El timbre insistente
de su celular se abrió paso dentro de su profundo sueño. Este insistía e
insistía, sin embargo él no quería despertar, no del todo, se encontraba tan
bien en aquel sueño reparador y más porque se sentía agotado. El celular dejo
de sonar. Se había perdido la llamada. Pero entonces, sonó otra vez, un timbre
diferente que le anunciaba un mensaje. Bien eso era más tolerable.
Heechul se disponía a
dormir de nuevo, después de todo tenía mucho sueño y se sentía aporreado;
cuando otra vez el timbre de dos mensajes más llegó a sus oídos. No satisfechos
con eso, volvieron a llamar.
“¿Qué sucedía?”
En su cabeza solo se
podía preguntar ante tanta insistencia, supuso que algo muy urgente estaba
pasando, pero él estaba bien y eso ya era una buena noticia. Sus ojos apenas
podían abrirse en la claridad.
“¿Quién se habrá atrevido a abrirle las cortinas?”
Podía sentir como la
luz golpeaba directamente en su cabeza haciéndola doler y dentro de su
somnolencia, comenzaba a despertar, casi alcanzaba a ver la luz a través de sus
parpados.
Con un vistazo
solamente, se dio cuenta que era enorme y que medio ventanal se encontraba
completamente abierto, tan molesto, que solo lograba hacerle fruncir el ceño
haciéndole doler la cabeza. Maldiciendo porque le dolía tanto.
“¿Cuándo su ventana se había hecho tan grande?”
Seguramente fue una
noche de locos para tener esta resaca. Si, su cumpleaños. Claro que debía de
ser una noche de locos, después de todo fue su fiesta, y la de Jungsoo, pero él
no contaba. El festejo fue el día de su cumpleaños, de esa forma, Heechul se
agenciaba toda la fiesta.
Heechul llevó la mano
a su frente, su cabeza estallaría de un momento a otro, estaba seguro que sería
de esa forma. Acostado boca abajo como estaba, se permitió esconder su rostro
entre las almohadas de aquellos torturantes rayos de sol que parecían querer
acabar con su poca resistencia. Casi creía que si se acercaba un poco más a
ellos, se convertiría en cenizas como un vampiro, así de mal se sentía.
El sonido de su celular
de nuevo irrumpió el silencio y su estómago también, estaba clamando por algo
de comida o cerveza, lo que viniera primero. Soltó varios quejidos como niño
berrinchudo, no deseaba levantarse de su cama, más no tenía otro remedio.
Sosteniéndose en sus
brazos, levanto su cabeza haciendo resbalar la sabana descubriendo sus hombros
y espalda; sus ojos aun acostumbrándose a la luz, se veían pequeños tratando de
adaptarse. Sus cabellos revueltos podían hacerle cosquillas en su espalda en
aquella posición. Quiso decir algo, pero no pudo, porque hasta su boca dolía.
Lo más rápido que sus
reflejos le dejaron llevo una mano hacia su boca, donde se percató que el labio
inferior tenía un corte muy cerca de la comisura y dolía. Era muy reciente.
¡Maldición!
“¿Qué tanto había bebido? ¿Tan ebrio como para haber bebido de una
botella rota?”
No, no era tan tonto,
podía estar ebrio pero jamás atentar contra su bello rostro, su deseable cuerpo
o sus apetecibles labios. Rodo su cuerpo sobre la cama quedando boca arriba con
sus brazos pegados a su cuerpo.
“¿Desde cuándo su cama se sentía tan grande?”
Recordaba dar vuelta
sobre ella y dejar su cuerpo en la orilla de la cama, pero no lo estaba. Quizás
la resaca no le dejaba medir bien la dimensión de las cosas. Que resaca más
rara se decía Heechul.
Y entonces fue cuando
miro hacia arriba. Ese que tenía encima no era su techo. Recordaba haber
lanzado una vez algunos fideos con los palillos al estar jugando con Donghae,
estos habían quedados sostenidos en el techo por un rato, hasta que posiciono
al menor debajo de estos y cayeron por si mismos sobre su cabeza. Había sido
una buena broma que el pez nunca se esperó.
