ENTRE LA IMAGINACIÓN Y LA REALIDAD _ Parte 25


Los dos eran todo sonrisas al entrar al departamento, el mal momento estaba quedando atrás, ya que estaban juntos y a solas.

— Por fin. – atinó a decir Mile antes de echarse sobre el sofá.

— P'Mai, ¿estás cansado?

— Un poco. Ha sido una tarde agitada. – Mile dijo esto mientras sobaba una de sus rodillas. Apo sonrió un poco al notar esto y se fue, necesitaba arreglar los últimos preparativos para la sorpresa de Mile.

Al poco rato Apo regresó. Mile seguía descansando en el sofá.

— Tengo algo que seguramente te animará p'Mai. – Apo sugirió sugestivamente.

Mile esperaba que el juego comenzará justamente en el sofá, tal como Apo se lo había prometido, pero en lugar de eso, Apo jaló insistentemente de su brazo hasta levantarlo del sofá. Mile no tenía idea de lo que estaba pensando hacer Apo, cuando comenzó a llevarlo directamente al baño

Apo abrió la puerta del baño rápidamente jalando de la mano a Mile, quien no pudo ahogar un sonido de sorpresa al ver el baño lleno de velas encendidas, un ambiente a media luz muy romántico y una tina llena de agua con esencias, ya que olía delicioso.

— Deberías darte un baño p'Mai para que te relajes. – Mile asintió y miró hacia donde estaba Apo, acomodando algunas cosas a un lado de la tina.

La idea de tomar un baño juntos vino a la mente de Mile revoloteando en su cabeza, deseándolo a tal punto, que su cuerpo ya estaba respondiendo sin proponérselo.

— Me parece una buena idea. Y... Creo que tú y yo... – jadeó Mile sintiendo como el calor comenzaba a despertar en su cuerpo.

Apo se le quedó mirando y lo vio reírse, algo que le sacó una sonrisa también.

— Primero tengo que conseguir algunas cosas y luego lo haré.

— ¡Po! – gritó Mile cuando vio a Apo salir por la puerta del baño.

— ¡Debes quitarte la ropa y meterte al agua, p'Mai!

La idea de tomar un baño relajante con Apo, le pareció genial a Mile, ya que podía tener a un sexy Apo mojado entre sus brazos. Claro, si lograba atraparlo antes que volviera a escabullirse.

Rápidamente Mile comenzó a desvestirse para después meter su cuerpo desnudo al agua de la tina, la cual estaba tibia y sus músculos en el acto, comenzaron a relajarse.

Apo llegaba al poco rato con una pequeña canasta llena de algo rojo que puso al otro lado de la tina. Mile alcanzó a ver que se trataba de las "cherrys" que tanto le gustaban.

— Esta es otra de las sorpresas p'Mai, ¿te gusta? – "Me gustaría más que estuvieras metido en la tina conmigo", pensó Mile.

— Sí, me gusta. – respondió con un ceño fruncido. Apo se dio cuenta de esto.

— ¿Qué sucede? ¿Algo está mal?

— Es solo que... - Mile continuó mientras Apo se inclinaba para escuchar lo que tenía que decir.

— ¡Oye! – Apo no lo vio venir, cuando Mile jaló de su cintura y lo metió al agua tibia de la tina. — ¿Qué fue eso? – preguntó Apo algo indignado mientras limpiaba el agua salpicada en su cara.

— Lo siento, pero te estabas tardando mucho en venir aquí adentro conmigo. – explicó sencillamente Mile mientras se deleitaba recorriendo con la mirada su rostro mojado, sus tentativos labios y esos ojos que siempre le habían hipnotizado con pequeñas gotitas de agua atoradas en sus pestañas. Simplemente, Apo se veía hermoso.

El cuerpo de Apo estaba prácticamente siendo abrazado por Mile, ya que este no pensaba dejarlo ir tan fácilmente mientras que Apo intentaba detenerse con sus manos sobre el pecho desnudo de su P'... que hasta ese momento cayó en cuenta de que Mile ya estaba completamente desnudo dentro del agua y él no. Y que, al ser consciente de esto, el rostro de Apo comenzó a sentirse caliente, sus labios temblaron y otra parte de su cuerpo también comenzó a reaccionar.

