Incluso en la
condenación del mundo
Incluso este aspecto
enloquecido
Aun sabiendo todo esto
A pesar de que me asusta
Yo lo amo…
Confession
Una duda
se había instalado en Yunho desde el día que Changmin lo abandonó, así que investigo
todo lo posible y encontrando muy poco acerca de él. Lo que sí logro saber fue que
venía de Japón, viajó a Corea en busca de su hermano, el cual había dejado de
ver cuando los separaron en aquel orfanato en Japón.
Eran
muchas las coincidencias, definitivamente que su encuentro con Changmin no
había sido coincidencia, estaba seguro que Jaejoong era ese hermano que había
venido a buscar a Corea y que gracias a eso pudo conocerlo… Jae lo puso en su
camino y ahora lo comprendía.
Amaba a
Changmin tanto o más de lo que había sentido por Jaejoong, y eso es lo que
Yunho quería que sintiera.
Los ojos
de Changmin se llenaron entonces de esperanza y sin esperar a que reaccionara
Yunho lo volteo hacia la ventana, lamio dos de sus dedos y los llevo hasta su
entrada introduciendo uno de estos. Changmin solo dio un leve respingo ante la
sorpresiva invasión, Yunho no tardo en comenzar a mover el dedo dentro
haciéndolo gemir en el proceso y se encargó de repartir besos por su nuca.
Cuando
introdujo el segundo dedo en su entrada comenzó a hacer un movimiento de tijera
y pronto su mano libre subió hasta donde Changmin tenía recargada la suya en la
ventana entrelazando sus dedos.
Era
sorprendente todo lo que le hacía sentir Yunho. Changmin abrió un poco sus ojos
mirando la iluminada ciudad a través de la ventana y sin dudar en ese momento
se sentía tan encendido como la ciudad que tenía ante sus ojos; todo en él a
punto de estallar, corazón, deseos, amor y cuando sintió que Yunho entrelazaba
su mano, sus dedos con los suyos… todo eso estallo dejándose llevar.
Yunho paso
un rato dilatando la entrada del menor y cuando sintió que esta estaba listo, saco
sus dedos cuidadosamente para reemplazarlos con su miembro. Coloco la punta en
su entrada y sus manos tomaron las caderas de Changmin para comenzar a
penetrarlo poco a poco hasta que estuvo completamente dentro de él. Y cuando
estuvo así dentro de él, tomo las manos de Changmin recargándolas en la
ventana, poso su rostro en el hueco que se formaba entre la cara y el cuello de
este para comenzar a penetrarlo con un suave vaivén.
Lo invadía
una extraña sensación de dolor, placer, acompañado de un poco de vergüenza.
Changmin sabía que estando de esa forma alguien los podría ver desde otro
edificio pero poco le importo pues ya Yunho había comenzado a masturbarlo
nuevamente mientras lo penetraba y repartía besos sobre su espalda y cuello.
Yunho se
recreaba en la piel del menor, a su vez en darle atención a su miembro y a sus
propios deseos de poseerlo.
— Min… aah – todo lo que salía de sus
labios era el nombre del menor, lo que hizo que este se sintiera tontamente
feliz.
Pronto el
movimiento de caderas comenzó a aumentar de velocidad y las penetraciones
comenzaron a hacerse más profundas mientras que la mano en el miembro de
Changmin comenzaba a masturbarlo con más fuerza lo que le hizo gemir. Cuando el
ritmo se volvió frenético, Yunho se abrazó al menor acelerando los movimientos
sobre su miembro lo que ocasiono que Changmin terminara por segunda vez.
— Yun… Yun… Yunho… ah… te amo. – como
siempre esas palabras escapaban de su boca cada que era llevado al paraíso por
el mayor y sus palabras nunca encontraban eco.
Pero esta
vez fue diferente…
— Min… te quiero… se mío por siempre…
Yunho
sentía contracciones alrededor de su miembro y unas últimas estocadas profundas
hicieron que terminara corriéndose dentro de este. Changmin se sostenía como
podía de la ventana y Yunho se sostuvo de él hasta que su respiración se
tranquilizó un poco. Entonces tomo al menor de la cintura y lo arrastró consigo
hasta llegar al sofá donde se dejó caer llevándose consigo a Changmin que quedo
encima de él.
