Lost Heart... Capítulo 22


Kangin sabía que tenía muchas cosas que esconder, pero esa noche nada le importaría.

¿Qué si el chico era un policía que lo metería en la cárcel a la menor oportunidad?
¿Qué si él era parte de un importante cartel en Londres? ¿Qué si en cualquier momento lo podrían descubrir y encerrar? ¿Qué si en vez de encerrarlo moría?

Porque podía suceder. La vez pasada estuvo muy cerca, los rusos atacaron directamente Alone Importations y no fue agradable, la gran ventaja que tenía, es que era un fantasma. Como Kangin existía en una casa apropiada en los suburbios, con un labrador dorado y unas latas de cerveza en su refrigerador, pero como Youngwoon, vivía en un pent-house en una zona cara del distrito de Gangnam en Seúl. Porque Youngwoon no vivía en Inglaterra. Todos los datos de su empresa eran manejados con sede en aquel país que había visitado una vez, pero no tenía importancia en ese momento.

No cuando los labios de Jungsoo se encontraban peleando con los suyos en la parte delantera de su casa. Cuando sentía sus cabellos ser jalados en los finos dedos de su amante y el mismo colaba las manos debajo de la camisa de cachemir que llevaba el policía.

Había deseado este momento desde que lo vio en aquella fiesta. Y después de eso, la primera vez que lo invito a salir, pero desistió al ver que no lo había llevado a su departamento sino a otra casa. El día que estuvieron a punto de hacerlo, la llamada de Henry advirtiéndole movimientos sospechosos en Alone Importations fue lo que lo detuvo. Pero esta noche nada lo haría.

- Estas pegajoso. – le susurro sobre los labios pues podía sentir el sabor del refresco de cola colarse entre ellos y como sus manos se comenzaban a adherir por el dulce a la piel contraria.

- Quítamelo. – lo incito el policía, no tenía la más remota idea de cómo el detective se había puesto tan… cooperativo.

- Lo que órdenes. – no podía pensar claramente. La miel se empezaba a hacer realmente pegajosa y Youngwoon deslizo la lengua por el cuello de Jungsoo retirando a su paso la cola que había.

Comenzó a descender la mano por los pantalones mojados de Jungsoo, colándola por debajo de sus glúteos y bajando más para enredarla en sus muslos, obligándolo a subir la pierna a sus caderas, Jungsoo no se quejó de los movimientos, y ya todo comenzaba a ser más real, a ser de verdad, sin tontas interrupciones que no los dejaran terminar o distracciones que malograran la noche.

Kangin tomo la otra pierna del mismo modo que la anterior, lo que Jungsoo comprendió y dio un pequeño brinco para ayudarle al más alto a sostenerlo sin mayores problemas. Kangin empujo al mayor contra la pared, para poder acomodarlo mejor sobre sí mismo y comenzar a llevarlo por la casa.

Lo sostuvo todo el tiempo en brazos, pues en realidad el policía no era muy pesado y él iba al gimnasio todos los días. Al pasar por el comedor, Kangin choco contra la mesa y en ese proceso las sillas del lado contrario se cayeron de espaldas, haciendo que Jungsoo se riera sobre sus labios.

Justo cuando dejaron atrás ese caos, las piernas colgantes de Jungsoo tiraron una lámpara que había en la entrada de la sala, dejando a oscuras esa parte de la habitación, las carcajadas de Kangin se volvieron suspiros cuando sintió los labios ajenos sobre el cuello.

La escalera y el pasillo no se salvaron de los destrozos que iban llevando consigo y su pasión. Tiraron un cuadro que colgaba en la escalera y Jungsoo estrello su cabeza contra una lámpara colgante que estaba un poco baja, haciendo que algunos de sus cristales cayeran al suelo. Entre risas y suspiros Kangin atravesó la habitación principal, en la que el mismo dormía y se adentró al cuarto de baño.

El baño era espacioso y blanco. La regadera estaba separada del resto de la habitación por paneles de cristal, creando un espacio agradable para bañarse. Kangin no espero siguiera que se quitaran la ropa o dejar a su compañero en el suelo, lo metió directamente aun colgando bajo el chorro de agua el cual  se estrelló contra los dos mojándolos aún más, retirando los restos de coca cola y haciendo que sus cabellos se pegaran contra sus rostros. Siguieron besándose por un rato más, saboreándose mutuamente.

En un momento dado, a Kangin ya no le parecía suficiente solo besar a Jungsoo. Quiera más. Quería ser todo y nada con él. Quito la camisa mojada a duras penas, pues el policía no quería separarse de él. El cristal estaba empañado debido al calor que había en el pequeño espacio y las gotitas chocando contra él, creaban figuras irregulares.

