Atrapado... Capítulo 03

 


Desde ese día mis ojos no pueden alejarse de Barcode cada que nos vemos. Como hoy, que de nuevo está aquí y no puedo dejar de mirarlo. Es raro que este solo, desde el incidente donde casi se lo lleva un tipo, lo he visto con al menos uno de sus guardias al rededor.
 
   Es raro. – me digo mirando por el lugar, ya que me encuentro en un segundo piso, tratando de localizar a los guardias de Barcode. — Seguramente se escapó de nuevo.
 
Me giro de nuevo para ver a Barcode y entonces es cuando me percato que algo anda mal, algunos guardias de seguridad han corrido hacia la parte trasera del lugar y los clientes de la planta baja están expectantes, incluido Barcode que se encuentra aferrado a la barra del bar.
 
Veo alejarse a varios de los clientes agachados entre los sillones hacia las puertas de emergencias. Me dirijo escaleras abajo con el arma en mis manos, siempre la he traído conmigo y aunque últimamente ha sido difícil esconderla de Barcode, nunca salgo sin ella.
 
Voy cubriéndome de los disparos que se han desatado en el lugar. La mayoría de a gente ha sido evacuada, pero hay algunos que se han escondido y que no han podido huir. Los guardias del lugar tienen acorralados a algunos de los que comenzaron todo esto, pero mi prioridad es encontrar a Barcode.
 
La última vez que lo vi fue en la barra del Bar. Me horrorizo al ver que parte de ella fue alcanzada por los disparos y que Barcode no está. Mis ojos lo buscan alrededor, no logro verlo y comienzo a desesperarme mientras voy llegando a la barra. Levanto la mirada y detrás de ella uno de los hombres armados está apuntando su arma hacia abajo mientras pelea con alguien, seguramente tiene a una persona retenida.
 
Llego agachado para no ser visto, me muevo un poco cubierto por la misma barra y antes de lanzarme por encima para detenerlo, sostengo firme la pistola, seguro que si debo usarla lo haré sin titubear.
 
Me toma un tiempo antes de encontrar el momento justo para saltar por encima y caerle con un golpe en la nuca al maleante. Este cae noqueado al suelo, justo a un lado en donde se encuentra Barcode hecho ovillo en el suelo, ya que el tipo lo tenía jalando de sus cabellos. Logro agacharme para zafar la mano que aún lo tenía retenido, y ya que ahora está a salvo, no puedo creer que haya llegado a tiempo.
 
Tal como la primera vez, me agacho para quedar a su altura. Su primera reacción es la de retroceder, lo detengo atrapando su brazo sin apretar mucho, lo último que quiero es asustarlo más de lo que ya está. Barcode levanta su mirada lentamente y el simple hecho de que este escaneando mi cuerpo con sus ojos, desde mis zapatos hasta llegar a mi rostro, me ha puesto un poco duro. Rayos, en una situación como esta no debería sucederme, ¿Qué me has hecho Barcode Romsaithong-Wattanagitipha?
 
Barcode se da cuenta que soy yo, porque su mirada de reconocimiento y un sutil “Tú” de sus labios me lo dicen. Barcode se queda quieto, lo que me deja soltar el agarre en su brazo y comenzar a revisarlo. Los pantalones en la parte de sus rodillas están rasgados y los cortes en su piel me dice que estuvo gateando entre los vidrios de las botellas rotas detrás de la barra, que afortunadamente no son profundas, aunque si son varias y seguramente debe tener uno que otro cristal incrustado en la piel; pero nada es grave.

   ¿Puedes caminar?
   Creo que sí. – le tiendo la mano—. ¿Qué sucedió?
   Unos tipos traspasaron la seguridad. – le digo sin ahondar más. Lo que me preocupa, es porque uno de esos tipos se lo quería llevar, es muy raro. Al menos que… no quiero pensar que, por mi tardanza, la persona que me contrató para acabar con Romsaithong, el padre de Barcode, haya contratado a alguien más.
   ¿Estamos a salvo? – me pregunta sosteniéndose de mi brazo para poder caminar.
   Ahora que lo dices, ¿Dónde están tus guardaespaldas?
   Ellos… ellos venían conmigo. ¿Les habrá pasado algo?
 
La verdad, no creo que les haya pasado nada, más bien me hace sospechar que ellos están metidos en todo esto. Echo uno de los brazos de Barcode alrededor de mis hombros y rodeo su cintura con mi brazo libre, ya que en la otra llevo la pistola. Hago que se apoye para comenzar a caminar lo más rápido posible hacia la salida; cuidando que no apoye mucho su peso, esas cortaduras deben doler.
 
Cuando salimos del lugar, la policía todavía no llegaba, así que podemos irnos sin que nadie nos detenga o cuestione, ya que me urge poner a salvo a Barcode. Lo llevo hasta mi auto, ya que es más seguro que en el suyo, por si está siendo vigilado o perseguido, lo van a reconocer rápidamente.
 
