Lost Heart... Capítulo 17

Vuelo con destino a la ciudad de Londres, Inglaterra, favor de abordar por el andén número 17

La metálica voz anuncio su vuelo, ajusto sus lentes de sol, tomo su maleta y camino decididamente entre los pasajeros que le rodeaban. Jo Kwon tenía una persona que traer a Rusia.

**

Cuando despertó le dolía la cabeza. Volteo alrededor de la habitación y la vio destruida, poco después reconoció el lugar y recordó el motivo.

No era lo que hubiera querido, ahora la única vía de escape que tenía no existía y él se sentía más solo que nunca. Al menos antes, tenía el recuerdo vivo de Cassey para hacerle compañía, ahora ni eso le quedaba.

Sintió el movimiento al mismo tiempo que veía el cuerpo. En sus brazos estaba Kim Heechul. Recordaba vagamente algo de aquello, pero no en su totalidad, posiblemente su cerebro había bloqueado todo para no sentir el dolor.

Heechul se veía indefenso. Estaba completamente dormido y se había retorcido un poco acomodándose mejor en sus brazos. Parecía que estaba a gusto. Se dedicó a verlo.

Había algo que posiblemente le recordaba a Cassey en él, la forma de la nariz, o el contorno de los labios, pero los ojos eran otra historia. Los de Cassey chispeaban de vida, canturreaban cada movimiento que hacía, y del policía solo recordaba haberlos visto vacíos y sin emociones. El rostro de Kim era largo y con facciones pronunciadas, comparándolas con las suaves facciones redondeadas de Cassey.

Había llorado lo suficiente la noche anterior. La noticia de la muerte de Cassey lo había tomado demasiado desprevenido. Nunca pudo imaginar siquiera esa posibilidad, Cassey no era el tipo de persona que abandonaban a sus seres queridos, pero ahora sabía que lo había dejado, se había ido para siempre. Kim Heechul le había brindado un hombro en el que llorar, no podía pensar en las razones para ello, pero un sentimiento cálido le había llenado cuando lo abrazo por la espalda y se hundió en su cuello.

Sus movimientos a través de la habitación eran pausados y lentos, como no había recordado moverse desde que conoció a Cassey. La primera vez que recordaba haber sido una persona perezosa era justamente al lado del rubio.

Era la primera mañana en que amanecían juntos. Cassey enredaba sus piernas con las suyas y podía distinguir su delgado cuerpo desnudo pegarse al propio. Sentía sus pies fríos buscar calor en su cuerpo. Sentía como cada vez que la ventana hacia ruido, se parecía querer fundir en su cuerpo. Sus manos se encontraban apoyadas contra su pecho y su cabeza del mismo modo, sentía su respiración caliente en la boca del estómago y deseo nunca levantarse de allí.

Cassey despertó pasado mediodía. Y solo le sonrió. ¿Y cómo negarse a la sonrisa más hermosa que le había dado en todo ese tiempo?

Todo ese tiempo no se dirigieron la palabra ¿para qué? Si ya se habían dicho toda la noche anterior. Silenciosamente se metió a bañar después que Cassey. Le llevo a comer al pequeño restaurante del campus, pues ninguno parecía con ganas de cocinar. Cuando estuvieron allí, lo único que oyó de sus labios fue “café late y un sándwich de queso”. Su silencio era tranquilizante, así como sus gritos la noche anterior habían sido vigorizantes. Lo único que existía en ese momento eran miradas y sonrisas disimuladas, porque nadie podía saber de lo suyo, mucho menos en un internado de monjas, y como llegaron se fueron.

Siwon volvió a la realidad al percatarse que Kim se movía buscando algo en la cama, porque posiblemente ya despertara dentro de poco. Se cambió y en esos pocos momentos, tomo una decisión.


* * *

Sabía que no era correcto, pero el simple roce, lo hacía enloquecer.

Los labios de Kangin eran tremendamente dulces y suaves, aunque al principio su mente le grito que se apartara, todo su cuerpo grito un rotundo “no” al sentir exaltarse todas las terminaciones nerviosas que poseía.