- Kangin… - la voz de Jungsoo amortiguada por el agua y los cristales era demasiado sensual.

- … - Kangin no respondió, pues eso era casi una súplica para que siguiera con su faena.

Deslizo las manos por sus costados mojados, bajando poco a poco hasta llegar al borde del pantalón, de donde lo tomo para acercarlo más hacia sí. Jungsoo tenía enredados los dedos en el cabello del más alto y lo jalo hacia atrás para poder tomar aire, cosa que aprovecho Kangin para bajar por su cuello, hasta los besitos que sobresalían en su clavícula. Deposito besos de mariposa, y también saboreo la piel expuesta que aun sabia ligeramente a refresco.

Kangin fue bajando poco a poco en su camino hacia su objetivo, deslizando su lengua, creando formas amorfas y delicadas, de vez en cuando aruñando con los dientes las partes sensibles. El abdomen del mayor no contaba con abdominales, pero era liso y al parecer muy sensible, a decir de los gemidos que soltaba Jungsoo al sentir su lengua pasando.

Con los dedos inquietos desabrocho el pantalón de vestir, y con los dientes se encargó de bajar la cremallera, haciendo que el policía soltara un improperio al sentir el calor de su respiración en esa zona sensible.

Sin más tiempo que perder, bajo la prenda hasta los tobillos, llevándose también la ropa íntima a su paso, dejando a la vista su miembro que reclamaba atención urgente. Comenzó a besar los muslos, haciendo que el otro se desesperara. Coloco la rodilla de Jungsoo sobre su hombro, después de quitar el pantalón de donde se había enroscado, aventándolo a algún lugar del pequeño espacio. Jungsoo deslizo las manos dentro del cuello de la camisa de Kangin, y en el proceso de abrirla, arranco unos pocos botones.

Jungsoo dejo la camisa de Kangin colgando de los hombros, pues sintió como la boca de este se envolvía alrededor de su carne, primero lengüeteando como un helado, luego dando chupetones como si de una lollipop se tratara, para finalmente introducirlo todo hasta sentirlo en el fondo de la garganta. Jungsoo se limitó a gemir por lo bajo, intentando ahogar esos sonidos, pero el eco natural del cuarto de baño no hacía más que intensificarlos por el rebote. Tomo de los cabellos chorreantes a Kangin para marcar el ritmo de las succiones.

Sintió revolverse su bajo vientre, anuncio indiscutible del orgasmo, pero Kangin lo sintió también, así que detuvo sus movimientos pese a las quejas del mayor que no pudo terminar.

- Mira como me tienes… no soy una persona paciente. – Kangin susurro sobre sus labios al subir de nueva cuenta hasta ellos para besarlos a su antojo y frotar su entrepierna atrapada en pantalones aun, contra el muslo desnudo de Jungsoo.

Kangin aprovecho para quitar lo que quedaba de ropa sobre el cuerpo de Jungsoo y se quitó lo que tenía el mismo para poder poseerlo.

Cuando estrello al detective contra la pared, el pequeño estante en que estaban colocados el jabón y el champú cayó al suelo, abriéndose y dejando salir el líquido de color crema que era el champú y el rojo brillante que era el jabón, yéndose por el desagüe y formando un poco de espuma por la fuerza del agua que caía.

- No me hagas suplicar… - Jungsoo sentía todo el cuerpo musculoso pegado al suyo, con la ligera capa de sudor y agua.

Kangin pensó que esa era la vista más erótica del mundo al ver a Jungsoo con los ojos cerrados y las mejillas rojas debido a la actividad, pero cambio de idea, al ver como se mordía los labios al sentir como el primer dedo se introducía en su interior y esa pudo entonces jurar que era la imagen más sensual que la vida jamás le podría dar.

Jungsoo jadeo un poco más fuerte mientras Kangin introducía el segundo dedo, y siguiendo este, el tercero y comenzaba a girarlos para abrirlo, mientras exploraba buscando el punto donde las sensaciones lo harían gritar.

Los dedos de Kangin eran largos, por lo que no tardo demasiado en dar de lleno con la próstata de Jungsoo, haciendo que soltara un gemido que resonó por el eco. El agua comenzaba a ser más tibia, se acababa el agua caliente del depósito, pero eso no detuvo que Kangin retirara los dedos, recibiendo un “no me hagas esto” de Jungsoo en clara suplica.

