Cherry Blossom... Parte 1

Título del Twoshot: "Cherry Blossom"
Autor(a): Lunis HeeChan
Parejas: UngTae (IMFACT)
Tipo: Yaoi, AU
Género: Slash, Fluff, Mpreg
Clasificación: +16
Advertencias: Primer shot MPREG que escribo sobre este grupo y pareja.
Comentario de la autora:
Aunque es de las primeras cosas que he escrito sobre esta pareja, el UngTae me encanta, los stalkeo y tengo una carpeta rellena con momentos de ellos. Siento que aún no he podido retratar bien la personalidad de Taeho, es complicado hahahaha porque así como puede ser cruel con Ungjae, también es el que más está a su lado, lo consiente y lo salva cuando está en apuros. Como cuando Ungjae hizo su primer live, Taeho estuvo ahí interrumpiendo para hacerlo más fácil al menor. Y bueno, luego esta que Ungjae no deja de molestar al pobre Taeho y este se defiende como puede, y por molestar es algo más allá de ser los Tom y Jerry del grupo, a Ungjae le encanta abrazar, besar y ser todo posesivo con Taeho. Hasta incluso hacerse pasar por la mascota del mayor en uno de los live.
Así que espero que con los siguientes escritos, pueda retratar mejor la personalidad de ambos. Por lo pronto, les dejo este cosito que me inspiraron las fotos de este par tomadas en el aeropuerto que adornan la portada, uno de los momentos más emotivos y espontáneos de este par; Ungjae y Taeho.

Dedicado a mi comadre Yota, ya se lo debía.

Pueden escuchar la canción que da título a este fic acá ---> Cherry Blossom

Disfruten…



“Cuando el viento sopla,
Mi corazón palpita sin saberlo.
Cuando el viento sopla,
Desde lo lejos, te sigo viendo…”

Ni siquiera espero a que el auto se detuviera, Ungjae salió disparado nada más tuvo oportunidad, necesitaba alcanzarlo y perder el tiempo no estaba en sus planes. Su vida dependía de ello.

Comenzó a correr todo lo que sus piernas daban por entre la gente en el aeropuerto, aún no sabía a donde tenía que dirigirse, pues no se lo habían podido decir, sin embargo su corazón le decía que Taeho no estaba muy lejos. Saltando sobre las maletas que se interponían en su camino, divisó la primera fila de abordaje y con frustración se dio cuenta que no estaba.

Su loca carrera comenzó de nuevo, pidiendo disculpas de cuando en cuando a las personas que llega a empujar en su apuro. Necesitaba encontrarlo, eso es lo único que le importaba en estos momentos. Ungjae solo sabe que tiene que llegar, detenerlo y convencerlo de quedarse, enfrentar todo esto juntos a como dé lugar. Sabe que sin Taeho no podría vivir.


~ * ~

Hace tres años…

– Tú de verdad eres muy feliz cuando estás molestándome, ¿no es así? –preguntó con la poca paciencia que le quedaba a Taeho, llevaban apenas unas semanas hablando.
– No es verdad, no es así.
– ¿Entonces?
– En realidad soy feliz por el simple hecho de estar contigo... Te quiero. –y con esas primeras palabras que demostraban lo interesado que estaba, Ungjae pudo ver como Taeho se sonrojaba.

Hasta que por fin logró que el mayor le diera una oportunidad. Ese chico que le gustaba golpearle cada que le hacía una broma, robo el corazón de Ungjae por completo. Taeho es simplemente hermoso, por dentro y por fuera. Lo mejor de todo es que por la convivencia, sus sentimientos se volvieron fuertes y por igual correspondiendo a los de él.

La primera vez que hicieron el amor, tan inexperto como era, Taeho fue con él de lo más paciente y amoroso en mostrarle lo que le satisfacía. Para Ungjae despertar a su lado, era algo que solo en sus más locos sueños había imaginado, sin embargo pasó.