Pero esa mancha no
estaba. En su lugar estaba un fondo muy blanco. Su vista viajo más allá, a
donde el techo se juntaba con las paredes y pudo ver como una vista dorada
adornaba toda la unión alrededor del cuarto. Lo más notorio, aquello que le
hizo sospechar que no se encontraba en su cuarto, fue la bella lámpara de
cristal enorme, que se encontraba casi encima de la cama.
“No, definitivamente no estaba en su cuarto”
Tan rápido como se
levantó, la cabeza de Heechul comenzaba a dar vueltas, llevo las manos a su
rostro y cubrió con ellas sus ojos. En realidad no se levantó tan rápido, pero
el exceso de alcohol que aún tenía en la sangre, le estaba cobrando la factura.
Solo esperaba no vomitar con su osadía.
Cuando estuvo algo
más recuperado, comenzó a notar otra parte de su cuerpo y mucho, aun con el
rostro entre sus manos, removió su cadera sobre la cama, haciendo que su
trasero se moviera con eso. Si, el dolor estaba ahí. Fue entonces cuando bajo
sus manos y abrió muy grandes sus ojos, ¡estaba desnudo! Debajo de las sabanas
solo estaba su piel, ni bóxer ni nada.
Además se puso a
mirar a su alrededor, dándose cuenta que se encontraba en una habitación
bastante ostentosa por lo que veía, elegante, una suit. El cuarto era enorme,
la cama también, sus pies no parecían llegar al final de esta y la puerta
frente a la cama abierta, le mostraba lo que había más allá. Una sala de estar,
otra habitación llena de muebles finos por lo que se notaba, mucho dorado,
muchos jarrones y adornos que se veían costosos.
Por primera vez en
sus muchas borracheras, Heechul se encontraba desorientado, nunca le pasó esto.
Claro que, siempre andaba con sus amigos cuando se ponía de esa forma y ellos
le llegaban a cuidar al caer en la inconciencia del alcohol. Pero esta vez…
—
¿Dónde estoy? – esa era la primera pregunta que se le había ocurrido.
Abrió sus manos solo
para golpear con algo a su lado izquierdo cuando lo hizo. Giro su rostro muy
lentamente. Un bulto. Un bulto que crecía conforme lo miraba, desde el final de
la cama, hacia la cabecera y muy cerca de esta, una mata de cabellos negros
desperdigados sobre la almohada más no podía verle la cara, ya que la tenía
escondida entre sus brazos. No ere una cosa, era un alguien y se encontraba
acostado a su lado.
“¿Quién era? No recordaba nada”
Tantas preguntas,
Heechul no recordaba nada de aquello. Se movió lentamente, tratando de no despertar
a quien sea que estuviera durmiendo a su lado, deseaba comprobar si esa persona
se encontraba igual de desnudo que él. Quizás era una chica, al menos que fuera
una chica muy grande por cierto, pero una chica de aquel tamaño sobrepasaba su
estándar.
Las manos algo
temblorosas de Heechul se dirigieron hacia la sabana que cubría a esa persona,
algo le decía que no iba a gustarle lo que descubriría. Los dedos agiles la
tomaron y fue bajándola lentamente hasta dejar descubierta la espalda,
claramente podía ver marcas de sus dedos y uñas en ella; descubrió las nalgas,
las piernas y… y algo más que no era de una chica. ¡Dios aquello no podía estar
pasándole!
“¿Qué me hicieron?”
Esa pregunta si era
primordial. Heechul se retiró rápidamente quedando lo más lejos posible de ese
hombre y lo que le permitió a su trasero sentir de nuevo ese dolor. ¡Ah como le
dolía! Se arrastró un poco más soportándolo, hasta quedar con los pies colgando
de la cama.
“Me han secuestrado y me han violado”
Aquellas palabras que
quiso gritar, las dijo en su mente, pues tenía miedo de despertar al hombre que
le había hecho eso. Quiso encogerse, desaparecer, él nunca… había besado
algunos hombres, pero de eso a que dejara que alguien perforara su
trasero en pleno estado de ebriedad. ¡Nunca! Y aquel hombre lo hizo. Quiso
llorar de coraje y rabia. Ahora entendía las insistentes llamadas, ¡cierto!
