Lost Heart... Capítulo 34

Si bien aquella llamada le había aclarado muchas cosas a Heechul, el papel de Rain en todo esto y Siwon, aún tenía que atar unos cabos antes de proceder. Jungsoo estaba cada vez más cerca de atrapar a Siwon, afortunadamente, él pudo cambiar un poco las pistas que este tenía y guiarlo hacia algunas falsas. Para cuando Jungsoo se diera cuenta, Siwon estaría liberado y muy lejos de Londres. Al menos eso es lo que Heechul tenía planeado.

Esa misma tarde, había quedado con su abogado, Jay era muy eficiente. En menos de un mes fue capaz de desestimar el acta de defunción de Casey Kim, por lo que legalmente este se encontraba vivo y en su derecho de reclamar su fortuna. Tuvo que comparecer como Casey varias veces, demostrar quién era ante jurados y justificar su ausencia. Pero sobre la supuesta muerte, se manejó como un artilugio de sus difuntos tíos para sacarle la fortuna, Casey era la víctima y así quedo justificado.

Su familia se había enterado de su regreso, lo habían hecho y como si no les importara, lo habían ignorado. Esto Heechul se los agradecía, no quería nada con ellos, como no lo quiso cuando era más joven y vulnerable. Tener a esa “familia aristócrata” de su lado en estos momentos solo sería un estorbo. Tampoco es que los quisiera poner en peligro, así que el proceder de ellos estaba bien, no les odiaba ni les quería. Simplemente no tenía lazos afectivos con ellos, solo de sangre.

Siendo Casey, con los contactos y el dinero en su poder, pudo recuperar la identidad de Andrew. Documentos oficiales, pasaporte, actas y todo lo concerniente a su identidad los tenía en su poder, pues eran punto clave para su plan.

El detective sentía que todo estaba saliendo conforme a sus planes, lo único que hacía falta era convencer a Siwon que huyera con él y decirle la verdad, parte del plan que más le asustaba era esta última. No sabía cómo iba a reaccionar el otro en cuanto supiera la verdad.

En verdad es que su abogado, Jay, no había dejado cabo suelto, todo conforme a la ley para no tener ningún contratiempo.

La tarde le resultó muy productiva a Heechul y parte de eso, lo ayudo a no extrañar tanto a Siwon. Hablaron por la mañana, pero este le dejó muy claro que no podrían hablarse hasta el siguiente día, hoy estaría muy ocupado con algunos negocios, mismos de los que ya estaba enterado.

Salió de la comandancia con paso apresurado hacia su coche, dispuesto a ir a su departamento, tomar una larga ducha en su tina y relajarse. Ya que por la noche tendría que unirse a un operativo que el mismo Jungsoo organizaba, pues estaba seguro, que algo muy grande estaba por suceder.

Los ojos de Heechul se clavaron al otro lado de la calle, desde hace cuatro días que los hombres asignados por Siwon lo seguían. Al principio le resultaba incomodo, pero después de las llamadas de Siwon, donde le contaba lo que estos le habían informado, incluso fotografías eran enviadas a Siwon pues este bien sabía lo que vestía, comía o visitaba cada día.

No es que les agradeciera, lo que si tenía muy seguro Heechul, es que por su cuenta jamás le mandaría alguna foto a Siwon. Eso era demasiado cursi para él.

Miro desconcertado que el auto no se encontraba, en su lugar estaba otro de diferente modelo y color. Le pareció extraño, miro hacia todos lados y no logro observar el coche que últimamente lo seguía. Se subió al coche, adentrándose al tráfico londinense de esas horas, mirando de vez en cuando a los retrovisores.

Se dio cuenta que el auto que antes había visto estacionado, lo seguía, entonces pensó, que quizás solo habían cambiado de auto. Se desatendió del ellos y continúo su camino, pues su día aun no terminaba.


* * *


Por la ventana del jet privado, las nubes pasaban una tras otra, sin más que ver que el cielo azul tras ellas.

