Por favor, perdóname…
Si me castigan, lo voy
aceptar
Pero él… solamente esta
persona…
Por favor permite
nuestro amor.
…Confession
Una semana había pasado desde lo sucedido en la boda, una semana en las que las familias Choi y Kim derramaron lagrimas por sus hijos perdidos en aquella trágica persecución. A los cuatro días que se confirmaron las sospechas de las muertes de Siwon y Heechul, después de los funerales; Kyuhyun y su madre salieron del país.
En un
principio Kyuhyun se negaba pues estaba muy afectado con la muerte de su
hermano y del que habría sido su esposo. Kyuhyun no dejaba de culparse el no
haber hecho nada más por ayudarlos, esto lo llevo a una depresión el tiempo que
estuvo en Seúl y al comprobar que en verdad su hermano había muerto, supo que
la única manera de encontrar paz y resignación seria al lado de Sungmin, la
persona de la que estaba enamorado.
Llevaba
dos días en ese país, viviendo en una hermosa casa que el señor Choi compró
para que estuvieran más cómodos en su estancia. La casa se encontraba rodeada
por seguridad, pero para Kyuhyun era más fácil salir sin guardia, España estaba
muy lejos de Seúl.
No sabía
si demostrar su felicidad o estaría mal que tan pronto pudiera sonreír si
acababan de sepultar a su hermano. Cuando su padre lo entero que se iría a
España con su madre para protegerlo de todo lo que se vendría en Seúl, se puso
feliz al saber que por fin volvería a ver a Sungmin y ahora si ya no habría
nada ni nadie que los pudiera separar, pero ¿cómo disfrutarlo si estaba rodeado
por dolor en Seúl?
Por eso su
llegada a España fue algo liberador, día con día Kyuhyun no hacía otra cosa
sino recordar a Sungmin, aunque había quedado en que a pesar de todo no se
separarían; aunque para esto tuvieran que ser amantes. Kyuhyun deseaba
compensar todo ese dolor que le había hecho pasar a causa de la boda con
Heechul.
Armado con
todo el amor que en este tiempo aumento por Sungmin, la comprensión que le
mostro cuando le contó que tendría que casarse y acatar las órdenes de su padre
le demostró lo que Sungmin era capaz de hacer por él. Supo cuán grande era su
amor, que en lugar de odiarlo por eso, le dio la oportunidad de poder seguir a
su lado.
Kyuhyun no
había deseado eso para Sungmin, lo amaba demasiado como para haber dejado que
fuera solo su amante. Ahora tendría la oportunidad de reivindicarse con él, por
lo que se dirigió a la universidad donde el mismo Kyuhyun había estudiado y
donde Sungmin seguía estudiando su especialización.
Al llegar
a la dirección pidió ver a Sungmin, lo hicieron pasar al campus. Siendo ex
alumno no fue problema, ya que a los visitantes normales los pasaban a uno de
los salones de visitas donde tenían que esperar, al ser una universidad
exclusiva.
Le
informaron que se encontraba en la cafetería del segundo piso, pues el descanso
estaba a punto de terminar. Mientras caminaba por los pasillos, Kyuhyun se
imaginaba como es que encontraría a su conejito, deseaba ver esa hermosa
sonrisa en sus labios, sus hermosos ojos pardos brillantes y poder abrazarlo;
deseaba ver feliz a Sungmin a pesar de todo lo que había pasado.
Pero no
fue así, bien dicen que se puede desear pero que eso no es seguro de que se te
concederá. Sungmin se encontraba sentado en una de las mesas del balcón de la
cafetería bajo una sombrilla que le cubría un poco del sol, con un libro en
mano, un pastel a medio comer y una malteada a la mitad.
Se le veía
más delgado, un poco más pálido, sus cabellos ahora los lucia en un tono negro más
largo y el cambio más drástico fueron sus ojos ya no reflejaban la alegría que
lo caracterizaba pues ahora estaban vacíos y mostraban unas grandes ojeras. A
Kyuhyun le dio un vuelco el corazón, se odiaba por haber orillado a Sungmin
hasta ese estado.
