Oneshot... Si Tú Me Miras

Título del Oneshot: "Si Tú Me Miras"

Parejas: MileApo

Autora: Lunis HeeChan

Beta Reader: Nyu

Tipo: Yaoi

Género: Fluff, Romántico

Clasificación: PG

Aclaración: Use parte de la entrevista donde Mile explica cómo los ojos de Apo le parecieron como flor de durazno y también donde hablan sobre lo que sintieron el uno del otro en las escenas de amor.

Créditos de las entrevistas traducidas a: yeahmileapo / mewgulf forever.

Comentario del Autora: Este pequeño coso nació por una imagen y a pedido de la Veci Sujuduth. Como verán, no pude negarme porque la foto es encantadora y los ojos del MileApo me inspiraron. Solamente deje fluir la idea.

Espero que les guste y disfruten la lectura.



"Si Tú Me Miras"

Ellos se miraban con nuevos ojos, como dos extraños que se acababan de conocer. Pero, en las circunstancias en las que se encontraban... después de haberse besado y terminar desnudos sobre una cama, era algo extraño de entender lo que estaba sucediendo...

Lo que había comenzado como una simple curiosidad, los tenía en este momento recostados sobre una cama, mirándose el uno al otro sin comprender muy bien todavía lo que había pasado.

Algo cambió, sus sentimientos no eran los mismos que cuando comenzaron, y no podían dejar de verse con nuevos ojos.

Mile desde que conoció a Apo, no pudo olvidar sus ojos, su mirada y lo bello de su rostro, su fina cintura pensando cómo se sentiría tenerla entre sus manos. Fue tanta la impresión que Apo causó en él, que las relaciones casuales que llegaba a tener, imaginaba que era Apo el que estaba con él.

En sus 19 años de vida, nunca le había pasado esto, pues Mile conocía el amor y esto no lo era... al menos es lo que pensaba en esos momentos. Desear a un chico, para Mile era algo nuevo que Apo le hizo sentir.

En cambio, Apo desde el primer momento que lo vio en ese gym, no pudo olvidarlo. Más que sus músculos, le impresionaron sus pensamientos, su forma de tratarlo y cuidarlo como buen Phi. Además, los ojos de Mile parecían inteligentes y cada que lo observaban, creía ver en ellos curiosidad, como si quisiera descubrirlo.

Apo no entendía lo que pasaba, si siempre le atrajeron las chicas y no es que quisiera que algo pasara. Por eso, es que se volvió amigo de Mile, lo que los llevó a involucrarse en las mismas actividades. Anhelando cada encuentro y disfrutando estar con él.

Mile le llevaba algunos meses de ventaja a Apo con respecto a su edad, lo que hacía que Mile actuará como un hermano mayor y a Apo tratar a Mile como a un Phi. Para ellos, aunque se trataba de una interacción respetuosa, fue algo que les ayudó a mantener sus sentimientos a distancia.

Esto les funcionó hasta cierta noche.

Si tú me miras

Si tú me miras

Nos amaremos en la justa oscuridad...

Justo después de una fiesta con sus amigos, Apo ya no pudo llegar al dormitorio de la universidad, lo que hizo que Mile le invitara a quedarse en su pequeño departamento, que no se encontraba muy lejos del campus.

Sí, habían bebido algo de alcohol con sus amigos, pero no al grado de estar perdidos, ya que ambos llegaron caminando sin problemas.

Al llegar al departamento, charlaron por un momento hasta que el silencio se apoderó de los dos. Una cosa llevó a la otra, hasta que sus bocas se encontraron y terminaron en la cama del mayor.

Los besos y caricias no se hicieron esperar. Sus ropas se hicieron estorbosas, por lo que terminaron deshaciéndose de ellas. Con sus cuerpos desnudos, sus pieles rozándose, se hizo más excitante el momento. Hasta que, los dos se dieron cuenta de lo que estaba pasando y como si el encantó hubiera terminado, se detuvieron al mismo tiempo.

Se miraron por un largo momento asimilando lo sucedido, intentando encontrar alguna explicación que pudiera dar razón a lo que estaban sintiendo en ese momento.

Mile fue el primero en recostarse sobre la cama frente a Apo, sin apartar la mirada de este. Mientras que Apo, bajo la mirada mientras se acomodaba de su lado de la cama, en un tonto intento por poner en orden sus pensamientos. Lo que había pasado lo tenía aturdido.

Cuando estuvo acomodado, Apo se dio cuenta de su desnudez, lo que le hizo sentir vulnerable, causando que comenzará a jalar la sábana que había quedado suelta para cubrir su cuerpo. Mile se dio cuenta de lo que intentaba hacer, ayudándolo en el proceso, se dedicó a cubrir el cuerpo de Apo con la sábana y a su vez, tomar parte de esta misma para cubrirse el mismo. Mile se acomodó sobre su estómago, cubriendo su cuerpo de la cintura para abajo.

