Barcode se le quedó viendo al hijo del sol que en las últimas semanas se había vuelto su mundo, cuando pensó que nunca podría acercarse a un humano, Jeff entró a su mundo y pensando que quizás sería la última vez que podría estar así de cerca de él... Barcode llevó sus brazos hasta el cuello de Jeff y lo obligó a acercarse hasta traerlo cerca de su rostro, acercó sus labios y entrecerrando sus ojos, lo besó con todo lo que sentía su corazón.
Jeff tuvo una visión al sentir los labios de Barcode, en ella vio a una manada de lobos muy unida y dentro del calor de esa manada destacaba un cachorro. Este cachorro parecía feliz dentro de su manada, hasta que un fatídico día comenzaron a cazarlos. Jeff vio caer uno a uno de los lobos hasta que los cachorros fueron atrapados y separados en jaulas, asustados y solos, pues habían quedado huérfanos.
Entonces, Jeff sintió todo el dolor que sentía un cachorro en especial, su dolor era comparado al suyo con el corazón roto. El pequeño sufrió tanto como él al sentirse traicionado, a diferencia que el cachorro había perdido toda su familia.
Algunas lágrimas resbalaron de los ojos de Jeff al separarse del beso y al ver a Barcode a los ojos lo comprendió todo. Ese cachorro y esos recuerdos, pertenecían a Barcode, y los rostros que recordaba pertenecían a esos hombres. Le hicieron tanto daño, destrozaron su mundo dejándolo solo y sin familia.
Las manos de Jeff fueron al rostro de Barcode acunando sus mejillas, se acercó para dejar un beso en su frente.
— Barcode, no sé cómo es que vi esas imágenes en mi cabeza, pero lo único de lo que sí estoy seguro es que todo este tiempo he podido sentir la magia de ti. – Jeff dijo esto acariciando suavemente con sus dedos el rostro de Barcode — Has venido a cambiar mi vida y llenarla de magia, de eso estoy seguro. Y te creo, quiero creer en todo lo que vi pequeño, puedo prometerte que no volverás a estar solo. Quizás no puedas recuperar tu familia, pero voy a protegerte a ti y a los seres que viven en mis tierras.
— Jeff... - Barcode no podía decir nada de lo emocionado que estaba. Silenciosas lágrimas resbalaron por sus mejillas.
— Espera aquí, necesito arreglar esto. – Jeff se levantó rápidamente de la cama y salió de la habitación.
Barcode se quedó solo en la habitación, no podía creer que Jeff supiera toda la verdad y le pareció un sueño, que nada era real. El miedo lo estuvo acechando todo este tiempo como para que todo terminara de esta manera.
Sentía un alivio que Jeff conociera la verdad de su pasado, sin embargo, Barcode seguía sintiendo miedo por el futuro de Jeff. Entonces, un escalofrío recorrió su cuerpo, que lo hizo precipitarse hacia la entrada de la casa.
La luna ya había aparecido en lo alto del cielo, los hombres habían desaparecido y tampoco los vio por ningún lado, sin embargo, Jeff se encontraba en el suelo con su ropa empolvada, en una postura que parecía doler su cuerpo y en su cara había algunos golpes, también estaba desmayado.
Barcode corrió hasta donde estaba.
— ¡Jeff! – gritó desesperado mientras se hincaba a su lado.
Barcode trató de despertarlo sin moverlo mucho, pues tenía miedo tocarlo y lastimarlo más.
— Resiste Jeff, por favor resiste, estarás bien. – le susurró Barcode preocupado.
Entonces, Barcode trató de tomarlo en brazos al verlo que no reaccionaba y empezó a inspeccionar su cuerpo en busca de alguna otra herida. Un hilo de sangre corría por la boca de Jeff... el aroma de la sangre hizo doler su pecho a Barcode.
Esos hombres se habían atrevido hacerle daño a Jeff, así que estaba furioso y enojado consigo mismo, porque si hubiera conseguido lastimar a esos hombres antes y alejarlos de la casa cuando los atacó, nada de esto habría pasado y Jeff no estaría lastimado. Si hubiera podido protegerlo como debía... pero los hubiera no existían.
