Cascabelitos... Capítulo 4

Siwon POV

Cada vez que hablaba, la manera en que sus labios y manos se movían, algo en ella seducía. Y ni siquiera era mi tipo. Una mujer guapa, demasiado hermosa y para nada parecía coreana. Sus grandes ojos verdes claros, podrían decirse que llegaban al amarillo, su piel rosada y hasta su estatura, demasiado alta para ser de este país.

Un misterio la envolvía pero no daba temor, contrariamente quedabas envuelto en su aura, una muy seductora por cierto. Pero como ella misma nos explicó, no caímos en sus encantos, porque estamos realmente enamorados. De otra forma, no serviría para nada lo que nos quiere regalar, aún no sé si sea buena idea.

- Entonces, ¿Quién es Freyja? – pregunta finalmente Henry.
- Yo no estoy muy seguro de querer saber. - si estaba curioso al respecto, pero también un poco desconfiado, por no saber que esperar de la mujer y de los cascabeles. Por dios ni siquiera creía en ellos.
- ¡Oh, qué gran mentiroso! Claro que quieres saber. – su mirada me taladraba, parecía que no podía ocultarme ante ella.
- ¿Y bien? – Henry la apuro.
- Freyja, es la Diosa de los gatos. – comienza a contar – Reina sobre la vida y la muerte, el amor y la magia, los animales, en especial los gatos que eran sus animales favoritos. Es la Diosa del amor, de la lujuria, la sexualidad y la belleza. Era la más hermosa y la más querida de entre todas las diosas. Tan hermosa, que los mismos dioses quedaron tan prendados por su belleza y elegancia que le concedieron un reino solo para ella.
- ¿Qué esa no era afrodita? – pregunte, la verdad es que si había leído algo de los dioses del olimpo y todo eso, conocía la historia porque era fascinante, pero nada más.
- No, afrodita no concede los regalos que Freyja da a los enamorados, ya que afrodita pide que se le venere a ella más que al amante, sino lo haces, ella te castigará.
- ¿Y Freyja?
- Sus regalos suelen ser de carácter erótico y ella solo pide que seas fiel a tu pareja, que la ames realmente y aquí es donde entran ustedes. – dijo sonriente Vanadis y continuó -. Ya que se pensaba que Freyja prestaba oídos a las oraciones de los amantes, éstos solían invocarla a menudo…
- Pero nosotros no la invocamos. – le corregí. Ni siquiera sabía que existía.
- No pero… después de escucharlos por más de una hora lloriquear por lo que desean de sus parejas, me dijo que ustedes necesitaban su ayuda.
- ¿Tan patéticos nos escuchamos? – bufó Henry.
- Tan enamorados, querrás decir. Y por eso son los indicados para estos regalos. – abre sus manos aparecen dos hermosos cascabeles plateados, lanzando destellos al toque de la luz -. Estos cascabeles vienen del mayor tesoro de Freyja, su collar mágico que fue fabricado por cuatro gnomos, lo que nos da en la actualidad cuatro cascabeles. – los movió en su mano dejando escuchar un muy leve tintineo de ellos.
- Hacen un bello sonido. – Henry acerco mucho más su oído.
- ¿Tú también los escuchas?
- Sí. – acepte.
- Y esa es la última prueba que ustedes tenían que pasar. Si no hubieran escuchado los cascabeles, seguramente no es amor lo que sienten sino deseo y su castigo por tal engaño, sería volverse gatos.
- ¡¿Gatos?! – dijimos los dos al unísono.

Definitivamente yo no estaba muy emocionado con lo que nos contaba Vanadis. Magia, una diosa, ¿gatos? Era imposible para mí creer en esto. Los dioses no existían, tan solo uno y la magia estaba fuera de posibilidad. Sin embargo, algo me impulsaba a seguir escuchando, curioso, sin poder apartar mis pensamientos de lo que decía.