- ¿Qué tienes, Mimi? – Hangeng se sentó al lado del pelirrojo y le dio una copa de champagne.

- No lo sé… quiero ver a Henry. – dio un largo trago, consumiendo más de la mitad del contenido.

- Yo también quiero verlo… hace tanto que no lo veo. – Zhou Mi sabía que Henry era uno de los amores de Hangeng, pero Siwon se lo había llevado. Cuando él llego a China por encargo de Siwon, Hangeng lo quiso, y así se quedó en aquel lejano país.

- Él es mío… Hannie. – Se giró a verlo con la mirada penetrante que poseía.

- Lo sé, pero hubo un tiempo en que era mío, así que veremos qué pasa. Por el momento, el mío eres tú. – Hangeng se acercó más al delgado chico y poso sus labios en los de él.

- Hannie… este no es sitio… - Las manos del mayor habían viajado rápidamente a sus largas piernas, tocando el suave tejido de sus pantalones de cachemir.

- Cualquier sitio es bueno, Mimi. – Y volvió a besarlo. Si algo había aprendido a disfrutar en su estancia en china, era que Hangeng nunca se detenía, y era mejor cooperar.

Cuando Zhoumi fue consiente de la situación, tenía las piernas a cada lado de las caderas de su jefe y este le ayudaba a balancearse sobre él, friccionándose uno contra el otro sin dejar de besarse.

- Siwon me dijo que hay que tener cuidado con Kibum. – un jadeo se escapó de los labios del menor cuando Hangeng comenzó a besar su cuello.

- Siempre ha habido que tener cuidado con ese bastardo… - las palabras calientes sobre su cuello le hacían temblar las rodillas.

- Señor… - un par de muchachos entraron a la cabina.

Zhoumi abotono su camisa un poco, pero Hangeng no dejo que se bajara de donde estaba, así que solo pudo esconder la cabeza en el cuello del mayor.

- ¿Qué quieres, Kris? – Kris, según sabia Zhoumi, era muy joven pero ya era de los mejores hombres con los que contaba Hangeng, por eso era su guardia personal, junto con Tao, lo protegían en todos lados.

- Los hombres que mando ya están en Londres. Solo esperamos nuestro arribo. – Zhoumi saco la cabeza, y pudo ver a Tao ligeramente sonrosado pero serio al lado del rubio más alto. Le dedico una mini sonrisa, porque lo estaba viendo directamente.

- Gracias Kris… puedes irte, y que no nos molesten. – los dos se retiraron de la estancia y los dejaron de nuevo solos.

- ¿Crees que Henry quiera volver conmigo? – Le pregunto el pelirrojo a su amante.

- No lo sé, pero yo también voy por él. – Zhoumi y Hangeng tenían en claro que ambos estaban enamorados del mismo chico, pero no podían detener la pasión que sentían mutuamente -. No quiero separarme de ti tampoco…

- Buscare la forma de arreglar esto. – le dijo Zhoumi antes de volver a besarlo, y continuar lo que tenían comenzado.

Hangeng arranco los botones de su camisa y el pequeño asiento les quedaba chico para lo que necesitaban, aun así, sus cuerpos reaccionaban y jadeaban por el calor.

- Han… han… - la voz de Zhoumi necesitada, era algo que le gustaba a Hangeng de sobremanera.

El resto del vuelo transcurrió de esa manera, entre besos y caricias. La necesidad de Zhoumi de Hangeng era como alguna clase de droga. No sabía exactamente como lo provocaba Henry, pero era mucho más dulce que esa pasión arrebatadora que tenía con su jefe chino. Si le dieran a elegir…

* * *


Llevaban dos días en Londres y Jo  Kwon no veía claro, deseaba que Kibum cumpliera su promesa e hiciera pagara Choi Siwon su atrevimiento. Aunque ya no tenía marcas visibles en su cuerpo, su orgullo herido seguía sangrando, odio, rencor, pero sobre todo, estaba muy seguro que de este enfrentamiento, algo bueno resultaría para él.

