Lost Heart... Capítulo 9


Salió de la oficina con una gran sonrisa en el rostro. Si todo iba bien, Kim Heechul le pertenecería antes que acabara la noche.

Había dejado su coche afuera de la comisaria. Se adentró en él, y con la más regocijante sensación de alegría marco el número de antes.

- Ryeo… ¿lo soltaste?

- Como me dijiste

- No lo pierdas de vista, aun es importante que no escape. Síguelo, dile que no puede llamar a su amigo y que se mantenga alejado de la comisaria y su casa, ya sabes qué hacer si te aviso.

- Sí, señor

Los pitidos le dijeron que la comunicación estaba cortada. No tardó más de diez segundos en marcar otro número.

- Sungmin, necesito una habitación en el London Luxury Boutique Hotels y a las maquillistas, hoy antes de las 5.

- Sungmin no está, pero yo le digo. – la voz del otro lado de la línea le era familiar, además, se oía ronca.

- ¿Quién es?

- Soy Kyuhyun. Minnie, digo, Sungmin olvido su teléfono en la pastelería. Lo siento.

- Gracias. – y colgó.

Nunca dejo de pensar en lo mismo. Noche y día había pensado lo mismo durante más de ocho años. ¿Cómo encontrar a alguien que no quiere ser encontrado?

Si ninguna de sus investigaciones había podido dar con él, era porque, o tenia alguien escondiéndolo o el mismo se había escondido de aquella forma. Nunca había dejado de quererle, ni en mil años lo dejaría de hacer, pero ese mundo en el que estaba, lo había hecho menos sensible al sufrimiento humano, y a gozar del cuerpo de la gente para satisfacerse, para buscarlo por unos momentos.

Arranco su Audi y salió de aquel estacionamiento de policías. Esa noche seria maravillosa.

* * * * *

- No debes contestar mi celular… nunca. Bajo ninguna circunstancia.

Sungmin se separó de Kyuhyun y se bajó de la mesa donde el menor lo había tenido.

- Era solo Siwon…

- Nunca es “solo” Siwon. – Sungmin no podía decirle porque no debía contestar sus llamadas, nunca podría decirle la verdad acerca de ello.

- Vamos, no te enojes… aparte que estoy preparando un pastel de cerezas para ti, todavía me regañas…

Kyuhyun podía parecer un chico rudo, pero su naturaleza le hacía tierno y de un corazón blando, por eso sus pasteles sabían cómo el cielo.

- No te lo puedo explicar… él es peligroso. Demasiado.

- No puede ser demasiado… yo te puedo proteger…

- No lo harás… debo cuidarte yo a ti. – La voz de Sungmin era cada vez menos audible. Conteniendo las palabras, atragantándose con lo que deseaba gritar.

- Entonces explícame… que de malo hay con Choi Siwon.

Kyuhyun, no estaba al tanto de lo que pasaba en las bodegas de MinCake, apenas era consciente de lo que pasaba en su propia cocina. Sungmin lo beso. Ese beso que había sido interrumpido por la llamada de Siwon. Recorrió con sus manos el pecho del menor hasta llegar a su rostro, donde comenzó a acariciarlo como queriéndose grabar cada uno de los pliegues de aquel rostro que lo había enamorado desde hacía más de cinco años.

Sintió la suave lengua de Kyuhyun pedir permiso para entrar en su boca, y como poco a poco delineaba cada espacio allí dentro. Sus dientes, su lengua… llenados mutuamente de placer en un solo beso. Sungmin afianzo los dedos en el cabello castaño de su acompañante y sintió el sabor de las cerezas del pastel en el horno, el cual seguramente se había comido unas cuantas mientras lo preparaba.

Se separó del beso de a poco, cuando su respiración se volvió agitada y su corazón latía como si quisiera salir de su pecho. Se recostó contra el menor.

- Nunca hagas preguntas… no quieres saber esas respuestas. – “ojala cuando lo sepas, no me dejes” pensaba Sungmin.

Kyuhyun no dijo nada más. Sabía perfectamente que cuando Sungmin entraba en ese estado, no había poder humano que lo sacara de allí.

