Lost Heart... Capítulo 14


Jungsoo se vio conducido a través de un estrecho pasillo que daba al Pub de uno de los hoteles que pertenecían al viejo Londres. Era un lugar pintoresco, algo oscuro y lleno de mesas, las paredes de madera contrastaban con el inmobiliario de metal, las mesas y sillas. Mientras el bar, la gran barra de madera sobresalía por todo lo largo de una de las paredes, con un gran espejo detrás lleno de repisas y sobre estas muchas botellas.

A Jungsoo le extraño que Kangin lo llevara a ese lugar, pues con solo ver el auto que manejaba y el reloj que sobre salía del saco, supo que era adinerado. Su trabajo lo obligaba a observar hasta el más mínimo detalle, lo hacía casi sin pensarlo ni desearlo.

Era un pub donde la mayoría de la gente que asistía eran turistas, y no era muy concurrido en esa época del año. No podía pensar lo mismo cuando fuera temporada alta, seguramente se llenaría. Había escuchado muchas veces hablar de él, pero nunca se atrevió a ir o más bien, su ocupada vida no se lo permitía.

Kangin caminaba frente a él, sin pensarlo siquiera, Jungsoo lo seguía obedientemente hasta el fondo del pub. Al rincón que fue conducido era prácticamente un reservado. A pesar de que la mesa se encontraba en un lugar abierto, esta se encontraba flanqueada por un biombo bajo y del otro lado por un macetero con plantas. Que a pesar de no ser muy altos, sentados nadie los vería, dándole a Jungsoo la sensación de intimidad.

No había duda que aquel lugar fue diseñado para aquellos que desearan un poco de intimidad para disfrutar de la mejor comida y de la mejor bebida manteniendo una buena charla sin interrupciones.

Cuando ambos estuvieron instalados en su mesa, Jungsoo pudo observar mejor a su acompañante. Lo primero que se detuvo a ver detenidamente fue su rostro, Kangin contaba con un bello rostro varonil, y luego miro el resto. Iba vestido con un exquisito traje negro y una camisa de seda negra, que lo hacía verse bastante casual.

Al momento de observarlo, no reparo que en Kangin también lo observaba a él. Su mirada como aquel día, hizo que su corazón se acelerara. El día de la fiesta Jungsoo estaba seguro que fue por el susto de verse descubierto, y esta vez… Seguramente era debido a que por fin se encontraban cara a cara, sin un teléfono entre ellos.

Eso que provocaba esa mirada a su corazón sí que era algo extraño y no lo tenía muy claro, pensaba Jungsoo mientras sentía la mirada de Kangin en su rostro y su cuerpo lleno de deseo. Afortunadamente para Jungsoo, el camarero llegó, les entregó el menú, menciono los platos de la noche y les preguntó que deseaban beber.

La carta de vinos de aquel lugar era bastante extensa, Jungsoo realmente no estaba acostumbrado a prestar atención a los nombres de lo que bebía. Al parecer en su rostro fue visible la incertidumbre, porque el primero en pedir fue Kangin y no solo eso, pidió por los dos.

- Dos cervezas en tarro de su mejor barril, por favor. – dijo, para después regalarle una hermosa sonrisa a Jungsoo -. ¿Lamenta haber aceptado mi invitación? - soltó de pronto Kangin.

Jungsoo tuvo que hacer un esfuerzo por no mostrar su sorpresa, no esperaba esa pregunta de su parte.

- Se empeñaba tanto en negarse por teléfono, que pensé que jamás aceptaría. – añadió Kangin.

Y de nuevo, como si de la campana de la escuela se tratara, el camarero llegó con las dos cervezas y les preguntó si ya habían elegido algo que comer. Al no poderse decidir, Kangin pidió la especialidad del día para los dos, despidiendo al camarero con una seña.