Kibum siempre ha sido tan predecible para Kwon, que sabía la estrategia que iba a seguir, tan predecible y a la vieja usanza. Jo Kwon estaba harto de ello, su hermano estaba haciendo que la mafia Rusa fuera en picada y le culpaba que estuvieran perdiendo territorio. Aunque Jo Kwon no lo hacía directamente. Pero aun así no se confiaba, así que el mismo se aseguraría, que todo resultara conforme a sus deseos.

Delicado como era por fuera, en su mente habitaban los malos pensamientos, la envidia y la avaricia. Siempre renegó en su interior, que su padre haya preferido a Kibum al dejarle el manejo de su imperio, siendo él su hijo de sangre, quedó relegado al cuidado de su hermano.

Pero Kibum se le había mostrado tan manejable, que por momentos él fungía como la cabeza de las estrategias e ideas, el que aconsejaba a Kibum y este último siempre las terminaba a medias o las echaba a perder. Jo Kwon se estaba cansando.

Lo último que no le había perdonado, fue que Kibum se deshiciera de Andrew, Jo Kwon le veía potencial. Él sabía que este con un poco de ayuda haría grandes cosas, estaba interesado en sus ideas y sus ganas de poder, Jo Kwon admiraba eso de Andrew. Lo estaba preparando para ellos, pero los celos de Kibum pudieron más y terminaron por lanzar a Andrew en su contra.

Y lo dicho, al poco tiempo Jo Kwon vio a Andrew convertirse en todo lo que el vaticino de alguien tan aguerrido como él. Todo eso pudo haber sido de ellos. Lo quería pero no se lo perdonaba.

- Kwon, ¿Qué piensas? – preguntaba Kibum mientras repartía besos en los desnudos hombros del pelirrojo que yacía recostado boca abajo, desnudo y en el preámbulo del sexo.

- En nada Bummie ¿Qué tendría que pensar? – le respondió sin inmutarse, al ser penetrado por unos diestros dedos que lo preparaban -. Si tú no has querido decirme nada, no sé qué has estado haciendo estos días, porque me tienes relegado y no me has dicho lo que tienes pensado hacer. – él sabía, pero quería saber más.

- No pensemos eso en estos momentos ¿quieres? - dijo Kibum, soltando un profundo suspiro de frustración, pues él deseaba aquel cuerpo tendido y olvidarse un poco de todo lo que tenía que hacer esa noche.

- Claro, sabes que hare lo que tú digas, en cambio tu…

El pelirrojo dejo descansar su rostro entre sus brazos, ocultándolo del otro que, preocupado, retiro los dedos de su interior y lo hizo ponerse boca arriba en la cama.

- No digas eso y quita esa carita, sabes que yo haría lo que fuera por ti. – Kibum recargo suavemente sus labios en los de Kwon, sin moverse, solamente sintiendo el calor y como sus respiraciones se mezclaban.

- Demuéstralo. – le pedía el pelirrojo, mirando sus profundos ojos.

- Siempre lo he hecho, ¿no es suficiente para ti? – dijo Kibum con un dejo de tristeza en su mirada.

- No es eso… - Kwon desvió su mirada y giro su rostro, con fingida vergüenza -. Lo siento.

- No lo sientas. – con la mano en la barbilla, Kibum le hizo girar el rostro, nuevamente sus ojos se encontraron y en los del mayor, había algo de travesura -. Lo tenemos, ha sido más fácil de lo que pensaba. El plan va en marcha, esta noche tendrás lo que deseas, amor. Solo mantente aquí a salvo, yo me encargare del resto.