Heechul comenzó a buscar su celular, seguramente estaban preocupados por él,
llamaría por ayuda antes que su secuestrador y violador despertara.
Intentaba levantarse,
cuando sus piernas flaquearon, demostrándole lo duro que había sido perforado.
Ahora es que sentía todas las mallugaduras en su cuerpo. No deseaba verse en el
espejo, no. No quería ver huellas de aquel desconocido en su piel.
“¿Dónde estaba su maldito celular?”
Si no podía
levantarse, se arrastraría hasta el maldito aparatejo con tal de tenerlo y
llamar por ayuda. Entonces el sonido de un celular que no era el suyo por
supuesto, interrumpió sus lamentos. Heechul podía reconocer aquel timbre a
donde quiera que fuera, incluso con solo escuchar el inicio lindo y alborotado
que llenaba almas con solo escucharla; al menos eso es lo que su dueño decía a
menudo. “Your Grace Is Enough” comenzaba a escucharse más y
más fuerte.
—
Mmmhh… hyung. – y aquella voz terminó por descolocarlo.
La persona sobre la
cama giro su cuerpo, mostrándose grandioso ante Heechul, ¿Cómo rayos se le
ocurrió bajar la sabana tanto? El glorioso cuerpo de Choi Siwon se
mostraba desnudo, boca arriba, no solo su rostro había quedado al descubierto,
también su erección. Una muy grande por cierto, se erguía hacia arriba,
apuntando al techo como mástil.
Algo parecido al
enojo e indignación comenzaron a llenar su cuerpo, el dolor pasaba a segundo
grado porque la rabia comenzaba a invadirlo por completo. Se levantó de la cama
envolviéndose como pudo con la sabana. Grave error, porque no podía dejar de
ignorar el dolor y porque además dejaba a su compañero de grupo completamente
desnudo ante sus ojos.
Heechul no quería mirar,
pero simplemente sus ojos no podían dejarlo, porque toda esa carne había estado
en su interior. No lo recordaba en su cabeza, pero esa parte de su cuerpo era
muy consciente de ello, pues al levantarse entre sus piernas comenzaba a
escurrir algo que estaba seguro era semen.
“Ni siquiera había usado condón”
Chillo Heechul en su
interior. No es como si fuera una chica que necesitara esos cuidados para
evitar embarazos, pero al menos para protegerse de enfermedades, aunque estaba
hablando de Choi Siwon. Esa parte quedaba descartada, pero el sentir como
aquella esencia que pertenecía a Siwon escurría de su entrada por en medio de
sus piernas, le hizo sentir la pertenencia del menor. Lo había poseído, hecho
suyo y marcado su interior, varias veces por la gran cantidad que salía entre
sus piernas.
Heechul volvió a
chillar, esta vez de rabia.
—
Unas tijeras… por aquí debe haber unas tijeras. No en balde es un hotel
de cinco estrellas. – Heechul estaba seguro que Siwon es quien los había
llevado hasta el hotel donde se encontraban, por el lujo rondándolo por donde
quiera que mirara —. ¡Yo si se lo corto! Debe haber algunas tijeras por aquí.
Como pudo, salió de
la recamara hacia la sala de estar, revolvió todo sin embargo no encontró nada
con que pudiera cortar. Al menos por esta vez, la hombría de su dongsaeng
estaba a salvo.
Cuando regresó
nuevamente a la recamara, la vista chocante que le devolvió el gran espejo al
lado de una puerta que supuso era el baño; aquella dureza golpeo sus ojos
tomándolo por sorpresa. Había dicho que no deseaba verse, sin embargo lo hizo.
Sus labios se encontraban hinchados y la pequeña herida que había sentido
antes, claramente se trataba de una mordida. Sus hombros lucían chupetones y ni
que decir de su cuello, podía ver chupones por su clavícula también. Y más
abajo, unos grandes dedos marcados sobre sus caderas, las manos de Siwon
obviamente. No miró más abajo, estaba seguro de lo que vería, pues su dureza
rebotaba sobre su vientre al caminar. No entendí como podía estar duro en ese
momento.
