Te adivine... Capítulo 3

Siwon POV

- No tienes por qué cuidarme tanto Siwon. – me dice en cuento intento curarle las heridas del rostro antes de que se infecten y tratando que duelan lo menos posible, pero Heechul no me lo permite pues me retira con una de sus manos -. No soy nada tuyo. Esto me lo he buscado yo.

Si he mantenido el silencio en todo el camino es porque no deseaba decir algo que la furia que siento en mi interior saliera a flote y decir palabras de las que tal vez me arrepintiera, sin embargo sus palabras son suficiente detonante. No puedo seguir permaneciendo impávido e indiferente a lo que hace, lo que sucede con él como hasta ahora. Quizás hasta yo he contribuido en lo que le pasa por permanecer en silencio.



- Tal vez tengas razón y ya no esté ahí para cuidarte, sigue buscando equivocadamente. – me levanto del asiento con el botiquín en las manos, para después alejarme lo más que pueda de su lado. Tal vez no dije mucho pero si lo suficiente. Si Heechul mirara mejor a su alrededor me notaría.

Con un portazo me encierro en el cuarto. Camino de un lado a otro sin control, recordando lo sucedido en el centro nocturno ¿Cómo es que puede llegar a eso? ¿Qué no se da cuenta lo mal que se hace? Si no lo conociera bien, haber pasado estos años a su lado me hace saber que no es la vida que quiere, pero si la que se busca. Los momentos en los que lo he visto sufrir me dice que él no quiere esto.

Aunque estoy cansado, agotado emocionalmente más que nada, deseando dormir y olvidarme de todo, estaba muy seguro que no podría dormir después de lo sucedido.

Entre al baño y me duche rápidamente, me puse el pijama algo más relajado. Al momento de meterme en la cama, no pensaba más en Heechul en este momento, porque si lo hacía iba a ser peor para mí, aunque fueran unas pocas horas, intentaría dormir tranquilamente. Entonces recuerdo que Heechul duerme en este cuarto también, en la misma cama, bajo las mismas sabanas que yo.

Mi tranquilidad se va por el caño.

Siempre he sido tan condescendiente, quizás antes habría podido disimular mi rabia, los celos que sentí en el momento que lo separe de aquella pelea por ese tipo y simplemente callar, pero ya no más. El amor que sentía por él se me desbordaba, resultado de tanto tiempo de estar esperando que se diera cuenta en silencio.

Suspiro y me hundo en mis pensamientos, sabía que no iba a poder dormir. ¿Dónde se habrá quedado Heechul? ¿Vendrá a dormir aquí?

Nunca habíamos tenido una discusión como esta, por lo que no se si vendrá a dormir o usará el que era su cuarto antes de que dormir en mi cama se hiciera una rutina. Vuelvo a suspirar girando en la cama hasta poder observar el techo, por alguna razón he dejado encendida la lámpara de su lado de la cama, quizás con la esperanza que venga a dormir. Aun estando tan furioso no dejo de pensar en él y tenerlo a mi lado aunque sea de esta forma.

Mi corazón dice una cosa y mi mente otra, en lo único que están de acuerdo es en no sufrir más en silencio.

- Ya no más… - me remuevo en la cama dispuesto a dormir.

He hecho cuanto he podido, haciéndome de todo lo que ha estado a mi alcance para hacerle notar a Heechul que yo puedo ser esa persona para él, que me notar y llegar a su alma. Incluso le ofrecí vivir en mi departamento cuando se dio la oportunidad de tenerlo cerca. Estaba seguro, en mi corazón anhelaba que esta cercanía me sirviera para acercarme más a él, y de esa forma lograr su amor.

Y cuando comenzó a buscarme para dormir juntos, en verdad que pensé podría tener una oportunidad, después de todo se necesita más que suficiente confianza para hacerlo. O eso pensaba. Porque el no hacer nada me llevó directamente a la “friendzone”. Heechul nunca me podrá ver más que un amigo. Ser una buena persona no me ha llevado muy lejos.

Mis acciones solo me llevaron a ser una buena persona para Heechul, porque mis intentos jamás los llego a notar como algo más que una amistad, la persona que siempre lo salvaba o terminaba escuchando.

- Hice mil intentos, para que al final no los notaras, Heechul.

