My Love For You... Capítulo 1


Las oficinas centrales del edificio Kim en el corazón de Seúl, son de lo más modernizadas que existen, a pesar que el edificio no es de los más altos o los más lujosos. Chocolates Kim compite con las mejores empresas a nivel nacional e internacional en el continente asiático. Chocolates Kim, desde sus comienzos ha sido una empresa netamente familiar y de esa forma se ha conservado hasta ahora.

- Por aquí por favor. – trataba de seguir de cerca a su guía sin distraerse, era algo difícil, pues todo a su alrededor llamaba su atención.
- Sí claro, gracias.

Hace poco que consiguió un puesto en la empresa y ahora era guiado a lo que sería su oficina, lo menos que desea Jong Woon en su primer día, era crearse problemas. Llamar la atención no es lo suyo, distraerse era algo que no podía evitar, mucho más cuando un joven bastante lindo pasaba caminando frente a él.

Jong Woon se detuvo por completo, el joven vestía un traje sastre sencillo, su cabellera negra contrastaba con su piel, una hermosa sonrisa adornaba su rostro y sus ojos tenían un brillo especial. Caminaba despreocupado junto a otro joven de cabellera rubia, hablando entre ellos y sonriendo, llamando la atención de todos a su paso. Algo que Jong Woon naturalmente comprendía, pues ese joven era difícil de pasar desapercibido, a pesar que emanaba de él cierta ternura e inocencia. Quizás eso era lo que lo hacía especial.

El pelinegro debió sentir que lo observaba, pues su mirada se encontró con la suya en un juego donde las palabras salían sobrando y Jong Woon no apartó la mirada, descaradamente ninguno de los dos lo hizo. Una sonrisa pícara al final de esto y que sus pestañas bajaran velando sus ojos, hizo que a Jong Woon se le saltara algo más que el corazón.

- Oye, ¿te vas a quedar aquí? – la persona que lo guiaba lo saco de sus observaciones.
- Lo siento, me distraje. – se disculpó apartando la vista de aquel joven.
- Si, ya me di cuenta. – el hombre que lo guiaba sonreía -. Ese es el joven Kim Ryeowook y el rubio es su asistente Lee Sungmin, ¿a qué es lindo el joven Kim?
- ¡¿Wookie?! – exclama y su guía lo mira como si le hubiera salido una segunda cabeza -. Es muy lindo. – atina a asentir Jong Woon y vuelve sus pasos tras su guía.

“¿Ese es Kim Ryeowook? Estaba impresionante. En una buena lo había metido su mejor amigo.”

Los siguientes días fueron de adaptación. Desde su área de trabajo, la forma de dirigirse y tratar con el personal con el que tenía contacto, establecer su rutina. No perderse en el edificio. Le sucedió buscando la sala de juntas, incluso los baños el primer día, fue algo vergonzoso tener que preguntar, pero como nadie le había explicado. Afortunadamente a la semana que llevaba en Chocolates Kim ya estaba hecho.

Este día debía entregar unos informes de su primera semana de trabajo, eran varias copias y aunque Jong Woon ya tenía controlada la maquina copiadora, en algún momento había tocado alguna tecla que la volvió loca y los papeles no dejaban de salir. Algunas hojas fueron atrapadas en el aire y otras terminaron en el suelo, no estaba siendo divertido y para colmo, no aparecía nadie para ayudarle en ese momento, hasta que…

- Déjame te ayudo. – escucho una voz a su lado.
- Graci… - el agradecimiento quedo atorado en su garganta al ver a la persona que lo ayudaba -. Gracias. – alcanzo a decir cuando salió de su asombro.
- Ya la detuve, a veces hace de las suyas. – lo escucho reír -. Eres nuevo, ¿verdad?
- Tengo una semana. – “no me recuerda” pensaba.
- Eso pensé, te recuerdo, nos vimos. – lo dijo como si no tuviera importancia la conexión que habían tenido ese día, Jong Woon se sintió herido, no era algo que le sucediera a menudo, un sentimiento que para nada le gusto -. Ryeowook. – se presentó.
- Jong Woon.

