Mi triste figura crece a
la distancia
El cielo de la ciudad es
tan oscuro como mi corazón.
…Bye Bye Sea
Durante
los siguientes días, se realizaron los funerales del sr Kim. Heechul sentía que
todo pasaba tan rápido, en esos días se sintió como en medio de un torbellino.
Toda la familia Kim y parientes cercanos asistieron al funeral, Heechul los
veía desfilar dándoles sus condolencias a sus hermanos y a su madre, pero no a
él.
Para
ellos, él seguía muerto y así debía ser, nadie excepto su familia cercana
sabían la verdad, por su seguridad y la de Siwon.
De lo
único que Heechul sí estuvo muy consiente todo éste tiempo, fue de los momentos
en los que se sintió muy enfermo. Las veces que sujeto al lavabo había devuelto
todo lo comido en un día, las veces que el cansancio lo venció quedándose
dormido en brazos de su esposo y lo había tenido que llevar en brazos hasta su
dormitorio. Con síntomas más frecuentes cada vez.
Y su
estancia en Corea se alargaría mucho más de lo que tenía pensado, pues la noche
después del funeral, Siwon y Heechul decidieron que era momento de regresar
pues ya nada tenían que hacer ahí; la Sra. Kim les informó que aunque Heechul
no tenía que estar presente en la lectura del testamento, sus hermanos y ella
misma deseaban que estuviera presente.
Tanto
Kibum como Kangin, no dejarían desprotegido a su hermano menor, mucho menos
ahora que sabían que estaba vivo. Así tuviera otro nombre, ellos se las
arreglarían para darle lo que le correspondía sobre la fortuna Kim. En cuanto a
dejarle regresar a Canadá, Kangin aún tenía la esperanza de convencerle para
que se quedaran con ellos.
Hasta ése
día, un mes más para ser exactos, Siwon y Heechul tuvieron que alargar su
estancia.
La misma
noche del entierro, Leeteuk acompañaba a Heechul en su cama, se había quedado
dormido tan sólo llegar. Siwon había tenido que ir con sus hermanos, pues aún
tenían muchas cosas pendientes que
aclarar y hablar.
Leeteuk
observaba dormir a su cuñado mientras acariciaba sus cabellos y suspiró
aliviado. Heechul había pasado por muchas cosas malas los últimos tiempos, casi
que era un milagro tenerlo de regreso y a todo su pasado se le unía esta nueva
prueba, que seguramente nada de eso hubiera soportado de no ser por Siwon.
Siwon
entraba en ése momento topándose con la dulce escena, observó a Leeteuk sentado
al borde de la cama alargando su mano para acariciar los dorados cabellos de su
esposo, mientras éste dormía tranquilamente. Parecía tan frágil como un niño,
entonces recordó, todos esos momentos en los que Leeteuk se quedaba a su lado
cuando las pesadillas lo asaltaban.
Tenía
muchas cosas que agradecerle a Leeteuk, el haber cuidado a Rella en los tiempos
en los que él no estuvo a su lado por una estúpida pelea entre sus familias.
— Siwon, llegaste. – dijo Leeteuk al
verlo parado en la puerta.
— ¿Cómo estuvo?
— Suponemos que el cambio en su
alimentación estos días le ha hecho daño, la comida lo hace sentir mal. –
Leeteuk se levantaba de la cama mientras hablaba.
— Gracias Leeteuk.
— No tienes por qué… — pero Siwon le
interrumpió.
— Sí tengo que agradecerte, por haber
estado cerca de Heechul cuando más te necesito. – Siwon lo abrazó. — gracias
por todos esos desvelos a su lado, por quedarte con él.
— Yo también lo amo Siwon, es como un
hermano pequeño para mí. La mejor manera de agradecerme es que le sigas amando
y cuidando como hasta ahora.
— No lo he hecho muy bien. – susurró
Siwon mientras se separaban.
— Supuse que aún no le has dicho la
verdad, Heechul me ha llamado las últimas veces que…
— Él me lo ha dicho. – interrumpió Siwon
– Hemos discutido, he querido decirle pero no he podido.
— Siwon en parte te entiendo, si yo
tuviera la encomienda de hacerle tal revelación sobre esa pérdida que sufrió,
me sería muy difícil. Pero tú eres su pareja, le debes la verdad.
