Lost Heart... Capítulo 25


La información dada al policía Park había sido minuciosamente escogida por Heechul, mucha de ella no involucraba a Siwon, pero si a una tercera persona que estaba tras de él y que aun desconocía su nombre. Heechul estaba seguro que hasta Siwon lo desconocía por completo.

Obviamente, no daría todo lo que con el tiempo investigo, pues primero debía saber qué es lo que Jungsoo tenía y si la información le serviría para lo que necesitaba.

El detective Kim tenía un buen punto, Jungsoo lo comprendía perfectamente. Aunque en sus investigaciones no había llegado hasta este, lo sospechaba, sospechaba todo eso y más, cosas que incluso incluían a Rain. Y ese nombre Cassey, seguía sonando en su cabeza, debía poner a Shindong a repasar sus documentos.

- Si tú eres Cassey, ¿Por qué este papel dice que estás muerto? – pregunto de pronto Jungsoo volviéndose a sentar -. ¿Cómo sé que no mientes? Si te presentaste como Kim Heechul, te investigue y desde Seúl todo lo confirma. En cambio de Cassey Kim, no se ha sabido nada en muchos años, la familia real se ha negado a hablar de él por años.

- Soy la oveja negra de la familia, la familia real por parte de mi padre, de por si lo renegaron al olvido solo porque se casó con mi madre. Y después de enterarse que mis padres me sacaron del internado por mantener relaciones con un chico, sabrás porque no hablan de mí nunca.

- Ellos… lo… supieron. – el rechazo de su familia a esa edad debió ser difícil para el detective, es algo que Jungsoo comprendía.

- Si y no lo tomaron muy bien, al igual que mis padres. Luego ellos murieron y yo, yo me fui de Londres. – Heechul se llevó una mano a la boca y desvió su mirada del policía -. Recibí la herencia hace poco, justo después de volver. Todo está en orden con mis documentos, por eso es que pude hacerlo. Mis tíos, parientes lejanos de mi madre, debían de ocuparse de mi cuando ellos murieron. En lugar de eso quisieron deshacerse de mi cuando joven, uno de sus hijos me indujo en las drogas y creo que el resto lo podemos omitir. – termino de explicar Heechul -. Mi vida fue mejor en Seúl, si investigaste bien.

- Si lo que dices es verdad, tus tíos políticos debieron inventar tu muerte.

- No, antes que pudieran hacerlo ellos… ellos murieron. – Heechul omitió la parte en la que Siwon estaba involucrado con esas muertes.

- Vaya, tu vida sí que es complicada Kim. – sonrió Jungsoo.

- Un poco… - dijo Heechul relajándose también.

- Dime la verdad, ¿Por qué Siwon tenía estos documentos?

Era algo que no había pensado, si le decía la verdad, no podría mantener la verdadera identidad de Siwon oculta. La cual debería permanecer de esta forma para lo que tenía planeado Heechul, mientras menos supieran de Andrew, mejor para sus planes futuros.

- No lo sé, a Siwon se los hicieron llegar. Yo pienso que fue alguien más… alguien que le conviene que así sea y lo utilizara en contra de Siwon o hasta de mi familia.

- Eso sería peligroso, la familia real podría verse afectada por negocios de la mafia. – Jungsoo lo pensó un momento -. Si Siwon los recibió, alguien más querría actuar en contra de ellos. Esto es importante, tienes razón, necesito investigar quién está detrás de esta supuesta muerte.

- Gracias.

- No me lo agradezcas todavía. – Jungsoo se irguió sobre su silla -. Tú has compartido mucha información, a cambio investigare sobre Kim Cassey y compartiré algunos datos contigo.

- Quiero que me digas, ¿Por qué Rain no ha hecho nada contra Siwon? Esa relación es muy extraña, no me trago que sea amigo de este y crea en él solo porque fue policía. – las palabras de Heechul le hicieron abrir muy grandes los ojos a Jungsoo.

- Tú también sospechas de él.

- Es obvio, no.

- Creo que en este punto estamos de acuerdo, yo también sospeche de eso y he estado haciendo mis propias investigaciones.