Estrecharon sus manos lo que hizo que sus ojos se buscaran. Las chispas que saltaban en su toque, en esas miradas para nada pasaba desapercibido entre ellos, incluso Ryeowook lo sabía. Sostenidas sus miradas, sus manos inmóviles, sintiéndose y estudiando sus reacciones al irse acercando sus rostros. Para nada incomodos.

- Wookie. – Jong Woon lo nombro con ese diminutivo que hace años nadie lo nombra. Se levantó con los papeles que recogió en las manos y los coloco encima de la copiadora.
- Tengo que irme. – trato de excusarse con Jong Woon cuando este se puso de pie.
- Espera. – esta vez tomo su mano descaradamente deteniéndolo -. Podríamos hablar en otro momento. – quizás era presuntuoso, pero Jong Woon sabía que el joven Kim sintió lo que él, esa atracción difícil de ignorar.
- Yo creo que… - lo vio titubear.

El sonido del teléfono interrumpía su extraña charla. Ryeowook retira rápidamente la mano que sostenía Jong Wook para responder su celular, su rostro se vuelve serio al sentir como la piel le ardía ahí donde había tocado, ¿Qué era eso que sentía?

- Hola amor, ¿Cómo estás? – contesta Ryeowook, su rostro serio cambia rápidamente a uno emocionado -. Esperaba que me avisaras que habías terminado con esa reunión. Te extraño -. Lo escucho susurrar Jong Woon pues le había dado la espalda, se propuso darle privacidad, pero estaba algo afectado por lo sucedido y el lugar era tan pequeño que estaba siendo imposible -. Claro que confió en ti, lo único que quiero es estar donde tu estés… - lo escucho decirle dulcemente -. Bien, lleva esos papeles a casa, los firmare. - ¿Papeles? ¿Firma? Jong Woon sintió escapársele un gruñido, esas palabras juntas no le gustaban -. Por supuesto, te veo en casa Jiro, te amo.

Lo vio colgar su celular, reír hermosamente y verlo mirar el mismo aparatejo con ilusión. Cuando Ryeowook se dio cuenta que lo observaba, le regalo una sonrisa y guardo su celular.

- Era mi prometido. Tengo que irme. – se excusó dirigiéndose a la puerta.
- Claro, yo debo terminar aquí. – dijo Jong Woon, sacando fuerzas para ignorar aquello que le provocaba Ryeowook.
- ¿Querías decirme algo más?
- No, creo que no.
- Eso pensé.

Solo una persona le había hecho sentir lo que Jong Woon. Aquella de la que había estado enamorado por mucho tiempo, la misma que no se cansaba de llamarle Wookie y que jamás espero volver a encontrar. Ryeowook tenía solo nueve años. Su primer amor. Un año de amor puro, un amor que solo se alimenta con la inocencia de la niñez, el sentir como su corazón se estrujaba de emoción cuando esos ojos se dirigían a él, su sonrisa o su nombre pronunciado por sus labios. Y después, tuvo que irse al internado y jamás volvió a saber de él.

Pero que podía esperarse, enamorarse del mejor amigo de tú primo mayor, no era algo que terminara bien. Ni en películas, ni en la vida real.

Amaba ahora a su prometido, dos años de noviazgo compartiendo todo con él y estaban por casarse, era prueba suficiente de que podían estar juntos por siempre. Pero no podía ignorar del todo lo que Jong Woon le hizo sentir, porque ni siquiera su ahora prometido le provocaba. Por eso era un peligro para su estabilidad y futura felicidad, Ryeowook no era tonto, se sabía débil. Por eso se mantendría alejado, de su mirada, de su toque y su voz.