Lo coloco contra la pared de cristal, y comenzó a entrar despacio. Sintiendo centímetro por centímetro como se hundía en ese lugar. Se detuvo cuando estuvo completamente dentro, esperando que Jungsoo le diera que podía seguir.

Jungsoo tenía la frente apoyada contra el muro de cristal empañado y las manos un poco más arriba para sostenerse de la liza superficie. Sentía el pecho de Kangin contra su espalda y su respiración chocando del lado derecho de su cuello, casi junto a su oído.

- Kangin… muévete. -  le susurro, pero pudo estar seguro que fue escuchado porque el más alto le tomo la mano izquierda por sobre la cabeza y la cintura con la mano que tenía libre, para comenzar el vaivén de sus cuerpos.

Poco a poco las envestidas fueron más rápidas y Kangin mordiendo su cuello no ayudaba a su excitación. La mano que reposaba en su cintura bajo a una velocidad increíblemente lenta, acariciando el vientre de Jungsoo, quien gritaba de placer y frustración, pues quería que lo tocaran de una vez.

Al sentir la mano de Kangin llegar a su miembro pudo ser suficiente para correrse, pero él detuvo todos sus movimientos, dejándolo de nueva cuenta rozando el orgasmo.

Kangin embistió fuertemente, llegando completamente al fondo, haciendo que sintiera todo el cuerpo entrar en él, rasgarlo por dentro y llenarlo. Se retiró despacio para que sintiera la pérdida, el vacío que le estaba dejando. Y volvió a entrar con fuerza.

Todo se volvió lento. La mano de Kangin sobre su miembro a penas y lo rozaba, dándole caricias suaves. Con cada embestida, daba certeramente contra su próstata y Jungsoo comenzaba a ver luces de colores.

Kangin empezó a acelerar el ritmo justo cuando estaban llegando al clímax, dando de lleno en el interior de Jungsoo.

El agua al fin fría se estrellaba contra ellos cuando Kangin dio una última estocada, más fuerte y más profunda que las anteriores, tocando al mismo tiempo su miembro y haciendo que experimentara el orgasmo más fantástico de toda su vida soltando un gemido, al mismo tiempo que Kangin decía su nombre.

El agua fría los hizo volver a la realidad, aunque en verdad se habían acostumbrado a la temperatura y no era demasiada la violencia del cambio.

Kangin abrazo a Jungsoo secándolo un poco con la toalla que descansaba junto al lavamanos después de cerrar la llave de la regadera. Jungsoo dibujo una sonrisa tierna en su rostro.

- Para ser un acosador no eres tan mala persona, ¿verdad? – Kangin pudo sentir el golpe indirecto que le había dado sin querer con esas palabras.

Si era una mala persona, y posiblemente cuando se enterara, no tendría piedad de él. Pero esta noche solo quería quererlo. Lo beso un poco más mientras lo empujaba hacia la habitación y lo dejaba caer sobre la cama para una nueva ronda.


* * * * *


A Sungmin la mañana lo asalto en el sofá, de verdad que no tenía ganas de levantarse ni hacer nada, pero Ryeowook le había dicho que Siwon necesitaba verlo. Le dolía la cabeza y decidió dormir un poco más. De todos modos, las reuniones con Siwon eran casi siempre de tarde, y no  lo esperaba hasta pasadas las cuatro de la tarde.

Cuando se volvió a despertar, eran casi a las nueve de la mañana, por culpa del teléfono que sonaba en la mesa. El identificador de llamadas lo marcaba como privado, así que intuía quien era.

- Dime… - ni siquiera intento callar su somnolencia.

- Veámonos en media hora. Necesito hablar contigo. – Ryeowook no pedía permisos, solo sabía dar órdenes, pero él las cumplía por el bien de su negocio y de Kyuhyun.

- Voy para allá. – no había más que acuerdos impronunciados en el mundo en que se movían. Por seguridad, tenían establecidos algunos puntos de reunión, y nunca decían nada por teléfono. Por si las líneas estaban intervenidas, y aunque nunca habían tenido esos problemas, no estaba de más asegurarse.

Tomo una ducha rápidamente y se puso un traje gris que había en su armario. Kyuhyun aún estaba completamente dormido, todo por efecto del alcohol, seguramente en la tarde tendría resaca. La soleada mañana lo sorprendió y se tuvo que cubrir los ojos antes de salir de casa.

* * * * *


La luz de la mañana le hirió los ojos, y sintió el pecho bajo el moverse en un movimiento acompasado. Espió tras las pestañas y vio a Kangin, era guapo aun dormido. No quería moverse de donde estaba.

