Lost Heart... Capítulo 19


Yesung no podía dormir en parte por el cambio de horario, y en parte por los nervios no había podido descansar en toda la noche.

Había repasado una y otra vez la historia en su mente, pensando que es lo que había hecho mal, que es lo que había orillado a Ryeowook a mandarlo al otro lado del planeta. Pero solo encontraba una respuesta a eso: Wook se había cansado de él.

Y es que no era una persona con la que se tratara fácilmente, aun recordaba todo el trabajo que le había dado el que Wook lo mirara siquiera, así que después de un tiempo de divertirse a su costa, lo había mandado a otro país, para que no molestara y no se interpusiera con sus nuevas conquistas.


Hacía más o menos tres años, había sido invitado por Yunho a un bar, a beber un poco y a ver si ligaban algo. Allí fue cuando lo vio por primera vez. Estaba en una silla en la barra, y le pareció que era muy guapo, pero también se percato del movimiento a su alrededor, nadie se le acercaba y hasta el cantinero era cuidadoso con él.

Intento presentársele, pero el chico solo lo vio de pies a cabeza y lo paso de largo como si no estuviera allí. Yunho le advirtió que no lo volviera a ver, que ni siquiera intentase acercársele, que no le convenía que nadie sabía que hacía, pero que era fuerte y tenia poder, contactos que hacían de él alguien temible. Con la cara de un ángel y el poder de un demonio.

Pero no hizo caso. No podía hacer caso, el era todo lo que había buscado. De alguna manera consiguió su número de teléfono, y la dirección donde lo podría encontrar, paso horas intentando contactarlo, intentando lograr una cita. Al final, quizá para librarse de él, le prometió una única cita, y después de eso, no volverlo a buscar.

La cita fue maravillosa, de un modo u otro, logro con su torpeza que Ryeowook, como le había dicho se llamaba, se sonrojara y bajara la mirada. Nunca había visto a un ser mas adorable que ese.

Comenzó a buscarlo más y mas, sabía que trabajaba medio turno en una farmacia, en aquel tiempo era su fachada para cubrir su verdadero empleo, e iba a recogerlo y cuando podía le llevaba comida. Ryeo intentaba alejarlo, pero poco a poco lograba sacarle más sonrisas y que las invitaciones fueran aceptadas con mayor frecuencia.

“No vuelvas a buscarme, no puedo corresponderte” era lo que le decía al final de cada salida, cuando lo dejaba en la parada de autobuses para ir a su casa. Aun así, la relación fue creciendo.

Un día lo vio salir de YaHee Corp. No sabía que hacia allí, si su insignificante empleo de farmacia nunca lo llevaría a ese gran edificio de cristales. No es que lo estuviera siguiendo, simplemente pasaba por allí y lo vio, con lentes oscuros y montando una motocicleta negra. Hasta ese momento había olvidado las palabras de Yunho.

Comenzó a perseguirlo más y más. Un poco de tiempo después lo perseguía a través de barrios oscuros y peligrosos, donde daba órdenes a las personas a su alrededor y todos lo trataban como si su palabra fuera ley. Con él, seguía siendo reservado y callado, un poco distante, pese a que llevaban una relación más o menos estable. Había ocasiones en que desaparecía y regresaba después de dos o tres días con moretones o raspones.

Con el pasar del tiempo, su relación fue mejorando, o eso quiso creer él. Ryeowook le sonreía y le hablaba por su propia cuenta, salían a comer y era casi imposible que no pasaran la noche juntos. Ryeowook era su ángel, su razón de vida y de existir.

“Debemos dejar de vernos” le había vuelto a insistir cuando llevaban casi medio año saliendo. Pero no hizo caso de nada y siguió saliendo con él.

“Siwon quiere conocerte” Las palabras eran incomprensibles para él. ¿Quién era Siwon? ¿Por qué quería conocerlo? ¿Por qué la cara afligida de Ryeowook?