Había un poco de incomodidad en sus miradas mientras se veían, ambos sintiéndose un poco perdidos.

Apretando los labios algo avergonzado, Apo pensó que quizás no debería quedarse. Se estaba preparando para marcharse de allí, cuando al hacer el intento por girarse sobre la cama y levantarse, una fuerte mano lo detuvo tomando su brazo. Mile lo estaba deteniendo mientras lo miraba de forma preocupada.

Si tú me miras

Si tú me miras

Te enseñaré a decir: "te quiero", sin hablar

Mientras tengamos un secreto que ocultar...

— Por favor, quédate – dijo, adivinando lo que Apo pensaba hacer.

La cara de Apo reflejaba lo sorprendido que estaba al darse cuenta que sus pensamientos fueron adivinados, por lo que Mile de nuevo habló.

— Tus ojos, son tan fáciles de leer para mi ahora... - respondió sorprendiéndose de sí mismo por la sinceridad de sus palabras.

La declaración hizo que los dos se sonrojaran. Entendiendo lo que esto significaba, Mile no perdió detalle de la reacción de Apo, este tragó saliva y en el proceso su nuez de Adán se movió de una forma lenta y sexy, que hizo que su garganta se secara.

Los ojos de Mile regresaron entonces a posarse sobre la boca de Apo para después volver su mirada a los ojos de este mismo. Era tan dulce su mirada, que Mile no se resistió a tocarlo, acariciando con suavidad la piel canela de su brazo, sus dedos subieron hasta la mejilla de Apo y después llegaron hasta su cabello para quedarse allí, haciéndolo estremecer de gusto.

— No te vayas – suplicó Mile, con sus ojos clavados sobre los de Apo.

— No podría irme ahora – susurró Apo acercando su rostro y juntando sus labios a los de Mile, capturando su boca en un beso.

Mile gruñó de gusto y separó su boca al momento para poder darle paso a su lengua. Los dos estaban con las emociones a flor de piel, dominándolos mientras exploraban sus bocas, en un delicioso beso.

Ellos estaban descubriendo todo un nuevo mundo de emociones y sentimientos por el otro, deseando tener más de sí mismos. Esperando que todo eso fuera posible.

El beso llevó a Apo a colocar una mano en la nuca de Mile para atraerlo, cambiando de posiciones varias veces para ajustarse al otro. Demasiado gustosos con la sensación de tenerse y aclarando sus sentimientos por el otro, pues ya no podían negar que se gustaban mucho, demasiado quizás.

El preciado oxigeno se hizo necesario para ambos, teniendo que detener el beso y separarse un poco, regresando los dos a la posición de antes sobre las almohadas.

Al llevar su mirada sobre Apo, vio su hermoso rostro cubierto por algunos traviesos mechones, sus mejillas estaban tan rojas como las de él seguramente, prueba del perfecto beso que se acababan de dar.

— Tus ojos son tan dulces.

— Por favor, no digas eso – pidió Mile algo avergonzado, esbozando una pequeña sonrisa de una manera tan tierna, que hizo brincar el corazón de Apo.

— Pero si es verdad. Son como los de un cachorro – murmuró Apo acercándose a Mile, rodeando su cuerpo con sus brazos, acercándose a él.

— Me pone tímido que me halagues.... – dijo Mile y su rostro parecía volverse más rojo.

Cosas como estas, que no sabían el uno del otro siendo amigos, parecían fluir con mayor facilidad al tener mayor intimidad entre ellos, queriendo así, que el otro conozca esta parte que nadie más conoce.

Mile se removió sobre la cama, entre los brazos de Apo, justo para hacer lo mismo que él y abrazarlo de vuelta. Se estaba tan bien juntos de esa forma, que Mile con un brazo se apoyó en el colchón y observó en silencio a Apo, intentando grabar en su memoria ese momento.

Apo le devolvió la mirada.

— ¿Qué haremos ahora? – murmuró Apo nervioso y con las mejillas aún sonrojadas.

No tenía idea de lo que pasaría de ahora en adelante entre Mile y él, después de lo sucedido. Y Mile, parecía tener la misma disyuntiva.

— Deberíamos olvidar lo sucedido y continuar... - aquellas palabras salieron de Apo, más como una pregunta que como una afirmación.

A lo que Mile negó con la cabeza, haciendo que el corazón de Apo comenzara a latir rápidamente emocionado.

— No – respondió Mile con determinación, para después meter sus manos bajo la sábana, tomando la cintura de Apo y de esta forma atraerlo hacia él en un dulce abrazo.