- Tú… Vanadis, ¿sabes quiénes somos? – ella me miro con ojos amables, directo a mis ojos.
- Unos hombres enamorados que necesitan ayuda de la diosa Freyja.
- ¿En serio? No sabes… no… no nos reconoces. – sí, Henry estaba tan sorprendido como yo.
- ¿Por qué? ¿Necesito saberlo? Son esclavizadores, trata de blancas, ¿nazis?
- No. – Henry y yo negamos a todo lo que dijo.
- Entonces no tengo porqué saber, ni siquiera para recuperar los cascabeles. Cuando nadie más los necesite volverán a mis manos simplemente.

No estaba muy seguro, parecía ser un engaño, pero quien quiera que ella fuera ¿Qué ganaba con esto? Si ni siquiera sabía quiénes éramos realmente y no le interesaba saber, nos lo dejó muy claro. Por lo que supuse que siendo extranjera, no supiera realmente de nosotros, eso sí me convencía.

- Entonces, ¿nos volveremos gatos?
- No… sí… bueno no. A Freyja le gustaban los gatos por ser unos animales elegantes, independientes, libres, bellos, seductores y románticos, a menudo eso la caracterizaba a ella. Los gatos representan el erotismo, el misterio y la seducción, los símbolos del cariño y la sensualidad; los cascabeles dan a su portador todo esto y más.
- ¡Los convertirás en gatos! – exclamó Henry asustado.
- No. Con los cascabeles en sus cuellos seguirán siendo ellos mismos, solo que su sexualidad saldrá a flote, sin represiones, sin que nada más importe. – y entonces vimos como su mirada se agravo -. Por eso es que desde el momento en que ellos acepten ponerse los collares por sí mismos, ustedes estarán atados a ellos cubriendo sus deseos y necesidades. Ellos serán todo calor, amor y sexualidad, estarán posesivos, muy necesitados y solo ustedes podrán apagarlos. Por eso es que si ustedes no estuvieran enamorados, sus parejas los volverían presos de sus deseos y al final nada funcionaría, porque no sabrían detenerse.

Imaginarme a Heechul insaciable. Recuerdo las primeras veces que nos entregamos, la noche se nos hacía corta y nos llegaba el amanecer amándonos. Lo juguetón que solía ser en la cama, la de ideas que se le ocurrían y yo solo aceptaba, aunque la mayoría de las veces no estuviera seguro de que hacer. Solo por él termine experimentando de todo. Bueno, al menos todo lo que mi razón me permitió y dentro de nuestra recamara.

Incluso ahora sé que sigue siendo de la misma forma, solo que el tiempo, las ocupaciones, se ha ido olvidando poco a poco, hasta hacer nuestro tiempo escaso y nuestras ideas cortas.

- Wow… últimamente Mimi ha estado muy apagado, no me interesa apagarlo. – vi como Vanadis dio un golpe en su cabeza a Henry, demasiado divertido para no reírme.
- Digo, que si no eres tú quien satisfaga a tú pareja, él sufrirá mucho. Terminaría haciendo cosas que no puedo imaginar. No quieres hacerle eso, ¿verdad?
- No, claro que no. – dijo Henry asustado.
- Bien.
- Ellos… ¿Recordaran todo cuando ya no tengan los Cascabeles? – me preocupada eso.
- No tienen que preocuparse por eso. Como ellos mismos colgaran sus cascabeles en sus cuellos, solo recordaran los buenos momentos que pasaron con ustedes y esas noches apasionadas. Quizás se extrañen un poco por sus comportamientos o quizás no, todo depende de la chico. Y como les explique antes, esto solo sacará a flote sus más ocultos secretos y deseos por ustedes.

Cada que la escuchaba hablar un poco más, la idea me parecía menos descabellada al imaginarme lo que sucedería si sus palabras fueran ciertas. Mire a Henry, él también se veía emocionado por la idea, mucho más animado que al comienzo de nuestra charla.

