A quien debería odiar.
…Rain and You
Una semana después…
Siwon
llego a su solitario departamento en uno de los tantos edificios de los Choi en
el centro de Seúl, como su padre sugirió, para mantenerse alejado de Heechul.
Había
pasado todos estos días trabajando haciéndose responsable de los negocios que
en estos momentos no podía atender su padre por la próxima boda; aunque no
tenía ganas de hacerlo debía de mantener la fachada frente a todos para que no
sospecharan lo que estaba por hacer.
También se
encontraba cansado, harto de la espera, preocupado y sin duda extrañaba a
Heechul. Con algo de fastidio se quitó su saco y desato su corbata, camino
hacia el pequeño bar sirviéndose un vaso de whisky.
Aunque
estaba seguro que pronto vendrían momentos difíciles, lo importante es que
volvería a ver a Heechul, que seguramente lo iba a odiar en ese momento por
todo lo que mando a decirle con Yunho, pero esperaba que finalmente
comprendiera que lo había hecho por su bien y porque lo amaba.
Siwon camino
hacia su mullida cama y se dejó caer en ella, si seguía dándole vueltas a todo
lo que se le venía encima iba a volverse loco. Esa no sería una buena idea, lo
mejor era concentrarse en volver a ver a Heechul.
No es que
hubiera pasado mucho tiempo, sin embargo, Siwon tenía muy presente aquella
charla con Heechul, la que tuvieron en aquella casa de campaña, justo antes de
hacer el amor. Siwon estaba seguro que por su pasado, Heechul nunca podría
entregarse sinceramente a alguien, fue una agradable sorpresa que bajo sus
manos, ardiera en deseo y amor.
Al
recordar el pasado de Heechul, a Siwon le daban ganas de matar a alguien,
pensamientos que jamás había tenido. Bien dicen que por amor eres capaz de todo
y algún día, estaba seguro que haría pagar a aquellos que violaron y abusaron
de Heechul. Esos bastardos merecían ser perseguidos, casi acabaron con su
dulzura e inocencia, afortunadamente no fue así.
Siwon lo
pudo comprobar ese día en la casa de campaña debajo de las estrellas.
— Siwon, ¿tú has experimentado amor? – Heechul
preguntó mientras miraba a Siwon, su mirada era ansiosa, deseosa de saber.
— No. – le respondió. La verdad es que
Siwon nunca había tenido sentimientos tan profundos por alguien, todo era nuevo
para él también, pero no quiso quedar como un ignorante ante sus ojos así que
comenzó acariciar su suave cabello y agregue —. Dicen que el amor es un
cosquilleo que sientes cuando ves a la persona amada. – al menos no era
mentira, porque eso es lo que a Siwon le sucedía ahora mismo al ver a Heechul
de esa manera abrazado a su cuerpo.
— Creo que me estoy enamorando. – las
palabras salieron lentas de los labios de Heechul, como si dudara de lo que
sentía.
— ¿Crees?
— Tengo miedo de descubrirlo. – admitió
sinceramente y se volvió a mirar con curiosidad a Siwon.
— ¿Quién es ese afortunado? – sin pensar, de la
boca de Siwon salió esa pregunta, aunque realmente no quería saber la
respuesta. Sabía que los celos eran implacables, los estaba sintiendo hacia esa
persona… “Con que de eso se tratan los celos” pensó.
— Porque creo que estoy enamorado de ti.
– un leve sonrojo comenzó a cubrir el rostro de Heechul que lo hacía verse más
hermoso y sus ojos brillaban mirando a Siwon fijamente.
— Entonces, ¿es de mí de quien tienes
miedo enamorarte? – Siwon no se molestó, en su lugar le lleno de una inmensa
felicidad y en su boca se dibujó una sonrisa boba. Menos mal que Heechul tenía
oculto su rostro en su pecho.
— No es tu culpa – le respondió.
Y fue
cuando Siwon descubrió a aquella persona maravillosa que existía aún dentro de
Heechul y le dolía que no hubiera disfrutado del amor libremente sin esos
miedos y temores que sufrió mientras no estuvo con él, pero eso se acabaría, no
lo volvería a abandonar.
Aunque le
costara dejarlo todo para huir con Heechul, lo haría.
Siwon
salió de sus recuerdos, teniendo en claro que después de ese día todo cambio
para él aunque se negó a creerlo al principio y aunque ahora era tarde de
aceptarlo, finalmente podía decirlo: amaba a Kim Heechul y pronto todos darían
cuenta de ello pero sobre todo el mismo Heechul, lo convencería así tuviera que
robarse al novio el día de su boda.
— Sé que prometí no dañarlo pero ojala
comprenda que tuve mis motivos para hacerle creer todo lo que le dijo Yunho. –
hablaba Siwon mientras recordaba el tacto de la suave piel de Heechul en sus
dedos. — Ojala puedas confiar en mi de nuevo.