De nuevo el coraje comienza a renacer en mi interior. Porque después de todo lo que estuve haciendo me ha llevado a este final.

Soporte de todo.

- Creo que debo dejar todo eso atrás.

Incluso las veces en que salía de noche y preocupado me desvelaba para verle llegar, alegando que tenía algo de trabajo que hacer en casa para que no pensará que lo hacía por él. Aunque al final de cuentas, Heechul sabía que era por él, que me desvelaba.

Lo supe cuando al llegar silencioso a casa, aventaba sus cosas a un lado y venía a sentarse a mi lado observando lo que hacía en ese momento. Sin preguntarme nada, solo silencioso prestando atención a lo que sea que estuviera haciendo, siendo cómplice de mi intento de engañarlo con mis cosas del trabajo.

Luego, cuando comenzó a llamarme al estar en sus salidas, preguntando como estaba, sino me aburría en casa, “¿Qué haces?” “No trabajes tanto Siwonie”. Después todas esas veces para que lo recogiera porque no podía llegar a casa en su estado en algunas de sus salidas.

Recuerdo que primero fueron sus amigos quienes me llamaban para ir a recogerlo, después el mismo Heechul me llamaba en evidente estado de ebriedad, algunas veces me hacía reír pero siempre me preocupaba y salía corriendo en su busca.

- Lo busque tantas veces, hasta de madrugada, porque lo amaba.

No me quejo. Todas esas veces que salí a buscarle fue porque quise, nadie me obligo y en verdad era consiente que Heechul en ese estado jamás recordaría esos momentos. Sin embargo él lo hacía, claro, después que se le pasaba la resaca, siempre suele portarse demasiado servicial, mimoso, cariñoso y estupendo conmigo.

Ese comportamiento, es su extraña forma de agradecerme sin decir nada y yo lo aceptaba. Pero ya no es suficiente. No cuando veo que cada día que pasa se hace más y más daño, para terminar haciéndomelo a mí. Y no porque él lo quiera de esa forma, lo hace sin querer, sin saber. Eso no puede ser su culpa más si la mía.

- He llegado a ese punto en que ya no puedo ceder… mucho menos echarme para atrás.

Estoy en ese punto en el que todo puede pasar o salir de mi boca.

Poco a poco el cansancio me va venciendo, mis ojos se cierran poco a poco, pero no lo suficiente todavía para dormir. Cuando escucho que la puerta se abre y es él, Heechul entra al cuarto con un pijama limpio puesto, su cabello mojado me dice que se ha ido a duchar al otro cuarto y se ha puesto ropa limpia de allá. Ya que su pijama usual se encuentra bajo la almohada.

Heechul luce más bello en este momento con su cara lavada, su rostro despejado, sin nada que me impida ver sus hermosos ojos. Algo se enciende en mi interior despertando mi pene, un calor intenso al ver como la pijama se pega a su cuero húmedo. La vista de sus pezones erectos casi me hace gemir, lo que no pude reprimir fue el pequeño temblor que invadió mi cuerpo, erizando los vellos de mi piel.

Mi cuerpo, mente y corazón, ninguno está de acuerdo en estos momentos. Están en conflicto.
¿Por qué rayos tiene que verse tan hermoso y sensual, frágil y arrebatador al mismo tiempo?
¿Por qué ahora?

Aah… Con Heechul, mi voluntad nunca ha sido muy fuerte, sin embargo nada he ganado con eso. Me giro en la cama hasta darle la espalda. Se me queda observando desde la puerta, puedo sentir su mirada, escucho un leve gruñido y la puerta cerrarse. Todo en silencio.

- ¿Sigues enojado? - ¡Vaya pregunta! En momentos como este pienso que no me conoce bien o… -. Ya sé que estas molesto pero no es para tanto. – bien, al menos descarto la idea sobre que no me conoce bien, porque lo hace. Siento hundirse el lado contrario de la cama -. No seas tonto.

Y esa simple palabra desata todo en mi interior. Giro en la cama y nuestras miradas se encuentran, no puedo ocultar lo que estoy sintiendo. Sé que es muy claro cuando Heechul jadea y su mirada se torna sorprendida. Esta sentado sobre la cama, rápidamente sin darle tiempo a reaccionar, jalo de su brazo hasta recostarlo sobre la cama, dejándolo debajo de mi cuerpo.

