ENTRE LA IMAGINACIÓN Y LA REALIDAD _ Parte 10


A Mile en definitiva no le gustaba ver como ese nong se paseaba en paños menores frente a su Po, ¿acaso eso lo hacía todos los días?, ¿Apo veía eso todos los días?... le molestó aún más pensar en ello, pero no podía decir nada, pues ese no era su departamento, y aquí el intruso era él.

– Oh, hola Bible... te fuiste temprano, no te escuche salir. – dijo Apo con tranquilidad, lo cual le confirmaba a Mile que sí, en definitiva eso era algo que Bibble hacía siempre.

– De hecho salí tarde, te toque la puerta y al ver que no abrías iba a entrar pero no pude abrir. – le decía mientras tomaba una botella de agua y se iba a sentar en uno de los sillones de la sala a disponerse a observar a sus P'.

– Ah, no te escuché, supongo que llegué muy cansado de la celebración. – Respondió Apo con una mirada nerviosa, pues Apo no le iba a decir que al entrar le puso seguro a su puerta, ya que por alguna razón que ni él sabía no quería que Bibble supiera que Mile había dormido con él... bueno, no con él, eso aún no... o sea, que no supiera que había dormido en su departamento y menos que lo viera sin camisa...celosa y posesiva sin ser nada, muy bien Apo, se reprochó a sí mismo.

– Ya veo. Me hubiera gustado despertarte como todos los días. –dijo Bibble con una carcajada interna, pues en cuanto dijo estas palabras, Mile dejó caer un trozo de pan en su plato.

Mile no quería ni imaginar cuál era esa forma para despertar a su Po.

Lo que sí sabía, es que de ahora en adelante él y nadie más que él se encargaría de esa placentera tarea, así sea a distancia él encontraría la forma.

Por su parte Apo seguía comiendo y maldiciendo a Bibble, pues al fin iba a tener la oportunidad de escuchar a Mile, y su roomie lo había echado a perder. ¿Es que acaso el universo estaba contra él?, ¿había hecho algo para que Buda lo castigara así?... él sabía que no, que solo era su mala suerte que una vez más se hacía presente.

Entre miradas y silencio siguieron desayunando, mientras Bibble por su parte estaba en su celular sonriendo. Pasado unos minutos se levantó y se dirigió a su habitación de la cual momentos después se escuchaba una música ligera.

– Po...– habló Mile mirando a Apo de una manera seria. – en verdad necesito hablar contigo y no quiero más interrupciones. ¿Será que podemos hablar en tu habitación?

– Claro. – Dijo Apo mientras se levantaba y ponía los platos en la lava trastes y Mile se acercaba a dejar los suyos.

Apo inició el camino hacia su habitación sintiendo a Mile que iba detrás de él. Su habitación quedaba en el otro extremo de la habitación de Bibble, así que podían tener la privacidad que al parecer tanto deseaba Mile. Apo no iba a negar que seguía estando nervioso y a la vez muy ansioso.

Cuando llegaron a la habitación apenas Apo cerró la puerta, la mano de Mile le puso seguro, tomo de la mano a Apo y lo llevó hasta el otro extremo de su habitación, a la pared cerca de la ventana, puso a Apo de espalda a la pared y lo encerró entre sus dos brazos. Apo no sabía qué hacer, pues no salía de su asombro y recordó la noche anterior en el baño del bar.

Mile por su parte se acercó lo más que pudo al rostro de Apo, vio que él cerró sus ojos, Mile hizo lo mismo y respiró, respiró lo más profundo para así poder llevar el olor de Apo a lo más hondo de sus fosas nasales.

Esa acción para Apo fue de electricidad, pues una corriente pasó por todo su cuerpo desde su cabello hasta los dedos de sus pies. Podía sentir el aliento de Mile recorrer su rostro, de alguna manera encontraba esta acción muy excitante, pues a pesar de tener casi la misma estatura de su P'Mai, acorralado entre sus brazos se sentía pequeño y era una de las cosas que más había anhelado desde hace mucho tiempo.

– Me vuelves loco Po. – dijo Mile mirándolo mientras Apo abría sus ojos con sorpresa. – todo tú me vuelves loco. Tu mirada, tu sonrisa, tu cara, tus hermosos ojos, tu forma de ser, tu cuerpo... hasta tu olor. – lo dijo mientras daba otra respiración.

La mente de Apo se había quedado en blanco, no escuchaba ni la voz de sus pensamientos pues al parecer al igual que su boca este se había quedado sin palabras. Lo que estaba escuchando de la boca de Mile era algo que solo había estado en sus sueños, aquellos que sintió que con el tiempo y la distancia se estaban desvaneciendo, pero pasado el tiempo aquí estaba, frente a su P'Mai, encerrado entre sus brazos, con su rostro tan cerca diciéndole estas cosas.