- ¿Qué tenemos que hacer para que funcione? – fue Henry quien le pregunto.
- Cortejarlos. – Vanadis y yo no pudimos dejar de ver la cara perdida que puso Henry ante la palabra -. Es costumbre el componer canciones, poemas o versos de amor en su honor a Freyja, servirá para invocarla cuando ya tengan el cascabel puesto y que les ayudara en su pedido.
- Vaya, se tiene que estar muy enamorado para hacer algo así. – aceptó Henry -. ¡Pero si hasta he escrito canciones por mi Zhou Mi!
- Y por eso no van a tener problemas con eso. – Vanadis golpeo la mano de Henry suavemente.
- Suena sencillo. – se regodeo Henry.
- ¿Eso crees?
- ¿Hay un “pero” en esto? – me cruce de brazos, ya decía yo que era demasiado mágico para ser bueno.
- La leyenda dice que Freyja transportaba a los muertos electos hasta Folkvang, donde eran debidamente agasajados en su hermoso palacio. Allí eran bienvenidas también todas las doncellas puras prometidas de estos y las esposas fieles a sus esposos, para que pudieran disfrutar de la compañía de sus amantes y esposos después de la muerte.
- ¡¿Vamos a morir?! – grito Henry asustando a Vanadis.
- No. Claro que no. Deja de gritar. – le reprendía -. Se aplica de diferente forma, nada que no puedan hacer, solo tienen que prestar atención. De cualquier forma es importante.
- Qué alivio.
- Hyung, hyung… - de pronto escuchamos a nuestro lado, uno de mis meseros venía apurado y se le veía algo nervioso.
- ¿Qué sucede? – me levante rápidamente de mi silla.
- Hemos intentado detenerlas todo este tiempo, pero yo creo que no será posible. – al escuchar sus palabras mire hacia la entrada de “Twosome”, esta estaba llena de fans curiosas por ver que hacíamos con Vanadis, era normal que lo hicieran. Vanadis era una extraña, una muy bella extraña y además extranjera. Seguramente ahora mismo habrían inventado un montón de historias -. Henry, tenemos que salir de aquí.

Rápidamente tome a Henry del brazo levantándolo de su lugar, sino salíamos pronto la débil barrera que detenía a nuestras fans colapsaría; seguramente sería algo muy feo y sobre todo peligroso para ellas. Me olvide de Vanadis, la costumbre de correr de nuestros fans, asegurándonos solo de nuestros miembros; me hizo dejarla. Solo su voz mientras me alejaba del lugar por la puerta trasera, pasando por los estrechos pasillos de la cocina, hizo que me percatara de ella.

- Esperen, aún no terminamos de hablar, necesito decirles algo importante.
- Lo siento, creo que esa charla quedará pendiente. – dije casi gritando sin detenerme, por supuesto que no lo haría hasta que estuviéramos en mi auto, fuera del estacionamiento.
- Pero… - escuche como intentaba alcanzarnos corriendo detrás -. Tienen que saber lo que sucede al acercarse la cuarta luna llena y… - ya se le escuchaba agitada, sin embargo nosotros íbamos muy bien, la condición que teníamos haciendo esto era sorprendente -. Solo no los hagan enojar, ¿me escucharon?
- Sí, sí. – Henry y yo respondimos agitando nuestras manos antes de salir al estacionamiento en busca de mi auto.
- Condenados muchachos… sino hacen caso, muchos extraños comportamientos vendrán, ¡no me hago responsable!

Pero esto último ya no lo escuchamos, estábamos dentro del auto. Y el solo imaginarme a un Heechul mimoso, con el mismo ímpetu que antes, deseoso como yo… ¡Ah! No me dejaba pensar claramente. Deseaba tener de vuelta a ese Heechul, aunque fuera por unos días. Que solo necesitara de mí, de mi cariño y de mi cuerpo. No me importaría dedicarme a él pero, no creo que eso estuviera bien. No me convencía del todo.

Y me perdí en mis pensamientos, con mi propia pelea interna, entre hacerlo y no, mientras conducía a “Gabriel”.

Henry POV

Convencí a Siwon de pasar a una joyería, si pensaba darle el cascabel a Mimi, este tenía que ser con estilo y que se viera tan lindo como su portador. Necesitábamos una bella cadena que sostuviera los cascabelitos y no debía ser cualquiera, Heechul hyung no aceptaría menos para colgar de su cuello. Por lo que Siwon se detuvo en una prestigiosa joyería de la cual era cliente asiduo.

