Dongho y
Minki habían comenzado alejarse cada vez más y más uno del otro mucho antes que
todo esto sucediera. Al principio tal vez por la presión de un grupo que se
desmoronaba. Después el programa que sería su última oportunidad, el no poder
demostrar su afecto frente a otros durante mucho tiempo, y finalmente, al menos
por parte de Dongho, por seguir a aquel por quien su loco corazón comenzaba a
latir aceleradamente.
Antes ya
se había fijado en Jonghyun, siendo un líder estaba lleno de carisma y talento,
pero a Dongho fue otra cosa que llamó su atención. Su personalidad gamer y
extraña, la dulzura con la que les hablaba aunque frente a las cámaras
intentara ocultar, lo hermoso de su sonrisa y su tierna mirada, la valentía con
que enfrentaba cada uno de los problemas del grupo en los últimos años.
Ahora que
todo eso había cambiado, el verdadero Jonghyun ya no se ocultaba más, se
mostraba tal y como ellos lo conocían al mundo.
Y el mundo
comenzaba amarlo también.
El lado
protector de Dongho surgió desde entonces, empeñado a proteger el dulce y
confiado corazón de su líder, y se imaginó cuidándolo de todas las formas
posibles. Que pensándolo mejor con cabeza fría, siempre ha sido de la idea de
cuidar de Jonghyun, todos en el grupo lo hacían aunque no de manera evidente, pues
de eso se encargaba Minhyun con quien Jonghyun estaba involucrado. Qué a su regreso se le veía más enamorado de él.
Días
después Dongho había regresado al departamento junto a sus compañeros, la presión sobre sus hombros se había
aliviado, los problemas parecían desaparecer y las buenas noticias aumentar. Por
fin podía centrarse en lo importante, su corazón.
Lo primero
que haría sería buscar a Minki, por lo que tuvo que ir a su habitación, ya que
estaba seguro que él no vendría a la suya. Había pasado mucho tiempo desde que lo había hecho para dormir juntos.
Ni siquiera se detuvo a tocar para entrar, pues por la hora seguramente estaría dormido. Al entrar, lo primero que vio fue a Minki acostado en su cama y enredado en las cobijas hasta la cabeza, una imagen tierna y tentadora. Dongho recordaba haberlo encontrado muchas veces de aquella forma pero sobre su propia cama.
Ni siquiera se detuvo a tocar para entrar, pues por la hora seguramente estaría dormido. Al entrar, lo primero que vio fue a Minki acostado en su cama y enredado en las cobijas hasta la cabeza, una imagen tierna y tentadora. Dongho recordaba haberlo encontrado muchas veces de aquella forma pero sobre su propia cama.
Se acercó en silencio hasta la cama y sin esperar permiso, levantó la cobija metiéndose debajo de
ellas acomodándose a espaldas de Minki esperando despertarlo. Éste se removió
en la cama al sentir la presencia.
Dongho se atrevió abrazarlo y besar su cabeza, esperando no asustarlo y que lo lanzará fuera de su habitación. Sus cabellos todavía olían a shampoo.
Dongho se atrevió abrazarlo y besar su cabeza, esperando no asustarlo y que lo lanzará fuera de su habitación. Sus cabellos todavía olían a shampoo.
— Dongho… - un Minki adormilado murmuró
antes de rodar en sus brazos y quedar frente a él. Quien más podría ser.
Un Minki adormilado muy bello, dulce, lindo es lo que Dongho ve. Quizás ya no como aquel maknae en sus años de debut pero que
aún conserva cierta belleza, como esos labios en forma de corazón que bien
saben besar. Pues claro, si aprendieron con sus besos.
Minki lo
observa intentando encontrar respuestas en sus ojos, algo que le diga a que
decisión ha llegado, no lo tiene bien la angustia de no saber. Esperar es un
tormento para su corazón. Así que decide ser directo.
— Realmente te enamoraste de él, ¿uh? –
Minki sabe la respuesta, pero le duele decirla.
Difícil
saber la verdad pero más difícil es tratar de ignorarla. No es como si al
escucharla de labios de Dongho doliera menos pero sería lo mejor, porque de esa
manera se desencantaría con la verdad. Por fin sabría qué hacer con sus
sentimientos por él de una vez por todas y ya no albergaría esperanza alguna...
aunque su esperanza se negaba a desaparecer.
— No te culpo, nuestro JRie es precioso,
difícil no amarlo. Yo lo amo.
Y al decir
estás palabras Minki ocultó su rostro en el pecho de Dongho entre los pliegues de su holgada
camisa y sintió como éste lo abrazó. No lloraba, aunque eso no quitaba que
estuviera triste y dolido. Deseando en su interior alargar este momento un poco
más al no escuchar aún la verdad de su boca.
Dongho sabe
que la clase de amor que Minki siente por su líder no es del mismo tipo que
siente él por Jonghyun. Minki lo quiere como a un hermano y Dongho, quiere a
Jonghyun y sabe que su sentido protector por él nunca se terminará. Pero
también quiere a Minki, tiene una historia con él y sus sentimientos son más
fuertes que por él otro.
Esa es una pequeña gran diferencia que inclina la balanza.
