Por encima de los buenos
recuerdos
En esta noche, esta
noche
Cálidamente…
Las estrellas están
brillando.
…Bye Bye Sea
La pequeña ceremonia se realizó sin contratiempos, ambos novios dieron el sí en medio de aplausos, hasta que el esperado grito de “beso, beso” sucedió. Sellando así el pacto de amor entre los dos.
El vuelo
de Heechul y Siwon salía a mediodía, por lo que tenían que despedirse ahora
para recoger el equipaje con la ropa que Jay y Leeteuk les habían conseguido y
cambiarse a una ropa más cómoda, para así llegar al aeropuerto a tiempo. Al día
siguiente ya estarían en ese nuevo país.
— Siwon, Heechul… — gritó Leeteuk
llamando la atención de la pareja de recién casados.
— Ya no se llaman así. – le llamó la
atención Jay – ahora son Rella y Andrew Lee.
Habían
decidido adoptar el apellido del medio hermano de Leeteuk, para que se les
relacionara con él y así formaran una familia. Siéndoles más fácil adaptarse,
además las cuentas bancarias ocultas de ambos, habían pasado a nombre de Lee
Hyukjae. De esta manera todo se facilitaba.
— Es que no me acostumbro a llamarles
por esos nombres, es raro y siento que hablo de personas extrañas. – dijo Leeteuk
cruzándose de brazos — Aún les puedo llamar como quiera, ¿verdad Heechul? –
abrazándose a él.
— Dime como quieras, por ahora. – se
burló Heechul.
— Oye tú también. – se quejó Leeteuk al
ver que su cuñado le daba la razón a medias.
— Es mejor que te acostumbres, no
podemos cometer errores. – Jay era mucho más precavido con todo.
— Este bien, Rella. Al menos el tuyo me
es más familiar.
— Lo sé, no me acostumbro a Andrew. –
ahora era Siwon quien se quejaba, mirando feo a Jay.
— Oye, yo no lo escogí. – se defendió
Jay. – no me podía poner exigente con el papeleo.
— Ya, no te preocupes cuñado. – esta vez
fue Heechul quien intervino y defendió a Jay — Tú hiciste lo que pudiste y te
agradecemos, además… no creo que use ése nombre para Siwon… él siempre será mi
Simba. – y todos comenzaron a reír.
— Ha llegado el vehículo del aeropuerto.
– Changmin se había acercado al grupo junto con Yunho — Está en revisión antes
de dejarle pasar. Tienen veinte minutos.
— Gracias Changmin. – Siwon golpeó su
hombro suavemente — ¿Puedo hablar con ustedes?
— Claro. – contestó Yunho y se separaron
del grupo.
Leeteuk y
Jay extrañados los vieron alejarse un poco, no así Heechul, ya que sonreía y
radiaba felicidad.
— Tenemos mucho que agradecerles a
ambos, tanto como a ustedes. – dijo Heechul a Jay y Leeteuk.
— Entiendo. – Jay no podía decir más
porque aquello era cierto.
— Sin su ayuda no los habríamos
encontrado vivos. – dijo Leeteuk abrazándose instintivamente.
— Dejemos las tristezas atrás Teukie, es
mi boda y mi despedida, no te puedes poner así.
— Hablando de despedidas, ¿quieres que
vaya por sus maletas? Dudo que tengan tiempo para ir y terminarlas. – se
ofreció Jay.
— Simba y yo te lo agradeceríamos mucho.
— Yo te puedo ayudar… — Jay no dejo
continuar a Leeteuk.
— Ustedes tienen mucho que decirse aún,
no te preocupes, yo puedo solo.
— Entonces podemos ocuparnos de cambiar
tu ropa Heechul. – sonrió Leeteuk.
Siwon y
Jay ya habían tenido esta charla la noche anterior, había escapado de Jungmo
con una muy convincente mentira y pudo venir a despedirse como era debido de
él. Ya que como le había dicho al mismo Siwon, hoy seria todo maratónico y
seguramente no tendrían tiempo.
*****
Jay
caminaba internándose en las instalaciones de la embajada en busca de las
maletas, pasando a un lado por el grupo que formaba Siwon, Yunho y Changmin.
Siwon lo vio pasar interrumpiéndose por un momento.
— Sin ustedes… - continúo Siwon — No lo
habríamos logrado.