Después de salir del baño, habían seguido sobre la cama, revolviendo las cobijas y sabanas. Posiblemente después de la tercera ronda se quedaron dormidos y ahora Kangin lo abrazaba dejando que su calor corporal lo calentara.

Sobre la mesa de noche de Kangin había un pequeño reloj digital que supuso funcionaba de despertador cuando tenía que ir a trabajar…

Después de ver la hora, salto de los brazos de Kangin, despertándolo de golpe, arrojo las sabanas y corrió.

- ¿Qué te pasa? – Kangin renegaba pues estaba tan cómodo durmiendo, y no le gustaba que lo despertaran.

- Que es tarde… tengo que llegar a la oficina o Rain me matara. ¿Has visto mi ropa? – Jungsoo se movía desnudo por la habitación, lo que le daba una agradable vista a Kangin de su cuerpo.

- En el baño… allí se quedó todo… - Kangin se levantó y dejo también las sabanas en la cama y se recargo contra el marco de la puerta mientras veía como Jungsoo recogía las prendas aun chorreando y quizá un poco olorosas.

- No puedo ir así al trabajo y ya es tardísimo… debo llegar en veinte minutos… - Jungsoo tenía cara de terror.

- Me pongo un pantalón y te llevo a cambiar a tu casa. – se ofreció para que el mayor no se preocupara.

- Llegar a mi casa nos tomaría al menos media hora… ¿tienes algo que te venga chico? – Jungsoo empezaba a delirar por la preocupación de llegar tarde a su trabajo.

- Quizá una playera y unos deportivos, pero eso no es para ir a la estación de policía… - Kangin empezaba a preocuparse también. Pese a que su amante era policía y era el encargado de darle caza, no quería que perdiera su empleo por su causa. Si podía haría todo lo necesario para que estuviera bien.

- Dámelos… llamare a Shindong, el pasa por mi casa y pospondré la reunión con Rain diez minutos… - Jungsoo empezó a hablar cosas en murmullos acerca de reuniones y casos, mientras buscaba su celular por la casa.

Diez minutos después, Jungsoo llamaba a Shindong desde el deportivo de Kangin.

- Shin… necesito un favor… ¿has llegado ya a la oficina?... ¿puedes pasar a mi departamento y tomar un traje por favor?... ocurrió un imprevisto… - la sonrisa de satisfacción de Kangin indigno a Jungsoo quien le dio un golpe en el brazo –. no, no es nada grave… gracias.

El resto del trayecto fue rápido, debido a la velocidad que tenía el coche. AL parar frente a la estación de policía, Kangin tomo de la nuca a Jungsoo, y lo beso con calma, sintiendo cada uno de los rincones de su boca y el cuerpo de este estremecerse.

- Vete… tienes una reunión. – Jungsoo salió del coche intentando ser invisible, y aun así las miradas de un par de custodios se posaron sobre el -. Pasare por ti para ir a cenar. – le grito Kangin a través del vidrio que había bajado cuando estaba por llegar a la puerta.

- ¿Pero qué…?

Shindong estaba sentado en su escritorio al lado de la oficina de Jungsoo y se sorprendió de ver al usualmente pulcro policía con una sudadera negra de Nirvana que le hacía parecer Tontín por lo ridículamente largo de los brazos, unos pants grises que amenazaban con caerse de su estrecha cintura y unos tenis que parecían a punto de hacerlo tropezar. La misma cara de incredulidad que tenía toda la estación al verlo pasar.

Porque por desgracia, su oficina era una privada al fondo, pero eso no evitaba que pasara por todas las demás secciones a la hora de su ingreso.

- ¿Tienes lo que te pedí? – Ni siquiera se detuvo a intentar explicar su atuendo. De todos modos no es como que le fuera a decir a todo el personal de Scotland Yard que había tenido sexo con su acosador y que en el proceso su traje había salido perjudicado.

- Adentro… - Shindong no termino de murmurar la respuesta cuando Jungsoo desapareció por la puerta.

* * * * *


Ryeowook se sentó inquieto. Si había decidido citar a Yesung en un parque, era porque no quería cometer el mismo error que la vez anterior y dejarse llevar por sus instintos.

Yesung tenía un helado en las manos y su habitual ropa negra. Ryeo se veía como siempre, con un pantalón de cuadros y un suéter de lana. Cualquiera que lo viera, nunca creería su vida.

Llego a la banca donde estaba sentado, debajo de un árbol que le daba sombra y se sentó a su lado. En frente de ellos el hombre que vendía helados le daba uno a una niña pequeña que reía con un globo. Dos niños más hacían fila detrás con un balón y luego seguía un niño un poco mayor. Ryeowook supuso que Yesung también había hecho fila para comprar el helado y sonrió un poco.

