Citas Express... Capítulo Ocho

☆ La Chica Pelirroja ☆

Un poco más animado por la cita express anterior, estaba dispuesto a sobrevivir a esto de la mejor manera y después de mandar un mensaje a Jiwon sobre que pronto terminaría con esta tarea, e iría a pelear con ella un poco por lo ocurrido.

El que hubiera conocido a Fishy, no la exentaba de la culpa que tenía por haberme hecho pasar por todo esto, con una bola chicas de lo más raras.

Fishy era la excepción.

La última cita y todo terminaría. Estaba más que dispuesto a terminar pronto con esto, aunque no sabía con qué chica me tocaría ahora. Creo que si hubiera tenido el conocimiento de quién sería esa chica, no habría pensado en esto.

Terminar… aunque al principio pensé en que todo esto acabara rápido, una llamada después, deseaba que la última cita se alargara mucho más.

Y ahí viene mi última cita, la chica pelirroja, de hermosos cabellos rojizos agarrados en moño, hermosamente vestida en un tradicional chico en color rojo, que solo hacía resaltar su piel lechosa junto a su muy deseable boca roja. Caminando hacia aquí con pasos lentos, como si no quisiera llegar pero sin dejar de lado esa elegancia al caminar, como si se tratara de un hermoso felino caminando con pereza, inconsciente de lo hermosa que se ve.

Una de sus delgadas manos sostiene su brazo por enfrente mientras su brazo colgando sostiene su celular. Dedos delgados en sus blancas manos, aferrándose fuertemente al aparato.

Si al notarla de lejos pude darme cuenta cuan hermosa era, al tenerla viniendo hacia mí, no solo lo pude comprobar, si no que de cerca es aún más bella. Y sus ojos, impresionantes, aunque el aburrimiento en su rostro le restaba brillo.

Al llegar a la mesa, me encontré cohibido con su presencia, por no decir incómodo. No era la primera vez que no sabía qué hacer, sin embargo esta vez era diferente.

Acierto al levantarme de la mesa para ayudarle a sentarse, lo que me hace ganarme un "Gracias" en una voz fuerte pero melodiosa. La pelirroja no tenía bonita voz y mucho menos era suave como la de Fishy, y sin embargo me encontré queriendo escucharla más.

Cosa que no llegó en el siguiente minuto. La incomodidad parecía invadir el ambiente, porque tanto a ella como a mí desde un principio,  se nos notaba que no queríamos estar aquí y ella parecía seguir más interesada en salir de aquí pronto que en otra cosa.

Suspiro resignado al no pensar en nada para romper el hielo con ella.

El silencio es roto por la melodía de su celular sobre la mesa, una insistente canción de Dir En Grey, Lotus suena hasta que la pelirroja… Dios, ni siquiera sé su nombre… Ella revisa su celular haciendo callar la canción mientras tuerce lindamente su boca al leer el remitente de su mensaje.

No puedo dejar de esbozar una sonrisa en mi boca, al darme cuenta que,  una linda y delicada chica, pueda tener gusto por el rock japonés y no cualquier canción, sino una de las menos conocidas pero más sorprendentes por su letra. Y sobre todo, que tengamos eso en común sin saber nada sobre el otro, sin saber siquiera nuestros nombres.

—   No se pueden borrar las lágrimas de la memoria, – comienzo a recitar la parte en que la canción se quedó, para sorpresa de ella — Incluso este sonido de la oscuridad, posiblemente no se aliviará jamás.

—   Sabiendo eso de alguna manera… Se está rompiendo la noche, arrojando todo por la borda… - logra terminar ella la canción recitada y enseguida comenzamos a reír.

Por el simple hecho de estar recitando una canción que quizás hemos cantado a gritos con la banda Dir En Grey y por lo acertada que es la letra en estos momentos, dándonos por vencidos antes de conocernos.

Pronto nuestras risas mueren y se hace un silencio, esta vez no es incómodo, muy al contrario. Sus ojos sonrientes no dejan de mirarme y yo tampoco puedo hacerlo, al tratar de descubrir que hay en los pensamientos de esa chica. Encontrándome a mí mismo, queriendo saber más de ella, lo cual me hace reír por el giro que ha dado esta cita.

De verdad espero que a ella le pase lo mismo.

—   Mi nombre es Choi Siwon. – decido romper el anonimato dándole mi mano por encima de la mesa.

—   Me llamo Kim Heemi. – dice ella mientras toma mi mano.

Pude comprobar lo delgada y suave que es su mano, que en comparación con la mía, es blanca y delicada.

—   Siento no haber sido agradable desde el principio. – y su disculpa me suena a que no solo se está disculpando de su llegada a la mesa.

—   En ese caso, lo siento también, ni siquiera lo había notado gracias a mi propia incomodidad.

Y al ver que no hemos soltado nuestras manos, comenzamos a reír. Nuestras disculpas incluso suenan un poco tontas en este momento que se hace cada vez más y más agradable. Heemi se me antoja muy hermosa por lo que estoy descubriendo de ella. Me agrada.

—   Es solo que, - la escucho resoplar en un gesto lindo y para nada delicado — me obligaron a venir.

—   ¿En serio? – la veo asentir — Pero que casualidad, a mí también.

—   Mis papás me obligaron a venir. – Heemi confiesa rodando los ojos— Están en plan de que ya quieren nietos.

—   Mi hermana, Jiwon, fue la que me inscribió en esta cosa de las citas. – la mirada asombrada de Heemi, me hace saber que en verdad no puede creer que haya sucedido— Jiwon puede ser de temer, créeme, es peor que mis padres.

