ENTRE LA IMAGINACIÓN Y LA REALIDAD _ Parte 40 Especial JobBas


Aceptándote entre mis deseos más profundos

Pasada la navidad, todos volvían a su vida rutinaria, incluyéndome a mí que debía seguir con el tema de la serie; me aliste muy a prisa para ir directo a la compañía; había escuchado hace poco el rumor de que la empresa estaba teniendo dificultades con llevar la serie debido a los estragos que estaba ocasionando el Covid-19 y lo difícil que se hacía grabar...pero eso eran solo rumores, porque a nosotros hasta el momento no nos habían dicho nada.

Suelo ser una persona que muy poco me preocupo por cómo me pueda ver, ya que me veo bien siempre...admito que si sonó narcisista de mi parte, pero cuando digo que no me preocupo estoy hablando de que soy bastante sencillo, trato siempre de buscar la comodidad por encima de la moda. Así que, colocar tanto empeño en cómo lucir no es algo que haga parte de mi vida. Está mañana recibí una llamada, teníamos pendiente una entrevista con una presentadora que tiene un canal en YouTube, es bastante famosa así que salir en su programa será una buena manera de promocionar la serie.

Estacione mi auto y ya dispuesto a bajar, vi a alguien salir de un auto negro que se encontraba diagonal al mío, sin pensarlo regrese dentro del auto... Volví a mirar y en efecto era él. Si, la persona que dejó un comentario al pie de la foto que subí a Instagram en navidad. Si, el mismo que hizo que sonriera de la manera más idiota posible y si... el mismo que en estos momentos producía que me escondiera dentro del auto en vez de enfrentarlo... Job enserio deja de ser tan tonto... Además, él no siente nada por ti, bueno aún no se si en verdad no siente nada por mí, pero es evidente que soy solamente yo quien está sintiendo un sinfín de sentimientos confusos...mientras discutía con mi propia mente, alguien me sacó de mis pensamientos.

— ¡Hello! ¿Bajarás del auto o mirarás para siempre el timón? - Con una pequeña risita Tong me dijo mientras asomaba su cara por la ventana.

— H-Hola Phi. Eh... ya iba bajando solo que me...je... Bueno nada. ¿Cómo estás? – tratando de sonar lo más convincente posible, baje del auto aunque no lo quería hacer, pero era eso o parecer un completo demente escondiéndome.

— Yo súper bien ¿No te parece este, un día hermoso? – dice Tong con una sonrisa brillante, mientras abría los brazos como si quisiera atrapar algo entre sus dedos, debo decir que se veía extraño pero es Tong y él suele ser bastante transparente con lo que siente.

— Supongo Phi – no sabía qué decir, miré hacia atrás buscando a Bas pero no lo encontré.

— ¿Buscas algo? O... ¿a alguien? – Con tono curioso pregunto Tong.

— No, solo me pareció ver...no es nada, vi mal Phi - le dije con la intención de disipar su curiosidad.

— Sawatdee torn chao/Buenos días– Tong saludaba a alguien, mire hacia la dirección del saludo y ahí estaba de pie en la entrada, la misma persona de la cual hace un momento me escondía, se veía tan guapo que trague en seco, no sabía qué hacer, ni que decir, ni cómo actuar, pero como siempre sin procesarlo hice lo primero que se me ocurrió.

— Bueno días...P'Bas – sonreí de una manera tan rebuscada y nerviosa, que si hubiera tenido la oportunidad de sonreír de nuevo, definitivamente no volvería a sonreír de esa manera.

— Sawatdee Khrap / Buenos días – amablemente me respondió, sus ojos tenían un brillo tan encantador.

Entramos y nos detuvimos frente a un ascensor, los tres nos acomodamos, yo estaba frente a Tong y Bas; me acerqué y apreté el número del piso junto con el botón de subida. Por lo general los ascensores son el método más fácil y rápido para llegar, pero el silencio y la tensión se volvían cada vez más pesados, parecía como si nunca llegaríamos a nuestro destino, hasta que dicho silencio fue cortado por una pregunta.

— ¿Qué tal navidad? – Bas pregunto, no sé si su intención era averiguar si había leído su comentario o solo quería volver más incómodo el momento.

— Lo pasé de maravilla, a lado de mi familia, comimos muchos platos deliciosos y también postres... ¡Ohhh! solo recordarlos siento el sabor nuevamente en mi boca – Tong sonreía mientras hablaba sin parar.