Kangin lo había empujado contra la encimera de la cocina y él para no caer,  se había sostenido de su ropa jalándolo contra sí mismo, haciendo más cercano el contacto. Cuando el aire falto entre los dos, Kangin se separó de sus labios para empezar a recorrer su cuello y clavículas con la lengua y los labios, sintió que sus piernas fallaban y enredo sus brazos alrededor de su cuello.

- No podemos… Kangin… ah… - Su cerebro aun le decía que era indebido, que no podía hacerlo de ese modo, pero su cuerpo estaba tan caliente… no debía haber dejado que pasara tanto tiempo desde la última vez que estuvo con alguien…

El más alto retiro de su paso el suéter que tenía Jungsoo y comenzó a desabotonar la camisa que había debajo.

- Kangin… para. – pero su cuerpo le seguía contradiciendo… parecía un náufrago sosteniéndose a una tabla en mitad del mar… una sensual y bien formada tabla.

Los hombros anchos de Kangin le parecían un verdadero deleite para sus brazos, que se dedicaron a recorrerlos con calma. Hecho la cabeza para atrás al sentir el aliento de su acosador en aquel lugar y apretó más fuerte el agarre que tenía sobre los cabellos del alto.

- Vamos Leeteuk… solo… - ni siquiera le intereso el molesto mote por el que lo nombro. No oyó ninguna otra palabra… ni pudo pronunciarla, pues su boca fue asaltada de nueva cuenta. La intrusa sin hueso recorría cada rincón, sentía que Kangin ya había saboreado hasta sus amígdalas.

Poco a poco, comenzó a perder la paciencia… necesitaba que Kangin apagara ese calor que había despertado. Sentía el pantalón de mezclilla ajustarle molestamente.

Se arqueo un poco para sentir el cuerpo contrario más pegado al suyo. Kangin deslizo las manos bajo la camisa ya sin botones, pues en la desesperación, la había rasgado y los botones habían salido rebotando por la casa, haciendo un tintineo al chocar contra el piso.

- Si vas a hacerlo, hazlo ya… - Jungsoo se había perdido por completo en aquel mar caliente que era su nuevo amante. Ya no pensaba en las consecuencias de hacerlo con ese desconocido que lo seguía y acosaba continuamente. Y de todos modos, no era tan malo… le había llevado flores.

Kangin le hizo montar en la barra sobre la que estaban recargados. Apreso su cintura más cerca con los brazos y volvió a bajar por su cuello. El policía no pudo más que enterrar la cara en el hueco de su hombro. Aprovecho para quitarle la gabardina a Kangin y con ella la playera, la blanca piel se rebeló ante él, quien quedó maravillado por ella. Asombrado estaba viéndola cuando le mordió la clavícula, haciendo que sus nervios volvieran a saltar y que soltara un gemido grave y bajito que no hubiera escuchado el otro, de no ser porque por la posición, su boca estaba a escasos centímetros del oído de Kangin.

Sentía su cuerpo arder, tanto como el agua en el fuego… el agua… el fuego… aparto a Kangin de un manotazo, que lo desconcertó, y por el que dio dos pasos para atrás. Jungsoo corrió hasta la estufa para apagar el agua que prácticamente estaba totalmente consumida. Se rio por lo bajo, de todos modos, ya había aceptado lo que pasaba, y se sentía un completo imbécil al caminar de vuelta hacia Kangin.

El por su parte, después del desconcierto inicial de aquella repentina reacción, la perdono por completo al ver a Jungsoo tan dispuesto a terminar la noche.

Con un poco más de calma que minutos antes, lo beso a conciencia, recorriendo con sus manos cada musculo de su cuerpo. Acerco más las manos hasta el broche del pantalón de Jungsoo quien no puso mayor oposición y se dejó hacer por su gusto.

Kangin estaba a punto de terminar el agonizante trabajo de retirar el resto de la ropa del cuerpo del más bajo, cuando unos pitidos insistentes les llamaron la atención. Su acosador suspiro sobre sus labios y se dispuso a buscar el celular que no paraba su insistente chillido.

- ¿Qué? – Dijo cuando por fin lo consiguió sacar del gabán que habían votado a mitad de la sala –. interrumpes una reunión importante… voy para allá… no…

Cuando Kangin colgó, se le acerco con esa sonrisa sexy que poseía y que le había engatusado al inicio de la noche.