Los increíbles ojos de Kangin volvieron a posarse sobre Jungsoo, cosa que lo hizo sentirse como esas pequeñas moscas que se acercan tanto a la bombilla que terminan rostizadas. Algún poder ejercía ya sobre él, quizás el misterio o quizás solo era él mismo Jungsoo que no había tenido ningún romance en los últimos dos años.

Seguramente su acompañante esperaba la respuesta de su anterior pregunta.

- No me agrada sentirme obligado a hacer algo que no quiero. – dijo honestamente Jungsoo.

- Yo no lo obligue, bien pudo haberme dicho que no.

- Sabe que no es verdad, no hubiera dejado de acosarme por teléfono, estoy seguro.

- Es cierto. – asintió Kangin divertido -. Hubiera insistido hasta que usted mismo me hubiera pedido vernos, aunque fuera para golpearme por mi insistencia.

- Se ve que es una persona acomodada, que puede conseguir a cualquiera por mucho menos esfuerzo.

Por fin lo dijo, era algo que se estuvo preguntando al verlo llegar en aquel auto y ver lo bien que estaba físicamente. Definitivamente era algo que lo desconcertaba.

- Eso lo sé, pero no deseo a cualquiera, usted… tu Jungsoo, eres quien me interesa.

- ¿Por qué yo? – preguntaba Jungsoo algo rendido.

Kangin se irguió en su asiento, mandando su cuerpo hacia el frente, hasta alcanzar las manos de Jungsoo entre las suyas; a la vez que lo miraba con asombrosa intensidad.

- Lo cierto es que ni yo mismo lo sé. Normalmente no suelo ser así, eso de tomarme mi tiempo… pero en cuanto te vi supe que eras especial.

Por sus palabras, Jungsoo se encontraba desconcertado y avergonzado. Comprendió que era inútil ahondar por ahora sin salir ileso, pues él también no comprendía muchas cosas y la primera… ¿Por qué aceptó salir con su acosador telefónico?


* * *


Las últimas palabras de Heechul, pronunciadas en voz baja, resonaban en los oídos de Donghae como si fueran estallidos.

- Tuve que hacer unas investigaciones por mi cuenta Hae…

Eso le dijo su hyung, cuando sin tocar entró a su recamara. Se quedó helado cuando lo descubrió con la espalda y torso desnudos, no es que no lo haya visto antes. Lo que le sorprendió, fue ver todos esos moretones y cardenales que tenía en su espalda y parte de sus hombros.

En sus labios podía notarse todavía un pequeño enrojecimiento… ¿Qué rayos le había pasado lejos de él? Era algo que Donghae no se explicaba. Sin embargo no pudo decir nada, pues sabía que Heechul no se lo permitiría, no cuando se trataba de sus asuntos personales. Curo las heridas de Heechul mientras se mordía la lengua para no preguntar.

Los días que Heechul había estado ausente, su repentina salida y la sigilosa llegada. Algo le dijo a Donghae que no estaba bien. La naturaleza curiosa de Donghae no le permitió quedarse tranquilo, no fue difícil pues todos habían visto salir a Heechul de la comisaria con Choi Siwon como su compañía. Enterarse no lo dejó más tranquilo, contrariamente se sentía muy preocupado por Heechul y a la vez triste.

Triste porque su hyung no confiaba en él y porque sus presentimientos fueran acertados. Algo en su interior le decía que esas miradas la noche de la fiesta entre Choi y su hyung, resultaban algo más que un juego. Y finalmente llegaba el enojo, ese que hacía de Donghae un ser impulsivo que no le dejaba pensar a su cerebro con claridad. Nadie lastimaba a su hyung y se quedaba sin castigo. Que al menos el Choi se diera cuenta que Heechul, no estaba solo.

Donghae entro al edificio de YaHe corp, con su placa de policía de Seúl, cosa que nadie noto; se coló hasta la oficina de Choi Siwon.

- ¿Cómo es posible que hayas llegado hasta acá? – pregunto Siwon al verlo entrar a su oficina.