Cuando al
fin se amor de valor, camino hasta la mesa donde se encontraba Sungmin con el
corazón latiéndole a mil por hora, pues no sabía, no estaba seguro de cómo lo
recibiría Sungmin.
En cambio
Sungmin, realmente no estaba tan interesado en la lectura, sus pensamientos
vagaban hasta Kyuhyun, se atormentaba pensando que ahora estaría casado y que
tendría que enfrentar solo aquello que tanto le asustaba pero que también lo
llenaba de felicidad.
Instintivamente
se llevó una de sus manos a su barriga al sentir como alguien le hizo sombra
sobre el libro que no leía, volteo su rostro mirando hacia arriba y vio a
Kyuhyun.
— ¿Qué haces aquí? – pregunto Sungmin
sorprendido al verlo.
— He venido por ti… - Kyuhyun rodeo los
hombros de Sungmin con sus brazos.
— ¿Dónde está tu esposo? – pregunto
removiéndose del abrazo y mirando fijamente a Kyuhyun.
— No pudo venir… él… — pero Kyuhyun fue
interrumpido.
— Pensé que habrían venido juntos.
Sungmin
habló sin una pizca de tristeza ni ironía, más bien es como si hubiera dicho
sus pensamientos en voz alta.
— No digas eso por favor. – al recordar cómo
había perdido a Siwon y Heechul en aquel accidente, Kyuhyun jalo la silla y se
sentó a un lado de Sungmin.
— Sabes que, no me interesa saber. –
dijo Sungmin al recordar lo que ahora le daba valor y sentido a su vida. — ¿Dime
a que viniste?
— Ya te lo he dicho conejito, vine por
ti para... – repuso Kyuhyun alegremente. — Para cumplir mí promesa. – al decir
esto, Kyuhyun señalo el anillo que anteriormente le había entregado a Sungmin.
— Pero tu padre Kyuhyun, tu esposo… no
entiendo.
— En estos momentos lo que haya dicho mi
padre en el pasado no me interesa. – acariciando el rostro sorprendido de
Sungmin. — Está decidido que esta vez he venido solo por ti y para siempre.
— ¿Ósea que no regresaras a Seúl? –
pregunto Sungmin confundido.
— Solo si tú lo desearas, por mí me
quedaría toda la vida viviendo en España.
— Pero… ¿y tu esposo?
— No tienes por qué preocuparte. –
Kyuhyun sabía que debía decirle lo sucedido con su hermano y Heechul, pero
estaba disfrutando mucho ese momento estando con Sungmin, que todo como iba a
decírselo lo estaba olvidando.
— Pero yo pensé que… —Sungmin titubeaba.
— Nada de lo que pensamos en el pasado
nos acomoda ahora conejito. – y de nuevo Kyuhyun paso sus dedos sobre su
mejilla, sintiendo esa suave piel que tanto recordaba.
— Kyuhyun… — Sungmin se volteo hacia
Kyuhyun tomando sus manos. — Nuestro acuerdo era otro, recuerdas que lo hicimos
por tú bien. – soltó sus manos y se enderezo. — Dedícate a tu familia, yo ahora
no puedo aceptar estar a tu lado de esa manera… más ahora… debo darme mi lugar.
— Maldición Sungmin, crees que tú
sufrimiento, esas ojeras y que estés todo desmejorado es lo que deseo para ti.
– Kyuhyun había levantado la voz y golpeado la mesa, menos mal que ya todos
habían entrado a sus clases. — Ya estoy cansado de que otros decidan por mi
como siempre.
— Pero es que… si tus estas en peligro…
esto no puede ser. Lo mejor es que…
— Todo este tiempo he sido un inmaduro,
un tonto y un inútil considerado en mi familia. – Kyuhyun hablo fríamente— pero
ya no más, estoy dispuesto a correr el riesgo.
— Yo jamás pensé eso de ti. Te amo
Kyuhyun. – Sungmin tomo su mano.
— También te amo. – apresando las manos
de Sungmin con las suyas. — No tienes idea de cómo sufrí y llore por ti, de
todas las noches que me atormente pensando que era tan poca cosa para alguien
tan perfecto como tú.