— Tengo que hacerlo, ¿verdad? – Siwon
trataba de convencerse.
— Ha llegado el momento Siwon. Él te
ama, — señalando a un Heechul que dormía plácidamente – Será duro, pero
terminará entendiendo tus razones.
Y así,
Leeteuk abandonó la recamara, dejando a un Siwon bastante pensativo sobre lo
que tenía que hacer. Volteó a ver a su esposo, tendido sólo en la cama sobre
las almohadas. No quiso pensar más esa noche y se tumbó a su lado con cuidado
de no despertarlo, dejando que la tensión lo dejara por completo.
Pronto
comenzó a quedarse dormido y sus ojos se cerraron. Entre sueños, alargó un
brazo por debajo del cuerpo de su esposo para rodearlo con sus brazos por su
espalda. Dormido, Heechul se dio la vuelta boca arriba y se acurrucó junto a
él. Siwon también se movió estando dormido, e inconscientemente lo atrajo más
hacia sí mismo, posando una de sus manos en el cálido vientre de Heechul.
Muy
temprano Siwon se despertó con Heechul acurrucado contra él, lo tenía abrazado
con su hermoso trasero rozando su parte baja; lo que le provocó una inminente
reacción matutina. Intentó separarse, pero temía despertar a Heechul que tenía
su cuerpo entrelazado al suyo.
Estaba
apenado, ¿Cómo era posible que en momentos como ése su cuerpo lo traicionara de
aquella forma? Estaba seguro que Heechul lo último que desearía es hacerlo, con
tantas tristezas y sintiéndose mal, entonces lo sintió moverse entre sus manos.
— Mmmm, buenos días. – murmuro Heechul,
volteándose para besarlo y rodearle el cuello con sus brazos.
Se veía
tan condenadamente sexy como siempre al despertar. Siwon no se resistió más y
lo besó, paso su boca por su mejilla, su barbilla para después tomar su cuello.
Como respuesta, Heechul no se negó a sus acaricias, se arqueó contra él y
emitió un gemido parecido a un ronroneo de gatito satisfecho.
Las manos
hábiles de Siwon abrieron los botones de su pijama exponiendo su pecho y
después, continúo bajando hasta que su boca alcanzo la punta de una de sus
tetillas, donde se detuvo deleitándose. Con los ojos cerrados, Heechul lo único
que hizo fue suspirar por las caricias que le proporcionaba.
Era
evidente que Siwon ya no podía detenerse, por lo que tomó la otra tetilla de su
esposo entre sus labios y jugueteó lentamente con él. Mientras aún sin
despertar del todo, Heechul recorría el cuerpo de Siwon con sus manos,
intentando levantar la playera que cubría su torso, pues no se había cambiado
para dormir hasta que lo logró.
Siwon se
levantó para terminar de sacarla por encima de su cabeza y volvió a su lado. Y
entonces Heechul pudo pasar a sus manos por la piel de su esposo, recorriéndola
completamente. No supo por qué, pero en ése momento Heechul se sentía tan
caliente, ansioso, preparado y deseoso para lo que venía.
Sus bocas
se juntaron nuevamente en un beso lleno de amor. Las manos de Heechul buscaban
con prontitud sacar el cinturón que no le dejaba abrirle los pantalones hasta
que sus manos temblorosas lograron bajarle el cierre y rozar su hombría.
Mientras las manos de Siwon bajaron un poco los pantalones del pijama de
Heechul, buscando con sus dedos abrirse camino en su entrada.
Estaba
disfrutando mucho con la sensación de los dedos de Siwon, sabia el lugar exacto
donde acariciarlo para provocarle increíbles sensaciones que inundaban todo su
cuerpo, llenándolo de oleadas de calor y deseo en cada parte de su ser. Por
fin, Heechul abrió sus ojos con el rostro inundado de deseo.
Rendido
ante lo que veía y sin esperar más, Siwon levantó la pierna libre de Heechul
subiéndola en su costado y comenzó a penetrarlo suavemente, con todo el cuidado
del que fue consiente para no lastimarlo por la reciente situación que vivía su
esposo, pero también había algo nuevo, más profundo y tierno que inundaba el
acto de poseerse.
