Encuentros... Segundo Encuentro (Parte Dos + Bonus: Primer Encuentro)

 
 

“Cuando las almas se tienen que encontrar, el destino acerca los mundos, b
orra la distancia, une los caminos y desafía lo imposible. ”
Anónimo
 
Siwon POV
 
La cafetería está tan llena como cualquier otro día, eso es bueno para alguien como yo, que necesita tener varios trabajos para terminar de pagar su maestría, aunque esto me deja agotado muchas veces, agradezco la preferencia por nuestra cafetería.
 
Algunas son clientas asiduas y otras, vuelven periódicamente.
 
La mayoría del tiempo en la cafetería, lo paso en el mostrador, mi jefe me dijo que es el mejor lugar para atraer a la clientela, como si yo fuera la mayor atracción. Solo hago mi trabajo y nunca he coqueteado con nadie, hasta ahora.
 
A lo lejos veo como un auto muy elegante se estaciona casi al frente de la cafetería. Es un auto negro, bastante lujoso y caro por lo que se ve. Sin embargo, lo que más llama mi atención y mucho más impresionante, es la persona que baja de ese auto.
 
Un hombre bastante hermoso, bien vestido con ese traje negro impecable, seguramente sus zapatos deben estar bien lustrados y carísimos como el mismo traje que trae puesto. Sin embargo, a mi parecer lo que le luce más, es su andar poderoso y sus ojos, esos grandes ojos que nunca ocultan nada.
 
«Nuestro primer encuentro sucedió unos días atrás, cuando caminaba rumbo a mi trabajo de los fines de semana donde lavo coches en un auto lavado. Ese día se me hacía tarde pero por alguna razón tomé otro camino y fue como lo encontré.
 
Quizás fue el destino que preparó nuestro encuentro, porque le agradezco haber estado en ese lugar y tiempo, aunque solo fue un momento,
 
Ese día caminaba sin prisa a mi trabajo, él no por supuesto, ya que iba caminando a toda prisa y sin fijarse en nada más, fue por eso que chocamos. Él casi se cae, de no ser porque lo tomé entre mis brazos, afianzando su cuerpo contra el mío evité que esto sucediera.
 
Y cuando estaba a punto de reclamarle que pusiera más atención por donde caminaba, fue cuando me di cuenta lo hermoso que era este ser. Quizás el choque había sido demasiado fuerte pero sus ojos, el dolor en sus ojos no eran de ese momento y aun así se encontraba tan precioso y desconcierto que con valentía intentaba esconder.
 
Sus ojos tristes me cautivaron e hice lo único que podía hacer en ese momento, lo abrace, sin esperar que me correspondiera. Y aunque él no se movió, tampoco se alejó y se dejó abrazar por mí, largo tiempo.
 
  Quisiera borrar esa tristeza de tus ojos. – Susurré en su oído-, deberías ser amado y apreciado. Yo lo haría. Todos merecemos un amor justo.
 
Fue entonces cuando él reacciono y empujo sus palmas en mi pecho de manera dura, como duros eran sus ojos.
 
  Sabes, aún molesto eres lindo. – le dije sin detenerme ante su enojo.
 
Le escuché resoplar antes de apartarse de mi lado y continuar su camino, solo que esta vez no caminaba tan a prisa como al principio.»
 
  Pensé que no lo volvería a ver. – el destino ha querido que nos encontremos de nuevo.
 
Cuando él está por llegar al mostrador, ni siquiera sé cómo se llama, noto que aún hay algunas clientas en la fila buscando ordenar algo, necesito hacer algo para no hacerlo esperar. Así que comienzo a repartir a las clientas con los compañeros que se encuentran desocupados, esperando que ellas me entiendan.
 
Mi fila siempre es la más larga.
 
 Tú toma esta orden. – le digo a mi compañero de al lado.
  ¿Por qué no te encargas tú como siempre?
  Hay más clientes que esperan. – le digo sonriendo amablemente, de verdad necesito su ayuda en estos momentos.
 
Una clienta más y podré atenderlo a él. Justo me encontraba observando al hermoso hombre, cuando un suspiro de la chica que estaba esperando que tomara su orden frente a mí, llama mi atención.
 
  Eres tan guapo. – le escucho decirme.
  Emm, sí, gracias. – intento decirle con mi mejor sonrisa. A veces no sé cómo tomar esos piropos, algunos llegan a ser bastante atrevidos — ¿Su pedido es?
  Cappuccino espumoso.
  ¿Qué tamaño?
  Grande, por favor.
  Muy bien. Espere a un lado su orden o si prefiere, tome una mesa.
 
Bien, entrego el cambio a la chica y por fin lo tengo frente a mí. Es tan guapo como lo recordaba, solo que esta vez sus ojos no se encuentran tristes y un leve ceño fruncido adorna su bello rostro. Está bastante distraído en su celular por eso es que lo puedo observar sin que se dé cuenta, pues ni siquiera levanta la vista cuando hace su pedido.
 
  Un café con leche no muy caliente, por favor.
  Claro. Oh, eres tú. – intento lucir sorprendido, como si no lo hubiera estado observando desde que entró en la cafetería. —  Hola. – le saludo cuando intenta hacerse el desentendido de lo que le he dicho.
  Hola. – responde para volver a su celular.
 
Pongo manos a la obra con su café, el cual estoy preparando especialmente para él, la tapa lleva un pequeño detalle que espero le saque una sonrisa.
 
  ¿Tienes un cupón?
  No. – y aunque me responde cortantemente, sus ojos preguntan de que estoy hablando, son tan expresivos, eso fue lo que me cautivo de él.
  Entonces, vas a obtener dos sellos por ser tan guapo. – le entrego el cupón, el cual toma sin tocar mis manos.
  Ok, gracias.
  Toma tú latte con leche. – y esta vez nuestras manos se tocan y lo retengo un poco más de lo necesario—, ¿Trabajas aquí cerca?
 
Quisiera que el tiempo se detuviera, o tal vez que el destino siga siendo tan bueno conmigo y nos volvamos a encontrar otra vez.
 
  No. – su mano escapa de la mía y se va.
 
Está bien por esta vez, pero si lo vuelvo a encontrar, no voy a dejarlo ir tan fácilmente.
 
Continuará…

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