— No podría pensar eso de ti, porque te
amo. Porque he sufrido como tú, porque Kyuhyun eres lo más importante para mí.
– dijo Sungmin entre sollozos. — Por eso si nuestra relación te pusiera en
peligro, prefiero que no sea así.
— Ahora podemos estar juntos como lo
soñamos conejito. – Kyuhyun limpio algunas lágrimas que brotaban de los ojos de
Sungmin, para después limpiar las suyas. — Ya hice planes para nosotros, ahora
puedo proponerte algo más que mi amor. – Kyuhyun se levantó y se arrodilló a su
lado, con una expresión muy intensa. —
Lee Sungmin, ¿quieres casarte conmigo?
— ¿Cómo? – una vez más Sungmin se
sorprendió.
Él
parpadeó un par de veces, tal vez estaba dormido y soñando todo aquello, pero
al sentir como Kyuhyun tomaba su mano, supo que todo era real.
— Te amo Sungmin, déjame explicarte todo
lo que pasó.
Lo tomo de
la mano recogiendo sus cosas de la mesa, Sungmin solo tomo la malteada que no
se había terminado y ambos se dirigieron hasta el auto de Kyuhyun mientras le
iba contando todo en el camino.
Y así fue
como comenzó a contarle a Sungmin, desde que conoció a quien sería su esposo,
como se enteró que su hermano Siwon se hallaba enamorado de este hasta como le
ayudo para que pudiera acercarse a su prometido.
Cuando
pasó a contarle lo que sucedió el día de la boda y la interrupción de esta. La
cara de Sungmin paso de la preocupación, al horror y finalmente a la tristeza
al enterarse como el hermano de Siwon y quien iba a casarse con Kyuhyun,
Heechul habían muerto en aquel accidente.
Le conto
también que ese era el motivo de que estuviera en España, ponerlo a salvo de
posibles represalias y que no se hallaba solo esta vez. Se encontraban dentro
del auto en un lugar solitario del campus. Un lugar que ambos conocían muy bien
por la frecuencia con que lo visitaban. Por fin salieron palabras de la boca de
Sungmin.
— Al menos tu hermano murió con la
persona que amaba. — murmuro muy bajito Sungmin.
— Para mí eso no es consuelo, lo perdí
Sungmin. – la voz de Kyuhyun tenía un dejo de tristeza. — Sentía que en Seúl no
iba poder superar lo sucedido, te necesitaba… te necesito Sungmin.
— Ellos lo hicieron por amor, – susurro
Sungmin mientras se abrazaba a Kyuhyun— se necesitaban, el amor es la necesidad
de tener a alguien a tu lado, como yo necesito de ti.
— He sido un idiota Sungmin, en el pasado
al no imponerme y darte el lugar que mereces, el mismo lugar que tienes en mi
corazón. – Kyuhyun tomo el rostro de Sungmin entre sus manos— Ahora sé que
enfrentaría al mundo por ti, no deseo terminar como mi hermano y su enamorado.
— Los dos nos encargaremos de enfrentar
al mundo por nuestro amor Kyuhyun. – Sungmin sonreía, pues estaba seguro que
ahora todo sería diferente. Solo una duda habitaba en su corazón— Tus padres
Kyuhyun, ¿ellos me van a querer?
— Mi madre ya te ama Sungmin y está de
acuerdo con lo nuestro. – Kyuhyun sonrió al ver su cara de sorpresa— Al ver mi
necesidad de venir me sincere con ella. Y lo que piense mi padre poco me
importa, tú eres mi dueño conejito. – abrazándose a Sungmin— Si no estamos
juntos, lo demás no importa. No puedo permanecer más tiempo lejos de ti, te amo
demasiado.
A Sungmin
se le llenaron los ojos de lágrimas.
— Me alivia que al menos tu madre lo
sepa, que ya no sea un secreto en tu familia.
— Los que me preocupa, es tu familia
conejito. – Kyuhyun sabía que no iba a ser fácil hacerse perdonar por la
familia real— Ellos no querrán aceptarme de nuevo.
