«Ven por mi Siwis y haz el amor conmigo, porque quiero todo contigo. ¡Hazme un hijo!»
Ese fue mi
último mensaje y después el mensaje en respuesta de Siwon, a todas las
tonterías que le escribí.
«Gatito, sí a todo, voy por ti»
—
Lo
ves amor. – Siwon besa mi frente y camina hacia la puerta — Ahora ve a darte un
baño, enseguida regreso, voy a… – termina por decir antes de irse, pero no le
he puesto mucha atención, sigo pensando en ese último mensaje.
“Sí a todo”… ¿A qué diablos se refiere?
Sí, a volver conmigo, hacerme un hijo, mal chiste porque somos hombres;
entonces… ¿casarnos? Esa sola respuesta de parte de Siwon me hace estremecer
por las diversas posibilidades.
Una mano
golpea mi frente, necesito terminar de recordar que hice anoche,
afortunadamente el dolor de cabeza se ha ido. ¡Ah, pero la culpa no es toda mía!
Tampoco del maldito alcohol… ¡Jungsoo mal amigo!
Rápidamente
le marco a su celular.
— Ya te habías tardado en marcar. – me
dice al contestar la llamada.
— Mal amigo. ¡Se supone que anoche tú
eras el sobrio!
— Hice todo lo que pude…
— ¡Era tú único trabajo, detenernos y no
lo hiciste bien!
— Son demasiado para mí.
— Y luego, cuantas veces te he dicho que
me quites el celular cuando estoy ebrio, porque puedo hacer llamadas o cosas
más estúpidas. No se lo quite yo a Kyuhyun, ¿eh? Para que no le hablara al
enano casado.
— … - Jungsoo no dice nada.
— ¡Felicidades amigo! Fracasaste
rotundamente. – es entonces cuando recuerdo los moretones en mi cuerpo — ¿Por
qué estoy lleno de moretones, Jungsoo?
— Te caíste y…
— ¿Cómo que me caí? ¿Quién me vio? ¿No
había nadie verdad? No me vio nadie, ¿no? Dime la verdad – intento
tranquilizarme.
— Heechul, no te querías ir y te caíste
en la entrada.
— ¡En la entrada! Me caí… en la puerta…
del maldito antro.
— Todo mundo estaba saliendo y Siwon...
— Todo el mundo me vio y Siwon. ¡Que
bonita manera de cuidar a tu amigo, Jungsoo! ¡Aplausos para ti!
— ¡Pero no ves que apenas podía con
Ryeowook y tú fuiste el más impertinente! Siwon llego enseguida, pensé que se
habían arreglado por fin, por eso te dejé ir con él. Además, en cuanto lo
viste, te trepaste a su cuerpo como un Koala. – me pongo de mil colores al
recordar esa parte.
— ¡Es la última vez que confiamos en ti
para conservar nuestra sobriedad! ¡Sabes lo débil que soy!
— ¡Ay ya Heechul! Siempre eres bien
insoportable con resaca. Lo bueno es que Eunhyuk se fue con ese amigo suyo de
la infancia, un tal Donghae y no lo tuve que aguantar. Por cierto, ¿sabes algo
de Kyuhyun?… - ¡Diablos, me había olvidado de Kyuhyun!
— Sí, sí, ya.
— ¡Ah! ¡Heechul! Eres… eres… ¡Diva! –
Jungsoo se enoja finalmente.
— Mejor luego hablamos. – cuelgo antes
de que se suelte más.
Y ahora,
¿Dónde estará Kyuhyun? No puedo llamarle porque su celular lo tengo en el
bolso, se lo quite anoche. ¿Estará bien?
— Ojalá no le haya pasado nada.
Brinco de
susto al escuchar sonar mi celular. Se trata de un número desconocido.
— Bueno. – respondo con desconfianza.
— Sí, estoy muy bueno. – la voz de
Kyuhyun me tranquiliza.
— Qué casualidad, yo también. – los dos
comenzamos a reír como tontos. — ¿Dónde te metiste? ¿Quiero tu culo acá en este
momento?
— Mi culo y yo no podemos movernos en
este momento, pero estamos bien en lo que cabe. – y como le cabe mucho a mi
amigo… Espera…
— ¿Cómo?
— Que anoche me atraparon, luego me
deje, - lo escucho suspirar — y no me arrepiento. – mi amigo me está diciendo
fue el de abajo, ¡lo experimentó y le gusto! Quiero decirle “te lo dije” pero mejor dejo la burla
para otra ocasión.
— Suelta datos, ¿Cómo se llama? ¿Qué
pasó?