Yo trate de escucharlo pero mi atención se interrumpió debido a una mirada sobre mí, sabía quién me miraba y eso me aceleraba el corazón, me estaba poniendo nervioso hasta que no soporte más y mire, él desvío rápidamente su mirada hacia Tong que seguía hablando.

— Todo eso estaba en la mesa... mi hijo me regaló algo muy lindo. ¿Quieren verlo? – Tong preguntó con entusiasmo.

— ¡Si! – al mismo tiempo tanto Bas cómo yo respondimos y nos acercamos.

Tong mostraba las fotos que se tomaron en navidad, los lugares que visitaron, el regalo que le había dado su hijo, los platos que había deleitado su paladar, todo los maravillosos momento que paso junto a su familia; deslizaba el dedo con tanta emoción que por un momento me quedé mirando el orgullo con el que presumía a su pequeño, él adora a ese niño y bastaba con mirarlo para saber qué haría lo que sea para hacerlo feliz.

Bas estaba cerca de mí, no tanto, pero lo suficiente como para perderme en el olor que emanaba su cuerpo, quería míralo pero la timidez me ganaba, luche para soportar el aroma, cerré los ojos como para no seguir sintiendo todo esto, pero no pude y medio alce mi vista, hasta que me detuve en sus labios, en mi mente solo pensaba en lo hermoso que se veía, parpadee un par de veces y me obligue a silenciar los pensamientos fogosos que aparecían dentro de mi cabeza, baje la vista y me retire de Tong, sentía que me estaba faltando el aire y trate de buscar algo estable detrás de mí que me sostuviera, hasta que tropecé con la pared. El sonido del ascensor abriéndose anunciaba que habíamos llegado, no lo pensé dos veces y salí de esas cuatro paredes sofocantes hacia un baño.

— ¿Job? ¿Te pasa algo? – Tong me preguntó con preocupación.

— Y-ya- yo iré al baño Phi ya vuelvo- Lo que estaba pasando no es para nada normal, pero era normal para cualquier hombre que sintiera deseos...el problema era que esos deseos me los provocaba otro hombre y dicha persona no sentía nada por mí.

— Ok te esperamos – Tong estaba de pie firme en su respuesta.

— No...no es necesario Phi pueden ir yo los alcanzo luego – solo quería alejarlos pero no me estaban colaborando en lo absoluto, voltee para darle fin a la conversación y ocuparme de ese asunto entre mis piernas... hasta que...

— ¿Estás seguro que estás bien? – Otra vez Tong preguntó.

— No...digo si, seguro, no te preocupes – Porque precisamente hoy tenía que ser más persistente que todos los días.

— ¿P ́ Job? – Bas que no había dicho nada, mencionó mi nombre un tanto preocupado.

— Mm – Dios si estás ahí por favor alejalos, ya no lo soporto más – ¿Dime? - me volteo nuevamente.

— Si te sientes mal te puedo acompañar – me dice de manera tan considerada que casi aceptó su propuesta.

— ¡No! - dije con tanta desesperación mientras pensaba. ¿acompañarme? Esto debe ser un chiste si estoy huyendo de ti – lo siento, yo me encuentro bien solo que. .. tome mucha agua en el camino y bueno está haciendo sus efectos – me sentía un tanto apenado, pero qué más podía decir para quitármelos de encima.

Camine rápido, las piernas me temblaban; a decir verdad sentía muy incómodo el pantalón, me apretaba justo en la entrepierna, sentía que algo iba a estallar y me estaba avergonzando, llegué al baño lo más rápido que pude, abrí la primera puerta que encontré y cerré de prisa; me sostuve tratando de respirar para conseguir calma, baje mi mirada hacia el pantalón y el relieve en esa parte estaba indicando con claridad que debía hacerme cargo ... soportarlo y dejarlo así no era opción, porque sería demasiado incómodo; desabroche el pantalón, lo baje e hice lo mejor que podía hacer cualquier hombre para deshacerse de la tensión producidas por fuertes deseos...acariciar a mi buen amiguito, estaba en el punto máximo solo faltaba un poco más para soltarlo, cerré los ojos pero ahí estaba otra vez, sus labios invadiendo dentro de mis pensamientos sin permiso, sentía tan cerca su aroma que me estaba excitando de nuevo. ¡Maldita sea! Ya había liberado y otra vez se estaba colocando duro de nuevo, necesitaba salir del baño o si no alguien vendría a ver qué pasaba y no quiero que me vean en esta situación... volví a ocuparme de mi asunto. Salí directo al lavamanos, abrí la llave y lave mi cara varias veces, seque todo rastro de humedad. Mientras caminaba fuera del baño alguien estaba de pie obstaculizando mi paso.