Se estremeció al
darse cuenta que Siwon era el causante de eso. Los labios del menor, sus manos,
su cuerpo y eso que lo taladro, le hicieron aquello. Estaba marcado, no
recordaba y no estaba muy seguro de lo que sentiría cuando lograra despertar. Y
para colmo, su cuerpo al parecer si recordaba, por esa erección comenzaba
anotarse debajo de la sabana que lo cubría.
“Mierda”
De nuevo comenzó a
escuchar su celular, por fin pudo verlo, se encontraba en el buró al lado de
Siwon. Fue lo más rápido que su cuerpo le permitía pero no logro llegar a
contestar. Regreso sus pasos lentamente hacia la parte de la gran cama que se
hallaba desocupada, comenzaba a dolerle todo y no era exagerado, en la cama
podían verse restos de semen y sangre, que daban cuenta que lo sucedido sobre
esa cama fue algo más que un simple revolcón. Una sola vez no habría causado
todo lo que su cuerpo sentía en ese momento.
Heechul se sentó
nuevamente a la orilla de esta en el mismo lugar donde pensó que había sido
secuestrado y violado antes de saber que la persona que se encontraba a su lado
era Choi Siwon. ¿Y que si había sido su dongsaeng? Pudo haberlo secuestrado y
violado también aprovechando que estaba ebrio. Sin embargo conociendo lo recto
que era, Heechul no se lo creía del todo, podía pensarlo de cualquiera menos de
Siwon. A él le iban las chicas. Al menos es lo que sabía de sus preferencias.
Comenzó a recordar lo
mucho que le costó convencerlo de aquel beso, el menor no quería, alegaba que
era extraño besar a un hombre además de incorrecto. No iba a poder ver a su
hyung de igual forma de nuevo. Pero siendo su hyung favorito, al final Siwon
cedió e hizo lo que Heechul quiso en esa presentación y después de eso, su
relación pareció mejorar. El menor lo abrazaba constantemente y le daba mimos
soportado sus malos estados a veces, pero nunca le insinuó nada más.
“Entonces, no entiendo, como fue que terminamos enredados en esto”
Sus sesos trabajaban
a marchas forzadas tratando de encontrar una explicación. Pero no la había. Resignado
se puso a ver su celular. Tenía más de veinte llamadas perdidas de Leeteuk,
once del manager Prince, veinte más de Hyukjae, nueve más de otro manager e
incluso, algunas desde la oficina de Sooman, sin contar todas las que tenia de
Donghae, Kangin y Ryeowook, sus compañeros de cuarto.
“¿Se habrán dado cuenta que desaparecí con Siwon?”
Se dispuso a leer los
mensajes, de esa forma sabría el porqué de la insistencia de los miembros y
quizás entre ellos hubiera alguna pista de lo que pasó entre Siwon y él. ¿En
quien confiar? Por supuesto manager Prince fue el elegido. Abrió la
bandeja de mensajes de su celular y se dispuso a leer lo que decían:
“Para empezar, borren todo eso que subieron a twitter, instagram,
facebook y weibo, háganlo antes de que comience a esparcirse la noticia” – último mensaje manager Prince
5:50 am.
¿Qué era aquello?
Heechul no entendía nada, ¿Habrían hackeado sus cuentas? Esa era una
posibilidad, ¿todas? Aquello era demasiado. Recorrió un poco más los mensajes
de manager Prince, tratando de encontrar sentido a sus palabras.
“¿Desde cuándo ustedes dos tienen sentimientos mutuos? Ni siquiera yo
sabía que salían.” –mensaje de manager Prince 5:35 am.
“Felicidades hyung, jamás pensé que Siwonie y tú hicieran esto, son un
ejemplo para Hyukie y para mí. Trataremos de ser fuertes y hacer lo mismo.
Fighting hyung! Los apoyaremos su decisión.” “No hagan caso a Jungsoo hyung, él
está preocupado por ustedes, en el fondo siempre los apoyará.” – último mensaje de Donghae.
“Comuníquense conmigo inmediatamente” “¿Dónde diablos están?” “Donde los
encuentre los mato”… — y las amenazas de Jungsoo aumentaban conforme los mensajes
avanzaban.