* * *

Kim Ryeowook a pesar de tener la presidencia, no la ejerce, pues lo de él es la inventiva y creación de chocolates. Estaba preparado, claro que lo estaba, toda su vida recibió formación para hacerse cargo de la presidencia. No estaba seguro de querer estar detrás del escritorio encerrado en una oficina. Por lo que el mayor de sus primos, el joven Kim Heechul asumió la presidencia de manera temporal; ya que justo ahora con la aprobación de la familia Kim, el prometido de Ryeowook y futuro esposo, se estaba haciendo cargo de esta.

Y a Heechul, el tipo no le daba buena espina.

Es por esto, como su amado primo que era, no iba a quedarse cruzado de brazos y al único que se le ocurrió recurrir por ayuda fue a él, Jong Woon, su mejor amigo.

- Gato tonto. – fue lo primero que dijo Jong Woon al entrar a la lujosa oficina donde un pelirrojo lo esperaba -. ¿Por qué no me dijiste?
- ¿Ya lo has visto? Me alegro. – dijo tranquilamente.
- ¿Cuándo pensabas decirme? Él… él…
- Ha dejado de ser un niño por supuesto, ¿Cambia eso alguna cosa? – de nuevo preguntaba tranquilo, con sus manos enlazadas frente a su boca, ocultando tal vez una sonrisa burlona. No, de eso sí que estaba seguro Jong Woon.
- No realmente.
- Ryeowook sigue siendo una cosa muy dulce y tierna, pero ahora es también sexy, no tanto como yo por supuesto. – y claro que tenía razón, Jong Woon lo había visto con sus propios ojos -. Estabas deseando volver a verlo, pero ahora que te topas con un joven hermoso, perfecto, capaz y resuelto, ¿te vas a echar para atrás?
- Claro que no. – refunfuña Jong Woon.
- Yesung, es Wookie, mi primo, el pequeño que solía estar tras de ti y que tu secretamente sigues queriendo.
- Me hubieras advertido que no me recordaba.
- Te ha dolido. – una afirmación que solo cala más hondo en la herida -. No seas tonto, mi primo es despistado, lo más seguro es que te siga recordando pequeño, raro y espera encontrarse algún día con ese rostro feo tuyo que tenías de crio.
- A veces me pregunto porque soy tú amigo. – dice derrotado al dejarse caer en el sillón frente al escritorio.
- Porque soy bello, inteligente, rico y primo de Wookie. – se reía el pelirrojo.
- Kim Heechul, me caes mal.
- Lo sé, pero tienes que soportarme. Te lo he puesto en bandeja de plata.
- ¡Estás loco gato tonto! Se va a casar. – dijo algo escandalizado -. Se nota que ama a su novio.
- Ese, no lo ama. Mi primo solo esta deslumbrado y Jiro ha jugado bien sus cartas, ya que mi primo toda su vida estuvo en internados. Que lo haya visto cuando recién salía del ultimo no fue casualidad, mis tíos sabían bien a lo que exponían a su hijo, esa relación ya estaba planeada. Jiro termino embaucándolo y mi primo se fue de boca, con semejante cuerpo y cara, si yo no estuviera enamorado…
- Al punto. – dijo algo hastiado Jong Woon.
- Créeme, nada como lo que sintió por ti, es lo más cercano al amor que ha tenido.
- Entonces lo obligaron… - suspiraba Jong Woon.
- No, lo prometieron y Wookie acepto. Lo único que podemos hacer por ahora es mantenerlo vigilado y al primer paso en falso que de ese tal Jiro, lo castro. – Kim Heechul se recargo en su cómoda silla detrás del escritorio y había dicho esto con su sonrisa torcida, seductora y escalofriante. Sus cabellos rojos hacían un marco perfecto a su rostro.

Heechul estaba consiente que Jiro Wang provenía de una de las familias con más abolengo de china, pero eso no descartaba que fuera codicioso y mucho más experimentado que su primo. Además, que la familia Wang estaba pasando por un terrible bache financiero, es por esto que no se le hacía raro que el menor de los Wang se encontraba en Seúl, específicamente seduciendo a su primo.