— ¿Te encuentras bien? – Me dice Bas con preocupación.

— Mm – asentí, no quería ser grosero pero... porque tiene que aparecer justo cuando estoy tratando de evadirte, pensé dentro de mí, me moví para continuar mi camino y así alejarme lo más que pudiera de él o si no tendría que volver al baño. 

— No soy de tu agrado ¿cierto? – me pregunta con un tono que parecía como si en el fondo estuviera decepcionado.

Esa pregunta me detuvo, ¿No eres de mi agrado? Si supieras que hace un momento estaba batallando con mis pensamientos lujuriosos, mi miembro a punto de estallar por tu culpa y me preguntas si... ¿No eres de mi agrado? evidentemente no le diría eso así que voltee y lo mire, estaba de pie frente a mí con una mirada tan pasiva pero tan triste que desee acercarme más y abrazarlo, decirle que había pasado los límites del agrado. No, no me agradas, me fascinas que es distinto, pero no puedo hacerlo, no puedo decirle esas palabras y mucho menos abrazar a una persona que no siente nada por mí, aparte de que iba a parecer un poco extraño que lo abrazara... me acerqué un poco más y le respondí.

— Discúlpame por ser tan grosero, no tengo ningún inconveniente hacia ti, pero pido disculpas sinceramente por haberte hecho pensar de esa forma – solo eso dije.

— Entiendo – bajo su mirada, caminó hacia mí y cuando ya se encontraba a mi lado, continuó diciendo – espero que seamos buenos amigos Phi – dijo y se marchó hacia la sala.

Si ese es nuestro destino entonces que así sea, debería alegrarme por tenerte como amigo, aunque en estos momentos desearía tenerte como algo más. Tenía una sensación dentro de mi pecho, una combinación entre alegría y tristeza... ¿Cuándo aspiré a ser algo más?... que estupidez, acaso en verdad pensaste que lograrías ser algo más, eres un hombre Job y él también lo es, además no estamos en un cuento de hadas con fantasía, dónde el príncipe se enamora de la princesa a primera vista y terminan viviendo felices por siempre... que ridículo ¡Despierta ya! Quedé estático pensando, hasta que decidí voltear y continuar mi camino hacia la sala. Me senté en uno de los sofás, tratando de asimilar todo lo que había pasado.

Luego de varios minutos todos iban llegando; Mile, Apo, Build y Bible entre otros más, la entrevista se dio de manera normal, como cualquier entrevista con dinámicas, preguntas y bromas . La hora de almorzar llegó, todos nos reunimos en una sala y comimos mientras esperábamos una sesión de fotos, además de otros pendientes, fue un día bastante pesado pero para mí fue necesario, porque si eso alejaría a Bas de mis pensamientos entonces no me quejaría y lo agradecería...

Iba hacia mi carro luego de terminar, eran casi las 2 de la madrugada, estaba tan cansado que no sé cómo llegué al carro, sentía que los ojos se me estaban cerrando solos, anhelaba tanto estar en mi cama, tan suave y fría... pero estaba en el estacionamiento de pie frente a mi auto, me comencé a sentir un tanto mareado, así que busqué dónde apoyarme, mientras recuperaba la compostura, alguien se acercó a mí.

— Phi... ¿Te encuentras bien? – No sé en qué momento llegó, pero Bas estaba a mi lado, con un tono preocupado me preguntó.

— Un poco mareado...pero...- mis piernas se hicieron débil y casi caigo.

— ¡Phi! – Bas colocó su mano en mi espalda.

— No, no te preocupes, estoy bien no es nada solo estoy un poco cansado – dije tratando de liberarme, me sentía mal quería cavar un hueco tan grande como el tamaño del mundo y meterme dentro de él para no sentirme avergonzado.

— No puedes conducir así, por favor déjame llevarte – con insistencia Bas continuo – por favor ¿sí?

— Te aseguro que estaré bien, no es la primera vez que pasa, puedo hacerlo. Gracias- le conteste, solo quería volver a mi auto, todo el día estaba tratando de huir de él y ahora él estaba sosteniéndome.

— ¿¡Tanto te molesta mi presencia phi!? – Su tono fuerte me hizo mirarlo tenía su mirada clavada en mí con enojo, jamás lo había visto así.