— Todo el mérito es de Changmin – Yunho
pasó su brazo por la cintura de este haciéndolo sonrojar por la acción y las
palabras — Por traernos acá y darnos el asilo que necesitábamos.
— Claro que no, tú hiciste mucho
también, Yunho. Aún recuerdo como querías exponer tu vida para sacar de ese
auto en llamas a Siwon y Heechul. – de sólo recordar Changmin se estremecía.
— Es cierto, Yunho arriesgaste tu vida
por nosotros y eso con nada puedo pagártelo. Gracias. – Siwon ofreció su mano a
Yunho y este la estrecho con gusto.
— Nada de agradecimientos, aquí todos
nos salvamos mutuamente. – Changmin y Siwon sonrieron porque sabían que
significaban también esas palabras para Yunho.
— Y tú Changmin, que sin conocernos nos
ayudaste, gracias. – Changmin y Siwon se abrazaron cálidamente — Aunque me da
un poco de pena que por nuestra culpa hayas perdido tu posición en la embajada
y tengas que regresar a Japón.
Al
instante Changmin se puso tenso, sabía que Yunho había escuchado estas
palabras, las cuales se las había ocultado para decírselas en un mejor momento.
Después de unos abrazos más de despedida, Siwon se disculpó para retirarse para
cambiarse y ayudar a Jay con su equipaje.
— Ha llegado el momento. – dijo Leeteuk
algo triste — Debemos despedirnos.
— Por ahora. – Heechul trató de sonreír
— Recuerda que me has prometido visitarnos con los niños.
— Claro que lo haré, te lo prometí. Y tú
has prometido regresar cuando puedas decir la verdad.
— Gracias por aceptar estar a mi lado. –
Heechul se lanzó a los brazos de Leeteuk, envolviéndose en un fuerte abrazo — Y
disculpa por hacerte traicionar a mi hermano al decirle mentiras.
— Sólo por ti lo haría, Heechul.
Permanecieron
un rato abrazados, mientras Leeteuk acariciaba sus cabellos. Después ayudo a
Heechul a cambiar sus ropas y a elegir un abrigo adecuado para el frio que se
enfrentaría. Cuando Heechul estuvo listo, se dispuso hablar con Leeteuk sobre
algo que le inquietaba.
— Sé que me dijiste que ya no eran de mi
incumbencia los negocios de la familia, pero… los Han aún tienen esa estúpida
venganza contra los Kim y seguramente también contra los Choi.
— Ya no es tu lucha… — Heechul no dejó
terminar a Leeteuk.
— Si lo es, porque yo la provoqué, al
incitar de esa manera a los Han.
— ¿Y qué piensas que puedes hacer ahora?
Deja que tus hermanos se ocupen de ése problema, ellos son los más indicados
para esto. – le regañó Leeteuk — Tú debes irte y ocuparte de retomar tu vida.
— No quiero perder a ninguno Teukie… yo…
yo tengo algo que les puede ayudar, pero no quiero afectar a Hangeng. – en el
rostro de Heechul se notaba su indecisión — Él nos ayudó mucho sin importarle
su propia familia. – Leeteuk sólo hizo un gesto de resignación ante las
palabras de su cuñado.
— Dime lo que es y si yo te puedo ayudar
con eso, créeme que las relaciones con los Choi ahora son muy buenas y sabiendo
que Hangeng te ayudó. — Lo animó Leeteuk.
— Tengo información de los negocios de
los Han, la robé hace mucho, cuando fui secuestrado por Hangeng. – recordando
el día en que volvió a ver a Siwon se rio de aquello — Pero también tengo
información confidencial de los Choi y la nuestra.
— Con ésta información ¿podríamos
amenazar a los Han para que nos deje libres de esa venganza? – se aventuró a
preguntar Leeteuk.
— Fácilmente, si es posible. Eso
bastaría para mantenerlos alejados de nuestras familias Teukie.
— Bien, eso se hará entonces, le pediré
a Jay que me ayude con eso. – Heechul le tendió a Leeteuk un papel doblado
donde venían escritas las cuentas donde se encontraba la información — Resultaste
bastante listo Heechul.
— Sólo me protegía de mi padre.
— Lo sé, ¿con esta información es
suficiente? – preguntó Leeteuk curioso.