Apo cerró sus ojos, y los pensamientos negativos y traicioneros que todos tenemos le decía que este no era Mile, sino Kinn. Que solo era Mile interpretando su papel y viendo cómo reaccionaba Apo a él. Pero no podía ser así, lo poco o mucho que conocía de Mile sabía que él no era así, que él no era una persona que gustaba de jugar con los sentimientos de alguien.

– Abre tus ojos Po. – Le dijo Mile sosteniendo con delicadeza una de las mejillas de Apo y este hizo caso mientras pegaba más su rostro a esa mano, pues no sabía que anhelaba tanto ese tacto en él. – no pienses cosas que no son, me gustas Po, me gustas mucho y desde hace mucho tiempo y ya estoy harto de ocultarlo, de ocultártelo a ti. – le dijo Mile casi con una mirada de súplica.

– Yo... ¿Te gusto?, pero... ¿soy un chico?– dijo Apo con muchas dudas en su cabeza pero con el corazón a mil por hora.

– Pooooo, creo que entre tú y yo ese no es un impedimento, y ten por seguro que no es cosa de unos días, unas semanas o un par de meses desde que nos volvimos a encontrar. Po, tú me gustas desde hace mucho, quisiera decirte que desde el momento que nos conocimos, pero ni yo mismo sé si fue en ese momento, solo sé que desde ese día estás en mis pensamientos.

– P'Mai... yo, yo no sé qué decir. – Apo seguía en desconcierto, pero asimilando la situación, pues todo lo que Mile le había dicho sobre él, era lo mismo que Apo sentía hacia Mile.

– Po, no quiero que te sientas presionado y puede que quizás esta no haya sido la mejor manera pero ya no puedo más. No me importa ocultárselo a todo el mundo, pero no puedo seguir ocultándotelo a ti, me gusta Po, me gustas mucho. Ya se acerca el día en que vamos a empezar a grabar y no quiero que mi cuerpo me traicione por no habértelo dicho antes, no quiero hacerte sentir mal en ningún momento. He tratado de buscar la manera de decírtelo pero siempre pasaba algo.

– Lo de anoche... – dijo Apo a modo de pregunta.

– Lo de anoche fue real. Por muy borracho que esté yo siempre recuerdo lo que hago y lo que digo. Po, ese día del taller según el libreto yo debía besarte y era algo que no iba a hacer, pues quería respetar tu espacio y respetarte a ti, y estoy seguro que tú tampoco esperabas que lo hiciera, pero no pude aguantarme las ganas. He tenido mucha paciencia, pero ese día al tenerte tan cerca la paciencia se fue por la ventana y te besé.

– Y saliste corriendo. – dijo Apo desviando la mirada, pero Mile hizo que lo viera de nuevo.

– Anoche te dije que salí corriendo porque me excite Po, me provocas tanto que ni yo ni mi cuerpo nos pudimos resistir y hui para que nadie se diera cuenta, no puedes culparme por ello. ¿Qué hubieras hecho tú en mi situación?

Apo solo sonrió, porque a él le había pasado lo mismo, pero lo pudo disimular muy bien ya que al abrir los ojos y no ver a su P'Mai, la emoción bajó de golpe, eso era lo que estaba recordando.

– Supongo que...hubiera hecho lo mismo. – Apo le respondió.

– No es una justificación de mi parte, pero no quería que me vieras así y hacerte sentir incómodo por no saberme controlar...dios, he de parecer un adolescente precoz a tus ojos. – dijo Mile mientras pasaba su mano por su cabello avergonzado.

– La verdad es que quizás me hubiera reído. – dijo Apo con una sonrisa tímida. – son reacciones de nuestro cuerpo que no podemos controlar, porque a mi me ha pasado, además sería muy gracioso ver a mi jefe con una casa de campaña. – lo dijo ya con una sonrisa más grande.

– Así que... ¿Quieres verlo ahora? – Dijo Mile pegando su cuerpo aún más, tanto que ni una viruta de polvo podía pasar entre ellos.

– P'Mai. – dijo Apo sorprendido, pues al sentir a Mile tan cerca también sintió una dureza en su pierna y estaba seguro que eso no eran ni las llaves ni el celular de Mile, por lo que procedió a sonrojarse.

Mile estaba a escasos centímetros de la boca de Apo, ya había pasado mucho tiempo del último beso que le había dado, ya era momento de hacerlo de nuevo. Apo lo esperaba con sus ojos cerrados y un ruido en la puerta lo hizo abrir los ojos y voltear hacia esta, alguien intentaba abrir su puerta pero al no poder decidió tocar.

