Adaptación: Waiting For You... Capítulo 6


Mientras paseaban por la playa al atardecer, Siwon sacudía la cabeza. No podía creer que Heechul hubiera querido ir de compras. No había ningún capítulo en su libro que sugiriera una cita en unos grandes almacenes llenos de gente.

¿Pero cómo iba a negarse? Heechul había dicho que debían pasar juntos un día normal para ver si se llevaban bien en el día a día. Y eso parecía un progreso.
Además, necesitaban un respiro después de encontrarse con el nuevo desafío del acosador. Esos emails insistiendo en que no merecía a Heechul, los habían asustado a los dosSiwon lo notificó a la oficina de investigaciones especiales para que intentaran localizar al remitente pero, por el momento, no podía hacer nada más. Sólo estar cerca de Heechul y no bajar la guardia en ningún momento. Como su casa sería el primer sitio en el que lo buscaría el pervertido, ir a unos grandes almacenes en una ciudad cercana le pareció buena idea.

Y no estaba yendo mal, al contrario. Compraron zapatillas de tenis, ropa cómoda para Heechul e incluso algunas cosas para el niño… gatitos blancos y unas camisetas increíblemente pequeñas. Después de eso, decidieron que dar un paseo sería una buena idea.

Heechul lo miraba tan intensamente algunas veces que Siwon se preguntó si aquello sería una prueba. ¿Y por qué no seguía interrogándolo sobre sus planes de dejar sus contratos en el extranjero? ¿Tan poco le importaba?

Simplemente era desconcertante. Heechul caminaba pisando fuertemente la arena blanca, pensativo.

- ¿Sabes por qué la arena cruje tanto en esta playa?

Siwon hizo un esfuerzo para entender a qué se refería.

- No, cariño. ¿Por qué?

- Porque está hecha de diminutos cristales de cuarzo. – contestó Heechul, haciendo un bailecito sobre la arena para hacerla crujir. – por eso es el mejor exfoliante natural que existe en el mundo para tus pies.

La observación era tan típica de Heechul, siempre sabia esas cosas que la naturaleza le ofrecía, que Siwon no pudo evitar una sonrisa. Pero la sonrisa pronto desapareció. La lógica decía que no hacían una buena pareja, aunque él lo deseaba tanto que su antiguamente frío corazón se encogió.

Siwon no era de los que se rendían, al contrario. Más de una vez había salvado a su diseñador, cuando alguno de sus trajes a modelar mostraba algún defecto. Siwon tenía el don para ocultarlos sacándolos del apuro. ¿Y no debería sentirse Siwon aliviado por dejar eso atrás? Sin embargo, no podía dejar de pensar en el orgullo y la emoción que aquellos detalles le daban.

No podía echarse atrás, había tomado una decisión. Siwon dejó de mirar las olas para mirar a Heechul, su rostro iluminado por los últimos rayos del sol.

- Eres tan precioso…

Heechul sonrió e incluso esa media sonrisa era más bonita que ninguna otra que Siwon conociera.

- No tienes que decirme esas cosas. Sé que no soy una persona especial y no pasa nada porque me siento cómodo siendo así. Me gusta dar paseos por la playa, ir a comprar ropa de bebé… y mis ojos siempre están ansiosos por captar alguna imagen hermosa o una pose naturalmente bella con mi cámara. Tú, en cambio, llevas una vida emocionante y llena de viajes. – Heechul sacudió la cabeza –. No sé si soy suficiente para ti, especialmente si dejas de hacer lo que tanto te gusta.

¿Que no era suficiente para él? ¿Cómo podía no saber que él sería un regalo para cualquier hombre? ¿Su ex no le decía todos los días lo maravilloso que era y lo afortunado que era él por querer tenerlo en su vida? Siwon no necesitaba el libro para darse cuenta de que, aunque Heechul había querido a su prometido, aparentemente él no sabía lo que se llevaría a casa.

Al ver el gesto desafiante de la barbilla de Heechul en contraste con el brillo vulnerable de sus ojos, Siwon supo que era hombre muerto. Y, sin pensar, tomó su cara entre las manos.

- Cariño, tú eres más de lo que yo podría soñar. Pero eso no evita que te quiera a mi lado.

Cuando Siwon inclinó la cabeza para buscar sus labios, Heechul no protestó, al contrario. La dulce boca, el cálido cuerpo de Heechul se apretó contra él; sus suspiros lo llenaron de calor, penetrando en sus venas, excitándolo como nunca.

