. A pesar que
estábamos juntos, había pasado un tiempo desde que lo hicimos, así que no
estaba seguro de estar haciendo lo correcto. Así que sin aviso, saque mi pene
de su entrada y tome ambos, el suyo y el mío entre mi mano mientras que con la
otra me sostenía del respaldo del sofá.
Comencé a
masturbarnos con fuerza, estaba al límite así que esperaba que Heechul también
lo estuviera, al observar atento sus excitadas expresiones. Comenzamos a gemir,
estábamos a punto de terminar, podía sentir el orgasmo cerca y estaba seguro
que Heechul sentía lo mismo, sus jadeos no podían mentir.
Ver a
Heechul con su boca entre abierta en busca de aire mientras jadea mi nombre,
fue lo que necesite para volverme loco y terminar echando mi cabeza hacía
atrás. Sin dejar de mover mi mano, termino vaciándome sobre el estómago de
Heechul y parte del mío. Pronto Heechul me siguió también manchándonos a ambos.
Temblando
y sudoroso, me dejo caer sobre Heechul, aplastándolo contra el sillón. Su
cuerpo, perfectamente aguantaba mi peso, así que comenzó acariciar mi espalda
hasta que ambos pudimos recuperar el aliento.
Cuando me
pude levantar, tome la mano de Heechul y nos fuimos hasta el baño. La bañera se
llenó lentamente mientras lográbamos limpiar el uno al otro, así que cuando se
hubo llenado, ambos nos sumergimos en las calientes y relajantes aguas.
Jale a
Heechul a mi lado y lo abrace. No quería soltar ni dejar de tocar a la persona
de quien estaba enamorado. Lo rodee con mis brazos para después tomar su mentón
y besarlo con amor, metiendo la lengua en su cavidad, buscando la suya haciendo
más apasionado el beso. Lo alargamos tanto como el aire nos dejó hacerlo.
Heechul
comenzó a reír en cuando terminamos el beso.
— ¿De qué te ríes? – pregunte intrigado.
— Fui yo quien dijo que no te enamoraras
de mí. Muy soberbio. Caí por hablador. – continuo riendo y yo lo abrace un poco
más fuerte llamando su atención.
— No. Ninguno de los dos planeábamos
enamorarnos, pero el amor es así, sucede cuando menos te lo esperas.
— No vas a decir nada sobre que los dos
somos hombres. – más que una pregunta, era una afirmación de Heechul. Estaba
seguro que él creía que yo no tocaría ese tema.
— Tiene algún caso después de lo que
hemos hecho, ¿eh? – lo vi negar nada más —. Sé que fui un cobarde, pero he
aprendido que no podemos dejarnos llevar por las palabras. Justo ahora no creía
que tu estuvieras aquí, después de cómo te trate la última vez que estuvimos
juntos, hasta que te bese y sentí, fue que me di cuenta que eras real. – estaba
dispuesto a demostrarle con hechos y no con palabras, lo que sentía por él.
— Tienes todo planeado ¿cierto? Se nota
que tuviste mucho tiempo para pensar. – me dijo Heechul riendo y acomodándose mejor
entre mis brazos, salpicando un poco de agua.
— En realidad Donghae actuó como una
molesta conciencia, y Changmin no fue mejor. Sus ojos clavándose en mí cada
tanto, me decían que él sabía que algo estaba pasándome. Fue horrible, créeme.
– Heechul continúo riendo otro poco antes de preguntar.
— ¿Por qué huiste?
— Porque ya te quería. A pesar de tu
advertencia y mi propia conciencia, me perdí por ti.
— Yo también sabía. – me dice Heechul
buscando mis ojos.
— Ah, ¿sí?
— Sí. Sabía que tú no sabías que ya me
amabas. – me lo dice sonriente como si
hubiera dicho perfectamente el más difícil trabalenguas.
— Quizás el amor nos hace más fuertes. –
no era la gran explicación, pero si la que más se acercaba y Heechul la
entendía tanto como yo.
Y aunque
el futuro seguía asustándome, podía aferrarme a Heechul, ahora que estaba de
nuevo a mi lado cada que el miedo viniera. Seriamos valientes. Heechul llenando
lo que faltaba en mí y yo, dándole a él la seguridad para seguir,
completándonos el uno al otro hasta el día que pudiéramos ser valientes para
enfrentar al mundo.
FIN
Casi siento deseos de golpear a Siwon, pero vale lo arreglo. Bueno que quien lo arreglo fue Hee, pero él quería arreglarlo así que cuenta.
ResponderEliminarMe encantan tus historias, soy tu fan!!
Siwon por tener miedo de reconocer su amor por poco pierde a HeeChul, y para eso la voz de su conciencia llamada DongHae lo ayudo un poquito. Si se aman podrán contra el mundo.
ResponderEliminarHeechul sufrió por los miedos de Siwon pero al final el amor fue más grande claro con la ayuda de un Hae despistado los celos hacen recapacitar muchas gracias fue hermoso bye.
ResponderEliminarLeí este fic con una sensación agridulce por la situación, pero Jesús que lo disfruté! :D es muuuuy diferente a lo que se lee normalmente de esta pareja, me gustó como lo manejaste.
ResponderEliminarCierto que quería golpearlos con pasión, par de orates, sobre todo tú Choi jajaja es que aaagh entre en drama como a la mitad y todo, y luego con su "me alejo porque te amo" :'D me lleva... Lo bueno es que acabaron juntitos y en una bañera jajaja que ya sentía yo que se iba cada uno por su lado y fin (otsea no jajaja)
Muy buen shot mi Lunis! Mil gracias por compartirlo, like always, lo disfruté muchísimo ♥
Te quedo hermosa la historia!!!! Ya sabia que no todo podia ser color de rosa, pero lo importante es que lo intentaran hasta el final!!
ResponderEliminarGracias por compartir la historia y Feliz cumple!!! ^_^