Desde el
comienzo, Mean dijo que le gustaba, declararme su amor fue tan sencillo. A mí
me costó un poco más de trabajo. Sin embargo la palabra “te amo” llegó tiempo después, aunque ésta resultó de una
inesperada manera en el momento menos apropiado; y aún así a Mean le hizo feliz
escucharla de mi boca…
— Mean…
- su nombre salió de mi boca mientras nos besábamos. Sabía que estaba tratando
de distraerme, porque podía sentir como rozaba mi entrada con su miembro, pero
no me importó.
No era la primera vez, ya que no pasó
mucho tiempo para que lo hiciéramos después de hacernos novios, la curiosidad
nos llevó a una cosa y luego a otra. Al comienzo llegué a pensar que sería algo
que no podría hacer, sentirme invadido e incluso intimidado pero después pensé,
es Mean con quien lo voy hacer. Él jamás me lastimaría. Lo importante de esto
no es quien está arriba o abajo, sino cómo podemos divertirnos al hacerlo.
Después el propio Mean me coaccionó a
ser el de abajo: Eres el mayor y más valiente de los dos… Sí, en buen momento
se le ocurrió ser el nong.
Mi miembro comenzaba a doler, estaba
excitado y algo bebido. Ambos lo estábamos. Habíamos asistido a un festejo y de
alguna forma terminamos encerrados en su habitación. PZanook estaba más bebido
que nosotros y ni cuenta se dio.
Necesitaba descargarme, si Mean no lo
hacía pronto yo…
— Aaah….
Mean parecía leer mis pensamientos,
pronto sentí la invasión de su miembro en ese lugar que instintivamente intenté
empujar su cuerpo, alejarlo de mis caderas cuando de nuevo se empujó,
metiéndose completamente en mi interior.
Por un tiempo, Mean se quedó quieto
por un rato, esperando que me acostumbrara a la invasión, siempre lo hacía. Y
mientras tanto nos besamos, familiarizados con el baile de nuestras lenguas, la
reacción de nuestros cuerpos no se hizo esperar.
— Voy
a moverme.
— Si…
¿Qué más podía decir? Mi cerebro
estaba lleno de muchas sensaciones que el propio Mean creaba a mi cuerpo. En
realidad estaba más ocupado en sentir todo eso que me provocaba.
Mean comenzó a moverse lentamente, a
un ritmo que me gustaba, pero quería que aumentará cada vez más y más… y que no
se detuviera por supuesto.
— Más…
rápido… Mean… - le ordene mientras mis manos recorrían su espalda. Fue cuando
noté que de nuevo se estaba ejercitando, los músculos de sus brazos y espalda
comenzaban a notarse de nuevo, y con el esfuerzo que estaba haciendo, podía
delinearlos con mis dedos.
Los movimientos se hicieron más
rápidos, mi deseo se vio realizado con creces, lo estaba disfrutando bastante,
por lo que mi orgasmo llegó pronto. Cerré los ojos e hice un desastre de sus
sábanas limpias y de mi abdomen cuando éste llegó, cosa que realmente no
importaba.
Al poco tiempo, Mean también pero en
mi interior dentro del condón que usamos, pues dentro de nuestra borrachera,
recordamos protegernos. Casi nunca teníamos sexo sin protección, podían ser
unas contadas veces que no lo hicimos porque las ganas nos rebasaron
claramente.
Entonces pude sentir los espasmos de
su miembro dentro de mi cuerpo. Abrí mis ojos y lo que vi me impresionó.
En el rostro de Mean pude ver su
orgasmo, como se dejó ir y todo provocado por mí. Como sus ojos me observaban
vidriosos, profundos, cálidos, deseosos… de ese pequeño nong que me había
conquistado con sus constantes acosos, ya no quedaba nada. Encima de mí estaba
el chico que me quita el aliento en esos momentos, sostenido fuertemente de sus
brazos, tratando de no caer encima de mí.
Fue cuando extendí mis brazos y rodee
su cuello para abrazarlo, instándolo a que dejara descansar su cuerpo sobre el
mío. El contacto de nuestros cuerpos en ese momento no fue tan impactante como
el sentir de nuestros corazones latiendo fuertemente por el otro en nuestros
pechos.
— Te
amo… Mean. – fue cuando dije las palabras mágicas que lo llenaron de felicidad.
En aquel increíble momento, cuando Mean cambio a mis ojos, mi amor por él
comenzó a desbordar.