— ¡Te quiero Min! – abrazando al menor
mientras lo acomodaba sobre su pecho. — Por favor no me dejes… no me dejes de
nuevo.
Y de nuevo
la duda se apodero de Changmin por esas últimas palabras dichas por el mayor,
él tenía que confesarle una gran verdad y si después de eso Yunho no le
perdonaba o peor le seguía comparando con Jaejoong… eran muchas preguntas sin
respuesta. Pues aunque quiso contarle todo eso a Yunho, este pronto se quedó
dormido y Changmin no pudo hacer otra cosa que lo mismo… dormir, dormir y
pensar en que haría.
*****
Era de
mañana, Changmin suspiro y tomo un sorbo de su café, se acercó más a la ventana
y la abrió para salir a la terraza, era bastante temprano aun y el aire se
respiraba muy fresco. Pensó en volverse a acostar, quizás dormiría y dejaría de
pensar en qué hacer.
¿Quedarse
o irse? Era demasiado para su mente y con todos esos sentimientos acumulándose
no sabía que hacer… lo único que tenía claro es que lo amaba.
— Creo que después de todo si soy un
tonto…
Changmin
suspiro de nuevo y entro a su departamento, dejándose caer en el sillón, cerró
sus ojos y pensó en Yunho. Tenía que verlo, quería creerle y quedarse a su lado
pero tenía que verlo nuevamente para que esa aprensión que sentía su corazón
desapareciera; pues una necesidad grande de ver a Yunho se había instalado en
su corazón esa mañana.
— ¿Qué estará haciendo ahora?
No lo
pensó más y se metió al baño, hoy sería un día decisivo para Changmin, entre
quedarse o irse… amar u olvidar.
*****
Y llegó el
día de la boda…
Heechul se
despertaba después de un largo sueño, había dormido profundamente como no lo
había hecho los últimos días. Eso se le hizo extraño, lo que hizo que se
levantara sentándose súbitamente y sintiera algo de dolor en su parte baja, y
al instante poco a poco fue recordando la noche anterior.
— ¿Pero qué fue lo que paso anoche?
Comenzaba
a sentirse nervioso y ansioso. No tenía sus recuerdos claros por lo que empezó
a hacer memoria, recordó cuando le trajeron la comida y como Kyuhyun vino
acompañarlo a comer; después platicaron un poco o más bien Kyuhyun le hablo
todo el tiempo y él comenzó a sentirse agotado. Después nada.
— Seguramente me dieron algo para
adormilarme. – y un temor comenzó a invadirlo. — Habrá sido capaz de…
Lo que no
sabía es que Kyuhyun tenía otra idea en mente.
Heechul comenzaba a sentirse
somnoliento a punto de caer sobre los restos de su cena, estaba sentado frente
a la pequeña mesa que compartía con Kyuhyun esa noche, ya casi no lo escuchaba
hablar.
Lo que sintió después fue como era
levantado en brazos, se removió un poco en los brazos que lo llevaban cuando
escucho la voz de Kyuhyun.
— Te
pondré en un lugar más cómodo.
— Suéltame
Choi. – murmuró Heechul.
Cuando quiso decir algo más, ya se
encontraba recostado sobre la cama y el menor comenzaba a sacarle los zapatos.
Heechul estaba consiente de todo pero a su vez somnoliento, en su interior
estaba asustado pues estaba seguro que algo le había dado ese Choi, que solo
quería dormir.
A lo lejos escucho como la puerta se
abría, después unos susurros y de nuevo la puerta fue cerrada. Abrió sus ojos
encontrándose con el cuarto a oscuras, habían apagado las luces, entonces alguien
comenzó a subir a la cama y…
Después no
recordaba nada. Heechul pensaba que quizás lo había dormido para poder poner
sus manos sobre él.
Con ese
pensamiento, se acurruco en la cama abrazando la almohada. Algo había pasado en
esa cama anoche, pero no recordaba bien y algo no encajaba. Levemente Heechul comenzó
a recordar las caricias, los besos y las manos que recorrieron su cuerpo.
Esas manos
las recordaba y no eran del todo desconocidas por Heechul.
— Siwon… — susurro.
Aunque no
lograba recordar todo, Heechul sabía que esas caricias no eran de un
desconocido, estaba seguro que había sido Siwon su visitante nocturno o quizás
solo había sido un sueño… un sueño demasiado vivido. Al menos eso quería creer,
quería engañarse que no había sucedido que lo tomaran de nuevo contra su
voluntad y si sucedió realmente, quería recordar ese momento con Siwon en sus
sueños.