Ellos intentaron deshacerse de Jeff como lo hicieron con su manada, pensaron dejarlo solo en este mundo de nuevo y ¡lo habían intentado nuevamente en su presencia! Eso pensaba Barcode, aun manteniendo la esperanza de que Jeff despertará.
— ¡Todo es mi culpa, madre Luna, no pude protegerlo! – comenzó a lamentarse Barcode, al ver que Jeff seguía sin reaccionar, pensando que lo había perdido.
Luna, esta noche concédeme un deseo
Detén ahora el tiempo para nosotros
Que nuestro amor la llene por entero
Ilumínanos con tu luz, sé testigo mudo
En silencio, Barcode pidió a la Luna con vehemencia, que salvará al hijo del sol, porque de esa forma, él no estaría solo en este mundo otra vez. Porque ya no se veía viviendo la vida de otra forma. Los días que pasó al lado de Jeff, fueron los días más felices para él, que incluso el vacío dejado por su manada se fue llenando con su amor por Jeff, porque ahora lo amaba y eso lo podía reconocer.
— Por favor madre Luna, por favor, que vuelva a mí. – Barcode lloraba sobre el pecho de Jeff.
Barcode detuvo sus lamentos cuando una luz los cubrió, la misma luz que lo cubrió a él cuando era un pequeño lobo atrapado en aquella jaula.
— ¡Madre Luna! – sabía que era ella.
— Mantendré mi promesa pequeño mío, nunca más volverás a estar solo.
— Pero Jeff... él está así por mi culpa. – no podía dejar de culparse.
— ¡Qué dices, mi niño! Tú no eres el culpable.
— Tú me salvaste una vez madre Luna y me encargaste que ayudará a este hijo del sol para que no muriera, pero no pude hacerlo.
— Él no ha muerto. ¿Puedes sentir su corazón? Aún late.
Barcode podía escuchar débilmente los latidos de su corazón que se aferraba a la vida. Su corazón aún no moría.
— Mantendré mis dos promesas hechas a ustedes. – la Luna mantendría a salvo a Barcode y para no dejarlo solo tendría a Jeff, ya que el hijo del sol era perfecto para cuidar de él, pues como él mismo Jeff le había dicho a la Luna, tenía mucho amor para dar. — Eres merecedor de este amor.
Y con esas palabras, la Luna resplandeció más, cegando a Barcode que se aferraba al cuerpo de Jeff.
Cuando el resplandor se había desvanecido, Barcode pudo abrir sus ojos y contempló que estaban dentro de la habitación de Jeff. Este se encontraba tendido en la cama mientras él, estaba de pie frente a la ventana.
La luna se encontraba en el cielo, Barcode podía verla por la ventana.
— Tu... madre Luna... me salvaste como siempre. – por la emoción apenas y podía hablar, estaba muy agradecido con ella.
— ¡Aaah! – Barcode escuchó proferir un quejido de dolor de Jeff.
¡Había despertado!
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Jeff despertó de su sueño. Tenía un poco de dolor, pero más que nada algo de incomodidad, así que intentó acomodarse mejor para no sentirla, pero al moverse, el dolor le golpeó.
— ¡Aaah! – se quejó Jeff.
Con el dolor los recuerdos vinieron a su mente. Recordó a los dos tipos que se plantaron en su puerta y buscaban su permiso para cazar en sus tierras. Sin embargo, después de conocer la historia de Barcode, la furia lo cegó y al regresar a verlos, también se les fue encima justo como lo había hecho el propio Barcode.
Jeff sabía que estaba en desventaja y aún así se defendió, lo que no prestó cuidado es que estos hombres nunca andaban solos, siempre eran un grupo listos para atacar. Y cuando se habían cansado, lo dejaron ahí tirado a su suerte, esperando que Barcode lo encontrara.
Fue entonces cuando Jeff reaccionó, ¿Dónde estaba Barcode? Entonces, lo escuchó suspirar antes de ver a Barcode de pie frente a la ventana.
Barcode parecía asustado y sus ojos, estaban hinchados, seguramente habría estado llorando.
— Lo siento Jeff... - dijo Barcode suavemente.
— ¡No! ¡Por favor no te vayas! – gritó Jeff al ver a Barcode junto a la ventana, en la que tantas veces lo vio salir.
