Twoshot: ¿Friend?... Parte 1

Título del Oneshot: “¿Friend?”
Autor(a): Lunis HeeChan
Parejas: SiChul
Tipo: Yaoi
Género: OTP, AU, Drama, Lemon
Clasificación: +18
Advertencias: Lemonada para todas.
Descripción: Escuchen la canción Amiga de Rey Ruiz.

Comentario de la autora:

Estaba en una fiesta, cuando escuche esa canción. En ese momento pude imaginarme todo y comencé a escribir las ideas en mi celular, para no olvidar. Lo cual no fue necesario, porque cuando volví a escuchar la canción en mi lap, las palabras fluyeron solitas, dando como resultado este twoshot. Últimamente he escrito muchos twoshots, ¿no? Espero que no les moleste que sea así. Las Quiero Nenas… Saranghae♥

Siwon POV

Esa noche hacia frío y yo estaba perdido, herido. Ella me había dejado, agobiada por la vida que llevaba a mi lado, una relación oculta para no dañar mi imagen y la del grupo. Ella siempre lo supo y aunque al comienzo estuvo de acuerdo, con el paso del tiempo se le hizo una carga. A pesar que siempre le demostré que la amaba, no fue suficiente, pues encontró a otro que le ofreció algo más que yo no podía darle por el momento.

Me engaño.



Estaba muy triste y me sentía frustrado, no deseaba estar solo, pero tampoco deseaba que alguien extraño viera el estado en el que me encontraba. Mi familia quizás me entendería, sin embargo lo que esa noche necesitaba era a mis amigos. Decidí buscarlos y me volví a los departamentos de Super Junior, ellos me entenderían, quizás hasta beberíamos algunas copas y al calor de estas me harían olvidar un poco.

Cuando llegue a los departamentos, en el primero me encontré con todos durmiendo, lo cual era normal pues todos teníamos actividades programadas esos días. Quizás yo era el único loco despierto a estas horas. Entonces recordé a los del otro piso, siempre eran más ruidosos y seguramente hallaría a alguien despierto.

Al entrar al siguiente departamento note que alguien se encontraba despierto, la luz de la cocina se encontraba encendida y al ver la silueta que vagaba por la cocina, mi mente pensó en Heechul hyung.

Con el trabajo y nuestros tiempos sin poder coincidir mucho, nuestras charlas se han limitado al saludo. El cansancio, los saturados horarios, mi relación, sé que solo son excusas mías, para justificar el abandono en el que he tenido a hyung. Como que me he dado cuenta que extraño esas largas charlas con él, nuestras salidas y hasta peleas que siempre terminaban en risas.

Pienso que si hubiera estado al pendiente de hyung como antes... esta charla la habríamos tenido sin que los dos tocáramos fondo.

Por esos días Heechul no era el más feliz, Hangeng recientemente había abandonado el grupo, lo que hizo que hyung entrara en una gran depresión. Quizás por eso creí que sería el que mejor me comprendería, después de todo la partida de Hangeng podría considerarse traición también. Además, por nuestros compañeros de grupo me entere que hyung rara vez salía de su dormitorio en el día y por la noche parecía no poder dormir. Es por eso que lo encontraba despierto.

Entre con sigilo para no despertar a nadie más y cuando me acerque pude ver que hyung estaba en pijamas, parecía que no se había desecho de ella en días, sin embargo su cabello largo junto a su semblante serio lucia muy bien. Me percate que traía en sus manos dos botellas de soju y una mirada lamentable, seguramente había estado llorando. La sola idea produjo que mi ceño se frunciera.

- Hyung… - le hable tratando de no asustarlo.
- Simba… ¿Qué haces aquí? Y a esta hora. – parecía más sorprendido que molesto, aunque también me di cuenta que estaba algo bebido.

Después que Hangeng se fuera del grupo de la manera en que lo hizo, Heechul hyung había decidido pasar su dolor solo encerrado en su cuarto. Realmente no había puesto mucha atención a su situación, pues también me dolió lo que Hangeng había hecho, como a los demás miembros del grupo.