El día que conoció a Siwon, fue el día más extravagante de su vida. Ryeowook lo había llevado hasta YaHee Corp. y le había conducido hasta uno de los pisos más altos. El hombre detrás del escritorio, seria posiblemente uno o dos años más joven que él, no sabía bien porque estaba allí, pero no quería estar. El resto del día Siwon se la paso diciendo cosas incomprensibles acerca de envíos, barcos y aduanas, policía y demás cosas que según ellos trataría en su trabajo. Salió con Siwon y Ryeowook a comer, y fue arrastrado a un restaurante de alta categoría. Siwon le dio unas llaves que días después descubrió que eran de una motocicleta y además Ryeowook lo llevo a lo que parecía su departamento, donde habían aparecido sus cosas.

¿Ryeowook lo estaba llevando a vivir con él? ¿Siwon era su nuevo jefe? ¿Por qué le estaba contratando? ¿Ryeowook tenía algo que ver con eso?

Para su sorpresa, se encontró con un Ryeowook mucho más dispuesto a llevar una relación con él. Vivian juntos y poco a poco fue enseñándole lo que de verdad hacia, con calma al principio, pero después comenzó a darle más confianza.

“Nunca deberías haberme seguido por los callejones, por eso estas aquí” Le había dicho una noche mientras se encontraban en la cama, abrazados después de hacer el amor, el día que había sido detenido por la policía y Ryeowook lo había tenido que sacar.

Poco a poco se fue percatando del poder que de verdad tenía Ryeo. Era demasiado peligroso, pero al mismo tiempo era blando y adorable. Sabia cada cosa que pasaba a su alrededor, aunque fuera irrelevante, supo desde el primer momento que lo seguía, y no hizo nada para impedirlo.

Cuando cumplieron un año, Ryeowook le entrego un regalo muy peculiar.

“No te quiero volver a ver. Siwon ha aceptado que manejes unos pocos negocios el Latinoamérica, así que vete de una vez. Me he cansado de verte.” El sobre tenía un solo boleto de ida a México, y aun no comprendía el que hubiera podido pasar.

Era verdad que las últimas semanas había visto poco a Ryeowook y casi no se hablaban, pero no entendía por qué.

No pensaba tomar ese vuelo, pero, algo ocurrió que lo hizo salir huyendo del país.

Salió a dar un paseo, pensando en que es lo que podría hacer para recuperar a Wookie, las calles del Soho estaban llenas de turistas, pero aun así, pudo verlo en una mesa. Besaba a un chico, que nunca antes había visto, luego se reía y jugaban, como jamás lo había hecho con él. Por más que intento pensar que era un error o algo similar, cuando llego a su departamento las lagrimas le nublaban la vista y como pudo solo arrojo algunas cosas a la maleta y se fue. El avión salió rumbo a México y no volvió. Hasta ese momento.

Kyuhyun había llegado a la Ciudad de México para remover temores, antiguos amores y recuerdos que creyó enterrados, pero no podía simplemente ignorar la condición de su nuevo amigo, porque era lo que él hubiera querido evitar.

Hacía ya unos días que habían estado viéndose en secreto, Sungmin no quería que se acercara de nueva cuenta a Cho, y el estaba encantado de pasar tiempo junto a él, aunque la forma y el motivo no le parecieran nada adecuados.

Kyu le había pedido que lo entrenara. No que fuera experto, pero que al menos le enseñara lo básico: a disparar un arma, a usar una navaja o a defenderse cuerpo a cuerpo, porque debía proteger a Sungmin.

La idea no era tan desastrosa, teniendo en cuenta que Sungmin acababa de regresar de un viaje que casi le cuesta la vida, pero no sabía
Si era hacer lo correcto.

El sol comenzaba a despuntar y tenia trabajos que atender, así que se levanto de la cama y se fue a cumplir con los encargos que Ryeowook le había mandado para continuar con su estadía en Reino Unido.



~

Kyuhyun logro escabullirse esa tarde. Se aseguro que Sungmin no sospechara nada y mando a uno de los internos de MinCake en el que confiaba a que hiciera la lista de compras con la que se había excusado para separarse de Minnie, mientras el se reunía con Yesung en algún lado que él le dijera.