- Te necesito, Rella. – murmuró Siwon, entre beso y beso –. Te necesito tanto...
En todos los sentidos. Quería decírtelo, pero cada vez que hablaba metía la pata.

Sin embargo Siwon, no quería que pensara que lo había dejado seis meses antes porque hubiera algo en él que no le gustaba. Heechul era perfecto y todo aquello que no era perfecto lo hacía divertido y lo convertía en todo un desafío y… demonios, podía hacer unas cosas asombrosas con esos dedos bajo su camisa. Sus gemidos y susurros diciéndole que lo deseaba tanto como lo deseaba él.

Tenían que buscar un sitio tranquilo y lo antes posible porque si no, acabarían en la cárcel por escándalo público. Además, quería alejarlo de su casa y, por suerte, a lo lejos vio un letrero de neón…

Habitaciones libres. Bungalows.


* * * * *

¿De verdad estaba en un romántico bungalow en la playa, con Siwon?

¿Se había vuelto loco o qué?

Pero mientras veía a Siwon cerrar la puerta, bajar las persianas y encender la lamparita de noche supo que no podría marcharse porque la tentación era irresistible.

¿No había hecho ese pervertido que recordara que nada en la vida era seguro?

¿Y cómo se atrevía a incluir a Siwon en sus enfermizos juegos?

No podría soportarlo si a Siwon le ocurriera algo y necesitaba ese momento tanto como lo necesitaba él. Se preocuparía de las consecuencias más tarde, en aquel momento necesitaba sentir su ardiente piel bajo los dedos.

Siwon lo tomó entre sus brazos, el aroma de su colonia masculina llenando sus sentidos como pronto llenaría a Heechul. El roce de sus manos mientras lo empujaba suavemente hacia la cama lo mareaba, el sonido de las olas parecía el eco de los latidos de su corazón, cada vez más rápido, más fuerte.

Entre apasionados besos, Heechul tiró de su camisa con dedos frenéticos y se alegró al ver que las manos de Siwon no parecían más firmes mientras le quitaba la ropa. La fresca brisa nocturna acarició la piel de Heechul, haciéndolo sentir momentáneamente avergonzado.

¿Qué pensaría Siwon de los cambios en su cuerpo desde la última vez que se vieron?
Había perdido la cintura, pero cuando acarició sus pezones con una sonrisa en los labios, Heechul dejó de hacerse preguntas.

- Ah, me alegro que el pequeño Siwan haya comido muchos nachos últimamente… Estas hermosamente voluptuoso, tengo mucho donde agarrar.

Heechul soltó una risita, pero dejó de reír cuando Siwon inclinó la cabeza para acariciarlo con la lengua.

Recorrió su virilidad de principio a fin, terminando en la punta para darle pequeños besos. Heechul no podía contenerse, se aferrara hasta clavar sus uñas en la cama, mordiendo sus labios tratando de retener sus gemidos. Siwon, por su parte, lo lamía, enroscaba su lengua, presionaba ciertos lugares sobre su miembro palpitante.

Comenzaban a escucharse los sonidos ahogados de la boca de Heechul y eso lo excitaba más de la cuenta. Siwon subió su mirada hasta el rostro de Heechul, este había tomado un color rosado que lo hacía ver inocente y vulnerable, como nunca. Sus labios arqueados levemente, dejando escapar suspiros continuados.

Siwon llevó su lengua atrevida a la entrada del ojimiel, lamiéndola suavemente, provocando un leve escalofrío en el otro. La introdujo en esa cavidad, con la intención de lubricarla y prepararla para lo siguiente

- Siwon… – Heechul hablaba con dificultad debido a sus jadeos -. Ya no puedo…

Al verlo así Siwon sonrió con satisfacción, al tiempo que engullía de nuevo su miembro casi por completo. Lo succionaba lento, queriendo observar sus reacciones. Heechul inconscientemente abrió sus piernas aun más, para facilitarle el trabajo y esto fue una señal para aumentar la velocidad a su boca, a lo que obedeció sin problemas.

Ya no podía contenerse, después de mucho tiempo se sentía en el cielo teniendo esa boca que tan bien lo conocía a su disposición, recorriendo su cuerpo, tocándolo como nadie lo había hecho. La deliciosa sensación de la boca de Siwon subiendo y bajando por su miembro se hacía cada vez más adictiva.