El rostro de Jo Kwon se transformó, su estado de ánimo cambio a uno hiperactivo que dejo a Kibum debajo de su cuerpo. La pasión se hacía cada vez más presente en el pelirrojo, dispuesto a darle el incentivo apropiado a su hermano; llevarlo a tal estado de excitación en el que difícilmente podría pensar con claridad y hasta convencerlo que ese plan había sido su idea,

Las caricias entre ellos se hacían cada vez más urgentes. Kibum sentía las manos de Jo Kwon acariciándole entre las piernas, recorriendo su cuerpo con una lujuria arrebatadora, casi con furia, de hecho si era furia lo que Jo Kwon sentía. Kibum lo acerco más hacia su cuerpo sentándolo a horcajadas sobre sí mismo y lo beso con más ímpetu que lo que ya le estaba poniendo, le mordió el labio inferior, incitándolo a participar en su juego de besos y caricias.

Jo Kwon se dejaba hacer satisfecho, gimió dentro del beso por ese simple pensamiento y eso solo hizo que Kibum no pudiera más, lo enloquecía, dejándose vencer por el fuego que lo consumía apretó más contra su cuerpo a Jo Kwon, dejándole sentir su grandiosa erección. Lo que le provocaba.

Poco a poco Jo Kwon fue retomando el control, acariciando los hombros, los brazos y la espalda de Kibum, rompiendo el beso para mirarlo a los ojos, sonreírle y empezar a besar su cuello, cosa que le arranco un gemido al mayor.

- Eres hermoso Jo Kwon, te amo. – dijo Kibum mirando embobado el cuerpo sobre el suyo.

- Y tú eres mío Bummie…

De una manera suave y despacio, el pelirrojo fue empalándose a sí mismo, hasta que hubo tomado por completo el miembro de Kibum. Este espero un momento más para que se acostumbrara y después comenzar a penetrarlo con movimientos suaves, lentos. Jo Kwon no pudo hacer otra cosa que lanzar un gemido y arquearse.

Los movimientos de Kibum comenzaron a embestirlo cada vez más fuerte y pronto lo único que se escuchaba eran los gemidos y jadeos de ambos.

Cuanto tiempo estuvieron haciendo el amor, Kibum no lo sabía, de lo único que si estaba seguro es que era una delicia ver el cuerpo tendido y satisfecho del pelirrojo sobre su cama; y que toda aquella actividad le había dejado la mente clara y despejada, pues no podía pensar con su cabeza llena de deseo por su hermano, seguro que no.

Estaba listo para recuperar un poco de lo que Siwon le había arrebatado y vengar, al que era el amor de su vida, a quien siempre protegería y por quien aquella venganza tenía sentido. Una media sonrisa se dibujó en los labios de Kibum, pues hasta ahora le parecía, que el pelirrojo tenía el control de su vida.

Ya vestido, deposito un beso en el hombro desnudo de un dormido pelirrojo y salió en busca de todo eso que se había propuesto hacer.

* * *


Todo plazo se cumple y este no era la excepción. Así como la noche sobre Londres, la visita esperada de sus socios de China había llegado. Siwon se dirigía en coche hacia el punto de reunión, acompañado por Kangin y Henry, quien se había encargado de pasar por él,

Hangeng dejo la copa de coñac sobre la mesa de centro. Zhoumi estaba sentado a su derecha, mientras que frente a él estaba un tranquilo Siwon, y a su lado Henry lo acompañaba. Kangin tenía un ojo en el reloj, porque se le hacía extraño que Sungmin no avisara de su retardo.

- No sé qué piensa hacer Kibum, pero Ryeowook dijo que está movilizando hombres, no sabe para qué, pero hay mucho movimiento en Rusia.

Detrás de Hangen los mejores hombres que tenía se pusieron alerta.

- Debemos pararlo de una vez, siempre interfiere con los negocios y no es una agradable persona para tratar…

Algo choco contra la puerta de madera, e instintivamente todos en la sala se colocaron a la defensiva. La puerta se abrió, y en el frente estaba Ryeowook, en su rostro impasible no había ni una seña de preocupación o por qué había interrumpido la reunión.

- He recibido una llamada de Sungmin, MinCake está siendo vigilado, se le hace imposible asistir a la reunión, sin poner en peligro la operación.