Apo que, continuaba desnudo, al sentir las manos tibias de Mile sobre su piel, le hizo estremecer por su toque. Estaba sin poder creer lo que estaba sucediendo en ese momento entre ellos, era como un sueño. Aprovechando la oportunidad, Apo se atrevió a acercarse también y apoyar su mejilla contra el pecho de Mile.

Ambos soltaron un suspiro de satisfacción. Sus cuerpos encajaban perfectamente en ese abrazo.

Si tú me miras

Si tú me miras

Cuanto más crezca la injusticia, ya verás

Que son más grandes nuestras ganas de luchar...

— Debo ser sincero contigo Po, nunca pensé que estaría con un chico, – comenzó diciendo Mile —, siempre creí que me gustaban las chicas, hasta que te conocí – confesó, para después hundir su nariz en el cabello de Apo.

— Tú no eres el único... – murmuró Apo y su mano acarició suavemente el fuerte pecho descubierto de Mile.

— En realidad, tengo un poco de miedo. Somos jóvenes todavía y... puede que yo no sea lo suficientemente bueno para cuidarte o darte todo como en una relación normal. No sé... eres el primer chico y...

Apo puso sus dedos sobre la boca de Mile, impidiendo que este continuara, pues bien que entendía por dónde iban sus pensamientos. Mile se mordió los labios, giró la cabeza hacia otro lado. A lo que Apo, rápidamente hizo regresar su rostro hacia él, tomándole el mentón con sus dedos.

Después ambos se miraron por un momento.

— Podemos tener miedo, pero eso no nos puede detener – le pidió Apo — o piensas, ¿qué esto es un error?

— No, claro que no. Y ¿Tú?

— Tampoco. Me gusta cómo me haces sentir cuando me miras así, se siente... bien el estar contigo – respondió Apo, haciendo que a Mile se le formara una sonrisa.

— Me gusta lo que estoy sintiendo por ti – repitió Mile y acercó sus labios a los de Apo para darle un corto beso, lo que hizo sonreír a Apo volviendo a acercar sus labios para otro beso.

— Mile, ¿Puedo hacerte una pregunta?

— Pregúntame – fue la corta respuesta de Mile, reacomodando sus brazos sobre el cuerpo de Apo para poder ver mejor su rostro mientras lo abrazaba.

— ¿Cuándo fue que te diste cuenta que gustabas de mí? – le preguntó tímidamente Apo.

— ¿Realmente quieres saberlo?

Apo solamente asintió.

— Desde la primera vez que te vi, – comenzó a contarle Mile — pensé que tus ojos eran hermosos, porque tienes unos ojos como la flor de durazno. Unos ojos tan hermosos, tan atractivos.

— Oh, dios, ¿piensas que mis ojos son sexys? – preguntó Apo tapando sus ojos, pues nunca se lo hubiera imaginado.

— Extremadamente sexys – dijo Mile, al mismo tiempo que quitaba la mano que tapaba los ojos de Apo —. Tienes unos ojos tan brillantes cuando me miras, que me quitan el aliento.

Si tú me miras

Me amarás...

La mirada de Apo se clavó en la suya, dándole la razón una vez más, que esos ojos se metieron a su corazón y atraparon su alma.

— Desde ese día no he dejado de pensar en ti. De alguna u otra forma, tu imagen siempre regresaba a mi mente. Nunca había pasado.

— Me pasó lo mismo, y cuando me di cuenta, siempre me veía buscándote con la mirada, - estaba siendo el momento de sincerarse, así que Apo continuó — Admito que mi corazón se acelera cuando estoy contigo y me preguntaba, ¿me sucedió esto cuando estoy con otros? La respuesta fue simple: NUNCA.

La confesión llenó de felicidad a Mile, que de alguna forma, le dio a entender que sus sentimientos por Apo eran más fuertes de lo que pensaba, como para alegrarse de esta confesión. Era el único y primero para Apo también.

— Abrázame por favor, estoy flotando lejos, flotando lejos por las nubes.

La ocurrencia hizo reír a Apo, que lo hacía con su rostro pegado al pecho de Mile, pues este lo había atraído en un fuerte abrazo.

— Podría decir que me pasó lo mismo. En realidad, nunca te dije y lo digo hasta ahora Po, siempre que estaba contigo sentía que mi corazón se aceleraba como un tren a toda velocidad "chuchuchuchu"... Mi corazón se sentía como... latía cada vez más rápidamente – susurró Mile, sorprendido de él mismo al hacer esta confesión.

— Ven aquí, quiero darte un beso.

Mile colocó su mejilla a la altura del rostro de Apo para que este lo besara. Después, Apo volvió a acomodarse sobre su pecho, suspirando.

— Podría acostumbrarme a esto.

— Y yo podría pasarme el día solamente mirándote.

Y Apo supo que lo haría, cuando los ojos de Mile se posaron en él, con esa mirada dulce de cachorro que ahora le pertenecía solamente a él.

Fin





希 HeeChan

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