Oh, oh. Aquello le
ampliaba un poco más la duda, más bien no quería pensar en las muchas
posibilidades que aquellas cortas y desesperadas frases, le decías que lo
sucedido en ese cuarto de hotel ya no era secreto.
“¿Qué habían hecho?”
Bingo… esa era la
pregunta correcta. Con dedos temblorosos, Heechul accedió a su página en
twitter, al inicio se dio cuenta que todos hablaban de Siwon y él, una que otra
foto, pero ni una le llamó la atención hasta que alguien más retuiteo uno de
sus tuits. En ese tuit, una foto de Siwon y él mostrando un par de anillos en
sus dedos, con un texto que él mismo había escrito: “Estamos
comprometidos. Nos hemos comprometido, haremos el sichul real. Deséennos
suerte.” Heechul estaba seguro que había sido él, pues aquella foto,
eran su mano y la de Siwon, hasta podía verse su dedo tomando la foto desde
su celular y al fondo el piso de ese hotel.
Rápidamente su mirada
se dirigió hasta su mano izquierda, la cual levanto hasta quedar frente a su
rostro, un hermoso anillo liso de oro adornaba su dedo anular.
Entró en el álbum de
fotos de su celular, no tardó mucho en encontrar lo que buscaba, la foto que
vino a su mente. Una foto donde Siwon y él se besaban, sus labios estaban
completamente enredados uno con el otro. No como esas fotos de broma que ambos
solían tomarse fingiendo besos, este beso de la foto era real.
Un flash alumbró su
mente. Un beso. El calor comenzó a invadir su cuerpo y su rostro, en su mente,
imágenes de aquel beso.
«Siwon lo tenía sostenido de la cintura
y su otra mano posada en su nuca, Heechul lo tenía rodeado del cuello con ambos
brazos. Todavía podía sentir la ansiedad que se acumuló en su estómago durante
ese beso, satisfacción, complemento, todos aquellos sentimientos y sensaciones
que invadieron su cuerpo como un cosquilleo cuando sus labios se juntaron.
Nunca creyó que las mariposas en el estómago podían ser reales, pero con aquel
beso, sí que las había sentido. Al sentir la lengua de Siwon cuando la incitó
con la suya, su mente nubló y lo único que fue capaz de percibir, fue el calor
que emanaban sus cuerpos uno contra el otro, la creciente erección que rozaba
su estómago, algo que lo hizo sentirse deseado; extraño, pues nunca había
estado con un hombre. Y de cómo la calidez de su respiración llenaba sus
sentidos, haciéndolo feliz, pues él provocaba todo aquello en el menor. Con
cada beso, con cada caricia...»
Heechul comenzaba a
recordar, no recordaba aún todo, pero lo poco que se le vino a la mente, fue
suficiente. Lo más difícil para él, era el no sentirse avergonzado por aquellos
recuerdos. Nunca había estado con un hombre, no estaba en contra de eso
tampoco, mucho tiempo estuvo curioso y sabía las técnicas pero, ¡¿Con Siwon?!
¿Debía sucederle con uno de sus compañeros? uno que era muy hetero y exudaba
masculinidad a donde quiera que pasaba. Temía por como Siwon se tomara aquello.
—
¡Estamos jodidos! – grito Heechul agitado, lo que hizo que cayera de la
cama de sentón —. ¡aaaaah! – gritó con aquel golpe, su trasero se dolió más.
—
¡Eh! ¿Qué? – con el ruido Siwon se despertó. Heechul podía ver la
agitación de la cama, se encontraba tirado en el piso y le pareció un buen
lugar para esconderse de su dongsaeng —. ¿Dónde estoy?
—
¡Ay no! – volvía a quejarse.
¿De verdad estaba
sucediéndole esto? Tendría que ser él quien le explicara a Siwon las cosas, el
que lo golpeara con la verdad y el que soportara su primera reacción.
—
Hyung, ¿eres tú? – Heechul podía escuchar a Siwon confundido —. ¿Qué
hacemos en el Lotte Hotel Seúl?
—
¡Aaagh! – otro quejido, al menos conocía el lugar donde estaban.