—   Entonces lo hiciste porque le temes a tu hermana. – asiento.

—   Algo así.

—   Pero al menos no es como mis padres. ¿Has visto la película de Disney, Múlan?

—   Lo he hecho.

—   Pues mis padres hicieron lo de la consejera casamentera para conseguirme buen prometido. – dice Heemi exasperada— ¿Por qué crees que estoy vestida así?

La veo removerse incómoda dentro de ese vestido. Intentar bajar la tela un poco más en la abertura de sus piernas, y sin embargo a mí me parece de lo más linda y exótica con ese atuendo puesto. Creo que esa era la intención.

—   Te ves hermosa. – le digo sin pensarlo mucho, lo cual me pareció correcto. Sorprendentemente correcto, aunque sea la primera vez que la veo y la primera vez que me pasa esto.

—   Gra-gracias, supongo. – dice resignada.

—   Por lo que deduzco, ¿no te gusta vestir de esta manera, Heemi?

—   Ciertamente no. – me responde rápidamente aunque sin levantar la voz. Cada segundo que pasa me parece más mi tipo— Soy más de shorts, tengo lindas piernas sabes y son más cómodos. Me gustan las pijamas, ropa con estilo.

—   Apuesto a que tienes algunas playeras de bandas del JRock.

—   Las tengo, - confiesa y se sonroja — mi placer culposo.

—   El mío también.

—   ¿Las playeras de bandas de rock?

—   No, el JRock. Música como la de Dir En Grey, XJapan, Gackt… cuando iba a la secundaria, estaba en un grupo que tocaba este tipo de música.

—   ¿Qué instrumento tocas?

—   La guitarra eléctrica y la batería. – confieso con una sonrisa. Aquellos recuerdos traen a mi cabeza buenos momentos.

—   A mí me hubiera gustado aprender a tocar la batería, pero mis padres se empeñaron a que aprendiera piano, porque una señorita no podía tocar semejante aparatejo. – Heemi se deja caer en el respaldo de su asiento resignada.

—   Podrías aprender todavía, yo podría enseñarte, no es difícil.

Y de nuevo me sorprendo ofreciendo algo que no haría en una primera cita. Aunque es algo que haría gustoso, mostrarle a Heemi un poco de lo que se hacer con esos instrumentos. Tocar un poco de música estridente y letras profundas, compartirlas con alguien que si las entiende y gusta.

Puedo ver que Heemi piensa lo mismo al no dejar de verme a los ojos. Parece intrigada pero de buena manera. Y sus ojos, hermosos ojos que hacen que no quiera apartar la vista.

—   Si tú dices que no es difícil, te creo.

—   Podríamos intentarlo. – digo dejándole ver, que no solo me refiero a las clases de batería, sino a algo más. A vernos de nuevo fuera de aquí por ejemplo.

—   Lo digo porque estuviste en un grupo. ¿Cómo se llamaba?

—   "SiwonEst"

—   Me suena a que tú lo fundaste. – se ríe fuertemente, hace que las demás personas en las otras mesas volteen a vernos, lo cual le importa un cuerno porque sigue riendo. Y a mí, escuchar su risa, me interesa más que cualquier otra cosa.

Heemi poco a poco va dejándome ver su verdadera personalidad y me gusta lo que voy descubriendo, como su risa y el cómo cubre delicadamente su boca en comparación de su fuerte risa.

—   Aunque no lo creas, era la guitarra principal y vocalista.

—   Todo un galán. – intenta burlarse divertida.

—   Lo soy. – acierto a decir, solo para ver cómo Heemi deja de reír y bate sus pestañas hacia abajo mientras un sonrojo se expande por sus mejillas. Adorable.

Entonces me doy cuenta que me he olvidado por completo de Fishy que era incluso más adorable que Heemi… Ella es de la manera justa.

Porque en Heemi he encontrado un poco de todo lo que me gusta, no como mis demás citas. No tan pretenciosa como la Chica VIP. Ha coqueteado un poco conmigo y no exageradamente como la Chica Sin Alas. A pesar de traer su celular en la mano, no ha estado pegado a él como lo hacía la Chica Selfie.

Hemos estado tan entretenidos en la charla que ni siquiera pedimos alguna bebida o comida, estando muy lejos del comportamiento de la Chica del Menú.

Heemi es diferente a todas ellas.

Más pronto de lo que esperaba, la campana suena y con ella llega el fin de la cita. Heemi suspira en su lugar, diciéndome sin palabras lo mismo que yo estoy pensando. ¿Cómo pudo terminar tan rápido? Siento que no tuvimos tiempo suficiente y a la vez, que fue el mejor tiempo aprovechado.

—   Aquellos que tengan a más de una cita como potencial pareja, pasen para recibir sus datos y teléfono. Queda a criterio de ustedes con quien contactar primero. – escucho decir a uno de los anfitriones.

Enseguida recuerdo la lista que debíamos hacer, si bien tenía anotada a Fishy, esa lista a mitad de la charla terminó en una pequeña bola de papel en el suelo. Lo que me hace mirar las manos de Heemi, además del celular, trae con ella el pequeño pedazo de papel.

—   Deberías ir con tu hoja. – le digo más desanimado de lo que esperaba hacer notar.

—   Te dije que estaba aquí obligada. No anoté nadie. – y enseguida me enseña su hoja en blanco.

Ambos nos quedamos mirando, seguramente pensando en el siguiente paso que debemos de dar. Hasta que una bella sonrisa por parte de Heemi, hace que tome la decisión de no dejar pasar mi oportunidad con ella.

 Continuará…