Sostengo mi peso sobre mis brazos, apoyado a cada lado de sus hombros, mis piernas pegadas a su costado y para que no pueda escapar, cuelo una pierna entre las suyas.

- No sé quién es más tonto en este cuarto… tú por enredarte con esos tipos o yo que espero que dejes de hacerlo, meterte en problemas no es divertido, mucho menos salvarte de ellos.
- ¿Me estas reprochando? – pregunta enojado.
- ¡No! Jamás podría hacer esto.
- Si no te gustaba simplemente te hubieras negado a hacerlo todas esas veces. – su ceño fruncido dice una cosa, pero sus palabras temblorosas y su mirada dicen otra. Lo que me hace desistir un poco.
- ¡Maldición Heechul! – me desespero porque no me entiende-. Bien sabe Dios que hice todo porque quise hacerlo. Por eso no podría reprocharte nada.

Heechul se queda quieto después de mi confesión a medias, nuestras miradas se encuentran, estudio su rostro buscando algún cambio… Si mis palabras han provocado algo en él.

- Siwon, no sé qué estés pensando… - su voz se vuelve un murmullo y termina girando su rostro para no mirarme.
- ¿Tanto me desprecias?
- ¡NO! – grita con fuerza -. No podría Siwon, eres mí mejor…
- ¡No lo digas! – lo detengo antes que diga esa palabra que ahora me parece la más dolorosa de todas -. Ya no estés tan seguro de eso, Heechul.
- ¿Qué haces? – pregunta incrédulo cuando me lanzo con mi boca a su cuello.
- ¡Maldición! ¿Qué crees que hago? Quizás deba ser más contundente para que te des cuenta. – digo arrastrando las palabras en un gruñido.

Sé muy bien, lo que hago no es nada sensato. ¿Forzarlo? Es algo irónico, que después de salvarlo tantas veces de situaciones parecidas, termine en algo como esto, que sea yo quien lo esté haciendo.

Dejo de pensar cuando lo siento removerse debajo de mí intentando liberarse. Sin advertencia, levanto sus manos sobre su cabeza sosteniéndolas con una mía mientras abro sus piernas para acomodarme en su interior. Nuestros cuerpos encajan perfectamente, pues mi cuerpo grande y fuerte, cubre el suyo en su totalidad, delgado y enérgico. Porque aunque sabe que nada puede hacer contra mi fuerza, Heechul no cede y sigue intentando liberarse.

- Suéltame Siwon… - sus ojos tormentosos, con lágrimas acumuladas… pero yo necesitaba encontrar algo de alivio…

Lo siento temblar de la misma manera que lo hice yo al verlo entrar al cuarto cuando deslizo mi boca por la línea de su mandíbula, después trazando un sendero por su cuello, llego hasta la piel descubierta de su pecho. Cubriendo con mi boca tanto como su pijama me deja.

El cuerpo de Heechul comienza a responder, ya que con mis caricias, sus pezones se endurecen de forma reveladora debajo del delgado pijama. Como tampoco puede ocultar su creciente erección. Y eso me anima a continuar explorando su cuerpo.

- Siwon… – susurra Heechul con voz nerviosa.
- Creo que no lo estoy haciendo bien. No a cómo quizás estás acostumbrado a que te lo hagan.

Heechul me mira a los ojos después de mis palabras, parece encontrar claramente las intenciones con lo que dije y entonces su mirada cambia a una dolida.

- No lo hagas…
- ¿No? – pregunto sin dejar de tocarlo, mi boca ya se encuentra explorando la piel de su estómago -. Prometo hacerlo mejor.
- Siwon… tú y yo compartimos algo muy especial, mejor que esto.
- El sexo puede ser especial también.
- No… es… cierto… - Heechul trata de salir de abajo de mi cuerpo.
- Te lo voy a demostrar.

Nuestra conversación termina cuando encuentro que uno de sus puntos sensibles es su ombligo. Heechul deja de luchar contra mí y comienza a dejarse llevar por lo que le estoy provocando.

La punta de mi lengua hace círculos alrededor de su ombligo e invade su interior con rápidas y húmedas penetraciones, lo que le causa arquear su cuerpo contra el mío. Después siguiendo el camino hacia arriba, comienzo a dibujar un sendero húmedo hacia su clavícula, la cual mordisqueo y succiono por igual.