— Mis padres no saben nada de lo
sucedido Kyu… yo no pude decirles. – bajo el rostro al decir esto. — No iba a
soportar que ellos te odiaran.
— Hasta en eso pensaste en mí, – Kyuhyun
levanto el rostro de Sungmin— no merecía tantas consideraciones amor, me
comporte como un patán.
— Estamos en las mismas condiciones
amor, porque yo acepte andar contigo a escondidas, sin presentarme a tus
padres, – alego Sungmin— con qué cara voy a presentarme ahora.
— Con esta misma cara hermosa que
tienes, – sonrió — además me entere que mi madre te habría aceptado desde un
principio, se interesó mucho en esos sesenta y cuatro parientes tuyos para
llegar a la corona. – agrego Kyuhyun divertido.
— ¡Oh, Kyuhyun! Eso da miedo.
— Sabes que tus títulos no significan
nada para mí. – Kyuhyun lo miró directamente a los ojos. — Lo único que me
importa eres tú y que gracias a ti he aprendido que vale la pena arriesgarse.
Por favor, no puedo vivir sin ti. – dijo con un nudo en la garganta. — Por
favor, cásate conmigo.
— Lo haré. – acepto Sungmin con lágrimas
de emoción cayendo sobre sus mejillas. – Kyuhyun me casare contigo.
Los ojos
de Kyuhyun brillaban de felicidad mientras apartaba dulcemente las lágrimas del
rostro de Sungmin.
— Gracias conejito por esta felicidad
que me das, soy el hombre más feliz de la tierra.
Poco a
poco Kyuhyun se fue acercando al rostro de Sungmin, acortando la distancia
entre ellos dentro del auto. Sungmin se veía hermosamente sonrojado por las lágrimas
de felicidad que había derramado, pero sus ojos tenían ese brillo especial que
tanto adoraba otra vez.
Al estar más
cerca, Kyuhyun acaricio sus mejillas con sus labios. Sungmin estaba disfrutando
de las caricias seductoras y a su vez tiernas de las que era objeto. Kyuhyun
continuo depositando besos fugaces por el mentón de Sungmin hasta su cuello lo
que hizo que un pequeño gemido de placer saliera de sus labios.
Kyuhyun al
oír tal sonido salir de los labios de Sungmin, sintió que su cuerpo era
recorrido por un temblor; se dirigió a esos labios entreabiertos que se le
entregaban y con un beso aprovecho para explorar la boca de su ahora prometido.
Sungmin al
sentir la lengua de Kyuhyun rozar su labio inferior con insistencia abrió un poco
más su boca dándole permiso para entrar en ella, mientras Kyuhyun lo tomaba de
la cintura acercándolo a su cuerpo, Sungmin aprovecho para enlazar sus manos
alrededor de su cuello.
Ambos se
saboreaban y se exploraban con sus lenguas después de tanto tiempo de no
hacerlo, era como reconocerse otra vez en esa batalla húmeda que se encontraban
sus bocas. Kyuhyun puso una mano en la mejilla de Sungmin para hacer más
profundo el beso.
Y
entonces, en medio del beso… Sungmin se echó a reír rompiendo el beso.
— ¿De qué te ríes conejito? – pregunto
extrañado Kyuhyun.
— Recordaba… ¿recuerdas lo que intenté
hacer una vez con la malteada?
Kyuhyun
también se echó a reír de buena gana, sabía muy bien a donde quería llegar su
conejito.
— ¿Cómo olvidarlo? – comenzó a reír
Kyuhyun esta vez.
— Veremos si te sigue gustando bebé.
Dirigiéndose
a la entrepierna de Kyuhyun, comenzó a desabrochar su pantalón bajando su
cierre, para terminar liberando su miembro que ya se encontraba semi- erecto.
Los besos entre Sungmin y él, suelen ser suficientes para calentarlos.
Sungmin
tomo un gran sorbo de malteada sin pasársela, se arrodillo sobre su asiento
colocando sus manos en el asiento de Kyuhyun. Después se inclinó hacia delante
y agachó la cabeza deslizando el miembro de Kyuhyun en su boca, sin dejar salir
ni una sola gota de la malteada haciéndolo gemir fuertemente.