Y al verlo en aquella situación, tan triste, lo note más delgado, ojeroso, comprendí que Hangeng siempre había sido algo más que amigo para él. No me molestaba el hecho que hyung fuera gay, yo mismo había experimentado tanto con mujeres como hombres; algo normal estando en este medio. La soledad que vivimos a veces, nos lleva a experimentar cosas nuevas y esa es una de ellas.

Ante su imagen, me reprendí el no haber intentado más para sacarlo de aquel encierro que se impuso el mismo.

- ¿Qué haces aquí? – repitió al ver que no respondía.
- Necesito hablar con alguien hyung.

Dicen que solo un alma lastimada reconoce el dolor de otra. Porque hyung no hizo preguntas, me llevo a su cuarto, me ofreció una bebida y se sentó en la cama esperando a que yo hablara. Y así lo hice, le conté todo lo sucedido, hyung sabía lo importante que era ella para mí. Me vio llorar, enfurecerme de frustración, me vio golpear las paredes desahogando mi enojo, al final llego la resignación vaciando esa y otras botellas de soju.

- La perdí como perdiste tú a quien querías. – le dije. Heechul hyung afirmo con la cabeza pero no dijo nada, bebiendo el resto de su botella -. Lo siento hyung, vine a desahogarme contigo.

De nuevo no dijo nada, en su lugar lo vi salir de la recamara, solo para volver con otras dos botellas de soju. De nuevo me ofreció una, la cual acepte, chocamos ambas botellas antes de beber.

- Yo no lo perdí Simba… - dijo con su mirada pérdida en aquella botella que sostenía entre sus manos.
- ¿Cómo? – en primer momento no entendí lo que quiso decirme.
- Que yo no perdí a Hangeng. – de pronto levanto su mirada y la poso en mí, aquella tristeza me removió el alma -. El simplemente me abandono.

Al final los papeles se invirtieron, vine en busca de amigos con quien desahogarme, lo conseguí y también pude prestarle mi hombro a un amigo para que hiciera lo mismo.

Los dos sentados en el suelo frente a la cama, con nuestras piernas estiradas, uno al lado del otro. Su cabeza recargada en mi hombro y su mano entre las mías mientras le acaricio la muñeca, tratando de darle consuelo. Se ha desahogado, ha terminado de hablar, lo escuche como él me escuchó a mí.

Lo escucho suspirar para después comenzar a reír incontrolablemente. No sé si es porque ambos ya pasamos las siete botellas de soju cada uno o es que quizás se ríe de nuestra propia desgracia. Seguramente los dos tirados en el suelo en el estado tan lamentable que nos encontramos, debe dar risa a cualquiera.

- ¿Qué es tan gracioso? – pregunto. Las palabras aun no me salen atropelladas.
- Viniste a desahogarte y mira cómo has terminado, siendo mi paño de lágrimas.
- Al menos te eso te ha hecho reír, hace mucho que no escuchaba una sonrisa tuya hyung.

Eso hace que Heechul gire su rostro sobre mi hombro para intentar verme. Luce un leve sonrojo provocado por el alcohol bebido y sus ojos lucen cristalinos por las lágrimas contenidas; su mano aprieta la mía, sé que algo le ha provocado mis palabras.

Lo veo separarse de mí para después levantarse del suelo, recoge las botellas vacías de soju solo para ponerlas sobre su escritorio. Limpia con sus manos algunas traviesas lagrimas antes de girarse hacia mí de nuevo. Regresa sus pasos deteniéndose frente a mis pies con ambas manos en su cintura, viéndome seriamente y algo enfurruñado.

- Anda, ya levántate del suelo Simba. – me tiende su mano, la cual no dudo en aceptar -. Dejemos de dar esta patética imagen y mejor salgamos de aquí.
- Estamos bebidos. – es lo primero que sale de mi boca. Y es que al levantarme en toda mi altura, el piso parecía tambalearse.
- No te estoy pidiendo que vayamos a correr la fórmula uno Siwon. – hyung debió ver mi rostro interrogante, la verdad es que no entendía nada -. ¿Qué tengo que explicarte todo? Por lo visto sí. Vayamos a tu departamento, aquí no puedo gritar.
- Hyung, ¿quieres gritar?
- Gritar, cantar, seguir bebiendo y si eso sucede, seguro lo hare, no quiero que los chicos se despierten y que piensen que me he echado a la bebida. Si lo hago será solo por ti. Beberemos juntos y olvidaremos todo Simba.