Bajo de la camioneta con el logotipo de MinCake que había tomado para “ir a comprar”. El lugar era un paramo árido, deshabitado y en las afueras de la ciudad. Eran casi las cuatro de la tarde y el sol aun quemaba bastante.

-Qué bueno que llegaste. Vamos a practicar con una pistola… - Le dijo Yesung nada más verlo, mientras le tendía un arma 9mm

-¿Por qué no vamos a un centro de tiro para esto? – Kyuhyun tomo la pistola que le tendía su amigo.

-Porque allí te preguntaran, para que quieres aprender a tirar, de donde conseguirás el arma, mi arma la cuestionaran y no tengo permiso de Londres, me pueden enviar a la cárcel y tú puedes ir conmigo... por eso.

-Bueno, así de claro, pues si – Kyuhyun no era tonto, sin embargo, a veces no pensaba en las repercusiones que podía tener la policía si les veía.

Yesung coloco algunos blancos sobre unas rocas para probar su habilidad, en realidad eran unas latas que llevaba colgando en una bolsa atada a su motocicleta, pero que compilan perfectamente la función. Se alejo contando los pasos, y cuando parecía estas a mas o menos unos diez metros llamo a Kyuhyun para que se acercara.

-Dispara desde aquí… quiero saber que puedes hacer – Yesung era muy serio cuando se trataba de enseñarle ese tipo de cosas, aunque esta era la primer cosa de verdad que hacían, lo anterior se podría decir que era calentamiento. Había impuesto una rutina a Kyuhyun para ponerlo en forma y algunos entrenamientos de pelea básicos, y en verdad esta era la primera vez que le daba un arma.

Kyuhyun sostuvo el arma con ambas manos y apunto despacio.

-Cuidado con el rebote, te puede dar en la cara o dislocarte el hombro – Kyuhyun no sabía si intentaba darle ánimos o desalentarlo de su entrenamiento.

Kyuhyun volvió a levantar el arma y apunto. El gatillo era complicado de jalar y cuando por fin pudo hacerlo, el rebote lo mando directamente contra el suelo, llenando sus jeans de tierra y hojas secas.

-Pudo haber sido peor… - Yesung estaba a su lado. Al parecer, no le había dado a ninguna lata, pero tampoco se había roto nada, lo cual agradecía – Vamos, tienes que aprender a hacerlo. Toma esto, puedes quedarte sordo después de algunos disparos.

Yesung le tendió un par de tapones para los oídos y se coloco otros iguales, después unos lentes para que no se golpeara con los casquillos o no le entrara pólvora le explico. Kyuhyun observo cómo es que él se acomodaba para disparar y después lo hacía, dando de lleno en las latas lejanas, una tras otra.

-Así lo debes hacer. Colócate aquí… - Kyuhyun camino hasta donde estaba Yesung, pues se había alejado para darle espacio. Yesung le dio el arma de nuevo, esta vez le tomó las manos para colocarlas en el lugar adecuado, le dio la vuelta para situarse detrás de él – Separa las piernas – indico mientras con uno de sus pies daba pequeños golpecitos entre ellas para acomodarlas – gira la cadera y relaja los hombros.

Desde la parte en donde estaba, abrazo a Kyuhyun para que el pudiera observar el objetivo, paso sus manos por sus hombros y ese contacto pudo haberlo molestado, pero se sentía extrañamente seguro. Le dio más indicaciones y se separo de él para que tirara.

Si bien, al final de la tarde Kyuhyun no era un experto tirador, había mejorado bastante y atinaba a dos latas de diez. El sol dejaba ya su estela rosada y purpura en el cielo cuando el teléfono de Yesung sonó.

-Necesito que estés en el aeropuerto desde hace diez minutos. Intercepta el vuelo privado que hay a nombre de Jo Kwon y no dejes que se vaya por ningún motivo – Ni siquiera saludo, mucho menos se despidió, pero no tenía que ser un genio para saber que era una de esas situaciones de emergencia en donde movían a muchas personas en silencio.