Comenzó a
sonar su celular por lo que dejo su bebida a un lado y se levantó para tomarlo,
la llamada era de su cuñado Jay. Así como Kyuhyun era parte del plan de Siwon
para liberar a Heechul, su cuñado también jugaba un papel importante en todo
esto.
Jay era
una persona que viajaba mucho y tenía contactos por todo el mundo también, se
apoyaría en su cuñado para que lo ayudara a salir del país con Heechul sin
poder ser rastreado.
— ¡Hola Jay! – Siwon tomó la llamada.
— ¿Por qué tan desanimado Choi?
— Nada, es solo que… — fue interrumpido.
— El día está cerca, ¿verdad? – su
cuñado lo conocía muy bien, afortunadamente, le ahorró las palabras. — Quizás
lo que tengo que decirte te anime.
— ¿Lo conseguiste? – pregunto animado
Siwon.
— Mucho más que eso Siwon, te conseguí
los nuevos documentos para Heechul y para ti, además pude hablar con un amigo
en la embajada de Corea en Canadá y me ofreció sus servicios, en cuanto tu
decidas viajar mandara a alguien y vendrá a recogerlos para sacarlos de aquí
sin levantar sospechas.
Salir del
país ahora sonaba más real.
— En verdad. – Siwon no podía creer su
buena suerte. — Eso es mucho más de lo que necesitaba.
— Ya lo sé soy genial, grande y me amas.
– dijo Jay riendo. Siwon se contagió también con la risa de Jay. — Pero tú
crees que me iba a quedar tan tranquilo mandándote así no más a un país
desconocido, ¿eh?
— Yo no sé cómo agradecerte todo esto...
– de nuevo fue interrumpido por Jay.
— Espera que eso no es todo, después me
agradeces... – Jay soltó una risa divertida. — Sin que se entere tu hermano.
— ¡Ah no! Lo hare justo en sus narices.
– Siwon sabía que todo era una broma.
— Si como no. Bueno, los papeles están a
nombre de una pareja. – por el silencio de Siwon, Jay supo que no entendía. —
Te lo explicare más lento, antes de irse deben estar casados.
Siwon se
levantó rápidamente de su lugar, no podía creer que su cuñado consiguiera todo
eso para ellos. La sola idea de encontrarse casado con Heechul legalmente y en
ese otro país para comenzar su nueva vida, lo lleno de nueva energía que todo
cansancio, fastidio y pesadez desapareció.
— Gracias Jay, por todo y por estar para
mí siempre. – dijo sinceramente Siwon.
— Esto solo lo haría por ti Siwon, eres
como mi hermanito siempre te he visto de esa forma y acá entre nosotros. – Jay
bajo la voz. — Eres mi favorito.
— ¿Me quieres más que a Jungmo? –
pregunto divertido Siwon.
— Si no me hubiera enamorado como un
loco de él, créeme que así seria. – ambos rieron.
Siwon
sabía que Jay jamás dejaría a Jungmo por nada en el mundo, bastaba verlos para
darse cuenta lo mucho que se amaban y se entendían. Por algo su hermano había
alejado de todos esos negocios a Jay, lo amaba tanto que no lo quiso incluir en
toda esa basura en la que su padre tenía inmiscuida a la familia Kim. Jungmo
había dejado a Jay a cargo de los negocios lícitos, pues tenía talento y había
que aprovecharlo.
— Ahora lo más importante… – continúo
Jay. — la persona con la que tendrás que comunicarte se llama Yesung, — Jay le
daba el sobrenombre de la persona. — Te mandare sus datos completos a tu
teléfono y espero que lo borres en cuanto lo memorices, ¿ok?
— Claro que lo hare, crees que soy
tonto. – bromeo Siwon.
— Pero enamorado como estas, cometiendo
todas estas locuras… creo que eso te trae tonto Siwon.
— ¡Ya! Mejor dime, la otra persona,
¿quién es?
— La persona que vendrá por ustedes se
llama Ryeowook, todo ira en el mensaje y ahora tengo que colgar, voy llegando a
casa. Jamás le he mentido a tu hermano pero supongo que después, cuando estén a
salvo, le contare todo. Si no me perdona tendrás que ofrecerme un cuarto en Canadá
para vivir con ustedes. – a pesar de lo grave que sonaba, Jay se reía.
— Siento haberte orillado a hacer esto
Jay.
— No te preocupes, de tu hermano me
encargo yo. Te veré en la boda.
— Sí, nos vemos.
De esa
forma terminaron la llamada.
Siwon se
sentía más tranquilo después de la plática con su cuñado y con sus fuerzas
renovadas. Se acercó a la mesa, tomo su copa y se la terminó, después fue a su
habitación para intentar descansar, pues había llegado el momento en el cual se
encontraría de nuevo frente a Heechul y sin duda necesitaba estar descansado
para ese encuentro; tenía que darlo todo.