Lo que no previno fue que Donghae no se quedaría quieto del otro lado del escritorio y se fuera contra él con los puños cerrados apretadamente, mucho menos que con ellos golpeara su cara dos veces. Se escuchó a la secretaria afuera pedir ayuda.

- ¿Qué rayos le hiciste a Heechul? ¿Por qué un día se va contigo y al otro regresa de esa forma?

Ni las espesas pestañas que poseía Donghae, podían ocultar el enojo que sus ojos contenían.

- ¿Te ha dicho que he sido yo?

Fue la simple y llana pregunta que Siwon le devolvía como respuesta. No estaba seguro que responder, Heechul no le había dicho nada y sin embargo estaba seguro que Choi Siwon tenía toda la culpa de sus heridas.

El corazón de Donghae parecía quererse salir de su pecho, que tuvo que hacer un esfuerzo para encontrar su voz.

- ¿Entonces quién?

- No voy a decírtelo. – respondió Siwon –. Es algo que deberías preguntarle a él mismo. Yo también quisiera saber por quién es que se arriesga tanto, hasta el punto de no importarle nada más.

La declaración de Siwon había sido dicha sin pensar y con un dejo de ansiedad, mientras limpiaba la sangre que brotaba de su labio inferior; que desconcertó un poco a Donghae. Si hubiera sido otro, Siwon no se tentaría el corazón para devolver el golpe y algo más. Pero lo prometió, el trató con el detective y ahora amante, le amarraban las manos. Donghae era intocable para él y cualquier otro.

- ¿A quién te refieres? ¿De quién estás hablando? – fueron las preguntas en voz alta que salieron de Donghae.

Su furiosa mirada se encontró con la mirada llena de inquietud de Siwon. Era la primera vez que veía un sentimiento real en los ojos de este. Después de lo que le pareció una eternidad, la ira desatada en el interior de Donghae hacia Siwon perdía fuerza y la que tenía contra sí mismo aumentaba.

Odiaba no ser tan cercano con Heechul con sus cosas, esas que aún no se atrevía a revelarle. Y al parecer Siwon estaba más cercano en esa situación.

Varios pasos se escucharon a continuación, que hicieron voltear tanto a Siwon como a Donghae hacia la puerta. Los guardias de seguridad llegaron ante el llamado de la secretaria. No, no habían tardado tanto, solo que al calor de la pelea, el tiempo se hizo muy largo.

Donghae se retiró un poco mientras Siwon daba la orden para que los dejaran solos. Todos acataron su orden, excepto una persona que dejo la puerta abierta y aguardaba cerca por lo que pudiera ofrecerse… aunque no a favor del Choi.

- Debes dejar al detective Kim arreglar sus asuntos. – dijo Siwon, soltando el aire con fastidio -. Y como ya te he dicho lo que querías saber, debes irte.

- En la fiesta te dije que Heechul tenía unos asuntos personales que arreglar, eso lo tiene bastante preocupado y en peligro. Tolere que lo golpearan esa vez porque nada pude hacer, esta vez es diferente. Si tú tuviste la culpa esta vez… - Siwon lo interrumpió.

- Ya no tendrá que preocuparse por eso. – Donghae no supo bien a qué se refería con esto -. Tú no sabes mucho sobre mí, ¿verdad?

- No te conocía pero estoy empezando a conocerte a toda velocidad. Que Heechul este junto a ti no debió ser su idea.

Siwon abrió muy grandes sus ojos, la intuición del policía lo asombraba, pues a sus pocas sospechas; supo la relación que entre el detective y él existía. Y ese era el resultado de conocer tan bien a su ahora amante, al parecer Donghae lo conocía a la perfección. Lo que lo llevo a comprender que quizás, su amante fuera objeto de atención del policía y eso solo podía significar una cosa.

- No fui yo quien impuso los términos. – replicó Siwon.

Donghae abrió la boca para protestar, pero se detuvo. Acaso Siwon le estaba insinuando que todo era idea de Heechul, eso sí lo podía creer. Su hyung se aferraría a lo que sea con tal de lograr su objetivo. Lo conocía bien y entonces calló, bajó la mirada e intento disimular la desilusión que sentía.