-Me tengo que ir Kyuhyun. Vete ya. – Yesung corrió hasta su motocicleta, que levanto un poco de polvo al derrapar en la vuelta y se perdió en el horizonte antes que las primeras gotas de lluvia comenzaran a caer y Cho subiera a su camioneta.


~

Jungsoo no tenía ni la mas remota idea de que hacer. Todo el caso se le estaba viniendo en contra, o más bien ya no podía encajar las piezas faltantes del rompecabezas. Tenía las piezas ordenadas por color y por tamaño, pero se negaban a encajar correctamente.

La mañana no había sido fructífera, y la tarde lo había sido menos, además que no sabía donde demonios se metía Kim Heechul todo ese tiempo. Tenía sospechas acerca del, unas más claras que otras, unas eran casi afirmaciones  y otras le dejaban dolor de cabeza.

Reviso por millonésima vez los papeles que tenia sobre el escritorio

-¿Estás seguro? Jungsoo… no creo que sea así la situación… - Shindong se había pasado el día entero con él, allí encerrados a piedra y lodo para que nadie entrara o saliera.

-Claro que si… debe ser así… pero lo que no entiendo es porque el Jefe Rain está haciendo esto…

Sobre la mesa había un documento que cambiaba muchas cosas que pensaba saber y comprender.

El acta de cambio de nombre de Choi Siwon.

Sus papeles anteriores llevaban el nombre de Andrew Choi, había nacido en Liverpool, y sus padres lo habían registrado en Londres. Ellos eran coreanos, pero él era ingles. Había algo que no le gustaba para nada. Rain había intentado mantener esa información como clasificada y el la había conseguido prácticamente robándola de la oficina de su superior.

-Entonces, ¿por qué Rain mantendría como clasificado un simple cambio de nombre? Ese es el meollo del asunto, ¿no Jung?

-Eso es lo que quiero averiguar… En todos los documentos que existen, Choi Siwon nunca salió de Londres, pero en aquellos en los que aparece Andrew Choi, se pueden ver estadías prolongadas en Rusia, China y Vietnam… y un viaje ocasional a Seúl…

-¿Por qué? ¿Qué iría a hacer Andrew que Siwon no debía haber hecho y por eso fue cubierto? ¿Qué sabe Rain?

-No lo sé Donghee… Parece ser que algo está ocultando con respecto a Siwon… no me sorprendería que supiera acerca de los negocios sucios de Siwon y le estuviera brindando protección, porque si no fuera así, YaHe Corp.  cae en el radar de la policía y ya se hubieran hecho las investigaciones pertinentes… Siwon estaría encerrado desde hace mucho tiempo.

-Y todavía falta el reto que representa Alone Importations ¿no? Quizá sean ellos quienes importan y exportan la mercancía de Choi.

-Pero ese es el asunto. Alone y YaHe Corp no tienen ni un pacto en común, nada que los una, son sociedades completamente independientes la una de la otra… De Min Cake lo puedo prever, porque es parte de las inversiones de la compañía de Choi… y aun con eso, nunca ha habido una conexión directa entre ellos… lo único que nos ha dado pie a creer eso, es el tiroteo en donde intentaron llevarse al dueño desconocido de Alona.

-Estoy completamente perdido Jungsoo… no entiendo nada de esto.

-no te preocupes Shin, yo estoy en las mismas – Se sentaron ambos en silencio intentando poner en orden sus ideas.

Había algo que no le agradaba del todo. Y entonces Shindong fue quien se lo hizo notar.

-¿y qué tiene que ver el detective Kim en todo esto?

-¿Por qué lo dices? El detective Kim vino para resolver varios casos de asesinatos donde la mafia rusa e inglesa está relacionada…

-Si, eso es a lo que supuestamente vino… - Shindong se veía nervioso al hablar – pero recuerdo que no lo mandaron como todos creen… Rain lo mando a traer… el mismo fue quien hablo con Hoo Dong para la transferencia…

-Eso… yo no lo sabía – Park estaba completamente desinformado de esa situación, se acerco un poco más a su escritorio y revolvió un poco los papeles por el expediente de Heechul

-Nadie lo sabe… me entere hace unos días por casualidad. Oí una conversación de Rain con Hoo. No le di importancia a todo, pero ahora que lo pienso es raro.