- Debemos trabajar Kyu… ¿qué te dijo?

- Necesita una habitación y maquillistas en el hotel.

- ¿El London Luxury?

- Sí. – Kyuhyun no deseaba dejar a Min solo, pero sabía cuándo tenía que hacerlo.

- Entonces, tengo trabajo… termina el tuyo.

Sungmin salió de aquella cocina sin dejar que el otro lo detuviera. Aliso su ropa y saco el teléfono de su chaqueta.

- Lo siento, acabo de llegar, Kyuhyun me dijo que llamaste, algo del London Luxury y unas maquillistas.

La voz de Siwon se oía alegre, como no la había oído en mucho tiempo.

- Sabes que a las 7 tengo una reunión con Hangeng, a las 5 necesito eso para un trabajo especial.

- Todo listo. Necesito que tú también lo estés.

¿Siwon era bueno? ¿O malo? Había veces en que no comprendía nada de qué es lo que pasaba, porque se comportaba de aquella manera, porque hacia las cosas fáciles complejas, y las complicadas tan fáciles. Él era un completo enigma. Un enigma que lo tenía bajo su merced.

* * * * *

La recepcionista del London Luxury tendría más o menos unos veinticuatro o veinticinco años, de cabello rubio (teñido obviamente) y una sonrisa de anuncio comercial. Llevaba un uniforme color azul marino y una placa colgando de la solapa de su saco informaba de su nombre, aunque en ese momento era lo que menos le preocupaba.

- Kim Heechul. – Le dijo nada más estar frente a ella.

El hotel era de cinco estrellas, recordaba haber pasado frente a él cuando se dirigió por primera vez a aquel colegio, y siempre le había parecido un espacio hermoso y elegante, pero hoy, que no sabía cuál era su destino allí dentro, era más un sitio tétrico.

Si Choi Siwon lo deseaba, podría matarlo en cuanto llegara a la habitación asignada. Llevaba un arma pequeña, como siempre lo hacía, pero no podría hacer nada si había más de dos personas allí.

- Habitación 100 Penthouse. Ultimo piso ¿Tiene equipaje?

- Eh… no. Gracias.

¿Lo matarían en un pent-house? Al menos sería algo con clase… Burlándose de sus propios pensamientos, tomo el ascensor.

“Por favor, no metas a Donghae” pensaba mientras los pisos iban desapareciendo uno a uno. Desde que Siwon abandono su oficina, no había podido localizar a su hermano. Su celular indicaba fuera de servicio, y nadie sabía dónde estaba. Definitivamente, no le preocupaba su integridad física, sino la de ese chico, al que consideraba su hermano. Su padre lo asesinaría si algo le pasaba al pequeño pez bajo su protección.

La puerta del ascensor se abrió, dejando paso a un largo pasillo. Si hubiera sido una película de terror, estaba seguro que a la mitad del trayecto saldría un maniaco, o un asesino, aunque quizá eso no distaba demasiado de lo que podría ocurrirle.

Abrió la puerta con la tarjeta que la recepcionista le había dado.

La habitación era muy grande y espaciosa, demasiado bonita. Elegante. Había una cama enorme del lado derecho y a su lado una ventana que daba a un balcón. A la izquierda, había un escritorio, algo parecido a una mini sala de reuniones y en el centro había una sala, en la que daban vueltas dos muchachas arreglando y alistando cosas de un lado y otro. Había un perchero con ropa de muchos colores diferentes y habían puesto un espejo muy grande contra uno de los muros.

- ¡Oh! ¡Tú debes ser Heechul! Mucho gusto, soy Sooyoung, Siwon no debe tardar en llegar. – La chica que le hablo era alta y delgada, tenía el cabello castaño, largo más allá de los hombros.

- Mucho gusto…

- ¡Pero vaya! qué buena calidad… lástima que estés tan desaprovechado… - la otra chica era muy bajita, tenía el cabello negro y corto, y los ojos con mucho maquillaje ahumado.

- ¡Ya! ¡Son Gain! ¡No molestes, que para eso nos trajeron! – Sooyoung era una persona un poco agresiva-pasiva, pero se veía agradable. Gain parecía una persona directa y sin tapujos.