Un doloroso hormigueo recorrió su estómago, por sobre el dolor de su cuerpo se levantó de la cama, ya que Jeff no quería perderlo otra vez, porque ya no podría vivir sin él.
— Barcode no te vayas. – dijo Jeff dando unos pasos hacia Barcode con cuidado, como si temiera que de un momento a otro este se fuera — Esos hombres no volverán hacerte daño, prohibiré que cacen en nuestras tierras.
— ¿Nuestras? – preguntó Barcode sin alejarse de la ventana.
— Sí, nuestras. Porque ya vives aquí, porque lo mío es tuyo y porque como dueños, podemos prohibir que cacen aquí. Voy a conseguir guardabosques armados. Ningún animal estará en peligro otra vez.
— ¿Qué es un guardabosque?
— Ellos nos van ayudar a cuidar y proteger nuestras tierras de los cazadores y de todo aquel que quiera hacer daño.
— Eso es bueno. – dijo Barcode sonriendo.
— Entonces, no te iras ¿verdad?
Barcode se quedó mirando a Jeff sin entender.
— Solo, aléjate de la ventana por favor. – le suplicó Jeff alargando su mano hacia Barcode para que la tomara.
Fue cuando Barcode comprendió su preocupación.
— ¡Oh! Lo siento. – se disculpó Barcode — Voy a cerrar la ventana, espera. – cerró la ventana y enseguida regresó sus pasos para tomar la mano de Jeff. — Vamos siéntate en la cama, todavía no estás bien.
Jeff enseguida tomó la mano que le tendía y jalo de ella, acercándose a Barcode para abrazarlo.
— Que susto me diste. – confesó Jeff acariciando con una de sus manos la cabeza del chico mientras que la otra lo mantenía apretado a su cuerpo.
— De verdad, no pienso irme nunca más. Al menos...
Cuando a Barcode se le cortó la voz y no pudo continuar, Jeff lo sintió temblar entre sus brazos.
— ¿Qué sucede? – preguntó Jeff separándose un poco para poder ver al chico a los ojos— Al menos, ¿qué? – Barcode comenzó a negar con su cabeza — Dime... - presionó Jeff.
— Al menos que mueras. – dijo casi llorando Barcode — Justo hoy pensé que morías cuando te encontré tendido en el suelo y golpeado.
— ¿Morir? ¿Cómo es eso? – le preguntó Jeff.
— Hace un tiempo mi madre Luna me lo dijo, que estabas sufriendo y que podrías morir.
— Ah, ¿sí? – Jeff lo estaba escuchando. — Yo no estoy muriendo
— Ella dijo que tu corazón estaba muriendo y que podrías morir porque estabas sufriendo mucho. ¿todavía te duele mucho el corazón? – preguntó un preocupado Barcode.
Jeff sonrió dulcemente antes de responderle.
— Ven aquí. – Jeff tomó la mano de Barcode y la puso en su corazón — ¿Lo sientes latir?
— Sí. ¿No está muriendo?
— Ya no. Estaba muriendo porque me sentía solo, pero luego llegaste tú y esto cambió. Lo hiciste latir de nuevo.
Las palabras de Jeff hicieron muy feliz a Barcode, pues los latidos de su corazón se sentían muy fuertes y no estaba muriendo.
— No voy a morir, no lo haré si estás conmigo.
— Entonces lo hice bien. – dijo orgullosamente Barcode. — Mi madre Luna dijo que tú pediste su ayuda, así que ella te ayudaría a ti y también a mí. Ella hizo que viniera a ti.
— ¿Ella hizo eso? Tengo mucho que agradecerle. – Jeff volvió a abrazar a Barcode — La Luna me mandó a su hijo más hermoso, así que yo lo voy a cuidar y valorar mucho.
Sintiendo todo el amor que Jeff le profesaba, Barcode sonrió en el abrazo y comenzó a dar brinquitos de emoción. Estaba muy feliz y deseaba demostrarlo, como cuando era un cachorro. En ese momento, sus instintos lo llevaron a frotarse contra Jeff.
— ¿Qué estás haciendo? – Jeff preguntó con curiosidad.
— Dejando mi olor en ti. – respondió mientras frotaba su rostro contra el de Jeff, mejilla con mejilla, nariz con nariz.
— Y eso es por qué...
— Para que sepan que eres mío.