-Mas que raro – Jungsoo suspiro. Habían pasado muchos días ya desde que comenzó su carrera como detective. Primero policía y luego ir subiendo de rangos, abandono muchas cosas, familia, amigos, reuniones, de todo para seguir su sueño, y ahora que estaba frente a uno de los más grandes retos que al solucionarlo le podría dar todo lo que había buscado al ingresar en esa carrera,

-Entonces, si no estoy mal, Rain está encubriendo a Siwon, Siwon tiene pactos no revelados con Alone, si Kim vino por algo, ¿podría ser para ayudar a Siwon en sus negocios? ¿Para eso lo trajo Rain?

-No creo… Kim tiene en verdad muchas pruebas contra YaHe Corp., posiblemente más de las que imaginamos, puede que con solo un poco de ellas pueda hundir a Choi por todo lo que le resta de vida, y si no lo ha hecho es porque tiene algo mas planeado, pero necesitaríamos saber que es…

-Entonces ¿El detective Kim es de los buenos o de los malos? – Shindong intentaba mantener la conversación, pero tantos datos se escapaban al momento de unirlo todo.

-No lo sé… no lo sé, Shin.

Y entre papeles e intentando llegar a alguna conclusión, paso todo lo que restaba de tarde y cayó la noche para ambos.

-Me tengo que ir, Jungsoo. Nari me espera.

-Vete ya… mañana hablamos, seguiremos con esto, necesitamos llegar a algunas verdades… descubrir unas pocas cosas para que esto tenga sentido.

Shindong se fue cuando hubo recogido sus cosas. Jungsoo se quedo un rato más allí, como si eso fuera a darle las respuestas a todo lo que necesitaba saber.

Su cabeza daba tantas vueltas que olvido el reloj, cuando se dio cuenta ya eran casi las diez de la noche y su estomago le urgía por alimentos.

Recogió los documentos de la mesa y los coloco en un cajón de su escritorio cerrado con llave. La gabardina azul que había llevado ese día aun colgaba del perchero y al salir la arrastro con él, pues parecía que llovería. La luna estaba ya muy alta y se veía en los pequeños espacios dejados por las nubes.  Cuando se percato que frente a la estación de policía había un auto que se le hizo familiar las pequeñas gotas se estrellaron en su mejilla y comenzaron a empapar su cabello.

La puerta se abrió, y por instinto debería haber intentado detenerlo, pero algo le dijo que estaba bien, que no tenía que temer, y fue así cuando vio a Kangin bajar de aquel coche con un paraguas y se acercaba hasta el.

-Hola, Jungsoo – estaba parado cerca de él, para que ambos cupieran bajo la protección de la sombrilla. Su perfume caro se coló por sus fosas nasales. La temperatura había descendido y podía ver sus respiraciones mezclarse.

-¿Qué haces aquí? – No es que le molestara verlo, pero no le había hablado en un tiempo considerable y pensó que se había olvidado de él.

-He tenido demasiado trabajo… muchas cosas que hacer. Nada de tiempo, pero esta noche estoy a tu disposición – Las palabras eran una disculpa por haberlo abandonado, un coqueteo descarado y una invitación indecente, todo al mismo tiempo (o eso pensó Jungsoo)

-¿Y si no puedo? – No quería ceder tan repentinamente rápido, no era su estilo, pero la verdad, con el todo se iba por la borda y le importaba poco lo que pasaba. El sonido de la lluvia contra el paraguas se intensifico y las gotas rebotando en el pavimento le comenzaron a mojar las solapas de la gabardina.