Hago que Barcode se siente y abrocho el cinturón de seguridad, guardo mi arma antes de ponerme al volante.
 
   Suficiente diversión por una noche. – digo de pronto.
   Demasiada. – suspira Barcode mientras tuerce sus manos entrelazadas en su regazo. El comentario lo decía más para mí, pero creo que a él también le ha calado.
   ¿Listo para ir a casa? – lo veo asentir —. Iré por la principal, me dices cuando deba doblar… - esto lo digo para cubrirme, ya que sé muy bien donde vive Barcode.
 
“Calle Kalasin, número 524”. Esa no era una colonia cualquiera. Solo grandes empresarios tenían sus mansiones en ese lugar.
 
Con la guía de Barcode, llegamos frente de su hogar y pude notar que no había nadie en su casa, lo cual se me hizo raro. En estas grandes mansiones, suele haber guardaespaldas las 24 horas del día, además de las personas que custodian la entrada de la calle.
 
   Barcode, espera aquí.
   Por cierto, aun no me has dicho, ¿Cómo sabes mi nombre?
   Mira, es una larga historia que luego te contare. Por ahora, necesito que me des las llaves y te quedes dentro del auto, iré a revisar el lugar.
   Está bien. – Barcode me tiende sus llaves.
   Quédate en el auto, agáchate y a cualquier cosa rara que veas, no dudes en arrancar e ir directo a la estación de policía.
   Tan mal estamos.
   Solo quiero asegurarme que todo está bien, después del susto. – le digo tratando de tranquilizarlo.
 
De nuevo saco mi arma para entrar. La casa es grandísima, me tomó algo de tiempo recorrer todas las habitaciones, revisando que no hubiera algún extraño y comprobando que las puertas, accesos y ventanas estuvieran cerradas. A lo mejor estoy un poco paranoico, pero después de lo sucedido, más vale no arriesgar a Barcode de nuevo.
 
Aunque llevo poco tiempo conociéndolo y ya quiero protegerlo, decirle que lo tengo metido en mi cabeza y corazón. Seguro que, si Barcode me diera una oportunidad, cambiaría lo que me dedico a hacer. Así de tonto me tiene ese malcriado.
 
Vuelvo al auto en busca de Barcode, cuando lo veo entrar cojeando a la casa.
 
   No me esperaste. – le digo con el ceño fruncido, Barcode se da cuenta que no estoy muy feliz y retrocede un poco.
   Lo siento, solo que no salías y comencé a preocuparme. – ruedo los ojos, le dije que se fuera si sucedía algo, ¿lo habría hecho? Estoy pensando seriamente que no y eso me llena de alegría.
   Todo está bien aquí. – le digo antes de asegurar la puerta de entrada detrás de él —. No hay nadie, ¿tienes alguna idea de donde puedan estar?
   No, desde que salí de casa y perdí a mis guardias, no tengo idea. – lo veo dolerse de sus heridas.
   Bien, por ahora ocupémonos de tus heridas. ¿Dónde hay un botiquín?
   En la cocina. – “Raro lugar para poner un botiquín”, pienso.
 
Barcode intenta comenzar andar hacia la cocina, cosa que no le permito hacer solo y de nuevo le ayudo a caminar.
 
   Vamos o esos pequeños pedazos de vidrio pueden incrustarse más.
   Gracias. – me dice con un sonrojo.
 
Caminamos hasta la cocina y enseguida Barcode que me indica donde encender la luz, el lugar iluminado es bastante grande. En la cocina todo parece nuevo, como si no la usaran, los aparatos de acero relucientes y en su lugar. Barcode me señala donde se encuentra el botiquín.
 
   Creo que vas a tener que quitarte los pantalones. – le digo en cuanto lo tengo en mis manos. No sé cómo salió eso tan fácilmente de mi boca, pero en verdad es necesario que lo haga, el pantalón a pesar que esta rasgado, cubre lo suficiente las heridas. — Debemos sacar esos pedacitos de vidrio, con ellos puestos no voy a poder.
   Sí, está bien.
 
Barcode titubea un poco, no sabe si hacerlo frente a mi o ir atrás de la isla en medio de la cocina para hacerlo. Creo que finalmente se da cuenta que hemos pasado por tantas cosas juntos, es algo normal y hasta cierto punto, he visto más de su cuerpo de lo que mostrará ahora.
 
Quizás es porque nos encontramos en su casa y si supiera lo que estoy pensando de él, lo que seguramente verlo sin pantalones me va a provocar, Barcode tendría mucha razón en querer hacerlo sin que lo estuviera mirando.
 