— Lo siento, es que no quiero ser una carga- le dije mientras agachaba la cabeza.

— No lo eres, estoy complacido de llevarte. Además ya te dije que quiero ser tu amigo.

— Amigos...- como odio esa palabra cuando sale de su boca, pero no puedo aspirar a más - Está bien.

Ambos subimos al auto, él iba manejando y yo a su lado, me acomode pero no sé en qué momento me deje llevar y terminé cerrando los ojos. Dormí tan profundamente, tan cómodamente que la cama se sentía un poco incomoda, fui abriendo los ojos hasta que la silueta de un hombre acostado frente a mí me hizo despertar de golpe, se trataba de Bas, yo estaba aún dentro del carro junto con él, me había quedado dormido que ni siquiera me di cuenta que ya el cielo estaba claro, mire el reloj y eran las 6:00 a.m no quería despertarlo, se veía tan cómodo que no quise hacerlo, así que volví acomodarme y fingí estar dormido, pero una curiosidad se despertó dentro de mí, abrí nuevamente mis ojos y me quede observando cada detalle de su cara, ¿Cuándo volvería a tener esta oportunidad?... quizás nunca, así que debía aprovecharla; me quedé mirando su cara, no imaginé que mientras dormía se pudiera ver aún más guapo, pase mi mirada por cada una de sus facciones físicas, hasta que aterricé en sus labios se veían tan bien que quería acercarme y probarlos, su piel blanca adornaba tan perfectamente con el color de su cabello, me fui acercando más hasta que levante lentamente mi mano para quitar el mechón de cabello que caía en su cara, pero sus ojos se abrieron de repente, baje rápidamente mi mano y me retire.

— ¿Despertaste Phi? Cómo te encuentras – Bas me pregunta, con cara somnolienta aún.

— Lo siento, no fue mi intención quedarme dormido, ya me encuentro mejor, disculpa por haberte despertado – le digo mientras el corazón se me quería salir, espero que no se haya dado cuenta de lo que estuve a punto de hacer.

— No te preocupes es mejor que descanses – aun en la misma posición inicial me dice mientras me sonríe.

— Gracias, por cierto... ¿Dónde estamos? – le preguntó mientras acomodaba mi brazo.

— No sabía a dónde ir, cuando quise preguntar ya Phi se había quedado dormido y no quise despertarte – se acomodó el cabello y continuó diciendo – estamos cerca del templo del amanecer, es un buen lugar para contemplar el cielo de noche ¿Se te antoja un café Phi? O si quieres nos quedamos un poco más, me han dicho que por este lado del templo cuando comienza a salir el sol es todo un espectáculo– vuelve y me sonríe.

— ¿Quieres mirarlo?– le pregunté, se veía tan entusiasmado cuando me dijo lo del sol que quería complacerlo, se sentía tan bien despertar a su lado que parecía un sueño.

— Mmm – con una voz dulce pero tierna me respondió.

Él no es consciente que no debería hacer esos gestos o de lo contrario cualquiera podría colapsar debido a sus encantos, qué poca consideración tiene. Nos acomodamos mientras esperamos que el sol fuera saliendo, treinta minutos después la luz radiante en contraste con el color azul del cielo hacían juego, brindando una gran vista ... era precioso y majestuoso.

— ¿Es hermoso cierto? – aún mirando hacia el cielo Bas pregunta

— Demasiado a decir verdad – le conteste, pero no me refería al cielo, ni al sol... me refería a él.

— Ahora ¿si te apetece un café? – voltea y me pregunta

— Por favor – le conteste dándole una sonrisa.

Llegamos a un lugar llamado Koble Coffee, era bastante elegante y tranquilo, baje a comprar los café, ya suficiente había hecho Bas por mi, como para que también fuera por los café, así que baje del auto.

— ¿Quieres algo en especial? - le pregunté.

— Iced coffee - me dice con un tono alegre.

— Mmmm ya vuelvo, no me demoro - así que le gusta el café frío.

Pedí los cafés, espere por un rato hasta que me llamaron, amablemente me dieron el pedido y salí, al llegar al carro Bas no estaba, miré hacia varios lados pero él no estaba por ninguna parte, ya me estaba comenzando a preocupar... ¿A dónde te fuiste? Las llaves no estaban, así que en definitiva, se encontraba cerca, mientras buscaba, alguien me tocó el hombro de repente me sobresalté y volteé, era Bas riéndose.