Muchos dicen que decir “te amo” por
primera vez durante el sexo, no cuenta… pero a Mean no le importó, y eso es lo
que más me interesaba.
— Y
tú me encantas Plan. – y Mean me abrazó fuertemente de vuelta también. Mean no
tenía que decirme que me amaba también, pues eso ya lo sabía de sobra.
Esa noche
no sé cuántas veces más lo hicimos, quizás dos o tres veces más en el
transcurso de la noche. Terminamos agotados, con un dolor en todas partes del
cuerpo y lo que es peor, con una terrible resaca.
Después de
ese día decir “te amo” se ha vuelto
más fácil, aunque para Mean eso no tiene tanta importancia, como él mismo me lo
dijo.
— No tienes que decir “te amo” en cada momento, con acciones
puedes demostrar cuanto amas a una persona. – había dicho en uno de esas
entrevistas.
Entonces
nuestras acciones últimamente no han demostrado cuánto amamos al otro y eso nos
mantiene alejados, enojados.
— Lo que daría por escuchar ese “te amo” de su boca ahora. – suspiro.
Y cuando
pensaba que este evento de esta marca Cathydoll serviría para hacer las paces con
Mean, no funcionó. Hice todo lo que estuvo en mis manos., hablamos mucho sobre
el escenario, le hice reír, dije que lo quería en público, “quiero a este chico” había dicho y en serio lo quiero. El mismo
Mean fue sorprendido por mi confesión. Hasta mamá me grabó.
Todos
venimos de amarillo al evento excepto Mean. En realidad estuvo mucho mejor que
viniera vestido de otra forma porque se ve muy bien. Y aunque no hemos podido
hablar todavía de nuestros malos entendidos, Mean ha estado amable conmigo,
haciendo bien su papel sobre el escenario, sin embargo él no es como siempre,
lo conozco tan bien.
Creo que
de los últimos fanmeetings que hemos tenido, en este es cuando he estado más al
pendiente de Mean que de otra cosa. Ver su sonrisa y sus ojos brillar después
de decir a todos los presentes que lo quiero, es la más hermosa recompensa. Ese
breve momento en que su rostro se iluminó y que para mi gusto, se apagó muy
pronto.
Al
terminar el evento, corrí tras de PZanook para preguntarle por mi hermoso
tormento.
— PZanook, van a quedarse después del
fanmeeting, habrá un festejo donde nos invitaron a comer. – y al imaginarme
todas las suculencias que habrá para comer, se me hace agua en la boca.
— Sobre eso… - P se queda callado,
entonces lo alcanzo y pongo una mano sobre su hombro para alentarlo a que me
diga — Mean y yo no podemos quedarnos, tiene un evento que atender, por eso nos
tenemos que ir.
— Mean no quiere quedarse, ¿cierto? –
suelto de pronto.
— No es eso... Él en verdad tiene mucho
trabajo y está algo cansado. – y no sé porque eso me dolió más, creo que hasta
P lo notó porque me dijo: — Anda, no te desanimes, las cosas se van arreglar.
Solo tomen este tiempo para pensar bien las cosas y tomarse un respiro.
¿Un
respiro? ¡Necesitamos hablar! ¡Y por qué tengo tanta hambre!
De verdad
deseo arreglar las cosas con Mean, y justo hoy cuando pensaba que podría
hacerlo, Mean no se queda. Incluso ahora mencionar su nombre o pensar en él,
hace que mi estómago se revuelva extrañamente causando un calambre.
¿Remordimiento? ¿Vacío? Tal vez, podría ser cualquier cosa bien merecida.
Después
del fanmeeting, terminé por asistir a la comida rodeado de algunos amigos pero
sintiéndome más solo que nunca porque Mean no está aquí, y comiendo demasiado.
Tal vez como por depresión. Creo que esto fue lo que hizo sentirme mal del
estómago después.
Llevo días
sintiéndome enfermo. Pupae me ha dicho que si no comienzo a sentirme mejor
pronto, tendrán que internarme, como sucedió con Saint o con el mismo Goxxd. Al
parecer es algo así como un virus que muchos actores del medio han sufrido.
Puede estar sucediéndome ya que llevo sintiéndome extraño desde el último
evento que tuve con Mean en el fanmeeting.
Algo me
dice que no me sucede eso que ellos dicen. Solo necesito a Mean a mi lado.