— Se llama Kim Yesung, puedes
investigarlo en sus redes sociales, el hombre no tiene mucha imaginación con
los nickname. Lo escuche mientras cantaba en el baño una canción que pasaban en
esos momentos en el antro. Fui afortunado que la borrachera me diera ganas de
mear en ese momento. – se le escucha entusiasmado — Tiene un departamento muy
bonito en el centro, una voz hermosa y le cuelgan tres pies. No me puedo quejar.
— ¡¿Qué?!
— Solo quise avisarte que estoy bien. No
me pueden molestar porque no tengo celular, por cierto, me lo cuidas. Los veré hasta
mañana, si es que puedo caminar o Yesung me suelta. Lo que suceda primero. – se
le escucha feliz y satisfecho.
— Ay Kyuhyun. – comienzo a reír por
escucharlo tan bien — Me alegra que estés bien, ya estaba pensando en enviar tu
foto para que comenzaran una búsqueda, ni siquiera sabia que iba a decirle a
Jungsoo.
— ¿Se dio cuenta que desaparecí?
— ¡No! ¡Ni se te ocurra decirle!
— De la que te salvaste. – se escucha
una voz charlando con Kyuhyun, ese debe ser el tal Yesung — Te dejo, estoy algo
ocupado Heechul, no le digas a los chicos de Yesung.
— Ok.
— Quiero ver sus caras de envidia cuando
se los cuente. – cuelgo rápidamente cuando comienzo a escuchar sonidos raros.
— ¿No que le dolía el trasero?
Cuando
termino de hacer las llamadas ya pasan de la una de la tarde, mi estomago
comienza a exigir alimento y mi cuerpo necesita un baño urgente. Con mucho
cuidado me levanto de la cama y me lanzó a la ducha, no tardo mucho porque en
verdad muero de hambre.
Busco algo
cómodo que ponerme, unos pantalones pijama que cubra mis moretones y una
playera larga. Durante el baño he recordado lo que sucedió después de que Siwon
fue por mí. Me trajo a su casa, me le
lance encima desde antes que pudiera abrir la puerta…
— Cómeme
Siwon, márcame como tuyo. – y fue así como comenzaron los chupones en mi
cuello.
La lengua de Siwon estuvo presionando
insistentemente contra sus labios, luego de unos cortos y maravillosos minutos,
Siwon guió su boca sobre mi labio inferior cosquilleando con sus dientes.
— Mmmm… Oh… Oh, ah, ah. – gemía desbocadamente.
Tal vez era por el alcohol recorriendo
mis venas o por el tiempo que había estado lejos de Siwon, que todo esto me
parecía nuevo y excitante. Quizás el propio Siwon estuviera intentando hacer
nuevas cosas en mí.
Unas mordidas más y pude sentir como
mis labios fueron dejados satisfactoriamente hinchados, entumecidos. Entonces
Siwon movió su boca lejos de la mía llevándola a través de mi barbilla hasta
continuar su camino por mi barbilla.
Cuando sus labios encontraron mi cuello,
mis gemidos eran incontrolables, Siwon estaba haciendo cosas maravillosas con
su lengua y dientes que dejaron mi piel con la sensibilidad a tope, y a mí respirando
pesadamente cuando finalmente se alejó.
De alguna forma en el proceso terminé
desnudo, en la cama y Siwon con demasiada ropa todavía.
— Tú
turno, quiero ver todo ese cuerpo tuyo que me encanta, – Siwon se sonrió por
mis palabras y por los botones rotos de su camisa en mi apuro de quitársela de
encima — Todo esto que es mío. – le dije poniendo mis manos afiebradas de deseo
por él y por el alcohol, sobre su perfecto abdomen.
Trabaje sobre la demás ropa de Siwon,
cinturón, pantalón, ropa interior, hasta dejarlo gloriosamente desnudo.
Aprovechando la distracción que me causaba verlo de esta forma, Siwon dio
vuelta y de nuevo me dejo contra la cama, tomando mi boca con otro beso, cosa
que me hizo sonreír.
De nuevo, Siwon comenzó a besarme por
todas partes después de mis labios, mejillas, mi mandíbula, cuello, bajo mi
garganta, llevó sus labios sobre mi clavícula, tan lejos sobre mis hombros.
Después bajó un poco más hasta torturar mis pezones, llevando uno a su boca y
luego el otro, lamiendo con su lengua, mordiéndolos a veces.