— ¿Te asustaste Phi? - continúa riéndose.

— ¿Dónde estabas? Ya me estaba preocupando - le preguntó con un tono serio.

— Estaba en el baño ¿Así que te preocupas por mí? - me pregunta de manera curiosa.

— Bueno, no sabía a dónde te habías ido, es obvio que me sienta así.

— Está bien, ven vamos a sentarnos aquí, mientras nos tomamos el café, ¿Te parece? - me indica el lugar en donde nos vamos a sentar. Me acomode pero en ese momento mientras me sentaba, él se levantaba

— ¿A dónde vas de nuevo? - porque no puede quedarse quieto.

— Ya vuelvo - fue hacia el carro, agarro algo y regreso, pero antes de llegar se detuvo y saco su celular

— ¿Qué haces? - le pregunté.

— Tomarte una foto, así que dame tu mejor pose - me dice mientras se acomoda para lograr tomarme la foto.

— Lo hago con una condición - le dije mientras me acercaba a él, quede mirándolo y continúe - no me digas Phi, solo dime Job - bueno si la intención era ser amigos, entonces este era un buen comienzo, además solo nos llevamos un año de diferencia.

— ¿Eso quiere decir que ya somos amigos? - me pregunta y sonríe.

— Mmmm - no sabía qué más decir solo sonreí y me di la vuelta.

Sabes cómo cuando tienes tu primer amor en secundaria, que la felicidad que sientes por experimentar todos esas emociones a veces se te hace imposible de creer, junto con la inocencia de los años que no sabes como reaccionar pero muestra tus comportamientos más puros... así me sentía, nervioso pero feliz. Prácticamente pasamos la mañana juntos, reímos y hablamos de ciertas cosas, en una que otra oportunidad mientras él hablaba, me perdía en su mirada pero trataba no parecer tan estúpido. Terminamos el café y regresamos al carro, ahora sí le había indicado dónde vivía y él muy amablemente me llevó; ya no sé sentía tensión dentro del carro o por lo menos no la misma que antes, de vez en cuando lo observaba y en algunas ocasiones chocamos miradas y sonreímos.

Recordé por un momento cuando me comenzaron a gustar los hombres, no es algo que esperas en realidad pero mis padres siempre han sido bastante modernos y respetuosos, la primera vez que me gusto un chico fue en secundaria tenía aproximadamente 16 años y él 17, no sabía porque experimentaba tales cosas; socialmente es poco aceptable que un hombre le guste otro hombre pero yo estaba yendo en contra de las reglas sociales y más las Tailandesas que aunque parezcan que aceptan todo...la realidad es completamente distinta. Tenía miedo de aceptar lo que realmente sentía, tenía pánico a ser señalado, juzgado y rechazado por ser "diferente" por no ser "normal". ¿Qué es la normalidad? si ser normal para las demás personas, en fingir ser lo que no quieres ser y vivir siendo alguien diferente sin tener la oportunidad de amar a quien desees amar... entonces al diablo con la "normalidad"; pero para ese entonces no pensaba de esta forma, era un niño y no estaba preparado para enfrentar el mundo tan cruel en el que vivía, si no hubiera sido por mamá, que se dio cuenta de mis gustos y me apoyo...tal vez hoy fuera totalmente distinto.

— ¿Job? ... ¿Job?... - Bas me trajo de vuelta de mis pensamientos.

— Disculpa, ¿qué? - No me di cuenta que me había adentrado en mis recuerdos a tal punto de no escucharlo.

— Ya llegamos - Me dice.

— Gracias por traerme y disculpa una vez más por todo - le digo de la manera más sincera posible.

— No fue molestia para mí hacerlo - me dice y continúa - ¿Te puedo preguntar algo?

— Claro que puedes - cualquier cosa que me fuera a preguntar...sinceramente no estaba preparado para responderlas pero sería sincero con él.

— ¿Comúnmente tus amigos te llaman por tu nombre?

— No - De todas las posibles preguntas que pensé que me podía hacer, no se me ocurrió que fuera a preguntar eso. Abrí la puerta del auto y a punto de salir, di la vuelta y continúe diciendo - solo tú - le sonreí y me despedí, no tengo nada que perder si no lo hago ahora, tal vez no lo haré nunca, el se me quedo mirando y la sonrisa que me brindó se podría interpretar de dos forma o estaba muy feliz por ser el único amigo que me llamaba por mi nombre o la menos probable ... que yo también le gustaba.




-Xixi 🌼

Comentarios