Heechul se tiró en el
suelo, escondiendo su rostro entre sus manos, sosteniendo la sabana alrededor
de sus caderas. Aquello iba a ser un suplició, su culo seguía doliendo y lo
peor, es que ya tenía 31 años recién cumplidos y se metía en aquel lio.
—
Hyung, ¿Qué haces ahí tirado? – supuso que Siwon ya estaba a su lado,
por la presencia que sentía a su costado —. Ven te ayudo.
—
Aaaagh… — ¿Qué podía decir? Heechul deseaba que la tierra se lo tragara.
Si pensaban que lo
cargaría como princesa, estaban equivocados. Siwon lo tomó por las axilas,
arrastrándolo hasta la cama, haciéndole doler hasta lo que no le dolía. ¿Por
qué no fue más delicado? Cierto, no era una chica, Siwon le estaba dando el
trato a un hombre. Nada de delicadezas o sutilezas, ahora se explicaba todo el
dolor. Pero de esa forma, Heechul pudo ver el anillo que llevaba Siwon en la
misma mano y dedo que él, anillos idénticos.
Heechul se tendió en
la cama y de nuevo ocultó su rostro entre las almohadas, esperando a que Siwon
comenzara atacarlo con preguntas sin respuestas. Que él mismo haya recordado
algunas cosas no le daba todo el panorama de lo que había pasado entre ellos en
aquella cama.
—
Hyung, ¿tuvimos sexo anoche? — de todas las preguntas posibles, Heechul
esperaba que Siwon no recordara tampoco nada del sexo que seguramente tuvieron
y que mucho menos, se diera cuenta que lo habían tenido.
—
Si lo dices por las manchas en las sabanas, ¿si lo tuvimos?
—
No es por eso. – aquella respuesta sí que hizo voltear a Heechul, esta
vez lo hizo con mucho cuidado para no sentir dolor y se le quedo viendo al
menor, Siwon parecía tranquilo —. Cuando suelo tener sexo por las noches, me
levanto con una erección, listo para el matutino.
—
Me estas presumiendo o ¿Qué? — la sonrisa de Siwon le decía que era
sincero.
—
Es solo que no veo a las chicas.
Es por eso que estaba
muy tranquilo, el pobre pensaba que se había follado a una chica y no un chico,
justo como él lo había creído también. Aunque después pensó que había sido
secuestrado y violado. Alguien tenía que decirle a Siwon la verdad, no habiendo
más personas, le tocaba a él por supuesto, decírsela.
—
Simba, no estuvimos con otras chicas. – le dijo todo lo calmado que pudo.
—
Ah ¿no? — la mente de Siwon todavía no ataba cabos.
—
Puedo decirte que, por el dolor que siento en el trasero, que tuvimos
sexo desenfrenado toda la noche y no solo eso, tienes que ver tu celular.
—
Estas diciendo que tuvimos relaciones, tú y yo.
—
Eso mismo.
—
¡Oh!
—
Si, ¡oh! – vio al menor pensar, su rostro tomando distintas tonalidades
hasta que con sus ojos muy abiertos, enfoco su mirada en él.
—
Hyung, ¡abusaste de mí! – gritó Siwon.
—
Mira quien lo dice, tú fuiste quien enterró esa cosa en mi trasero y no
es muy chico que digamos. – gritó también alterado, pero al ver la confusión en
Siwon, trató de tranquilizarse, gritarse mutuamente no los llevaría anda —.
Yo ya pase por esa histeria créeme, no fue violación, más bien creo que fue de
mutuo acuerdo.
—
No puede ser.
—
Lo es, hasta estamos comprometidos, mira. – Heechul le tendió la mano,
mostrándole el anillo que llevaba en su dedo anular —. Tú tienes uno igual. —
Siwon se miró la mano, abrió sus ojos muy grandes al notar el anillo, lo
comparó con el de Heechul, llegando a la conclusión que eran idénticos —. Te
sugiero que comiences a leer los mensajes de tu celular, te vas a dar cuenta
que no miento. – dijo ante el asomo de duda que aún tenía en su rostro el
menor.