- Bueno, apúrate, que tenemos poco tiempo, debes estar listo a las seis treinta de la tarde, y son las cinco y diez… - Sooyoung reviso su reloj de pulso y lo llevo casi a rastras a una silla que allí había.

Casi prefirió haber sido recibido por una docena de sicarios.

* * * * *

Las dos chicas resultaban muy amables, casi se olvida del lugar donde estaba, pero los nervios nunca se lo permitieron.

- Aplícale solo la BB Cream… su rostro es muy pálido para bases – Sooyoung era la que dirigía el maquillaje y el peinado.

- ¡Ojos ahumados! – Parecía que Gain estaba obsesionada con los ojos así.

- No. Solo delineador. – Sooyoung trabajaba como mariposa sobre el rostro de Heechul, no dejándolo ver el resultado de toda aquella magia.

La chica bajita comenzó a jalarle los cabellos y a aplicar algún tónico.

- Esto lo cambiara de color, cuando te bañes se caerá y regresara a la normalidad. Una peluca se vería demasiado fea en ti… y hermoso, esto no mancha nada.

Aun sentía unos pocos polvos adentrarse en su nariz cuando respiraba. No sabía exactamente pero sentía que de un momento a otro le pondrían la nariz roja y ya estaría completo su look de payaso.

- Nada más falta la ropa apropiada… pero para eso vino Gain.

A pesar que paso frente al espejo, no pudo verse, porque fue arrastrado muy rápido rumbo a un biombo donde le pasaron ropa para cambiarse.

Las prendas negras eran unas demasiado grandes y otras muy entalladas, unas no sabía que eran, y las otras con formas amorfas no sabía cómo ponérselas, aun así, entro en todas ellas. Hacía mucho tiempo que no usaba ese tipo de ropa, tan extravagantes que solo le recordaban el peor momento de su vida, aquella etapa desenfrenada que vivió.

La puerta de la habitación di un pitido cuando se abrió y Siwon entro a la habitación.

- Buenas tardes señoritas. - Sooyoung y Gain se sonrojaron un poco ante el –. Wow… merece cada minuto aquí…

Kim sintió la mirada de Siwon traspasándole la piel. Como si lo quisiera comer en ese momento. Gain lo arrastro rumbo al espejo en el cual no le habían dejado verse.

Vaya que eran maquillistas profesionales. A duras penas se reconocía. Tenía los labios ligeramente pintados y los ojos se le veían más grandes. Su cabello estaba recogido y tenía un par de aretes de presión en una de sus orejas. Vestía de negro, pero contrario a sus trajes sastre de siempre, estos eran skiny jeans de cuero y una camisa y saco del mismo color que lo hacía lucir más pequeño de lo que pensaba era.

Tan diferente lucia, era perfecto pues nadie pensaría que era Kim Heechul. Al menos nadie que lo conociera de ahora.

- Vámonos… tenemos un trato que cerrar. – Siwon lo llamo desde la puerta del departamento –. Antes, te tienes que acostumbrar a algo…

Siwon lo jalo de la cintura y lo beso de forma brusca al principio, pero de un momento a otro, era casi dulce. Algo en su cerebro no pudo responder a lo inesperado del acto y se dejó hacer, soltando incluso un suspiro de insatisfacción cuando Siwon se separó de él.

* * * * *

EL trayecto fue corto en el coche de Siwon. Vaya que estaba muy contento con el resultado de toda aquella tarde. Kim Heechul lucia demasiado sexy. Esos pantalones ajustados resaltaban su trasero… detuvo sus pensamientos antes de no llegar a la reunión.

La reunión seria en un restaurante, o al menos eso parecía.

Al llegar a la recepción, dio su propio nombre y los hicieron pasar de inmediato. Heechul a su lado se veía adorable y callado.

- No seas ruidoso, pero podrías parecer menos tímido… ayudara a este plan.

Siwon conocía demasiado bien a sus socios, y si les parecía algo realmente raro, no tardarían en atar cabos o simplemente disparar sin más premeditación.

La sala de juntas estaba detrás de unas puertas dobles de madera, era una estancia muy bella, y no parecía nada a lo que cualquier persona hubiera esperado de contrabandistas y sicarios.