Barcode comienza a quitar sus pantalones, poniendo especial cuidado en que no rocen sus heridas al bajarlos. Para cuando estos han caído al suelo, no puedo dejar de ver sus torneadas y bien formadas piernas, las tiene muy… muy bien.
 
   Ven aquí. – le digo, haciendo que se acerque. Lo tomo de la cintura y lo ayudo a trepar encima de la isla hasta quedar sentado sobre ella con sus pies colgando como si fuera un crío.
 
Vierto un poco de alcohol en sus heridas para limpiarlas, el alcohol hace que la sangre resbale debajo de sus rodillas, corriendo por el frente de sus pantorrillas. Tomo una gasa y comienzo a limpiarlo, agarrando con mis manos sus piernas, su piel es tan suave. Mis dedos parecen arder cada vez que lo toco.
 
Tomo las pinzas del botiquín y empiezo a extraer los pequeños restos de vidrio, Barcode emite quejiditos de vez en cuando. Seguro que ha de doler lo que estoy haciendo, le hago plática para distraerlo y me deje terminar de curarlo.
 
   ¿Por qué estabas solo? ¿Tus padres saben que sueles perder a tus guardaespaldas?
   Dios, eres peor que mi padre. — de pronto se altera.
   Lo siento.
   No, yo lo siento. Es que aún no puedo creer lo que pasó. Te juro que yo pensé que ellos estaban en el lugar conmigo. – esto último lo dice en un susurro.
   No te preocupes, si aparecen después la policía debió estar ahí y seguramente les explicaron lo sucedido. – y estoy seguro que los guardaespaldas dejaron solo a Barcode por un siniestro motivo.
 
Continúo hablando con Barcode, pero no dejo de extraer los vidrios de sus heridas, hasta que termino de curarlo. No veo necesario vendarlas, eso solo le estorbaría o terminaría lastimando más su piel por la ubicación de las heridas. Así que solo le aplico un poco de ungüento que hay en el botiquín y está terminado.
 
Miro sus rodillas cerciorando que este todo bien. Algunas marcas rojizas aparecen alrededor de estas, paso mis dedos suavemente por ellas y al verlo mecer sus piernas compruebo que ya no le duelen tanto.
 
   Van a doler un poco todavía, deberías ir al médico mañana, seguro te recetará algo para el dolor o algo así.
   Todavía no me has dicho ¿Cómo es que supiste mi nombre?
   Bueno…
   Tampoco me has dicho tu nombre completo. — había olvidado eso, ni siquiera me he presentado.
   Jeff Satur. - le digo.
   ¿Por qué cargas un arma? ¿Eres guardaespaldas acaso?
   No, no soy guardaespaldas y el arma solo es por seguridad.
   Entiendo. – Barcode baja su rostro ante la intensa mirada que seguramente le estoy dando, no he podido dejar de ver su bello rostro y tampoco en cómo se mueven sus labios —. Hace mucho que quiero decirte que lo siento, siento mucho haber sido grosero ese día.
   Cualquiera puede tener un mal día.
   No es excusa. Tú me ayudaste después de eso. – Barcode levanta su rostro, en sus ojos hay vergüenza y un poco de angustia —. Gracias Jeff, después de cómo me comporte contigo, te atreviste ayudarme cuando ese tipo me llevaba no sé dónde. – no lo había notado antes, pero su cuerpo parecía temblar levemente —. Si no hubieras estado ahí esa noche, no sé qué me habría sucedido.
   Ssshhh. – pongo mis manos a cada lado de su cuerpo recargado en el mármol de la isla —. Estuviste ahí en la noche equivocada, eso es todo.
   Es que es mi culpa, siempre me escapo de mis guardaespaldas, quizás por eso esta vez me dejaron solo. – un sollozo escapaba de la boca de Barcode —. Nunca había estado en una situación tan peligrosa.
   Tampoco es tu culpa, ellos deben prever esto y pegarse a ti, más si ya lo has hecho antes, es raro que solo te hayan dejado solo y no buscarte después. – es más raro que Barcode pueda perder a su escolta tan fácilmente.
 
Sé que Barcode no está muy convencido de mi teoría. Miré con ternura que se sintiera culpable y se dio cuenta, ya no tiene sentido que reprima lo que siento por él. Realmente me gusta Barcode, adoro lo que he visto de él hasta ahora y el pensar que pudo haberle sucedido algo hace que me cueste respirar.
 
Su cabello negro caía suave por uno de sus ojos, con mis dedos lo hice a un lado, queriendo mirarme en ellos. Son hermosos, están finamente delineados, lo que lo hacen ver un poco felino y atrevido, pero su mirada es demasiado tierna. Toco su mejilla derecha, él cierra los ojos disfrutando mi toque; es suave y sus labios con su color natural, dios quiero besarlo.
 
Si lo sigo mirando de esta forma no voy a poder parar.
 
No después de conocerlo.

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