Dejó de reír y dejó de pensar, pero al menos sus dedos seguían funcionando mientras se sujetaba de los fuertes hombros de Siwon. Los jadeos de Heechul ya no podían ser reprimidos, su boca emitía sugestivos sonidos que incitaban a Siwon a continuar. Un calor placentero que comenzó a recorrerle a Heechul por todo el cuerpo no se hizo esperar, echó su cabeza hacia atrás, meciendo sus caderas contra la boca de Siwon en un acto inconsciente.

Pronto esa calidez descendió por él, recorriéndolo desde su vientre hasta la punta de su miembro, vertiendo ese tibio líquido en la boca de Siwon. Un gemido intenso resonó en toda la habitación. Y Siwon bebió con gusto su esencia, retirando su boca de él. Sintió que Siwon bajaba las manos para acariciar su estómago, tiernamente, con mucho cuidado. En sus ojos Heechul vio un brillo de lágrimas. Lágrimas, por Dios.

¿Cómo no iba Heechul a derretirse?

Apretó su mano sobre la que Siwon tenía en su panza y la sostuvo durante un segundo antes de que Siwon sonriera de nuevo.

Luego, la voz de Siwon se volvió ronca, tan ronca y tan sexy.

- No he estado con nadie desde la última vez que estuvimos juntos, así que ha pasado mucho tiempo. Te necesito tanto que estoy temblando, pero no quiero hacerte daño a ti o al bebe… y tampoco quiero ir demasiado rápido.

¡¿No había estado con nadie más?¡

¡¿Y se había estado conteniendo para satisfacerlo a él?!

Aun estando de viaje por el extranjero, rodeado de modelos de diferentes pieles, colores y sabores. Heechul sabía que habría tenido muchísimas oportunidades. Que no las hubiera aprovechado… no quería ni pensar en lo que eso implicaba o empezarían a hablar, tal vez a discutir.

Y Heechul no quería hablar y menos discutir con Siwon en ese momento.

- Recuerdas lo que dijo la doctora Sulli, el niño como yo estamos muy sanos y que puedo mantener relaciones sexuales sin ningún problema. Incluso ya me había dado un folleto con sugerencias para encontrar posturas más cómodas cuando esté de más tiempo.

Los ojos de Siwon se iluminaron.

- ¿Ah, sí? Cada día me gusta más tu ginecóloga.

- ¿Qué tal si empezamos con una de esas posturas ahora mismo? – sugirió Heechul, empujándolo sobre la cama.

Siwon cayó sobre el edredón, maravillosamente desnudo y listo para él. Heechul apoyó una rodilla en el colchón y se sentó a horcajadas sobre él mientras Siwon levantaba las manos para acariciar sus pezones, tirando suavemente de ellos, despertando un fiero deseo en Heechul.

- Rella. – murmuró Siwon, su erección dolía –. Te he echado tanto de menos, he echado esto de menos… a los dos juntos.

Heechul no quiso decir que sentía lo mismo, pero no pudo contener un gemido ante la magia de sus manos, el duro calor de su miembro dentro de él. Sus gemidos aumentaron de volumen cuando Siwon lo penetró poco a poco, centímetro a centímetro, su cuerpo dándole la bienvenida.

Y entonces Heechul comenzó a moverse.

¿Cómo podía haber olvidado la increíble sensación de sus embestidas?

Las palabras de Siwon, una melodía para sus oídos de cuánto lo había deseado, cuánto lo necesitaba, lo tocaba como si estuviera haciéndolo con las manos.

Después de estar separados durante tanto tiempo, Siwon sabía que tampoco Heechul iba a aguantar mucho. El placer crecía en su interior con la fuerza de las olas que golpeaban la playa fuera del bungalow; una fuerza intensa, elemental que lo hacía gritar de gozo y placer.

Temblando después, Heechul se dejó caer sobre su pecho, con el corazón acelerado, el torso de Siwon acariciando su cara. Pero, por lo visto, su entrenado cerebro la había abandonado por completo. Porque Heechul no tenía ni idea de lo que iba a decirle cuando el sudor que cubría sus saciados cuerpos se hubiera secado.

* * * * *

Mirando el amanecer desde el porche del bungalow, Siwon le pasó un brazo sobre los hombros mientras Heechul apoyaba la cabeza en su pecho. En silencio, aunque eso no lo sorprendía.

Esa noche de sexo intenso y emotivo había embotado su cerebro. Algo muy inconveniente para Siwon, ya que necesitaba ir un paso por delante del hombre más inteligente que había conocido nunca.