— Si… tan solo fue un sueño.
Últimamente
Heechul no dejaba de pensar en Siwon, más aun después de haber comenzado a
sentirse mal, la debilidad de su cuerpo, las náuseas y el constante dolor no se
quitaba ni comiendo bien ni durmiendo lo suficiente. Amanecer adolorido se
había vuelto parte de Heechul desde que estaba encerrado.
— Necesito estar bien… — susurraba para sí
mismo. — Hoy es el día y debo estar bien, seguramente todo lo que ese estúpido
Choi me ha dado me tiene así.
Y como no
confundir todos esos dolores, si había sido golpeado, drogado y quien sabe que
tantas cosas más. Todo eso no le dejaba pensar que tal vez sus malestares
pudieran ser por otra cosa, por eso no tenía muy claro lo sucedido la noche
anterior y el que no recordara seguramente sería por lo que el menor de los
Choi le había puesto a su comida a la hora de la cena.
Aun
confundido, Heechul se encontraba acurrucado en su cama tratando de recordar,
cuando la puerta de su recámara se abrió dejando ver a su cuñado Leeteuk.
— ¡Heechul! – lo nombro y corrió hasta
la cama abrazándolo. — Me alegro que estés bien pero, ¿qué pasa? – pregunto Leeteuk
al ver que Heechul no le prestaba mucha atención.
— Nada, no te preocupes. – le respondió
Heechul fingiendo una sonrisa. — Qué bueno que estas aquí.
— Anda que a mí no puedes engañarme,
cuéntame ¿qué te pasa? – acaricio su mejilla separando los cabellos de su
rostro. — Mira que cara de preocupación traes y esos ojos llenos de tristeza.
Sé muy bien que no deseas esta boda y si yo pudiera hacer algo por ti créeme
que lo haría.
— ¡¿De verdad?!
— Claro, somos como hermanos, ¿no?
El tiempo
que Leeteuk llevaba casado con su hermano Kangin, le había demostrado lo mucho
que lo amaba. Incluso esas noches difíciles donde las pesadillas lo asaltaban
después de la violación, su cuñado era quien se pasaba las noches a su lado
tratando de tranquilizarlo para que durmiera. Más de una vez Heechul quiso
contarle la verdad, pero lo detenía el hecho que Leeteuk seguramente querría
hacer algo contra sus agresores, cosa que él no deseaba pues quería olvidar.
— Quieres escucharme… te contare. –
Leeteuk solo asintió con la cabeza.
Comenzó a
contarle desde su escape al saber del compromiso, su rescate de los Han y cómo
fue su reencuentro con Siwon… le conto todo hasta el día de hoy, sin contrale
sobre los ataques recibidos incluyendo el de anoche.
Entonces
Leeteuk entendió la tristeza de su cuñado, estaba enamorado y lo casarían con
el hermano de su amor, que ironía. Heechul también le conto de su plan de
escape, le asusto mucho saber que lo intentaría pero entendía que no se
rindiera, después de todo él haría lo mismo en su situación.
Después de
desahogar todo lo que tenía en su corazón, Heechul confió en que no le diría a
nadie tal y como se lo había pedido; pero lo que más le sorprendió fue lo que
le respondió.
— ¿En verdad lo amas? – Leeteuk se llevó
una mano a la boca.
— Es el único que me ha hecho sentir de
esta manera, quien me permitió conocer el amor. – después se hizo un silencio
entre los dos.
— Yo te ayudare Heechul. – de nuevo lo
abrazo. — puedes contar conmigo para lo que sea, te ayudare sin dudarlo.
— No, no podría pedírtelo. Te metería en
un lio. – correspondió el abrazo. — Pero si llegara a necesitarte, serias al
primero que llamaría.
Se separaron
y Heechul miro agradecido a Leetuk por sus palabras, poder confiar en alguien le
hacía sentir aliviado.
— Pero, ¿cómo te dejaron pasar? ¿A qué
has venido? – pregunto curioso Heechul.
— He venido ayudar a vestirte para la
boda.