- Otro día será, Park Jungsoo… - le informo mientras acariciaba su cintura desnuda y lamia el lóbulo de su oído. Recogió sus cosas desperdigadas y salió de allí.

Jungsoo no lo creía aun. Estaba dispuesto a acostarse con él, y ahora lo dejaba con las ganas y un problema en los pantalones a medio quitar… además de un hambre aun mayor de la que tenía cuando llego y la mitad de la comida quemada.



* * *




Yesung le había contado todo mientras estaban sentados en el parque. Como conoció a Ryeowook, las salidas y escapadas que habían hecho, la sonrisa dulce que le regalaba y como poco a  poco empezó a cambiar…

La noche había cubierto el cielo cuando se separaron de aquella banca en el parque. Yesung quería ver a Sungmin ese mismo día y dijo que no podía esperar más por ello.

La casa estaba a oscuras cuando llegaron. Seguramente Sungmin estaría dormido. Intento convencer a Yesung de volver otro día, pero él insistió en ver a su novio.

- Tengo que verlo, es un asunto muy importante…

Kyuhyun ahora sabía que es lo que hacía Yesung. Y ahora que lo pensaba, había visto una o dos veces al mencionado Ryeowook en Min Cake, pero no creyó que su Minnie, estuviera inmiscuido en esos negocios, y aunque aún no le quedaba claro que es lo que hacía el mayor, sabía que era parte de ello.

Abrió la puerta de la habitación principal, y en la cama estaba Sungmin dormido como predijo. Se acercó sigilosamente y acaricio sus cabellos.

- Sunsun… hay alguien que quiere verte… - Min abrió los ojos y sonrió al reconocerlo.

- ¿Quién? – Había entendido lo de la visita, pero no se le ocurría nadie que quisiera verlo ahora…

- Kim Joungwoon, Yesung… - Kyuhyun no sabía si eso era suficiente, o tendría que explicar más por eso, pero una risa se dibujó en cara de su jefe.

- ¡Joungwoon! ¡Dile que venga! – Sintió celos de cómo era familiar con Yesung, aunque posiblemente era porque lo conocía de antes…

En la sala estaba el mentado, viendo algunas fotografías que estaban colocadas en el librero que dominaba aquel espacio.

- Yesung, dice Minnie que puedes pasar… - Joungwoon se adentró a la pequeña habitación con la cama con Kyuhyun justo pisándole los talones.

- Kyu-baby… déjanos solos, necesitamos hablar – Sungmin le regalo una de esas sonrisas que lo volvían tonto, y si ni siquiera dar alguna objeción se retiró de la habitación que ocupaban -. ¿Qué te trae a Europa, Yesung?

Sungmin aún permanecía en la cama, pero se levantó de donde estaba para poder sentarse en una de las sillas de la habitación, invitando a Joungwoon a que lo siguiese.

- Vine a verlo, y tengo un nuevo trabajo… - Sungmin rodo los ojos cuando dijo aquello. Él estaba en conocimiento de aquella relación, y también sabía que es lo que había pasado entre ellos.

- Yo siempre te dije que no era bueno para ti… espera… ¿Un nuevo trabajo? – Se sorprendió de aquello, no sabía las razones para que Yesung se hubiera ido a México, pero sabía que había mandado a Kyuhyun allí, porque estaría protegido por él, y esas razones desconocidas, lo traía de nuevo a Londres.

- Voy a ser el protector de Min Cake. Vienen unos embarques importantes de China, y posiblemente se deban ocupar tus bodegas, así que para eso me quedare.

- Eso es impresionante… no sé cómo Ryeo te dejo volver, parece que él no te quería volver a ver cuándo te fuiste.

- Lo arreglare, el aún me quiere… - Yesung tenía esa mirada nostálgica que ponía cuando hablaba de su ex novio.

- Olvídate de eso ya… mejor dime ¿Cómo se portó mi Kyu contigo en México? – Quería que dejara de pensar en aquel chico que le había deformado la vida, porque aunque era bueno en ella, no era lo que esperara para él.

- Magnifico, es un chico genial… solo que… - Joungwoon no termino su frase y el volumen de su voz fue descendiendo –. Sungmin, dime qué piensas hacer con el…

La cara de Sungmin se crispo por el repentino cuestionamiento. Nunca había pensado a ciencia cierta qué hacer con Kyuhyun. Pretendía que vivieran juntos, y cuando se retirara de todo eso, huir con él a algún lugar del Caribe o quizá Australia.