Por lo que no lo vio venir, sus tíos hicieron que Jiro asumiera la presidencia, sacando a Heechul y lo peor es que estaba por casarse con su pequeño primo.

Ya había dejado la presidencia en sus manos, por supuesto que no dejaría la vida de su primo, estaba casi seguro que si sus tíos no se lo hubiera sugerido, Wookie jamás se habría prometido tan pronto con alguien que apenas conoce.

- ¿Qué no te es suficiente con el imperio Choi? – pregunto Jong Woon sarcásticamente.
- Deja de tentar mi buen humor. – le respondió Heechul -. Siwon y yo estamos bien, me encuentro a gusto inmiscuyéndome en sus negocios y dejando los míos en sus manos, pero eso no deja de lado mis otras preocupaciones.
- Tks, pensé que estar con Siwon haría mejorar tú humor.
- Y yo pensé que el tuyo cambiaria cuando vieras de nuevo a Wookie. – bingo, eso ni Jong Woon lo podía contraatacar -. Solo estoy tratando de proteger a mi primo, deja de molestarme con eso y ayúdame.
- Ok, lo investigue un poco y todo lo que has dicho es cierto, su familia pasa por una mala racha, el señor Wang y el mayor de sus hijos, están intentando soluciones extremistas para salvar su patrimonio, pero no se han ido de su ciudad. – esa parte de la historia también se la sabia Heechul.
- Siguen en pie, como buen capitán de su barco, si se hunde, se hundirán con ellos. Sin embargo su pequeño retoño si huyo.
- Jiro Wang se tituló con honores, muestra un dominio nato para los negocios, habla tres idiomas y tiene contactos, su encanto le precede. Incluso ha sido modelo para algunas marcas, creo que con eso comenzó a ganarse sus contactos, incluso mucho antes de terminar su carrera. – termino por decir el pelinegro -. Todo esto lo hace un buen partido. No te cae muy bien, ¿verdad?
- A ti tampoco por lo que veo. – atacó Heechul a su amigo.
- No creo en tanta perfección. – atino a decir el pelinegro -. Y su sonrisa, - aventó unas fotos al escritorio. El hombre se encontraba con su primo en brazos -. No se me hace sincera, es demasiado fría como para alguien como Ryeowook. – dijo absorto en sus pensamientos.
- Lo sé, me pasa lo mismo. – Heechul entrelazo sus manos sobre el escritorio -. Esa relación no me gusta para nada, pero Wookie parece feliz y ha comenzado hacerse cargo de la empresa porque su “prometido” le ha dado la fuerza para hacerlo, que no he podido hacer nada. Lo tiene engatusado.
- Entonces tengo tu permiso para hackearlo.
- Quiero saber todos los movimientos que haga este hombre, desde la pc que utiliza en la empresa, su laptop personal e incluso su celular. Sé que en algún momento dará un paso en falso y entonces, utilizaremos todo eso en su contra. – Jong Woon frunció su ceño -. Eres una eminencia en eso, podrás hacerlo, confió en ti.
- No es porque no pueda. Es porque pienso que encontrare mucho como para encerrarlo, ¿Por qué no utilizarlo y meterlo a la cárcel?
- Porque no quiero darle motivos de que Wookie se ponga de su lado y en mi contra, te he dicho que Jiro sabe jugar sus cartas y estoy seguro que utilizaría a Wookie en mi contra. Saberle algo personal, sería de mucha ayuda.
- Te daré las armas para que lo hundas, gato tonto. – dijo con aires de suficiencia.
- ¿A quién le dices gato tonto? – Choi Siwon dijo con el ceño fruncido al entrar a la oficina -. Hola Jong Woon. – saludó al pelinegro con un apretón de manos -. Hola amor. – y con un beso a Heechul, levantándolo de su silla y sentándose con él en sus piernas.
- Estamos hablando de lo que vamos hacer con “el prometido incómodo”, quiero castrarlo. – escuchar eso de labios del pelirrojo daba escalofríos.
- Me parece buen plan gatito. – Siwon no puco contener la risa.
- Como dice el gatito, hay que mantenerlo vigilado. – Jong Woon dijo riendo, dándole la razón a Siwon.