Hablaba
Leeteuk justo cuando Junsu entraba a la habitación con una gran maleta. Junsu
era parte de la escolta de Leeteuk junto con Yoochun. Estos dos habían estado
bajo las órdenes de Yunho pero al pasar a ser jefe de escolta de Heechul y por
ser los mejores de sus hombres se quedaron para proteger a Leeteuk.
— ¿Y eso que es? – pregunto Heechul.
— Lo necesario para verte bello. –
espero a que Junsu saliera de la habitación — Aunque vayas a ser un novio en
fuga, debes lucir bien.
— Lo necesitare, no me siento para nada
bien. – dijo Heechul refiriéndose a sus malestares.
— ¿Qué te pasa? – Heechul le conto lo
que sentía. — entonces comerás primero.
— No, si pruebo bocado ahora seguro terminare
devolviéndolo. – Heechul se llevó una mano a su estómago. — en verdad no quiero
nada.
— Eso… — Leeteuk pensó un poco su
pregunta.— ¿te pasa muy seguido?
— Últimamente sí. – contesto un
acostumbrado Heechul a todo lo que sentía.
— Haremos lo que tú quieras entonces. – Leeteuk
tenía sus sospechas de lo que realmente le pasaba a su cuñado, pero con toda la
presión que tendría ese día no se lo diría, además era solo una sospecha. —
Comenzare a ponerte bello, eso te hará sentir mejor.
Y ambos se
rieron, por las ocurrencias de Leeteuk, agradecía que estuviera ahí y que por
un momento le hiciera sentir acompañado, querido. Sentados en la cama
platicaron por mucho tiempo mientras Heechul se enteraba de su familia y
Leeteuk le hacía comer un poco, aunque Heechul se resistía.
— ¿Cómo están mis hermanos? ¿Y mis
sobrinos Kanna y Jungmi?, ¿ellos me extrañan?
— Claro que te extrañan, si eres su tío
favorito. Aunque agradecieron los regalos que les dejaste antes de irte, no hay
día que no pregunten por tu regreso.
— Mis niños… – Heechul suspiro
resignado. — son los que más extraño, ¿y Kibum?
— Kibum está muy bien, se preocupó mucho
por ti al saber que habías huido de casa con lo del compromiso incluso iba a
venir.
Leeteuk
hizo sentar a Heechul frente al tocador, continuo hablando mientras peinaba el
hermoso cabello pelirrojo de su cuñado.
— Tu padre lo detuvo, fue muy feo ese
pleito que no tuvo más que quedarse en China. Y aunque no lo creas Kangin
también se preocupó mucho, no dormía los días que no sabíamos nada de ti…
aunque se haga el duro te ama y le preocupas, solo que es un poco tonto y cree
que todo lo que tu padre hace es por tu bien. – suspiro — pero estoy seguro que
si el supiera lo que sientes por el otro Choi sin pensarlo te ayudaría.
Se agacho
para quedar a la altura del rostro de Heechul mientras lo miraba por el espejo,
ya que este tenía una cara de no creer lo que estaba escuchando. Leeteuk sabía
que el comportamiento de su esposo para con su hermano era algo distante, pero
no porque no lo amara solo que no sabía cómo expresarse. Entender a Kangin solo
él había descifrado el modo.
— Kangin desea que seas feliz y saber
que sufres le dolería.
— Pero ya es tarde, hare todo a mi
manera…
Leeteuk sabía
que no debía insistir, cuando a un Kim se le metía algo en la cabeza no había
poder humano que le hiciera cambiar de parecer.
Se les fue
el tiempo en su arreglo, agradecía todas las atenciones de su cuñado, aunque la
mayor parte de su vida no se preocupó por su aspecto, Heechul recordó que antes
si le importaba y ahora ese sentimiento había renacido en él.
— Quedaste bello Heechul, pero aun te
hace falta algo. – dijo Leeteuk mientras rebuscaba en la maleta que había
llevado.
— ¿Que necesito?
— Algo prestado, como todo buen novio
debes conservar las tradiciones. –Leeteuk estaba algo emocionado por el
momento, mas emocionado que el novio por cierto.
— Pero si esta boda es una farsa y dudo
que se… — Heechul se silenció al momento de ver lo que su cuñado traía en las
manos.
— Este es mío. – Leeteuk dejo una
pequeña daga en manos de Heechul, esta era de oro y estaba adornada con algunas
piedras, zafiros. — Es un regalo de tu hermano. Al principio no entendí porque
me la daba, pero ahora sé que él quería que yo siempre estuviera preparado por
si alguna vez escapaba de su cuidado. – y aunque a otros estas palabras
parecerían duras, para ellos que vivían en ese mundo sabían el significado profundo
de ellas.