Con sus hombros caídos en medio de aquella lujosa oficina, Donghae se veía derrotado. En verdad quisiera poder hacer más por su hyung, pero estaba claro que no podía si él mismo se negaba a recibir su ayuda.

- Tarde o temprano descubriré la verdad de hyung y la tuya. Mientras tanto, será mejor que cuides de él. Que si vuelve a pasarle algo, nada me va a detener para llevarte a juicio con las pruebas.

Después de todo, Donghae era un policía honesto que creía en la justicia. Con todo los documentos que tenían en su contra y lo que habían investigado sobre YaHee corp, debería ser suficiente. La persona que esperaba en la puerta, al notar ya la poca disposición de Choi Siwon, se acercó y tomó por los hombros a Donghae. El tacto conocido, no sorprendió al policía.

- No te preocupes, yo me encargo de él. – dijo dirigiéndose a Siwon.

De camino a los elevadores, Donghae no levantó su mirada ensimismado en sus pensamientos y lo que acababa de suceder. Ni siquiera cuando entraron al elevador, hasta que por fin estuvieron en el estacionamiento del edificio de YaHee corp; junto al auto de Eunhyuk.

Por fin Donghae levantó la mirada, los ojos del otro buscaron los suyos, turbulentos y desesperados. Y esa cálida mirada de Eunhyuk estuvo a punto de hacerlo caer de rodillas, llorar como niño. Mientras Eunhyuk resolvía que estaba dispuesto a todo para no volver a ver ese brillo de dolor en sus ojos.

- Es tan importante para ti, que te arriesgas de esta forma.

Eunhyuk lo reprendía sin la fuerza necesaria, pues sabía que estaba afectado. Con las manos sobre los hombros de Donghae, lo sacudió un poco tratando de despabilarlo.

- Él es alguien… a quien quiero.

Esa frase fue como una bofetada para Eunhyuk. Cuando pensaba que ya nada podía hacerle más daño, que lo escuchado en la oficina de Siwon. Porque ya no tenía la menor duda de que era cierto. Sentía auténtico miedo, auténtico amor, sobre Donghae. De modo que comprendía que era capaz de amar a alguien desinteresadamente, como nunca lo hizo.

Había estado con él, enamorándose tan solo verlo y convirtiéndose en un adicto a su presencia. Pero quizás durante ese tiempo, Donghae habría estado pensando y soñando con otro que no era él.

- Necesito un trago. – dijo Donghae de la nada, antes de subirse a su coche.

Mientras Eunhyuk en silencio le cerraba la puerta, un poco desconcertado ante las reacciones del otro.

- Conozco un buen lugar.

Atinó a decir Eunhyuk, antes de arrancar su coche.

* * *


El viaje de México a Londres, a Kyuhyun se le hizo más largo que el de ida. Cuando Yesung le dijo que tenían que salir a Londres, que se tomara con calma la noticia que Sungmin no estaba bien. Obviamente no podía estar calmado con tan pocos detalles de lo que le pasaba a su amante.

Al llegar al aeropuerto se separó de Yesung, pues él tenía que dirigirse a una clínica privada, cuyo nombre rimbombante no recordaba y llevaba anotado. Y Yesung, como le dijo, había venido a visitar viejos conocidos y a recordar viejos tiempos.

- Tú fuiste hospitalario conmigo. – Kyuhyun estrechaba su mano -. Mientras estés en Londres por favor llámame para lo que necesites. – le ofreció antes de estrecharlo en un abrazo.

Vio alejarse a Yesung con una sonrisa en los labios, contrariamente a la cara seria que traía en el avión.

Al llegar al hospital, el médico que atendía a Sungmin le dijo que estaba fuera de peligro, que fue intervenido de una pequeña fractura en su brazo y ahora se encontraba inmovilizado de ese miembro.