- ¿Son policías? – preguntaba Siwon a Ryeowook.

- Al parecer lo son, solo están ahí, vigilando. Pero si fueran policías, con la sospecha de un embarque llegando al puerto, ya habrían actuado. – esto le dijo a Siwon que Ryeowook sospechaba que no era algo normal -. ¿Quieres que haga algo más?

- Asegura el área y ve en su ayuda, dile a Sungmin que es mejor que no asista, que se quede en Min Cake y haga lo que normalmente haría para ponerse a salvo. – Siwon miró su copa, pues con lo que dijo, quedo al descubierto ante Hangeng que algo andaba mal -. Mantente alerta, cualquier movimiento sospechoso avísame.

- Hecho.

Y aunque había notado algo más seco de lo normal a Ryeowook, Siwon no le tomo mucha importancia. Seguramente se encontraba de aquella forma, porque a su vez Yesung se encontraba en Min Cake y si algo sucedía, seria de los primeros afectados por encontrarse a cargo.

- ¿No va a venir? – preguntó curioso Kangin.

- No, seguramente tendrá de visita a policías esta noche.

- ¿Todo bien? – Hangeng preguntó más por compromiso, pues ya sospechaba que algo andaba mal.

- Todo lo bien que puede estar, perderé un poco pero, es mejor que se entretengan allá y nos dejen el camino libre acá.

- Cierto. – aseguraba Kangin con una sonrisa.

* * *


Min Cake era un completo caos. Las encimeras estaban llenas de harina y algunas pastas de galletas colgaban del techo a punto de caer. A Sungmin le costaba trabajo respirar y no podía dejar de pensar en la cara aterrorizada de Kyuhyun mientras oía a su amante correr y perdía la conciencia.

La mañana había comenzado como cualquier otra, sin ningún contratiempo en general. A la noche sabía que tenía una reunión importante con Hangeng y Siwon, además que estaría Kangin y el para ultimar los detalles de unas cargas que debían pasar por Londres para llegar a China.

El Soho estaba vacío aun a esa hora de la mañana y su lindo pastelero llegaría en un par de horas, porque era demasiado temprano para cualquier movimiento, pero él debía atender unos asuntos antes que Kyuhyun se percatara de ello.

A las diez menos cinco, su pattisier entro por la puerta, llevando consigo a Yesung.

- Hola, Minnie. Yesung estaba afuera y me pregunto si estabas adentro… - le dijo mientras lo abrazaba y enterraba su rostro en su cabello lacio.

- No, no hay problema. Hola Yesung – saludo al compañero de su amado. Después de todo, era su socio, la persona que lo protegía y quien era uno de los mejores amigos de su novio.

Hacia unas noches, Kyuhyun se había quedado dormido en casa de Yesung. Ellos habían peleado, y la única persona que pudo contentarlo era el, y le estaba agradecido porque al día siguiente, Kyuhyun llego a su departamento mucho más centrado con respecto a su trabajo, y desde entonces no se había quejado de nada que hiciera Sungmin. Yesung le sonrió y saludo de vuelta.

- Buenos días, Sungmin. – Era amable por naturaleza en su forma de hablar.

Como Kyuhyun ya estaba al tanto de sus actividades, Yesung no perdió tiempo y le informo acerca de las maniobras que se realizarían para hacerlas posibles. Kyuhyun se puso a mezclar pastas para galletas diferentes en los woks que tenía enfrente mientras ellos hablaban.

- ¿Crees que necesitemos protección extra o no?

- Parece que no será así, Siwon tiene todo bajo control. – Sungmin lo había llevado a su oficina para poder hablar mejor después de un rato.

- Entonces eso es todo… regresare dentro de un rato, iré a dar un vistazo a todo.

- Gracias Yesung. Lograste hacer que Kyuhyun entendiera… - Yesung solo sonrió un poco y se fue de allí sin despedirse.

