¿¡En serio había pedido aquellos cuatro platillos!? ¿¡Tanta comida podía caber en aquel delgado cuerpo!? Mi asombro ante sus peticiones era obvio, aunque para mi fortuna el camarero se encontraba igual de impactado, supongo que por dentro también se cuestionaba como alguien con la complexión de Heechul podría consumir tanto.
Tratando de mantener mis miles de preguntas acerca de su apetito fuera de la jugada ordené, por suerte contaba con suficiente dinero, mi padre se había imaginado que la cita no iba a salirme nada barata, sin embargo debía admitir que ese aspecto también me preocupaba, ¿Y si se le ocurría pedir más cosas?
“Gastando sin importarte nada, ¿Tu familia no se cansa de aprovecharse del dinero ajeno?” pensé para mis adentros; el joven que había tomado nuestra orden se fue dejándonos solos de nuevo.
Me dediqué unos minutos a analizarlo mientras él miraba en otra dirección, irónicamente mi boleto a la justicia que mi familia se merecía era ese derrochador y consentido chico que, obviamente, estaba molesto con aquella cita, su reacción era tan predecible como evidente, aquel pensamiento me hizo sonreír.
-¿Y tú de que te ríes?- me cuestionó- No hay cosa más molesta que el hecho de que una persona actúe sin una razón- dijo aun clavando sus obscuros ojos en mí, ensanché más mi sonrisa.
-Pensaba en lo que está sucediendo ahora- comencé a explicarle- En esta cita, y me imaginaba como serán las cosas cuando estemos casados- dije mientras me encogía de hombros, él resopló.
-Aún falta para eso, deja de armar escenas en tu cabeza- me reclamó cruzándose de brazos- Si piensas que existe una mínima oportunidad de que este chiste de matrimonio arreglado funcione, déjame decirte de que estás muy equivocado Choi- suprimí una risa, sus rabietas eran predecibles, como todo un niño consentido, incluso se había puesto algo colorado, hacerlo enojar resultaba realmente cómico.
-Pero inevitablemente ese día llegará y serás mi esposo- le sonreí al decir aquello, él desvió su mirada.
-Lo dices como si para ti fuera causa de orgullo el hecho de que nos vayamos a casar- dijo aun sin mirarme, no sabía realmente como había tomado aquel comentario, pero algo en su tono me decía que estaba confundido.
-Para mí va a ser un placer que todos se enteren de que eres mío y de nadie más- le dije, sus ojos se abrieron como platos al momento que me miraba, yo sólo le sonreí, en definitiva aquella sería una larga cena.
Tratando de mantener mis miles de preguntas acerca de su apetito fuera de la jugada ordené, por suerte contaba con suficiente dinero, mi padre se había imaginado que la cita no iba a salirme nada barata, sin embargo debía admitir que ese aspecto también me preocupaba, ¿Y si se le ocurría pedir más cosas?
“Gastando sin importarte nada, ¿Tu familia no se cansa de aprovecharse del dinero ajeno?” pensé para mis adentros; el joven que había tomado nuestra orden se fue dejándonos solos de nuevo.
Me dediqué unos minutos a analizarlo mientras él miraba en otra dirección, irónicamente mi boleto a la justicia que mi familia se merecía era ese derrochador y consentido chico que, obviamente, estaba molesto con aquella cita, su reacción era tan predecible como evidente, aquel pensamiento me hizo sonreír.
-¿Y tú de que te ríes?- me cuestionó- No hay cosa más molesta que el hecho de que una persona actúe sin una razón- dijo aun clavando sus obscuros ojos en mí, ensanché más mi sonrisa.
-Pensaba en lo que está sucediendo ahora- comencé a explicarle- En esta cita, y me imaginaba como serán las cosas cuando estemos casados- dije mientras me encogía de hombros, él resopló.
-Aún falta para eso, deja de armar escenas en tu cabeza- me reclamó cruzándose de brazos- Si piensas que existe una mínima oportunidad de que este chiste de matrimonio arreglado funcione, déjame decirte de que estás muy equivocado Choi- suprimí una risa, sus rabietas eran predecibles, como todo un niño consentido, incluso se había puesto algo colorado, hacerlo enojar resultaba realmente cómico.
-Pero inevitablemente ese día llegará y serás mi esposo- le sonreí al decir aquello, él desvió su mirada.
-Lo dices como si para ti fuera causa de orgullo el hecho de que nos vayamos a casar- dijo aun sin mirarme, no sabía realmente como había tomado aquel comentario, pero algo en su tono me decía que estaba confundido.
-Para mí va a ser un placer que todos se enteren de que eres mío y de nadie más- le dije, sus ojos se abrieron como platos al momento que me miraba, yo sólo le sonreí, en definitiva aquella sería una larga cena.
Heechul POV
Un trofeo, eso es lo que soy para Choi Siwon, y lo ha dejado claro con esas últimas palabras. Un matrimonio por conveniencia, al menos para él, porque yo estoy siendo obligado. Pero si cree que se va a salir con la suya le va a costar caro. Si esto llegara a suceder, que el matrimonio se realizará, seré el esposo que Choi se merece.