— E… eres increíble… conejito. – dijo
con la respiración entrecortada.
La única
vez que Sungmin había intentado hacer eso con una malteada, Kyuhyun había
perdido el control casi inmediatamente terminando en su boca. Aunque esto
ocurrió después de estar una semana sin haber tenido relaciones, ya que el
periodo de exámenes les tenía el tiempo contado. Kyuhyun se recordó que esta
vez fueron meses lejos de él.
De esta
manera Sungmin estaba al mando y eso le gustaba. Sujeto firmemente el miembro
de Kyuhyun con la boca, movió la cabeza arriba y abajo, muy despacio.
— ¡Ah!, esto me gusta Sungmin, pero… -
entonces Kyuhyun con ambas manos lo tomó de la cabeza y lo hizo levantarse — Ven
aquí conejito, no quiero correrme sin antes probarte yo a ti. – se fundieron en
un beso con sabor a malteada.
— Como extrañaba tus besos Kyu. – dijo
para después morderle el labio inferior.
— Esto va a ser un poco incómodo, sabes.
– susurro Kyuhyun.
— No me importa. – Sungmin también lo
deseaba, ser tomado por Kyuhyun de nuevo era lo que más soñaba en todo este
tiempo.
— No traigo protección. – volvió Kyuhyun
hablar en el beso.
— Ya no es necesaria…
Entonces
en la mente de Kyuhyun se desato una alarma, Sungmin siempre había sido
cuidadoso con la protección pues no deseaba quedar en estado antes de casarse,
como lo dictaba el protocolo y los valores de la familia real.
— Conejito, ¿es por lo que estoy
pensando? – separando a Sungmin de su cuello para observar sus ojos.
— Ajá. – dijo un Sungmin sonriente – Vas
a ser papá
— ¿Desde cuándo lo sabes? – Kyuhyun
tenía muy abiertos sus ojos.
— Unos días después que regrese a
España, no podía decírtelo en ese momento pero tampoco te lo iba a ocultar.
— ¿Tus padres lo saben conejito?
Aunque no
le importaba en absoluto a Kyuhyun, si el mundo se volvía en su contra el
protegería a Sungmin y su bebé, pero sabía muy bien que su novio amaba a su
familia, sufriría mucho su rechazo.
— No lo saben… no he tenido el valor,
pensé en huir de casa antes de decírselos.
— Ojala hubiéramos hecho las cosas
diferentes amor. – Kyuhyun abrazo el cuerpo de Sungmin, este se encontraba
arrodillado encima del asiento, por lo que Kyuhyun coloco su cabeza en el
vientre de Sungmin — Pero no puedo negarte que soy muy feliz al saber que
seremos padres, enfrentaremos a tu familia, haremos que nos perdonen amándonos
mucho y siendo un ejemplo para nuestro hijo. – levanto su rostro para observar
a Sungmin, en la mirada de este pudo notar la pregunta que rondaba su cabeza —
Mis padres serán felices con la noticia conejito, ellos te amaran.
— ¡Oh, Kyuhyun! Estaba muy asustado. –
Sungmin se lanzó al cuello de Kyuhyun abrazándolo, aspiró la fragancia que
expedía su cuerpo que tan bien recordaba y eso le basto para excitarlo — Te he
echado tanto de menos… - susurró, bajando con su boca por el cuello hasta su
manzana de adán.
— Y yo a ti conejito. — respondió
Kyuhyun.
Este
acarició su espalda, no sabía cómo había podido sobrevivir tanto tiempo sin
hacer eso, sin poder acariciarlo y sentir su calor. Entonces con prisa y sin
cautela, desabrocho la camisa de Sungmin, afortunadamente los botones de esta
resistieron, deslizo su lengua sintiendo cómo le endurecía el pezón al mismo
tiempo que deslizaba su mano entre sus muslos, con sus labios comenzó a
acariciarle el rostro, sus manos acariciaban el cuerpo de Sungmin como solo él
sabía hacer y el placer fue casi insoportable.
