My Love For You... Capítulo 2


Jong Woon no contaba con las puertas que casi asemejaban a espejos reflejando todo lo que pasaba tras él. Esto iba más allá de lo que podía resistir.

- Jiro por favor. – escucho la suave voz de Wookie.
- ¿No quieres? – Jiro acaricio la nariz del más bajito con la suya.
- Si quiero. No estamos solos. – a pesar que susurraban, Jong Woon los podía escuchar perfectamente, ¿Qué se creían? ¿Qué estaba sordo?
- Bien. – de pronto sintió que alguien tocaba su hombro -. Lo siento si te incomodamos amigo, pero como veraz, no puedo mantenerme alejado de esta cosita. Tú me comprendes ¿verdad?
- ¡Jiro! – le recriminaba Ryeowook evidentemente abochornado.

Bien, ahí se iba al traste toda la consideración que tenían hacia su persona, porque no podía decir nada, ¿Qué podía decir Jong Woon? Me molesta, váyanse a un hotel o mejor no toques a mi Wookie. Si, como si pudiera. Tuvo que tragarse su ira, cerrar los ojos, pensar en el informe que tenía que presentar para no ver ni escuchar lo que ahí sucedía.

Lo intentó, de verdad que lo hizo y a pesar de todo, sus ojos pudieron ver algo.

Jiro se acercó a Ryeowook para capturar sus labios y comenzar a besarlo con deseo, como si supiera que Jong Woon era un peligro queriendo marcar su territorio. Lo presentía, quizás el mismo comportamiento de Ryeowook fuera raro para él, Jong Woon solo estaba suponiendo.

Estaba llegando a su piso, ver otras manos tocando a Ryeowook lo estaban poniendo mal. No soportaba los celos que sentía el verlos juntos, quería separarlos, partirle la cara de galán de dorama por besar los labios que deseaba como suyos. Pero lo más patético de todo esto, es que Ryeowook lo mirara con lastima al ver su mirada desesperada, pues muchas veces Jong Woon fue sorprendido mirándolo.

Realmente Ryeowook no quería estar ni un poquito cerca de ese hombre. El pelinegro causaba cosas extrañas en él, cosas que no sentía con su prometido, cosas que sintió alguna vez hace muchos años. Recordar ahora lo que esos le hicieron sentir, se asemejaba mucho con lo que Jong Woon le provocaba y eso lo asustaba.

Al separarse de los labios de su prometido, Ryeowook levanto su mirada a donde sabía que encontraría esos ojos, siempre sabia la dirección donde se encontraban. No se equivocó, Jong Woon lo miraba enfurecido, como si tuviera derecho. Ryeowook frunció el ceño como últimamente lo hacía cuando lo encontraba observándolo, ¿Quién se creía ese? Estaba con su prometido, pero al encontrarse con esa mirada de nuevo, vio también dolor que se reflejó en su propio corazón estrujándolo.

¿De esta forma se sentía JongWoon?

No quería averiguarlo, era muy doloroso.



Después todo fue peor para Ryeowook, no podía estar sonriente, complaciente con su prometido cuando Jong Woon estaba cerca. Evitaba a toda costa estar en otra situación como aquella y mucho menos topárselo en cualquier lugar de la empresa.

Ya no era tan platicador y su alegría parecía haberse apagado, hacia muchos días que no veía a Jong Woon ¿eso le afectaba? No sabía, solo que se encontró dándole muchas escusas a su prometido para verse menos, de buenas a primeras este aceptaba sus escusas, no le buscaba como antes y le dejaba hacer.

Y cuando se veía con su prometido, no se sentía igual, algo iba mal.

Era muy temprano, Ryeowook ya se encontraba en Chocolates kim, pues hoy era el día en que una de sus nuevas creaciones de chocolate sería producido y su deseo era supervisar el comienzo de la producción. Después de todo era su bebe, debía ser perfecto.

Sin embargo no se encontraba en la fábrica en este momento, pues caminaba por los pasillos de las oficinas con los papeles que Jiro le dio la noche anterior y que firmó sin mirar. Su prometido tuvo que salir de casa por un compromiso tan rápidamente que se le olvido tomar los documentos y guardarlos, lo que le dio oportunidad a Ryeowook de revisarlos con más detenimiento.

Los documentos trataban sobre la compra de algo que no entendía muy bien e implicaba mucho dinero, un negocio del cual él no tenía el conocimiento y eso lo desconcertó un poco. ¿Por qué Jiro no la había dicho nada sobre eso? Lo había hecho firmar y ahora no estaba muy seguro de querer hacerlo, aunque ya estaba hecho.

Quizás su prometido tuviera una buena explicación. Por eso iba en su búsqueda, su oficina estaba ya cerca, había solo algunos trabajadores, la mayoría entraba a las nueve de la mañana, no como los de producción que entraban a las ocho. Solo un poco de personal se encontró en el camino, ni siquiera la secretaria de su prometido llegaba todavía, por lo que dispuso a entrar.