-Te hare de comer – Le ofreció Kangin como si fuera lo más espectacular del mundo, además con una sonrisa de un niño atrapado a la mitad de una travesura, luego hizo un gesto torciendo la boca, como si quisiera hacer berrinche – No me digas que no, te he esperado desde poco antes que tu amigo se fuera.

Jungsoo reviso su reloj de mano y conto las horas rápidamente, sorprendiéndose del tiempo transcurrido.

-¿Has estado aquí parado tres horas? – Kangin movió la cabeza asintiendo, como un niño de nuevo. No sabía si era su actitud tierna, su actitud arrogante o simplemente el lo que le hacía ceder tan fácilmente – Más vale que cocines rico.

Empujo a Kangin para que caminaran juntos hasta el coche, porque no quería mojarse.


*

Ni siquiera oyó el timbre que anunciaba el principio de la grabación. Colgó el teléfono e inmediatamente Ryeowook estaba en su línea ya.

-Ryeo… ¿Dónde está Kibum y Jo Kwon? – Ryeo era no por nada, el mejor de su área, sabía las cosas cuando pasaban, conocía paraderos y lugares.

-Kibum en Rusia. Jo Kwon salió de allí hace unos días.

-¿Sabes para donde? – Siwon confiaba en que tuviera esa información, si estaba aquí, podría ser peligroso.

-No lo sé. No me pareció importante, el siempre sale del país para comprar en algún lugar. En dos minutos tengo la información.

-Apresúrate – Siwon colgó de forma grosera y tomo su chaqueta. Se estaba inquietando cada vez más con las suposiciones que había en su cabeza.

Jo Kwon había sido amable con Heechul, y Kibum le había pedido al hombre para pasar la noche. Si mientras Kwon y Hee hablaron al primero se le había metido la misma idea, era posible que hiciera hasta lo impensable por conseguirlo. Además, si Kwon y Kibum sospechaban que Heechul comenzaba a ser parte tan importante de su vida, tomarían mas ventaja de tenerlo que la que obtuvieron al atrapar a Sungmin.

Los pitidos del teléfono lo volvieron a sacar de su pensamiento.

-Está en Londres, pero en dirección desconocida. No lo puedo encontrar. Lo siento. El último lugar en que lo vieron fue en el Café Luc en Marylebone hoy en la tarde. Iba con Heechul.

Y allí estaba. Su temor y su mala suerte jugaban para que todo lo que pensaba fuera verdad. ¿Qué pretendía al llevarse a Heechul?

El ascensor no iba lo suficientemente rápido y el corazón le palpitaba de manera descontrolada.

Aquella mañana hacia unos días lo había decidido. Algo dentro de sí le había gritado que Kim Heechul era una persona a la que no le gustaría abandonar, y aunque no llenaría jamás el lugar de Cassey, podría intentar llenar su corazón de nueva cuenta. Si, era tonto y estúpido, pero jamás en los ocho años que llevaba sin ver a Cassey, se había sentido tan confortado como la noche pasada, con la mano del detective sobando suavemente la suya en una caricia de comprensión.

El sótano del edificio era un gran estacionamiento, donde a esas horas lo único que quedaba era su Audi blanco en una esquina y una bella motocicleta Harley Davidson de color negro en el otro extremo. La había adquirido porque le gustaba, y era mucho más práctica y veloz en algún tipo de situación inesperada. Monto en ella y salió por el túnel principal de aquel edificio.

No sabía a dónde iba, tampoco que es lo que haría, pero no podía quedarse en su despacho mientras esperaba por noticias. Tomo rumbo a Marylebone mientras las nubes de lluvia se hacían presentes por toda la ciudad. Otra noche tormentosa en el viejo Londres.

Su teléfono había estado más activo en las últimas dos horas que en toda la semana anterior. Casi podía asegurarlo. La voz de Ryeowook se escucho por su moderno manos libres instalado en el casco de seguridad.

-S dirigen al aeropuerto. Hay una salida privada programada para dentro de una hora. Al parecer solo van dos guardias y Kwon. Es una mini van de color gris. Mis hombres están dispuestos ya para detener su avance en el aeropuerto, pero no podemos interceptarlos en la carretera. Ahora mismo lo sigue uno de los míos. Apresúrate.