Y así lo hizo. Siwon
fue por su celular y comenzó a revisarlo rápidamente, entre más leía sus ojos
se agrandaban más. Su mano libre fue a dar a su boca y la preocupación también
comenzaba a flotar en sus ojos. Heechul estaba seguro que en estos momentos se
estaría preguntando lo mismo que él y preocupado también por las mismas cosas,
¿Cómo saldrían de aquel lio?
—
¿Qué hicimos hyung?
—
Te lo dije. – atino a decir Heechul recostándose boca abajo, no
soportaba estar sentado ni acostado boca arriba.
—
Todos lo saben, al Ceo de la SM no le gustará nada. – Siwon se veía
asustado.
—
Siwon… — como pudo, Heechul alcanzo la mano de Siwon, afortunadamente
este no rechazo su tacto, se habrá sentido muy mal si lo rechazara —. Tú
recuerdas lo que pasó aquí, cuando…
—
No, ni siquiera recuerdo cómo fue que llegamos aquí. — sí,
definitivamente alguien los había drogado e instado a tener sexo entre ellos.
Solo podía sospechar de esas shippers que babeaban por verlos juntos. Aunque
ese pensamiento era muy idiota —. Hyung, recuerdas de quien los chocolates
envinados que tomamos antes de salir de la fiesta. – al parecer Siwon comenzaba
a recordar.
—
De Sungmin, yo también recuerdo la fiesta y como nos robamos esos
chocolates antes de salir.
—
¡Tú tomaste esos chocolates, hyung! – aclaró Siwon.
—
¡Y no te quejaste, hasta te los comiste muy bien cuando te invite! – de
nuevo comenzaban a gritarse —. Dejemos de pelear, quien nos debe una
explicación, es el conejo rosado.
—
Deberíamos ir al departamento, quizás los chicos nos ayuden a recordar
algo más de la fiesta y con eso recordemos que sucedió aquí.
—
¿Tú quieres recordar lo que sucedió aquí Simba? – eso sorprendió a
Heechul.
—
No estoy muy seguro. – respondió sobando su nuca.
—
Vayamos al departamento entonces, alguien debe ayudarnos con lo que
hemos desatado, no sé si podremos salir librados de esto completamente.
Siwon fue el primero
en ocupar la ducha, a pesar lo complicado de la situación, el menor no había
tenido una reacción exagerada. Aunque eso no dejaba tranquilo a Heechul, pues
presentía que algo más había detrás de esa tranquila apariencia del menor.
Seguro de que se preocupaba por la reacción de sus padres al saberse esto,
porque se sabría, habían pasado muchas horas y así borraran todas las fotos que
subieron a sus redes, no sería suficiente.
Después de que le
ayudara a meterse a la ducha, a Heechul le preocupaba el silencio de Siwon, la
fría amabilidad y la seriedad de su comportamiento después de que salió del
baño.
—
Hyung, toma estas pastillas que conseguí, te ayudaran con el dolor. –
Siwon le tendía en sus manos dos pastillas y un vaso con agua.
—
Gracias. – dijo viéndolo ponerse el saco. Siwon ya estaba listo y como
si nada.
Si, definitivamente a
Heechul le estaba preocupando ese cambio en el menor.
Continuara...
Woooooooooow!! Estaa mejoor de lo que esperabaaaa!!! ya quieroo leer el siguientee.... :)
ResponderEliminarASsdfdfgfsdgfd Sichul!!!! OMG!!! Me late que Siwon si recuerda :P esperaré impaciente *w*
ResponderEliminarOMG!!! Que esta pasando por la mente de Siwon?? Que pasara ahora??
ResponderEliminarWooooe gusta, me gusta, me gusta!!! O como diría Kyu me guhsta!!
ResponderEliminarSiwon esta muy tranquilo eso no es normal, conocido como Hee con todo esto, pero es que igual no sólo fueron los chocolates y es que se quisieron bien y bonito. Ahora a esperar saber qué pasa!!! (Si a esperar porque la verdad mis recuerdos son vagos XD )
HeeChul tiene que preocuparse por la tranquilidad de Siwon y va a explotar según vayan recordando y averiguando lo que realmente pasó.. 🤔🤔😍😍
ResponderEliminarjajaja me esta encantando una risas genuinas
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