*****
Esa mañana
Changmin se despertó muy temprano, no pudo dormir bien igual que hace varios
días atrás. Con una taza de café en la mano se encamino hacia la ventana del
cuarto de hotel que ahora ocupaba. Como siempre desde el día que lo vio, Yunho
ocupaba sus pensamientos.
— No sé por qué me hago esto, incluso
ahora no te he podido sacar de mis pensamientos. – se repetía Changmin. — Ya he
dado todo lo que he podido y más, yo te quiero y lo sabes, pero tú a mí...
ahora con lo que ha pasado ya no sé qué pensar.
Quiso
alejarse todo lo posible de Yunho desde el día de la gran pelea, incluso había
decidido regresar a Japón, viendo aun sus maletas hechas y listas. Pero todo
cambio con la visita que Yunho le hizo unos días atrás…
Yunho venía
muy ebrio y parecía que lo estaba pasando muy mal, Changmin no supo cómo dio
con él en ese cuarto de hotel si nadie lo sabía, más bien no conocía a nadie a
parte de Yunho en esa ciudad.
En cuanto
lo vio Yunho se abrazó al menor y este a pesar de todo lo que paso, lo tomo y
ayudo a entrar, realmente se le veía muy mal, a esas horas de la noche que
anduviera solo por ahí en ese estado no era buena idea.
Changmin
lo recostó sobre el sofá, le quito los zapatos y se fue a buscar algo con que
cubrirlo. Cuando regreso pensó que ya Yunho dormía, lo cubrió y se disponía a
encerrarse en su recamara cuando lo detuvo tomando su mano.
— Espera, no te vayas. – como pudo Yunho
se sentó atrayendo al menor y sentándolo a su lado. — No pude estar más tiempo
de esta forma, por eso tenía que venir a pedirte perdón. Sé que pedirte que
vuelvas conmigo no sería suficiente esta vez y solo te haría sufrir, por eso
para que todo sea diferente tendré que decirte todo lo que siento por ti.
Changmin
no podía creerlo, lo que venía deseando que sucediera estaba pasando en ese
momento. ¿Por qué ahora todo tendría que ser diferente? En el fondo le aterraba
que después las cosas volvieran a ser lo de siempre, más no dijo nada y se
dispuso a escuchar.
En cambio
Yunho aun en el estado que se encontraba, sabía muy bien lo que hacía y decía.
Quería arreglar las cosas con Changmin pero no sabía cómo, pues aunque él tenía
la culpa de todo y debía ser quien se disculpara, hacerse perdonar por el
menor, vencer su orgullo y los muros que rodeaban su corazón iba a ser tarea difícil.
Le aterraba perder de nuevo a la persona que le importaba pero ahora por su
estupidez.
— No puedo seguir huyendo de lo que
siento, tener que estar lejos de ti y tener que olvidar de nuevo; no quiero que
te vayas, no quiero que conozcas a alguien más. – Yunho tomo por los hombros a
Changmin obligándolo a que lo viera. Estaba siendo algo egoísta y posesivo para
empezar, más no le importaba — Yo no podría soportar perder de nuevo a alguien
importante, por eso he venido a hablarte, pero si no quieres arreglarlo te
dejare ir... – dijo, al ver que el menor tenía sus maletas hechas. — y me
hundiré de nuevo en mi trabajo hasta que este me consuma, justo como estaba
haciendo antes de conocerte.
Changmin
sabia porque lo decía, desde el primer momento supo todo de Yunho, en que
trabajaba, a que se dedicaba, donde vivía y para quienes trabajaba. Changmin
tenía sus métodos. Nada sobre él le era desconocido, por eso al escuchar
aquellas palabras, supo que Yunho se expondría al peligro cada que pudiera.
¿Acaso desearía la muerte si lo dejaba?
Sin
embargo no podía decirle nada sobre eso pues se suponía que él no sabía nada
del trabajo de Yunho. Se tranquilizó al saber que nadie sabía que trabajaba
para la embajada Japonesa, que fuera un total desconocido tenía sus ventajas.
— Estuve esperándote todo este tiempo y
nunca llegó el momento, mi paciencia se agotó. – Changmin se levantó del sofá y
se dirigió a la ventana, cruzo sus brazos y se detuvo ante ella. — Nunca te
diste la oportunidad de amarme realmente.
— Sin embargo estos días que no hablamos
y que no te tuve conmigo. – Yunho se acercó quedando detrás de Changmin. — Eche
de menos tu voz, el aroma de tu cabello y tus ojos, esa mirada que me gusto
desde que la vi.
A Changmin
no le extraño que dijera eso, Jaejoong y él tenían el mismo color de ojos, la
misma mirada… y el mismo Yunho se lo había confirmado.