Había dos sillones largos rojos, y un sillón de una plaza de tapiz de rombos que hacia juego con lo demás, en el centro una mesa baja con un juego de vasos para whisky y una botella en el medio. En uno de los sillones, estaba sentado un muchacho fornido y muy guapo, a su lado, había un niño, pues no tendría más de 19 años con una iPad anotando cosas en ella.

Siwon se dirigió al sillón único y se sentó allí para “dominar” aquella junta.

- Solo falta Zhoumi. Hice lo que me pediste. – El muchacho más pequeño ni siquiera levanto la cabeza para hablarle y siguió con su tablet.

- Wow… linda adquisición. – El chico grande, tenía la voz grave.

Heechul se había casi tirado “poéticamente” en el sillón libre. No decía nada, pero ponía a prueba todas sus dotes de actor.

La puerta se abrió antes que Siwon pudiera contestarle a su interlocutor, y un chico alto, delgado y pelirrojo entro acompañado de una chica de escándalo, con un escote demasiado grande y una falda demasiado corta. Se sentaron a un lado de Heechul, y la chica se subió a las piernas del chico. Heechul rodo los ojos.

Siwon estaba maravillado con cada una de las expresiones del policía. Era diferente a lo que últimamente había visto en él.

- Bueno, pues entonces, dime Zhoumi, que planes nuevos hay. Tenemos que firmar el trato ya.

- Yo no puedo esperar. Me encantara mandar producto a China… - Kangin dibujo una sonrisa en su rostro.

- Los términos y condiciones ya fueron aprobados por Hangeng, solo necesito que firmes aquí. – La chica sobre sus piernas saco un sobre de su gabardina, y lo extendió frente a Siwon, yendo a su lugar una vez terminado su trabajo.

- Mandaremos cinco toneladas para empezar. Los colombianos están en espera de la nueva vía, y los rusos están insistiendo mucho en que también ellos entraran. Así que debemos pensar que hacer con ellos.

- Los rusos están bien, pero los colombianos no me dan mucha confianza… aunque si no les compramos a ellos, nadie nos puede vender todo lo que necesitamos a ese precio. – Zhoumi parecía muy bien enterado de los negocios de Hangeng, y aunque antes había sido la mano “izquierda” de Siwon, ahora trabajaba completamente a las órdenes del cartel Chino.

Henry seguía anotando y de vez en vez volteaba a ver al chico que había traído su jefe.

El resto de la noche, Heechul pudo reunir mucha buena información. Nunca se había imaginado que YaHee Corp. haría una alianza con Wan Mei para comercializar por todo el lejano oriente. Además, de los inevitables alardeos acerca de que cartel llevaba más enemigos “desaparecidos” y cuantos amantes diferentes había tenido cada uno de ellos durante el último mes. Pero estaba seguro que el único que no exagero fue Siwon.

Lo último que tuvo que hacer fue más o menos similar a lo de la chica, y esta vez, por una orden de Siwon.

- Dáselo a Kangin y luego se lo das a Zhoumi.

Siwon había sacado una pluma y había firmado aquel papel, tuvo que esbozar su mejor sonrisa y llevarle el documento a Kangin. Durante lo cual pudo leer un poco de este, lo que le daba más información. Si Siwon lo hacía por cumplir su parte del trato, lo estaba haciendo muy bien. Espero a que Kangin firmara también y lo llevo hasta el lugar de Zhoumi. Le sonrió coqueto, pues es lo que la chica hizo con Siwon, y volvió a su lugar.

Zhoumi se fue completamente ebrio y ayudado por la chica, Henry y Kangin, salieron sin pena ni gloria, pues el mayor iba tomado y el menor lo acompaño a buscar su coche.

- ¿Te pareció suficiente para empezar, Detective Kim?

Heechul estaba atónito. Era más información de la que imagino recaudar jamás en la primera cita. La sala ya estaba desierta, y aun así, Kim Heechul tenía miedo de ser descubierto.