Creo que
no tenerlo conmigo me hace sentir de esta forma, porque ahora que ha pasado
tanto tiempo, él ha ido en serio con esto de estar enojados y no lo he tenido
girando a mi alrededor para disculparlo. Ni siquiera me ha llamado por
teléfono, ni un mensaje, nada.
— ¡¿Por qué hace tanto calor aquí?! – mi
malestar solo aumenta mi mal humor estos días.
Estoy
sintiéndome acalambrado, mis pies se han hinchado un poco y me he sentido
abochornado. Intento subir al aire acondicionado pero ya se encuentra en su
máximo y yo no siento que enfríe, es más, estoy sintiendo mi piel caliente bajo
la holgada camiseta y pantaloncillos cortos.
— Seguramente esta cosa no funciona. –
me digo observando el aparatejo que se resiste a enfriar.
Y al no
poder hacer nada me recuesto sobre mi cama, un poco frustrado y otro poco
triste. Ladeo mi cuerpo acomodándome mejor, tomo el celular y comienzo a vagar
en mis redes sociales hasta publicar una entrada quejándome en mi cuenta de
twitter con mis personas. Con alguien tengo que desahogarme.
[TWITTER💚PLAN]
💚
P: ¿Qué casa tiene el mejor aire acondicionado?
Obviamente
muchas de mis personas respondieron invitándome a sus casas, pero la mayoría de
ellas me decían que la mejor casa es la de Mean, la más fría y mejor
climatizada, que debería ir a visitarlo.
Sí, sería
bueno poder ir a su casa, si no estuviéramos enojados lo haría. Pensar en pasar
una tarde con él bajo el frío aire acondicionado, de preferencia los dos
desnudos… comiendo calamares rellenos con ají.
Y hablando
de comida picante… mamá entra a mi cuarto llamándome para comer.
— Santo cielo, esto parece el polo
norte, esta terriblemente frío. – mamá se queja frotando sus brazos.
— Pero si no funciona, he estado
batallando con eso, apenas y se siente un poco frío. Mamá, no crees que sería
bueno que nevara como el lugar al que fuimos de vacaciones, ¿verdad?
— Sí, sí, sería bueno, pero ahora tienes
que comer. Anda vamos. – mamá se acerca a la cama y trata de levantarme, pero
al intentarlo, una punzada en mi espalda baja hace que pegue un grito de dolor
- ¿Qué tienes hijo?
— No sé. De pronto siento mucho dolor.
— Pero si estabas bien.
— Má, el dolor se hace más intenso…
¡Dios, no lo soporto!
Intento
levantarme de nuevo pero es imposible, el dolor en mi espalda baja es casi
insoportable, sin embargo, así como llega se va. De pronto el dolor se hace más
leve y es cuando puedo sentarme, mamá me ayuda a quedar en la orilla de la
cama.
— ¿Cómo te sientes hijo?
— El dolor… - apenas voy a decirle que
ha disminuido cuando de nuevo, estoy en dolor, tan intenso como al principio —
¡Aaaaah, otra vez… duele otra vez!
Lo extraño
que aunque el dolor es en mi espalda, mi mano va a parar en mi estómago, el
cual se siente duro y extraño. No sé qué me está pasando. Estoy asustado.
— Tenemos que ir al hospital. – mamá intenta
irse de mi lado pero no la dejo.
— ¡Me voy a morir, Má!
— Deja de decir tonterías Plan, no te
vas a morir y vas a estar bien pronto.
— ¡No lo creo, duele mucho… Aaaah…!
— Voy por tu papá. Te llevaremos al
hospital.
Mamá sale
del cuarto en busca de papá y de inmediato me llevan al hospital… bueno, lo más
rápido que pudieron. Fue difícil moverme con tanto dolor, pero lo hice,
quedarme en casa con este sufrimiento no era una opción.
Aunque
tenía miedo que el diagnóstico no fuera bueno, papá dijo que tal vez fuera una
peritonitis, si dolía tanto como lo que estaba sintiendo, podría ser así. Todo
era mejor a no hacer nada, al menos en el hospital harían que dejara de doler y
eso es lo que más deseaba.
Cuando
llegamos al hospital, mis manos apretaban mi bajo abdomen, había algo que no
notaba anteriormente, un pequeño bulto duro y que se contraía con cada dolor.
Mis manos abrazaban el pequeño bulto. ¿En qué momento se había hecho tan
grande? No lo sé, pero mi atención estaba ahí, al sentirlo moverse en mi interior
reclamando salir.
Esto es
raro.
Continuará…
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