Una
punzada de dolor atravesó el corazón de Changmin, al darse cuenta que de nuevo
era el segundo, ¿Cuándo sería el momento que lo valoraran por el mismo?
— Te extraño tanto que incluso extrañe
la forma en que me regañabas, deseaba que de nuevo lo hicieras. – Yunho
arrastraba un poco las palabras, pero se hacía entender muy bien. — Algunas
veces provocaba que me regañaras… te ves más hermoso cuando te enfadas. – Yunho
lo abrazo por detrás.
Y ahí
estaba, otro deseo cumpliéndose. Aquello que decía Yunho, era exclusivo de él,
de su persona, pues miles de veces Yunho en juegos lo provocaba para que se
enojara. En su voz se notaba algo diferente cuando confeso esto último y
Changmin se dio cuenta de ello, quiso creerle pero el daño era mucho.
— Estoy cansado de tus mentiras Yunho…
de tus besos falsos… sé qué piensas en él cuando estás conmigo…
Intento
alejarse de Yunho pero este no lo dejo, sabía que si lo dejaba ir no podría
decirle todo lo que deseaba. Tomo las manos de Changmin haciendo que quedaran
por encima de su cabeza recargándolo sobre la gran ventana de la sala y aunque
ponía resistencia, no era muy convincente pues Changmin estaba deseando
creerle, estaba deseando que lo tomara de nuevo como hace mucho no lo hacía.
— Eres una persona muy especial y
maravillosa, intento contenerme pero el estar cerca de ti me dan ganas de
besarte hasta hacerte mío, te deseo, me vuelves loco Min.
Changmin
se sorprendió, era la primera vez que lo llamaba Min de forma cariñosa, que tan
solo verse en los penetrantes ojos de Yunho hizo que le temblaran las piernas.
— Tengo que ser fuerte, tengo que
resistir si no quiero volver a sufrir... – murmuro en voz baja.
Aun así
Yunho pudo escucharlo y se sonrió por la débil protesta del menor, busco sus
labios y lo beso con pasión introduciendo su lengua dentro de la boca de
Changmin jugando con ella y soltando las manos que aun tenia sostenidas.
Changmin
solo suspiro cuando se sintió liberado de sus manos dejándolas caer alrededor
del cuello de Yunho haciendo que sus bocas se acercaran cada vez más
intensificando el beso.
Yunho
sabía a vodka pero no reciente, lo que significaba para Changmin que este decía
la verdad y no estaba tan ebrio como aparentaba. Rio sobre el beso y continúo
saboreando esos labios. Al cabo de unos segundos tuvieron que separarse por
falta de aire.
Después
las manos de Yunho fueron quitando de a poco la ropa del menor mientras besaba
la piel expuesta hasta dejar a Changmin en ropa interior ante él.
Continuo
besándolo, primero su cuello y después su boca viajo por su pecho hasta sus
pezones donde su lengua se entretuvo jugando con ellos. Changmin solo se dejaba
hacer echando su cabeza para atrás sosteniéndose del cuello de Yunho.
— Me siento como un tonto entregándome a
ti y también tan feliz. – confesó Changmin.
Yunho bajo
su mano hasta la entrepierna del menor palpando su hombría por encima de la
ropa interior mientras su boca y su lengua seguía jugando en su piel.
Changmin
tampoco se quedó atrás pues sus manos abrieron apresuradamente el pantalón del
mayor para meter su mano y comenzar a recorrer el miembro de Yunho con sus
dedos masturbándolo de manera suave y tímida, pues lo que Yunho le estaba
haciendo le limitaba un poco los pensamientos.
De vez en
cuando Yunho soltaba uno que otro gemido entrecortado provocado por el menor
que comenzó a masturbarlo con más fuerza y ayudado de su otra mano quito
completamente los estorbosos pantalones del mayor, lo que le permitió
masturbarlo mejor y con mayor fuerza.
Al sentir
las caricias en su miembro Yunho acelero los movimientos en el miembro del
menor y volvió a tomar sus labios en un apasionado beso que ahogo los gemidos
de Changmin cuando termino en su mano.
El menor
se recargo por completo en la ventana del balcón, era una hermosa escena la que
Yunho veía… al fondo el iluminado centro de Seúl y frente a eso un hermoso
Changmin sonrojado con los ojos cerrados sosteniéndose de su cuello y agitado
por el repentino clímax provocado.
— En verdad no podría dejarte ir Min…
por favor tu no me dejes nunca, no volvería a resistirlo. – susurró Yunho
mientras quitaba algunos cabellos del rostro del menor.
— Dame una razón para no hacerlo… una
muy buena razón… — entre jadeos le pidió Changmin.
— Te pido que te quedes a mi lado no
porque te necesite, sino porque quiero que te quedes… Te quiero a ti Min.
CONTINUARÁ...
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