Siwon se
movía dentro de él queriendo alcanzar ése punto donde lo enloquecía. Heechul
enredó sus manos en su cuello y se abrió más para él, para que lo penetrara más
profundamente. Pero al hacer esto, sintió cómo algo se movía en su vientre,
justo donde tenía la herida de su accidente y sintió miedo.
Estaba
siendo tratado por Siwon con mucha dulzura embargado de una inexplicable
ternura, como si fueran los últimos minutos que pasarían juntos. Le dieron
ganas de llorar cuando juntos alcanzaron el clímax, como olas de placer, una
tras otra.
Con la
respiración aún agitada, quedaron abrazados uno al lado del otro, Heechul con
su rostro oculto en el pecho de Siwon, pues aún sentía que las ganas de llorar
lo invadirían en cualquier momento. Sin duda habían experimentado algo muy
especial, pues Siwon también se quedó en silencio, con la necesidad de rodearlo
con sus brazos y detener el maravilloso momento.
*****
Ahora que
el funeral había pasado, todos se obligaron a llevar sus vidas normales, pues
ya bastaba de sufrimiento. Además el sr Kim lo había querido de esa forma.
Días
después, las dos familias volvían a reunirse. Kyuhyun y Sungmin pronto
partirían a España, y el menor deseaba estar lo más posible con su hermano;
pues era bien sabido que Heechul aún no estaba preparado para volver a casa de
los Choi, donde paso su encierro y también sufrimiento, mucho menos toparse con
el sr Choi.
Entonces
aquellas visitas a los Kim se volvían una fiesta familiar. Las Sras. de ambas
familias ponían al día sus pláticas, mientras Leeteuk se encargaba de dirigir
todo, los bocadillos, la comida, las bebidas, mantelería… todo. Él gustaba de
revisar aquellos detalles, aunque siempre tenía a su lado a Kangin solícito
para lo que se le ofreciera a su ángel.
Kibum
había atrasado su regreso a China y esperaba la pronta llegada de su esposo
ZhouMi y sus dos bebés. Tranquilamente platicaba con el mayor de los Choi,
Jungmo y Jay le ponían la nota graciosa a las charlas con Kibum y Kangin,
pasando un tiempo muy ameno juntos.
Mientras
tanto, Sungmin y Kyuhyun sentados en la sala veían a un maravillado Heechul que
cargaba al pequeño Minwoo en tanto Siwon acariciaba los cabellos del pequeño.
— Es hermoso, a que sí. – decía Heechul
jugando con las manitos del bebé.
— ¿Qué hora es? – preguntó Sungmin.
— Pasa de medio día. – contestó Siwon.
— Ya es hora de que coma.
— Yo lo hago conejito, es lo que más me
gusta hacer. – Kyuhyun se levantó y tomó en sus brazos a Minwoo.
— Eso, o ¿qué te encanta probar la
papilla de Minwoo? – Siwon y Heechul comenzaron a reír.
— No tengo por qué contestar, ¿verdad
Minwoo? Ahora volvemos.
Pronto
llegó el servicio ofreciéndoles algo de beber, Sungmin tomó un vaso de té
helado, mismo que tomó entre sus manos también Heechul. Pero al empinarlo para
darle un trago, un calor lo fue invadiendo y volvió a sentir las familiares
nauseas brotando de su estómago.
— No, otra vez no. – susurró Heechul,
llevándose una mano a la boca se levantó del sillón y se dirigió al baño más
cercano.
— ¿Qué sucede? – preguntó Siwon
preocupado y al verlo ir al baño lo siguió.
Un rato
después, se encontraban aún en el baño.
— No sé lo que me pasa. – gimió Heechul
agarrándose del lavabo.
— Quizás debería traerte un médico.
— No, eso no.
Si lo
hacía, estaba seguro que Siwon descubriría que ya no tomaba sus medicamentos.
Entonces, trató de recomponer su semblante, mostrarle una mejor cara a su
esposo e inventarse una excusa.
— Seguramente es porque no me desayuné
bien.
— Tienes razón, iré avisar a Leeteuk que
apure el servicio para que comas algo amor. – sugirió Siwon, pero al ver a
Heechul arquearse nuevamente contra el lavabo, dudó en dejarlo solo. – Será
mejor que no te deje solo.