La tarde comenzó a descender con calma sobre las calles del Soho mientras preparaba algunos merengues para Kyuhyun.

- Hace mucho que no hacías nada de esto, Minnie. – Kyuhyun vertió la pasta azul en una larga manga para hacer flores y se la extendió a Sungmin, quien con diestras manos, y mordiéndose un poco los labios, creo una perfecta rosa en las mejillas de su pastelero.

- Puedo hacerlo donde sea, cuando sea… sobre lo que sea. – eso parecía todo, menos una declaración acerca de las flores de betún.

Sungmin se acercó lentamente para retirar el adorno de donde lo había colocado. La piel de su novio sabía a azúcar, volviéndola más dulce de lo que en general le sabía al mayor.

- ¡Sungmin, tenemos compañía! – Yesung entro sin importarle la situación y se quedó un momento cayado, luego, recordando que era más importante esto, ver a su jefe y su amigo juntos continuo –. Hay hombres armados afuera, mande llamar a Ryeowook y traerá una veintena de hombres por cualquier cosa. No parecen policías.

Kyuhyun se tensó al instante, sin saber cómo reaccionar a esta información, Sungmin, por el contrario comenzó a moverse, llego rápidamente a un armario donde regularmente Kyuhyun guardaba algunos ingredientes, jalo de él, y el pattisier pudo ver un doble fondo lleno de armas de grueso calibre y cartuchos.

Los ojos de Kyuhyun se abrieron mucho más al ver como Sungmin preparaba un par de pistolas y las colocaba en su cinturón, tomaba una pistola más y la ponía en sus manos cubiertas de harina.

- Sabes hacerlo, lo sé. Yesung me lo dijo. No tengas miedo de nada, que yo estoy aquí. – Sungmin parecía nervioso, pero también decidido. Saco el pequeño celular plateado que tenía en su bolsillo y llamo a alguien.

Kyuhyun supuso que era Siwon o alguien de esa reunión tan importante.

Ryeowook había entrado en Min Cake sin ningún problema, de hecho cualquier cliente lo habría podido hacer de la misma manera.

Sobre los techos, muy escondidos, Yesung había detectado un par de francotiradores. En sus rondas por los alrededores, se había hecho amigo de casi todas las personas que allí había, pero esta tarde, no había nadie. Agudizando los sentidos pudo oír, y luego ver un grupo de hombres que no debieran estar allí… ni siquiera era del país y hablaban en un idioma que no conocía.

Intentando no mostrar inquietud, reviso tres o cuatro veces, y el mismo número de veces llego a la misma conclusión: todos a su alrededor estaban esperando una orden para atacar. ¿Y a quien más atacar, si el único restaurante cuyo dueño estaba inmiscuido en negocios turbios era Min Cake?

Yesung vio los ojos preocupados de su jefe al entrar a la cocina.

- Nos tienen rodeados, necesitamos salir de aquí. – Ryeowook tomo el mando de la situación, incluso Kyuhyun se había mentalizado para poder escapar esa tarde.

El espacio era muy pequeño para poder escapar o hacer algo, Ryeowook llamo por el radio de onda corta a sus subordinados para que buscaran a los hombres antes que nada pasara.

Un gran agujero fue abierto en la pared que daba a la calle, por la parte de atrás de Min Cake, cuando una granada hizo explosión. El polvo voló por toda la habitación.

- Buenas tardes, Ryeowook. – El chico pelirrojo saludo cuando la polvareda hubo sido menos.

Ryeowook nunca lo había visto, pero sabía quién era debido a las tantas veces que había tenido que localizarlo. Ryeo apunto su arma, mientras el otro hacia lo mismo. Detrás de él, entraron tres hombres más, asegurándose de cuidarlo y apuntando a sus compañeros.

- ¿Qué quieres, Kwon?

Ryeowook sabía que este tipo de cosas solo pasaban mientras el otro quisiera algo importante, en este caso tenía una idea de que podía ser: Acabar con Siwon.

C o n t i n u a r a . . .

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