Heechul acarició sus manos, colocadas sobre su abultado abdomen bajo el algodón blanco de su playera.

- Una noche memorable. – dijo Heechul suspirando –. ¿Qué quieres que hagamos durante la séptima cita?

La séptima cita, el día de Navidad. Su última oportunidad.

- No creo que sea fácil mejorar lo que hemos hecho en la última.

Heechul echó hacia atrás la cabeza, sonriendo.

- La sexta cita ha sido la mejor hasta el momento, desde luego.

Teniéndolo entre sus brazos, su hijo bajo las manos, el aroma de Heechul pegado a su piel, a su alma, Siwon no quería seguir jugando. Quería que aquello fuese de verdad y temía que si le daba más tiempo para pensar, Heechul saldría corriendo.

- Cásate conmigo, Rella. No me hagas pasar el resto de mi vida sin ti.

Él abrió mucho los ojos, pero no dijo nada.

Siwon se tragó la decepción, conteniendo el deseo de darse de bofetadas por meterle prisa. Pero no podía retirar lo que había dicho.

- Muy bien, al menos no has dicho que no. ¿Pero te importaría darme una pista sobre lo que pasa por esa preciosa cabeza tuya?

Heechul se mordió los labios un momento, pero luego se dio la vuelta para echarle los brazos al cuello.

- Quiero decir que sí.

“Gracias a shissus”.

- ¿En serio? Entonces dímelo porque te aseguro que quiero escucharlo.

- ¿Y qué pasa con tu trabajo en el extranjero?

- ¿Qué tiene eso que ver? Ya te he dicho que voy a renunciar al contrato.

Heechul se puso serio entonces... Demasiado serio.

- Porque no quieres que me preocupe por que vas alejarte de nuevo.

- Sí, claro. – asintió Siwon, pensando que tal vez sólo quería comprobar que hablaba en serio –. Y porque quiero estar a tu lado, al lado de nuestro hijo y de los demás hijos que podamos tener en el futuro.

Heechul sonrió, pero en sus ojos vio un brillo de tristeza.

- Eso es muy bonito y sé que lo dices de corazón.

- Pero…

- Yo te quiero a ti, Siwon, no a esa persona en la que intentas convertirte.

- ¿Me quieres? ¡Hurra! Menos mal porque yo también te quiero a ti y estoy haciendo todo lo posible para demostrártelo. – dijo él. Y sí, le dolía un poco tener que cambiar de vida por Heechul, pero no lo suficiente como para marcharse –. Las relaciones sentimentales están basadas en el compromiso.

Heechul tomó su cara entre las manos.

- Yo he estado prometido antes, así que lo sé todo sobre el compromiso… pero ahora estamos hablando sobre quién eres y tú eres un modelo profesional, un hombre de mundo, alguien que ama viajar. No es sólo tu trabajo, es lo que eres. Creo que deberías aceptar eso antes de pedirme que me case contigo.

Siwon se obligó a sí mismo a permanecer en silencio cuando lo que deseaba era decirle que estaba equivocado, que él podía hacer que todo saliera bien porque no tenía intención de dejarlo escapar.

- Sí, es verdad que me da miedo que algo te pueda retener lejos de mí. – siguió Heechul –. Pero mas que un engaño tuyo, tengo miedo de que algo te pase en alguno de esos viajes… – tuvo que parpadear para contener las lágrimas -. Pero en la vida no hay garantías salvo que el amor verdadero lo aguanta todo.

- ¿Estás diciendo que me quieres de verdad? – el corazón de Siwon dio un vuelco dentro de su pecho.

- Estoy diciendo que sólo me casaré contigo si nos queremos de verdad y si aceptamos lo que somos. Si yo voy a confiar en que me quieras por lo que soy, tú tendrás que confiar en que yo te quiera por lo que eres.

Un momento. No podía estar diciendo que le parecía bien su trabajo. Y si era sí, ¿entonces por qué tenía dudas? ¿Tendría razón Heechul? ¿Tendría que hacer las paces con lo que era, a pesar de lo que le había pasado a su padre?

Siwon miró hacia el mar, como si pudiera encontrar allí las respuestas a esas preguntas. Pero sólo veía a las gaviotas buscando su desayuno y a un hombre bajando de un auto junto a su camioneta donde él había aparcado por la noche.