- Dime que no lo meterás en tus asuntos… dímelo por favor… - Yesung se veía realmente preocupado por esa situación.

- No lo hare Joungwoon… no quiero que termine como… - detuvo su frase, cuando se percató de lo cruel que podía soñar.

- ¿Cómo yo? Vamos, dilo. Sabemos que es verdad.

- Lo sé, es verdad. Pero no te preocupes, Kyuhyunnie no se verá envuelto en nada de esto… por eso lo mande contigo, mientras me tenían a mí. No quiero que nada le pase a él.

Kyuhyun no había podido contener su curiosidad y estaba afuera de la habitación, muy quieto y con el oído derecho pegado a la puerta de madera, en un esfuerzo por oír aquella conversación.

- Deberá ser fuerte… por algún motivo, creo que deberías dejarlo…

Yesung no pretendía ser cruel, de eso estaba seguro Sungmin, pero la posibilidad de separarse de él, no estaba en sus opciones. Si algo le pasaba, se mataba, y si algo le pasaba a él, estaba seguro que Kyuhyun sobreviviría con Min Cake. Había acordado aquello con Siwon, que Min Cake quedaría completamente deslindado cuando el muriera.

- Nunca lo dejare… él es mío. – su impulso de propiedad le gano y dijo aquellas palabras. A Kyuhyun se le dibujo una sonrisa tonta al oírlo recitar aquello al otro lado de la puerta.

- No te estoy diciendo que ahora, podría ser más adelante, pero tarde o temprano, el quedara atrapado en esto… no es lo que quieres ¿o sí? – Yesung se mostraba tranquilo y hasta un poco indiferente, pero esa era la fachada que Sungmin mas había visto de él desde que lo conoció.

- ¡¡No!! ¡Tú no sabes! ¡¿Sabes cuantas veces he intentado dejarlo?! ¡Es imposible! ¡Siempre termino volviendo a él! ¡Él es mío! ¡Yo soy suyo! ¡¿Es que es difícil de entender?! ¡Que el imbécil de Ryeo te hubiera dejado, no te da derecho a opinar en mi relación con Kyuhyun! – Sungmin estaba gritándole.

No había gritado en mucho tiempo, de eso Kyuhyun estaba seguro. Tanto gritaba, que seguramente se podrá haber oído en la casa de al lado sin problemas. Y desde donde estaba Kyuhyun aún más.

- ¡No me grites! ¡¿Y que si me dejo?! ¡¿Pero a ti no te importa su seguridad?! ¡¿Quieres que lo maten?! ¡Si tanto te importa, deja a Choi Siwon! ¡Deja de almacenar sus drogas en tus bodegas! ¡Deja de hacer todo lo que él diga! ¡Pareces su puta personal! ¡Te trata como si no valieras nada! ¡Y para él, no vales nada! ¡Solo eres un instrumento más! ¡Como Ryeowook! ¡Como yo! ¡Como todos! ¡Y cuando ya no le sirvas, te matara! ¡Y contigo a Kyuhyun!

Kyuhyun estaba asombrado… sabía algo de aquello, pero no expresamente eso. Ahora sabía que más trabajos hacia Sungmin para Choi. Y no era algo que quisiera saber. No así.

La puerta se abrió haciendo que Kyuhyun cayera de bruces contra el suelo.

- Largo de aquí, no vuelvas a la casa de Kyuhyun, y no te acerques a él. – Los ojos de Sungmin destilaban odio y rencor, cosas que nunca pensó que vería en los ojos del mayor.

- ¡Tú! ¡Déjalo! ¡Vete de aquí! ¡Desaparece mientras puedas! ¡Choi Siwon es un peligro! – Kyuhyun de repente había quedado atrapado entre ellos. Yesung lo miraba mientras hablaba y Sungmin le gritaba que se fuera de su casa.

Sungmin lo empujo contra la pared y le propino un puñetazo en el rostro que le dejo la mejilla roja y un hilillo rojo escurriendo por la comisura. Otra cosa que no sabía de Sungmin: que sabía pelear y era muy fuerte.