- Trabajemos juntos y hagamos lo que es mejor para todos. – dijo Heechul tendiéndole la mano a Jungsoo.

- ¿Incluyendo a Siwon? – pregunto Jungsoo sin tomar la mano todavía, a lo que Heechul asintió.

No sabía porque Heechul seguía empeñado en salvar lo insalvable, en este caso Siwon, Si bien sus argumentos eran ciertos, Siwon no se salvaba de que la justicia lo alcanzara. Y más sospechoso se le hacía al policía, que Heechul estuviera metiéndose en problemas por él, le decía que se había enamorado del Choi; eso no justificaba lo que estaba haciendo.

Jungsoo miro de nuevo la mano que se le ofrecía, analizando la información y lo que se había enterado por Kim. Si era de esta forma, le convenía estar de su lado, pues el detective Kim haría cualquier cosa.

- De acuerdo, hagámoslo. -  con un apretón de manos acordaron trabajar juntos.

A Heechul se le veía serio todavía y Jungsoo tenía en su cara una media sonrisa que intrigaba, al parecer él estaba más feliz con este acuerdo de lo que aparentaba.

- Bien, déjame reunir los documentos de mi investigación, se lo contare a Shindong también, él debe estar enterado, hemos trabajado de manera conjunta y es de mi total confianza. Reunámonos en cuanto tenga los documentos, así tú podrás seguir en lo tuyo.

- De acuerdo.

Ya todo estaba dicho entre ellos, no había más que discutir, salvo la fecha de su próxima reunión. Jungsoo se levantó de su asiento para despedir al detective Kim en cuanto este se levantó del suyo, pero algo detuvo de irse al detective y se giró de nuevo hacia Jungsoo.

- Una cosa más, - comenzó a decir Heechul mirando a los ojos de Jungsoo -, cuídate de Kangin, lo he visto en algunas reuniones con Choi.

- Tu como sabes… - Jungsoo frunció el ceño.

- He estado ahí, ¿recuerdas? Y cuando digo que te cuides de él, es verdad. Tu sabes cuándo enredado estoy en eso gracias a Choi. Lo he visto con mis propios ojos, Kangin puede pertenecer a su red.

- Eso no es verdad.

- ¿Siquiera sabes su nombre real? – pregunto Heechul, muy seguro de conocer la respuesta al no escucharla de boca del policía -. Por eso es que debes de cuidar tus espaldas con él, no digas demasiado y mantente siempre alerta.

- Es un pasatiempo nada más, nada de qué preocuparse. – Jungsoo apretó los labios.

Era como si su existencia se hubiera detenido bruscamente, en su cara se notaba que lo que decía era mentira, la misma cara que puso Heechul al enterarse que Andrew y Siwon eran la misma persona. El policía estaba más que enredado con Kangin, de eso no le cabía duda a Heechul.

- Eso no puede ser verdad. – Jungsoo se dejó caer sobre su silla sin nada de cuidado.

- Parece que ha sido una sorpresa mucho mayor de lo que yo esperaba… Lo siento, Jungsoo, pero no hay tiempo para dudas o negativas.

Heechul se lo estaba diciendo para protegerlo, tanto por compañerismo como por compromiso profesional. Pero estaba seguro que acababa de romperle el corazón y destrozado su mundo para protegerlo. Le preocupaba que Kangin terminara haciéndole daño al policía.

Dio vuelta al escritorio y se acercó a Jungsoo, apretó su hombro y dio un paso atrás, trataba de darle algo de apoyo, consuelo, pero Heechul no sabía cómo. Con esto se aseguraba que el policía Park estuviera más cooperativo con él, a los dos les convenía que todo se aclarara de la mejor forma, pues quizás en un futuro desease salvar a Kangin del mismo fin.

- Te puedo ayudar a investigarlo. – sugirió Heechul.

- No, déjalo, lo hare por mi cuenta. Gracias por advertirme. Pero no creo que sea como tú dices.

- Eso espero Jungsoo, por tu bien lo creas, lo he visto y te lo voy a demostrar.