Heechul ya no se guarda, sus gemidos y jadeos comienzan a llenar el lugar. Me encuentro igual o más excitado que él, pues a cada rato me remuevo dentro de mi pantalón, para poder aliviar la intensa erección y las profundas sensaciones que esto me causa.

No lo he besado. Algo muy en el fondo me dice que no sería correcto y aunque me muera de ganas por hacerlo, no lo hago. En su lugar, alago mi mano hacia abajo pasando por su estómago, debajo de la cinturilla del pantalón de su pijama y hasta llegar a su miembro para comenzar acariciarlo.

La humedad en mi mano debido a su presemen, hace que mi mano se deslice más fácilmente, provocando que Heechul comience a gemir. Es tan sorprendente la manera en que reacciona su cuerpo a mis caricias, me hace recordar las veces que seguramente otros disfrutaron de la misma vista que yo, un poco mi culpa lo acepto, al no haber tenido el valor para confesar mis sentimientos.

Satisfecho con mi trabajo, comienzo a bajar un sendero, dejando besos húmedos por su suave piel, hasta capturar una de sus tetillas con mi boca. Lo provoco con los dientes y succiono con mis labios, hasta dejarlo erecto antes de darle el mismo trato al otro, al mismo tiempo que aceleraba el movimiento de mi mano en su miembro.

- Siwon… Siwon… Aaah…- la voz de Heechul suena desolada, para nada a como llegue a imaginar que sonaría cuando el orgasmo le alcanzara.

Levanto la cabeza para mirarlo mientras se vacía en mi mano, sus ojos están cerrados y muerde su labio inferior resistiéndose; sin embargo lo que más me conmueve, es la solitaria lágrima que recorre su mejilla. Mis dedos trazan el húmedo camino que ha dejado, atrapando la solitaria gota al final de su barbilla, justo antes de llegar a su cuello.

Me quedo largo tiempo observándolo, la realidad de lo que he hecho me golpea fuerte y para nada sutil. Aún hay tantas cosas que deseo decirle, más no es el momento, lo he forzado. Quizás he roto para siempre lo que teníamos, esa sola idea me hace temblar de terror y no me deja formar frases coherentes en mi cerebro. Es más, que puedo decir en este momento que justifique lo que hice… Nada, no hay una sola palabra que lo haga.

Con lentitud me levanto de la cama, alejándome lo más posible de su cuerpo al sentarme y finalmente pararme. No creo que pueda dormir aquí esta noche, mucho menos a su lado, no después de lo que ha pasado. Ni siquiera estoy seguro de poder hacerlo bajo el mismo techo. Al menos no esta noche.

Acomodo mis ropas dispuesto a salir de mi cuarto. Heechul yace inmóvil sobre la cama todavía, su cabeza girada hacia el otro lado no deja ver su rostro, seguramente debe estar odiándome por lo que he hecho que no se atreve a mirarme.

Salgo del cuarto sin decir nada y del departamento, en el camino he logrado tomar mi chaqueta y las llaves del coche. Después de dar varias vueltas sin rumbo, la mañana me alcanzo y solo así me atreví a llamar a mi amigo Jungsoo. Necesitaba su consejo, porque después de lo sucedido, iba a ser una agonía estar y vivir al lado de Heechul.

* * *

No me aparecí en casa todo el día. Tampoco tuve cabeza para ir a trabajar. Jungsoo me dijo que durmiera un poco y me ofreció su cuarto de huéspedes, no sin antes recibir la letanía que merecía por mis actos.

Como ya lo imaginaba, Jungsoo me hizo ver que había procedido mal con Heechul, pues al final de cuentas soy yo quien ha callado lo que siente por él. Quien está enamorado soy yo, por eso el que debe hablar primero también soy yo, más no lo hice y eso no me da derecho para con Heechul. Ni siquiera a sentir celos o enojarme por sus actos.

Mi amor unilateral es culpa mía nada más.

Ni siquiera valieron las ocasiones en las que Heechul parecía darme un poco más de importancia que un amigo común o las veces en las que me ha besado, incluso no valía el que durmiéramos juntos pues en todo este tiempo nada más pasó entre nosotros. Hasta esta noche.