La comunicación se volvió a ir. Los truenos comenzaron a sonar en la distancia y la lluvia se hizo más intensa mientras aceleraba al máximo el motor.

Esquivo carros a su paso, no era lo que acostumbraba hacer, pero tenía prisa esta vez. Justo cuando vio la camioneta indicada por Ryeowook acelero mas el paso hasta rebasarlos, pero no esperaría hasta el aeropuerto para detenerlos.

Derrapo justo enfrente de la camioneta, obligándolos a detenerse. Para su buena fortuna, ningún coche pasaba por allí en aquel momento. Corrió hacia la puerta del conductor sin siquiera pensarlo e hizo que este bajara cuando le dio un puñetazo en el rostro. El copiloto al ver la agresión dio la vuelta al carro para ayudar a su compañero.

Siwon recibió un par de  puñetazos en el estomago y la cara antes de dejar al par de hombres en el suelo, aparentemente inconscientes. La sangre escurría por su labio mientras abría con violencia las puertas traseras de la camioneta.

Y efectivamente, allí se encontraba Jo Kwon y Heechul. Heechul tenía una mordaza y un una venda alrededor de los ojos, pero aun mantenía la barbilla en alto, como si no quisiera rendirse ante Kwon, además de las manos atadas. El otro en cambio, apuntaba con una pistola a Siwon.

-Pensé que no vendrías. Hubiera hecho más fácil las cosas… aunque quizá si te mato ahora, Kibummie se alegrara y podrá tomar posesión de tus negocios – Jo Kwon bajo de donde se encontraba con Heechul como escudo.

-No te llevaras así como así mis pertenencias… - La voz le salió más grave y controlada, extrañamente amenazante de lo que pudiera haber pensado.

-Claro, claro… lo que tu digas hombresote – Kwon parecía un poco descolocado.

No pudo prever el siguiente ataque. Kim Heechul enterró el codo en el estomago de Kwon haciendo que se doblara de dolor, y aprovechando esto, Siwon lo aparto de allí y le propino varios golpes, haciéndolo sangrar y quedar incapacitado al lado de sus guardias.

-Vámonos… - No espero nada más. Kim seguía con las vendas puestas y las manos atadas, de las cuales solo soltó las ataduras de las manos para que se sostuviera durante el viaje. Subió a la motocicleta con Heechul en la espalda y comenzó a recorrer de nueva cuenta la ciudad bajo la lluvia. Sentir el cuerpo de Heechul pegarse al suyo buscando calor, lo hizo dirigirse a su departamento.

El cuerpo de Heechul temblaba, pero no sabía si era de miedo o por la lluvia que se enfriaba rápidamente debido a la velocidad de la motocicleta. Sus brazos no parecían querer soltarse de su cintura y no quería pensar demasiado las cosas, aunque su cerebro lo traicionaba.

Había aceptado a Kim Heechul en aquel momento de debilidad que le había provocado la muerte de Casey, y sentía que desde ese momento exacto no era el mismo. Kim lo había visto como nadie lo había hecho. Débil.

La cabeza le daba vueltas mientras esperaba que la luz roja de parada cambiara a verde. Heechul tenía la cabeza metida en el espacio entre sus hombros y sentía su respiración caliente comparada con el aire de la noche. ¿Qué le había hecho el policía?

Desde que lo vio, no pudo apartar la mirada de él. Era como un magnetismo que lo ligaba a él. Incluso, en sus brazos había olvidado a Casey muchas veces, comenzando por la primera noche que pasaron juntos. Kim Heechul no era precisamente el tipo de personas que normalmente le atraían. Desde Casey, había tenido la costumbre de buscarle en chicos o chicas habladores y soñadores, pero por el medio en que estaba inmerso, las personas de este tipo resultaban no ser el alma pura que recordaba de Casey, y entonces los botaba despiadadamente, sin consideración y en un par de días. Al contrario, el era callado, reservado con su persona, ni siquiera le gustaba salir a tomar un café y pasaba los días encerrado en su oficina trabajando.