Sonrió al imaginar las muchas formas que disfrutaría doblegando su ego y colmando su paciencia.
- Ahora tú eres el que sonríe. – me dice haciendo referencia a lo anterior.
- Sí, pero yo si tengo un motivo para hacerlo, me rio de ti. Eso cuenta. – doy un sorbo a mi copa con agua, justo cuando nuestra comida llega, eso le detiene de hablar.
Vaya sí que es mucha comida lo que pedí, no voy a poder terminarla y Siwon se ha dado cuenta de mi preocupación.
- Comes mucho. – me dice con tono de burla.
- No te preocupes, seguramente vomitare cuando llegue a casa. – le digo sarcástico y eso no parece gustarle.
- No juegues con eso.
- ¿Te preocupa? – no dice nada, por lo visto lo he descolocado un poco.
Comienzo a comer un poco de todo, excepto el plato que contiene carne de cerdo, ya que comienzo a hacerlo a un lado y por su gesto enfurruñado, veo que le ha molestado que haga esto. Ser melindroso esta en mi dieta.
- Entonces cuéntame, tus admiradoras no morirán cuando se enteren que deseas casarte conmigo, seguro que algunos pobres deben de haber.
- A diferencia de ti, no tengo tantos rondándome, tú seguramente dejarías a muchos descorazonados.
- Es verdad, solo puedes mantener un amante en turno, no te da para más. – lo cuestiono sin dejar de mirarlo y al ver su reacción supe que había algo más -. Oh vaya, al parecer es más que un amante. Pues si a ti te complace tenerme como un esposo trofeo al que puedas mostrar a todo el mundo, a mí me complacerá romper el corazón de ese pobre que está a tú lado, tu amante en turno.
- No es un amante. – de pronto gruñe tomando mi mano que estaba sobre la mesa apretándola algo fuerte. Definitivamente ese le importa.
- Lo que sea. Si tanto insistes en este matrimonio, para mi será toda una labor satisfactoria, pasar mi vida haciendo miserable a cualquiera que se le haya ocurrido darte su corazón. – dije tan bajo para que solo escuchara él.
- ¿Con todo lo que eso conlleva Heechul? Vas a alejar a mi amante para asumir tú las satisfacciones que él me da. – su mirada y su pregunta me deja helado.
- Púdrete Siwon. – digo con rabia e intento levantarme de mi asiento, pero su mano me retiene -. ¡Suéltame! – los demás comensales nos miran y para que no continúe haciendo escándalo, Siwon termina por liberarme y dejarme ir.
Sonrió al imaginar las muchas formas que disfrutaría doblegando su ego y colmando su paciencia.
- Ahora tú eres el que sonríe. – me dice haciendo referencia a lo anterior.
- Sí, pero yo si tengo un motivo para hacerlo, me rio de ti. Eso cuenta. – doy un sorbo a mi copa con agua, justo cuando nuestra comida llega, eso le detiene de hablar.
Vaya sí que es mucha comida lo que pedí, no voy a poder terminarla y Siwon se ha dado cuenta de mi preocupación.
- Comes mucho. – me dice con tono de burla.
- No te preocupes, seguramente vomitare cuando llegue a casa. – le digo sarcástico y eso no parece gustarle.
- No juegues con eso.
- ¿Te preocupa? – no dice nada, por lo visto lo he descolocado un poco.
Comienzo a comer un poco de todo, excepto el plato que contiene carne de cerdo, ya que comienzo a hacerlo a un lado y por su gesto enfurruñado, veo que le ha molestado que haga esto. Ser melindroso esta en mi dieta.
- Entonces cuéntame, tus admiradoras no morirán cuando se enteren que deseas casarte conmigo, seguro que algunos pobres deben de haber.
- A diferencia de ti, no tengo tantos rondándome, tú seguramente dejarías a muchos descorazonados.
- Es verdad, solo puedes mantener un amante en turno, no te da para más. – lo cuestiono sin dejar de mirarlo y al ver su reacción supe que había algo más -. Oh vaya, al parecer es más que un amante. Pues si a ti te complace tenerme como un esposo trofeo al que puedas mostrar a todo el mundo, a mí me complacerá romper el corazón de ese pobre que está a tú lado, tu amante en turno.
- No es un amante. – de pronto gruñe tomando mi mano que estaba sobre la mesa apretándola algo fuerte. Definitivamente ese le importa.
- Lo que sea. Si tanto insistes en este matrimonio, para mi será toda una labor satisfactoria, pasar mi vida haciendo miserable a cualquiera que se le haya ocurrido darte su corazón. – dije tan bajo para que solo escuchara él.
- ¿Con todo lo que eso conlleva Heechul? Vas a alejar a mi amante para asumir tú las satisfacciones que él me da. – su mirada y su pregunta me deja helado.
- Púdrete Siwon. – digo con rabia e intento levantarme de mi asiento, pero su mano me retiene -. ¡Suéltame! – los demás comensales nos miran y para que no continúe haciendo escándalo, Siwon termina por liberarme y dejarme ir.
Continuara...
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