Seguramente Jiro aún no llegaba pero lo esperaría pacientemente, seguramente no tardaba en llegar.

Al estar muy cerca de la puerta de la oficina, noto que esta se encontraba entre abierta, le parecía extraño. Abrió un poco más la puerta y escucho ruidos dentro, alguien charlaba y se alegró, seguramente su prometido habría llegado temprano después de su repentina separación.

Le extrañaba que Jiro hubiera salido incluso sin despedirse. Por muy tonto que pudiera parecer, le dolía cuando lo trataba diferente a como siempre era su trato con él.

Era verdad que lo suyo había comenzado como mero compromiso, algo que sus padres planearon para él y su búsqueda por el marido perfecto. Pero después de conocerlo, de compartir dos años de su vida y conocer lo que Jiro era capaz de hacer por él, termino por quererle, necesitarle y extrañarle cuando le dejaba solo.

Por eso a Ryeowook le desconcertaba sentir algo tan fuerte por un desconocido como Jong Woon.

Abrió por completo la puerta para entrar, camino solo unos paso y se detuvo en seco, sus ojos no podían creer lo que veían. Jiro se encontraba besando a un joven sobre el sofá de la oficina. Jiro se encontraba con su ropa desacomodada, su pecho descubierto y jadeante por el beso, y el joven, se encontraba en peores condiciones con su espalda pegada al cuero del sofá.

Ryeowook giró casi de inmediato para no ver más aquello, pues el joven al percatarse de su llegada, se levantó rápidamente del sofá dejando al descubierto lo que más temía, no traía pantalones ni ropa interior.

- Ryeowook, espera.

Salió corriendo. En balde su prometido lo llamo, grito su nombre y corrió tras él. Ryeowook no quería verlo, solo deseaba salir corriendo, tampoco diría nada. Le dolía pero no sabía que decir, ¿Qué podría decir que le devolviera la tranquilidad? Para volver a creer en Jiro, eso estaba más que perdido, porque Ryeowook jamás volvería a confiar.

“¿Por qué? No me quiere y mis sentimientos no le importan por lo que veo. Creí en sus palabras, que en todo este tiempo algo se había formado entre nosotros. Soy un tonto. ¡Por dios! Yo pensé que me amaba, confiaba en él, mis padres confiaron en él poniendo en sus manos la empresa y su único hijo. Fui muy estúpido al pensar que los sentimientos se pueden forzar… Jiro no me ama… así como yo no le amo. Me creí ese mundo perfecto, esa ilusión que Jiro creo para mí… No era real. Me engaño pero, ¿lo puedo culpar? ¿Qué hare ahora? ¿Qué hago…?”

Corrió con miles de pensamientos rondando por su cabeza, corrió por los pasillos hasta llegar a los elevadores y estos parecían estar en su contra pues los tres estaban en uso, ninguno llegaba. Y antes de que Jiro le diera alcance, opto bajar por las escaleras, bajo los escalones lo más rápido que pudo.

Eran muchos pisos, pero con el estupor que traía en su corazón, parecía lo mejor opción para deshacerse de todos esos sentimientos, para huir de ellos prestando atención solo a donde ponía sus pies.

- Bebé, deja de huir.

La intranquilidad volvió a él cuando escucho a Jiro también seguirlo por las escaleras. Faltaban pocos pisos y después correría hasta el estacionamiento, deseaba llegar a su auto antes que lo alcanzara.

En su deseo de escapar de aquello que le dolía, pronto sus fuerzas fueron cediendo y antes de llegar a uno de los descansos, sus piernas ya no lo soportaron. Se dejó caer, que más podía hacer, no pudo agarrarse. Cerró los ojos y espero la dolorosa caída, cinco escalones pasaron muy rápido, su cuerpo quedó tendido en el descanso y por un momento no supo de sí.

Jong Woon es una persona que hace uso de los escalones cuando los elevadores están ocupados. Es un poco desesperante para él, estar parado sin nada que hacer, hasta que alguno de ellos se abre ante él. Por eso, si tenía que trasladarse de un piso o dos a otro, hacía uso de las escaleras. Solo por las mañanas, pues cuando desempeñaba su trabajo, usaba los ascensores.

Esa mañana hizo uso de ellas, tres pisos su límite, por lo que se encontraba subiendo cuando mirando hacia arriba, observo como alguien caída, sin saber quién era en realidad la persona que sufría una aparatosa caída. Se apresuró a subir el resto de los escalones hasta llegar al descanso, la persona se encontraba tendido boca abajo, debía cerciorarse que no había sufrido ningún golpe.