* * * * *

Las luces de Londres eran perfectas. Cada luz iluminaba el camino de forma única. Eran cerca de las dos de la mañana y todo estaba en silencio, pues era un día cualquiera entre semana, en que la gente normal se tiene que despertar temprano para ir a su trabajo.

EL teléfono de Heechul sonó.

- ¿Hee? ¿Dónde estás? ¿Vas a llegar a la casa? – Esa voz nunca había sido tan agradable de oír. Donghae estaba preocupado por él. Otra vez.

- No, no llegare. Tengo cosas que hacer. Duerme Hae. Oye… ¿no ha pasado nada? ¿Ninguna novedad?

- Nada… todo bien. Descansa entonces. – Donghae se despidió y Heechul no pudo estar más agradecido con esa llamada de última hora.

- Te dije que no le pasaría nada. Si cumples tu parte. – Siwon a su lado le sonrió de manera tranquilizadoramente amenazante ¿o amenazantemente tranquilizadora?

No les tomo demasiado tiempo volver al hotel del que habían salido aquella tarde. Choi Siwon llevaba grabada a fuego una sonrisa en su rostro, mientras que Kim Heechul parecía aterrado, pero resignado a su destino.

“Choi suele gustarle a todos por igual, hombres y mujeres. Todos terminan engatusados por su irremediable encanto” Recordó las palabras de Leeteuk, hacía apenas ¿dos días? ¿Tres? Y no pudo pensarlas más lejanas de sí mismo y más cercanas de la realidad que estaba viviendo. Choi Siwon lo había engatusado. Quizá no como a sus demás amantes que se le ofrecían por voluntad y aun con toda la información que recaudaría, sentía que traicionaba a Andrew con solo estar en cama de alguien más. Había terminado en la cama de Choi Siwon.

Era un hecho que Choi Siwon disfrutaría haciéndolo sufrir esa noche. Lo haría rogar por más y lo llevaría a los límites del placer que conocía. Entraron al ascensor, y Heechul pego un pequeño salto cuando se cerró. Estaba casi histérico y muy ciscado por lo que tenía que pagar.

La habitación estaba a oscuras cuando llegaron, y no se molestó en encender la luz. Lo único que tenía para distinguir era la luz de la luna que se filtraba por las cortinas del balcón. Todo estaba en orden como si nunca hubieran estado allí Sooyoung y Gain.

- Kim Heechul. – le llamo para que volteara hacia él.

Pudo oír el cómo tragaba saliva presa del miedo y sus pasos lentos al enfrentarlo. Acaricio sus piernas por encima de la ropa, subiendo por sus nalgas y su espalda, hasta que atrapo su cabeza en sus manos y le beso.

Heechul le intento responder, pero estaba muy tenso como para hacerlo.

- Solo relájate… suéltalo y déjalo ir.

Casi nunca se había topado con gente tan inútil en ese sentido. Todos los amantes que había tenido eran expertos en juegos sexuales o alguna bajeza de ese estilo. Kim Heechul era una nueva experiencia.

Paso sus manos por cada centímetro de su cuerpo, intentando memorizarlo. Comenzó a desfajar su camisa de entre su pantalón, desato su cinturón abriendo sus botones y su zíper. Quito su propia corbata y desabrocho un par de botones del tope.

Tomo los brazos inertes de Heechul y los coloco sobre sus hombros, como dándole indicaciones de que hacer.

Comenzó a besar su cuello, pero la solapa alta de su camisa se lo impedía, por lo que de un solo tirón la saco por encima de su cabeza, dejando al policía con el torso desnudo. Al acercarse más al cuerpo del más bajo, pudo sentir su erección creciendo lentamente contra su muslo, lo que le arranco una sonrisa de satisfacción en mitad del beso.

Kim intentaba esconder sus suspiros, pero ya era tarde, estaba seguro que Siwon los había notado. El por su parte, al oír las reacciones a sus acciones, estaba encantado. Siguió recorriéndole el cuerpo, incitándolo. Se desvistió, solo dejándose su bóxer Calvin Klein ajustados y luego, absolutamente toda la ropa de Kim Heechul fue retirada de su cuerpo y dejado sobre la cama de aquella lujosa habitación.

- Ahora comienza el juego, detective…

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