Después de discutir los pormenores de la investigación, Jong Woon regreso a su trabajo y a conseguir un plan para hacerse de la laptop personal del “prometido incómodo”. Sin embargo no era fácil, pues además de su investigación, debía realizar muy bien su trabajo en Chocolates Kim y por el momento estaba inmerso en ello, no podía dar motivos para que sospecharan de él.

Además que se dio cuenta que Ryeowook lo evitaba y cuando estaban en el mismo lugar, trataba de ignorarlo prestándole toda la atención a cualquiera que estuviera a su lado. Incluso tuvo que soportar las escenas con el prometido, parecía que la mirada se le iluminaba a Ryeowook y en automático le aparecía una inmensa son risa en el rostro.

Podía soportar las evasivas de Ryeowook y su casi indiferencia, su comportamiento distante y casi temeroso de él, Jong Woon veía ese miedo como algo que Wookie no podía controlar, sabía que sentía algo pero no estaba dispuesto a dejarse llevar. El pequeño era reacio. Podría soportar todo de él, menor las demostraciones de cariño que le daba al “prometido”, eso sí que no podía hacerlo, eran como un gancho directo a su hígado.

Caminando por los pasillos, iba a doblar la esquina cuando se topó de frente con la feliz pareja, Ryeowook colgando del brazo de su prometido y este mostrando su perfecta sonrisa. Jong Woon se dio cuenta que “el prometido incómodo” era todo lo que Heechul había dicho, Alto, bien parecido, fuerte y todo lo encantador que podía ser frente a su novio. Más dejaba ver en su mirada, que todo lo que decía era calculado, demasiado perfecto para ser real.

Jong Woon se hizo un lado y dejo pasar primero a la pareja, después de todo era su jefe y el dueño de Chocolates Kim. Se conformó con ir detrás de ellos, pues iban al mismo lugar, los elevadores.

- Te quiero cosita. – el más alto decía mientras reforzaba su brazo alrededor de Ryeowook.
- ¿Cuánto? – aquella platica parecía demasiado incluso para Jong Woon.
- Nada puede describir el infinito.
- Adulador. – sí, eso mismo quiso decir Jong Woon, pero Ryeowook le ganó.

Llegaron a la puerta de los elevadores y uno de ellos se abrió, Jong Woon decidió dejarlo pasar quedándose estático en su lugar. La pareja quizás quisiera un poco de intimidad, por lo que le sorprendió que la mano de Jiro detuviera que las puertas se cerraran.

- Por nada del mundo pretendemos entorpecer el trabajo de los demás, por favor compartamos elevador. – vaya, hasta en eso tenían razón, “el prometido incómodo” podía ser encantador con otros tanto como con su prometido.
- Pero… - Jong Woon titubeo el aceptar la invitación, más al ver aquellos ojos que alguna vez fueran toda miel al posarse en él, le miraran como si quisiera desaparecerlo, acepto sin chistar -. Gracias.

Estar en el piso 39 tenía sus desventajas, ir al piso 14 lo era más, 25 pisos de pura emoción junto a la pareja. “Viva” se auto compadecía Jong Woon, ya que esto pintaba para ser un suplicio. Se quedó frente a la puerta, dándole la espalda a la pareja, quizás de esa forma salvaría un poco de la cordura que le quedaba.

Continuara...




* * * * *

Hola nenas!
Tenia pensado publicar el capítulo desde el viernes, lo siento! Se me atravesaron algunos compromisos y pues aquí esta, disfrútenlo ^^

HeeChan

Comentarios

  1. ay pobre Yeye compartir elevador con ese tipo.
    A mi tampoco me da buena espina ese Jiro es muy conveniente esa relacion con Wook

    ResponderEliminar

Publicar un comentario