— No te preocupes Siwon, has lo que
tengas que hacer, yo lo cuidaré. – Sungmin entraba al baño donde se encontraban
con un vaso en las manos que parecía tener un jugo.
Sungmin no
había perdido de vista a Heechul desde que lo vio llegar. Vio como éste puso
cara de desagrado cuando le ofrecieron el té; su expresión había sido como si
le hubieran ofrecido la cosa más horrible y mal oliente del mundo. Eso unido a
su desmejorado semblante, creyó conveniente ir en su ayuda y en la de Siwon.
— ¿Estarás Bien? – Heechul asintió –
Gracias Sungmin.
Cuando
Siwon se hubo alejado por el pasillo hasta la cocina. Heechul levantó el rostro
del lavabo, estaba más pálido de lo normal y comenzó a sentirse mareado. De no
haber tenido a Sungmin a su lado, seguramente habría caído al piso, pues él lo
sostuvo hasta sentarlo sobre el inodoro cerrado.
Para esos
momentos, Sungmin era todo tranquilidad.
— Bebé esto. – le ofreció Sungmin el
vaso con la bebida que llevaba en sus manos. – Deberá hacerte sentir mejor.
— Seguramente es porque no he comido lo
suficiente.
— Seguramente. – dijo Sungmin viéndolo beberse
por completo el contenido del vaso. — ¿Te sientes mejor?
— Sí, gracias. – Heechul respondió
mirando el vaso. – Esto es mágico, ¿Qué es?
— ¿Desde cuándo tienes las molestias? –
Sungmin le respondió con otra pregunta.
— Días después que me enteré sobre mi
padre y que teníamos que viajar. — Comentó Heechul. – Comencé a sentirme
enfermo todo el tiempo, mucho más por las mañanas.
— ¿No me digas? – Sungmin preguntaba
mirándolo atentamente sacando sus propias conclusiones. — ¿Has ido al médico
para que te revise?
— No, no creo estar realmente enfermo. –
Heechul palideció un poco más por lo que iba a decir. – Quizás sea mi culpa
sentirme mal.
— ¿Cómo?
— Hace tiempo que no tomo mis
medicamentos y… y Siwon no lo sabe, seguro que es sólo consecuencia de mi
descuido y aunado al estrés.
— Yo sé que sufriste un feo accidente,
pero eso fue hace un poco más de un año. ¿No se te ha ocurrido que puede ser
otra cosa? – preguntó Sungmin.
— ¿A qué te refieres? – replicó Heechul,
mirándolo un poco desconcertado.
— Bueno, eso que te di a beber es un
menjurje que mi mamá hacía cuando me daban las náuseas matutinas. – Sungmin
dulcificó su semblante, ante un nervioso Heechul. – Sólo eso calmaba mis
nauseas, que eran terribles. Minwoo me las provocaba muy a menudo.
— Estas diciendo que…
— Los primeros meses de mi embarazo
fueron terribles, me adelgacé, palidecí y todo lo devolvía. Sólo el jugo, no me
preguntes qué contiene porque terminarías devolviéndolo; pero te asienta bien
el estómago y te quita las náuseas por arte de magia.
— ¡¿Quieres decir que puedo estar
embarazado?!
— Bueno, estás casado, Siwon y tú pues….
– murmuró Sungmin a un sonrojado Heechul – O es eso o en verdad deberías ir a
un médico, pero estoy seguro que es lo primero.
— ¡Oh dios mío! – exclamó Heechul, no se
le hubiera ocurrido algo así.
Preocupado
como estaba por el hecho de haber dejado sus medicamentos y luego lo sucedido
con su padre. Que aún deseándolo, ignoró todos los síntomas. De repente,
estalló en lágrimas y Sungmin lo abrazó.
— Esto podría ser maravilloso. – Heechul
llevó sus manos a su vientre y ahora que le ponía más atención, estaba un poco
abultado. No podía parar sus lágrimas al pensar en eso.
— Eres de los llorones. Yo fui del tipo ninfómano.
– dijo pícaramente Sungmin.