Para cuando Apo se encontró con los ojos de Mile, se perdió en ellos por un largo momento, sintiendo el palpitar de su corazón golpeando fuerte en su pecho.

— Mile... - su nombre sin honoríficos en la boca de Apo, sonó tan atractivo para Mile en ese momento. Ellos no necesitaban límites en la intimidad, su relación estaba más allá de ese punto y le pareció tan bueno.

Apo terminó empapado gracias a la travesura de Mile. La playera que traía puesta terminó mojada y pegada a su cuerpo, revelando los cuadritos que se marcaban sobre su abdomen y lo duro que se encontraban sus pezones, cosa que excitó a Mile sin poder disimular.

Trago saliva al mirar los duros pezones de Apo, que brillaban como dos focos rojos pidiendo la atención de Mile y este se las concedió. Llevó una de sus manos al pecho de Apo y con sus dedos, rozó uno de sus endurecidos pezones sobre la tela. Apo se mordió los labios intentando contener un gemido de placer y sorpresa por la acción del mayor.

Los ojos de Apo lucían tan sorprendidos y con un brillo que Mile no había notado antes, excitándolo más si eso era posible.

— Apo... - Mile dijo su nombre cuando este tomó el borde de la playera que lo cubría con sus manos, dispuesto a quitarse la prenda.

Ambos se miraron fijamente por un momento, antes de que Mile le ayudará a llevar la playera hacia arriba con sus propias manos, quitando la estorbosa prenda que le impedía la vista de su pecho desnudo. Fue cuando los pezones de Apo quedaron expuestos a la vista de Mile.

Ante esa mirada llena de deseo que Mile le estaba dando, el cuerpo de Apo se fue calentando más en las partes correctas, sintiendo la necesidad de ser tocado. Sentado como lo tenía en su regazo, Mile se sintió posesivo sobre su cuerpo, con un fácil acceso a la boca y cuello de Apo, que no dudo ni un poco en alcanzar esas zonas con sus labios.

Deleitándose en su cuerpo, Mile probó la piel en el cuello de Apo, besándo y lamiendo casi con hambre. Apo se vio gimiendo ante la intempestiva caricia, llevando sus manos a la cabeza de Mile, donde la suave melena se enredaba en sus dedos, guiando y conteniendo la boca que le daba placer en aquella zona, para que continuara con los besos y caricias.

La piel de Apo se sentía deliciosa y caliente bajo su boca, Mile se estaba perdiendo ante aquel olor característico tan suyo que lo embriagaba. Mile deseaba perderse para siempre y no solo en la piel de su cuello, en todo el cuerpo de Apo. Marcar con su boca, dientes y no solamente eso, hacerlo suyo por completo, pero Apo todavía tenía ropa puesta que le estorbaba.

Y Apo se dio cuenta de eso, cuando las manos de Mile resbalaron más abajo de sus caderas. Así que, con un profundo gruñido de insatisfacción, detuvo las caricias de Mile para salir de la tina y terminar de quitarse la molesta ropa.

Al sentir como Apo se levantaba de su regazo y salía de la tina, Mile se sintió perdido sin el hermoso cuerpo de Apo encima suyo. No pasó mucho tiempo para que el interés de Mile fuera captado nuevamente por Apo, ya que para su deleite, este comenzó a quitarse las últimas prendas que estaban cubriendo su cuerpo frente a él.

La mirada de Mile viajó por todo su cuerpo, desde su bello rostro hasta pasar por su entrepierna. Apo estaba expuesto ante los ojos de Mile.

Mile tragó saliva al ver a Apo caminar hacia él, moviéndose de una forma sexy que lo dejó con la boca seca. Sin embargo, Mile no podía dejar de ver esos pezones erguidos que pedían a gritos ser llevados a su boca, de tal forma se le antojaba hacerlo, que su entrepierna se endureció más, que dolía.