— Conejito, perdóname. – alargo una de
sus manos hacia el sillón recostándolo completamente, se colocó encima de Sungmin
posicionándose entre sus piernas — Hubiera querido ir más despacio, pero…
Desabrocho
los pantalones de Sungmin para después quitárselos completamente junto con su
ropa interior, lo agarró por las caderas y lo hizo acercarse más. Al notar la brillante
mirada de su novio y su tez sonrojada, Kyuhyun recordó que ahora llevaba una
vida dentro.
— Pero… ¿no le haré daño al bebé?
— No Kyuhyun, nuestro bebé está bien
protegido y su appa está sano, ambos lo estamos. El doctor me ha dicho que no
corremos peligro si deseamos tener intimidad. – al decir esto Sungmin se
sonrojo mucho más, pues había sido una de las cosas que pregunto en primer
lugar — Yo lo necesito tanto como tú.
— De ahora en adelante iré contigo a
esas visitas al doctor. – Kyuhyun tenía el ceño fruncido, señal de que no
estaba muy seguro.
— Solo trata de ser cuidadoso y no
pasara nada, por favor Kyu… te deseo. – Sungmin se veía tan sexy, con una mano
cruzada sobre su abdomen, mientras la otra tomaba su miembro erguido y
comenzaba a masturbar.
Eso
Kyuhyun no lo pudo resistir, se internó en la cálida cavidad de su novio, suave
y lentamente, tratando de hacerle el menor daño posible.
— Pensaba… que nunca… te tendría… oh,
Kyuhyun… — soltó un gemido ahogado.
Para ambos
fue como subir al Cielo. Sungmin lo rodeó con las piernas, manteniéndolo dentro
de él para sentirlo dentro todo lo posible. No había sensación parecida, pues
el embarazo lo hacía más sensible y más deseoso a todo. Nadie podría colmar su
deseo de aquella manera, solo Kyuhyun.
— Me encanta estar dentro de ti. – le
susurró Kyuhyun al oído.
— Y a mí tenerte así.
— Tal vez, si nos quedamos muy quietos,
podamos estar así durante un rato y alargar este momento. — sugirió Kyuhyun
mordiéndole el lóbulo de la oreja — ¿Crees que podríamos?
— ¡No! No lo resistiría, por favor
Kyuhyun… ¡hazlo! – en la voz de Sungmin se podía notar su urgencia, tenía a
Kyuhyun entre sus piernas y este no se movía, cuando deseaba que se moviera — Por
favor… el embarazo… las hormonas… ¡muévete¡ - le ordenó.
— No es verdad, tú siempre has sido así
de impaciente conejito. ¿Y si hago esto? - preguntó Kyuhyun moviendo sus
caderas en círculos.
El
movimiento era suave, pero devastador y sofocante. Sus pechos se rozaban
ligeramente y sus labios apenas se tocaban.
— ¿Qué te parece? – por respuesta, Sungmin
gimió y arqueo su espalda.
— Me estas… volviendo loco… Kyu ¡ah!… —
grito y comenzó a jadear con fuerza sintiendo muy cerca el clímax.
Con una
sola embestida más, llevó a Sungmin al orgasmo más explosivo que jamás hubiera
tenido. Meses de frustración, deseo y abstinencia llegaron a su fin en una
explosión de placer. Sungmin gritó su nombre y se aferraba a sus hombros.
Kyuhyun
siguió moviéndose, más rápido pero sin ser brusco en sus movimientos, jadeaba
en busca de aire y al sentir como Sungmin le apresaba, una violenta sacudida lo
invadió avisándole su propio orgasmo, quedando tendido a un lado del otro sin
aplastarlo.
Su rostro
descansaba en el cuello de Sungmin, este ya respiraba más tranquilo y el
comenzaba a tomar oxigeno nuevamente.
— Todo será mucho mejor ahora conejito.
– se abrazó al cuerpo de Sungmin, posando protectoramente su mano donde sabia
se encontraba el pequeño fruto de su amor.
— Te creo Kyu… - murmuró Sungmin
volteándose y abrazándolo con fuerza. — También creo que todo ira mucho mejor,
teniéndote a ti y a nuestro bebé nada más me importa.
Continuará...
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