Nos atendieron rápidamente, mostrándonos bellas cadenas de oro blanco en dos grandes estuches de madera. Algunas emitían fulgores con las luces y otras más se veían delicadas, tan delgadas como cabellos, ero resistentes según nos dijo la vendedora.

Y es así como ambos terminamos con dos bellas cadenas adornadas con los pequeños cascabeles como dijes, dirigiéndonos hacia los departamentos. Para Heechul hyung, Siwon escogió una de esas cadenas que emitían bellos destellos, oro blanco diamantado. Siwon para los regalos siempre ha sido esplendido y como era de esperarse lo mejor para hyung, sabiendo cómo es lo comprendo perfectamente.

Mientras yo llevo en mis manos una caja alargada de color gris con un pequeño lazo dorado, dentro de ella una cadena tan fina y delicada como Mimi. La imagine colgando de su delgado cuello y el cascabelito rozando su clavícula con cada movimiento, apenas perceptible a simple vista, tan solo como algo que las personas muy cercanas a él podrían ver. No pude evitar sonreír ante tal pensamiento.

Al llegar al edificio me bajo del auto entusiasmado, dejando atrás a Siwon, que no parece estar de acuerdo con la idea de entregar los regalos a nuestras parejas. Esa es su decisión, no la mía.

Entro al departamento buscándolo emocionado, deseando darle el regalo que tengo para él, pero Mimi no está en la sala, ni la cocina y pasillos cercanos. - Está en su cuarto… - escuche decir algo malhumorado a Shindong hyung, lo que no hice mucho caso dirigiéndome hacia donde me dijo.

Abro la puerta tan fuerte, que rebota y casi me golpea de regreso, sorprendiendo a Zhou Mi que miraba televisión recostado sobre la cama jugueteando con el sombrero que utilizaba con su disfraz de Zhou Woody. Mi entusiasmo estuvo a punto de costarme una nariz rota.

- ¡Henry llegaste! – dice muy sonriente levantándose de la cama y colocándose el sombrero en la cabeza.
- Mimi… yo… - escondí la caja detrás de mi cuerpo, deseaba sorprenderlo.
- Espera, ven aquí y ponte cómodo.

Zhou Mi me aparta de la puerta me toma de los hombros llevándome a la cama y se regresa a cerrar con seguro la puerta. Con un empujoncito me deja tendido sobre ella, sintiendo hundirse la cama cuando Zhou Mi sube también. Lo veo acomodarse ahorcajadas sobre mi cuerpo, poniendo sus manos a cada lado de mi cabeza, rozando apenas sus labios con los míos para después volverme a sonreír.

- Recuerdas lo que te prometí esta mañana…
- ¿Qué no te agotarías con Jia y Fei al ir de compras?
- No, eso fue hace tres días. – me dice golpeando levemente mi pecho -. Te prometí darte algo que te animaría esta noche, cuando Shindong hyung se fue de nuestro lado en el ensayo, algo que “Woody y Tiro al blanco” harían juntos. – dice señalando hacia su cabeza, al sombrero que aún trae puesto. ¡Oh, dios! Ahora lo recordaba, ¿era esta noche?
- ¿No estás cansado? - lo veo negar con la cabeza.
- Quiero estar contigo Henry, esta noche será nuestra solamente, te he extrañado mucho.

Y al escuchar sus palabras, sentir como todo su largo torso se recuesta sobre el mío abrazándome, con su aliento rozando mi oreja y la necesidad en su cuerpo transformada en pequeños temblores, me hizo desistir de entregarle el cascabel. Me conmovió el corazón que Zhou Mi hiciera el esfuerzo por él mismo y tomara la iniciativa, que dijera que me necesitaba como yo lo hacía por él.

Escondo la cajita alargada donde se encontraba mi regalo debajo de la almohada, cuando Zhou Mi se levanta para quitarse la playera.

Ver su pecho desnudo en todo su esplendor, su pálida piel, sus manos intentando quitar mi ropa y sus dedos apresurados por desabrochar mis pantalones, me hizo sentir el hombre más afortunado del mundo. Me ama, me desea, lo quiero, Mimi se volvió mi sueño húmedo desde la primera vez que fui consiente que me gustaban también los hombres y no pare hasta tenerlo.