– Hey bro...voy a salir, regreso en la noche, espérame despierto. – dijo Bibble y seguro esperando afuera por una respuesta.

– Sí, está bien. – le respondió Apo esperando que Bibble se fuera de una vez. A los pocos segundos escucharon como la puerta principal era abierta y posteriormente cerrada. Mile y Apo regresaron su mirada a cada uno.

– Y esa es otra de las razones por la cual quería decírtelo.

– ¿Cuál razón?– preguntó Apo desconcertado

– El acercamiento que tienen todos contigo, me hierve la sangre al ver a alguien abrazarte y darte besos, no lo soporto, los celos se apoderan de mí y sí, ya sé que estoy mal y no debería pues no somos nada, pero es algo que no puedo evitar, una cosa es verlo en fotos y otra presenciarlo.

– ¿Fotos?... ¿Qué fotos? – preguntó Apo con mirada interrogativa. Por su parte Mile no le podía decir que era su stalker personal y que había visto sus fotos de instagram donde sus amigos lo abrazaban muy cómodamente, lo mejor era seguir con lo importante.

– Po, he hablado demasiado y aún no sé lo que piensas, yo no te voy a exigir que me correspondas pero...

– Bésame. – las palabras de Mile murieron al escuchar lo que Apo había dicho.

– ¿Qué?– no es que Mile no quisiera besar a Apo, si es lo que deseaba, Mile sólo quería asegurarse que justo eso era lo que había salido de la boca de Apo.

– Bésame P'Mai... lo he estado deseando hace mucho.– Apo no espero la respuesta de Mile, pues en cuanto terminó de decirlo este ya estaba tomando el rostro de Mile para acercarlo a su boca y empezar algo que los dos querían.

El beso se tornó apasionado en cuestión de segundos, cada uno había llegado a su límite. Tenerse tan cerca y aguantarse las ganas solo había provocado que estás crecieran a alturas increíbles. Sus posiciones ya hacían que la tensión se elevará aún más.

Se comieron la boca como si estuvieran muriendo de hambre, lo estaban, pero no hambre de comida, sino hambre de ellos, para cada uno de los dos el tiempo solo había hecho más grandes sus sentimientos y la convivencia diaria que tenían no les ayudaba a minorarla.

El aire les hizo falta, razón por la cual tuvieron que separarse, sus respiraciones estaban descontroladas, sus alientos chocaban en el rostro del otro, no sabían si eran ellos o qué, pero en esa habitación hacía demasiado calor aun cuando el aire acondicionado estaba encendido.

Mile se acercó de nuevo a los labios de Apo y le dio otro beso, pero este beso a pesar de ser intenso fue con calma, en ese beso Mile le estaba transmitiendo muchos de sus sentimientos a Apo, al terminar ese beso, Apo tomó el rostro de Mile de nuevo y lo besó, ahora era su turno de demostrarle lo que sentía.

Al terminar el beso se quedaron mirando fijamente, de su boca no salía nada, pero sus miradas decían mucho, y así se quedaron un par de minutos hasta que Apo decidió hablar.

– P'Mai...Yo tampoco puedo decirte cuánto, pero también me gustas. No puedo decirte desde cuándo, pero fue hace mucho tiempo. No puedo decirte cuánto te extrañe, pero fue demasiado. Lo que sí puedo decirte es que regresé y regresé por ti. – en el rostro de Mile se dibujó una sonrisa y Apo no se quedó atrás.

Después de mucho tiempo por fin habían logrado decir lo que tanto guardaban en su corazón, los cuales latían de forma muy acelerada y cada uno lo comprobó, pues Mile llevó la mano de Apo a su pecho del lado de su corazón para que este sintiera sus latidos. Acción que Apo replicó, con la mano del otro en sus corazones se dieron un beso.

El resto del día lo pasaron juntos, ese día era viernes y no tenían agenda hasta el lunes por lo que decidieron pasar el fin de semana juntos. Además Mile no contaba con sus llaves y no podía ir a ningún lado y ni quería.

Se tumbaron en la cama y empezaron a contarse cosas, por su parte Mile le contó sobre sus viajes solo y en familia y Apo sobre todo lo que vivió en NY siendo una persona de otro país y por consiguiente con otro idioma y creencias. Se la pasaron riendo, recordando cosas de los años en que habían coincidido y también del proyecto del cual los dos eran protagonistas. Un gran reto para los dos, pues ahora debían de actuar lo más natural posible para que sus compañeros no se dieran cuenta que entre el jefe y su empleado había algo... justo como los protagonistas de su serie.


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