Yesung salió de su casa, mientras Sungmin se derrumbaba junto a él.



* * *




Cuando dejo a Kim Heechul en su casa y parecía muy enojado.

En el momento en que Kim despertó, lo vio y parecía que no podía creer lo que había pasado. Tenía el cabello revuelto por el sueño u la ropa un poco fuera de su lugar.

EL se había metido a bañar en la gran estancia que había mandado a construir y que ahora no quería volver a ver, por lo que ya se encontraba en un aspecto más decente que la noche anterior.

- ¿Estás bien? – Kim le pregunto cuando lo vio de espaldas arreglando una camisa blanca e impecable que tenía guardada en aquel lugar.

- ¿Por qué no habría de estarlo? – Siwon decidió que el incidente nocturno podía olvidarse.

- Anoche… ¿puedo saber que paso?

Siwon no sabía qué pensaría Heechul de aquello, no quería que nada le pasara, pero ahora era un tema que no quería tocar.

- Nada de importancia…

- Si no fuera de importancia, no habría pasado todo esto. – dijo mientras señalaba la habitación con cosas rotas.

- Me deshice de tus tíos… - No supo que más decir para que Heechul dejara de interrogarlo sobre aquel asunto.

La mirada de Heechul se llenó de un sentimiento desconocido.

- ¿Qué tu qué?

- Ryeowook encontró que eran ello quienes te habían lastimado aquella noche, y no puedo permitir que alguien toque lo que me pertenece.

- Yo no te pertenezco… y no deberías haberlo hecho… - Heechul parecía extrañamente calmado por la noticia, aun no la había asimilado.

- No tenía nada que me detuviera… te llevare a tu casa, vístete.

La furia poco a poco comenzó a salir de Heechul, y cuando lo dejo frente a su departamento, ni siquiera le dirigió la palabra.

**

Los días transcurrieron de forma rápida y sin sentido aparente, se sumergió en la rutina, solo interrumpida por las esporádicas vistas del detective, que aunque no parecía contento, se mantuvo a su lado. Su departamento nunca se había sentido tan extrañamente solo. Tomo unas cosas que necesitaba para ir a su oficina y salió de allí casi huyendo. No quería estar solo, ahora la posibilidad de estarlo lo aterraba. Cassey había desaparecido definitivamente y verdaderamente lo había dejado para siempre.

- Buenos días, señor Choi. – La recepcionista lo saludo como siempre, pero ahora guardaba un poco de distancia del. Le entrego los periódicos y los mensajes que tenía pendientes.

- Buenos días, Sohee. – El alto edificio de acero y vidrio se alzaba en el cielo de Londres, y al tomar el ascensor, poco a poco fue viendo más y más lejos la ciudad.

- Siwon… qué bueno que llegas… - Henry tenía cara de sorpresa al verlo, y tenía en sus manos muchos papeles que la tenía que revisar y firmar. El trato familiar de Henry le dio a entender que había estado preocupado por él.

- Ya estoy aquí… hay trabajo que hacer.

Todo su día fue normal, solo con pequeñas miradas por aquí y por allá, desconfiando de su persona. Los papeles y llamadas, llegaban y salían, los pactos con empresas nuevas y con las viejas, los nuevos inversionistas y todo lo demás.

Ya era hora de irse, pero no quería volver a estar solo en su departamento. La posibilidad de llamar a Kim Heechul para pasar la noche le tentó demasiado, pero desecho la idea al pensar que le interrogaría acerca de lo pasado aquella noche y no quería hablar de ello por ahora. Alrededor de las seis de la tarde, recibió una llamada, que de verdad, pensó en no atenderla, pero no debía dejarla porque tenía una palabra que cumplir.

- Choi… eh…  ¿sabes dónde está Heechul? – La voz de Donghae parecía preocupada y apenada por llamarle.

- No lo sé, anoche me dijo que estaba en su departamento… ¿Qué ha pasado? – No podía ignorar ahora lo que Heechul le hacía sentir, hacia unas noches se sintió bien, como no se había sentido desde hacía muchos años.

- Hoy en la tarde me dijo que se iba a reunir con alguien… pensé que eras tú… y ahora no contesta el teléfono, ni nada… me preocupa.