– Acéptalo, de entre todos, soy el único que te atrae románticamente. –Ungjae mantenía el cuerpo desnudo y saciado de Taeho pegado al suyo mientras conversaban, manteniendo su espalda pegada a su pecho.
– ¿Quieres apostar? –el cuerpo de Taeho se sacudía de una risa silenciosa al notar la tensión en el cuerpo del menor.
– No, yo no. –y Ungjae solo abrazo un poco más fuerte su cuerpo–. Yo te amo, en realidad eso es lo único que importa.
– Yo también te amo… –las palabras soltadas así por Taeho con sus ojos cerrados, sin ninguna advertencia y siendo la primera vez que las decía, tomaron por sorpresa a Ungjae.

El silencio que se hizo después de esta confesión, es algo que Taeho no esperaba, pues alguna reacción del menor era lo más probable.

– ¿Vas a seguir mirándome mientras duermo? –fue Taeho quien rompió el silencio.
– Lo haría por toda la eternidad…

“Me mira cuando duermo” más que una frase de broma de Taeho para avergonzar a Ungjae con sus amigos, era algo que se había vuelto habitual, pues para el menor, no había nada más lindo de ver en esas mañanas después de haber hecho el amor.

Siendo mayor por un año, Taeho había tenido que irse un año antes a la universidad para la que tanto se había esforzado y soñado con entrar. Fue un logro para él, ya que las artes las lleva en la sangre y su voz. Ungjae podía constatar en carne propia, que escuchar cantar a Taeho era como escuchar a los mismos ángeles, su melodiosa voz dejaba embelesado a cualquiera que lo escuchara.

Ungjae había pensado en un principio que solo sería un año de visitas esporádicas y de estar lejos de él, sin embargo todo cambió en los últimos meses de su último año, pues la universidad que lo había aceptado era una muy diferente a la de Taeho y se encontraba ahí mismo en Seúl, nada que no se pudiera arreglar con viajes de seis horas para poder verse y ambos estuvieron de acuerdo que lo iban a lograr.

Sin embargo después de un año, una invitación para Ungjae de unirse a la más famosa empresa productora de música, siendo uno de las jóvenes promesas en cuanto a composición y producción que la universidad había recomendado, Ungjae podría continuar con sus estudios mientras se desarrollaba como creativo en esta. Un trabajo que le exigía varias horas en el día e incluso de sueño, casi como un interno médico con turnos de guarda.

Para ser su segundo año en la universidad, sus horarios eran extenuantes y gratificantes a la vez. Fue entonces que sus caminos se separaron un poco más. El mismo Taeho lo animaba a no ceder, ya que ambos querían ser artistas aunque de diferente manera, Ungjae tenía una oportunidad de oro en manos y no debía dejarla ir.

Habían pasado más dos años ya, mismos en los que se veían cada vacación o en cada descanso en el que Ungjae tenía la oportunidad de viajar, ya que era quien más facilidad tenia para esto. También había ganado amigos, pues el círculo cercano a Taeho se convirtieron en buenos amigos para ambos, visitarlo se volvía una fiesta con tan buenos amigos.

A Taeho le encantaba verlo llegar de sorpresa a su dormitorio en la universidad. La sonrisa con que lo recibía, esa entre sorpresa, vergüenza por demostrar lo feliz que le hacía tenerlo ahí y también con amor, ese que ni la distancia había podido disminuir entre ellos. Al contrario, lo que había entre ellos iba en aumento, y eso lo demostraba las entregas con amor que sucedía cada que sus cuerpos se encontraban, incluso con solo mirarse a los ojos, el amor desbordaba.

Ungjae se sentía un cabrón con mucha suerte por esto. Un crío como él… el mismo Taeho le había llamado de esta forma en el pasado, sin embargo ahí estaban juntos y amándose, hablando todos los días cuando estaban lejos, mandándose mensaje en cada momento, haciendo planes un futuro juntos y extrañándose horrores.

Por eso a Ungjae le extraño que esta última vez que fuera a visitarlo, un JiAn desconcertado lo recibiera diciéndole que Taeho se había dado de baja en la Universidad. ¡Le faltaba solo un año! Ungjae no lo podía creer, por eso sin importarle que tuviera que perder otro día en su universidad y hablar con su tutor en la empresa de música donde se desarrollaba, para pedir algunos días por una emergencia familiar.

Habían sido tres largos meses. Mucho más tiempo del que habían acostumbrado a esperar para verse. Sin embargo Ungjae estaba seguro que ese no habría sido motivo para que Taeho lo dejara.