Al agacharse junto a la persona, pudo reconocerlo a pesar de lo maltrecho de su apariencia, estaba seguro de quien se trataba. No quería moverlo, lastimarlo en el proceso, necesitaba saber si estaba bien.

Rodo su cuerpo dejando su cabeza cómodamente sobre sus piernas. En la caída si se había golpeado un poco y seguramente tendría algunos moretones, fuera de eso no tenía nada roto pues no se quejó.

- ¡Wookie! ¡Wookie! – Jong Woon lo llamaba para que abriera sus ojos mientras golpeaba suavemente una de sus mejillas.
- ¿Qué sucede? - Ryeowook al sentirse a salvo y reconfortado por unas manos, abrió sus ojos y se permitió observar a su salvador.
- Gracias a dios que estas bien. – agradeció que Wookie estuviera a salvo.
- ¿Estoy muerto? ¿Me morí?… estoy en el cielo. – y una sonrisa cansada se dibujó en su rostro. .
- No estás en el cielo. – Jong Woon sonreía al ver que Wookie aún seguía perdido por el golpe.
- Es una bella sonrisa la que tienes. Si, seguramente estoy en el cielo.
- Wookie, soy yo, Jong Woon. ¿Te hiciste daño?
- ¿Jong Woon?
- Sí. ¿Puedes levantarte?
- Me duele un poco, pero estoy bien. – Jong Woon ayudo a levantarse lentamente hasta quedar sentado -. Me caí. – atino a decir mirando hacia arriba de las escaleras.
- Será mejor que te lleve a la enfermería, estamos en el cuarto piso, no falta mucho para llegar
- ¡No! Mejor vámonos de aquí. – dijo Ryeowook intentando desesperadamente ponerse de pie -. Él venía y… no quiero verlo.
- ¿Él?
- Jong Woon, por favor, sácame de aquí. – su voz era un ruego y se abrazó a él.
- ¿Qué sucede? – más no necesito explicación, pues ya llegaba Jiro hasta donde estaban ellos, había dejado de correr por las escaleras y uso el elevador. Aunque tuvo que subir cuatro pisos de regreso.
- Ryeowook, por favor escúchame. – volvió a insistir Jiro caminando hacia ellos.
- ¡No te me acerques! – grito Ryeowook -. Por favor, sácame de aquí, te lo pido. – volvió a suplicarle a Jong Woon con algunas lágrimas en los ojos esta vez.
- Suéltalo, es mi prometido, yo le ayudare. – no era tonto, obvio no iba hacer lo que Jiro le pedía, sabiendo en el estado que se encontraba al que tenía en brazos.
- ¡Ya no lo somos! Me niego a ser tu prometido, ¡lo escuchaste! – Ryeowook temblaba ante la impotencia de sus sentimientos. Deseaba ser fuerte frente a lo que sucedía. Pronto algunas personas al escuchar la discusión comenzaron acercarse, Jiro se acobardo un poco, pues deseaba conservar su postura.
- Déjame explicarte, por favor.
- ¿Explicarme? – Ryeowook se giró en los brazos de Jong Woon para enfrentarlo -. ¿Después de lo que vi? – ganas no le faltaron de restregarle en la cara lo de su amante, pero no deseaba que nadie le tuviera lastima -. Quiero que te vayas de la empresa, que te alejes de mí y me liberes del compromiso.
- ¡No puedes correrme! Tu padre fue quien me puso a cargo. – sí, Ryeowook se dio cuenta tristemente que eso es lo que más le importaba -. Por favor bebé, tenemos que hablar. ¿Qué pasara con nuestra boda? – de pronto su voz se suavizo y ya no era tan segura, Jiro alcanzo a tomar su mano.
- Suéltame. Espero no volver a verte o hare que te saquen. – termino por decir fríamente Ryeowook.
- No, puedes hacerlo. – Jiro dijo con ira contenida.

Y eso fue todo, Jong Woon no quiso que escuchara ni una palabra más. Estaba tan preocupado, Ryeowook se veía indefenso, perdido y tan vulnerable, que tuvo deseos de no separarlo de su abrazo y confortarlo hasta que volviera a ser el mismo de siempre. Tuvo que hacerlo para entrar en su auto, lo acomodo en el asiento del copiloto hasta colocarle el cinturón y se subió al volante.

Creía que no era conveniente llevar a Wookie en esas condiciones a su casa, pensó en llevarlo al departamento de Heechul pero seguramente a estas horas no estaba en su casa, por lo que termino llevándolo hacia su departamento. En todo el camino ninguno de los dos habló, Jong Woon concentrado en el camino y Wookie, perdido en sus pensamientos.

Cuando llegaron a su departamento, dejo a Wookie sentado en el sofá todavía un poco absorto en sus pensamientos, fue a la cocina por algo de beber, pensando que algo fuerte le haría bien para reaccionar. Al regresar a la sala, se encontró con que inspeccionaba su departamento, al menos le alegró que dejara esa pose zombie que traía.