— ¿Cosa de lobos? – Barcode asintió. — Pero si soy tuyo, porque te amo.
Tal vez Barcode no podría comprender el término, así que Jeff se lo demostraría con hechos a través del tiempo.
— Te amo, cachorro. – y Jeff volvió a besar su frente.
— Te amo también, Jeff – respondió Barcode envolviendo el cuerpo de Jeff entre sus brazos, pegándolo también a su cuerpo como Jeff lo hizo antes, a diferencia que el chico también unió sus labios, dejándole claro que entendía perfectamente lo que es el amor.
Barcode estaba en un sueño cada vez que besaba aquellos labios perfectos que encajaban con los suyos como si hubieran sido hechos para encontrarse. "¿Así se sentía besar a la persona que amas? ¿El amor? Nunca pensé enamorarme de un hijo del sol, pero Jeff es diferente, me gusta tanto que me alegra que vivamos tan lejos del pueblo y de otras personas. Ya me encargaré de que nadie se vuelva a acercar por aquí" ... Barcode sentía que volaba y que sus ruegos fueron escuchados, haciendo sueño realidad.
Claro que entendía lo que era el amor y la lealtad, tener una pareja. En su manada le inculcaron esos valores y sus padres le mostraron lo que es el amor, proteger a quien es tu pareja y procurarla.
Barcode sonrió y lo abrazó con fuerza, escondiendo su rostro en el cuello de Jeff, aspirando su aroma y sintiendo su calor tan vívidamente que le recordaba una y otra vez que eso no era un sueño, que en verdad tenía Jeff estaría a su lado para siempre. Algo había encajado en el interior de Barcode, asentándose la idea de que ya tenía pareja en él y desatando todos los instintos de su lobo. Por eso la necesidad del olor de Jeff, de sentirlo cerca y dejar su olor también encima de él.
Y Jeff, sentía que estaba en el mismísimo cielo cada vez que su cuerpo y sus ojos se encontraban con los de Barcode, la persona que fue enviada para salvarlo.
Quiero vivir al calor de sus besos
Quiero morir de pasión con sus caricias
Sentirnos de este remolino ambos presos
Y disfrutar así, una a una de sus delicias.
— La verdad es que no sabía que podría llegar a amarte tanto y que también... de necesitarte tanto a mi lado, Barcode. – susurró Jeff mientras se sentaba en la cama abrazando aún al chico. Se acomodó en ella, recargándose en la cabecera sentado en la cama y Barcode se acomodó recostado sobre su pecho,
— Yo también, Jeff. ¿Sabes? Solamente hay una cosa en todo el mundo que me hace feliz siempre. – dijo Barcode acariciando el pecho sobre el que estaba recostado.
— ¿Dime?
— Tú, Jeff – Confesó Barcode levantando sus ojos para encontrarse con los de Jeff.
— Barcode... - Jeff parpadeó un par de veces y una tenue pero sincera sonrisa se formó en sus labios.
Ambos se sonrieron, una silenciosa promesa se selló entre ellos y ya nada en el mundo iría mal. Sus labios se encontraron y se unieron lentos, suaves, como caricias hechas por el aleteo de una mariposa.
El corazón de ambos dio un salto. Las dudas se habían dispersado y habían confirmado que no podían vivir sin el otro. Eran una sola alma y para vivir, sus corazones no podían estar alejados, ambos se necesitaban como el mismo aire que respiraban.
Ninguno de los dos sabía a ciencia cierta lo que les deparaba el futuro, y tampoco querían saberlo, las sorpresas que les esperaban quizás no fueran buenas, quizás los lastimarían o quizás, simplemente no ocurrirían. De lo que, sí estaban seguros, es que sin importar lo que sucediera después, ambos estarían ahí el uno para el otro cuando se necesitaran. Que Barcode siempre estaría con Jeff y que Jeff siempre estaría con Barcode.
Fin.
*** 希 *** 希 *** 希 *** 希 ***
Hemos llegado al final de este coso hermoso que, espero les haya gustado y lo hayan disfrutado tanto como yo. De todas las cosas que he escrito, y si miran mi perfil han sido muchos, este es uno de los que más me han gustado por lo lindo que resultó.
Gracias por leer, pero sobre todo por comentar.
希 HeeChan
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