Verlo recorrer mi cuerpo con sus manos, como besa cada parte de mi piel expuesta, su lengua tensando mis pezones y sus manos sosteniendo mis caderas al dejar un camino de besos hasta mi pene. Sus ojos sin apartarse de los míos, me dicen todo, desde cuanto me desea hasta el amor que me tiene. Cuando me vi en esos ojos la primera vez al hacerle el amor, porque no tuve sexo con él, fue amor lo que descubrí, de esa forma mi corazón cayo rendido por Mimi.

Mis pantalones han quedado tendidos en el piso y los suyos también. Acaricia mi pene con su mano y se le une su lengua de vez en cuando, jugueteando conmigo, llevándome al extremo.

- Eres delicioso pero, quiero sentirte dentro. – escuche decir a Zhou Mi, cuando deja caer mi pene de su boca.

De nuevo ahorcajadas sobre mi cuerpo, siento como mi pene se abre paso en su interior, tan caliente. Todo su cuerpo tiembla y su espalda se arquea al sentir como voy llenando su interior, sin oponer mucha resistencia, lo que me dice que ya se había preparado para esto. Sin embargo no puede ocultar una mueca de dolor, su agitada espiración y el color escarlata que invade su cara lo delatan. Intento levantarme, pero sus manos apoyadas en mi pecho no me lo permiten.

Con sus manos apoyadas en mi pecho, comienza a mover sus caderas en círculos, deliciosamente lento, tratando de ajustarse a la invasión. Mis manos toman sus caderas hipnotizado por su cuerpo, ese lento vaivén que me mantiene al borde pero al mismo tiempo me hace desear por más. Estoy a su disposición y su ritmo, dueño de mi completamente. Tan placentero y nada más satisfactorio que tener a éste hombre tan hermoso y delicioso sobre mi cuerpo. Tan rico y estrecho por dentro, encajados perfectamente para los dos sentir placer.

Su cadera cambia el movimiento, levantándose hasta dejarse caer de nuevo, en un mete y saca que aviva nuestros gemidos y suspiros. Zhou Mi apenas puede respirar, cuando mi pene roza su próstata y pequeños temblores lo invaden, de su boca salen frases cortas mezcladas con sus jadeos, algo ruidoso por momentos.

Sus saltos sobre mi pene se vuelven más fuertes, Zhou Mi estaba tratando de empalarse profundamente, aprovechando el líquido pre seminal que comienza a salir y lubricar, haciendo que los sonidos de nuestra unión invadan todo el espacio. Resbaloso, perlado en sudor, jadeando sin control, no había nada más bello que mirar.

Estábamos por terminar, Zhou Mi aleja sus manos de mi pecho para llevarlas a su pene y masturbarse el mismo, al mismo tiempo con la otra mano sujeta el sombrero en su cabeza. Toda una ardiente visión. Sujeto fuertemente sus caderas dejándolo en una sola posición y comienzo a penetrarlo, moviendo mis caderas como un poseso, tratando de enterrarme lo más profundo en él. Haciendo todo el trabajo hasta que lo siento correrse sobre mi pecho, su entrada retrayéndose sobre mi pene me hace terminar, soltando mi semilla en su interior.

Ambos gemimos cuando mi líquido caliente lo invade y comienza a salir también por su entrada, una extraña sensación de pertenencia me llena por completo. Zhou Mi se deja caer a mi lado con su cabeza en mi pecho, los dos respirando trabajosamente, tratando de regular nuestros latidos.

- Te amo Mimi. - lo abrazo a mi cuerpo, dejando caer un beso sobre sus húmedos cabellos.
- Yo también Henry. – lo escucho decir antes de mirar hacia arriba, dejando por fin que el sombrero caiga de su cabeza y reclamar mis labios en un beso.