Ya no podía más, esperaba más contacto
con su cuerpo, esa conexión intima, que tuve que alzar mis caderas hacia Siwon
hasta topar su virilidad tiesa. Tan tiesa como la mía. Aunque no estaba
preparado para recibirlo, me sentía listo de afrontar las consecuencias, pero
Siwon no pensó lo mismo, a pesar que como yo, también moría de deseo.
Hábilmente, llevo su mano más debajo
de mi espalda entre mis nalgas, presionando sus dedos hasta poder entrarlos,
uno a uno. Siwon comenzó a besarme de nuevo para distraerme, hasta que sentía
que ya no podía más.
Siwon se colocó entre mis piernas,
llevándolas hacia arriba y entro en mi cuerpo. Comenzamos a movernos sin perder
el tiempo, nuestras caderas meciéndose sin control, entre besos y caricias, que
más bien parecían mordidas y golpes por el deseo que nos teníamos.
No podía dejar de mirar a Siwon, mis
ojos se abrían y se cerraban a la deriva, captando pequeños detalles de la
pasión en su rostro por nuestros cuerpos conectados. Y después, simplemente me
perdí, no recuerdo más.
— Espero no haberme quedado dormido. –
gimo, ni siquiera recuerdo si terminamos o no — ¡Qué vergüenza!
Salgo del
cuarto directo a la cocina sabiendo que no puedo esconderme más y me encuentro
a Siwon ocupado en la cocina. Huele a comida, lo que hace rugir mi estómago y
en ese momento es cuando se le ocurre voltear.
— Tienes hambre, siéntate, enseguida te
sirvo. – eso me dice y así que tomo siento.
Siwon enseguida viene con algunos platos.
— Deja te ayudo. – logro quitar algunas
cosas de sus manos antes de llegar.
— Está bien, compre tú comida favorita,
algo picante después de la noche que tuviste.
Termina
por traer todas las viandas para sentarse después a mi lado. Con avidez tomo el
agua que me ha servido y casi me la acabo, no estaba consiente de la sed que me
cargaba.
— ¿Ya recordaste lo que te hiciste
anoche? ¿Qué no fue toda mi culpa? – casi escupo el agua que me quedaba en la boca
y comienzo a toser — ¿Estás bien?
Asiento
con mi cabeza mientras mi mano golpea mi pecho aún tosiendo, estoy alargando
esto para no responder, después de lo que hice. Estaba borracho, escribí e hice
muchas locuras.
— Fue bueno que mandaras esos mensajes
anoche.
— ¿En serio? – miro a Siwon
detenidamente, está mañana se ve más guapo que nunca.
Siwon
tiene un buen cuerpo, es fuerte y musculoso, gracias a que siempre cuida su
cuerpo. ¡Bien por mí! Su piel algo bronceada contrasta con la palidez de la
mía. Si Siwon era guapo, yo también era bastante afortunado de tener una buena
estatura y un cuerpo delgado, lo mejor siempre ha sido mi bello rostro.
Juntos
funcionamos muy bien.
— Sí, solo quisiera saber una cosa
Heechul, lo que escribiste en el último mensaje…
— Oh…
— Es cierto. – Siwon no preguntó, estaba
afirmando.
— ¡No, claro que no!
Siwon
entrecierra sus ojos mientras me observa, me siento chiquito ante su
escrutinio, puede saber todo de mí con tan solo mirarme.
— ¿Se trató de una broma? – se me queda mirando su cuerpo tenso
esperando una respuesta.
— No es eso.
Siwon
suspira y sus facciones se suavizan, su cuerpo se relaja al recargarse en la
silla.
— Entonces sigues enojado.
— Ya no estoy enojado.
— Pero dijiste que continuarías tú vida sin
mí.
— Dije que tú podías continuar con tu
vida.
— No podría hacerlo. – le escucho decir
tristemente.
— Sí, bueno. – estoy siendo sarcástico,
porque al parecer antes que peleáramos y nos separáramos, Siwon estaba viviendo
muy bien su vida haciéndome a un lado.
— Heechul… - su voz tiene un toque de
reprimenda, cosa que me hace molestar, por lo que termino levantándome de la
mesa.
— ¡No estoy enojado! Y no es como que te
importe mucho. ¿Sabes qué? Dejemos las cosas como estaban. – estoy por
irme cuando siento las manos de Siwon enredarse en mi cintura.
Siwon no
se ha puesto de pie, simplemente ha girado su cuerpo en la silla, su abrazo me
lleva a estar de pie en medio de sus piernas.
— Te extrañaba demasiado. – le escucho
decir quedito, pues su rostro está oculto en mi pecho, justo debajo de mi
barbilla — Claro que me importa mucho lo que haces, que me duela estar
distanciados y que esperaba tener una oportunidad para hablar contigo.