Heechul salió por fin de la oficina, satisfecho con lo que logro con el policía, que trabajaran juntos les daba una ventaja con el enemigo. Quien quiera que este fuera, ellos lo descubrirían.

Atrás en la oficina quedo un desolado Jungsoo, sintiéndose un poco decepcionado a lo que el detective le había dicho sobre Kangin. Pero no tenía pruebas, pensó que se lo habrá dicho para desconcertarlo o quizás no. De cualquier forma, la duda fue sembrada en su corazón, ya nada sería igual de ahora en adelante con Kangin. Se andaría con pies de plomo hasta descubrir la verdad.

* * * * *

Sungmin camino apresuradamente a la pastelería. No le agradaba la idea de que Kyuhyun estuviera solo allí mientras Yesung estaba rondando.

Se sentía extrañamente amargo todo el asunto. “Debo poner en orden los papeles” casi de la nada apareció en sus pensamientos. Debía tener papeles en orden, claro, propiedades y deslindes con Siwon. La calle del Soho estaba tranquila, eran casi las cuatro de la tarde, pero podrían ser las siete de la mañana por día nublado que se había formado.

Kyuhyun estaba al frente de la pastelería, arreglando un pastel de chocolate en la vitrina. La chica que cuidaba del lugar no estaba, pues era su día libre y solo su pattisier se hacía cargo.

- Kyuhyunnie… - Le sonrió, con esa sonrisa que solo salía a flote con él, con la sonrisa sincera y amorosa que le tenía al menor. Con esa risa que pensó que los últimos días había muerto.

- Minnie. Qué bueno que ya llegaste. Hace falta algunas cosas, y además, quiero que me ayudes a preparar un pastel… - Kyuhyun le sonrió de vuelta, y juraría que se quedaría ciego en ese momento debido a lo deslumbrante que era el menor cuando ponía esa cara inocente y amable.

No pudo resistirlo, se acercó rodeando la barra y la vitrina, lo abrazo por la cintura y se pegó todo lo que pudo a su cuerpo, solo sintiéndolo contra el en un abrazo intimo que fue correspondido.

Subió las manos por su cuerpo, y las enredo en su cabello, acercándolo más por la fuerza.

- Te amo, Kyuhyun. Te amo demasiado. El día que te conocí en Paris ha sido el más feliz de mi vida… bueno, el día más feliz es en el que aceptaste ser mi novio y venir a Londres a la pastelería… ese día fue perfecto en todo. – jugaba con su cabello y enterraba el rostro en su cuello, dejando el minino espacio para que su voz se filtrara hasta sus oídos. Ese día había amanecido con esa extraña necesidad del menor.

- Yo también te amo, Minnie. Más que nada en el mundo, eres todo lo que quiero y mucho más de lo que merezco.

Kyuhyun nunca era abierto con sus sentimientos, no tanto, y el que dijera esas palabras bajito contra su oído le estremeció hasta el fin de la columna vertebral.  Sungmin sintió que se hacía pequeñito en los brazos de Kyuhyun y se hundió más en su cuerpo y su aroma a chocolate que se colaba por su nariz.

- Sungmin. Se sinceró conmigo. Por favor. Prometo no juzgarte ni nada, solo quiero saber que pasa para estar preparado.

La voz de Kyuhyun se oía firme, extrañamente autoritaria, y sintió que se encogía aún más, pero esta vez, debido al miedo.

- No pasa nada Kyuhyun. Solo debes confiar en mí. Solo debes hacer eso y seguiremos juntos.

La campana de la pastelería sonó, interrumpiendo el momento, y aunque Sungmin no se quería separar de su novio, sabía muy bien que debía hacerlo. Con toda la fuerza de voluntad que quedaba en sus manos, dejo caer los brazos y con un suspiro apresurado, giro la cabeza para encontrarse con la persona que interrumpía, que no era otra más que Siwon.

- Buenas tardes, Sungmin. – Saludo siendo cortes, incluso se veía un poco incómodo, como si estuviera arrepentido de su interrupción.