Necesitaba hablar con Taeho, ¿Por qué no le había dicho que pensaba hacerlo? ¿Por qué volver a su casa sin consultárselo? Todo se le hizo muy raro. Cosa que se aclaró cuando llegando a casa, fue en busca de Taeho y sus padres lo recibieron. El disgusto podía notarse en su rostro al preguntar por el menor de todos sus hijos, cuando Taeho era la adoración de su familia, no solo de sus padres, hermanos y tíos, todos eran igual con él.

– Taeho se ha ido. –la señora Kim algo más conmovida había dicho–.Y no sabemos dónde. Agarro sus maletas y se fue… –la voz se le corto–. Yo no quería esto. ¿Qué vamos hacer? ¿Qué va hacer él con un bebé?
– ¡¿Un bebé?! –Ungjae vio como la señora Kim asentía.
– Tan disgustados como estábamos, Taeho no debió irse…
– Es mío. –Ungjae interrumpió a la señora, viendo a su vez como el señor Kim se erguía detrás de ella–. Es mi bebé y de Taeho, me haré responsable por él. Lo traeré de vuelta.

Sin dejar que ninguno de los dos reaccionara, Ungjae salió corriendo hacia el aeropuerto, tenía que traerlo de regreso. Ungjae había visto conmoción y decepción en los ojos de los señores Kim, sí, pero también preocupación por su hijo y de ese futuro nieto que le deparaba un futuro incierto.


~ * ~

Taeho no había tenido tiempo de pensar en otra cosa. Irse con su hermana a donde ahora trabajaba le había parecido una mejor idea que otra cosa. Su hermana mayor, por dos años, era su más cercana amiga. Siendo los menores de sus hermanos, Taeho sabía que podía confiar en ella, después de que sus padres le rechazaron y con la idea de haber arruinado su vida con ese bebé, ¡Esperaban más de él! Taeho estaba de acuerdo con eso, pero un bebé, su bebé, no tenía la culpa de eso.

No quiso esperar más, nadie le iba a hacer cambiar de opinión respecto a no tener ese bebé, además ya era demasiado tarde. Con cinco meses de gestación, se hacía imposible que pudiera deshacerse de él y Taeho tampoco deseaba hacerlo. Su bebé y de Ungjae, lo protegería con su vida su fuera necesario.

Molestar o sorprender a Ungjae con esta noticia no era algo que haría en estos momentos. Taeho esperaba que la baja por un año le diera la oportunidad de dedicarse a su bebé y después retomar sus estudios, y sobre eso, estaba seguro que ya no podría seguir con su carrera soñada de ser artista, pero al menos podría enfocarse en llevar su carrera por otro rumbo.

Todo podía suceder. Si sus padres no entendían… y Ungjae, en cuanto estuviera instalado, le llamaría y si él iba a ser capaz de esperarle, rogaba porque este fuera capaz de entender por qué no le había dado la noticia de su bebé mucho antes.

Aunque no eran unos críos, ambos siempre han sido hijos de familia, que han hecho todo con la aprobación de la misma, y siendo Ungjae menor que Taeho, las familias de ambos consideraron que la relación no iría mas allá, incluso menos con la distancia y el tiempo que estarían separados ahora que estaban en la universidad.

Grave error al pensar de esta forma porque no era así, ellos se amaban más que nunca y ese bebé, era resultado de ese amor. A Taeho le daba risa al recordar lo molesto de su relación con Ungjae al principio, ambos jugando al gato y al ratón. Quizás fuera esto lo que lo mantuviera interesado en ese chico con mirada siniestra y traviesa.

Pensar en Ungjae le dolía en estos momentos, más no cambiaría por nada a ese bebé y mucho menos perturbaría la carrera de Ungjae.

Continuará...

Comentarios

  1. Taeho pabo!!!!!!.... pobre maknae me lo tiene corriendo... T.T
    Miro la imagen y me deja mas lela e lo normal ....
    T.T

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  2. Taeho debería decirle a Ungjae que espera un bebé fruto de su amor, sin embargo sale corriendo pensando proteger su carrera..
    Pobre maknae de tanto correr se podrá más bueno de lo que ya está....jajaja

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