— Siwon…
— Escúchame. – dijo y sus brazos se aprietan
más a mi alrededor — Estaba desconcertado y molesto también de que fueras así,
que te alejaras como si lo nuestro fuera cualquier cosa.
— Yo sentí lo mismo de tu parte. – le
confieso.
— Lo sé. Ahora lo sé. – Siwon saca su
rostro debajo de mi barbilla y es entonces cuando sus ojos se posan en los míos,
llenos de arrepentimiento — Y lo supe por esos mensajes, por tus reclamos y
pedimentos, que tampoco querías que las cosas fueran de esa forma. Y también
mencionaste otras cosas.
— Dios. – de nuevo quería esconderme al
recordar todo lo que escribí.
— Heechul… - Siwon suelta mi cintura
para después tomar mis manos entre las suyas — Yo sé que odias estas cosas.
— Sí. - ¿qué puedo decir? Ni siquiera sé
de qué está hablando, solo sé por lo que veo, que Siwon se ha puesto serio.
— Tampoco lo mencionaría si tú no lo
hubieras mencionado primero,
— Entiendo Siwon.
Veo a
Siwon tomar aire y mirar nuestras manos enlazadas, después suelta una de ellas
para meter la suya en el bolsillo de su pantalón.
— Heechul, quiero que vivamos juntos.
Que al despertar cada mañana lo primero que vean mis ojos seas tú y poder besar
tus labios con unos buenos días. Que al anochecer cuando estemos cansados de un
día duro de trabajo, me quede dormido contigo en mis brazos.
— Siwon… - casi me ahogo cuando lo veo
arrodillarse.
— Te amo, ¿Quieres casarte conmigo?
— Oh, dios.
— Sé que es lo que quieres, porque si
no, jamás lo habrías mencionado. Así hubieras bebido todo el alcohol del mundo.
– Siwon me conoce tan bien. Conoce mis límites.
— Lo sé.
— Entonces, ven a vivir conmigo y cásate
conmigo Kim Heechul. – un anillo es depositado en mí dedo y enseguida veo uno
igual en el dedo de Siwon.
También sé
que esta boda será más simbólica que otra cosa, sin embargo, Siwon no
escatimara para cumplir mis deseos, mis sueños más locos, mis pedimentos, como
siempre lo ha hecho... Aun con esta boda.
— ¿Estás jugando conmigo? – la sorpresa
en el rostro de Siwon me hace saber que no se esperaba esa pregunta.
— Claro que no. – dice, levantándose
rápidamente del piso.
— ¿Prometes que ya no vas a ser distante
cuando algo vaya mal en el trabajo o algo te agobie? ¿Vas a compartir todo
conmigo?
— ¿Qué? No. – en seguida se avergüenza
de su respuesta — Me di cuenta que tener que dejarte en tu casa algunas noches
me pesaba más cada vez y no supe cómo abordar el tema a tiempo, por eso te
prometo que de ahora en más compartiré todo contigo.
— Entonces, acepto. También quiero que
vivamos juntos. Te amo.
Y el
abrazo no se hace esperar, deslizo mis brazos hacia arriba alrededor de su
cuello mientras las fuertes manos de Siwon abarcan mi cintura tirando de ella
hasta apretarme a él para besamos.
Una
sonrisa brota de mis labios al sentir como sus dedos acarician los costados en
mi piel debajo de la ropa. No puedo estar más feliz por lo que comenzó como una
noche de copas con mis amigos, algunos reproches, una noche loquísima… haya
terminado con un comienzo feliz entre Siwon y yo.
Sin embargo…
— Siwon… anoche nosotros…
— ¿Qué? ¿No recuerdas? – niego con la
cabeza agitadamente intentando ocultar mi vergüenza — Si no recuerdas, tendré
hacerte recordar, porque algunas marcas en tu cuerpo las hice yo. – termina de
decir con una predadora sonrisa, antes de lanzarse hacia mí.
— Espera Siwon… Siwon… - digo casi
riendo, es imposible detenerlo. Esta es su manera de castigarme por mis excesos
de anoche, un castigo dulce y extenuante.
FIN
Que vivan los nooooovios 😂❤❤
ResponderEliminarComo siempre todo esta en el hablar. Me alegro de que arreglaron todo y ahora van a casarse 😍😍
Si los dos no fueran tan cabezotas seguro que esto se hubiera resuelto hace mucho tiempo... Pero como siempre el sichul tiene sus maneras para llegar hasta el final y encontrar la solución..
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