Me inclino hacia a un lado llevándome su cuerpo, Zhou Mi termina recostado sobre la cama y yo encima devorando sus labios. Comienzo a invadir gentilmente su boca con mi lengua, lo que hace que de alguna forma el beso se haga más corto, pues el oxígeno comienza a faltarnos. No puedo menos que lamentarme cuando Zhou Mi termina el beso con su respiración entrecortada.

- Wow… eso fue… - lo escucho decir sin terminar la frase.
- Podemos repetirlo. – le digo sugestivamente moviendo mis cejas.
- Aunque quisiera, no puedo, mañana tengo que levantarme temprano. – me dice tratando de levantarse, pero no lo dejo, pues rápidamente me subo a su cuerpo, reteniéndolo prisionero.
- No me importaría desvelarme.
- Estoy cansado. – me dice con un intento de puchero -. Cambiaron todo mi horario de esta semana, seguramente apenas y tendré tiempo de dormir en los próximos días.

Así que de eso se trataba todo. Eso quiere decir que… ¡¿No tendremos tiempo para hacerlo?! Me hago a un lado algo desanimado bajándome de su cuerpo, las almohadas se mueven dejando al descubierto el estuche que escondí debajo momentos atrás.

- Mimi… - lo detengo antes de que termine de levantarse de la cama, tomo su mano y coloco sobre ella la caja.
- Un regalo… - me sonríe -. Aún no es mi cumpleaños. – sus manos abren rápidamente la cajita.
- Es porque te amo. – le doy un beso en la mejilla, cuando sus manos sostienen la cadenita.
- Es… es un cascabel y tintinea, es lindo Henry. Gracias.
- Espera… - intenta ponérsela, pero lo detengo. Me levanto de la cama en busca de mi guitarra para después regresar con él.
- ¿Qué haces? – me pregunta conteniendo la risa.
- Te cantare una canción, para hacer este momento más romántico. – le digo también divertido.
- Eres un cursi. Pero por eso te amo. – de nuevo me da un corto beso.

Comienzo a tocar la guitarra mientras Zhou Mi coloca la cadena con el cascabelito en su cuello y lo abrocha. La letra de la canción comienza a salir de mis labios armoniosamente, sin despegar la mirada de él, deseando con el corazón que esto funcione y nuestra relación se haga más fuerte.


Quiero ser todo en ti y cerca de ti
Porque tú ya te convertiste en mi todo
Hey, tu eres mi todo
Voy a darte todo, brillo por ti
Hey, tu eres mi todo
Voy a darte todo, te sueño.

Brillo por ti, te sueño…

Comentarios

  1. o siii al fin :33 me atrapo enserio este fic me encanta pero a mi algo aqui me huele a diablos xd mmmm a ver como l,e va a siwi con la diva :33 aaaa ya quiero el proximo :33 gracias por la actuu :33333

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  2. Henry como hamster y siwon como caballo,meteran las cuatro con Hee y Mimi, y no abran que hacer....lo sé
    debieron de escuchar hasta el final,minimo pedirle su numero de telefono,luego cuando quieran una colsuta no sabran como.....par de tontos
    espero una actu pronto

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  3. ya quiero saber como hara siwon para darle su cascabel a heechul muhahahaahah... bien por hen consiguio su tanda de accion y ahora la que se les viene hahahaha

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  4. oh por shisus unnie esto se pone cada ves mejor!!!

    aauu mimi le estaba retribuyendo un poco de todo el tiempo que no ha pasado con el! jejeje ese henry creia que ya todo iba mejorando jejejej ooppss! bueno ahora con el cascabelin haber que pasa

    kkyyaa ya quiero leer que pasa con el sichul, que le dira siwi para que se ponga el cascabel???

    gracias por el mp unnie
    muchos saludos

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  5. rosaliehale:
    Hahahahahaha crei que al final el primero en dar el cascabel seria Siwi, ya saben por esas cosas de la ironia donde el que no queria hacerlo termina haciendolo de primero, pero Termino siendo Henry, al pobre trataron de calmarlo con una noche de pasion y ya.
    Que tontos!!! se meteran en problemas por no haber terminado de escuchar a la chica de los cascabeles.
    Muchas muchas gracias por la actu

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