Además Heechul tenía todo ese conocimiento que una vida agitada le habría dado, pero al saber que lloraba por un amor lo había conmovido y al mismo tiempo lo había llenado de celos. Quería ser él quien llenara sus pensamientos, y en este momento todo era demasiado confuso, porque al mismo tiempo no quería. Abrazar el amor hacia Heechul lo hacía sentirse infiel y un absoluto bastardo, pero cuando recordaba que no tenía a quien serle fiel, que Casey ya no le pertenecía, quería correr a los brazos del detective una vez más, sentirse protegido como aquella noche de llanto.

Los celos lo comían por dentro. Sabía que Heechul buscaba a alguien, y se sentía miserable por ello, pero el verlo feliz los últimos días a su lado, le daba una esperanza… si solo Heechul se decidiera a olvidar a quien quiera que buscara, pero esa posibilidad era algo que tendría que plantearle y sopesar, porque estaba seguro que esa persona que Heechul buscaba, era igual de importante que Casey había sido en su vida, de no ser así, no se hubiera inmiscuido en negocios tan turbulentos para encontrarle, y en parte lo comprendía, si no hubiera sido por esa acta de defunción, nunca habría detenido su propia búsqueda.

La ciudad estaba calmada, como si no supiera que hacía pocos minutos le habían querido arrebatar a esta nueva esperanza que se había permitido. No era una decisión, ni un reto, ni siquiera estaba seguro de lo que fuera, pero tomaría a Heechul como aquella luz que había perdido hacia días y lo pondría, de ser necesario en un pedestal, lo llenaría de mimos como habría querido llenar a Casey y lo conquistaría. Con suerte lo haría todo sin meterlo demasiado en sus negocios. Era algo que Heechul no podría corregir. Eso era solo un privilegio de Casey, y nadie se lo quitaría. Solo su primer amor podría liberarlo de esa vida que eligió para seguirlo hasta el fin del mundo. Heechul tendría que aprender a vivir con su trabajo, el cual conocía demasiado.

La calle en que vivía era una zona exclusiva, y por aquellos lugares se veían coches despampanantes, sintió a Heechul moverse en la parte de atrás. Ahora los dos estaban completamente empapados. Se había percatado que Heechul estaba bien arreglado, pero no había pensado el porqué, hasta que su pantalón de cuero negro contrasto con el suyo de vestir marino. Claro. Si Heechul había hecho la cita con Kwon, debía ir como Kwon lo recordaba, no como de verdad era, solo quería, deseaba que Kwon nunca descubriera quien era, porque entonces, podrían acceder a él más fácilmente e intentar más cosas. Anoto mentalmente cambiar el número de celular de Heechul.

El edificio donde vivía parecía antiguo, pero era un complejo de departamentos exclusivos y modernos. El guardia de seguridad se sorprendió de verlo en ese estado y mas llevando un chico en condiciones similares con él, pero al reconocerlo, lo dejo pasar de inmediato. No se tomo la molestia de estacionar bien la moto y arrojo las llaves al mismo guardia que no sabía qué hacer ante aquella extraña situación.

No sabía bien a bien el porqué estaban allí, o más bien no quería aceptarlo.

Heechul fue arrastrado de la mano de Siwon por el pasillo principal del edificio, donde la recepcionista reacciono de la misma forma que el guardia momentos antes al ver al par de hombres golpeados, escurriendo de agua y tiritando de frio. Al entrar en el elevador, Siwon no pudo contenerse a sí mismo. Tenía un gran nudo en el pecho y necesitaba sentir el contacto de Kim Heechul.

El ascensor de acero inoxidable reflejo el momento exacto en que Siwon acorralaba a Heechul contra la pared del fondo y este correspondía el beso parado de puntitas para alcanzarlo y rodeaba su cuello con las manos.

-Te dije que no confiaras en Kwon… - le recordó antes de besarlo de nuevo.

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