Al final no fue un día el que estuve fuera de casa fueron dos noches. Pero tenía que volver ahí después del trabajo, porque si no sería raro que fuera a trabajar con la misma ropa otra vez. Además necesitaba algunos de los planos que me había dejado en casa para la construcción y ya había abusado lo suficiente de la hospitalidad de mi amigo.

A pesar que Jungsoo es un muy buen amigo, ya no deseo seguir escuchando más sus sermones, bastante tengo con mi propia conciencia. Que para este momento me ha clasificado como “lo peor de lo peor”. Si, según mi conciencia, ese premio me lo he ganado a pulso.

Mi contrato como arquitecto no dice que deba cargar sacos de cemento o ayudar a colocar algunas vigas con los obreros, pero si hay algo que sé muy bien es que el trabajo físico es muy bueno para oxigenar el cerebro y aclararlo. Sobre todo cuando mi trabajo es sobre mediciones, números, resistencia… no tendría cabeza para hacerlo en este momento. Por eso después de un poco de trabajo rudo en la construcción, mi mente se ha aclarado un poco y he podido pensar en lo que voy a decir al ver a Heechul.

Nunca antes había deseado no llegar a mi casa como hoy. Esto ya no se puede postergar. Es algo tarde ya cuando llego a casa y si, lo hice apropósito para no tener que verlo, con algo de suerte no lo vería hoy. Quizás mañana un poco más fresco y seguro, enfrentaría mejor a Heechul. Pero bien dicen que nada es como uno desea.

La televisión se encuentra encendida y sentado en el sofá esta Heechul con el control remoto en las manos, que al verme se levanta rápidamente como lo hacía antes cuando llegaba tarde a casa, solo que esta vez no se lanza a preguntarme cómo ha ido mi día y mucho menos el abrazo que solía darme.

Ahora solo se ha quedado ahí de pie en medio de la sala. Descalzo con sus pies sobre la alfombra, Heechul se encuentra en pijama, una pijama algo grande que al revisarla mejor, me doy cuenta que no es de él si no mía. Sus ojos lucen unas leves ojeras, señal que no ha podido dormir al igual que yo y la tristeza que hay en ellos... Dejo de mirar cuando me entran unas ganas locas de abrazarlo.

- ¿Dónde has estado Siwon?
- Trabajando y me he quedado en casa de un amigo. – le respondo con explicaciones, reflejo de como suelo ser con él, siempre respondiendo a sus preguntas sin chistar. Aunque todavía no me atrevo a mirarlo a los ojos.
- Intente llamarte y entraba el buzón, pensé lo peor. – realmente suena dolido y preocupado.
- Lo siento. – saco el celular de mi chaqueta -. Se apagó. Seguramente la batería se agotó.
- Tampoco llamaste.
- Aquí estoy ¿no? Lo que sea que querías decirme puedes hacerlo ahora. Supongo que por eso tu insistencia en encontrarme. – levanto la vista para verlo negar con la cabeza.
- Estaba preocupado. No vuelvas asustarme de esa forma. – intenta acercarse pero no lo dejo. Heechul me mira con sorpresa -. Siwon… nunca fue mi intensión confundirte de la forma en que lo hice, con mis acciones y mi trato hacia ti. – sus palabras duelen, más porque se lo que quiere decirme y lo que finalmente será un adiós.
- Lo sé, y lo entiendo. No fue tu culpa Heechul, yo mal interprete todo. Por eso te voy a pedir que ocupes tu cuarto, es mas no voy a detenerte si te quieres ir, si comienzas a buscar otro lugar en el cual vivir. Un lugar donde seas libre de hacer lo que deseas Heechul. Mientras tanto haré todo lo posible porque nos veamos lo menos posible.
- Pretendes que me vaya, ¿y tú? ¿Qué vas hacer?
- Fui yo quien me enamore, Heechul. Debo olvidar y no encuentro otra forma de hacerlo, además fui yo quien intentó abusar… - no puedo continuar -. Yo seguiré, no puedes hacer nada por mí si no me amas, sobreviviré con lo que siento. Porque si no te veo ya no dolerá tanto.

Las palabras entre nosotros se agotan. Y aunque se me parta el alma con este alejamiento, no voy a cambiar de opinión si deseo olvidarlo para que él continúe su vida sin que me duela. Aun cuando su felicidad este por encima de la mía… No se le puede obligar a alguien que te ame. Tampoco creo que podamos ser amigos por ahora.

Continuara...