* * * * *

Heechul tuvo que salir a la camioneta pues olvido su bolso dentro y necesitaba sus medicamentos, el acido fólico no podía esperar. Había dejado a Siwon muy pensativo por la platica que tuvieron, y el también lo estaba pero no demostraba que estaba azorado tanto como Siwon lo hacia.

Que le propusiera matrimonio era algo que lo tomó por sorpresa, pero que realmente deseaba, al menos por amor deseaba que aquello fuera verdad.

Era idea suya o estaba siendo observado por alguien. Heechul comenzó a mirar a todas partes mientras se acercaba a la camioneta que cada vez estaba más cerca suyo, pero alrededor no había nadie, a excepción de un grupito de chicas que estaban unas motos acuáticas a la orilla de la playa y chillaban mientras se divertían montando en ella. Heechul noto que estaban demasiado lejos y muy ocupadas como para estar observándolo. Seguramente estaba imaginando las cosas.

Desde hace días sentía esa sensación extraña, esa sensación de ser observado. No le había dicho a Siwon, porque pensó que su mente estaba jugándole una mala pasada por el nerviosismo que desataba su acosador. Pero este desde que Siwon estaba a su lado no había hecho acto de presencia, hasta hace poco.

Y siempre que decía alguna inquietud a Siwon, este se ponía como loco tratando de solucionarlo todo para él. No quería desatarle esa histeria de nuevo o seria incapaz de dejarlo volver al trabajo. Ambos tendrían que regresar pronto a trabajar.

No le dio importancia a aquella sensación y siguió caminando hasta llegar a la camioneta subiéndose a ella y cerrándola de un portazo. Pero aquella sensación no desaparecía, era obvio que estaba siendo observado por alguien. Saco el celular de su bolso y marco a Siwon.

- Siwon…

- ¿Qué ocurre?

- Alguien esta observándome. – respondió Heechul, sin dejar de mirar hacia todos lados del aparcamiento mientras abría la puerta de la camioneta.

Heechul sintió un escalofrío de aprensión.

- ¿Crees que pueda ser el pervertido que te llama por teléfono? – Heechul podía escuchar el crujir del celular bajo la mano de Siwon –. Y si lo es no pienso dejar que se me escape.

- Quizás solo son imaginaciones mías, ya vuelvo al bungalow.

- No te muevas de la camioneta Heechul. – y después no escucho nada mas.

Esa orden lo dejó helado. Siwon podía ser testarudo pero nunca era grosero, de modo que debía pasar algo grave. Pero Heechul no pensaba quedarse en ese lugar, tenia miedo. Claro que no era tonto y sabía que debía tener cuidado por el niño. Rápidamente tomo sus cosas y con el celular aun en la mano, Heechul salió de la camioneta dispuesto a regresar sus pasos.

Escucho un grito lo bastante alto y Heechul supo que estaba en problemas.

- No te muevas. – le dijo el hombre, aquella voz le resultaba conocida.

Heechul se quedo quieto mirando hacia abajo, noto que el hombre traía un sobre blanco en sus manos, uno igual al que había recibido todos esos meses. Se armó de valor y levanto su cabeza sigilosamente para ver de quien se trataba. Heechul pudo verlo completamente dándose cuenta que su oído no le engañaba… se trataba de alguien conocido.

- Así que tú eres quien me acosa, ¿eh?

Vio como el hombre se quedaba medio estático observándolo finamente. Heechul lo miraba con rabia. ¿Quién se creía para venir a arruinarle la vida?

- No me mires así, por favor. Tú no puedes mirarme de esa forma. - murmuró el hombre sin despegar la vista de Heechul -. ¿Qué haces tan lejos de casa? ¿Lejos de la oficina?

- ¿Quién diablos crees que eres para preguntar? – Heechul estaba decidido a dejarle claro que no tenía derecho a meterse en su vida.

- ¡Respóndeme! - le grito mientras se acercaba mas a Heechul, lo tomó por los brazos y lo inmovilizo recargándolo en la camioneta, cuidando de no presionar su abultado abdomen.

El hombre se quedo mirándolo como embobado. Heechul estaba enfadado y sus ojos sobre el hombre se hicieron duros, este lo noto y lo sacudió por los brazos.

- Tu así lo estas pidiendo… deja de mirarme de esa forma. ¡Respóndeme ya! - murmuró entre dientes el hombre.

Al sentir el agarre más fuertes sobre sus brazos, Heechul soltó un sollozo.

- Me haces daño…


C o n t i n u a r a . . .

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