- ¿Por qué no ha despertado doctor? – como le habían dicho que hacía cinco horas que lo intervinieron.

- El cansancio, los golpes, la mala alimentación junto con la anemia del paciente… de esto último es de lo que estamos preocupados, ya le practicamos algunos exámenes, mañana tendremos los resultados. Por ahora se encuentra profundamente dormido; quizás este así por unas horas más. – le explico finalmente el médico.

Sungmin descansaba en la cama del hospital con un respirador, Kyuhyun se aseguraba que el pecho de Sungmin subiera y bajara, aunque fuera lentamente. Expectante a lo lejos, Kyuhyun se encontraba recargado con la espalda en la pared frente a la cama, con una mano en su boca.

- Sungmin lo siento… - comenzó a susurrar Kyuhyun, hay algo en su corazón que debía sacar -. No puedo ser de mucha ayuda para ti de esta forma, perdóname por no poderte proteger. En cambio tú, me enviaste lejos. – Kyuhyun se burló de sí mismo caminando hasta quedar a un lado de la cama -. No sabes lo que daría por estar en tu lugar, ser yo el herido. Si tan solo pudiera evitarte esa preocupación de poder cuidar de mí mismo, dejar de ser una carga para ti.

Su largo cuerpo de doblo y dejo caer suavemente su pecho sin llegar a recostarse del todo encima del cuerpecito tendido de Sungmin. Algunas lágrimas comenzaban a brotar, no le gustaba para nada verlo postrado en esa cama de hospital, con todos esos golpes y aparatos.

No se dio cuenta cuando la mano que Sungmin tenía libre se movió hacia arriba para quitarse el respirador.

- Tan tonto Cho, no me pasó nada serio, estoy bien ¿ves?

Fueron las palabras susurradas por Sungmin lo que lo hicieron voltear su rostro y encontrarse con los grandes ojos que poseía, llenos de amor al posarse en él. Como lo hacía cuando terminaban de hacer el amor.

- ¿Cómo explicas que estés así?

- No hagas preguntas tontas y abrázame ¿Si?

Y así lo hizo, olvidándose al menos en ese momento de todas las preguntas y dudas que tenía sobre lo que Sungmin hacia y lo mucho que Siwon tenía que ver en su suerte. Bien se lo había repetido hasta el cansancio Yesung “Siwon es una persona de temer, alguien peligroso… mantente alejado”.

Pero eso en lugar de querer alejarse, le obligaba a saber más, pues si Sungmin estaba involucrado con él; deseaba saberlo todo. Por ahora no insistiría, Sungmin se encontraba convaleciente y vulnerable. Lo podía ver en sus ojos, aunque no lo dijera. Lo necesitaba.

Se recostó a un lado de su cama y abrazó el pequeño cuerpo de Sungmin. Solo entonces, se permitió esconder su rostro en el cuello de Kyuhyun y llorar. A lo que el pastelero comenzó a sobar su espalda mientras le cantaba una dulce canción.

* * *


Hace dos días que había llegado, dos días tratando de dejar lo sucedido en Rusia en el olvido, pero era imposible. Heechul llevaba todo el día encerrado en su oficina tratando de encontrar algún punto a su favor en todos los documentos que tenía en contra de Choi Siwon.

Pero nada salía de ahí que fuera contundente, que no le diera espacio al hombre para chantajearlo o al ser detenido salir airoso. Necesitaba algo que no le diera espacio a salir, para que Donghae no corriera peligro alguno. Una vez amenazado con hacerle daño, Heechul no se iba arriesgar.

Decidió descansar por un momento, se apoyó contra el respaldo de su asiento y su mirada divago a lo que había vivido esos dos días de viaje.

Le tenía miedo… pero no temía por que le hiciera daño. El realmente no importaba mucho, le temía a lo que fuera capaz de hacer con él y cuanto se lo permitiría. Estaba visto que la última vez, lo sucedido en Rusia, Heechul no había puesto mucha resistencia. Le daban miedo sus propias reacciones y lo que Choi Siwon le provocaba, era algo que no acababa de entender.