Y ante palabras tan convincentes, no me pude negar. Salimos de su cuarto en medio de la oscuridad. Con el aire, lo único que recuerdo, es como entrabamos a mi departamento los dos abrazados, sosteniéndonos el uno en el otro. Reímos de cualquier tontería y caemos juntos sobre el sofá, tratando de no romper las botellas de soju que compramos en el camino.

Abrimos más botellas y hyung propuso brindar.

- Brindemos y juremos los dos olvidarlos. – nuestras botellas chocaron y enseguida bebió de ella -. Seguramente deben estar mejor sin nosotros. Hagamos lo mismo.

Aunque sus palabras eran seguras y trataba de hacerse fuerte, las lágrimas contenidas me decían que aún le dolía, tanto como a mí. Entonces quise seguirle el juego, tratar de hacerle olvidar y de paso olvidarme yo también.

- Juremos olvidarlos, te ayudo a olvidarlo a él y tú me ayudas a olvidarla a ella. – Un estúpido juramento, del cual no me arrepiento. Brinde y bebimos otra vez.

Trago tras trago iba olvidando todo momentáneamente. Reímos mucho cuando hyung se dispuso a cantar jrock obligándome a mí a hacerlo también y mucho más, cuando las prendas de su ropa comenzaron a estorbarle. Y tenía razón, hyung ebrio es muy escandaloso, lo bueno de mi departamento es que es aprueba de ruido.

Las botellas se fueron acumulando en la mesita de centro, con el alcohol se fue ahogando el dolor. Vi a hyung ponerse desinhibido y cariñoso conmigo, platicador y amistoso como en los buenos tiempos, me dejo ver su risa y aunque sabía que al siguiente día tal vez la tristeza volvería a sus ojos, cumpliría mi juramento y lo haría olvidar, como lo estábamos haciendo hoy.

No volvería alejarme tanto de hyung de nuevo.

- Simba, estoy un poco mareado. – se sentó a mi lado, enredo sus brazos en mi cuerpo y recargo su cabeza en mi pecho, instintivamente rodee su cintura con mis brazos. De repente me estaba abrazando y yo a él.
- Creo que ya debería ir a la cama hyung, yo también estoy un poco mareado.

Intentamos ponernos de pie pero fue inútil, no sé cómo hasta el suelo llegamos y Heechul terminó encima de mi cuerpo. Nuestros rostros muy juntos, nuestros alientos mezclándose, de repente su boca busco la mía y yo no me negué.

Tal vez fue el alcohol o que en mi ebriedad la silueta de Heechul me la recordaba a ella; en hyung el alcohol y la necesidad de sentirse amado. Era tan fácil verla a ella, su delicada silueta, la suavidad de su piel, la delgadez de sus manos y sus cabellos largos enmarcando su hermoso rostro. Esos labios carnosos que me llamaban, me apresaban buscando no liberarme nunca. Se me hizo facil confundirlo con ella.

Lo que sí es seguro es que esa noche los dos estábamos vulnerables, heridos y solos. ¿Qué tan malo sería estar en los brazos del otro solo para olvidar? Después de todo yo había prometido hacerle olvidarlo a él.

Pronto su cuerpo estuvo debajo del mío, nuestras manos ansiosas comenzaron a sacar la estorbosa ropa hasta dejarnos desnudos, sin dejar de buscar en la mirada del otro algún indicio de negación que nos hiciera parar lo que íbamos hacer. No hubo ni una señal. Heechul se veía decidido y yo aunque no estaba muy seguro, necesitaba hacerlo. Por Heechul, por mí, por mi amigo. Quizás no era la mejor forma para olvidar, pero en esos momentos no nos detuvimos a pensar.