- No te preocupes, Donghae, yo lo encontrare. – colgó la llamada y pensó un rato que podía estar sucediendo.

Kim Heechul no era una persona que simplemente desapareciera, eso lo sabía por su historial académico en la policía y por las investigaciones de Ryeowook.

Llamo al teléfono de Kim, pero no hubo más respuesta que el contestador después de un rato.

- Henry… - llamo por el interfon –. Manda a alguien a revisar la comisaria, el Hix, y mi departamento. Que busquen a Kim Heechul.

- Si señor… ahora mismo.

Los minutos comenzaron a trascurrir, mientras esperaba por alguna respuesta al paradero de Kim. Ahora no podía concentrarse en los documentos frente a él. La noche había caído ya y las luces de Londres iluminaban el cielo no dejando ver las estrellas.

Las nubes se empezaban a arremolinar mientras marcaba de nueva cuenta el número de Heechul. El no saber de él, era algo a lo que pensó no tendría que enfrentarse, y el remolino que se instaló en su estómago no le hacía gracia, porque significaba, justamente lo que le había dicho Ryeowook, que Kim Heechul era importante.

Los días transcurridos entre el incidente de la casa y ese día, había pasado más tiempo con Heechul del que pasaría normalmente. El detective había insistido varias veces en verlo para hablar de las importaciones y exportaciones que llevaba a cabo, de los nombres de la gente que podía usar y de cómo se desarrollaba el trabajo que hacía, pero usualmente terminaban hablando de cosas como el clima o el último partido de baseball. Y como Heechul nunca recuperaba los datos suficientes, quedaban de verse al día siguiente, y la rutina se repetía.

Parecía que Kim Heechul estaba interesado en sus costumbres, en saber más del é, y él no se oponía porque también quería conocer más de Kim Heechul

El policía le conto la forma en que lo había tratado su familia, y que a la muerte de sus padres, sus tíos y tutores lo habían dejado prácticamente muerto en un callejón, como conoció a Ho Dong y como había llegado a ese lugar.

Lo único que nunca le dijo era lo que buscaba.

La robótica voz de Henry por el comunicador de la oficina le distrajo de nueva cuenta de sus pensamientos.

- No hay nada de Kim Heechul, parece que salió de la comisaria cerca de las cinco de la tarde. Revise su registro telefónico, y la última llamada hechas son a Lee Donghae a las cinco y treinta, y una llamada recibida es de un número desconocido y marcado como reservado. Además, tiene tres llamadas a un número con lada de Rusia durante la última semana.

¿Rusia? ¿Por qué Kim Heechul marcaria a Rusia?

- ¿Hablaste con Ryeowook? Haz que él lo busque, que lo encuentre. Revisa también si hay alguna actividad sospechosa de entrada o salida de la ciudad.

- Ahora mismo. – El pitido le confirmo que la comunicación había cesado. Ahora lo que le preocupaba y le hacía revolver el estómago eran las posibilidades acerca de que estaría haciendo Heechul llamando a Rusia.

Sabía que el detective buscaba algo, o alguien, que posiblemente estuviera en Rusia, a decir porque la vez anterior que fueron, se mostró muy interesado.

- Lee Donghae… - El nombrado acababa de responder el teléfono, y ni siquiera lo dejo contestar –. ve a Stock Hall. Dile al dueño que vas de mi parte, que pasaras la noche allí y que te de una habitación.

- ¿Ya sabes algo de Hee? – Donghae parecía asustado.

- Aun no, pero no pasara demasiado tiempo. Si es lo que parece ser, Eunhyuk cuidara de ti.

- Está bien. Gracias.

Siwon pensaba rápidamente, y a su mente vino el recuerdo de Heechul diciéndole que Jo Kwon era una agradable persona… quizá era ese el numero marcado.

- Henry… dame el número de Rusia de los registros de Heechul.

Parte de las habilidades que habían concedido a Henry su puesto en la compañía de Siwon eran las de entrar a redes y burlar complejas protecciones de empresas o gubernamentales, por lo que rastrear un número de teléfono no era complejo.

Henry recito los números mientras Siwon los apuntaba, cuando llamo a aquel número, una voz conocida en ruso le contesto.

- Hablas con Jo Kwon… Deja tu mensaje.

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