Apo había entrado en el juego, en su modo sexy, la forma en que lo estaba mirando, tan sinvergüenza y dispuesto a disfrutar, que Mile se estremeció, deseaba tanto a Apo que si algo interrumpía el momento seguramente moriría. Y al fin recordó que nadie podría interrumpir de ahora en más, ellos podían jugar tanto como quisieran sin ser sorprendidos.

Cuando Apo entró de nuevo en la tina junto a Mile, se abalanzó sobre él hasta sentarse a horcajadas sobre sus piernas. La tina no era demasiado grande, apenas cabían perfectamente los dos, teniendo espacio suficiente. Solamente esperaba que sus piernas soportaran el embate que iba a ocurrir esa noche, ya que en todo lo demás Apo había sido cuidadoso, incluso hasta saber que dentro del agua se facilitarían mejor las cosas y también sería menos doloroso para ambos. Pues con un poco de suerte, esta noche los dos podrían experimentar ambos lados del amor.

Los brazos de Mile rodearon el cuerpo de Apo cuando este llevó sus labios depositando besos en el cuello de Mile y en cada parte de piel que encontraba a su paso.

— Apo... - Mile no pudo contener decir el nombre de Apo al sentir como su traviesa boca jugueteaba en su cuello.

El pecho de Apo se encontraba pegado al rostro de Mile, así que sin desaprovechar su tiempo, llevó sus labios sobre su pecho atrapando con su boca el primer pezón. Apo echó la cabeza hacia atrás al sentir el cosquilleo y las sensaciones que recorrían su cuerpo, al ser presionado su pezón entre los dientes de Mile. Se sentía jodidamente bien y tan correcto, algo que solo el amor puede lograr.

Mile llevó sus manos hacia el trasero de Apo mientras su boca seguía deleitándose en su pecho y los cuadritos de su firme abdomen. Su lengua se movía en círculos cuando atrapaba algún pezón con su boca, explorando con sus dientes y luego mordiendo cada centímetro del pecho de Apo sin causarle daño por supuesto. Algo muy primitivo estaba naciendo del interior de Mile al dejar esas marcas en aquella perfecta piel, sabiendo que era él quien las había provocado.

Ahora más que nunca, Mile estaba seguro que el sabor de Apo era tan parecido a su olor, tan único, delicioso y adictivo para él, que no podría tener suficiente nunca.

Apo agachó su cabeza acercando sus labios a los de Mile, capturando la boca de este con anhelo y calor.

— Apo... - Mile gimió su nombre al sentirlo y separó sus labios al instante para darle paso a la traviesa lengua que lo buscaba.

El beso húmedo entre sus bocas los llevó hasta la unión de sus cuerpos, sintiendo todo ese torbellino de emociones dominarlo todo mientras se exploraban mutuamente. Apo atrajo la nuca de Mile casi con violencia profundizando el beso, ahogando sus propios gemidos en la boca del otro.

Y cuando sus cuerpos llegaron a lo más alto del clímax, podían escucharse sus jadeos y de cómo sus movimientos comenzaban a descontrolarse buscando la tan deseada liberación. Apo gimió al sentir cada vez más profundo y contundente a Mile dentro de él. Tan bueno, que se aferró al cuello de este para moverse junto con él, ayudándolo a llegar juntos todo el camino hasta volverse locos.

Minutos después, ambos gritaron sus nombres dejándose llevar por los espasmos de placer. Un Mile muy jadeante se encontraba con el rostro hundido en el cuello de Apo, mientras éste continuaba aferrado al cuello de Mile, incapaz de soltarse de él. Sus piernas estaban temblorosas y quizás acalambradas. Sus cuerpos seguían unidos aún, abrazados y sin querer separarse... sin poder moverse, ya que sus respiraciones todavía eran dificultosas. Demasiado saciados, demasiado enamorados.



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Nenas, es mi primer intento de +18 con el MileApo, así que disculpen si no llena sus expectativas. La verdad es que me tarde en escribirlo porque intente ser muy cuidadosa para que quedara algo candente pero bello. Tampoco quise entrar tanto en detalles, ya que no me inspiraba y no lo sentía correcto.

Aún así espero hayan disfrutado al leerlo, y de nuevo, gracias por ser pacientes y esperar.

希 HeeChan

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