— Sí, no creo que tengan problema en
encontrarla. Por favor, mantenme informado de todos, sobre todo de mi madre.
— Comprendo, yo lo haré. – se
interrumpieron al ver llegar a Siwon a su lado.
— Ya ha pasado el vehículo del
aeropuerto. – les informaba Siwon — Ryeowook y Pilar ya están listos para irse
también.
— Entonces es hora… — suspiró con algo
de tristeza Heechul
Tener que
dejar su país y los suyos, a pesar de todo el sufrimiento… seguía siendo
difícil de decir adiós. Caminaron en silencio hasta el vehículo que los
llevaría al aeropuerto y ahí se despidieron.
— No nos olviden. – dijo un melancólico
Siwon mientras abrazaba a Jay.
— Imposible hermano. – respondió Jay
mientras se abrazaban.
— Por favor cuida de mis hermanos. – le
pidió Siwon.
— De Jungmo yo me encargo y de Kyuhyun,
el pequeño sabe cuidarse solo. Por cierto, en un mes viajaremos a España. –
confesó de último momento Jay.
— ¿Cómo?
— Kyuhyun lo hizo, se casará con
Sungmin.
— ¿Tan pronto? – dijo un asombrado
Siwon.
— Sungmin está esperando bebé, se
casarán antes que sea evidente el embarazo. – explicó Jay.
— ¿Un bebé? – preguntó Heechul, al haber
escuchado algo de la charla.
— S… sí. – Jay temió haber hecho mal por
la cara triste de Siwon, pero después recordó que Heechul no sabía nada y era
el que importaba que estuviera tranquilo en estos momentos, por lo que se
relajó para no ser evidente.
— Jay de alguna manera hazle llegar
nuestras bendiciones por su próxima boda y su bebé, por favor. – pidió Heechul,
pues no le guardaba rencor a Kyuhyun, su cuñado dentro de todo se había portado
bien con él durante su encierro.
— Dile que dónde estemos, estamos
contentos por su felicidad. – agregó Siwon algo más compuesto — Que cuide a su
familia y… a ese bebé con su vida.
— Se lo haré saber, además yo también
tengo unas cuantas amenazas que decirle. – agregó Jay y comenzaron a reír — ¿Algún
día se lo dirás?
— Lo haré, sólo necesito tiempo para
establecernos y poder salir del país. Recuerda que debemos residir al menos
seis meses en Canadá.
— Cierto.
— Siwon, por favor cuida de Heechul. –
ahora era Leeteuk quien se despedía de él — Y cuando consideres correcto no
olvides decirle la verdad, Heechul merece saberlo.
— ¿Qué tengo que saber? – Heechul había
escuchado su conversación.
— El momento en que deban decir la
verdad de que sobrevivieron al accidente. – Jay tuvo que intervenir, ya que
tanto Siwon como Leeteuk no supieron que decir por la sorpresa.
— Algún día lo haremos Teukie. – Heechul
se abrazó a Leeteuk nuevamente, con algunas lágrimas escapando de sus ojos — Y
ese día esperaremos que todos nos perdonen y sean felices por nosotros.
— Seguramente así será.
Leeteuk
limpió las lágrimas del rostro de Heechul y le dedicó una calurosa despedida,
sin ocultar su decepción por tener que dejarlo ir, pero a su vez sabía que en
mejores manos no podría estar pues Siwon lo protegería con su vida si era
necesario. Jay lo abrazó efusivamente y lo acompañó hasta el vehículo, donde ya
habían apilado las maletas en la parte trasera.
Changmin y
Yunho también se acercaron a despedirse, Heechul les dio a ambos un último beso
y sin palabras les dio las gracias. Se volvió hacia el vehículo, donde la mano
extendida de Siwon ya le esperaba para ayudarle a subir, pues aún no podía
moverse mucho ni esforzarse.
— Cuídense todos, nos volveremos a ver.
– fue la despedida de un sonriente Heechul.
Leeteuk
derramaba algunas lágrimas pero se le veía feliz, Jay sonreía y los despedía
agitando su mano. Yunho y Changmin sostenían sus manos, se miraron y después
miraron al vehículo partir. Finalmente todos comenzarían una nueva vida, junto
con los que se iban dentro de aquel vehículo.