- Buenas tardes, Siwon. – el dueño de la pastelería volteo a ver a Kyuhyun, quien se había puesto pálido de solo verlo, había tensado los músculos de sus brazos alrededor de su cintura y enlazado con más fuerza los dedos para no dejarlo ir. Además, veía a Siwon con algo de ¿ira?

- Buenas tardes, Mister Choi. – saludo cuando hubo pasado un poco su enojo – Voy a la cocina, Minnie –. se excusó para dejarlos solos.

- Cho lo sabe. – Siwon se había sentado en una de las sillas del frente de la pastelería -. Es mejor de esa manera, al menos para mí.

- No. El aún no sabe nada… - Sungmin casi deja caer una taza cuando oyó eso, pero estaba completamente convencido que no era así.

- Sungmin… no es que me quiera involucrar en esto, pero si no se lo dices tú, se lo diré yo. Hay un punto en todo esto, en que simplemente no puedes pretender que no pasa nada. Si no lo sabe, lo sospecha, y debes dejarle claro que todo lo que pase es porque en aquel tiempo tú hiciste du elección… Kyuhyun es una persona madura, y si crees que simplemente se ira por lo que haces, entonces no es la persona para ti.

¿Desde cuándo Siwon se preocupaba por él? ¿Era que acaso de verdad le parecía así? ¿Por qué se lo decía tan de repente?

- No… Kyuhyun es mío. Kyuhyun tiene que ser mío…

- Es conveniente que lo sepa… puede ser muy duro que no lo haga…

Sungmin estaba en una etapa de negación completa. No podía pensar siquiera en la idea de separarse de Kyuhyun, y si le decía que es lo que hacía, era muy probable que lo abandonara. O eso pensaba que pasaría. Sin embargo, algo daba vueltas en su cabeza, ¿Para quién era conveniente enterar a Kyuhyun? A Siwon parecía interesarle mucho esto.

- ¿Y a todo esto? ¿Por qué estás aquí Siwon?

- Vengo a arreglar unos asuntos ¿Qué no puedo?  - Sungmin medio sonrió ante el repentino sarcasmo de Siwon. Definitivamente algo estaba cambiando en él. Algo que de haber estado allí al principio, quizá Siwon no hubiera llegado a ser lo que era.

- ¿Qué quieres? – se sentó enfrente de su jefe y puso las tazas de té.

- Ver como estas. Si puedes retomar todas tus actividades, porque hay un par de cargamentos que necesitan ser recogidos y no tengo a quien. Alone ayer fue notificado con una orden de cateo, afortunadamente, no hay nada allí.

- Estoy completo para volver al trabajo, Siwon. Y si necesitas bodegas, las de Min Cake están vacías por el momento. Puedes usarlas. – Siwon sonrió con malicia, esa malicia encantadora que lo había hecho caer cuando eran jóvenes los dos.

Siwon se despidió después de discutir unas cosas más acerca del cargamento que llegaría. Definitivamente nada de esto estaba bien para Sungmin. Nada cuadraba y nada era como parecía.

La cocina estaba muy callada, usualmente cuando entraba allí, en la estufa chisporroteaba algún caramelo y el reloj cronometro hacia tic tac para que su novio no quemara el pan que se cocía, porque pese a ser excelente y tener talento innato, era bastante despistado.

- Sungmin, dímelo o te juro que me voy en este momento a Paris. – Sintió los brazos de Kyuhyun alrededor de su cintura y su respiración en su oído al mismo tiempo que sus suaves palabras.

- No… - lo sabía. Kyuhyun lo sabía.

- Dímelo… - le ordeno una vez más, mientras lo hacía chochar con la mesa de mármol del centro de la cocina

- ¿Qué quieres que te diga? – Sungmin apenas podía pensar, sintiendo el cuerpo del menor contra su espalda y sus manos deslizándose suavemente por su estómago.

- Lo que haces para Siwon, no te creo eso de los banquetes… - Sungmin sintió los húmedos besos contra su cuello y no pudo resistirse más. Si ese era el fin de su relación, al menos lo disfrutaría.

- Trabajo para él. Guardo sus pertenencias. – le contesto en un susurro.