- Toma. – le ofreció el vaso al estar junto a él.
- Gracias. – Wookie bebió y en seguida se vio tosiendo todo lo que había bebido -. ¿Qué es esto?
- ¿Whisky? Lo siento, pensé que necesitarías algo fuerte para salir de tu letargo. – se disculpó Jong Woon algo avergonzado.
- No bebo, pero gracias, estoy mejor. – dijo al dejar el vaso entre sus manos y de nuevo, el simple roce de sus manos, revoloteo las mariposas dormidas en su estómago. Se miraron intensamente un momento antes de que Wookie desviara la vista -. - ¿Por qué haces esto por mí?
- ¿Y por qué no lo haría? – regalándole una dulce sonrisa.
- Gracias por todo Jong Woon. – Ryeowook lo abrazo, al parecer en las últimas horas, estar en sus brazos se volvió su vicio.

Jong Woon también correspondía a su abrazo, estaba feliz que fueran por iniciativa del más bajo, adoraba tenerlo cerca. Sin ignorar lo que le provocaba el tenerlo en sus brazos. Un sonido parecido a un estomago hambriento rompió el abrazo, el rostro colorado de Jong Woon delato que fue el suyo, lo que le hizo reír al otro.

- ¿Dónde está la cocina? – pregunto Ryeowook riendo.
- Por ahí. – señalo Jong Woon -. ¿Qué vas hacer?
- La cena. Tú tienes hambre y yo no me he desayunado todavía.
- Pero… eres mi invitado.
- Sí, y tú hiciste mucho más por mí.

Ryeowook saco lo que pudo de la nevera y dispuso a preparar algo sencillo para los dos, pues mucho de donde escoger no había. Jong Woon se avergonzó un poco al haberse olvidado de surtir su nevera, a lo que Wookie se ofreció hacerlo un día de estos. Comieron en silencio, Jong Woon dándole a Ryeowook tiempo para pensar, no quería presionarlo aunque ansiaba saber. Compensando el silencio, las miradas entre ellos no se hicieron esperar. De esa forma terminaron de comer.

- Espera. – Jong Woon lo detuvo tomando sus manos -. Ven siéntate -. Lo llevo a la sala, hizo que se sentara y puso el control remoto en sus manos -. Tú cocinaste, yo limpio, mientras descansas y buscas algo que ver.
- Pero…
- No me vas a negar que estas agotado. – dijo pasando su pulgar en la mejilla de Ryeowook. La sola caricia hizo que su cabeza se inclinara hacia ella.
- Está bien. – Ryeowook suspiro.

Pronto la cocina estuvo despejada, los trastes en el lavaplatos y dos tazas de café recién hecho en una bandeja para ofrecerle a Ryeowook. Se dirigió a la sala donde fue recibido con una sonrisa cansada por parte de este. Ryeowook estaba agradecido con él y hasta ahora no lo había presionado para hablar sobre lo sucedido, a pesar que seguramente deseaba saber.

Le avergonzaba sobremanera lo sucedido, aunque deseaba tener a alguien con quien hablar y que le ayudara aclarar sus ideas.

Con el café en sus manos y una película extranjera en la tv que no le interesaba mucho, se sintió en confianza y comenzó a contarle todo lo sucedido a Jong Woon. Y por mucho que le avergonzara lo que Jiro le había hecho, Ryeowook no se lo oculto, pues había algo que hacía que no le pudiera negar nada al pelinegro. Y los gestos de enojo que hizo Jong Woon, fueron algo lindo de ver, estaba preocupado y seguramente si tuviera a Jiro cerca, le habría hecho daño. Ryeowook estaba seguro de eso.

Lo escucho y pronto se vio con su mano entre las de Jong Woon, la simple caricia del dedo sobre su mano lo consoló.

- Y todavía se atrevió amenazarte. – dijo Jong Woon un poco más tranquilo, como si supiera algo que Wookie no.
- No le tengo miedo.

Wookie al ver la actitud de Jong Woon se fue relajando, el peso de todo lo sucedido lo había abandonado y una comodidad lo invadió, como si estuviera en el lugar en donde debía estar. Suspiro. Estaba tan tranquilo ahora, que lo estaba disfrutando. Pronto se vio inclinando su cuerpo hacia Jong Woon hasta posar la cabeza en su hombro, aún no pasaba de medio día y se sentía tan agotado. Sus ojos se cerraron poco a poco, hasta que el sueño lo venció.

Continuara...

Comentarios

  1. Oh dios por fin se entero (un poco) sobre como es Jiro, espero que Yeye le ayude a ver con mas profundidad las verdaderas intencios de ese tonto
    Ademas espero que ya recuerde del todo a Yeye, le va alegrar saber que es ese niño que tanto queria.

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