Es cierto
que Minki había cambiado, aunque Dongho estaba seguro que no era eso lo que influyó
tanto en su alejamiento, estaba más inclinado a pensar en los malos momentos
que estaban viviendo y los cambios forzados de los últimos meses, la lejanía
impuesta que le hizo a Dongho perderse de todos esos cambios que la madurez
trajo a Minki.
Ya no era más
ese chico afeminado que estaba obligado a mantener esa personalidad, pero
además de eso, ya no era ese chiquillo ruidoso que le gritaba que lo amaba,
incluso había dejado de estar a su alrededor. Dongho se había acostumbrado a
ese Minki demandante cuando deseaba algo y acosador que se metía por las noches
en su cama para dormir con él. Aunque no se quejaba de esa parte.
Sin
embargo el amor de Minki se había vuelto callado con el tiempo, casi
silencioso, presente en sus ojos y en sus acciones. Dongho podía reconocerlo
ahora. A diferencia de cómo comenzó su relación en un torbellino de emociones,
ahora era un amor tranquilo y paciente.
Necesitaba descubrir a esta nueva persona que estaba en sus brazos otra vez, porque lo quería, más que eso incluso. Descubriría ésta nueva faceta del Minki divertido frente a las cámaras, del chico abierto a sus sentimientos con sus fans, de ese chico considerado y extrovertido que ahora ansiaba incursionar en la actuación.. Esa nueva persona por la que su corazón aún late y esperaba, no haberse quedado atrás para ese nuevo Minki.
Necesitaba descubrir a esta nueva persona que estaba en sus brazos otra vez, porque lo quería, más que eso incluso. Descubriría ésta nueva faceta del Minki divertido frente a las cámaras, del chico abierto a sus sentimientos con sus fans, de ese chico considerado y extrovertido que ahora ansiaba incursionar en la actuación.. Esa nueva persona por la que su corazón aún late y esperaba, no haberse quedado atrás para ese nuevo Minki.
Más que
nunca deseaba estar a su altura y compensar lo perdido…
— Estoy contigo Minki. - Dongho sabe que será fácil enamorarse locamente de este nuevo Minki. Después de todo ya lo
había hecho una vez. Los sentimientos por Minki están ahí, en algún lugar de
su corazón que lo tentaban a no lastimarlo, y se sentía bien corresponder a su
amor. — Estoy de vuelta, Minki, contigo. – y beso su frente.
Un poco de
culpa gritaba aquel beso, y promesas, una de ellas la de luchar por él.
Minki
sintió los brazos de Dongho apretarse más a su alrededor, y aunque estaba
triste la esperanza renació en él. Amaba a Dongho y no desaprovecharía esta
nueva oportunidad de ser feliz con él.
— Te Amo Dongho. – y Minki sintió a
Dongho acomodarse mejor bajo aquellas cobijas, acercándolo a su cuerpo.
— Y yo te quiero Minki, te quiero mucho.
– y Dongho beso aquellos labios que tanto lo habían enloquecido en el pasado.
Sus bocas
se atrajeron buscando el ansiado beso. Un beso intenso pero suave,
más que deseo era la necesidad de sentirse de nuevo. El tiempo se detuvo para
ellos y volvió a comenzar. Un nuevo comienzo.
Cuando se
separaron del beso se miraron a los ojos y después, Dongho continuo
besándolo un poco más, beso sus ojos, sus mejillas, su mentón. Fue gentil
depositando besos en su rostro como suaves caricias. Hasta que finalmente beso
sus labios de nuevo.
Minki
suspiro y lo abrazó fuertemente, como si no quisiera dejarlo ir nunca. Como si
Dongho pudiera desaparecer en un sueño.
— He vuelto para quedarme. No voy a
ningún lado Minki. – y aquella era su promesa.
Dongho
sabía que Minki no era un premio de consolación. Minki era su pasado y su
futuro, lo sentía en su corazón. Dejo de ser su presente por algún tiempo, pero
de ahora en más, Dongho se dedicaría a recuperar todo ese tiempo y lo que
tenían. Agradecido de no haberlo perdido.
Minki le
estaba dando un regalo muy preciado, otra oportunidad.
— Voy hacer que te enamores de mí
nuevamente. – la mirada obstinada que le dio Minki, le hizo saber que lo
lograría. Dongho también lo haría.
— Esa es mi línea. – aquello logró hacer
sonreír a Minki.
— No importa quién lo diga.
— Estoy seguro de eso. Lo lograremos
Minki, lo lograremos juntos.
Recuperar
su relación sería prioridad, aunque bajo una nueva manera, más madura quizás,
un poco más calmada pero también intensa y bien cimentada.
Y de esa
forma olvidarían juntos el dolor que el amor les causó. Quizás amar es pasar
por todos los estados emocionales de ida y vuelta, pero el secreto está en reconocer
a la persona con la que querrás experimentar todos ellos en cada oportunidad.
Fin.
Que bueno que las cosas van retomando su camino y mucho más sólido. Se que después de esta etapa su relación será mucho más fuerte, sólida y madura.
ResponderEliminarGracias por la historia 😘😘
awww.. pero que hermosa historia... me gusto mucho, gracias por compartirla!!
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