- ¿Qué clase de cosas? – Kyuhyun insistió –. no me enojare por lo que sea que hagas. – coló la mano por debajo de sus pantalones de vestir, haciendo que el mayor soltara un gemido al sentir su gélido tacto. Seguramente se acababa de lavar las manos.

- ¡Ahhh! – Sungmin no comprendía. ¿lo sabía o no?

- No te escaparas… dime que cosas guardas. – el patissier mordió su oído y le quito la camisa.

- Drogas. – lo dijo al fin, al sentirse completamente expuesto. Fue casi un gemido pero la palabra había salido de sus labios ya sin pudor, olvidándolo todo -. Y tú no debías de saberlo.

- Eso era todo lo que tenías que decir. Eso y que me sigues queriendo, Minnie. – la voz de Kyuhyun era ronca y profunda, necesitada, grave. No esperaba que siguiera con el trabajo que había empezado en su cuerpo.

- Te quiero, Kyuhyunnie. – le soltó antes de ser girado bruscamente, quedando de frente con el menor.

- Y yo a ti, Min. Y ahora puedo protegerte… - los labios del menos siempre sabían a algo diferente, usualmente dependía de que estuviera preparando, porque golosamente se comía algunos pocos ingredientes… justamente hoy sabían a fresas y chocolate.

Aunque  ambos se sienten un poco inseguros respecto al futuro, Sungmin miraba con ternura a Kyuhyun, realmente lo amaba y lo adoraba, era para él todo lo que había deseado en una relación, la sola idea de no tenerlo era atroz. Kyuhyun no estaba satisfecho, no hasta que Sungmin aceptara alejarse del Choi, así tuvieran que terminar huyendo al fin del mundo.

Desnudos y expuestos, Kyuhyun lo abraza por la espalda con fuerza, dirigiendo los pasos de Sungmin hasta el escritorio de su oficina. Las manos de Sungmin se terminan encima de este sosteniéndose, Kyuhyun arrodillado detrás de él comienza a prepararlo con su lengua. Juguetea con ella alrededor de su fruncido hoyo, sus manos comienzan a masajear aquellos globos sacando suspiros del más bajito.

Cuando dos dedos entran haciendo tijeras dentro de Sungmin, no lo resiste más y se levanta posicionándose detrás, toma una de las piernas del otro abriéndolo y la levanta un poco hacia atrás a la altura de su cadera sujetándola con fuerza, Kyuhyun comenzó a penetrar a Sungmin en esa sensual pose.

Entre el éxtasis del momento, Sungmin se dio cuenta que era la primera vez que Kyuhyun lo tomaba de esta forma. Siempre gentil, tierno con las caricias, que lo tratara de forma ruda era algo nuevo para él. ¿Le gustaba esta nueva forma? Sí, pero se sentía extraño, le hacía saber que algo en Kyuhyun estaba cambiando y temió por eso.

No deseaba que la esencia del pastisser se perdiera, lucharía para conservar su corazón intacto. Alejando de momento estos pensamientos, se dejó llevar por el vaivén de las penetraciones y el mar de sensaciones que recorrían su cuerpo.

Es una maniobra que requería la elasticidad del más bajo, Sungmin sin mucho trabajo logró abrirse y dejar que lleve su pierna hacia atrás sostenida. Kyuhyun lo penetra una y otra vez sin descanso, con una de sus manos ocupada sosteniendo la pierna, con la otra agarrando sus caderas, seguro que ese agarre le dejara marcas a Sungmin; lo justo para impulsarse dentro de él.

Entre suspiros y gemidos, Sungmin comienza a gritar el nombre del pastisser, provocado por las certeras embestidas, rogando que el ritmo fuera en aumento y que lo tomara con más fuerza.

Kyuhyun lo miró por sobre su hombro gimiendo a causa de del placer y la visión que le daba esta nueva formas de hacerle el amor al más bajo, respirando el aroma que despedía la piel de su cuello, recorrió con sus labios los suaves hombros, la nuca y la espalda de Sungmin aumentando su placer.