Desesperados, nuestros cuerpos se enredaron, brazos y piernas buscando consuelo en el cuerpo del otro. Esa noche no éramos nosotros eran las botellas de soju, la soledad y la traición.

Baje un poco buscando su boca, dejando un camino de besos por su rostro hasta encontrarla. Lamí sus labios intentando que abriera su boca para mí. Lo escuche suspirar y me dejo entrar a su interior con mi lengua sintiendo sus brazos aferrarse a mi cuello, me permití cerrar los ojos imaginar que no era él y disfrutar del beso.

No podía ser sutil, algo en mi interior no me lo permitía, estaba molesto, herido y ebrio, la boca de Heechul me estaba llevando a la locura del placer. Entre mis delirios, era a ella a quien deseaba someter a mis besos, a mi cuerpo y deseo, hacerla pagar su traición. Pero era Heechul, mi amigo, mi hyung… tenía que convencerme que no era ella.

- Hangeng… - escuche susurrar a Heechul en el beso.

Algo en mí se encendió dejando la sutileza a un lado, ese deseo de ver sometido su cuerpo ante mí. Porque cuando yo lo besaba, sintiendo su cuerpo moverse febril debajo del mío, veía a ella. Y cuando Heechul me besaba, él besaba otra boca se imaginaba a otro que no era yo.

Era obvio que ambos necesitábamos esto, aunque nos trajera consecuencias, esta noche nos permitiríamos no pensar en ellas.

Lleve un dedo lubricado hasta su entrada, encontrando resistencia al no estar preparado y seguramente sin desearlo completamente. Con fuerza, intente meter un segundo dedo, escuchando de su boca unos gemidos que parecían más de dolor que de placer y que de un momento a otro calle con mi demandante boca.

Heechul se dejaba hacer, a pesar de su dolor y sus silenciosos reproches, no me ofreció resistencia. Y yo sabiendo esto, no me detuve, un tercer dedo ingrese en su entrada, con igual dificultad que el anterior. El cuerpo de Heechul se arqueó hacia atrás, soltando mi boca y dejando al descubierto su níveo cuello. Quise probarlo y mi boca no se resistió a marcarlo con mis labios.

Su exquisito aroma mezclado con lo salado de su piel, es embriagante para mis sentidos y no resisto pasar mi lengua una vez más mientras mis dedos tratan de dilatarlo, abriendo mis dedos en su interior. Heechul no me miraba, sus ojos cerrados fuertemente, tratando de soportar en silencio mi ataque a su cuerpo.

Se acomodó debajo de mí, nuestros miembros se friccionaron por un segundo, lo que nos hace gemir a los dos de placer. Eso nos hizo comenzar con movimientos que permitían el roce continuo de nuestros miembros. La excitación de los movimientos endurecía nuestros penes hasta causar dolor y Heechul termina dilatado sin mayor resistencia, sin dolor.

Retiro mis dedos de su entrada dilatada, sus ojos se abrieron al sentir el abandono. Ahora puedo verlo, su mirada cristalina que me mira confundido, el sonrojo de su rostro y como el sudor ha pegado los cabellos a su rostro.

- Hazlo, házmelo fuerte y bésame con todo. – su voz me decía -. Bórralo de mí… - susurró al final no muy convencido.

Sabía a lo que se refería. Nos perdimos entre el alcohol y abrazos en la soledad, aunque olvidar sea difícil, lo vamos a intentar. Heechul me abrió sus piernas dejándome ver en todo su esplendor su intimidad y cerro sus ojos de nuevo.

Lo agarre de las caderas con fuerza y me enterré en su interior sin pensarlo mucho entrando completamente en Heechul, esta noche no era para pensar. Lo escuche soltar un suspiro en cuanto me tuvo en su interior, mismo que yo imite al sentirlo tan estrecho y apretado alrededor de mi miembro. No sé por qué tuve la sensación de estar hecho para mí.