— Llevo días sintiéndome así, y pensé
que era normal. – sonrió por primera vez Heechul desde que comenzó a platicar.
– Leeteuk dormía en pleno acto cuando estaba embarazado. – y ambos comenzaron a
reír.
— Bueno, me alegro que hayas dejado de
llorar. Si realmente estás embarazado no le harás ningún bien a tu bebé, él
puede sentir todo desde que ha sido concebido.
— ¿De verdad? – preguntó un incrédulo
Heechul.
— Sí. Y si yo fuera tú, iría enseguida a
visitar a mi médico de confianza. Debe revisarte, valorar de cuántos meses
estás y darte un montón de vitaminas para que tu bebé crezca sano, así tú no te
sentirás tan débil y cansado.
Sungmin
tenía razón y el único medico en quien confiaría estaba a miles de kilómetros
de Corea, pues sabía su historial médico. A su mente vino la doctora Gynka, la
misma que lo había atendido cuando sufrió el accidente. No podría confiar en
nadie más que ella, pues era la que estaba mejor enterada de su salud y en esos
momentos no se le ocurría poder acudir con alguien más.
Ya lo
tenía decidido, más tarde llamaría y pediría hablar con ella, que le pudiera
conceder una cita era lo mejor que podría pasarle en estos momentos, y así
aliviar sus dudas. Estaba un poco asustado, no sabía cómo iba a tomar la
noticia Siwon después de todas aquellas peleas, ésa era otra de las cosas que
lo preocupaban.
Pero
primero se aseguraría de que el bebé y él estuvieran bien. Le rogó a Sungmin
que le guardara el secreto, alegándole que deseaba estar seguro. Y aunque
estaba un poco renuente, Sungmin terminó por prometérselo.
******
A la
mañana siguiente, Heechul se escabullía de su familia y de Siwon. Al salir de
casa, se dio cuenta que aún vestía de negro, inconscientemente agarró lo primero
que tuvo a mano. En esos momentos, traía ropa muy holgada que le hacía sentir
cómodo.
El día
anterior había obtenido una cita con la doctora Gynka, quien lo recibiría en el
hospital de la embajada Japonesa. De nuevo gracias a que ella aún lo recordaba
y daba órdenes para que lo dejaran pasar sin problemas, es que pudo ingresar
sin mucho esfuerzo.
Al estar
frente a las puertas de la pequeña clínica, Heechul se estremeció, sintiendo un
frío recorrer su cuerpo al recordar la forma en que entró la última vez. Una
parte de él estaba feliz porque se cumpliría su deseo de ser padre, pero la
otra parte, sabía que había sido un irresponsable por dejar de tomarse su
medicamento y ésa parte, estaba hecho un torbellino de confusión y
culpabilidad.
Entro a paso
lento hasta la recepción, nada adentro cambió; quizás sólo las paredes que
parecían recién pintadas. Preguntó por la doctora Gynka y le indicaron en qué
puerta se encontraba, pues recordó que no era muy grande aquel lugar.
Al llegar
a la puerta indicada, se dio cuenta que era el consultorio de ultrasonido.
Quizás la doctora no tenía otro lugar donde recibirlo, por eso lo hacía en ése
lugar. Después de tocar y que un “adelante” le diera la indicación de pasar por
parte de la doctora, Heechul entró.
— Hola, Sr. Lee. – le saludo la doctora
Gynka, que no había cambiado mucho. — ¿Cómo ha estado? – Heechul se acercó para
abrazarla.
— Hasta ahora bien, gracias.
— Debe disculparme que le reciba aquí,
pero tengo un caso de urgencia y debo terminar de revisar unos diagnósticos. Y
a esta hora, no hay lugar más tranquilo que éste. – sonrió disculpándose.
— No se preocupe. Debería disculparme
usted a mí por robarle su tiempo de ésta manera.
— No es nada, dígame ¿Por qué me pidió
una cita tan urgente? ¿Sucedió algo con su herida?
Heechul
comenzó a sentirse extrañamente nervioso, aún sin imaginar lo que estaba por
descubrir.
Continuará...
Ohhh no Hee se va enterar y no por Siwon
ResponderEliminarOh rayos siwon. Por no decir nada se enterar hee a una manera casi no grata. 😣😣😣
ResponderEliminar