Sin haber llegado a la culminación, Kyuhyun suelta la pierna del más bajo dejando besos por su espalda, Sungmin aun atrapado entre el escritorio y el cuerpo detrás de él, siente como Kyuhyun abandona su cuerpo con un sonido que lo llena de vacío. Solo para ser girado y trepado al escritorio, donde es acostado y jalado dejando sus caderas al aire.

Viendo a Sungmin recostado sobre el escritorio, con uno de sus brazos debajo de la cabeza utilizándolo como almohada y la otra mano recorriendo su cuerpo provocándolo, el más bajo pellizca sus pezones dejándolos erectos, su mano sigue viajando por su vientre, en pequeñas curvas que van y vienen enchinando su piel.

Kyuhyun no puede soportar más aquella sensual espectáculo dado por Sungmin, separa sus piernas colocándose entre ellas, esta tan abierto que no se le dificulta volver a entrar en su cuerpo. Justo cuando llega al fondo lo escucha jadear, entonces el vaivén comienza nuevamente saliendo casi por completo para después entrar hasta hacer chocar sus bolas entre los globos de Sungmin.

Sintiendo que el final está muy cerca, Sungmin agarra su propio miembro y comienza a masturbarse, sus gemidos solo intensifican las sensaciones de Kyuhyun haciéndolo terminar dentro de su cuerpo. No es la primera vez que el pastisser termina primero de los dos.

Sungmin arquea su espalda al sentir el líquido tibio invadiendo su interior, sacando un gruñido de su boca al no haber terminado igual que el más alto, hace que su mano se mueva más rápidamente sobre su miembro para poderlo alcanzar, pero es detenido por Kyuhyun. Que a modo de disculpa, agacha la cabeza entre sus piernas e introduce en la boca el miembro de Sungmin para hacerlo terminar.

Con sus manos dirige los movimientos de Kyuhyun, su boca siempre es tan diferente, que Sungmin ha experimentado diferentes formas de culminar. Esta vez, al sentir la cálida boca de Kyuhyun succionando su miembro, aprieta sus rodillas sobre la cabeza de este, sus manos se sostienen de sus cabellos castaños.

Y cuando esta por alcanzar su satisfacción, la espalda de Sungmin se arquea, sus piernas aprisionan a Kyuhyun para que no se separe y llenarle la boca con su esencia.

* * * * *

Heechul tenía rato mirando por la ventana de su departamento, había esperado encontrarse con Donghae al estar de regreso de la comandancia pero el menor no daba muestras de haber estado ahí. No había ropa sucia reciente, el baño no se encontraba desordenado como acostumbraba dejarlo y la comida del refrigerador parecía completa.

No se preocupaba demasiado porque Siwon le aseguró que se encontraba bien y protegido, solo por eso esperaría pacientemente a que le menor se apareciera.

Mirando la lluvia desatada hacia unos minutos, sin poder dejar de pensar en lo sucedido la noche anterior, la forma en que se enteró que Siwon y Andrew son la misma persona, y sobre lo mucho que no se lamentaba que aunque fuera en esas circunstancias, lo hubiera encontrado.

Se obligaba a no pensar en sus responsabilidades y en todas esas cosas que tendría en contra de ahora en más, mismas que esperaba que con ayuda de Park Jungsoo, se hicieran menos y lograra su objetivo, en el cual pondría todos sus esfuerzos… Salvar a Siwon.

Esa mañana soleada y tarde lluviosa, se parecían a sus sentimientos, como si el clima pudiera leerlos. Estar ahora sin la presencia de Siwon le causaba abatimiento. Heechul se retiró un mechón de su cabello de la cara, que a pesar de la lluvia, llevaba húmedos por la reciente ducha.

Con sus manos desnudas así como sus pies, la calefacción ya había entibiado un poco el ambiente y el piso. Se encontraba vestido con ropa más que informal, unos jeans que se le ajustaban al cuerpo como segunda piel y una playera blanca que se corría por su hombro bajando más de lo debido, por lo enorme que era, a él le gustaban de esa forma cuando estaba en casa y necesitaba descansar realmente de todo.

Tan ensimismado estaba en sus pensamientos, que Heechul no escucho cuando la puerta se abría y alguien más invadía la habitación.

Continuara...

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