Incluso desde antes de conocerlo, el día que sus miradas se cruzaron frente al Hix, Heechul fue consciente de cuanto Siwon lo deseaba, aunque en ese momento no sabía quién era él. Después como en la fiesta, no paraba de mirarlo y luego estaba esa conversación que tuvo en privado… el beso. Que rechazara esa vez su invitación para cenar solo aumento sus deseos por él. Y después al ver la oportunidad en su intento de chantaje hacia él, no dudó en hacer lo necesario para obligarlo a ser su amante.

De pronto se dio cuenta que no había vuelto a pensar en Andrew desde su regreso de Rusia. ¿Eso significaba que ya no estaba enamorado de su primer amor? ¿Qué este tiempo había logrado olvidar lo que le hizo sentir en sus días de estudiante? Sin duda, si volviera a verlo, todo regresaría de inmediato, el amor, la pasión…

Su voluntad de sacrificarlo todo solo por encontrarlo es lo que le mantenía al lado de Choi Siwon. Y Heechul no podía negarse, tenía que hacerlo para encontrar a Andrew, al menos eso se repetía con más fuerza pero con menos frecuencia.

Esa noche en Rusia, no solo le hizo brutalmente consciente de su deseo por él, también hizo de su conocimiento de los celos que sentía. Los celos involucraban sentimientos, no solo posesión, y que su cuerpo respondiera esa noche; es porque también sentía algo por Siwon además del deseo.

Pensar en eso le desviaba de lo principal. Durante su estancia en Rusia había podido contactar a alguien, una persona que ha estado en todo aquello desde hace mucho.

Después del encuentro que tuvo con Siwon y de disfrutar de la ducha para aliviar su cuerpo, más que nada deseaba estar lejos del Choi. Quien yacía dormido en la cama cuando salió de la ducha. No podía creer que aquello hubiera pasado, que lejos de ser forzado, hubiera terminado disfrutando.

Con la ayuda de las chicas fue que pudo vestirse, volvieron sus cabellos rubios, a maquillarse los destrozos que hubiera causado Siwon en su rostro y aquellas ropas caras que le hacían lucir bastante atractivo, por el frio que hacia le ayudaban a ocultar los morados de su cuerpo. Salió de aquel cuarto en el que no deseaba estar por el momento. Faltaban dos horas para que hicieran el intercambio por Sungmin.

Por eso cuando las puertas del elevador se abrieron en el lobby del hotel, ver a Kibum y su comitiva, no era algo que esperará ver a esa hora. Lo único que atinó hacer, fue salir del elevador y permanecer lo más alejado que pudiera.

Kibum ni siquiera paso registró, en su brazo iba colgado un chico muy mono que al igual que él, iba vestido extravagantemente. Pero al contrario de cómo lo vio la primera vez, Kibum parecía demasiado feliz hablando con este chico y hasta considerado. Detrás de ellos dos venían seis hombres armados, pero a los del hotel eso no les parecía raro.

Por estar observándolos tan detenidamente, fue visto por Kibum en una de esas veces que desvió su mirada del chico. Esa sonrisa se posaba ahora en Heechul, atrayendo también la atención del chico lindo. Afortunadamente para Heechul, el no andaba solo por ahí, Siwon le había asignado dos hombres para que lo siguieran donde quiera que fuera.

No tuvo más que hacer, que acercarse a saludar a la pareja y presentarse como Siwon le había nombrado, Xi.

Ahí se enteró que a Kibum le gustaba llegar antes para verificar el lugar y eso le decía a Heechul que seguramente sus hombres estarían vagando por todo el lugar. El chico se presentó como Kim Jo Kwon, hermano de Kibum, en realidad eran hermanastros como el mismo Jo Kwon se lo confesó a Heechul en cuanto se fue Kibum y los dejó solos. El chico poseía un atractivo extraño y una piel tan blanca como la suya, era pequeño y delgado, y sus cabellos rojos hacían que sus labios resaltaran en su rostro.