— ¿Me lo das a mí? – no muy confiado
tomo el arma.
— Si, al igual deseo que estés preparado
para todo y sé que por el camino que deseas tomar no será fácil… — Leeteuk
ahogo un sollozo, en verdad amaba a Heechul como hermano mientras sus manos
escondían la daga entre las ropas de este. — pero esto te hará sentir un poco
más seguro.
— Te lo devolveré, lo prometo. – Heechul
sonrió y Leeteuk solo pudo abrazarlo forzando un poco su sonrisa.
Después
Leeteuk salió para saber si ya era hora de partir. Heechul se encontraba frente
al espejo reflejando su cuerpo entero, llevaba puesto un hermoso traje blanco
que le calzaba como guante, su cabello rojo se lo había recogido y peinado en
rulos por Leeteuk, su rostro por extraño que pareciera se veía muy relajado.
Todo lo sucedido en las últimas horas le daba esa tranquilidad, la visita de su
cuñado, pero sobre todo el tener presente aunque fuera en sueños las caricias
de Siwon, eso le había dado esperanzas y nuevas fuerzas para continuar.
La imagen
que le devolvía el espejo le gusto porque en realidad si era muy bello, mucho
tiempo odio su propia belleza pero ahora se daba cuenta de lo que Siwon le
murmuraba a la hora de hacer el amor… era hermoso.
Pronto
regresaron por Heechul pues había llegado la hora… era hora de que su destino
fuera escrito por él mismo.
*****
Mientras
tanto…
Siwon se
encontraba arreglándose para el gran evento, por fin el día había llegado y con
un poco de temor, no por Heechul sino por él también.
Shindong
estaba con él informándose de un detalle que no había dejado pasar por alto y
también repasando los últimos detalles del plan, este era el hombre de
confianza de Siwon, su mano derecha y su amigo, siendo muy bueno en su trabajo
era el más indicado para ayudarlo. Además que este se había ofrecido a sí mismo
a ayudar sabiendo lo que se le venía encima por esta loca idea.
Temprano
había hablado con su hermano repasando los detalles, Kyuhyun también se
encontraba nervioso por lo que Siwon tuvo que tranquilizarlo y asegurarle que
jamás lo expondría, que sería el menos involucrado. Kyuhyun debía hacerse la
víctima, el engañado, llorar si era necesario para que su papel fuera más
convincente.
Y Yunho
también le llamo, este era pieza importante del plan. Siwon sentía un poco de
celos por este ya que no sabía a ciencia cierta porque ayudaba de manera ciega
a Heechul, debía tener un sentimiento grande pero lo ignoraba. Por otro lado
agradecía que tantas personas estuvieran a su lado, sabía que hacerse de
Heechul y rescatarlo no sería tan fácil.
— ¿Que sabemos de él?
— Lee Min Ho, no estabas muy errado
sobre la información que me diste sobre él. – le informaba Shindong. — El
chico, bueno ya no es tan chico te lleva dos años Siwon.
— Bien, un hyung. – contesto
sarcásticamente Siwon.
— Lo perdió todo y su madre acostumbrada
a la buena vida volvió a casarse con un viejo viudo con un solo hijo, es menor
que Min Ho. – Siwon escuchaba todo mientras seguía dando vueltas alrededor de
su cuarto terminando de arreglarse. — Vivieron un tiempo en China, pero…
— ¿Pero? – Shindong se veía nervioso
ahora.
— Está más cerca de lo que pensamos, no
habías encontrado nada sobre él porque al casarse su madre una de las
condiciones fue que el llevara el apellido del nuevo esposo. — eso le daba muy
mala espina a Siwon—. Ahora se hace llamar Han Min Ho… — Shindong pudo ver la
expresión sombría del rostro de Siwon. — Pertenece a la familia Han como el
hijo mayor del viejo, se encarga de los negocios los Han en China y… —.de nuevo
Shindong se interrumpió.
— ¿Y?... ¡Maldita sea termina por
decírmelo Shindong!
— Hace unos meses salió algo mal en
China y ahora se encuentra aquí en Seúl. –eso dejo blanco a Siwon.
C o n t i
n u a r a...
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