*****
Changmin y
Yunho caminaban por el jardín después de haber despedido a Heechul y Siwon, uno
al lado del otro. Ambos lucían hermosos trajes blancos, pues Leeteuk había
obligado a todos a vestir de esta manera. Yunho caminaba con sus manos en los
bolsillos y Changmin movía sus manos nerviosamente a sus costados.
Iba
nervioso sí, porque sabía lo que venía ahora, lo había estado evitando durante
toda la semana. Dando como pretexto sus informes atrasados y las exigencias de
sus superiores por su presencia. Y cada noche, cuando volvía al lado de Yunho,
lo besaba hasta dejarlo mareado de deseo para que olvidara preguntarle.
Caminaron
un poco más hasta llegar a un lado del pequeño lago artificial, muy alejados de
donde se habían despedido de la pareja de recién casados.
— ¿Por qué no me lo dijiste Min?
— Eso es algo que me concierne sólo a
mí, Yunho. – dijo Changmin sabiendo que aquella respuesta le molestaría.
— Pensé que ya habíamos dejado claro que
todo lo que te concierne me interesa también, cuando hablamos esa noche…
Yunho se
acercó, sujetó por la cintura a Changmin, apretándolo contra él.
— Nada es más importante que tú. –
continuó Yunho.
Changmin
suspiraba pesadamente tratando de contener las lágrimas de felicidad que le
daban aquellas palabras, aún no se acostumbraba del todo a esta nueva faceta en
su relación.
El día en
que ayudó a Siwon y Heechul para reunirse con sus familiares, ése mismo día
había prometido a Yunho que hablarían. Ya no tenía más que hacer por aquellos
dos, pues ya todo estaba hecho, restaba que Jay y Leeteuk les prestaran la
ayuda que necesitaban para salir del país y comenzar su nueva vida.
Ahora era
el momento de pensar en la suya y en Yunho…
*
Ese día sin
querer le alcanzó la noche cuando entraba al cuarto echándole seguro a la
puerta, ahí se encontraba Yunho sosteniendo entre sus manos un libro el cual
hizo a un lado tan sólo ver entrar a Changmin. Al llegar a su lado Yunho le
hizo sentarse sobre la cama, Changmin se sentó encogiendo sus piernas encima de
la cama, entonces Yunho descansó una de sus manos sobre la rodilla de éste.
— Estás aquí. – dijo Yunho.
— Te prometí que hablaríamos, pero no sé
si pueda hacerlo… — comenzó a decir Changmin.
— ¿Por qué no?
Aún no
sabía cómo decirle aquello que le había ocultado todo este tiempo, amaba a
Yunho y temía perderlo por su silencio. Pero si callaba, él mismo no podría con
ese secreto entre los dos, pues no podía engañar a la persona que amaba. Sabía
que tarde o temprano se lo diría, el silencio para Changmin sería el mayor
error en su vida.
Le daba
miedo encarar la reacción de este al decir la verdad, Changmin sabía que le
dolería el alma si no le llegaba a perdonar. Tendría muchos maravillosos
recuerdos que atesoraría cuando no estuviera a su lado, con eso sus días
podrían ser más llevaderos pero, por las noches en la soledad de su cama;
estaba seguro que derramaría muchas lágrimas por lo que pudo ser al lado del
hombre que se había enamorado.
Si no le
perdonaba, tendría que aprender a vivir de esos recuerdos.
Al notar
que el menor no había respondido a su primera pregunta, Yunho continuó con
otra.
— Min, ¿Por qué me elegiste a mí esa
noche en el bar? Había muchos de donde escoger. ¿Por qué yo? – Yunho levantó su
vista y se fijó en los ojos de Changmin, como si pudiera encontrar la respuesta
a sus preguntas en ellos.
— No estoy seguro, porque lo hice
cuando… - guardó silencio por un momento sabía que esto llevaría a la verdad,
Changmin agarró valor y continuó — Cuando te vi me pasó algo, te vi llorar en
esa mesa por él y entonces no pude hacer lo que tenía pensado… mi corazón no
tardó en saber que eras tú, la persona que lo ocuparía por completo.
— Min… tú me tuviste lastima. – afirmó.
— No, nada de eso. Simplemente que tus
lágrimas me hicieron saber que, no podría encontrar otra persona que amara tan
profundamente como tú. Y en todo este tiempo nada me ha hecho cambiar de
opinión desde esa noche. Pero quizás…
— ¿Quizás?