Ese era uno de los extraños días soleados en Londres, por lo que la gente había salido y se oía el barullo por doquier. Era uno de esos días que no le gustaban a Ryeowook.

- Necesito decirte algo. – Yesung asintió con seriedad –. Sungmin me ha dicho que te alejes de Kyuhyun. Y yo te digo que no es buena idea el que lo veas. Tú mismo vas a ser el causante que Kyuhyun entre a este mundo, y sé que no quieres eso.

Ryeowook rara vez hablaba con tanta calma. Su vida era rápida y sus actividades también, pero parecía que quería que Yesung entendiera cada palabra.

- ¿Para eso me citaste? – Yesung mordió la galleta de su cono –. Kyuhyun sabe lo que hace. Yo no dejare que se meta en esto, y por eso le ayudo a mantenerse al margen. No me alejare de él, si él no quiere.

- Ojala lo de no meterlo sea verdad, pero es necesario que te alejes de él porque eres el guardián de Min Cake, y tienes la responsabilidad que todo vaya bien. No quiero errores, por eso te mande a llamar, para advertirte.

- No tienes nada que advertir. Lo sé bien. – Ryeowook dio por terminada la plática y se fue por donde vino.

Yesung se quedó terminándose el helado, y luego se fue a Min Cake a hacer sus rondas. Cuando llego, sorprendentemente estaba aún cerrado. Marco el número de celular de Ryeo y cuando dio el tercer timbrazo, este lo tomo.

- ¿Sabes dónde está Sungmin? Min Cake está cerrado.

- Está conmigo.

- Oh, en ese caso, dile que estaré rondando por aquí.

- Yo le diré.

El sonido de línea le indico que la comunicación estaba cortada. Marco el celular de Kyuhyun y cuando este le contesto, su voz se oía pesada.

- Pastelero, dime a qué hora van a abrir la pastelería. – Intento hacerle una broma.

- Voy para allá… me duele la cabeza… - era definitivo que no lo dejaría tomar otra vez en el futuro. El muchacho soportaba poco el alcohol.

- Veámonos en un café. Sungmin no está en Min Cake, y supongo que no tienes hora para llegar. – eran casi las once de la mañana, y la calle del Soho estaba vacía, en parte por ese motivo de la hora, y en parte porque no era temporada alta.

- De acuerdo… en veinte minutos en el café de siempre – Yesung colgó y camino despacio hasta el lugar indicado.

* * * * *


El departamento de Kyuhyun, donde se estaba quedando era bastante céntrico, pero como Sungmin no tenía ganas de andar las ocho cuadras hasta el punto donde se vería con Ryeowook tomo un taxi, de esos negros y elegantes que pasaban por todos lados, y le indico la dirección.

No se sentía del todo bien. Los días y las semanas habían pasado y el doctor le había dicho que estaba perfecto para reincorporarse a sus actividades, y en definitiva, no era físico lo que tenía, sino más bien un cansancio emocional que le empezaba a cobrar la factura.

El lugar era un restaurante elegante y bien dispuesto, aunque bastante solitario, donde no iban más que hombres de negocios a tratar asuntos importantes y poco comían, pero para esa hora, estaba completamente solo, pues los desayunos de negocios habían acabado y era muy temprano para la comida.

Ryeowook estaba sentado en una de las terrazas del segundo piso y tenía una taza de té en sus manos. Sungmin se sentó frente a él y espero a que hablara.

- Yesung se sigue viendo con Kyuhyun. – No era una pregunta, pero tampoco era una información, era una simple afirmación que sonaba cruel en sus labios.

- Lo sé, he advertido a Kyuhyun que no se vea con él. No quiero que se involucre por nada. Y es posible que Yesung lo haga.

- Yesung lo hará. Si se siguen viendo será inevitable. Yesung no quiere hacerlo, pero al final será así.

- Aleja a Yesung. He mantenido a Kyuhyun separado de todo por varios años, y no por un idiota como tu novio se vendrá abajo todo. – Sungmin sabía mucha cosas que las personas en general no sabían. Y unas pocas de esas incluían secretos de Ryeowook.

- Tú mantén al margen a Kyuhyun. El mundo es peligroso para él, Sungmin. – el pastelero podía sentir la amenaza implícita en esa frase.

- Lo haré. Kyuhyun es una persona, y no puedo controlar todo lo que haga, como tú no controlas a Yesung. Además, estoy completamente seguro que Kyuhyun me es fiel, por si eso es lo que te preocupa con respecto a su relación con Joungwoon.

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