La forma en el trato de Kibum para con el chico a Heechul se le hizo muy particular, por eso cuando Jo Kwon le confesó que él y Kibum tenían una relación más que de hermanos… Relación incestuosa al menos de nombre, porque estaba claro que no eran hermanos. Eso le dio a entender a Heechul que Jo Kwon debía saber muchas cosas, porque como el mismo le confesaba, Kibum y el estaban juntos desde hace más de quince años. Lo sabía todo.

Poco a poco se atrevió a ir preguntando cosas. El chico no ponía resistencia, era un boquiflojo, pero también le daba la idea de que no le decía toda la verdad, que detrás de esos despiertos y curiosos ojos, su mente trabajaba a máxima velocidad para darle respuestas rápidas acorde a lo que le preguntaba.

Así fue que se enteró de todas esas cosas. En parte debía creerle y en parte no.

Lo que si tenía claro es que se volvió en alguien apreciable para Jo Kwon. Como el mismo le dijo, con estos chicos nunca llegas a saber en quien puedes confiar y en quién no. Y Heechul, al tener la etiqueta de amante de Siwon, hacía que Jo Kwon lo reconociera como su igual.

- Entonces has estado siempre junto a Kibum, debes saber mucho de las personas que están a su cargo. – comenzó indagar Heechul.

- Tanto como me deja hacerlo. – respondía Jo Kwon con un puchero -. Kibum es muy celoso respecto a relacionarme con la gente a su cargo.

- ¿En serio?

- ¡Sí! Si yo te contara como se ponía cuando Siwon… disculpa, cuando Choi Siwon trabajaba para nosotros. Siempre ha sido tan guapo y Kibum un celoso de primera.

Y la conversación después de eso cambio, Heechul ni siquiera le corrigió, era tan interesante saber del Choi y como Jo Kwon se interesaba por él, al menos eso es lo que Heechul pensaba.

Quizás… solo quizás Andrew hubiera pasado por algo parecido, Heechul rogaba para que no se hubiera convertido en algo como Siwon.

El tiempo voló y se dio cuenta cuando la hora de las negociaciones se acercaba.

- Conoces mucho de las personas que rodean a Kibum, eso es primordial. – alentaba Heechul a Jo Kwon.

- Claro, como debe ser. – sonreía.

- Entonces si algún Andrew Choi hubiera trabajado para ustedes, tu deberías saberlo, ¿verdad?

En este punto, Jo Kwon no supo que contestar. Heechul pudo ver la sorpresa en su rostro y eso le dijo que algo sabia, pero por qué no se lo decía le extrañaba.

Desafortunadamente para Heechul, ya Kibum se acercaba para llevarse a Kwon consigo. Se despidieron, no sin antes recibir una tarjeta de parte de Jo Kwon, el chico deseaba mantenerse en contacto con él. Eso le dio esperanzas a Heechul, después de todo el viaje no había sido infructuoso.

Al alejarse la pareja de Heechul, Jo Kwon le hizo una confesión a su hermanastro.

- ¿Por qué querrá saber de Andrew Choi? Si se acuesta con él. – se preguntaba Jo Kwon en voz alta.

- Seguramente por eso, quizás desea controlarlo como lo haces conmigo. – Kibum apretó más el agarre en su cintura, mientras entraba al elevador.

- No creo, no lo tengo muy claro pero podría usarlo a nuestro favor. – Jo Kwon se giró para rodear con sus manos el cuello de Kibum -. quiero a Xi para nosotros. – al cerrarse las puertas, comenzó a besar el cuello de Kibum -. No crees que sería lindo tener ese bello chico entre los dos… en nuestra cama. – para después fundirse en un profundo beso y juego de manos.

Pero esto, Heechul ya no lo supo.



C o n t i n u a r a . . .

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