Si sintió dolor no me lo hizo saber, los nudillos de sus manos casi perdían color en sus puños apretados, pero ni así quise detenerme. La sensación en mi pene era tan buena, que sentía mi corazón latir en mis oídos y mi pene temblaba en su interior de anticipación.

Comencé a moverme dentro de Heechul, intentando contenerme un poco, mordía mi labio inferior hasta dejarlo rojo. Con mis manos aferré sus caderas, saliendo de adentro de él y entrando de una vez, repitiendo el proceso como poseído, arrancándole gemidos que parecían a veces parecían dolosos y otras placenteros.

Cuando sus manos agarraron mis caderas, supe que ya no le dolía tanto como al comienzo y fue cuando pidió más.

- Más… dame más… - y recogió sus piernas pegadas a su pecho -. Dame más fuerte Hangeng…

Y ahí estaba él de nuevo, no importaba lo que estuviéramos haciendo, Heechul lo tenía a él en su mente y yo, al cerrar mis ojos igual que el solo podía el ver el rostro satisfecho de ella.

Su rostro me atormentaba, incapaz de olvidarla incluso en ese acto de entrega, comencé acelerar mis movimientos, penetrándolo más fuerte y con necesidad. Me permití llamarla a ella mientras me enterraba en él y Heechul… el seguía llamándolo en medio de gemidos y jadeos. Casi veía imposible que pudiéramos olvidar en una noche o en unos días lo que ellos nos habían causado.

Lo embestí cada vez con más fuerza, tomando su miembro con una de mis manos para comenzar a estimularlo y ayudarlo a correrse mientras yo cabalgaba hacia mi propio orgasmo. Lo escuche dar un largo gemido y en ese instante, sentí como su semen se liberaba en mi mano, mientras yo comenzaba a sentir los incontrolables temblores del clímax que recorrieron mi cuerpo antes de terminar en su interior.

En un alarido la llame a ella y Heechul a él.

Y en medio del delirio, Heechul rodeo mi cuello con sus brazos y me beso profundamente, hundiendo su lengua por completo en mi boca. Yo rodé nuestros cuerpos para dejarlo encima de mí y fue en ese momento que note la frialdad del suelo en donde había estado recostado todo este tiempo que estuvimos haciéndolo. Instintivamente, mi mano hizo un recorrido desde su nunca bajando por su espalda, sintiendo cada hueso de su columna, hasta llegar a su trasero, el cual aferre con mis dos manos.

Al sentirlo, Heechul interrumpió el beso y antes de separarse por completo, dio pequeños mordiscos a mis labios para después volver a besarlos cortamente.

- Sostente. – le ordene en cuanto hubo terminado. Heechul me miró y me obedeció algo extrañado.

Lo escuche jadear en cuanto hice el intento por levantarme, pues aun seguía dentro de él, pero eso no impidió que como pudiera me levantara del suelo sin soltar su cuerpo.

- Lo siento… - susurre a su oído. Heechul en agradecimiento, se aferró más fuerte a mi cuerpo con sus manos y enredo sus piernas en mis caderas.

Por mi parte, lo sostuve con todas mis fuerzas y lo lleve hasta la cama, donde debimos haber empezado. O donde quizás no hubiéramos cometido esta locura. No es que me arrepintiera, esperaba que Heechul tampoco lo hiciera. Nos recostamos juntos en la cama, cubriendo nuestra desnudez con las sabanas, aun cómodos el uno con el otro, supuse que la neblina del clímax aun no había pasado o es que teníamos suficiente alcohol en la sangre todavía.

- Esto ha sido tan bueno… - Heechul susurro, antes de acomodarse y darme la espalda -. Jamás pensé que diría esto…

Me había sentido solo y algo confundido al notar su gesto, pero después de sus palabras, busco a tientas mi mano y la enredo en su cintura. Obligándome así, a pegar mi pecho a su espalda, amoldando mi cuerpo al suyo. En agradecimiento, le di otro beso, el cual me correspondió con ansias. Porque a pesar de estar pensando en otros, los dos nos necesitábamos esa noche y nos perdimos en brazos del otro para tratar de olvidar nuestros dolores.

C o n t i n u a r a . . .