— Eso que tanto valoré en ti en un
principio, también fue mi perdición. Porque jamás pude sacarlo de tu corazón… —
Changmin fue interrumpido.
Yunho
buscó sus labios con un beso de increíble dulzura. Changmin se mantuvo rígido
por un momento, sin ceder. Pero al sentir el roce de su lengua, el calor de sus
manos apretando sus hombros acercándolo, se dejó llevar correspondiendo el
beso. Hasta que Yunho lo interrumpió para hablar.
— Sé que he sido muy tonto todo este
tiempo, te hice sufrir y te hice llorar, cuando lo que más deseaba era que tú
no padecieras el sufrimiento que mi corazón confundido sentía en ese momento.
Por fin me he dado cuenta que no puedo vivir sin ti, no tengo más dudas de que
te amo…
Una mirada
decidida por parte de Yunho se volvió a clavar en los ojos de Changmin, suspiró
lentamente, esperaba que creyera lo siguiente que estaba por decirle.
— Y la prueba más grande que puedo
ofrecerte de mi amor, es quedarme junto a ti por siempre y pedirte que te cases
conmigo Min.
— No digas tonterías. – sorprendido, fue
lo único que Changmin pudo pronunciar.
— Lo digo en serio. – dijo Yunho — Por
ahora no tengo nada que ofrecerte, pero tengo muchas ganas y fuerzas para
trabajar, darte una vida confortable como mereces.
Parecía
hablar completamente en serio, pero Changmin se negaba a creerlo.
— No es posible Yunho, cuando sepas…
prefiero que nos despidamos así, sin rencores ni odios, por favor. – rogó
Changmin.
Sus
propias palabras le provocaron una punzada de desaliento al propio Changmin. Le
estaba diciendo que no a su felicidad, adiós al amor de su vida. Su corazón se
sentía desolado tan sólo escuchar su negativa, ¿podría dejarlo ir así sin
luchar? No encontraba el valor para decirlo todo, él nunca fue cobarde pero el
amor nos hace propensos a cometer errores y a sentirnos vulnerables.
De
cualquier forma, con la verdad o sin ella lo perdería, Changmin comprendió de
inmediato que no deseaba que las cosas acabaran así, y que el mayor dolor seria
el alejarlo de su lado sin volver a verlo; que más daba decirle la verdad y que
él decidiera. Yunho le apretó la mano llamando su atención. Changmin vio cómo
se iluminaba su rostro lleno de amor, algo que no comprendía en un momento como
ése, que para él, estaba lleno de tristeza.
— No dejaré que te vayas de mi lado. –
le aseguró Yunho. – así tenga que amar sólo yo en ésta relación.
— No digas eso. – dijo Changmin
defendiéndose. – sabes que te amo.
— Pero no es suficiente, ¿verdad? Tienes
secretos que te persiguen y yo no te doy la suficiente confianza de que puedas
hablarme con la verdad, tal vez podría ayudarte, pero tu silencio es algo que no
consigo vencer.
Changmin
asintió con la cabeza, pues no podía negarlo. Debía decirlo todo y asumir lo
que iba a suceder.
— Escucha, mi amor. – dijo Yunho
sujetándolo firmemente por los hombros — Pensaba al igual que tú, que no
merecía una oportunidad contigo porque traicionaba un recuerdo. ¿Esto es
verdad?
Vio como
sólo asentía con la cabeza, después acarició levemente la mejilla de Changmin.
— Tú mismo te diste cuenta por todo el
tormento que pasé intentando olvidar a quien ya no estaba conmigo y de paso te
hice sufrir. Ahora que por fin podemos estar juntos y te ofrezco quedarme para
siempre a tu lado, vuelve esa persona a interponerse entre nosotros, pero ya no
por mí, sino por ti.
— ¡Yunho!
A Changmin
le sorprendieron las últimas palabras de Yunho, ¿es que acaso ya lo sabía?
— ¿Qué quieres decir? – preguntó
temerosamente Changmin.
— Que yo también te investigué un poco…
*
Y el
recuerdo de aquella confesión aún hacia estremecer a Changmin. Nunca tuvo tanto
miedo como ese día, ni siquiera en los más difíciles casos que había trabajado
de encubierto.
Continuará...
Oh la historia de Yunmin. Es linda tambien
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